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viernes, 30 de noviembre de 2018

STALINGRADO A REVISION

A pesar de la apertura de los archivos soviéticos, gran parte de la historiografía y de la comentocracia occidental, incluida la de izquierda, sigue enfocando la historia de la Unión Soviética como si nada hubiera pasado, e incluso con el lente del nacional-socialismo alemán. Es lo que sucede con la historia de la batalla de Stalingrado, la cual definió el rumbo de la segunda Guerra Mundial.
      El historiador alemán de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos), Jochen Hellbeck, acaba de hacer un trabajo de rescate de los archivos soviéticos de la Comisión de Historia de la Gran Guerra Patria, fundada por Isaak Mints (Universidad Estatal de Moscú), quien se propuso en su momento recabar el máximo de testimonios en el Stalingrado "humeante" (a partir de enero de 1943 y sumando 215 relatos de testigos presenciales). El trabajo de Hellbeck permite criticar seriamente lo que ha estado haciendo la historiografía occidental dominante, por ejemplo británica, como la de Antony (sic) Beevor, ampliamente difundido.
     Una de las creencias que prevalecen aduce que los soviéticos eran una horda de "asiáticos bárbaros" que eran capaces de todo por el "atavismo del miedo" (era la descripción de Joseph Goebbels, ministro para la Instrucción Pública y Propaganda de Hitler, y otros): tenían a la policía secreta apuntándoles a la cabeza si no peleaban y preferían al parecer arriesgarse a morir que enfrentarse a dicha policía. Así, según Hellbeck, Beevor "describe la lucha en Stalingrado no solo como un choque entre alemanes y rusos, sino también como una batalla que los líderes soviéticos libraron contra su propia población". El general Vasili Chuikov habría mandado ejecutar a 13 mil 500 soldados reticentes a pelear en el 62 Ejército. Los materiales recientemente desclasificados muestran sin embargo, como lo prueba Hellbeck, que entre agosto y octubre de 1942, una de las fases más críticas de la batalla, la policía secreta (NKVD o Comisariado del Pueblo para Asuntos Interiores) ejecutó a 278 soldados en el Frente, y sólo una parte pertenecía al 62 Ejército. Todo ocurre en la cabeza de algunos como si Stalin hubiese "seguido sembrando el terror" durante la guerra, en particular con la Orden no. 227, según la cual cualquiera que retrocediera ante el enemigo sin orden expresa para hacerlo sería declarado traidor a la patria y juzgado por un tribunal militar. La orden fue emitida en 1942 tras la caída de Rostov del Don. En estas circunstancias, los soviéticos supuestamente habrían peleado víctimas de un engaño, el de defender a quien los esclavizaba.
     Otro asunto incumbe a lo que el corresponsal de guerra y escritor Vasili Grossman escribió en su Vida y destino (1950-1959), de amplia difusión en Occidente: que los soviéticos recuperaron algo de libertad individual durante la guerra. Para Hellbeck, el diario de Grossman durante la batalla de Stalingrado es "más sincero y crítico", probablemente al igual que la novela El pueblo es inmortal (1942). El hecho es que Beevor editó con cortes ideológicos la traducción inglesa del diario de Grossman.
     Ante un ejército, el alemán, considerado superior en planificación de operaciones, disciplina militar y tácticas de combate, la educación soviética y la influencia comunista jugaron un papel importante en la victoria, según se desprende de los relatos rescatados por Hellbeck. "La educación política y moral -dice el autor- desempeñó un papel importante en las unidades del Ejército Rojo que lucharon en Stalingrado". En el Frente, la presencia de agitadores comunistas entre los soldados del Ejército Rojo los hacía sentirse apoyados por el pueblo, como lo demuestra Hellbeck, pese a que los pasajes que lo ejemplifican en los diarios de Grossman hayan sido "recortados" y no editados por el censor Beevor.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

