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miércoles, 29 de noviembre de 2017

EZHOVSCHINA: CONTRA LA DEMOCRATIZACION DE LA URSS

El periodo 1937-1938 fue el peor de la represión bajo Stalin en la Unión Soviética y en vísperas de la guerra. Al ser Comisario del Pueblo para Asuntos Interiores (jefe del NKVD, policía secreta) Nikolai Ezhov, ese mismo periodo se conoce como ezhovschina y durante él fueron ejecutadas poco menos de 700 mil personas, muchas de ellas inocentes. No ha sido posible establecer cuántas en la medida en que llegaron a ser fusiladas también personas culpables de delitos graves, en particular contra el Estado (por el artículo 58 de la Unión Soviética). Cabe señalar que este artículo era muy severo con delitos que concernieran a lo militar, pero no tanto con la agitación y propaganda antisoviéticas, por ejemplo (6 meses de prisión).
      La ejecución de personas inocentes, a cargo de Ezhov, llegó a oídos del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) en octubre de 1937, y se descubrió a otro de los culpables, Pavel Postyshev, quien fue expulsado de la organización y ejecutado, aunque luego rehabilitado por Nikita Jrushchov, líder soviético a la muerte de Stalin.
     Ezhov y su gente conspiraban contra Stalin e intentaron asesinarlo el 7 de noviembre de 1938, cuando el primero ya era sospechoso para el poder soviético. El 17 de noviembre de 1938, durante el periodo de Stalin y bastante antes de la llegada de Jrushchov al gobierno,  el buró político del Partido Comunista (bolchevique) se lanzó a criticar la ejecución de personas inocentes, los juicios por motivos nimios y las investigaciones "sembradas". Se cambió el sistema judicial para evitar que este tipo de "procedimientos" siguiera y el 23 de noviembre de 1938 Ezhov tuvo que dimitir, siendo sustituido por Lavrentii Beria, quien de inmediato liberó a miles de detenidos (unos 100 mil) sin alguna justificación. Ezhov fue finalmente arrestado en abril de 1939, e igual suerte corrieron otros culpables dentro del NKVD. Durante el periodo de Beria (hasta 1946), el número de ejecuciones bajó a menos del 1 % de lo que eran entre 1937 y 1938. Muchos de los ejecutados sí fueron culpables esta vez, ya que con frecuencia eran gente de Ezhov (hasta que en 1940, luego de un juicio por un Colegio Militar, llegó el turno del mismo Ezhov).
     ¿Ezhov reprimió a inocentes por órdenes de Stalin? No, lo hizo para crear descontento entre la población contra Stalin. Hombre disoluto, Ezhov había sido reclutado por los servicios de inteligencia alemanes (nazis) y esperaba ansioso la invasión foránea para que coincidiera con el descontento creado dentro de la Unión Soviética por esta "quinta columna" en la que por cierto participó Nikolai Bujarin. Todo este proceso está reconstituido a base de archivos por Grover Furr en Yezhov vs. Stalin. The truth about mass repressions and the so called Great Terror in the USSR. No fue Stalin quien mandó ejecutar a inocentes. En cambio, logró frenar antes de la invasión nazi las conspiraciones de quienes estaban descontentos con una mayor democratización de la Unión planteada desde 1936 y nuevamente parada -hasta ser liquidada- por la gente del partido después de la guerra y a la muerte del líder georgiano. Sepultar esa democratización fue el comienzo del estancamiento y la descomposición del régimen soviético.

