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sábado, 30 de octubre de 2010

OH NIKITA YOU WILL NEVER KNOW...

Las tropas occidentales han decidido llevar a cabo un combate frontal contra los flagelos que azotan a este atribulado planeta. Uno de esos flagelos es el terible terrorismo, que en Afganistán está encarnado en los espeluznantes talibanes. A éstos el asunto de que se produjera droga en su país nunca les agradó. Por lo mismo, de todos los estupefacientes que se cultivan en el país asiático, los talibanes controlan apenas el 0.2 %, según cifras dadas a conocer hace poco por Victor Ivanov, director del Servicio Federal de Control de Drogas de Rusia. Así que la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN, ha decidido erradicar ese muy temible 0.2 % de superficie afgana cultivado con droga y en manos talibanas. En cuanto al 99.8 % restante del cultivo de droga, la OTAN no se mete, porque no está en Afganistán para éso, sino para combatir con más de 100 mil hombres al terrorismo. Los señores afganos -y otros de Asia Central- de la droga, así, hacen muy exactamente lo que les da la gana, sin que los molesten, siempre y cuando no sean talibanes. Rusia le ha dado a la OTAN los nombres de 9 señores de la droga. Los occidentales, que quede claro, están en Afganistán buscando talibanes, no estupefacientes ni señores de la droga. Está claro que el 11/S las Torres Gemelas no fueron atacadas con amapolas y que en el avión que se estrelló en el Pentágono -"dicen"- no se encontraron jeringas. Es más, las actuales autoridades afganas se enojaron por un operativo conjunto reciente OTAN-Rusia para erradicar una pequeña superficie de cultivo de droga. Es una total falta de respeto por la soberanía de Afganistán.
Siempre según Ivanov, en declaraciones recogidas por Russia Today, los laboratorios clandestinos afganos que producen droga, para distribuirla en Rusia, casi se triplicaron desde 2008, pasando de 175 a 425, lo que demuestra -no lo dijo Ivanov- una productividad y recuperación crecientes de ese pobre país asiático, considerando que en la labor de cultivo de amapola se emplea apenas 6.4 % de la población afgana. Más droga con la misma población empleada. El surtido es inmejorable: 5 mil millones de dosis o inyecciones para la sola Rusia, el 35 % de las que produce Afganistán, en unas 36 toneladas, de un total de 700 toneladas producidas en 2009, siempre en suelo afgano. En síntesis, desde que la OTAN está en Afganistán la economía de este país ha estado al parecer en pleno crecimiento, logrando aprovechar sus ventajas comparativas y encontrando atinados nichos de mercado en el mundo. El costo es de entre 30 mil y 40 mil muertos por heroína en Rusia, sobre una población de 2 millones y medio de adultos, de entre 18 y 39 años en su mayoría, lo que demuestra que los señores de la droga afgana han sabido dirigirse a un mercado atractivo y con una demanda creciente.
El resto de la droga va en parte a Europa, entrando por los Balcanes. Sería interesante saber por qué medios entra la droga afgana a Europa, y con la ayuda de quién en la ruta balcánica: ¿de los musulmano-bosnios o de los kosovares (musulmanes)? Sería tanto como pensar que la OTAN está en Afganistán para hacer negocio con lo que sea y no, como es sabido de todo el mundo, que los occidentales únicamente están en busca de Osama Bin Laden y de esos jóvenes fanáticos talibanes que impiden a las señoritas usar escotes y a los jovencitos, además de prohibirles consumir droga, les censuran el uso de boxers.