ANDANZAS DE TROTSKY

Durante mucho tiempo, la versión predominante sobre los llamados "Procesos de Moscú" que tuvieron lugar entre 1936 y 1938 y fueron tres fue la occidental. Se supuso que Stalin impuso su voluntad y obligó a sus opositores, inocentes, a confesar bajo tortura (esos "Procesos" son distintos de la represión en masa encabezada por Nikolai Yezhov entre 1937 y 1938). Tanto Nikita Jrushchev al momento del "deshielo" como Mijaíl Gorbachov durante la perestroika mandaron legiones de investigadores a los archivos soviéticos disponibles a probar las torturas, pero no hubo cómo hacerlo. El hecho es que en dichos Procesos se mencionaba, por parte de las personas juzgadas, conspiraciones contra la Unión Soviética en las cuales participaba, al menos en parte, León Trotsky.
     Trotsky siempre negó estar conspirando contra Stalin, pero ahora se sabe que mintió, por ejemplo ante la Comisión Dewey que se ocupó del tema. Está la huella de un telegrama que el mismo Trotsky envió al Comité Central ejecutivo soviético, diciendo: "la política de Stalin está llevando a un completo colapso interno así como externo stop la única salvación es un giro radical hacia la democracia soviética comenzando por la revisión abierta de los últimos procesos stop en este camino ofrezco mi completo apoyo, Trotsky". El telegrama fue enviado desde México. Si se cruzan las informaciones occidentales con las de los archivos soviéticos, hasta donde puede hacerse, Trotsky estaba conspirando, junto a su hijo León Sedov, contra el gobierno soviético. Ahora se sabe que durante la guerra de España (1936-1939), anarquistas y trotskistas jugaron sus propias cartas en contacto real con los servicios de inteligencia alemanes y franquistas. De igual manera, aunque Trotsky no se encontraría involucrado directamente, está confirmado por documentos de archivo que tanto Alemania como Japón, ya en vísperas de la guerra, esperaban un eventual golpe de Estado dentro de la Unión Soviética contra Stalin, y que ello debía producirse en connivencia con militares que no eran ajenos a la idea de "reinstalar" (!) a Trotsky en el gobierno. Sobre este tema ha trabajado largamente Grover Furr (Leon Trotsky's Collaboration with Germany and Japan). Así, archivos checos y alemanes señalan que entre finales de 1936 y principios de 1937 Hitler y el gobierno alemán estaban a la expectativa de un golpe de Estado contra el gobierno soviético. A principios de 1937, de acuerdo con entrevistas dadas por un militar japonés y reproducidas el 2 de marzo de 1937 por  The New York Times (del Miyako Simbun del 20 de febrero de 1937), gente de la oposición soviética le estaba mandando información militar a Japón -es decir que estaba espiando.
      Se ha comprobado igualmente que el Archivo Trotsky, en Harvard, fue "purgado" de elementos comprometedores, aunque no todos, tal vez por el secretario de Trotsky, Jean Van Heijenoort, por el biógrafo Isaac Deutscher o por alguien más. Esto lo constataron tanto el investigador Archibald Getty como el reconocido historiador trotskista Pierre Broué. Getty afirmó que había desaparecido de estos archivos la correspondencia entre Trotsky y la oposición soviética. Aún así, quedaron en los archivos pruebas de que Trotsky y su hijo León Sedov sí guardaban numerosos contactos en la Unión Soviética y no estaban retirados de la política entendida como conspiración. La agenda de Sedov conservó los nombres de la gente con la que Trostky se encontraba en contacto y doce de ellos reconocieron haber estado en contacto con Trotsky vía Sedov. ¿Para qué mintió Trotsky? Para proteger sus contactos.
     Cabe señalar que el Archivo Trotsky se abríó tarde, en 1980, y que no fue sino hasta 1987 cuando se conoció en Checoslovaquia que Hitler esperaba un golpe militar en la Unión Soviética. Esta información fue corroborada en archivos alemanes hasta 1988. Algunas transcripciones de los Procesos no han sido dadas a conocer sino hasta 2013 y el gobierno ruso del presidente Vladimir Putin volvió a cerrar archivos al acceso del público.

lunes, 26 de noviembre de 2018

DEMOCRATIZACION DE LA URSS: UN FRACASO DE STALIN

En los años '30 la Unión Soviética tenía por órgano legislativo al Soviet Supremo, por ejecutivo al Consejo de Comisarios del Pueblo y por jefe de Estado al jefe de dicho Consejo. Sucedía empero que en cada nivel, aunque hubiera elecciones, los candidatos eran nombrados "a dedo" por el partido comunista y sus líderes, en algo que en ruso se conocía como kooptatsiia (cooptación). Nadie que no tuviera la aprobación del partido podía competir.
       Stalin y sus allegados fueron partidarios de elecciones competidas a partir de la segunda mitad de los años '30. Los soviets decidieron elaborar a finales de 1936 el borrador de una nueva Constitución que incluyera justamente elecciones secretas (no a "mano levantada") y competidas. Desde principios de 1937, el partido comunista buscó impedirlas. El Comité Central del partido comunista se reunió en febrero-marzo de 1937, pero la transcripción de lo que se discutió no se conoció sino hasta 1992, ya desaparecida la Unión Soviética. Según Grover Furr (Yezhov vs Stalin. The Truth About Mass Repressions and the So-Called 'Great Terror' in the USSR), los Primeros Secretarios del partido prácticamente se colocaron en estado de rebelión. En el pleno del Comité Central de octubre de 1937, más precisamente el 11 de octubre, Stalin y sus partidarios en el gobierno central soviético perdieron la batalla. Ya no habría elecciones competidas para los Soviets, ni manera de pedir cuentas "desde abajo" a la burocracia. Las hubo una sola vez para el partido y los sindicatos y no volvió a haberlas más. No había modo de desalojar a los "príncipes feudales " o "barones" que sobre la base de clientelas regionales controlaban el poder y Stalin, Zhdanov, Molotov y otros fueron derrotados.
     En este clima y con el contexto de una guerra en ciernes, no faltaron burócratas que soñaran con deshacerse de Stalin y sus allegados y llegaron a puestos altos, como Nikolai Yezhov, quien se convirtió en jefe del NKVD (en Comisario del Pueblo para Asuntos Interiores) en 1936. Hay pruebas de archivo de que Yezhov exageraba las conspiraciones, aunque las hubiera reales, y obtenía "confesiones" bajo tortura: entre el difícil año 1937 y el año 1938, más de un burócrata del partido se dedicó a cazar "enemigos del pueblo" inexistentes e inocentes, lo que también hizo Yezhov, para crear descontento contra el gobierno y empujado por el agregado militar alemán en la Unión Soviética, Ernst Kostring. Descubierto Yezhov, fue remplazado del cargo por Stalin (y luego ejecutado) y el lugar lo tomó Lavrentii Beria, quien, con la Procuraduría soviética, revisó cientos de miles de casos: así, cientos de miles de personas, también, fueron liberadas al considerarse que habían sido erróneamente encarceladas. No era la primera vez que sucedía: En 1935, siendo procurador soviético Andrei Vyshinskii, cientos de miles de campesinos acomodados (kulaks) fueron liberados.
     Como Primer Secretario de Moscú y la provincia de Moscú, alguien como Nikita Jrushchev pedía el 10 de julio de 1937 la autorización para fusilar a 8 mil 500 personas...La gente de la burocracia que acompañaba a Jrushchev en este tipo de decisiones fue castigada aunque, como lo señala Furr, no se sabe cómo logró el mismo Jrushchev evadir el castigo. Como sea, los soviets y el partido no pudieron ser separados ni democratizados, contra la voluntad de Stalin.