lunes, 27 de noviembre de 2017

STALIN: OCHOCIENTOS TRILLONES DE MUERTOS

En un régimen de "libertades", cualquiera es libre de decir cualquier cosa e incluso, si lo desea, de saltarse a la torera las leyes de la demografía, que es lo que hacen quienes calculan, pareciera que "a ojo de buen cubero", los muertos del periodo de Stalin en la Unión Soviética.
     Estos cálculos suelen tener tres fuentes:la propaganda (con material de la Gestapo, la policía secreta nazi) del periodista William Randolph Hearst, la del "académico" (y miembro de la sección de desinformación del espionaje británico) Robert Conquest y las "estimaciones" del escritor y antiguo disidente ruso Alexander Solzhenitsin. Cabe partir de lo siguiente, para seguir los argumentos absurdos de Alain de Benoist en Comunismo y nazismo, que retoman entre otros los cálculos del Libro negro del comunismo, coordinado por Stéphane Courtois. En 1917, el imperio zarista tenía 143,5 millones de habitantes.
     -Por lo que parece ser un error de tipografía, De Benoist le atribuye a Conquest la cifra de 450 millones de víctimas, "sin contar los muertos de la guerra mundial" (que fueron 27 millones), lo que arroja un total de 477 millones de víctimas. El periodo no está especificado, pero visto el número de habitantes que tenía el imperio zarista en 1917, pareciera que entre los años '20 y '50 Stalin hubiera estado matando soviéticos un poco al ritmo de 4 de cada 3, algo un tanto alucinante. De Benoist, por cierto, calcula en 44 millones las víctimas de la segunda Guerra Mundial.
     -Solzhenitsin calculó 110 millones de muertos entre 1917 y 1959. De Benoist le atribuye la cifra de 88 millones de víctimas, sin precisar el periodo. No queda claro si hay que agregar los 27 millones de muertos de la guerra, pero sí cabe preguntarse si un país que arrancó con 143,5 millones de habitantes hubiera aguantado perder entre 88 millones y 110 millones de habitantes en un lapso relativamente corto. Lo extraño es que tan tremenda masacre no frenó el crecimiento demográfico (casi 209 millones de habitantes en 1959, por ejemplo, y en el contexto de transición de una sociedad rural a una industrial-urbana).
     -Siempre sin especificar el periodo histórico, Courtois se va por los 20 millones, otra vez sin que se sepa si incluye las víctimas de la guerra o no. Son aparentemente 47 millones (20 millones por represión y 27 millones por la guerra). Podríamos agregar las cifras de deportados, 28 millones por ejemplo, con 18 millones en trabajos forzados (son las cifras de algunos "especialistas", como M. Collinet o J. Rossi). Como a partir de la muerte de Stalin y la llegada de Nikita Jrushschov se vacían los gulags, podríamos entrever ese cálculo para el periodo de Stalin. Es posible pensar que los muertos y los deportados eran en su inmensa mayoría hombres, al igual que las víctimas de la guerra. Son 75 millones de hombres "inutilizados" (entre muertos y deportados) para una población de 143,5 millones en 1917. Como los hombres son teóricamente la mitad de la población, resulta que Stalin (culpado también de errores en la segunda Guerra Mundial), entre 1924 y 1953, se habría encargado, junto con la guerra, de que estuviera bajo tierra o deportado el equivalente de algo así como toda la población masculina del imperio zarista al momento de la Revolución de Octubre. A este ritmo, la soldadesca hitleriana habría sido recibida en 1941 por bebitas (¿no sería la explicación de la desazón de Stalin?). Todo el arte de estas "cotizaciones" está en no precisar periodos y en no mencionar el número de habitantes de la Unión Soviética a cada "corte".
     Viktor Zemskov fue el encargado bajo Mijaíl Gorbachov, último líder soviético, de certificar con archivos "los muertos de Stalin": son poco más de 700 mil (ejecutados bajo Stalin por motivos político-penales), a los que se suma un millón de deportados al gulag. En ningún momento la cifra llega a "millones" en plural y coincide con investigaciones de estudiosos occidentales serios como J. Arch Getty, de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA). Estas cifras están basadas en archivos y no en ocurrencias (3 de los participantes en el Libro negro de Courtois acabaron deslindándose públicamente de él) o en encargos de agencias de inteligencia. Por lo demás, el grueso de las víctimas -incluyendo gente inocente- se concentra durante la ezhovschina (1937-1938), como parte de una conspiración del Comisario del Interior, Nikolai Yezhov, contra Stalin y la Unión Soviética, por lo que fue ejecutado (1940).
     Cabe señalar que durante el periodo de Stalin, la Unión Soviética creció a un ritmo demográfico superior al de países como Inglaterra o Francia: 147 millones de habitantes en 1926,  162 millones en 1937 y 170,5 millones en 1939. ¿Habría ocurrido bajo tanto terror? El crecimiento demográfico ruso, no está de más mencionarlo, se fue a pique en la época del presidente Boris Yeltsin y sólo muy recientemente se ha recuperado.