domingo, 24 de octubre de 2010

EXIGIMOS CORRUPCION

En las elecciones parlamentarias pasadas en Kirguistán no ganaron quienes derrocaron al ahora ex presidente Kurmanbek Bakíev, sino que triunfaron, así sea por poco, los partidarios del mandatario saliente, que fue en realidad "sacado", y a quien se le descubrieron no pocos negocios turbios: narcotráfico, nepotismo y lucro con el dinero de la base militar estadounidense. Con el partido político Ata-Zhurt, las huestes de Bakíev se hicieron fuertes, dejando atrás a los socialdemócratas y otras agrupaciones más, como Ar-Namys y Ata-Meken.
Quienes conocaron a las elecciones, luego de convertir a Kirguistán en república parlamentaria, se mostraron satisfechos con la transparencia del proceso, la ausencia de presiones e incluso de demasiadas irregularidades.
Bakíev se habría impuesto en buena medida gracias a los votos del sur del país, donde ocurrieron serios disturbios hace meses y donde, según se sabe, campean por sus fueros grupos del crimen organizado, en particular dedicados al tráfico de estupefacientes, originado en Afganistán. Tal pareciera que en algunos lugares la delincuencia organizada logra distribuir los frutos de la economía favoreciendo a muchos y un poco a otros más, de tal manera que, sin ésos recursos, la sociedad sabe que no hay mucho de qué vivir: a Kirguistán no le queda base productiva luego del derrumbe de la otrora Unión Soviética, y ello explica entre otras cosas que muchos habitantes del lugar se hayan ido a buscar mejores oportunidades en otra parte, Rusia sobre todo, aunque incluso hasta la lejana península coreana. Sin base productiva, los que se quedan viven de los que envían los de afuera, de la renta que da la base militar de Estados Unidos y de los recursos que siembra el narcotráfico, que sostiene y corrompe a la vez. Corrompe de tal manera que la honestidad, como parece ser la de la presidenta interina Rosa Otunbaeva, no cuenta demasiado si no da de qué comer y hasta darse algunos lujos. Es decir, la honestidad no es rentable y la ética no es funcional. Lo grave es que quienes creen elegir probablemente estén siendo elegidos, incluso desde alturas insospechadas, las de quienes no pueden ignorar el efecto corruptor del tráfico de estupefacientes, y que tienen pelo rubio, ojos rubios y dientecitos rubios.
Tal vez sea dura la declaración de Almazbek Atambayev, político socialdemócrata, quien según la agencia Ria Novosti habría dicho que "el pueblo se merece los dirigentes que ha elegido". Otros, como el politólogo Orozbek Moldalíev, siempre consultados por la agencia noticiosa rusa, han explicado lo que ocurre por el bajo nivel cultural de los habitantes de Kirguistán, y la adhesión a ciegas al jefe clánico de turno. Lo que ocurre es un fenómeno mafioso que utiliza los atavismos: los clanes compiten por las migajas que les tiran los que se supone están poniendo orden no muy lejos de ahí, en Afganistán.
No hay ninguna necesidad de legalizar los estupefacientes, puesto que hay mecanismos de lo más transparentes para legitimar el estado de cosas, blanquear políticos, lavar dinero y hasta poner muertos, en la capital Bishkek o en la sureña ciudad de Osh, en caso de que haya que hacer "circular las élites", como dicen los politólogos. Con tal de no ver, siempre se puede culpar al de al lado, en este caso a la población de Uzbequistán. ¿De dónde llegan por cierto las armas cuando hay disturbios como los de Osh?
Es probable que no llegue a suceder con Kirguistán (entre otras cosas porque Rosa Otunbaeva no es de baja calaña), pero con este tipo de procedimientos Kosovo se convirtió en un protectorado mafioso democráticamente electo. Vaya mal lugar el estratégico que ocupa Kirguistán para los intereses en juego en suelo afgano.

domingo, 17 de octubre de 2010

EL DRAMA DE TONGA

Estados Unidos parece tener la muy firme intención de no resolver nada de lo que dice querer resolver en Afganistán, donde hay unos 120 mil soldados de cerca de medio centenar de países. Tal vez habría que resolver las cosas de otro modo: en concreto, haciendo algo con los 50 millones de adictos a drogas a base de opio, adictos que se encuentran en un mundo desarrollado que les ofrece poco de vital y mucho de escape, con tal de que no haya protesta social, o que ésta sea de lo más limitada.
En vez de combatir el problema en la fuente, Estados Unidos y sus aliados lo toleran, cuando no lo fomentan. Ni siquiera cabe descartar que Estados Unidos tolere la siembra de estupefacientes en Afganistán y el tráfico con tal de mantener un "frente de tensión" en las fronteras rusas y en Europa. Los "aliados" no temen hacer el rídiculo: han invitado a mandar fuerzas (unas 200 tropas) a Afganistán a la isla de Tonga, en el Pacífico. Los de Tonga (son 104 mil habitantes) están por enviar un primer contingente de 55 hombres, que habrán de ser entrenados por el ejército británico en suelo afgano. Es decir, su Real Majestad de ocupará de seres de Tonga que lucharán contra el Talibán. El acuerdo fue tomado el 8 de octubre pasado, presumiblemente sin que los signatarios hayan fumado nada. En cuanto a los afganos, hace rato que deben preguntarse si no están halucinando.
Por lo pronto, los desmanes hacia la frontera norte de Afganistán no están mal. En Tadzhiquistán, éso de tener como vecinos a fanáticos islámicos que nadie para en concreto ha provocado la lucha contra cerca de 200 bandas terroristas, culpables de unos 3 mil atentados, en los últimos 12 años (es decir, mientras se supone que los aliados de Tonga debieran acaber liquidado al Talibán). En cuanto a Kirguistán, donde se celebraron el 10 de octubre elecciones parlamentarias, el sur del país cayó en manos de narcotraficantes, que controlan la región de Osh. El régimen anterior de Kirguistán, el del depuesto Bakíev, estaba permeado por el tráfico de droga, empezando por familiares de Bakíev, y hasta llegar al jefe de seguridad del mandatario enviado al exilio. Bakíev había llegado al gobierno gracias a una "revolución de colores", llamada en este caso "revolución de los tulipanes", celebrada por los estadounidenses como advenimiento de la democracia. Habida cuenta de lo que se incauta en la frontera sur de la ex Unión Soviética en Asia Central, y del crecimiento del número de drogadictos en Rusia, no es de descartar que, aún si haberlo dicho, al promover la democracia en Afganistán los occidentales también hayan fomentado otro de sus acostumbrados relajos de colores: "la revolución de las amapolas" sonaría bonito para la fiesta que desde hace una década se traen los de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en suelo afgano. Están tan metidos en la adormidera que ni tino tienen al disparar y con la mayor de las frecuencias los blancos son civiles, también conocidos como "Los Colaterales".
Mejor hubiera sido instalar a los de Tonga en algún suburbio europeo, como para capturar a uno que otro "dealer", de los que abundan, y mandar al consumidor a ver palmeras de verdad en las islas turquesa del Pacífico celeste. No desesperemos y pensemos que un soldado de Tonga puede hacer el milagro: capturar a Osama Bin Laden y a su mujer Lucy, que está en el cielo con sus diamantes.