viernes, 23 de noviembre de 2018

SUDAMERICA: ¿CUAL MAREA PROGRESISTA?

Por lo visto, la "oleada progresista" en América Latina no se detiene, al menos en la cabeza de los intelectuales que "surfean" ese tipo de "olas".
     Mientras tanto, Jorge Glas Espinel, ex vicepresidente del Ecuador y condenado a seis años de prisión sin pruebas, sin sentencia firme y con un código derogado, cumple un mes de huelga de hambre en la cárcel de Latacunga (ciudad serrana al sur de Quito, la capital ecuatoriana), a la que fue trasladado por lo que parece ser una voluntad de humillar hasta el último a quien osó discrepar del señor presidente, Lenín Moreno. Glas no tiene en prisión las comodidades que se le atribuyen, como una televisión, y sufre de espondilitis anquilosante, uno de los motivos por los cuales ha solicitado no estar preso en Latacunga sino en Quito.
     Mientras tanto, al mandatario ecuatoriano Rafael Correa le llueven las acusaciones, ahora por "robo", por parte de un hombre cercano a la Central de Inteligencia Americana (CIA), el "activista" Fernando Villavicencio, quien ha acusado por lo demás a otros funcionarios del que fuera el gobierno del mismo Correa. La última acusación contra éste por el "caso Balda" fue tan prefabricada que la prensa dió a conocer la resolución de la jueza antes que ésta lo hiciera. No contento con tener un ejército de gente a su servicio dispuesto a cometer cuantos fraudes procesales (faltas a la verdad ante la justicia) sean necesarios, Moreno se las ha ingeniado para que no pueda salir del Ecuador ningún funcionario del periodo de Correa que tenga algún asunto con la "justicia", la cual se dedica a mandar "glosas de Contraloría" a quien sea "adecuado".
      Y mientras tanto, en Brasil, el ahora ex candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, fue acusado de corrupción por un juez del estado de Sao Paulo, Leonardo Barreiros. Dicha corrupción habría tenido lugar cuando Haddad fue alcalde de Sao Paulo: habría recibido sobornos de la empresa UTC Engenharía S.A., según un delator premiado. Lo más probable es que la acusación sea falsa.
     En Colombia, al ex candidato de izquierda Gustavo Petro le han llovido multas por el periodo en que fue alcalde de Bogotá, la capital colombiana, y redujo los pasajes de Transmilenio y SITP, además de comprar vehículos compactadores de basura. El ex candidato interpuso un recurso de nulidad que no sirvió de gran cosa: el Consejo de Estado le quitó las medidas cautelares y el asunto de las multas gigantescas seguramente seguirá. Lo peor es que detrás de la sanción a Petro está alguien acusado de recibir dinero de Odebrecht para la gobernación de Boyacá, el contralor Juan Carlos Granados.
     ¿Cuál marea progresista?

