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lunes, 18 de agosto de 2025

EL AMOR ACABA

 Las elecciones en Bolivia mostraron a qué conduce la izquierda cuando se apega a lo que cree que es cultura, y además, hasta afectiva, aunque sea en realidad emocional: no fue a ningún lado el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Eduardo del Castillo, cercano al presidente saliente Luis Arce, porque no logró mucho (poco más del tres por ciento de los votos), como tampoco el de los "partidos populares" (Alianza Popular), Andrónico Rodríguez (poco más del ocho por ciento), que era ante quien Evo Morales y Eduardo del Castillo debían ceder. 

Es poco probable que el "progretariado" reconozca hasta qué punto el que echó a perder las cosas no es el supuesto "traidor" Rodríguez, sino, como en el Ecuador, el señor indígena Evo Morales, quién llamó al voto nulo y lo tuvo hasta en cerca de un 20 % del electorado. En medio de la implosión de la izquierda, buscada desde el exterior, ganó la primera vuelta Rodrigo Paz (poco más del 32 por ciento de los votos), del partido Demócrata Cristiano e hijo del antiguo y veleidoso político Jaime Paz Zamora. Con todo, las propuestas de Paz de terminar con el "Estado tranca" (corrupto), entre otras, no están mal. Son preferibles al otro competidor de la segunda vuelta, Jorge "Tuto" Quiroga (poco más del 26 % de los votos), por lo que además Morales volvió a equivocarse al encasillar a todo el mundo en "la derecha" sin la menor distinción. He aquí el resultado de creer en indígenas propios de estampas sepia de reservaciones, al igual que en otro fenómeno, David Choquehuanca. 

   Por lo demás, no todo fue desastre: Bolivia tuvo con Evo Morales en la presidencia un buen desenvolvimiento económico (gracias también al papel de Arce) y social, y, a pesar de vacilaciones, intentó alianzas amplias con Arce.        Paz, ahora, no sólo prometió luchar contra la corrupción, sino también reformar la Justicia, que no es del todo clara en Bolivia, y descentralizar el poder. Lo que no se puede es extraviarse: pasar del "capitalismo andino-amazónico" al "socialismo comunitario", por inteligente que sea el ex vicepresidente Alvaro García Linera, ni buscar la modernización conservando prácticas dudosas del pasado, si acaso fue en parte lo que buscó Arce, al grado de que Del Castillo es cruceño (de Santa Cruz). Paz está ligado a Tarija, otro departamento no tan atrasado de Bolivia, y propone un capitalismo popular. El otro en juego era un émulo del presidente argentino Javier Milei, el empresario Samuel Doria Medina (Alianza Unidad), que se inclinará por Paz, pese a que no es lo mismo.

        Paz no ganó con contundencia, aunque sí en el altiplano, por lo que los antiguos votos del MAS se fueron con aquél: voto contra la crisis económica, que Arce no logró atajar, y contra el pésimo espectáculo de los pleitos personales y de clientela en el MAS. El segundo lugar, Quiroga, tuvo un lugar geográficamente marginal, y a pesar de que Paz ocupó cargos en Tarija, este departamento y el de Santa Cruz votaron por Doria, quien alcanzó cerca del 20 % de los votos. Doria será el fiel de la balanza. Si lo que se quería era capitalismo, y es en fin de cuentas lo que se estuvo haciendo, al final la gente escogió entre distintas versiones del mismo, y para salir de personalismos y clientelismos arcaicos

       A juicio de García Linera, la fuerte crisis económica contribuyó a la derrota, pero también el problema de los "líderes carismáticos", lo que como sea remite a personalismos. Después de la derrota de la Revolución Ciudadana (RC) en el Ecuador, aunque por otros motivos, ya que no hubo división ni protagonismo excesivo del ex presidente Rafael Correa, el de Bolivia es lo que García Linera ha llamado un "colapso estrepitoso", y el progresismo va claramente para atrás: lo similar, entre el Ecuador y Bolivia, es el papel indígena. Más de uno pierde la cabeza y cree ser la encarnación del "pueblo", cuando ninguno de los países mencionados, por lo demás, es de mayoría indígena (más del 60 % de la población boliviana no lo es). No se dirá nada del problema, como tampoco se quiso hacer en el Ecuador. Cuando menos Paz no es Daniel Noboa, el presidente ecuatoriano. Ya que a "Evo es Pueblo" le gustaba mucho este cantante, se le puede dejar una de sus canciones: da click en el botón de reproducción.



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