viernes, 24 de noviembre de 2017

TROTSKI, EL GRAN MENTIROSO

Durante mucho tiempo, los llamados "procesos de Moscú" de los años '30 sirvieron al "paradigma de (contra)Stalin", en el sentido de mostrar supuestamente que se "fabricaban culpables" que eran obligados por lo demás a firmar "confesiones" bajo tortura.
     León Trotski, una vez exiliado, siempre negó estar conspirando para derrocar al gobierno soviético. Lo hizo delante de una Comisión designada para el caso, la estadounidense Comisión Dewey. Gracias a los trabajos de archivo de Grover Furr, ahora se sabe que Trotski no nada más mentía, sino que además conspiraba contra los soviéticos con la Alemania nazi y el Japón.
     En enero de 1980 se abrió al público el Archivo Trotski de la Universidad de Harvard. Pierre Broué, historiador trotskista, descubrió algunas de las mentiras de Trotski. En 1985, el historiador estadounidense Arch Getty encontró que además los archivos habían sido mutilados ("purgados") de bastantes elementos comprometedores para Trotski, quien efectivamente conspiraba contra los soviéticos y mantenía contactos en la Unión Soviética. En el año 2010, el historiador sueco Sven-Eric Holström demostró en un artículo sobre el asunto del "Hotel Bristol" (ligado al primer proceso de Moscú en agosto de 1936) que Trotski mintió sobre el mismo caso.
     Los investigadores que la gente de Mijaíl Gorbachov, último líder soviético, mandaba a los recién abiertos archivos soviéticos para volver a "demostrar" que Stalin había ordenado el asesinato de Serguei Kirov (1934), no encontraban nada. Y eran enviados en repetidas ocasiones, siempre a tratar de "confirmar" esta otra mentira de Trotski (Alexander Yakovlev, tan cercano a Gorbachov y a la Central de Inteligencia Americana, CIA, lo hizo sin éxito, tampoco, como lo intentó luego gente del líder ruso Boris Yeltsin)
     Furr cotejó los archivos soviéticos de los "procesos de Moscú" con archivos occidentales (double-check) y encontró que Trotski sí mantenía contactos en la Unión Soviética para derrocar a su gobierno. Esto quiere decir que los acusados en los "procesos de Moscú" no estaban mintiendo (el caso más sonado en el cual se mostró que no había mentiras en las confesiones es el de Tujachevski).
     Nikita Jrushchov, líder soviético a la muerte de Stalin, también nombró una comisión (Comisión Shvernik) para demostrar que los "procesos de Moscú" habían sido inventados, y la Comisión no consiguió probar nada de lo que esperaba el dirigente.
      La primera parte de los trabajos de Furr ha sido publicada en varios idiomas (Trotsky's amalgams) y la segunda (Leon Trotsky's Collaboration with Germany and Japan) confirma la alianza de Trotski con la Alemania nazi y el militarismo japonés. Los hijos del XX Congreso (1956) y sus herederos difícilmente admitirán lo que de todos modos son pruebas de archivo irrefutables, y en el mejor de los casos habrá, por un tiempo indescifrable, silencio y sobre todo denegación, un mecanismo perverso por el cual lo que no conviene simplemente "no ha lugar".

