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viernes, 7 de febrero de 2025

PARA VARIAR: EL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE LA PALABRA...HARÁ USO DE LOS MEXICANOS

 Cuando los Demócratas violan la ley, no parece extravagante: lo hicieron por ejemplo -a instancias de Hillary Clinton, que se lo "sopló" a su marido, William Clinton- al bombardear en 1999 Yugoslavia, contra lo que estipula el artículo 5 de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte); nadie había atacado a ningún país de la organización. Se repitió en 2011, en Libia, para regocijo -otra vez- de Hillary Clinton, cuando nadie resolvió matar a Muamar El Qadafi; la misma OTAN, sin que parezca extravagante, viola los acuerdos de la OSCE (Organización para la Seguridad y  la Cooperación en Europa), lo que está en el origen de lo sucedido en Ucrania desde 2014, sin que se cumplieran por lo demás los Acuerdos de Minsk; al parecer, se tolera la transgresión en los hechos y el intento de dominación, naturalizado, pero basta con que el actual presidente estadounidense, Donald J. Trump, salga con alguna extravagancia DE PALABRA para que el globalismo se despierte a la izquierda, como defensor de las soberanías nacionales que transgrede de facto. De entrada, el proyecto de cambiar el nombre del Golfo de México por "Golfo de América" es "asunto de golfos" -sin que sea necesario recurrir a Google- siempre y cuando se respeten las delimitaciones territoriales (de aguas marítimas). La idea no es nueva y es, por lo demás, de origen Demócrata (de Steve Holland), desde 2012, como lo ha mostrado el analista de geopolítica Alfredo Jalife Rahme. El tema se volvería "un tema" si Estados Unidos se tomara a la mala hidrocarburos de otros, que es lo que hay TAMBIÉN en el Golfo de México. Cuando el presidente Barack Obama le cambia el nombre al Monte McKinley (por "Denali"), ni quien chiste. Sin hablar del espectáculo de ponerle al puente de Alvarado, calzada México-Tenochtitlan, o al Árbol de la Noche Triste, "de la Victoriosa", en la creencia totalmente errónea de que la nación mexicana desciende de los pueblos prehispánicos. Para ello, como sea, ya hay monumento de la "glorieta a Cuauhtémoc" y el monumento a Cuitláhuac. Lo de "Rita Cetina" es tan arbitrario como el espectáculo del insulso Catarino Erasmo Garza Rodríguez.

      Como en el mandato anterior, al presidente Donald Trump no le faltan golpeadores, como el secretario de Estado, Marco Rubio, que no es "gusano" (exiliado cubano), y que se hizo camino a la sombra de los Bush, siendo Texas y Florida proclives a los Republicanos. La heroica defensa de la soberanía de Panamá, que el presidente panameño José Raúl Mulino, se pasó por el Arco del Triunfo en 1989, terminó en la palabra en gritos y sombrerazos, como se dice coloquialmente en México, y en la renuncia de Panamá a participar en el acuerdo antes firmado con China de la Ruta de la Seda (Iniciativa de la Franja y la Ruta). Rubio pasó por Panamá a golpear: la Enmienda DeConcini (Demócrata) permite que Estados Unidos intervenga en el Canal "en caso de amenaza", pero "amenaza" no hay ninguna, salvo la que entendió Mulino: "bajar el perfil" de China en Panamá antes de que sea declarado ""amenaza". De paso, Mulino, hace poco tiempo objeto de firme apoyo de la presidentA mexicana, Claudia Sheinbaum, optó por auditar a la empresa China Panamá Ports, que opera dos puertos a la entrada del Canal, para ver si se renueva o no la concesión. Para más señas, México anda por un camino parecido en materia de migración y tráfico de drogas: cediendo con la frente muy en alto, antes de que Ecuador suba aún más los aranceles. Dejando de lado el golpeteo de Rubio, ya que Panamá es libre de asociarse con quien quiera si es soberano, se ha ganado la enésima batalla EN LA PALABRA y no parece nada francamente extravagante que en los hechos se ceda: lo de siempre, se entrega el cuerpo, se guarda el alma propia y no se puede ni aludir al desempeño de este oficio, ya que da de comer a la familia y es "por necesidad" -puesto que de recursos propios no hay modo de vivir, y se admira en el fondo al de afuera.