miércoles, 21 de noviembre de 2018

COLOMBIA: NI MU

Si sucediera en Nicaragua o en Venezuela, ya sería motivo para el escándalo, los pronunciamientos de la comunidad internacional y la indignación de los intelectuales, que hablarían de "dictadura". Pero como no ocurre en ninguno de esos países, sino en Colombia, la indiferencia es casi absoluta.
     Desde que el actual presidente colombiano, Iván Duque, de ultraderecha, llegó al gobierno, hace pocos meses, han sido asesinados 39 líderes sociales que se suman a los 181 en lo que va del año y llegan a 385 desde la firma de los acuerdos de paz de la Habana con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hoy convertidas en partido político con las mismas siglas (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común). Cabe hacer notar que la cifra de asesinados se ubica entre la cifra oficial de muertos en Nicaragua desde abril pasado y la cifra, de más del doble, que ofrece la oposición (400 muertos o incluso más). En general, la violencia en Colombia ha tenido un repunte desde el año pasado y no está de más señalar que algunas ciudades colombianas están entre las 50 más peligrosas del mundo, junto con una buena cantidad de urbes brasileñas.
     Mientras un Duque paralizado no cumple con sus promesas de campaña y da largas a la realización de los acuerdos de paz, algunos miembros de la FARC que se han puesto a buen resguardo han sido acusados de "no hacer nada". Sin embargo, es de la FARC que han surgido algunos proyectos de reanimación productiva.
     En un comunicado de hace pocas semanas a la Jurisdicción Especial para la Paz, nueve comandantes de la FARC  explicaron en qué ha contribuido a los acuerdos. Entre otras cosas, en zonas mineras contaminadas, propusieron la siembra por ex guerrilleros de vetiver, el cual actúa como descontaminante y al mismo tiempo como fertilizante de suelos. La FARC propuso igualmente la generación de energía a través de la biomasa procesada por pirólisis o quemado en seco que emite CO2 neutro a la atmósfera, ayudando a la lucha contra el cambio climático y generando fertilizantes. Se trataba de llevar a cabo este proyecto en conjunto con empresarios europeos, pero el Estado colombiano "ni rajó ni prestó el hacha". Se planteó asimismo crear una "Ciudadela de paz" en el municipio de San Vicente del Caguán, para familias de distintos departamentos (Nariño, Caquetá, Putumayo, Meta y Guaviare): bastaba con intervenir terrenos baldíos y usar tierras en extinción de dominio para echar a andar este proyecto productivo, pero el gobierno colombiano no se movió. En la región de El Pato se propuso un proyecto piloto de titulación de tierras a campesinos y la creación de granjas que tuvieran como centro pequeñas ciudadelas, pero el fiscal general lo interpretó como "toneladas de coca para enviar a Estados Unidos" cuando se trataba de un proyecto productivo agrícola, piscícola, ganadero y forestal. En otros lugares, con ayuda de gobernadores, la FARC logró de todos modos reparar caminos, puentes y escuelas.
     Todo sucede como si los ex guerrilleros se hubieran interesado por el desarrollo de Colombia y el gobierno, "ni mú", como dice el comunicado. De hecho, Duque no cumplió sus promesas de lucha contra la corrupción ni ayudó demasiado a la recuperación de la educación, que está en crisis e hizo salir a estudiantes a la calle para protestar. En suma, a los adalides de la tecnología, la "economía naranja", la "sociedad del conocimiento" y otros ornamentos de los organismos internacionales no se les ocurrió hacer a un lado sus más mezquinos intereses en aras del desarrollo productivo de Colombia.

lunes, 19 de noviembre de 2018

PERU: ¿AL FIN, JUSTICIA?

El actual presidente de Perú, Martín Vizcarra, convocó para el 9 de diciembre a un referéndum cuyas preguntas están destinadas, de ser respondidas positivamente, a disminuir la corrupción en ese país. La primera pregunta, en particular, busca que se cree una Junta Nacional de Justicia (antes Consejo Nacional de la Magistratura) de tal forma que haya evaluación de los fiscales y jueces cada tres años y medio, y que la Junta misma sea electa por concurso de méritos por parte de una comisión especial integrada por representantes de la sociedad civil y de entidades públicas.
     Se pretende igualmente regular el financiamiento de las organizaciones políticas y prohibir la reelección inmediata de los parlamentarios de la República.
     Pese a que el Congreso peruano buscó impedir el juicio a Keiko Fujimori (Fuerza Popular) y Alan García (Alianza Popular Revolucionaria Americana, APRA- Partido Aprista Peruano) por el caso "Lava Jato" y aprobó que sigan siendo investigados Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, una parte del aparato de justicia hizo su trabajo e incluyó a los primeros dos, aunque de manera un poco apresurada. Así, Keiko Fujimori fue a parar a prisión preventiva, algo que Humala juzgó indebido, y Alan García, "suertudo" según el mismo Humala, fue impedido de salir del Perú por 18 meses. Ambos, Fujimori y García, habrían recibido dinero de la empresa brasileña Odebrecht. Ni tardo ni perezoso, García, quien ya había tachado de "imbéciles" a los jueces, pidió asilo político en el Uruguay, en clara diferencia con Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, quienes desde un principio optaron por dar la cara y no salir corriendo del Perú. Como sea, y a pesar de que el fiscal general Pedro Chávarry estaría involucrado en la protección a una mafia de blanqueo de dinero, la justicia peruana parece haber avanzado. Hasta hace poco, Fujimori y García parecían intocables y estaban protegidos por un Congreso desde el cual, en cambio, se impulsaba la campaña contra los Humala. Era sabido que los jueces respondían a lo que ahora se llama en Perú el "fuji-aprismo" o "apro-fujimorismo". De Humala se han tenido dudas, pero de Fujimori existen pruebas. ¿Al fin el aparato de justicia comenzará a funcionar en el Perú al margen de las presiones politiqueras?