miércoles, 22 de noviembre de 2017

OCCIDENTE-RUSIA: EN MEDIO DE LA ESCALADA

A pesar de que las posibilidades que tiene Occidente de ganarle una guerra a Rusia son prácticamente nulas, sobre todo en el terreno nuclear, la carrera armamentista sigue. Más de 20 países de la Unión Europea (UE) anunciaron hace poco su decisión de participar en la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO, por sus siglas en inglés), de tal forma que la Unión tenga estructuras de defensa propias, gastando más en armas y sin perjuicio para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
     La cooperación involucra 60 proyectos, 47 de los cuales ya están listos. Implican la creación de hospitales militares, misiones de capacitación, transferencia de datos de inteligencia militar y construcción a gran escala de logística para transportar equipo militar pesado.
     La PESCO prevé un aumento regular del gasto de defensa de los integrantes de la UE, dos veces menor que el de Estados Unidos, hasta hoy. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseguró que la OTAN seguirá siendo la piedra angular de la defensa europea. La PESCO es complementaria. El problema está en saber qué amenaza la seguridad europea de tal modo que la UE tenga que aumentar lo que destina a una muy supuesta "defensa". ¿Defensa contra quién?
     No basta la explicación de que la burocracia (o tecnocracia) militar necesita justificar sus puestos. La OTAN ha seguido aumentando sus fuerzas cerca de la Federación Rusa (Báltico, Ucrania) de tal modo que no son de descartar las provocaciones. Una provocación, en efecto, buscaría desatar una respuesta rusa de tal forma que sea Rusia la que aparezca como la agresora y se justifique una escalada, exactamente como ha venido sucediendo en la supuesta "opinión pública" estadounidense con la descabellada tesis del "hackeo ruso". Una escalada de este tipo, a partir de algún "incidente" fabricado, justificaría a los ojos de los occidentales el aislamiento de Rusia y la tentación arriesgada de aplastarla con algún tipo de "golpe definitivo". El efecto propagandístico consistiría en cubrir la retaguardia o, si se quiere, en "cubrirse las espaldas", el mismo motivo por el cual los Demócratas y neocons estadounidenses estaban "limpiando" América Latina y el Caribe (compra de Cuba por parte de Barack Obama, desestabilización de México con el "caos controlado" contra el partido oficial, proliferación de bases militares en Centroamérica y parte de Sudamérica, rendición de la guerrilla colombiana y planteamiento de la entrada de Colombia a la OTAN (!), presión sobre Venezuela, etcétera).
     La fabricación de pretextos era la especialidad de los nazis (incendio del Reichstag, noche de los cristales rotos, asunto de los Sudetes en Checoslovaquia...) para hacer recaer la culpa de la agresión en el enemigo y también ha sido una especialidad estadounidense, desde el hundimiento del Maine (para desatar la guerra de EU contra España por Cuba) hasta el incidente del Golfo de Tonkín (para justificar el ataque estadounidense a Vietnam), pasando por los sospechosísimos Pearl Harbor y el 11/S. No es que una provocación de este tipo vaya a tener forzosamente lugar, pero, dada la trayectoria histórica de Estados Unidos y sus "socios" y la ignorancia de la supuesta "opinión pública"occidental, tampoco es de descartar por completo.

