Mi lista de blogs

jueves, 18 de septiembre de 2025

NO TE CONVIERTAS EN ESTADÍSTICA

 En Estados Unidos, cuando un académico muere no es motivo de mayor cosa. En algunos países de Europa, como el Reino Unido o Francia, hay dedicatorias discretas, un poco según la trayectoria de la persona: se escriben libros, entre varios, que tienen como dedicatoria "Essays in honour to" ("Ensayos en honor a"), o "Mélanges offerts á" ("Miscelánea ofrecida a"). Los alemanes tienen algo equivalente, Festsrichft. Se puede decir, para simplificar, que se trata de pequeñas y discretas dedicatorias, centradas en el trabajo (de ahí la contribución de colegas), y no más. Dicho de otro modo, no se hacen grandes rituales y se es más bien austero, lo que es una antigua tradición burguesa, además de que la muerte cae en la esfera privada. Fuera de lo anterior, en algunos países centrales a veces se hacen trucos con las herencias materiales para detrimento de "la que se fué", pero no es legal: la ley francesa, por ejemplo, obliga simple y llanamente a repartir a partes iguales entre hijos, para evitar rivalidades.

        En parte de América Latina y México, en cambio, la muerte de quien es considerado POLÍTICAMENTE alguien, es decir, de alguien DE PODER, se convierte en el equivalente del mexicano Guadalupe-Reyes (del 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, al 6 de enero, día de los Reyes Magos). El ritual comienza antes de la muerte, por "derecho de antiguedad", si hay utilidad política, por ejemplo en un lugar de la universidad pública para conciliar entre dos "grupos", para lo que es utilizada la señora, ex directora, que nunca ha tenido inconveniente en tragar sapos. Para algunos, es el olvido y la omisión, al grado de no salir ni en el lugar correspondiente del sitio web oficial. Para otros, los cubiertos del poder y la gloria, es el infaltable homenaje al fallecer y, después, conmemoración tras conmemoración para que, desde el otro mundo, el difunto permita seguir el tráfico de favores e influencias: que el aniversario de su partida, el de su nacimiento, el de su libro, lo que sea con tal de, como se dice a veces, "sacar raja". A lo anterior se suma la tendencia más reciente al vedettismo, por lo que en el ritual se acentúa la dimensión de espectáculo, y ocurre entonces otra cosa: la persona y su vida privada se colocan bajo los reflectores, mientras allegados y colegas se dedican a lo que se conoce coloquialmente como "quemar incienso". Ya lo había predicho el estudioso Serge Gruzinski: no queda clara la parte "moderna" y la de pura idolatría, en un país que en su centro es fácilmente idólatra. En suma, a star is born (nace una estrella), aunque al mismo tiempo la persona deja de ser tal y es santificada para comulgar, ser pretexto para la comunión, y asegurar la unidad entre dos grupos, el de los tapatíos y el de la Obrera. La comunidad, que se la vive en pugnas intestinas o fratricidas, parece confirmarse en su monolitismo. No queda claro si la señora es Barbra Streisand o la santa de Cabora que le puso "mística" a la academia.

         Asegurado el propósito político, en el sentido de conjurar la fisura, se incorpora algo de lo más incomprensible, en apariencia: la ex directora se refiere a su propia familia como un clan, sin ruborizarse, afirma además que es la visión familiar (entiéndase entonces que "clánica") la que la ha guiado en la academia, por lo que ha propiciado el trabajo colectivo (entiéndase la formación de "clanes académicos", llamados "redes", para relacionarse desaforadamente). Ahora, la esfera privada invade el dominio público, como la empresa que no para de hablar de confianza, para burla de Alexa Zuarth en redes: a la ceremonia del retiro asisten los familiares y en pantalla, por video, habla un hermano, así tenga un pésimo aire; el esposo, parte del club de sudacas, arrogante e inútil, y un par de infantas de la supuesta realeza debidamente colocadas en el extranjero. Luego de buscar comulgar para evitar la fisura de la comunidad, pese a ciertos ademanes "progre", es el esplendor liberal-oligárquico: que viva lo extranjero si es para que se beneficie mi "clan". La impunidad está asegurada, así se hayan hecho cosas no muy "delicadas" contra quienes se valen por cuenta propia y no por un "clan" y el tráfico de influencias y favores, que no duda en ser discrecional, llegado el momento. Para el caso, el trabajo o el aporte académico son lo de menos, salvo para tener título de impune (un académico es algo sacrosanto ajeno a los negocios turbios): cuenta como "mérito" haber asegurado la unidad del "grupo" y haber reproducido el clientelismo "modernizándolo" con "redes". Si a la señora se le dice que contribuyó a la destrucción de las disciplinas, se pone...a llorar. Es un buen ejemplo de la utilización de mujeres por el poder, para salir de la institucionalidad por dos vías, ambas con señoras, a la vez sumisas y dizque empoderadas, entre de estilo latino y de estilo estadounidense, para reproducir un estado de cosas y la inercia: el "clan" -origen de la práctica clientelista- mercantilizado. Pese a la puesta en escena familiar, no es la persona la que cuenta, como raramente en caso de muerte, cuando se puede incluso desaparecer de los portales institucionales: es el ROL ANTES QUE LA PERSONA, llegado el caso sacrificándola al poder. Señoras, o la versión universitaria de la Miss del colegio, pero nunca una dama, a falta de distinción individual The show must go on. Hemos terminado, y volvemos próximamente a asuntos menos particulares (da click en el botón de reproducción)




DEBUT Y DESPEDIDA

 Como ya se ha sugerido, la maldad o el actuar de una persona malvada no tiene que ver con el horror de Hollywood. Se suele relacionar más con la búsqueda de un chivo expiatorio y con intereses concretos, como el de ubicarse del lado del poder para no perderse "ocasiones" de recibir privilegios y de no ausentarse del "reparto", por codicia o ambición, más allá de los que aspiran a "quedar bien" y "no tener problemas". Sin embargo, no pueden no saber cómo los "llama" ese poder, qué les pide, desde complicidades hasta lo que se conoce en México como "hacerse el occiso".

     Lo grave puede estar en lo que ha trabajado Rusia a partir de la filosofía de Iván Ilyn, y de ciertas tendencias en los medios de comunicación masiva: el ritual del chivo expiatorio, para lo cual se prefiere creer a saber, llega a cebarse entre la mala voluntad y la ignorancia sobre gente inocente o, si se quiere decir en términos de ley, "no culpable", aunque el ritual se invente supuestas culpabilidades ("la mala mujer", la "extranjera", la supuesta "mujer falo", etcétera). Es, del mismo modo, el "autócrata" o "la amenaza". No tiene el menor sentido hablar de democracia o de buenas causas cuando no se reconoce la más elemental presunción de inocencia, y se condena o se sentencia antes de cualquier proceso que, para decirlo de otro modo, implica, con pruebas, "conocimiento de causa". Es una pena el servicio de generaciones libertarias a la verticalidad machista y conservadora, para pasarle "la cuenta" a una persona no sólo inocente, sino que ha sido fiel por casi 20 años, por ejemplo, buscado salidas decorosas, no dañar y, sobre todo, evitar las guerritas como parte del drama y la telenovela. Parte de lo feo está en no averiguar nada, porque se prefiere creer, como ya se ha dicho, para evitar a toda costa enemistarse con el poder, es decir, por conveniencia y por miedo de pagar ls consecuencias que se le cargan al chivo expiatorio: miedo al aislamiento social. ¿Como se teme el aislamiento social, se aisla al chivo expiatorio, o a lo sumo se lo utiliza para "corroborar información", no de la persona a la que se aísla, sino del último chisme o rumor captado? Se teme el sufrimiento de un eventual aislamiento, o el estigma social, y se le inflige al chivo expiatorio. Esto, además de ser propio de una persona con miedo, lo es de la que opta al mismo tiempo por la cobardía y un dejo de sadismo. Es frecuente en la clientela, como la latinoamericanista y sus ramificaciones. Apostarle al aislamiento "fatídico" de una persona, que "!debe regresarse por donde vino" o caer en el olvido, para engrandecimiento propio o para salvar el pellejo ante alguna eventual represalia del poder, o llegar a insinuar al chivo expiatorio desde el chisme o el rumor, es además la peor deslealtad y el tiro por la espalda, porque se trata al aislado o la aislada desde información o "influencia" obtenidas por la espalda. Lo que conviene entender es que quien actúa así está "roto" y, antes que verse a sí mismo, prefiere pasar a la destrucción o el aniquilamiento moral del otro. Alguien benevolente se alejará o no dirá mucho.

        Ilyn ha venido a cambiar las cosas. Una persona inocente o "no culpable", "consciente de la ley", puede ser violentada o amenazada en su seguridad por la personalidad descrita más arriba. Pero no es correcta, ni siquiera desde el punto de vista cristiano, la respuesta de Tolstoi, en el sentido de la "resistencia pacífica" al mal, más si el riesgo está en que sea tomado por el equivalente de "poner la otra mejilla". En situaciones de peligro para la integridad de la persona (para lo que basta el equilibrio psicológico), lo que cambia es que no se trata ya de alejarse, sino de usar la fuerza, "para ser justo en un mundo injusto" y como "obligación noble", así se quiera salir que historias emocionales de rencores, resentimientos o venganzas, que no vienen al caso: con variantes y "sopesamiento" debido, puede ser necesario el uso de la fuerza justamente para preservar la inocencia y defender la "no culpabilidad", así el uso mencionado, desafortunadamente, no esté exento de riesgos, sacrificios o incluso pérdidas. No es mucho secreto el de Ilyn: "por las buenas, soy muy bueno; por las malas, soy peor", diría el "Divo de Juárez". Incluso si, debiéndose hacer nada más lo mínimo, y proporcionalmente, es necesario dañar al otro si es una persona malvada. Como sea, bajeza del latinoamericanismo: xenofobia anticonstitucional en México, misoginia con colaboración de "señoras" (que no se quejen de que se hable de "pleitos de viejas"), cobardía y violencia, temor al sacrificio propio pero disposición cuando menos a ver el ajeno, como si fuera circo romano, habladurías por la espalda, aceptación de imposiciones y sumisión, y codicia o ambición. Interesa clarificar los mecanismos para saber defenderse y, si no hay opción, nótese que después de haber agotado las posibilidades, sí, usar la fuerza, a manera de protegerse. Aunque quien está a la sombra del poder se crea inmune o impune, y vocifere "qué poca" por un síntoma de proyección/inversión digno de Diván el Terrible, si acaso hubiera cura. De la gran familia narcisista mirándose en "la grandeza de...", por ejemplo de la "Patria Grande", no se sale sin ser objeto de represalia, porque independencia es no hombría, sino para la persona malvada, "testigo incómodo", por liquidar, incluso con damnatio memoriae. A jugar a otra parte con lo que el regiomontano Agustín Basave llegó a llamar "escondidillas con la consciencia". Sobre todo si se tienen cadáveres en el clóset. Enjoy (da click en el botón de reproducción).






martes, 16 de septiembre de 2025

GUADELUPE TERESINHA BERTUSSI, O DEL SUBIMPERIALISMO EMOCIONAL

 Las mujeres brasileñas tienen cierto gusto especial por la confusión entre la realidad y una telenovela: en vez de apagar la televisión, convierten la realidad fácilmente en asunto...de "escenas". Hasta con un supuesto sentido terapeútico.

        En el caso del personaje -es que, como se decía antes, "es todo un personaje"- a quien nos referimos aquí, conocido domésticamente como "Andorinha", ha confesado tener un lejano pasado extraño, al haber tenido en algo así como "la clandestinidad" una relación con alguien de quien no supo si se llamaba "Nildo", o "Ourico". Aquí comienza parte de la trama, puesto que en la hacienda latinoamericanista existe alguien de nombre Nildo Ouriques, que como se acostumbra en la "casa grande", se cuelga de grandes nombres para agrandar el propio, tratar de cubrirse de gloria, ponerse en campaña y repetir la teoría de la dependencia, en la que se refiere más a "Theo" (!) que a un Ruy Mauro Marini (conocido como "Ruy Mauro") que no se esforzó demasiado ni salió mucho de la "esfera de la circulación". De hecho, en la "casa grande" se está bastante en dicha esfera y a la espera de recoger en la de la distribución, sin especial empeño en la de la producción. Cosa de fazenda: el hombre brasileño con sus toques afeminados, y la mujer de drama pero medio hombruna. En fin, empieza el suspenso: ¿Era Nildo o Ourico? 