viernes, 16 de noviembre de 2018

2001-2018: MATANDO CABOS

Recientemente se ha calculado el número de víctimas de las guerras emprendidas directa o indirectamente por Estados Unidos y sus "socios y aliados" desde el año 2001. Según Neta Crawford, en un estudio de la Universidad estadounidense de Brown, 480 mil personas, incluyendo 244 mil civiles, perdieron la vida. Diez millones de personas quedaron en calidad de refugiados. Las guerras le costaron al contribuyente estadounidense 5,9 billones de dólares. El cálculo no incluye los años del mandatario estadounidense Donald Trump, quien no ha emprendido guerra ninguna, ni las guerras previas de finales de la Guerra Fría (Panamá, primera guerra del Golfo Pérsico, guerra de Yugoslavia, guerra de Chechenia). En total, ha muerto un número de personas aproximadamente similar al de las ejecutadas (fusiladas) durante el "Gran Terror" de Iosif Stalin en la Unión Soviética. El número de refugiados no tiene por su parte parangón.
      Lo que sucede es que nadie les ha reprochado a los "demócratas liberales" los muertos de tantas guerras desde el año 2001, siendo que las grandes "democracias liberales" se han mostrado como máquinas de matar igual de eficientes que el enano sodomita Nikolai Yezhov, responsable del "Gran Terror" mencionado, llevado a cabo por lo demás, como se sabe ahora por los archivos históricos y las investigaciones de Grover Furr, contra la voluntad de Stalin y para hundirlo.
     Desde 1989-1991, la izquierda ha compartido el criterio de los demócratas liberales, al no condenar las guerras del imperio y dejar de nombrarlo como tal. La misma izquierda ha festejado más bien que ya no exista lo que algunos llaman la "mordaza estalinista", algo que ya pasó hace mucho tiempo, y que haya en las democracias liberales, supuestamente como "conquistas", "derechos y libertades", en un discurso centrado en los derechos humanos y en la no discriminación ( discurso también compartido con los "demócratas liberales"). Se trata de un discurso que celebra la vida, la de ellos (izquierda y demócratas liberales) y de las "democracias liberales", y que ha encontrado siempre un pretexto o el silencio ante la muerte de los "inferiores" panameños, yugoslavos, iraquíes, sirios, libios, chechenos, afganos, somalíes, yemenitas o sudaneses, así se haya tratado con la mayor frecuencia de inocentes. Se ha logrado incluso inculcar entre las víctimas que "no saben de democracia".
     No es que, a diferencia del estalinismo, las democracias liberales no maten. Lo hacen igual o devastan peor, por ejemplo con los refugiados, pero la "opinión pública" occidental lo encuentra "natural" o queda indiferente ante el hecho mientras no le toque directamente, algo que comparte la izquierda "moderna", de la cual ha desaparecido la solidaridad.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

EU-RUSIA: LA OTAN SE AZOTA

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acaba de realizar entre finales de octubre y principios de noviembre, en el Artico noruego, los mayores ejercicios bélicos desde finales de la Guerra Fría, con el nombre de Trident Juncture 2018. Jens Stoltenberg, secretario general de la organización militar, declaró que "se opone a la militarización del Artico", pero bueno, dada la amenaza rusa..."Quiero que la OTAN proteja a Noruega", dijo  un enternecedor Stoltenberg.
     De este modo fue movilizada la friolera de 50 mil efectivos, de 29 países más dos aliados cada vez menos neutrales (Suecia y Finlandia), 10 mil vehículos pesados, 70 buques y 250 aviones y helicópteros. Se simularon operaciones militares en el centro y el Este de Noruega, en el espacio aéreo de Suecia y Finlandia y en los estrechos daneses del Báltico.
     El Artico no había sido escenario de la Guerra Fría y en ese entonces Occidente tenía cuidado de no provocar a la Unión Soviética en la región. Ahora, en cambio, cuando según los propios occidentales "se acabó la amenaza soviética", se alega una rusa para construir radares en la provincia polar noruega de Finnmark, fronteriza con la Federación Rusa y en especial cerca de la ciudad de Murmansk, y para rastrear el lanzamiento de misiles rusos y las misiones aeroespaciales de Moscú. Es muy simple, con tal de justificar este peligroso acercamiento a las fronteras rusas hay que venderle a una ignorante opinión pública occidental la creencia de que esas fronteras se están acercando a las occidentales. En principio, la OTAN afirmó que se trataba de "parar una agresión simbólica" (!), pero, como Stoltenberg, el general Curtis Scaparrotti, comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa, habló de "disuadir la agresión rusa".
     China ha hablado de crear entre sus "rutas de la seda" una Polar, marítima, de tal modo que, además de estar provocando a la Federación Rusa, la OTAN podría estar tratando, como en Oriente Medio, de ponerle trabas a los planes chinos de unir a Eurasia bajo la égida de Beijing y con el apoyo de Moscú. En efecto, por donde deben desembocar las nuevas "rutas de la seda" en Europa se aparecen los occidentales a estorbar.
      Durante los ejercicios militares, se entregó a 4,8 millones de familias suecas un manual de supervivencia en caso de guerra; se les explicó desde cómo acumular víveres hasta cómo reaccionar a las sirenas de alerta anunciando un ataque ruso. ¿Qué tal con meterle un tiro a la neutralidad escandinava? La alarma ni sonó.