sábado, 9 de octubre de 2010

UNA LOGICA A TODA PRUEBA

Al-Qaeda ha amenazado a Europa, y como se sabe, los estadounidenses de visita en ese continente están llamados a tomar precauciones mínimas. Por ejemplo, dar la alerta si la Mona Lisa en el museo del Louvre aparece con un velo o con burka, aunque no es tan fácil que la policía francesa lo tolere. O si un gondolero veneciano ostenta un turbante y una larga barba, diciendo "Allah es grande" en vez de "O Sole mío". Aunque no es probable que la camorra lo tolere. O si en una plaza de toros española el cartel anuncia una corrida con un bravío llamado "el Talibán" y un torero llamado "el Niño del Fakir", aunque el humor español tal vez no alcance para tanto luego de siglos de líos con los de la media luna.
La verdad es que el secretario general de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, ha decidido firmemente tomar cartas en el asunto que, según se deduce, es inquietante. Para proteger a la City de Londres, al barrio latino de París, a la Torre de Pisa, a la puerta de Brandenburgo y otras joyas arquitectónicas que pudieran ser blanco de Osama, de Bin y de Laden, el aludido funcionario, el danés Anders Fogh Rasmussen, viajó a principios de octubre al Caúcaso, muy específicamente a la república ex soviética de Georgia, que al ritmo que va pudiera ser ex república ex soviética de Georgia, o inclusive de ex Georgia, dadas las ganas del presidente local, Mijail Saakashvili, de ser más estadounidense que un Burguer King. Rasmussen insistió en que sí, Georgia, más temprano que tarde (no lo dijo exactamente así, pero suena bonito), será miembro de la OTAN, por lo que se toman ya las medidas del caso: es decir, rearmar a los georgianos hasta los dientes, luego de la golpiza que les dió el ejército ruso en 2008. Lo que quiere Rasmussen es que, a la brevedad, Georgia cumpla con los estándares que pide la OTAN, y que para la próxima el país del Caúcaso no haga el ridículo ante los rusos en Osetia del Sur o en Abjasia.
Saakashvili se ha comprometido con la "soberanía, la libertad, la independencia y la integridad" de su país, suficientes palabras como para intentar un ataque verbal contra el Kremlin (se puede agregar algo sobre la democracia y los derechos humanos para que el impacto sea mayor).
De Georgia, el danés se fue a Turquía, que anda enojada por lo de los greco-chipriotas, considerados -ellos sí- europeos, a diferencia de los turcos mismos, que a los ojos de los del Viejo Continente no pasan de ser peligrosos mustafás y kemales. Turquía, como sea, se queda en la OTAN; menos problemas haya con Grecia, también país miembro de la OTAN, mejor. Es decir, Rasmussen el vikingo fue, como se estila decir, a "limar asperezas".
Por cierto, no queda claro por qué el jefe de la OTAN fue a darse una vuelta un tanto lejos de Europa, si a la que amenazó Al-Qaeda fue a Europa. Es que Rasmussen quiere proteger a Georgia de Rusia. Lo que hace Rasmussen no tiene lógica ni con lo que supuestamente quiere Obama (proteger a Europa, no al Caúcaso), pero la lógica no es prioritaria cuando de lo que se trata es de salvar vidas estadounidenses. Suena lógico.

sábado, 2 de octubre de 2010

!DIOS MIO! !EUROPA!