    Acto seguido, "Andorinha" confiesa a un ingenuo que el marido de aquélla está en fase terminal, y le quedan entre dos y cinco años de vida. Como cuando no están más frenéticos que Henry & June (según "Andorinha", 365 días al año -!qué ritmo, los locos del ritmo!- y con algo de mota en la playa si hay ocasión), lo que tiene al señor en plena genitalidad, viven peleando o recibiendo visitas entre pelea y pelea, "cama y mesa" ("mal bicho", se dice de la segunda esposa del patrón) y el señor es llevado a visitas hospitalarias con una manera de arrancar y frenar el choque que es propia de quien quiere amansar al pasajero (que debe ser el "sexo pasajero", de tan buena que está la batucada todo el año, de carnaval). Cama y mesa. No tanto amantes a la antigua.

      La "Guade", porque todo destila amor, tal vez no sabe que la casona de Tlalpan es producto de un despojo legalizado a la primera esposa del señor. De lo más frecuente en las fortunas oligárquicas. Pero entre que si son Nildos o son Ouricos, la brasileña es de la maña y le prepara el golpe al patrón, porque no hay telenovela sin pleito por una herencia, y hay que apresurarse a invertirlo todo, como en el carnaval: el legítimo debe salir en "escena" de ilegítimo y, a su vez, la ilegítima de "legítima". Conmina a Jussara Teixeira a que siente al hijo -heredero en potencia- con Diván el Terrible. Como la casa grande es de que "lo mejor de nuestras vidas queda en familia", la tal Jussara es la señora de Sergio de la Peña, una nulidad completa que es asesor de tesis de Nildo Ouriques. El patrón, fuerte con quienes creyó débiles, está al "punto" para la celada, a ritmo de samba en sambódromo o bossa nova: un buen día, después de sacado el hijo de la batucada, "Andorinha", con toda la familia al apoyo, remata con "ladrón que roba a ladrón" y se queda como heredera única y universal, en lo que se decide si es Nildo o Ourico, y procede a prohibir al hijo que se asome por la fazenda, mientras el patrón, ya en plan cuento de Gabo, se limita con lo que le queda -ya despojado- a comprarse calcetines nuevos. Y tal vez a creerse que, como todo dueño de vidas y haciendas, ha cumplido con repartir casas entre señoras. En este punto, el ingenuo sale de la historia. Y entran a escena los que se creen lo de la "legítima", que con tal de estar invitado a la casona  y "relacionarse" no falta quien se crea hasta que es Pelé, o Xuxa.

       Cuando el patrón, ya en otro lugar, necesita hospedaje para un tratamiento, la heredera única y universal se lo niega, porque ya es señora, no servidumbre, y el señor va a parar en otra hacienda, en Coapa, a una colecta de dinero con Beatriz Stolowicz y más para el tal tratamiento. Como además de plan familiar se tiene el de contar los centavos, no indigna que el patrón no tenga ni uno por dejarlo todo a señoras por aquí y por allá, y tampoco indigna el papelón de "Andorinha", totalmente inmisericorde, sino que se haga colecta de dinero cuando se está en la "esfera de la circulación" en espera de pasar a la distribución, incluyendo en los clanes de pseudoburguesía mexicana. Nadie parece inquietarse de que la conducta de "Andorinha" sea propia de una patología, porque después de todo, queda en familia, la impunidad se vale (aunque sea porque se enseña a agachar) e interviene otro brasileño con la misma molicie (parece que todos tuvieran fatiga crónica), Severo Salles, en toda una operación subimperialismo emocional en el latinoamericanismo, y en la que las coronelas mexicanas salen también de escena (corriendo). Así la telenovela, así las brasileñas y así la familia latinoamericanista. A reserva de que batucada es "va tocada" (pero bien "tocada"), salvo que la serie se llame tiernamente "Andorinha" (víctima, típico modo de presentarse de la persona perversa); alguien, en la escena final, se acerca al hijo desplumado y le pregunta: ¿conoces a Nildo Ouriques? Cómo se pasa la vida: ¿se refiere a "Nildo" o a "Ourico"?¿Y por qué en vez de seguir repitiendo lo de siempre como si fuera pegajoso como una lambada o "Lanza perfume"con Rita Lee  no piden trabajo en O'Globo? Porque, en lo que son Nildos o son Ouricos, figurinos, es como del dinero y de Camelia: nunca más se supo nada. (da click en el botón de reproducción: ¿alguien más quiere un protagónico y más "escenas" o no se la quiere acabar?)





lunes, 15 de septiembre de 2025

CON CARA DE WHAT

 Una de las cosas que se ha extraviado en el mundo actual es el sentido de los valores universales, que no son los mismos que los de los "derechos y libertades". En el caso de México, parte se perdió cuando el gobierno del presidente Vicente Fox (2000-2006) erradicó las materias de civismo y ética, que no son ajenos a dichos valores, que tampoco son los de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), Es una contradicción flagrante hablar de valores universales y confundirlos con los Derechos Humanos o la diversidad cultural. No se trata tampoco de "reflexión crítica" -izquierdismo- o de "responsabilidad social", lo último de moda en el mundo empresarial, para conjugar la inercia con el ademán "libertario".

         En los valores universales, la persona pasa antes que cualquier diferencia, de género, de raza, de condición socioeconómica, de religión, etcétera, es decir, antes tanto de cualquier rol como de cualquier "identidad", y se trata de que esos valores estén por fuera de la dominación o, para decirlo de otro modo, que tiendan a excluirla para privilegiar lo que entre seres humanos hay de semejante, y que no es nada más cuestión de "la especie", sino del "género". En este sentido, algo como el "humanismo mexicano", por ejemplo, no dice mucho, como tampoco el "socialismo con características chinas", etcétera. Si se trata de privilegiar lo que hay de semejante, así se exprese de manera diversa, es preferible tener reglas basadas en la igualdad, de la que se habla poco, porque desde hace rato el gran privilegio es para "la libertad". A final de cuentas, cada quien es "libre" de "hacer lo que quiera", a lo que se agrega "mientras no dañe a los demás": esto significa que no es necesario ver en alguien más a un semejante, salvo a otro "propietario de sí mismo" igualmente libre de "hacer lo que quiera", aunque sea en realidad "captado" por el deseo o hasta por la fantasía. Desde luego, se trata de tolerancia, sin que ello implique tampoco reconocimiento de la semejanza; antes bien, se debe tolerar de todo, o casi, por "la libertad de cada quién".

       Después, empiezan las licencias. Si la justicia es un valor universal, se le puede anteponer que "de justiciero no se logra nada", que "tú no vas a cambiar al sistema" (ni a nadie), o que la injusticia existe desde tiempos bíblicos y no conviene "salir de redentor crucificado". Si la bondad es un valor universal, es también ingenuidad: cuidado, porque hay que tener cuidado en este mundo material, e igualmente la generosidad es un riesgo, porque otro puede sacar provecho sin devolver nada. Si la compasión es otro valor universal, como "nadie la tiene" no viene al caso y "si le das un golpe a otro, dáselo bien, porque si se levanta es para devolvértelo". La honestidad puede llegado el caso hacer perder ocasiones u oportunidades. La responsabilidad se confunde con culpa para no asumir "culpas" y tener coartadas para, de ser posible, ahorrarse consecuencias si es que implican pérdidas, porque nadie las quiere, en ningún terreno. El amor es para oír un concierto de Roberto Carlos y seducir, pero también ya algo de consumo, como lo ha mostrado la estudiosa Eva Illouz: se consume romanticismo o cursilería, entre otros estereotipos. La gratitud está en desuso ("ah, fue tu decisión, yo no te pedí que lo hicieras", etcétera); la solidaridad es un proyecto de asistencia a grupos vulnerables o una Secretaría, y a duras penas hay "respeto" confundido con tolerancia. Lo mejor, desde hace mucho tiempo: con que "no hay verdad absoluta", resulta que cada quien tiene "su" verdad, habla según le va en la feria e "interpreta" de acuerdo con sus intereses. A este ritmo, casi no hay valor universal que resista: es que cada quien lo ve "a su modo", con lo que se acabó la universalidad misma y cualquier semejanza: no hay nada superior por encima del "interés propio" de cada "ego", la búsqueda de lo que lo beneficie al menor costo, o de ser posible sin ninguno, y la "libre competencia" que, si se acompaña de tolerancia y "respeto", significa desconocer al semejante y no tener ninguna relación con él. Hace rato que se ha interiorizado bastante que lo básico es "la libertad", el ademán de "tolerancia" (confundido con respeto), la evitación de todo riesgo de pérdida (por bondad, generosidad, empatía, etcétera, o compromiso) y, si no es la rivalidad soterrada, la "tolerancia" convertida en indiferencia: cada quien a lo suyo. Es la trampa del relativismo: "no hay verdad absoluta" no puede tomarse entonces como verdad absoluta. El problema está en saber que rige el interés, que es en rigor "estar entre" (inter esse): como cualquier semejanza deja entrever un riesgo en la "intersección" entre "la gente", no queda más que el mantra mexicano ("me vale madre") y la diferencia que, sin la semejanza mencionada, es radicalmente otra, salvo para competir por los recursos, así sea en nombre del "gusto" de cada uno: entre la indiferencia y la rivalidad, y cada quien a su buen emprender y entender. ¿Reglas del juego? No hay mayormente, salvo "tolerarse" mientras cada quien busca lo suyo. A riesgo de que "juego sin reglas", a fuerza de rivalidad, sea una violencia larvada crónica. Hace mucho que el presidente ruso, Vladimir Putin, hizo la pregunta: ¿reglas del juego o juego sin reglas? Si no hay valores universales, sino "interpretaciones de cada quien" e intereses, egos sin nada superior a todos ellos, es como con la personalidad de la época: no queda más que la indiferencia o el riesgo de encontronazo entre "subjetividades", por "tener diferencias" ("es que tuvimos diferencias", o "se pelearon por una diferencia"), según la evolución: la sobrevivencia del más apto, es decir, del que logre dominar o crea poder lograrlo. No quiero reglas -la personalidad de la época como "niño malcriado", según el psicoanalista Jean-Charles Bouchoux-, mucho menos universales, y no entiendo por qué están las cosas medio hostiles, si cada uno es libre de que se cumplan sus deseos y fantasías, es decir, de la arbitrariedad completa, si "en gustos se rompen géneros" (da click en el botón de reproducción).

WHAT


QUE SEA

 Como ya se había señalado en alguna ocasión, el neurólogo y psiquiatra Boris Cyrulnik, inventor de la ahora tan llevada y traída "resiliencia", estimó alguna vez en 200 mil el número de habitantes de una ciudad para que en ésta no haya psicópatas. Es posible pensar que la psicopatía es hoy algo bastante extendido, dado el alance de la urbanización. Psicópata no es quien se muestra en las pantallas de Hollywood con su preferencia por todo lo que sea horror y sexo como formas de "entretenimiento". Aquí se habla del psicópata narcisista o del perverso narcisista, que es alguien que no tiene mayor idea de los límites, que tiene un ego a prueba de toda alteridad y que no alcanzaría a "sentir" el daño que puede hacer a los demás (por lo que es el típico incapaz de reconocer y enmendar un error): es el que carece por completo de empatía, pero que puede ser eventualmente inteligente y seductor. Tal vez se malinterprete si se habla de "mal", pero se trata de una persona dañina (no sirve de mucho ponerse a hablar de gente "tóxica" sin entender de qué se trata). Para el estudioso francés Thierry Patrice, el malvado no tiene mayor percepción del sufrimiento que inflige a otro; cabe agregar con todo que puede también tener rasgos de sadismo, lo que supone conciencia del daño que se busca hacer. A veces ocurre que el que daña no toleraría que se lo hagan, o que lo ha sufrido y está "roto".