lunes, 12 de noviembre de 2018

EU-RUSIA: ABANDONO DEL TRATADO INF

Estados Unidos anunció recientemente su salida del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés). Este acuerdo fue firmado en 1987 por el líder soviético Mijaíl Gorbachov y por el mandatario estadounidense Ronald Reagan, y permitió reducir la tensión en Europa con la retirada de los llamados "euromisiles", que eran los misiles Pershing 2 instalados en varios países europeos (Reino Unido, República Federal de Alemania, Bélgica, Países Bajos e Italia) y los SS-20 en la Unión Soviética.
    Estados Unidos parece haber dado otra vuelta atrás, después del retiro del Tratado ABM (Tratado de Misiles Antibalísticos, por sus siglas en inglés) con George W. Bush en 2001. Con este retiro, Estados Unidos trató de sacar ventaja con el escudo antimisiles en Europa del Este, pero la Federación Rusa se adelantó y ahora es militarmente superior a Washington, lo que incluye el terreno nuclear. Volver sobre los "euromisiles" es en estas condiciones una provocación y una medida que recurre al chantaje inmiscuyendo a los países europeos, y además a algunos asiáticos, si se da el caso.
     Estados Unidos quiere desarrollar un misil de crucero para ser lanzado desde una rampa terrestre capaz de desplazarse por carretera. Por lo pronto, los países europeos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) le han dado de anuencia a Estados Unidos. El argumento es que supuestamente Rusia violó el Tratado INF, algo desmentido por Moscú.
      El hecho es que los rusos han anunciado que no se quedarán de brazos cruzados y es posible que logren una respuesta adecuada, dada la superioridad que han alcanzado. Cuando se firmó el INF, Gorbachov preveía tres etapas para el desarme nuclear total, pero tal parece que Occidente únicamente entiende de engaño y jugadas de póker. Todo se hace a costa del contribuyente que, en democracia, no tiene ningún poder de decidir ni sobre este gasto ni sobre muchos otros temas en los cuales se decide por él y se hace el ademán de "venderle seguridad ante amenazas". Es probable que una nueva carrera armamentista -otra más- provocada por la salida del INF acabe con el dinero tirado a la basura, como sucedió con el gasto del escudo antimisiles.

viernes, 9 de noviembre de 2018

EU: UN POQUITO HIPOCRITAS

Después de las elecciones legislativas de este 6 de noviembre, en las cuales Estados Unidos permaneció como un país muy dividido, se supo que el estado de Colorado tendrá al primer gobernador homosexual de la historia estadounidense, Jared Polis, por cierto que empresario millonario. ¿Qué quiere decir esta noticia? En rigor, nada. Ernst Rohm, cofundador y comandante de las SA (Sturmabteilung), tropas de asalto del partido nacional socialista alemán, ayudó a encumbrar a Adolf Hitler mientras toda Alemania sabía que aquél era el homosexual más homosexual entre los nazis. Polis, desde luego, no es Rohm, pero ser gay no es garantía de democracia ni de progreso. Por cierto que en Colorado la marihuana es legal, pero el consumo ha caído en picada. Lo único que falta, dicho sea en broma, es el primer gobernador marihuano de la historia estadounidense.
      Dos "nativas americanas" (indígenas) entraron al Congreso. Puede que esté bien, pero lo primero que se le ocurrió declarar a una de ellas, Deb Haaland, por Nuevo México, es que Estados Unidos "es un país grandioso por su diversidad". La otra, Sharice Davids, es además lesbiana. La entrada de "nativas americanas" en la política estadounidense ya ha sido motivo de algunos pequeños escándalos, como el de Elizabeth Warren, quien se declaró tranquilamente descendiente de cherokees, algo no muy claro, lo que le valió el apodo de "Pocahontas" por parte del mandatario Donald Trump.
     Se celebró la entrada al Congreso de más de cien mujeres. ¿Garantía de algo? De nada. La actual primer ministro británica, Theresa May, es mujer y no repara en declarar, como llegó a hacerlo, que lanzaría un "ataque nuclear intimidatorio". ¿Quieres intimidar a alguien o a Rusia, por ejemplo? Bueno, le tiras un misil nuclear. Y lo dice una mujer. Después de todo, Margaret Thatcher también era mujer. Y luego de recibir el misil, le dices #LadyMisil.
    Al Congreso estadounidense llegaron dos musulmanas, Ilhan Omar y Rashida Tlaib. ¿Y qué? Hay de todo entre los musulmanes, adentro como afuera de Estados Unidos. Al menos no son del Estado Islámico. ¿Alguien recuerda al fanático líder estadounidense Louis Farrakhan, de Nación del Islam? Insultó a medio mundo y en especial a judíos y católicos antes de hacer buenas migas con el presidente Demócrata William Clinton.
     Y claro, están los jóvenes, como Alexandria Ocasio-Cortez. ¿Ser joven es garantía de algo? Puede serlo de inexperiencia, por ejemplo. Pero parece que lo que le importa al partido Demócrata estadounidense es convertir a la superpotencia en un Woodstock o algo similar muy hippie y sesentaiochero, con amor y paz para todos y todas. Primero se excluye, luego se ofrece inclusión, y gente como Deb Haaland se traga el anzuelo. !Me reconocieron!!El país es grandioso!
     En la reconciliación caben todos, porque es inclusión, como si fuera una sola familia. Lo suficiente para olvidar, como lo señala Vicky Peláez en el portal de Sputnik Mundo, que el mandatario estadounidense Barack Obama, adalid de la reciente campaña Demócrata, deportó una marca histórica -la más alta en 30 años- de 3 millones de indocumentados, según el Departamento de Seguridad Nacional. Y fue William Clinton quien firmó una ley que permitió la deportación de los pandilleros de la Mara Salvatrucha a El Salvador. Obama y Clinton son hoy grandes defensores de las caravanas de migrantes centroamericanos. ¿No es bello?