lunes, 20 de noviembre de 2017

RUSIA-EU: CAMBIO EN LA CORRELACION DE FUERZAS MILITAR

Estados Unidos ha contado siempre en las guerras con la invulnerabilidad de su territorio y la relativa invulnerabilidad de su ejército, con la excepción de Vietnam, "síndrome" que la primera contienda del Golfo Pérsico contribuyó a erradicar. Desde entonces, la guerra se ha vuelto para el habitante promedio de Occidente un espectáculo.
     La Federación Rusa cuenta en la actualidad con el armamento suficiente para "horadar" esta invulnerabilidad. El misil hipersónico 3M22 Zircón no puede ser detenido ni "hackeado" por ninguno de los sistemas actuales de la Armada estadounidense, y puede ser desplegado en cualquier lugar del mundo y en cualquier plataforma. Puede ser lanzado desde barcos (cruceros, fragatas, corbetas), submarinos, aviones bombarderos y puede estar igualmente basado en tierra. La velocidad del 3M22 Zircón es de hasta Mach 8. Los objetivos estadounidenses (como los porta-aviones) se han vuelto por lo mismo relativamente fáciles de alcanzar.
     Por su parte, el misil balístico interbalístico RS-28 Sarmat ("Satán 2", para los occidentales), tiene un alcance de 10 mil kilómetros y varias cabezas de guiado individual. Puede superar cualquier sistema de defensa antimisiles. Un Sarmat puede golpear territorio estadounidense vía el Polo Sur, sin pasar por el Polo Norte, y portar misiles hipersónicos Yu-71.
     Desde el punto de vista de la defensa, Rusia tendrá para el año 2020, o incluso antes, y para completar  la defensa actual S-400 el sistema antimisiles tierra-aire S-500, de un alcance de 600 kilómetros, capaz de derribar misiles hipersónicos y de interceptar misiles balísticos intercontinentales. Esto pone en jaque al sistema de "ataque global rápido" estadounidense. El S-500 puede detectar y destruir hasta diez ojivas de misiles balísticos en movimiento a velocidades de hasta 25 mil km/h (7km/s). El S-500 Prometey, que se sumará al sistema S-400, será capaz de proteger a grandes zonas de Rusia de las armas más letales.Así, Rusia puede crear zonas de "acceso limitado o prohibido" y ganar en defensa frente a una potencial agresión extranjera.
     En resumen, la Federación Rusa ha ganado en invulnerabilidad frente a un ataque nuclear del exterior y en capacidad para volver vulnerable a Estados Unidos. Ha avanzado en ganancias de ataque frente a un potencial enemigo y vuelto mucho más costosa, si es que no prácticamente imposible, cierto tipo de agresión contra la misma Federación.

viernes, 17 de noviembre de 2017

ECUADOR: CRIA CUERVOS

"Cría cuervos" es un texto del escritor y Ministro de Cultura ecuatoriano, Raúl Pérez Torres, que desató la malicia del portal digital 4pelagatos, ligado a la Central de Inteligencia Americana (CIA). Para 4pelagatos, la ética es "estalinismo". ¿Pero qué decía "Cría cuervos"?
     El texto criticaba a la nueva clase media: "la nueva clase media olvida pronto a quien posibilitó su ascenso, decía, y se convierte en la estrella semanal del supermercado. La competencia empieza a ser la ideología de los mass media y el vestido de marca se transforma en su piel. Dios es el mercado; el centro comercial, la nueva iglesia; y el cliente, su esclavo fiel. La honradez, la lealtad, la solidaridad, son lobos esteparios arruinados". Por lo visto, con la prosperidad material esa nueva clase media habría perdido valores -si los tenía- sin remplazarlos por nada que no sea una patología de esa prosperidad.
     "El pueblo, gordo de avaricia, tambaleándose en la nueva realidad, no sabe qué hacer con lo que tiene", prosigue "Cría cuervos". "Le han caído del cielo los hospitales, las universidades, las carreteras, el trabajo, el sueldo mensual, las pensiones; ahora sí puede carajear, ahora sí puede insultar, solazarse y manifestar su ego escondido. Ahora nadie le ningunea. Puede hasta dilapidar y enseñorearse, y pervertirse, porque es su derecho. Nadie le quita su derecho. El Estado vigila y propone su derecho". Sucedió algo similar a lo ocurrido en Venezuela durante la bonanza chavista. No sólo se olvidó la formación política de cuadros, sino también la cultura, que supone aprender y enseñar y no nada más "gozar" de bienes materiales entre un mítin y otro.
       ¿Y el pueblo? "Analfabeto de principios y de símbolos, su egoísmo, su individualidad, su mediocridad, su ambición, están garantizadas", dice Raúl Pérez Torres. ¿A qué se refiere con cultura? A "la percepción que tenemos del mundo", y cierto que hoy pareciera no haber ninguna en amplios sectores de la población. Es también "la forma en que accedemos al otro", con "el aprendizaje diario de la generosidad y el respeto (...)", lo que igualmente dejó de importar. ¿Qué es lo que quedó? En la vida cotidiana, al menos, "la grosería, el trato burdo, el insulto brutal", dice "Cría cuervos". Y más allá, el pueblo "dispuesto a sacarte los ojos". En muy poco tiempo, la Revolución Ciudadana ecuatoriana, pese a sus logros, parece haber creado -salvo que lo desmienta el futuro muy próximo- lo que ahora muchos de los mismos de la última década pretenden "usufructuar". En el entorno del ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa, la retórica revolucionaria y los gestos para la posteridad de algunas y algunos no arreglarán nada. No querer tener cultura -que no sea nada más de ornato o de olfateo de la oportunidad para escalar- es también negarse a cualquier sensibilidad a la existencia del otro y a valores mínimos para ser humanos y vivir en sociedad.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