        ¿Habrá quien recuerde al presidente estadounidense Ronald Reagan y su designación del "Imperio del Mal"? Los soviéticos le tenían miedo, porque no podían entrever hasta dónde podía llegar. Ya que se habla como sea de "mal", para Patrice el malvado necesita de un espectador que calle o sea indiferente, pero que tácitamente apruebe, si no está en contubernio. El malvado se sirve así de un fenómeno colectivo para convertir a su víctima en chivo expiatorio, con dichos contubernios o aprobaciones tácitas. Por lo demás, el malvado se ceba sobre alguien que tiene algún valor y algo que es codiciado. El malvado resiente en el fondo la falta de lo que codicia o "sufre" por el valor del otro. Es, dicho sea de paso, lo que está en juego en la relación con Rusia, a través del típico fenómeno de proyección/inversión en el que el presidente ruso, Vladimir Putin, es la nueva versión del "imperio del mal" o el "villano favorito". Tiene un valor, el de ser frontal (a diferencia de los malabarismos de los chinos), lo que, otra vez en proyección/inversión, lo hace aparecer como factor de "confrontación" y "amenaza", el "conflictivo". Y gracias a la fuerza de los medios de comunicación masiva, se encuentra cómo armar el espectáculo permanente -de la "amenaza"- para que más de uno asista sin decir nada, por contubernio, por miedo o por indiferencia, cuando no por inconciencia/ignorancia y por COMODIDAD, lo que llevó hace pocos días al analista Alfredo Jalife-Rahme a sugerir de nuevo que se pare de pronosticar la "Tercera Guerra Mundial" a la ligera y como si fuera pelea del "Canelo" contra Pacquiao o algo así, porque de una conflagración así podría suceder que no haya vencedores ni vencidos. Por lo demás, no se "siente" el daño que se pueda infligir a Rusia, y al mismo tiempo se le inflige por cierto miedo: al alcance de la crisis de los países centrales, "sufrimiento" al que se teme. La parte de codicia está en buscar acceso a los gigantescos recursos rusos. Así que no es película de horror y sexo: es, ideología mediante y con sensación de superioridad, la personalidad psicópata de la época en acción, a la que se iría sumando en cierto grado Donald J. Trump, presidente estadounidense, por lo pronto para ver si China e India dejan de comprar petróleo ruso, al igual que algunos europeos. Lo de Ucrania es un pretexto, puesto que el inicio del cerco data de 1997, si no es que desde antes.

         Hablar con una personalidad así es imposible porque, como se dice, le "da la vuelta a todo", en lo que es de lo más ducho el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, aunque no es el único perverso, si se trata de torcerlo todo. Basta con ver a las brujildas de la Comisión Europea, como Úrsula von Der Leyen o la  alta representante de Exteriores,  Kaja Kallas, mujeres con pulsión de muerte, mientras la UE (Unión Europea) se inventa provocaciones rusas en Polonia o en Rumania. Es poco probable que esas personas no sepan que son falsedades, pero se trata más bien de poner a prueba a Rusia, de "tantear" las formas de un eventual conflicto y de repetir machaconamente el ritual para el espectáculo mediático, ganando contubernios o silencio cómplice. No queda claro hasta dónde está Rusia consciente del miedo o la cobardía que anida en los países centrales: miedo a no salir de la crisis y cobardía de "echarse de a montón" para aislar a Rusia. Se trata ya de una patología. Lo que puede decirse es que, a nivel oficial, Rusia ha hecho suya la idea de Iván Ilyn, filósofo ruso exiliado en los años 20 del siglo pasado: el derecho de resistir al mal mediante la fuerza. Se trata, a grandes rasgos, del derecho a la legítima defensa. Lo que no termina de quedar claro es hasta dónde puede quedar deformada la percepción de la situación en los países centrales, y hasta donde alcanza a ver la percepción rusa, ya que no es un asunto de diferencias culturales, ni de movidas, jugadas y más geopolíticas al infinito, sino de pérdida de referentes y de sentido: ¿entienden el sentido de lo que hacen quienes pronostican "la Tercera Guerra Mundial" o quienes no piden algo de moderación (cuando menos) de la UE y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)? (da click en el botón de reproducción).



viernes, 12 de septiembre de 2025

SI TIENEN TELE, AHÍ SE VEN

 La Ciudad de México se lo traga todo, en las patologías de la imposición y la sumisión. O casi, habida cuenta de las notorias mejoras en los años 2000, desde que la izquierda triunfó en la urbe en 1997: ya no es la difícil ciudad más bien sucia, insegura y contaminada de los '80, ni madriguera de porros y paramilitares, como de 1968 (al amparo de la regencia) hasta los '80, ni lugar invadido de ambulantes y con transporte de mediana calidad (Ruta 100), etcétera. Al mismo tiempo, la hoy CDMX (antes Distrito Federal) sigue siendo la ciudad más corrupta de México, aunque tampoco abundan los policías "mordelones" o los judiciales extorsionadores, ni lugarcitos como Tlaxcoaque para una "calentadita" a los opositores extremos.

      Cuando llegaron los españoles, ya había una ciudad que los maravilló: Tenochtitlan. Para más señas, la corrupción no es "cultural", porque la cultura mexicana tiene dos grandes troncos, el prehispánico y el español, y en el mundo precolombino no había corrupción. En cambio, la hubo en grande durante la Colonia, y vista como algo "natural", por distintos motivos, y asociando por lo demás a caciques indígenas. A pesar de lo dicho, la capital virreinal, que lo era del lugar más importante para el imperio colonial, la Nueva España, se convirtió en lo que se conoce como "la ciudad de los palacios". A la larga, hizo girar en torno suyo -y a Hernán Cortés y Moctezuma +Cuauhtémoc- la idea de "México" en sus supuestos orígenes, aunque en realidad lo estén, entre otros, en Miguel Hidalgo y Costilla y el no suficientemente valorado José María Morelos y Pavón, con la Independencia (más allá de la biografía de Fernando Benítez). A la "ciudad de los palacios" se le reconoce hasta hoy, en canales subterráneos, calzadas y barrios, la herencia prehispánica. Hoy, por lo demás, se han reducido los lugares de miseria.

          Para finales del siglo XIX, México empezó a entrar en la era de masas, aunque al cabo de un siglo nucleado por la hacienda como forma de socialización de gran importancia, y de origen colonial, aunque perduró con la Independencia. El surgimiento del poder político, salvo por Benito Juárez, quedó ligado al espíritu de hacienda y la "casa poblada" familiar y de dependientes, la felicidad de las telenovelas y el drama oligárquico. Desde el poder político, sin capitalismo endógeno (en particular a falta de industria nacional, salvo excepciones), y por ende de origen señorial, pero ilegítimo, se podía "alquilar" a la inversión extranjera para lograr la modernización, que dejó huella, y no nada más en el ferrocarril: las construcciones de estilo porfiriano, el antecedente del Paseo de la Reforma y el inicio de la construcción del palacio de Bellas Artes agregaron más de "monumental" a la capital mexicana. Quedó en la mentalidad capitalina, ya en el inicio de la era de masas, una cierta idea de la política, al mismo tiempo señorial, ilegítima y clientelista, heredada de cuatro siglos (la Colonia más el siglo XIX de la hacienda), no desprendida de la Iglesia, y la afición por lo extranjero, para tiempos del Porfiriato, el afrancesamiento. Hasta cierto punto, es el poder político que "concesionó" como "favor": a clientelas nacionales allegadas, y a la inversión extranjera.

      Para más señas todavía, es también lo que hizo el seductor de la patria (1988-1994), siempre desde el poder político. Fue la época, aunque ya se trataba desde antes, con el presidente Miguel de la Madrid (1982-1988) en que empezó a dejar de verse a Diaz como negativo. Al poco rato era un Díaz "con rostro humano" con "El vuelo del águila", la telenovela. Se decía que Díaz había logrado el progreso económico, pero no la "democracia", tanto como decir que no había sabido "repartir". Ahora bien, más allá de la modernización, a la inmensa mayoría del país no le fue bien con Díaz, al grado de que, siendo pobre, se empobreció más, lo que han probado estudios históricos con estadísticas en la mano. Dicho sea de paso, a la mayoría tampoco le fue bien a finales de los '80 y en los '90. Pero una parte de la población fue a dar en lo que Andrés Manuel López Obrador llamó "neoporfirismo", por lo demás sin ser el único  Llegó una nueva modernización, esta vez estadounidense, latente desde antes. La CDMX, entonces Distrito Federal, mantuvo prácticas clientelistas y vió llegar una nueva extranjerización: el capitalino, el "chilango", oye música con frecuencia en inglés y, con la misma frecuencia, se cree un señor con el que hay que aguantarse un uso particular del libre albedrío, que depende de la buena o mala voluntad, la del "hago siempre lo que quiero...", además "me las puedo..." y "a mi nadie me dice que...", por lo que nada es asunto de responsabilidad u obligación, sino de "culpas"; poner al "señor" o la "señora" delante de una responsabilidad es atribuirle una "culpa" de la que está exento, porque su libre albedrío es fuero.

        Al mismo tiempo, así fuera por influencia del exterior capitalista, se fue aprendiendo el cálculo de conveniencia, hasta que, andando el siglo XX, fuera pasando a mayor plano, en lugar de la antigua maniobra "autoritaria": después de todo, la "gente decente" capitalina se acostumbró a "entrarle" y a arreglárselas con dinero para, como lo decían incluso empresas transnacionales, "engrasar" la corrupción. El "chilango" puede ser el de la cortesía, o incluso el del trato que llega a lo afable, cuando no a la "confianza" que instauró el antiguo régimen (el del PRI-Partido Revolucionario Institucional), dando la impresión de cercanía emotiva, y el mismo dispuesto a deshacerse del otro sin gran problema si lo dicta la conveniencia. No es "lo mexicano", sino lo que, de preferencia por la jerarquía en el Porfiriato, se convirtió en "empate" priísta, como propio de la era de masas en el Tercer Mundo, a caballo entre el mundo precapitalista y el capitalista: el engaño, de muy antigua raigambre, al servicio de lo más ramplón del capitalismo, la pura conveniencia, que se afianzó luego del seductor de la patria entre varias generaciones, y que da en el "aprovechado", que es la reputación no tan infrecuente del latino en general, aunque como versión específica de un comportamiento de masa ("me creí superior a cualquiera"...).

         Tal vez lo incómodo no sea la conveniencia, que se puede interpretar de diversas maneras, pero que puede llegar, como en el mundo de los países centrales, al egoísmo más crudo, lo que Marx llamaba "las aguas heladas del cálculo egoísta". Es de lo más duro. Pero no se trata de idealizar lo que fue creando en parte el hoy llamado Sur, y que es en una parte de México (ni siquiera todo el país) el uso frecuente de la "cercanía personal", la "familiaridad", hasta de "melcocha", reservándose -para colmo, como fuero- el cálculo de conveniencia más ajeno a la apariencia dada. Es el clientelismo "moderno", del lazo de dependencia personal "juramentado", pero potencialmente desleal: siempre entre dos sillas, el egoísmo sin empacho pero, además, en el Sur, no asumido como tal, sino "apadrinado" en grupo. No es entonces cosa exclusiva del capitalino. Como se dice, "sobre aviso no hay engaño". Lo que es más propio del capitalino es lo que se conoce coloquialmente como "golpe avisa": en vez de hacer aparecer de entrada la conveniencia descarnada, el preámbulo es lo contrario del "sobre aviso", y por lo tanto, es también el potencial engaño: la familiaridad como artificio de "trato personal", o el "choro mareador", para "marear el punto" y buscar aventajar. Cantinflas lo vió y encontró la manera de reírse de este "modo de ser". Desde los '90, ha sido menos -salvo en ámbitos cortesanos- y más abierta la conveniencia, que puede llevar a otras reglas, pero también a ir descartando el engaño mencionado. Los que lo atribuyen erróneamente al grupo gobernante son los del "neoporfirismo", persistente en el mundo mediático (por cierto que, ya agarrando experiencia, la presidentA Claudia Sheinbaum se ha vuelto hábil ante tanta engañifa de los medios, que "hacen creer"): México puede desempatar, y parte de la CDMX también, pasada la onda lumpen. Será más citadino y menos "barroco", tal vez, para error de quienes han querido hacer de ciertas conductas supuesta "cultura". La cosa nostra no es cultura. Lo que el antiguo jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, no consiguió, por falta de callo, tal vez vaya lográndose con suficiente tiempo para la autodenominada "Cuarta Transformación", más allá de sus resabios izquierdistas o priístas (da click en el botón de reproducción).




jueves, 11 de septiembre de 2025

A QUIÉN LE IMPORTA

 El hecho de que una universidad pública sea en la ley un organismo descentralizado del Estado conlleva riesgos: uno de ellos, conocido en la enseñanza del Derecho, de que se convierta en un feudo, es decir, en una dependencia al servicio de un "señor" y "su" gente, una clientela. Sucede en la medida en que, desde hace tiempo, la universidad es un reducto de seguidores del seductor de la patria, con variantes, desde resabios del PRI (Partido Revolucionario Institucional), como ocurrió durante ocho largos años con el obispo de Copilco, hasta de enquistados como los Woldies, del Instituto de Estudios para la Transición Democrática, que en cierta medida, poco antes de afianzarse, se repartieron premios entre sí con un rasero de clientela, y no ligados propiamente al trabajo académico, sobre todo a falta de éste si se estaba por ejemplo en cargos de supervisión electoral. Por lo que se refiere al obispo de Copilco, en su momento, de cooptación, ni siquiera se dió el trabajo de disimular su afiliación partidaria. Lo dicho aquí no lo es todo, aunque se trate de una tendencia fuerte; la universidad pública sigue contando, sobre todo a nivel administrativo, con gente de especial buen sentido del servicio público y algunas buenas áreas de estudio, además de, finalmente, una paulatina (aunque ambigua) renovación generacional, para no idealizar el pasado "estilo India", de "vacas sagradas". El carácter "descentralizado" tiene que ver con una autonomía concebida por el "uso" de la universidad, para todas las corrientes de pensamiento, y JUSTAMENTE para evitar el manoseo político-ideológico. El predominio de "grupos" que responde a una "política" es, de entrada, ajeno al espíritu universitario.