      Ya hubo antes golpeadores, como John Bolton o Mike Pompeo. Rubio mintió sobre su origen y causó con ello problemas en los propios Estados Unidos; Logró con todo el apoyo de la Fundación Nacional Cubano Americana, de pésima reputación y ligada a actos terroristas contra Cuba, y más tarde, de Jeb (es John Ellis) Bush. Por lo demás, Rubio fue contrincante de Trump en 2016, cuando se insultaron de lo lindo. Extravagante, que Trump, además de considerar a Rubio un "guerrero intrépido" (Desde Los cuadros acuerdos el mundo está lleno de guerreros resilientes), haya vuelto sobre la acusación a Cuba como país que acoge al terrorismo. Es por la cercanía con Cuba del ELN (Ejército de Liberación Nacional) colombiano. Ningún gran defensor de Cuba dijo ni pío, tal vez porque el presidente de Colombia, Gustavo Petro, considera que el ELN no es ya más que una partida de narcos. Ninguna sorpresa: Trump es de lo que se llama "anticomunismo primario", si hay de algún otro. Porque el promotor del terrorismo está en la Fundación que ha respaldado a Rubio.

        La poca gente que hay en Groenlandia ya ha expresado no querer ser parte de nada. Como tampoco es secreto que es pro-Israel, Trump cree que este país le entregará Gaza a Estados Unidos. Lo cierto es lo siguiente: Trump pidió cesar hostilidades, se rehusó a cualquier despliegue militar estadounidense en el lugar y Benjamín Netanhayu, luego de "hacer a Israel great again", bajó la presión...tal y como lo pidió Trump. Es mejor aprender del cómico ucraniano Volodímir Zelenski, quien va a intentar un deal ahora que es más trumpista que Trump, para ver si logra que Ucrania sea "great again" y seguir sirviendo a la Unión Europea (UE) y la OTAN, sin ser ya siquiera presidente electo, sin que tampoco haya nadie para reclamárselo. 

     Tal vez sea difícil de entender el estilo de negociar en Trump, pero es abierto y no "en lo oscurito", a diferencia de las transgresiones Demócratas, que absolutamente nadie ha descrito como "amenazas", como la del Euromaidán ucraniano de 2014, totalmente ilegal -lo demostró por ejemplo en un documental Oliver Stone, estadounidense- y en el origen de la situación actual. Pareciera que Trump es el de las ocurrencias "cochinas", pero también que las cochinadas son de lo más toleradas mientras no hagan escándalo: hábitos "de familia", y reproches a Trump porque "sólo se sabe una posición" (!). Ocurrencias como las de Trump son a cada rato "de mal gusto"; hechos consumados de transgresión, como los de los Demócratas, son en cambio tolerados, por ejemplo los desmanes de Hunter Biden. Como lo es que el Pepe Mujica diga del presidente ruso, Vladimir Putin, que es un "hijo de puta" (tan sencillito que es el Pepe), o que Petro afirme que la cocaína no es peor que el whisky. Pues que pase a la prohibición alcohólica, o se vale transgredir y proponer "pericazos para todos": Trump es el que está realmente mal. Ni siquiera su "halcón" Rubio. Ya nada más falta la parte en la que sale Altagracia a decir que va a hacer a México great again, convocando por ENÉSIMA vez a los empresarios. Darwinismo, como lo ha sugerido Jalife-Rahme, quien recuerda por lo demás que el asunto de Groenlandia data más o menos de cuando el mismo Darwin(da click en el botón de reproducción).



YO NO ME LLAMO JAVIER

 No es muy fácil saber qué es el "pueblo", aunque en él resida la soberanía, al decir de diversas Cons tituciones, la estadounide...