miércoles, 7 de noviembre de 2018

MEXICO: AMLO Y LAS MENTALIDADES

En una entrevista en vivo en un avión reproducida por un youtuber, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), reiteró que hay que transformar las "maneras de pensar" e hizo hincapié en que los procesos de cambio pueden fracasar si no se modifican las mentalidades.
     Cabe señalar que las mentalidades son de algún modo "perezosas" y no se modifican si las estructuras, transformadas también, no empujan en esa dirección. Tienen que existir cambios objetivos en materia de corrupción (erradicación real, disposición profunda a sancionar y canales para denunciar, fin a la impunidad, etcétera) para que ésta vaya desapareciendo, y no es asunto de poca gente sino de instituciones y medidas impersonales. Y al mismo tiempo, tiene que haber una buena disposición a no realizar actos de corrupción, mientras las estructuras reconocen y premian la rectitud, algo que no está en la naturaleza del capitalismo perverso, menos aún en el subdesarrollo.
     Pese a que AMLO está en lo correcto, tiene que enfrentar dos escollos que no tienen que ver con las medidas objetivas tomadas para echar a andar la austeridad republicana en las instituciones:
     -la resistencia de una auténtica jauría crecida en cuatro décadas llamadas "neoliberales" y que cree disponer del monopolio de la definición de la naturaleza humana (egoísta, interesada, etcétera). Esta jauría anida en los grandes intereses económicos, en particular en los financieros, y en los medios de comunicación masiva que desde ya le han decretado la guerra al presidente electo, si se desvía en lo más mínimo de las expectativas leoninas de unos cuantos. Lo grave es que aquí anida el "sentido común" más difundido, incluso en el pueblo.
     -la resistencia de la izquierda anarco-libertaria (la ultraizquierda del Movimiento de Regeneración Nacional- MORENA), que anida en una "cultura" comprada en esas décadas "neoliberales". En el fondo, esta izquierda anarco-libertaria comparte los valores "neoliberales" contra los cuales, si se pone atención, no suele hablar. Desafortunadamente, aquí no hay ideólogos. Esta facción copó el Instituto de Formación Política de MORENA, buena parte de la cultura con Paco Ignacio Taibo II al frente del Fondo de Cultura Económica, desde ya tachado de "elitista", y quiere sentar sus reales con el indignante uso faccioso de la universidad pública promovido por John Ackerman y sus "Diálogos por la democracia" con sus "seminarios internacionales" de amigotes al mismo estilo que la mapachería. De todo lo enumerado no puede salir nada útil para cambiar las mentalidades: es en otros niveles que cabe esperar que cambios objetivos traigan novedades subjetivas. En los otros casos, no es más que la imposición del ego de turno sobre estructuras ad hoc, de amigotes y clientelas.