         Desde hace años, y más notoriamente desde 1999, aunque hay tendencias previas, la universidad no sirve al Estado en gran medida porque responde a intereses de organismos internacionales, que dictan las grandes líneas a seguir (como por ejemplo a través de un memorándum con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico- OCDE cuando la encabezaba José Ángel Gurría, funcionario del seductor de la patria). A través de informes y "recomendaciones", dichos organismos encuentran la manera de que los funcionarios/tecnócratas repercutan "agendas" al interior de la universidad, quedando por saber si los intereses de dichos organismos son los mismos que los del Estado mexicano, más por la influencia transnacional. Aunque hay excepciones, lo que se hace en bastantes lugares de la universidad pública no responde al interés del Estado nacional, con atributo soberano, sino al exterior. Desde los 80, se agrega el incesante trasiego de universitarios al exterior y, en particular, al "tráfico" con universidades foráneas, en particular de Estados Unidos, y en menor medida de Canadá: la creencia es que lo de afuera es por fuerza mejor que el "pobre Mexiquito", hasta la apertura indiscriminada y la indiferencia y la ignorancia de lo propio. Es la generación del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), que se reforzó desde los '90 con la "globalización" como coartada. Son en parte los "demócratas liberales" que no ocultan que el Estado nacional les parece algo "atrasado". Como se dice coloquialmente en México, son aficionados a "mamar y dar de topes", y no debe haber Estado más que para saquear el erario. Están en primera fila para situarse contra la autodenominada "Cuarta Transformación", si hay privilegios creados que se sientan inseguros, en vez de contribuir a diagnosticar y resolver los problemas del Estado nacional.

         Los otros, quienes crecieron "Demócrata" y ponen el aderezo libertario, sin excluir a la izquierda "radical", consideran que el Estado-opresor-es-un-macho-violador o, para decirlo de otro modo, confunden Estado y gobierno, como los "demócratas liberales": participan de la recolección de fondos (fund raising) con las modas de "acción afirmativa": a su manera, el uso de fondos del Estado -es decir, del interés general- para, diciéndolo otra vez coloquialmente, "patear el pesebre", al grado de llegar a un despilfarro de recursos monumental por saturación de lo mismo y "sobreproducción" que tampoco obedece a intereses endógenos. Se trata de generaciones intermedias que hacen "grupo de presión" para generar la creencia del all inclusive, todas las minorías de lo que sea incluidas, y ocupando el espacio público con asuntos personales, desde que "lo personal es político", sumando a la clientela su decisión de hacerla de .lobby. Trátese de las clientelas, de los grupos de presión o de ambas cosas, ya no tienen que ver con el interés del Estado, general y público, porque se trata de intereses privados, al amparo de la autonomía que a la "izquierda grupo de presión" le sirve también para lanzarse contra el Estado.

        La autonomía no es soberanía de una academia que no tiene dinámica propia (endógena), sino que baila al son de intereses exteriores que no son los del Estado, sino con frecuencia extranjeros: sí se trata de "neoporfirismo" tanto por la preferencia por la moda foránea y el abandono del interés nacional como por la reducción de lo nacional a asuntos de "grupos" de privilegiados con pretensiones aristocráticas -por mi raza hablará Carmelita Romero Rubio- y pasión por la intriga y ese "ser dueño de su silencio" tan de don Porfirio, para enseñarse a no hablar nunca más de lo "necesario y conveniente" para permanecer en el "círculo", y a tal grado a costa de la independencia de criterio, que se toma ésta como si alguien, en vez de entregar "la merca", se la quisiera quedar para beneficio propio y -pura proyección/inversión- por ánimo personalista. De lo último que se habla en la corte es de trabajo, salvo como pretexto para tener con qué "moverse" y ascender, así sea la última de las frivolidades o pura chatarra. Al mismo tiempo, entre las generaciones más jóvenes, queda por saber si, dadas sus circunstancias específicas, y aún con "grupos de presión" encima, pueden encontrar un camino propio que no sea el de los acaparadores de tantos años. Algunas posibilidades hay, entorpecidas por personas que, como no es tan difícil de entender, se hicieron de privilegios a costa del Estado y, por lo tanto, del mínimo de institucionalidad alcanzado. Lo otro es la universidad "patito" para cerrar no precisamente con broche de oro, y creyendo que la culpa es de Trump o de la "4T". Cualquier cosa, que en proyección/inversión sea exterior, con tal de no asumir nada, y "trascender" no dejando en la Tierra más que ese cuidado de "nada más de lo necesario y conveniente" para asegurar privilegios, hacer relaciones de poder y para, llegado el caso, debilitar al compadre. Ya que se está en Andrés Manuel López Obrador (Neoporfirismo), tal vez lo anti4T sea un ánimo de necesariato. De importancia muy de dudar (da click en el botón de reproducción)







martes, 9 de septiembre de 2025

VAS PA'TRÁS, PAPÁ

 Francia es, como en parte (aunque menor) España, un país que conserva cierto grado de debate de ideas, a condición de evitarse un punto: como el Reino Unido, del que han salido muchos historiadores de la más refinada mala fe sobre el tema, en Francia es prácticamente imposible hablar con un mínimo de serenidad de la Unión Soviética y de Rusia. Se trata en Francia y el Reino Unido de dos antiguos imperios coloniales, ya capitalistas, que creen tener algo de "especial" y que, en materia de anticomunismo, son bastante peores que Estados Unidos, motivo por el cual el Reino Unido está "apuntado" por las armas rusas, y algunos excesivos creen en un complot "anglosajón". En materia de historia de la Unión Soviética, hay a veces historiadores estadounidenses honestos, como algunos en España. Es en cambio imposible en Francia y el Reino Unido. Han pasado décadas desde Charles De Gaulle en Francia y su idea de tener mayor independencia frente a Estados Unidos. Por lo demás, algunos creen en una capacidad de ideas de Alemania que es reducida, y en este país tampoco falta la mala fe anticomunista. La diferencia, en parte, está con Francia en el debate de ideas mencionado, por lo que puede haber alguien como Marine Le Pen, por extraño que suene. A su vez, Estados Unidos tiene buena tradición de historiadores en lo que se llamaría una tradición "empírica". Como al estadounidense le gusta ésta, salvo excepciones difícilmente se lanzará a inventos graves como los de los británicos y los franceses sobre la historia del comunismo. La tradición capitalista de Francia y en parte del Reino Unido, más que de engaño, es de hipocresía y de lo que a raíz del francés Moliére se conoce como "tartufismo", más incluso que de simple cálculo de conveniencia a la estadounidense. De los países mencionados, pese a la hipocresía frecuente, Francia es el que más conserva una mezcla de cortesia y educación que se llama politesse. En cambio, el estadounidense puede ser majadero -como lo es el presidente Donald J. Trump- y el alemán prepotente y, como el estadounidense, orgulloso de su ignorancia. Se trata apenas de tendencias.

         Gracias a lo que viene sucediendo desde hace décadas, en particular los '80, un país como Francia se encuentra con un antiguo declive agravado. El declive se remonta, en parte, a los gravísimos estragos de la Primera Guerra Mundial, comparativamente más graves que los de la Segunda; pese a De Gaulle, Francia tuvo dificultades en aceptar la descolonización de la segunda posguerra, en particular por la cuestión de Argelia y el peso de la población francesa de origen argelino: es en este terreno que Jean-Marie Le Pen fue alguien de extrema derecha siniestra. El declive prosiguió luego con las deslocalizaciones industriales y el deterioro paulatino de los servicios públicos, alguna vez muy buenos, en particular en materia de educación y salud. Era un muy buen sistema educativo que contribuía a alimentar el debate de ideas: para que se tenga una idea, hoy un 30 % de los franceses adultos no puede leer una página escrita. La investigación científica y tecnológica ha decaído. En resumen, una parte no menor de la población francesa se está volviendo cada vez más tonta, para decirlo de manera suave, sin que ayude conjugar tontería e hipocresía, al servir esta última para no hacer ya "trabajo" mental (lo que se conoce como "el trabajo mental de..."). Está remplazado, aunque en redes es algo distinto, por grandes medios de comunicación masiva cuya insolencia se ha acentuado, volviendo permeable la población a la mezcla de la época de mala voluntad e ignorancia, lo que tipifican bien varios de los últimos presidentes franceses, como Nicolas Sarkozy, el inenarrable Francois Hollande y un Macron psicópata narcisista. Esto ocurre más allá de la inmigración, por el peso mediático y de la alta finanza, que llevaron de hecho a Macron al gobierno. Al mismo tiempo, en una situación asi, los inmigrantes más recientes no se sienten obligados a ser primero ciudadanos y después de tal color u origen, sino que agarran un espíritu de "gueto" o incluso de delincuencia que no es justificable. Según el científico francés Didier Raoult, parte del declive francés hoy tiene que ver con una vida de "servicios" (que ocupa al 80 % de la población) repleta de "administrativos" ("gestores") que en realidad ya no saben gran cosa, ni sobre lo que "gestionan": igual que la universidad pública, por lo demás, y gracias a la digitalización, también. Es así que quienes "gestionan" (como en México lo hizo Hugo López-Gatell), sin enterarse de mucho, impidieron a Raoult trabajar con hidroxicloroquina siendo que, gracias a ésta, el Instituto marsellés del médico mencionado logró la tasa de mortalidad más baja del mundo por COVID 19. Como para resolver problemas hay que pensar, se ha llegado a la obviedad de que lo mejor es no tener problemas y andar simplificándolo todo: la conclusión es que hay que proceder "sin pensarlo mucho" (si todavía se plantea algo de pensar en vez de recitar un protocolo).

      Como lo sugiere Raoult, el resultado es que los asuntos prácticos en realidad ya no se saben enfrentar, para no decir que los del orden de lo humano tampoco, más allá de seguir reglas mínimas, procedimientos y protocolos. Para Raoult, quienes "hacen" (se puede entender que de manera creativa) son cada vez más minoritarios. En educación y salud, cada vez menos se "sabe hacer", y en cambio se inflan los "gestores" tipo video-juego. Así, Francia conserva en ciertos espacios particulares capacidad de debate de ideas, pero no interesan demasiado, y se trata de un país que se está "des-civilizando": es notoria la diferencia, por ejemplo, entre el nivel a la baja de un estudiante francés (o un alemán), próximo de la tontería de más de un estadounidense (para quien la tontería también tiene que ser "mega", "súper", "híper" y "monstruo"), y el nivel más alto de algún español (no siempre), pero sobre todo asiático, chino en particular. En varios países centrales, hay gente que percibe una pérdida de sentido: algunos creen que lo hay en seguirle como en el siglo XX a la creencia de que los bárbaros son los de afuera y los "autócratas" como el presidente ruso Vladimir Putin. Ni siquiera sirve tratar de alertar, porque habría que "saberse de otra" y más de uno cree encontrar la escapatoria cerrándolo todo con llave. Y aún así, el "Sur global" se abre -nada nuevo- en vez de pararle a la imitación por el conocido "efecto demostración". Si el del país central es tonto, es que es el progreso y que ser tonto es lo máximo. Qué bueno que la vida sea cada vez más simple: si no fuera por el trabajo y por la prudencia de algunos, la simplicidad tal vez ya fuera la de hacer guerras a pedradas, para seguir a Albert Einstein. Porque, como decía De Gaulle sobre la gente peligrosa, lo puede ser peor si "además, tiene talento". Como los que celebran a Macron -y no saben de la tendencia a la vanidad del hombre francés y a la lealtad de la mujer francesa-y no tienen sino entre recelo e indiferencia ante el verdadero debate. ¿Muy su asunto el de Francia? (da click en el botón de reproducción).