ECUADOR BAJO LENIN EL PEQUEÑO




                                                                             Y había también...
                                                                             Un príncipe malo
                                                                             Una bruja hermosa
                                                                             Y un pirata honrado
                                             José Agustín Goytisolo, "El lobito bueno"



Hasta cierto punto, no hay sorpresa en lo que ha estado actuando Lenín Moreno, actual presidente del Ecuador, desde que está en el cargo hasta la fecha. Moreno es un antiguo amigo de Gustavo Larrea, ultraizquierdista (del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR) informante de la embajada de Estados Unidos en el Ecuador. Sorprende ver cómo desde antes de la llegada de Moreno al gobierno, en este año, Larrea hacía el mismo discurso, el de algo así como la reconciliación de todos en lo que el actual mandatario, con su don para el sermón y la cursilería, bien podría llamar "La República Amorosa", donde el estilo confrontativo es tomado por agresividad. Larrea ostentaba su "programa" conciliador bajo los reflectores de "A quemarropa", con el periodista Carlos Vera, otra persona cercana a la embajada en cuestión.
     Como en buena parte del mundo, es la hora del revanchismo, y participan en él quienes toman la ética como un ataque, seguramente que al acomodo a lo que sea. La fiscalía ecuatoriana metió preso sin pruebas  al vicepresidente Jorge Glas, quien participó en la expulsión del Ecuador de la empresa brasileña Odebrecht en 2008, aunque luego volviera, y en la incautación de fondos de la misma. En cambio, esa fiscalía se abstuvo de imputar al delator de Odebrecht, José Conceicao Santos Filho, representante de la empresa en Ecuador entre 2010 y 2016 y quien denunció haber pagado multimillonarios sobornos a funcionarios ecuatorianos. !Todos los dedos le apuntan!, llegó a decir Moreno. ¿Refiriéndose a Santos? No, a Glas.
      Moreno se olvidó del programa de Alianza País que lo llevó al gobierno, se olvidó de concretar lo ofrecido -no ha hecho prácticamente nada- y llamó en cambio a una consulta popular -idea del candidato derechista y banquero Guillermo Lasso-. Lasso, en un arranque tuitero que haría saltar de alegría al mejor de los ultraizquierdistas, como Alberto Acosta, afirmó: "nosotros creemos en una economía que supere el modelo extractivista y que apueste por un modelo que incentive la riqueza de nuestras mentes" (sic). Y sigue: "también apoyamos los límites planteados a la actividad minera. Queremos una economía que no dependa de lo que está bajo el suelo".
     Da pena ver a una jauría de medios de comunicación masiva, en especial televisivos, que compiten en majadería a nombre de la moral y de "todos los ecuatorianos", aún sin haber sido electos por nadie: desde el también informante Jorge Ortiz hasta Andrés Carrión, Diego Oquendo, Alfredo Pinoargote o Janet Hinostroza e incluso Carlos Rabascall, no hablan; gritan y sacan espuma por la boca si el entrevistado es de Alianza País y manifiesta alguna simpatía por el ex mandatario Rafael Correa. Entretanto, la prensa ecuatoriana, de gala, invita a columnistas de la talla de Michel Temer, presidente de Brasil, quien acaba de publicar en El telégrafo.
     Como diría una amiga de Rafael Correa, a quien él retuiteó, "el peor ejemplo cunde desde las más 'altas' representaciones. Las generaciones actuales han perdido un referente de dignidad y consecuencia. Hoy todos sienten que pueden ser desleales y malagradecidos con cualquiera y sin ningún problema, con el mayor cinismo. El arribismo, el oportunismo y la cínica política del 'toma y daca' son los ejemplos de este presente". "Antivalores por doquier", ha agregado Correa.
      Quienes desde el conservadurismo y la ultraizquierda hablan de "correísmo" se equivocan, puesto que el ex mandatario no quiso reelegirse, teniendo la oportunidad de hacerlo, y siempre dejó en claro su idea de que "no hay imprescindibles". Tampoco funciona el supuesto argumento del "populismo", aunque alrededor de Correa haya a veces demasiada retórica revolucionaria y muy poca formación real de cuadros, que es lo que falló. Tampoco es asunto, contra lo que ha escrito el ultraizquierdista y delator Heinz Dieterich Steffan (quien tachó de "misógino católico" a Correa), de que importe y pese poco lo que ocurre en un pequeño país. De revertirse los logros de la Revolución Ciudadana en el Ecuador, otros estarán en la mira con las mismas técnicas del "golpe blando" y el espectáculo de un mundo al revés.