El peligro del terrorismo vuelve a acechar a Europa. Según funcionarios estadounidenses "bien informados", Al-Qaeda está planeando atentados en el Viejo Continente, por lo que los ciudadanos estadounidenses que viajen al otro lado del Atlántico deberán ser muy precavidos. "No ahorraremos esfuerzos -dijo el funcionario del que no se sabe si "preferió guardar el anonimato"- para frustrar los planes de los terroristas". Han salido dos videos de Osama Bin Laden, reprochándoles a los musulmanes no haber hecho gran cosa para ayudar a sus hermanos en desgracia por las inundaciones en Paquistán. Es decir que, como Bin Laden que ahora es ecologista se las trae con sus correligionarios, en cualquier momento puede intentar volarse la Torre Eifel o pasarse a los musulmanes por el Arco del Triunfo. El funcionario dijo que Estados Unidos hará lo necesario para proteger a sus "aliados".
Tal vez por no crear pánico, Estados Unidos no ha insistido demasiado en otros dos peligros. Hace poco, el flamante mandatario colombiano, de apellido inmejorable (Santos), se vió en la obligación de asesinar a un narcoterrorista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, un líder conocido como "Mono Jojoy". Lo de "Jojoy", se explicó, era por la forma de reir que tenía el sanguinario señor. Es absolutamente aterrador pensar en que el terrorismo cree sus alianzas, por ejemplo entre las FARC y los fanáticos islámicos: la "gran manzana" de Nueva York, donde nada más a Obama se le ocurre construir una mezquita (!), podría ser atacada en cualquier momento por el líder fundamentalista Abdul-al-jijiji.
Los norcoreanos tampoco causan gracia. Tal vez quieran seguir siendo milenaristas con su idea Zuche (que no es lo mismo que la idea Sushi), un invento del Gran Líder Kim il-sung. Este fue remplazado a su muerte por su hijo, Kim jong-il, y para colmo ahora el segundo pareciera estar preparando al tercero, subiéndolo en el escalafón militar, hasta los más grados altos de la ignominia: es el temible Kim jong-un, en el entendido de que son nombres típicos del lugar y no ganas de ser el hazmereír de Occidente, a diferencia del "Mono Jojoy" y el astuto Al-Jijiji. En cualquier momento, Kim jong-un podría decidir hacer juegos navales en el mar de Japón con los cohetes Rondong que le preste su papá.
Como ya se sabe, la culpa de todo la tiene Rusia, así que en respuesta a estas temibles amenazas, el asunto está ahora en apretar la pinza en el Báltico. Desde 2004, las repúblicas ex soviéticas ribereñas del Báltico vienen maniobrando con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN, en particular mediante recurrentes ejercicios aéreos militares. Estonia habilitó la base aérea de Amari, capaz de albergar 20 aviones de transporte militar, 16 cazas de la OTAN y, de ser necesario, 2000 tropas. Los aviones incluyen F-15 Eagles capaces de disparar misiles aire-aire y Sparrow o Sidewinder (son nombres militares, no de grupos de hip-hop). Lituania, por su parte, ya ofreció la base aérea de Siauliai, mientras que Polonia, a la de Morag, suma la de Bydyeszcz (¿no será mejor llamarse "Mono Jojoy"?), para albergar un Centro de Entrenamiento de una Fuerza Conjunta -léase occidental. Para rematar, se han realizado ejercicios militares navales en las costas de la siempre muy simpática y neutral Finlandia, en la bahía de Bothnia (con "th"), con 60 buques y 4 000 efectivos. !Jojoyes, Faisales-Jijijis, Jajajas y demás Kims del mundo, temblad!
Justo cuando a Obama se le ocurre poner un escudo antimisiles flexible en Europa, y además en vísperas de una gran reunión de la OTAN, Al-Qaeda sale de las tenebras y amenaza tenebrosamente a Europa y a los estadounidenses en Europa.  Qué mala suerte la de Occidente, la de tener que tratar con fanáticos muy ocurridos y tan oportunos.

¿QUIÉN APAGA LA LUZ?

 Como lo señalara Donald J. Trump, candidato estadounidense a la presidencia, Rusia es una formidable maquinaria de guerra: si la apuesta de...