TORRE DE ESPECIALIDADES "JOSÉ ALFREDO"

 Una de las más simpáticas cosas de varias profesiones liberales en México, incluyendo a médicos y abogados, es que no pagan impuestos, ni parece haber prisa o pedido de que lo hagan: una forma de privilegio, de entrada, y para todo un sector, de llenarse los bolsillos echando al mismo tiempo pestes contra el gobierno. Si alguna vez México tuvo muy buena reputación en ciertas áreas de la medicina, como la neurología o la cardiología, ahora ya no. Hubo una época en que era de gente acomodada el "me van a operar en Houston", y resultaba que en Estados Unidos el médico era mexicano.

      Como cuenta el ensayista William Ospina de Colombia, el médico en México tiene la costumbre, si se equivoca, de rugirle a su víctima. Con hábitos de antaño, el médico tiene de cura y de militar: lo que dice es "verdad revelada" y, además, se le debe obedecer a ciegas. Tiene además hábito de monopolista o acaparador: es "el que sabe", y toma por ofensa ("aquí el médico soy yo") cualquier intento del paciente por informarse para cooperar. Pese al ademán de la "confianza", se trata ante todo de hacer valer una jerarquía ante quien está necesitado, llegando esta posición a ser más importante que el ejercicio de una "ciencia y arte". Para comenzar con el folclore, una medicina funciona si se le tiene "confianza", y si no funciona, es porque, para empezar, al médico no se le tiene la DEBIDA confianza. Luego, entra uno en un mundo de posibilidades, cuando el médico se sirve de la confianza para pasar a la desverguenza o el cinismo. Uno, que se cree especialista en medicina psicosomática, confunde uno tras otro los efectos secundarios con "somatizaciones": no se trata de error, sino de sensibilidad del paciente "idiosincrático", "porque cada uno reacciona a su manera", en cuyo caso debiera fabricarse un medicamento para cada paciente. Después está el Gran Maestro que le dice a su paciente: "lo que usted tiene da para todo", como otra que diagnostica "un poco de todo", para quedar enfermo "de todo un poquito" (a riesgo de entrar en una maratónica toma de medicinas para "todo"). Otra se saca de la chistera que el paciente tiene una mente "muy poderosa" que "destruye todas las medicinas" Uno más diagnostica: "tienes algo más raro que un perro verde", sin mover un dedo para indagar, en lo más mínimo. El asunto es que no se trata de curar, y mucho menos de "curar sin dañar", sino de ver quién se queda con "la culpa" (por "idiosincrático") y quien consigue eludir cualquier responsabilidad, porque lo propio del mundo señorial es que un señor no le rinde cuentas a nadie ("a mi nadie me..."). No se trata más que de fabricar culpables, como hasta hace algún tiempo en el aparato judicial: cosa del paciente si "tiene un poco de todo", algo "más raro que un perro verde" o si "somatiza" todo lo que toma o "destruye los medicamentos con su mente tan poderosa". El raro es el paciente, no el médico diciendo cualquier cosa para "salir del paso", no buscarse ningún "problema" y, en una verdadera enfermedad del "quedar bien", empezar consigo mismo, convencido de que el paciente es todo un fenómeno. No faltan otras gracejadas: si en un lugar le encuentran una catarata en un ojo, en otro, de "recomendado", le encuentra dos cataratas. Después de todo, en la recomendación no cuenta el paciente, sino "ofrendarlo" al tráfico de favores entre "quién lo recomienda" y el "profesional". El asunto puede eternizarse años y hacer que se estropeen por ejemplo los años de juventud en un larguísimo tour por lo que el médico de la psicosomática resume tranquilamente así: "soy huevón pero he estudiado" (!). Se puede añadir el otro Maestro que concluye: "estoy seguro de que usted no tiene nada" (será nada mejor que hacer que pasear entre médicos, total que es muy entretenido"). O el que recomienda atención "porque el paciente tiene doctorado" (excelente: el estudio de la economía internacional exenta de enfermedades). Y si hay confusión, lo "psiquiátrico" da para la sentencia ante la que ya sólo cabe el amparo: "lo que usted tiene es emocional". No es que los médicos no dominen su oficio; es que el paciente no domina sus emociones. Y vuelta a lo mismo, por cierto después de pasar por una "enfermedad de Crohn" y una "colitis" de las que se descubre que nunca existieron. "Lo suyo es emocional" tiene algo de "está usted para asilo de locos", no los médicos que tienen una imaginación para salir del paso cuando menos tan febril como la de uno.

        Para otros, muy tristemente, ha tocado la confusión de una angina de pecho con un infarto y una arritmia en realidad inexistentes, y, cuando corresponde recetar el más sencillo de los medicamentos por prevención, recibir nueve (!), como si se hubiera pedido buffet, ocho innecesarios por completo y uno de ellos considerado muy peligroso: suficiente para estar meses en cama encontrando el modo de salir de tan grave iatrogenia. No es suficiente, más allá del riesgo de terapeutas "naturistas" que, así ayuden temporalmente, no saben mucho de medicina. Al fin, hay algo, y es necesario volver a pasar por la conducta cínica: si se le dice al médico que ponga atención y que no es asunto de negocios, como todo un ilustre psicópata corta la conversación "porque ahorita se murió una tía muy querida y tengo que estar acompañando a mis primas". Algunos lógicamente se cansan, y llega a partir de una información médica errónea el desenlace fatal: nadie querrá saber de él si hubo algún "problema", sino ahorrárselo, "quedar bien" y desaparecer; pese a la ley, no hay demanda que valga ante un médico porque las cosas están hechas para que se protejan entre sí en el gremio. Así el negocio desde que, en los '80, empezó la medicina mexicana a olvidarse los bisturíes dentro de los cuerpos operados y otras linduras. Apenas recientemente, y de manera parcial, aparecen algunos médicos más jóvenes que no oscilan entre "a mi nadie me..." y la psicopatía narcisista. No están exentos, por más privilegios que lleguen a tener. (da click en el botón de reproducción")



domingo, 7 de septiembre de 2025

VAMOS A ARMAR UN DESMADRE

 Es en gran medida un enigma hasta dónde la personalidad de la época puede conservar la conciencia de sus actos y de la responsabilidad, o volverse irresponsable por creer a ciegas, sin distancia alguna, en tal o cual cosa, los negocios como "realidad última", por ejemplo, en cuyo caso los países centrales están en una contradicción: entre la necesidad de buscar "reabrir" a su favor el mercado ruso y sus gigantescas riquezas, en aras de quitarse límites a la ganancia, y el riesgo de desembocar en una situación absurda, dado que, de volarse el planeta por una guerra nuclear o la "Tercera Guerra Mundial", ya no habrá posibilidad de gran cosa, y por ende, tampoco de hacer negocios. Como se encuentran las cosas en la actualidad, la segunda opción supone que Estados Unidos tenga un papel importante, y se desate un conflicto intercontinental.

         Recientemente, se anunció en París, capital francesa, que la "Coalición de voluntarios"  ha logrado la anuencia de 26 países para, en caso de alto al fuego, armisticio o acuerdo de paz, llevar a Ucrania tropas a ser desplegadas "por aire, mar y tierra". Se ha llegado a un punto en que no hay problema, como se ha sugerido ya, en delirar: el presidente francés, Emmanuel Macron, puede afirmar a la vez que se trata de "lograr una paz duradera" y "que no se imponga ninguna limitación de formato o capacidad al ejército ucraniano". La manera más "segura" de lograr la paz es armando y respaldando a fondo a un ejército. Aquí está por lo demás la mezcla de mala voluntad e ignorancia, puesto que, si acaso se hiciera realidad este plan, hace rato que se sabe -y lo ha reiterado el presidente ruso, Vladimir Putin- que estos nuevos "voluntarios" (al parecer nunca faltan en Ucrania)- que se convertirán en blanco para Rusia. Ni siquiera se está negociando nada: se le ha dicho a Rusia que no podrá "condicionar" esta presencia de "voluntarios" (es "sí" o "sí"), porque se trata de "disuadirla", pero además, Macron considera que hay que presionar a Rusia con más sanciones para que "se siente a negociar", sin que se sepa qué, puesto que, de entrada, sobre los "voluntarios" se dice que no hay nada que negociar. Por lo visto, no se quiere notar que la Unión Europea (UE) y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) no están negociando absolutamente nada, a diferencia del presidente estadounidense Donald J. Trump, chantajeado, sino buscando por enésima vez imponer y buscar hechos consumados, por lo demás siguiendo un guión de más de 30 años de existencia. Como es sabido, el psicópata o perverso narcisista ("perverso" en el sentido de "torcer" las cosas) tiene dificultades para entender, si no es que, como dicen algunos, "no entiende que no entiende", no dejando más alternativa que el límite por la fuerza, cuando, peor, cree que la paciencia del otro no es más que debilidad. El medio es el mensaje: si los "voluntarios" aducen que "la paz" se hace por la fuerza (para "disuadir", "dar seguridad", etcétera), no hay motivo para que, perdida la paciencia, el otro considere lo mismo, que "pacificar" Ucrania es, en buena lógica, desmilitarizarla y, por lo mismo, usar la fuerza contra cualquier pretensión de darle fuerza a Ucrania. El resto es para el espectador, si se trata de saber quién empezó: se dirá que Rusia en 2022, sin cuestionar qué hace la OTAN rodeando a Rusia desde 1997, cuando menos, es decir, desde mucho antes de 2022. Al menos que "los voluntarios" no conozcan lo que no sea el chantaje, implícito si el capital "extorsiona plusvalía", basándose en la necesidad de la fuerza de trabajo, que no tiene otra que venderse para ganarse la vida. Lo "natural", entonces, es aprovechar "la ocasión" ("la ocasión hace al ladrón"), desde luego la caída del bloque socialista, para chantajear a Rusia y buscar colocarla en la situación cuando menos de venderse, después de haberlo hecho tan bien en los años '90, si no "en necesidad". Hasta aquí la mala voluntad. La ignorancia parece estar en otro lado: como se cree y se repite que Rusia es poca cosa, sobre todo si los "voluntarios" se creen "superiores" (por "deducción" luego del fin de la Guerra Fría), se tiende a olvidar que, por sus dimensiones y su grado de adelanto, el "estado de necesidad" de Rusia no lo es tanto.

     Lo que está en juego es una creación del capitalismo naciente, en el siglo XVII, con los Tratados de Westfalia, el Estado-nación (que en Rusia es multinacional), puesto e tela de juicio por los "globalistas", y que está en dificultades un poco por doquier, a reserva de cómo sean interpretadas, porque no es asunto sencillo ni de reivindicar ninguna Estadolatría o el "Estado de Bienestar", contra las creencias "progres". Desde el punto de vista de lo que representa históricamente, Rusia es "reaccionaria", ya que no hay futuro en el Estado "porque sí" o para respaldar negocios. Este es otro debate. la UE está dañando gravemente a más de un Estado-nación miembro. En más de un lugar del "Sur global", el Estado no alcanzó a consolidarse, se ha debilitado desde los '80 o ha caído en situación "fallida", en particular en América Latina y África. En principio, el Estado debiera estar para "la administración de las cosas", y no más. Al mismo tiempo, el "globalismo" implica tal concentración de poderíos que complica la resolución de problemas a escala nacional, e incluso local, llevando a formas varias de descomposición. Entre "globalistas" y "nacionalistas", se trata de una diferencia "por arriba" que no tiene visos de solución.

     Por lo pronto, lo que tal vez logren los "voluntarios" sea escalar la tensión, si no es por lo demás lo que buscan, como parte del chantaje, porque es propio de la personalidad de la época no conocer de límites y, por lo mismo, crear situaciones límite, al grado de jugar a diario con "la guerra nuclear" o "la Tercera Mundial" no para suicidarse, sino para intimidar al otro, por lo demás culpándolo y convirtiéndolo para el espectador en "el malo". Dicho de otro modo, los "voluntarios", después de todo, buscan escalar, presentándose como "el bien", porque no se saben ninguna otra. No es posible anticipar demasiado, aunque hay que distinguir dos cosas: la razón y la justicia que están del lado del patriotismo ruso, y la notoria incapacidad de Rusia para entender hasta qué punto es el propio sistema escogido por Rusia el que, en la actualidad, tiene rasgos patológicos. No queda claro, por o pronto, si lo que están buscando los "voluntarios" no es un desastre a las puertas de Rusia (da click en el botón de reproducción).