lunes, 5 de noviembre de 2018

MEXICO. EL 68, DEBIDAMENTE EXPURGADO

¿Unete, pueblo?
     Durante el movimiento estudiantil mexicano de 1968, una de las demandas en las protestas era la libertad de los presos políticos, que atañía, en particular, a los líderes ferrocarrileros Valentín Campa y Demetrio Vallejo. Llevaban años encarcelados, muchísimos más de los que estuvieron tras las rejas los líderes estudiantiles, y militaban en partidos de izquierda (Campa, en el proscrito Partido Comunista Mexicano). 50 años después, nadie se acordó de Vallejo ni de Campa, que pasaron al calabozo de la omisión. Nadie mencionó la palabra tabú, "trabajadores", se olvidó cierta desesperación del movimiento que buscaba que el pueblo en algo se moviera (de ahí la consigna estudiantil "!únete, pueblo!"), y en cambio se festinó la lucha por algo así como "los derechos y las libertades", en particular para los jóvenes. En 1968, los jóvenes pedían para otros. 50 años después, pareciera que hubieran estado pidiendo sobre todo para sí mismos y para "rascarse la democracia" en la universidad.
      Es así que 1968 se convirtió en espectáculo de luces ("Nunca más", los nombres de los caídos proyectados en el memorial del Centro Cultural Tlatelolco, el horrendo símbolo en el Zócalo capitalino con la mentira histórica de que "fue el ejército") y en objeto de consumo. Dicho de otra manera, el olvido de Vallejo y Campa, como de otros movimientos de trabajadores en México, fue un lapsus que permitió un importante desplazamiento: desde la esfera de la producción, misma que de alguna manera todavía buscaban algunos en 1968, a la esfera del todo-consumo en el 2018, hasta con una serie televisiva  ("Un extraño enemigo") para insistir en verdades a medias y mentiras completas.
      1968 perdió así su significado creativo-productivo y pasó al mundo del consumo de símbolos. El consumo parece tener la ventaja de haber reconciliado a todos: a los jóvenes que "exigen y reclaman" y a los adultos convertidos casi en infantes al ceder ante "exigencias y reclamos". No tendría mayor importancia si no fuera porque es exactamente lo que un capitalismo proto-fascista tiene que ofrecerle a los jóvenes en nombre de "los derechos y las libertades": todo debe estar permitido (marihuana, aborto, distintas orientaciones sexuales, violencia, enajenación, etcétera), pero nada es posible. ¿Por qué nada es posible? Porque en franco deterioro en comparación con 1968, el capitalismo no tiene un verdadero mundo del trabajo ni un futuro que ofrecerles a los jóvenes. El "disfrute del ocio" y del "eterno presente" es la forma de llamarles hoy al desempleo y al subempleo, que existen por igual donde el joven deambula de aula en aula para, entre galletitas y café, oír discursos de adultos sesentaiocheros siempre rejuvenecidos sobre la relación entre el 68 y cualquier cosa que arroje una renta. Por si no fuera claro, el joven promedio asiste hoy a la universidad a consumir y entretenerse, si frívolamente mejor, y no a tomarse en serio el aula para prepararse a crear, es decir, producir y ser socialmente útil. El mismo mundo del trabajo se ha vuelto tabú y ni siquiera es estudiado en las aulas.

viernes, 2 de noviembre de 2018

BRASIL: AHI VIENE EL COCO

Ante el ascenso del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil, se multiplicaron en la izquierda, aunque también entre quienes se hacen llamar demócratas liberales, las voces para acusarlo de "nazi", "fascista" y "nazifascista". Cada cuando, la izquierda, llena de vicios en la vida cotidiana, se viste con el ropaje de héroe por un momento, auto-absolviéndose de sus prácticas: George W. Bush era "fascista", Donald Trump es "fascista", de tal modo que el mundo está lleno de "fascistas" de ocasión. Esta vez, Angel Guerra fue más lejos al llamar "nazi" a Bolsonaro, quien no profesa ninguna ideología nacional-socialista, y Leonardo Boff lo llamó "nazifascista". "Estamos viendo el ascenso en elecciones de un candidato al que no podemos vacilar de calificar de fascista", declaró su santísima Vanidad Juan Villoro, para quien Bolsonaro "nos obliga a recordar que Hitler llegó democráticamente al poder". Junto con los llamados internacionales de grupos de intelectuales, encabezados por Noam Chomsky o Manuel Castells,  pareció que era obligatorio guiñarse el ojo unos a otros, como ante Trump: ¿ya viste?!ahí está un nazi nazifascista!
     Lo llamativo del caso es que nadie parecía haber leído el programa de Bolsonaro, quien la emprendió contra campesinos sin tierra, sobre todo, y contra indígenas. No: todo estuvo en que es "racista, homofóbico y misógino", como si éstos fueran los rasgos definitorios del nazifascismo y no el partido único, la corporativización de las masas y la fuerte intervención de un Estado dirigista, entre otros que requieren de conceptos. No: "mujeres, activistas, LGBT, defensores de los derechos humanos, ambientalistas e indígenas están en riesgo", dijo un grupo de intelectuales -entre quienes estuvo Chomsky- que se olvidó de los negros pero, sobre todo, de los trabajadores y los campesinos sin tierra, siendo que Brasil tiene un poderoso Movimiento de los Sin Tierra (MST), cuyo líder, Joao Pedro Stedile, se refirió a Bolsonaro más bien como una especie de Fujimori y ni siquiera como "un Pinochet", a diferencia del megalómano Alfredo Jalife Rahme,  Consciente de que Brasil no es un país muy desarrollado que digamos, sino la eterna Belindia (Bélgica+India), el músico Caetano Veloso comparó a Bolsonaro con el polémico líder filipino Rodrigo Duterte. Sí, Filipinas: ni modo para quienes quieren estar siempre "en la grande" y se olvidan de todo tan pronto como la ola mediática ha pasado.
     Por cierto, que todo el mundo cante a coro y no se acepte ninguna voz discordante: ¿no es "microfascismo", difuso y capilar, por llamarlo de algún modo?

TIEMPO DE....¿SEÑORAS?

 A reserva de lo que dé a conocer Ricardo Raphael, muy buen conocedor del caso, Isabel Miranda de Wallace es una mujer de antología que llev...