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sábado, 22 de octubre de 2011

DESDE HONOLULU VENGO...

Lástima que el presidente ruso, Dmitri Medvedev, halla mandado a callar a Vladimir Putin, primer ministro, cuando éste se refirió a la agresión contra Libia como parte de una "cruzada".
En esta cruzada se confirmó que la diplomacia no importa. Como Hussein y Milosevic, Kadafi intentó negociar, sin derecho a que su voz fuera escuchada. Kadafi pidió mediación rusa y no la encontró. Para Occidente, la diplomacia no supone negociar, porque sería como reconocerle existencia al otro. La diplomacia no pasa de ser un cálculo para ganar tiempo mientras se impone lo que decida el más fuerte.
La política no importa. Muerto Kadafi, Barack Hussein Obama, presidente estadounidense, declaró a nombre del "pueblo libio". Esto se llama psitacismo, hablar sin entender el significado de lo que uno dice. Porque al "pueblo libio" no hay foto ni vídeo que lo muestre aclamando a sus "redentores" en las calles, que lucen vacías, como si la gente hubiera huido o se hubiera recluido en casa por temor a lo que se llama "gente que merodea", con esas barbas estilo Arrolladora Banda de mi pueblo o Pasito Duranguense. En ningún momento se vió que el "pueblo libio" saliera a festejar la muerte del "tirano". Obama habla en nombre de espíritus invisibles, que es a lo que está reducida la política occidental.
Se acabó la ley. Ni siquiera la Constitución estadounidense autoriza a asesinar al líder de otro país. De todos modos, discutir como si hubiera ley y Kadafi hubiera debido ser tratado como "prisionero de guerra" es un absurdo. Nunca hubo declaración de guerra contra Libia, lo que es tanto como haberle quitado a Kadafi cualquier garantía legal: en estas circunstancias, cualquier sicario podía meterle un tiro. Suponiendo que Kadafi murió por heridas, su hijo, Mutassim Kadafi, fue capturado vivo, según lo probó la agencia de prensa rusa Russia Today. El hijo de Kadafi aparece en un video fumando y bebiendo agua, sin signos de estar al borde de la muerte. Luego, Mutassim aparece muerto. Se trata de una ejecución permitida por los vacíos legales mencionados: nunca se le declaró la guerra a Libia.
Se terminó el derecho a la información. Durante semanas se difundió la especie de que en una cárcel de Abu Salim, en la capital libia, se encontró una fosa común con restos de 1 200 asesinados, supuestamente por Kadafi. Incluso la cadena CNN comprobó que era un invento y los huesos no eran de humanos (seguramente eran de camellos disidentes...). De igual modo, nunca hubo festejo en la plaza verde de Trípoli, ya que el supuesto "festejo" fue filmado en Qatar, según lo comprobó Russia Today. No hay respeto por la opinión pública porque en Occidente no hay opinión pública.
Ni siquiera hay lógica. Muerto Kadafi, Obama declaró que "se perseveró para proteger civiles libios". En la línea siguiente, el discurso dice: "mientras tanto, el valeroso pueblo libio combatió por su propio futuro y quebró la espina del régimen". Como una línea sigue a la otra, lo que dijo Ronald Obama, o Barack Reagan, como se prefiera, es que se protegió a los sicarios que tumbaron al régimen de Kadafi.
Todo lo anterior significa que en Occidente no valen la diplomacia, la política, las palabras, la ley ni el derecho (a la información, por ejemplo). Hace algún tiempo, no faltaba el que dijera que de Rusia iba a salir quién sabe qué Weimar "revanchista". Es la atmósfera de Occidente la que está cargada de violencia, de ánimo de revancha y de delincuencia.
Lo único que cuenta, en la manera de exhibir a Kadafi muerto (exhibición en el mejor estilo de los cárteles de la droga mexicanos), es convertir todo lo enumerado en simple morbo y nota roja. Como en los periódicos de nota roja se exhiben traseros junto al cadáver de turno, Lady Gaga tuvo a bien, poco antes de que muriera Kadafi, hacerle un "show" a William Clinton, ex presidente estadounidense, "show" realizado a una altura similar a la de la señorita Lewinski. Bacanal para los ricos, nota roja para los pobres: lo demás, se está yendo al diablo.

TIEMPO DE....¿SEÑORAS?

 A reserva de lo que dé a conocer Ricardo Raphael, muy buen conocedor del caso, Isabel Miranda de Wallace es una mujer de antología que llev...