        

viernes, 5 de septiembre de 2025

LA SECTA DE GEORGES GASTAUD

 El Polo de Renacimiento Comunista en Francia (PRCF) fue creado a principios de los años 2000, en gran medida a iniciativa del señor Georges Gastaud, frente al declive del Partido Comunista Francés (PCF). Hasta hoy, Gastaud ocupa en esa organización un lugar de primera importancia. Sostiene, entre otras cosas, dos "tesis": que el capitalismo es "exterminista", es decir, que pone en juego la sobrevivencia de la Humanidad; y que es "fascistizante", además de llevar a la guerra. Gastaud se basa en la idea de Marx de que el capitalismo "agota a la naturaleza y al Hombre", y el mismo señor repite lo mismo desde 1985, o sea, desde hace 40 años, sin moverse de un milímetro. Para alguien que se precia de conocer la dialéctica, como se privilegia "el combate", no hay más que una vaguedad ("el pueblo", "la clase obrera"...) contra otra vaguedad: el imperialismo en general, hegemonizado por Estados Unidos, y la "derecha". No hay "contradicciones en el seno del pueblo", como dijera algún líder chino, y tampoco en las clases dominantes, ni en la "derecha". A este ritmo, no es difícil caer en estereotipos y en cierta forma de "enfermedad infantil del comunismo", parafraseando a otro, bolchevique; es del mismo nivel que lo que suele estilarse en el hoy llamado "Sur global": el capitalismo es "malo", reivindicar el socialismo es "bueno" (para Gastaud es un vago "socialismo de nueva generación"), y no hay contradicciones tampoco en el socialismo, como difícilmente las hay en "el Sur". La dialéctica es así lo infantil de "lo bueno" y "lo malo", suficiente para creer que se tiene siempre la razón y que no tiene caso escuchar a nadie, menos si es de derecha. Gastaud se pone a lo "progre": "derecha" es "facho" (empezando por Marine Le Pen). La gracia es asegurarse el protagónico: no saber por qué Le Pen es "facha" o no, sino ponerse al "mírenme, soy antifacho".

         Por el estilo, si a un policía se le pasa la mano con un conductor argelino en situación no muy regular, es que aquél es "facho" (y los inmigrantes no pueden ser tocados, aunque a veces lleguen a delinquir o a no obedecer a la policía). Policía =facho es el CRS=SS de 1968. Todo policía lleva un nazi adentro, de la misma manera en que un Estado-represor-es-un-macho-violador. Suficiente para ir poniéndose a tono y, de ser posible, convertir mediante malabarismos al argelino en un George Floyd.

         Desde luego, hay que ir a colgarse de cualquier causa, y si es la de Palestina, Gastaud sale con que el futuro es un "Gaza planetario", además de que el alcalde de Tel Aviv dijo que el premier israelí, Benjamín Netanhayu, es un "teócrata fascista". Si hay represión en Corea del Sur, es "fascismo", aunque el represor se caiga a los pocos días. Si el presidente estadounidense Donald J. Trump pone dos submarinos nucleares en el Báltico, lo que por lo demás no es novedad, Gastaud se precipita a predecir la llegada del apocalipsis nuclear. Encima, le cree al primer ministro del presidente francés Emmanuel Macron que se prepara para un "conflicto de alta intensidad": Gastaud ve en el blofeo de Trump en Irán "la chispa que puede incendiar la pradera" (de Medio Oriente y más allá), y con tal de "exhibirse" como antiimperialista, está -como Macron, por cierto- listo a saltar en defensa del proletariado de Groenlandia (a través de los comunistas daneses) o para oponerse a la "colonización" de Panamá, al unísono con los medios de comunicación masiva "globalistas".  También es insultante que Trump hable de Canadá como lo que tiende a ser.

     Entretanto, al "izquierdismo" sesentaiochero se suma la repetición del "socialismo o morir" de la "pequeña Cuba", para dejar entrever que el lema es el que debe entender la Humanidad, y que equivale a "soy yo, o el diluvio". Curiosamente, lo mismo que lo mediático: "es capitalismo o terror y millones de muertos", para acabar en "helado de Vainilla o Corea del Norte". Así se orilla al PRCF a estarse a la alabanza del "Che", otra moda de los sesenta, como de "Fidel" y hasta de Hugo Chávez. Lo único que falta es una peña folclórica. Y lo de siempre: "lo bueno de ésto es lo malo que se está poniendo".

      "Gaza planetario", "Socialismo o morir" (¿es chantaje, como acostumbra el capital?), "exterminio" (Gaza es un campo de exterminio), exterminismo y "policías fachos", junto a extrañas reivindicaciones de Francia: Jean-Paul Sartre (68 + tercermundismo), a reserva de la cercanía poco mencionada de Sartre con el nazi Martin Heidegger: el antiguo secretario general del PCF, Georges Marchais, quien para su mala fortuna colaboró con el nazismo y trabajó como voluntario -no como deportado ni prisionero de guerra- en el suelo del Tercer Reich, suficiente para no andarse mostrando mucho, o el trasnochado Jean-Ferrat, todos al unísono con "no me confundan: no soy estalinista", así sea contra las directrices del PRCF, en el sentido de no criminalizar el socialismo. Cero sobre la discusión necesaria sobre el "combate" y la "política": se reduce a un asunto de poder con mucho centralismo, poca democracia y, finalmente, en la "inmolación" de secta de quienes actúan de buena voluntad, mientras no se aprende nada: la dominación empieza por casa y, como se trata de "combate", se pide obediencia y se fomenta el temor ya no se diga al desacuerdo, sino al matiz. De valores, no se habla: la "unidad para el combate" es suficiente para que desacuerdo sea desobediencia y para hacer que, fuera de lo mediático, se eviten "temas", como se dice coloquialmente en México, para rehuir el "tema" en vez de encontrarle solución. Por cuenta familiar, es formación religiosa y de "combate", para una "revolución" que no parece estar a la vuelta de la esquina.

      Por si alguien se cree que es propio de un trasnochado, no es más que el ánimo de, como se dice, "no soltar el micrófono", "no salirse de los reflectores" y tener no militantes, sino fans extasiados por la grandilocuencia machacona, siendo por lo demás algo conocidos los hombres franceses por su tendencia a la vanidad. Que el "querido líder" pase el tiempo equivocándose como meteorológico no importa, sino el lance de "profeta"; con el inconveniente, a fuerza de escatología sobre "realidades últimas", de que, en caso de fin del mundo, no es seguro que Gastaud sobreviva para exhibirse como émulo de Jean Jaurés con un "ya ven, se los dije". Por decadente que esté, el "capitalismo malo" y de caricatura sólo sirve de coartada para hacer pasar arcaísmos, como el conocido de servirse de la "causa" para, en este caso y sin mucho engaño, satisfacer una vanidad (no es la única en el PRCF) y hacer pasar la hipocresía: es que, si "la causa es grande", qué se dirá de quien la encabeza. El comunismo como nicho de mercado. !Puf! El CEO del PRCF, satisfecho de su éxito y de un discurso sin la menor fisura. O: la vida en rosa, a star is born (da click en el botón de reproducción).



LA FAUNA, O DE CÓMO SOBREVIVIR A LOS AMIGOS

En el pasado, "trascender" era con frecuencia, en América Latina, cubrirse de gloria y asegurarse la inmortalidad, guerra y religión a la vez. Pero la inmortalidad se compra en lo que se conoce como "simonía", la "compra de lo espiritual", de tal modo que, más allá de cualquier logro, se obtiene la indulgencia de un círculo de "amistades". Son cosas que, con todo, el tiempo va dejando atrás. Nadie puede asegurarse un lugar en la inmortalidad, porque lo decide el tiempo. Alguna vez, Jesús Silva Herzog Márquez decía que autodenominarse "Cuarta Transformación" es un error, porque es anticiparse, justamente, a lo que sólo decide el tiempo, como saber si se "hace historia" o no. El problema de la "compra de lo espiritual" es que se trata de corrupción: para quienes lo hacen, la ventaja es asegurarse poder en el mundo terrenal, y desde este poder, dispensar favores y/o influencias, creando una clientela y aventajando en impunidad, gracias a la sacralización. Para ejemplo, el de quienes, refiriéndose a un universitario, decían "Bolívar" con la suficiente ambiguedad para que pareciera que se trataba "también de Bolívar", fenómeno parecido al del otro "Bolívar".

          El fenómeno descrito hace por lo demás que se pueda ser injusto impunemente, por un tiempo al menos, con la omisión del mérito en el trabajo, para quien no participe de la "compra de la espiritualidad". Quien fallezca no estará para ver si pasó o no a la inmortalidad. Y no es que deban faltar valores trascendentes, pero para orientar la conducta en la Tierra, no para la "compra" incierta descrita, salvo en lo que, al parecer asunto sagrado, asegura impunidad e instala tabúes: lo que se puede o no decir. En este sentido, para quien es considerado "inmortal", la clientela hace que "todo valga", incluso después de la muerte (para ver si a otros se les "pega", es decir, para ver si la eternidad es contagiosa). Ocupar dos cargos que muchos otros han ocupado se torna "trascendente", aunque ni sea relevante. ¿Alguien sabe qué es ser jefe de una División de Estudios Profesionales? Muchos lo son y no "pasan a la Historia" por ello, como tampoco por presidir la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS). Francamente: ¿y qué? En el segundo caso, también lo hacen otros sin vanagloriarse, que es la palabra adecuada. Al mismo título, no importa tampoco "la unidad familiar" en el espacio público, porque aquélla es asunto privado, no parte de Curriculum Vitae. Pero tampoco falta el de origen francés que ponga en su CV con qué historiadora mexicana está casado. ¿Eso también se evalúa?

        Es por lo dicho que en algunas biografías se considera innecesario mencionar, por ejemplo, que alguien era miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), ni sé qué lugar en el SNII (hoy Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras), o, si se trata de puestos, DOS VECES coordinadora de un posgrado, una con José G. Moreno de Alba (1982-1986) y otra con Gonzalo Celorio, 1999-2001 (para más señas, incluso de fabricaciones de gente de filosofía y filosofía analítica ). Se trata de títulos, de servicio (hoy hasta se podría decir "retribución social"), y no hay nada de "trascendente", ni siquiera en términos de "nombre". Es un servicio público y, de preferencia, se cumple como tal, y lo mejor posible, porque la trascendencia puede estar en lo bueno, lo útil y lo justo en este mundo, y sin tanto aspaviento, aunque, siguiendo a Maquiavelo, a veces haya que golpear para hacer respetar, porque el bien y el mal se hacen bien. No se hace mal el bien ni el mal.

          El problema empieza cuando se evalúa tal o cual desempeño en un cargo no en función de lo enumerado, sino de la clientela servida o no, y el latinoamericanismo de la universidad pública, salvo muy contadas excepciones, hace lo siguiente: considera el cargo importante si es para obtener privilegios (como el de no dar la debidas clases y pedir la vista gorda en nombre de la amistad, tipo Suzy Castor o Raquel Sosa Elízaga, para quienes sí, la "amistad" es indulgencia e impunidad, a costa de la universidad pública), o como el de chantajear de parte de quien, como principal logro (vaya), tiene el de ser "esposa de" (para lo que se tiene que aguantar un marido infiel). Dicho de otra manera, ya no es amistad, aunque se la invoque, al menos en algunos casos, sino complicidad. La mafia del latinoamericanismo. Si quien está en el cargo no se presta, entonces pasa a ser objeto de vendetta, para lo que se recurre a dañar, fabricando culpables: ¿universitarios? "Le siembran" a quien "no le entra" cualquier cosa para el aniquilamiento moral, y en medio de lo que se conoce como "silencio cómplice". Resulta que pedirle a Sosa Elízaga que dé sus clases es "personal", no institucional (un puro fenómeno de inversión/proyección). Castor, a la larga, "saca la renta" -a través de la utilización de su hija en CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales)- del difunto, Gérard Pierre-Charles (efectivamente, "ya no está para defenderse"), para hacer del marido también infiel un ejemplo de "congruencia en todos los aspectos de la vida" (según la hija no muy al tanto de las aventuras del padre con las alumnas). Es parte de la vida tener defectos. Lo es menos DESHUMANIZAR creando mitos PARA VENTAJA PERSONAL, pero además castigando la conducta más humana de no prestarse a EXTORSIONES y no mitificar (las aventuras de Pierre-Charles con los "votos aprobatorios" hasta podrían quedar, simplemente, en una anécdota amena). Lo que no es ameno es el hábito de ser aprovechado y de ignorar o golpear cuando no hay provecho personal. Es muy poco trascendente, como andar por la vida sacando "información" a unos y otros para moverse no en función de algún conocimiento, sino de puras presunciones, incluso cuando se pretende ser una amistad. No acabaría uno de contar lo que no es chisme, sino descripción del tipo social de la clientela, que muy desafortunadamente, la hace pasar por "cultura" ("lo nuestro"). Ya se ha dicho: no importa qué tú sabes, sino quien tú sabes, transmitido a generaciones intermedias zalameras.

        Eso sí, para quien hable a espaldas de uno: sé cosas terribles sobre mi que podrían interesar.



jueves, 4 de septiembre de 2025

ÚLTIMA ENTRADA: AGUSTÍN CUEVA DÁVILA

 Ante el reiterado intento de impunidad del wikipedista ecuatoriano Jdurbo, se impone primero la siguiente precisión: como lo han venido demostrando diversas personalidades en redes sociales reconocidas, se está terminando la época en la que, en la familia, debía ser esta el primer lugar de “aprendizaje” del ocultamiento de los problemas en nombre de la “unión “ del “clan”, lo que permitía, dentro de la familia misma, el “aprendizaje” de la impunidad de unos y de la sumisión de otros. Se acaba el tiempo del uso de los lazos de sangre como coartada para dejar impunes los abusos: para los "cómo atreverse a decir eso del propio padre", está el "cómo atreverse a hacerle eso al propio hijo", ya que una de dos, o se trata efectivamente de lazos de sangre, o se trata por encima de éstos de abuso y dominación, aprovechando la privacidad para el ocultamiento. No sirve de mucho alegar "no haber sabido" cuando no se quiso saber.

     Está el que se presenta como amigo y considera que, como tal, no puede criticar a su amigo. Curiosa concepción de la amistad en que entre amigos no se dice la verdad, sino que se oculta en aras de la amistad, o no se quiere saber, a riesgo de dejar en el error al amigo "protegido". Es una forma de engaño, porque la amistad -¿o es complicidad?- funciona como coartada para ocultar lo que incomoda. Y está el que dije: "claro, como el muerto ya no está para defenderse". Nuevo error: el problema no siempre es el muerto, sino los que se cuelgan de él para obtener algún privilegio o ventaja personal. Para ello, hay que deformar la realidad, seguir en el ocultamiento y crear un mito, lo suficientemente grande para que, desde ultratumba, sirva para engrandecimiento propio. Así haya que seguir recurriendo al engaño, e incluso a costa de otros y de los hechos. O incluso, cayendo en la actitud de “eliminar a los testigos”, como lo hace el wikipedista Jdurbo con Marco Paladines Valarezo. O con cualquier atisbo de decir que Erika Hanekamp fue amante de Agustín Cueva estando casado ( hábito por lo demás añejo, y que incluyó a Isabel Bustos, “la bailarina”, y Erika Doring).  Ni que fuera el primer adúltero, ni algo fuera de lo común entre “señores”, salvo que la esposa debía aguantar y ser sumisa a cambio de lograr el estatuto de “señora de”. Casos abundan. No hay por qué asumir la actitud oficial cubana: si José Marti es “el apóstol “, luego entonces no pudo tener amantes. Siendo por lo demás que Agustín Cueva no fue José Marti. Más allá de sus capacidades intelectuales, Cueva Dávila era, como muchos de sus pares, alcohólico y mujeriego. En el Ecuador, bajo los auspicios del señor Iván Égüez, citado de los favoritos de Jdurbo. Se dirá, para desplazar e invertir las cosas, y como lo hiciera notar Jesús Silva Herzog Márquez, que no es negativo andar bebiendo y de mujeriego. Lo negativo está en decirlo. Aunque lo señalado no sea el mejor ejemplo de padre. No importa. El hijo es el conflictivo. Un hijo de su madre, para simplificar. Y con una “madre falito”. Una simple proyección e inversión sin averiguación de nada.

     La muerte: coartada, de nuevo, aunque no impida sacar la "renta" del difunto. No es que el muerto "ya no está para defenderse", sino que hay que defenderse de quienes, en nombre del muerto, en vez de dejarlo descansar en paz lo utilizan para guerras propias o para ser los mercenarios de guerras ajenas, o de simples estereotipos, que giran, entre otras cosas, en torno a que una mujer o un hijo no pueden desafiar el machismo y los contubernios que encuentra, para lo que entonces no quedan muchas opciones; o la "dependiente de", o el "dependiente  de", o si no, la "mala mujer" que se sirve del hijo, nunca, ni por asomo, el "mal padre" -esto no existe- que se sirve del hijo en su guerra contra la mujer. A riesgo de pasar al "hijo conflictivo". La realidad es lo de menos: apenas algo en lo que hallar un pretexto para seguir en la reproducción de un esquema. Pero el tiempo del "mero machín" y "la señora" ha comenzado a irse. POR ENCIMA DE LOS ROLES ESTÁN LAS PERSONAS. No lo entienden ni los libertarios que quisieron desentenderse del "súperyó".

      Así que, aunque Wikipedia haya borrado la información, Agustín Cueva Dávila hizo sus tres obras más importantes durante su primer matrimonio, y no es que él le hizo un libro a la esposa; es algo que se puede probar cronológicamente, y sin restarle importancia a las ideas de Cueva (debidamente citadas por su primer esposa). Suficiente para no adjudicarle a Cueva Dávila premios inexistentes, aunque a raíz de los de su primera esposa, haya sido ÉL el invitado como jurado en Cuba. Vaya "Casa" la de "las Américas": salvo que se asuman como "doñas" para el último rescate de la hacienda, se trata en las mujeres de menores de edad o de personas a quienes no se les puede reconocer existencia adulta propia, o se les tiene que regatear hasta el último día, sino es que incluso después. Así con las "señoras del clan" o del latinoamericanismo encima, y sin excluir hombres inconsistentes, al mismo tiempo arrogantes e incapaces de defender nada, como el señor C. Bagu, cuyo padre se encuentra en él origen de los extravíos de la teoría de la dependencia, y su esposa, de la actitud cerril que hace del “maternalismo “ lo mismo que el “paternalismo” en el sistema de clientela: alternar desde arriba (siempre) la “caridad que humilla” (Arendt) con la opresión a la independencia de criterio. “Coopela, o cuello”.

     Dos cosas: no asumimos aquí existencias clánicas y sumisas, a costa de la integridad, como las ostentadas por algunas personas de la universidad pública, y solicitamos que, si consideran impropio no ser sumiso y adecuada la impunidad, se retiren de la lectura de este blog quienes no quieran saber que el sociólogo ecuatoriano Agustín Cueva le robó a su propia madre y a su propio hijo decenas de miles de dólares para gastarlos en mujeres y en alcohol, nada extraño en un latinoamericano. Sépase que, para quien hace este blog, dicho sociólogo terminó como un ser maldito, así no interese aquí maldecirlo, porque aquí mismo no se busca ese poder y se hizo lo que se consiguió en Wikipedia para destacar el conjunto de una trayectoria intelectual (que en el Ecuador no se quiso reconocer integralmente, más allá de repeticiones provincianas: un libro clásico del autor fue reiteradamente ignorado). De nueva cuenta: quienes estén siguiendo al “hijo de” y no quieran saber, sepan que este blog permite detectar por estadísticas y geolocalización a varios de sus lectores no oficialmente suscriptores. 

    La prueba de lo dicho más arriba es posible de detectar o de rastrear en un hecho inusual: un libro de Agustín Cueva en el que, al mismo tiempo que se había consumado el robo, se retiró toda dedicatoria a familiares directos, hijo, madre y compañera. Cualquiera que lo desee lo puede constatar con solo cotejar ediciones en secuencia. No hay delincuentes perfectos. La desaparición de la dedicatoria no se justifica por segundas nupcias, porque un padre puede divorciarse de su esposa, pero no divorciarse de su hijo y de su madre. O entonces se trata de otra cosa: en efecto, de un robo. Por un impulso del momento, el muy señorial “porque me da la gana” (“hágase mi voluntad, en la Tierra como en el cielo”), para que de lo segundo se encarguen Jdurbo y otros más , al grado de que las “certificaciones” de nacimiento del hijos son de Casa Eguez y de la última amante. Ahí les dejo un desmadre.

     Jdurbo, wikipedista ecuatoriano, inventó, sobre la base de información de Fernando Carrera Testa, recibida personalmente de Erika Hanekamp, tres cosas: un diploma de estudios superiores en Francia que no existió, por lo que a su regreso de Francia al Ecuador en 1963, Agustín Cueva no hizo sino titularse en Licenciatura. No tuvo Maestría ni cursó nunca ningún estudio de doctorado. Esa es una información falsa. La prueba de ello está en dos artículos de la Web, uno de Carlos Figueroa Ibarra y otro anterior de Mauricio Schoijet. en los que, atribuyéndolo a motivos “políticos”, reconocen que el sociólogo ecuatoriano no fue admitido en el Sistema Nacional de Investigadores mexicano. Lo que no mencionan es el asunto de los títulos, que no tiene que ver con con exilio ninguno, sino con estudios inexistentes, pero que no impidieron la corrupción del rector Pablo González Casanova y la de una dependencia de la universidad pública en los ‘70, para darle a Agustín Cueva emolumentos ajenos al grado real de estudios y a alguna situación política en realidad inexistente en 1972. Una pena para quienes esperaban un protagónico en algo así como “Agustín Cueva: la leyenda”. Por lo demás, la calumnia -que “algo queda”, de lo que se jactaba Agustín Cueva- fue detectada y se tienen indicios sobre quienes, por conveniencia, se hicieron eco. Hasta los que parecieron deslindarse, pero sin renunciar a su “opción preferencial por el poder” y los “rumores” de más de un exiliado y de las “señoras de la casa” dispuestas a propalarlos. Normalmente, se actúa en función de lo que son las personas, no en función del "dicen que" o del "se dice". También están detectados prácticamente todos los que, creyendo ser muy duchos con el "disparo, luego 'viriguo", prefiriendo al conocimiento directo actuar a las espaldas, viéndolo como algo "natural" en la persecusión de "intereses" y la obtención de "derechos y libertades".

      Por lo demás, Guadelupe Teresinha Bertussi, de segundas nupcias de Agustín Cueva, se benefició de dinero obtenido por éste de una propiedad que no era suya, sino de su primera  esposa, por lo que se le dio en este segundo caso forma legal a un despojo: tampoco nada especialmente raro en América Latina, donde se da cierta apariencia legal al saqueo. En sí, no es raro en América Latina que quien se las da de miembro de la Corte - en este caso, la latinoamericanista- tenga algún saqueo en su haber y sea así en realidad ilegítimo. Cuando la tuvo, la riqueza de Agustín Cueva, destinada a comprar voluntades y a acallar conciencias (muy latinoamericano, también) , fue obtenida despojando a la familia. En México se le llamaba aeste tipo de personas “amantes de lo ajeno". Con la malicia suficiente para hacer pasar a las víctimas de los robos por "mala mujer" y "tipo conflictivo". Que se sepa ha que Agustín Cueva era alcohólico, mujeriego y ladrón es un sacrilegio: el mismo sistema clientelista que destruye en vida, al perder a la gente, la deshumaniza ya muerta, al mitificarla. A Jdurbo, como a Erika Hanekamp, ni siquiera les importa la obra de Agustín Cueva, salvo en lo que permita a todos cubrirse de gloria; el contenido es lo de menos, e igual podrían ser cómics. Que dijo, quién sabe, pero era alguien importante, y que por lo mismo podía “otorgar importancias”.

       Jdurbo se ha beneficiado de impunidad reiterada en Wikipedia para actuar como pistolero de un difunto y de una viuda inexistente, puesto que Erika Hanekamp no lo es y le corresponde a Bertussi. Jdurbo se ha comportado sin legitimidad alguna, por lo que, dada la protección de la que se beneficia en Wikipedia, resulta difícil impedir que publique y difunda engaños, a  instancias de Erika Hanekamp, que se llevó un departamento de lujo -convertido en casa de juego de “cuarenta@, ya que al patrón también le gusta, al igual que el poker-por cuenta de servicios de enfermería, contribuyendo a otro despojo al hijo del sociólogo, y que se compró así la “gran vida”, más con tres robos seguidos -en suma- que con un sueldo por trabajo: una casona en Tlalpan, en la Ciudad de México, con dinero saqueado a la primera esposa, y otra en la Baquedano en Quito, en el Ecuador, más el dispendio previo a costa de la madre y el hijo., por decenas miles de dólares. Que no se tome por rencor ni nada parecido: a la Balzac, es nada más un tipo social, el del "pequeño potentado" que sienta sus reales y su voluntad partiendo de despojar a otros. Tampoco se crea que es rareza que sea en familia. Ya que se trata de "narrativa", únicamente son algunos episodios más de la telenovela, que no pone en cuestión lo que pueda haber de ideas en el patrón.

    Únicamente podemos a estas alturas tratar de que los perjuicios del wikipedista Jdurbo queden limitados, pese a que se trató de llegar con el a un trato que no perjudicara a Agustín Cueva, como lo perjudicaran muy gravemente las decisiones funerarias de Erika Hanekamp, con tal no de atender al biografiado, sino beneficios personales en el Ecuador. El daño será que la telenovela sobre “la herencia” se quedará sin espectadores, por más que los requiera la maldad, como requiere de codiciar y destruir el valor de otros. Cuando te la sabes de oídas, no te enteras ni de quién es Catalina Creel y la confundes con la "servidumbre" a la que le haces algo de "caridad". Como sea, "ladrón que roba a ladrón"...Se lo dejé al tiempo..

     El clientelismo no funciona sobre afectos verdaderos: no lo es adular para “quedar bien” y hacerlo en busca de ventaja para sí, como lo hace Jdurbo; no es ningún honor a la amistad estar rodeado de aduladores en espera de favores, y no honra a nadie comportarse como buitre en casos de herencia. Así, únicamente podemos remitir a quienes tengan intereses en algún episodio más a la página de discusión de la entrada “ Agustín Cueva”, por si cupiera algo más que no sea borrado. Tal vez no sea posible evitarle a nadie las consecuencias de sus actos . Como ya se ha dicho, solicitamos que se alejen las personas que por algún motivo quieran sentirse “dependientes” del “poder del gran señor”, o no saldar sus deudas, porque aqui no sea trafica con influencias ni favores. No nos podemos así hacer responsables de engaños, aunque ya están señalados los orígenes. Tampoco es posible garantizar que Wikipedia cumpla con lo que dice ser, pese al interés que suele presentar. Para quienes quieran “otra”, a seguirle en casa propia. Que como dice Carin Leon: en este perfil no rogamos. Ojalá que sea entendido quien, creyéndose dueño de vidas y haciendas, terminó como en el cuento de Laura Farina. Por último, y aunque solo por causa de fuerza mayor se ha abordado el tema de la entrada de Wikipedia en este blog, tal vez haya quien repruebe que “se tomen las cosas a personal”, aunque uno sea uno de los asaltados y calumniados. ¿Si es con uno la cosa, no es personal? Si alguien es asaltado en la calle, a lo mejor nada más falta que quien roba agregue: “n’hombre, no se lo tome a personal. Estamos haciendo esto por necesidad", o por “just because”.Pero: ¿de quién era el dinero robado? Con la pena: frente a gente como Jdurbo, no se puede apoyar al biografiado para que salga con decoro de lo que no es decoroso. 

La tesis de Fernando Carrera Testa, quien fue engañado por Erika Hanekamp en algo que dejó huella, se encuentra en el repositorio de la UNAM con el título “Agustín Cueva más allá del mito: por una democracia tercermundista”. La comprobación de que Agustín Cueva intentó en dos ocasiones entrar al Sistema Nacional de Investigadores, siendo en ambas rechazado, se encuentra en la Web en un artículo del señor Carlos Figueroa Ibarra, bajo el título “¿Peligra el Sistema Nacional de Investigadores?”, y el supuesto señorial de que, donde hay dinero, es “natural” que pueda ser botín de los “encomenderos del otro lado” (al decir de Juan Rulfo). De igual forma, el dato está en Mauricio Schoijet, “Background and Reasons for the Lawsuit against the Sistema Nacional de Investigadores”. Schoijet ya está bajo tierra y el sistema señorial ya no tiene el poder de antes, aunque no se resigne. En rigor, el tema tratado aquí no es del interés de prácticamente nadie, salvo viejos creyentes en las clientelas. La información correcta sobre los estudios superiores de Agustín Cueva Dávila es ;pese a la enésima invención sobre el biografiado y una relación con los tzantzicos que nunca existió, la de Ana María Larrea Maldonado, por lo demás de carácter enciclopédico y fácil de encontrar en la Web (Enciclopedia Latinoamericana, salvo para Jdurbo, quien comete el frecuente error de tomar la buena voluntad por debilidad, otro “clásico “ latinoamericano ).

        Quien quiera quedarse con los efluvios espirituales de Agustín Cueva Dávila, casi prócer de la sociología y mártir de malas personas (las que no se someten)- y considere de mal gusto hablar de gángsters, adelante para la próxima celebración, si la hay: nada más sepan que el respeto al derecho ajeno, de Benito Juárez, el "Vienemerito" de las Américas, también vale como lo siguiente, que es EL DERECHO AL RESPETO AJENO. Hablar de "se trata de venganza" cuando se hace un poco de justicia es parte de la telenovela, y la coartada es la del sentimiento -del estilo "el que se enoja pierde"- cuando no hay ni resentimiento, ni rencor, ni odio, ni venganza, ni nada realmente personal, al menos no a fondo, sino un mínimo de justicia, por más que se la rebaje a lo "justiciero" como lo que "no lleva a nada" (“no te la quieras dar de…. “).No se trata del último impulso, sino de considerar que hay algo más que el olfato del poder, real e ilusorio a la vez. Hay cosas que, por ser de familia, muy personales y de vida o muerte, por así decirlo, si se entablan peleas para el aniquilamiento moral, no se hacen, como disponer al antojo de vidas ajenas. Retirándose, por favor, y a hacer dramas a otra parte, porque es suficiente para alguien finalmente endeble echarse con el botín una maldición encima e intuyendo la culpa, creerse que son cosas del destino y no de opciones no enmendadas porque, a diferencia de la soledad, la clientela es mala consejera ("ver, oír, callar"). Deja mal acompañado. Hasta la tumba. Porque ahí muere. No habrá “vine a Quito porque me dijeron que aquí vivió mi padre, un tal Agustín Cueva”. 



domingo, 31 de agosto de 2025

ENRIQUE SERNA: CAPERUCITA EN LA ZONA ROJA

 Es probable que el señor Enrique Serna se haya encumbrado no desde la nada, como le ocurre a más de uno, sino por haber sido (no queda claro si sigue siéndolo) un muy buen escritor. Es igualmente probable que sea por esta calidad que Serna llegó a llevarse uno que otro premio. Andando el tiempo, sin embargo, se convirtió en otra cosa. Aunque reconoce que el mundillo literario en México es sumamente falso -sin darse cuenta de que no es el único mundo, ni el único en ser falso-, ahora el señor está desencantado: considera que con el tiempo hay que colocarse  una mordaza o que, de estarse en “la neta corrosiva”, se corre el riesgo de terminar en el panteón, el ostracismo o el manicomio. El tercero es poco probable, porque el loco no sabe que está loco. Al panteón va todo el mundo, y al ostracismo bastantes que prefieren la vocación a la salvaguarda de una reputación que puede ser, por lo demás, algo efímero. Si el panteón o el manicomio son un punto final, el problema del temido ostracismo es que no lo es, y puede implicar sufrir el coloquialmente conocido en México como "ninguneo".

     Lo del manicure de Serna es lo típico de la interpretación ambigua de la frase de Goya: “el sueño de la razón produce monstruos”. ¿Es el hecho de andar soñando con la razón, por lo que mejor renunciar a ella? ¿O es el sueño como el de una razón dormida? Serna constata que hay un mundo en el que la franqueza parece majadería. Al fin y al cabo, decir la verdad sería cosa de juventud, aunque no es tan seguro. Equivaldría a ingenuidad. Simplemente, amordazándose, o creyendo hacerlo, Serna sigue la pendiente de lo que parece llegar a criticar: el escritor, al mismo tiempo que “le entra”, por lo mismo es capaz de adular, golpear (¿cuál mordaza?) y de servir de mercenario a cambio de un pequeño espacio de adorno de letras, con frecuencia para ignorar muchas de las nacionales y dárselas "de mundo". No es el único caso. Serna ha dejado el mérito de lado. Cree que “su” mundo es “el” mundo. Y como no le espera ningún manicomio, ni el panteón, que se sepa, hace lo necesario para librarse del ostracismo:: “no hay de otra”. La “filosofía “ del antiguo régimen, y la justificación de la cooptación. Un muy buen escritor, de los mejores del México reciente (si no el mejor, en términos de oficio), se explica a sí mismo -mostrándolo en strip tease- la manera en que, antes que el ostracismo, prefirió que le “lleguen al precio” y trocar su oficio por el de mercenario ocasional de la pluma. No le incumbe más que a él, porque “su” mundo no es “el” mundo, ni SU deshonestidad es la “del mexicano”, como no es de todos creer que “todo se arregla” poniéndose al cosmopolitismo y contra “este pobre Mexiquito". Por algo se es un “mundillo". Y México no es "el mundillo" de unos pocos, por más que traten de monopolizar. En su casa. 

No es el conejito Duracell. No es “el y sus circunstancias “. Está extraviado en la circunstancia y es, desde ahora, circunstancial, como mucho de los medios. Si pudo haber consistencia, se acabó. Pero es probable que no de ahora. ¿O en el pasado Serna retrató una época, la de una parte de las clases medias a medio camino entre pretensiones oligárquicas y atracción por el lumpen? ¿Se puede agarrar a golpes al que no comulga con este decadentismo que se cree "el" mundo?

     La “neta corrosiva” era la de Serna, y era fácilmente encontrable en sus textos. Hay poco que hacer en el panteón, y es asunto que ni se plantea, porque el Hombre sólo se plantea los problemas que puede resolver. Tampoco el manicomio: no pasaría de no saber que se está en la pura ficción, pero no es el caso de Serna, que se acerca de la justificación de algo muy real . La “confesión “ del “no hay de otra” acerca a Serna, con apariencia de franqueza, pero sin el menor entendimiento de la hombría, al paso de lo barroco a lo cínico, luego de lo cual arriesga lo grotesco. Porque la verdad de los más añejos textos de Serna tal vez no sea la verdad del propio Serna. Solo se puede decir lo que El Wason: el que estés roto no te da derecho a romper.   

     ¿Nostalgia de la verdad? No es seguro. Más bien parece sin mayor disimulo que le llegó al escritor lo que cree que es signo de madurez: tener “con toda sinceridad” su propia escuelita de corrupción. Porque no le pasará lo que a Osmaní García, por la solemnidad de “ser alguien”, suficiente para no decir abiertamente: “ya me agarró la putería”. Sería para malcriaos, y la capital es de cortesanos en sus mundillos, pero que además, se toman en serio su “personaje”, el que es creado por adulación, endiosamiento, juego de vanidades y tráfico de favores, influencias e indulgencias. No es tan complicado, pese a una supuesta “nostalgia de juventud” y una "verdad" que en realidad siempre se busca, y no "está": es Enrique Serna que ahora se cree Enrique Serna. Para manicomio, el que sin serlo se cree rey o, como alguna vez escribiera el mismo Serna, no el que nada más “soñaba que era rey”. Y para parecer cuerdo, sin estarlo del todo, el que, siendo el rey, se cree el rey. Lo que es no la madurez, sino la consagración: de repente aparecen las “maneras” de "consagrado". “Nostalgia de la verdad” es, vaya, una manera de decir. Para aparentar ser verdadero, siendo verosímil, típico del servicio que presta el libertario. La misma manera de decir de los supuestos desencantados de la izquierda. Lo que no termina de decir Serna es que "la hora de las complacencias" suele terminar en cosas más fuertes que "netas corrosivas", en lo que el consagrado empieza a resbalar o, de plano, a los deslices. (da click en el botón de reproducción).



NO TE CONVIERTAS EN ESTADÍSTICA

 En Estados Unidos, cuando un académico muere no es motivo de mayor cosa. En algunos países de Europa, como el Reino Unido o Francia, hay de...