lunes, 13 de noviembre de 2017

SOBRE CUALQUIER COSA...

La prensa occidental casi no informó nada sobre la gira de Donald J. Trump por Asia. Sin embargo, fue un viaje más bien exitoso, en particular en China. Estados Unidos representa el 70 % del superávit comercial chino y Trump se había quejado de prácticas comerciales injustas por parte de estos asiáticos.
      China y Estados Unidos firmaron durante la gira de Trump acuerdos por 253 mil millones de dólares, y Beijing mostró su disposición a reducir el desequilibrio en el comercio con Washington. China importará aviones Boeing y vehículos eléctricos Tesla, además de que habrá empresas conjuntas, como con Ford. China reanudará asimismo las compras de carne de vacuno estadounidense. Los fabricantes chinos de teléfonos celulares firmaron acuerdos para el suministro de microcircuitos estadounidenses.
     China invertirá en Estados Unidos, en la producción conjunta de gas natural en Alaska, mediante la compañía de energía estatal China Petroleum and Chemical Corp.. Beijing invertirá también en la producción de gas de esquisto en Virginia Occidental. Según el portal ruso Nakanune.ru, Trump logró una reducción del déficit comercial, garantizar la afluencia de inversiones productivas chinas a Estados Unidos y contratos para la compra de una amplia gama de productos estadounidenses, lo que significa puestos de trabajo. También habrá participación estadounidense en el Silk Road Fund, que está relacionado con las "nuevas rutas de la seda" (One Belt, One Road- OBOR).
      Los mismos "analistas" izquierdistas que glorifican a China por su "cibercomunismo" se habían encargado hace no mucho tiempo de tildar de "fascista" a Trump, tal y como lo hizo Heinz Dieterich Steffan, llamándolo desde Duce, "Mussolini de la Casa Blanca" y piccolo Duce hasta Fuehrer ("Twitter, el FBI y los plutócratas instalan al Fuehrer"). No queda más que concluir que China cede y hace jugosos negocios con el Fuehrer, o que la lógica, en estos tiempos, no es de la incumbencia de los "grandes analistas" (¿o de los chinos?).

viernes, 10 de noviembre de 2017

EN EL TUNEL DEL TIEMPO

La masa rusa se encuentra hoy sometida a un fuerte proceso de narcotización por parte de los medios de comunicación masiva, que no paran de ensalzar al zarismo como "época de oro". Es una curiosa compensación -con aires de grandeza- para un país en donde las desigualdades hoy son las mismas que en el año 1905.
     Los zaristas, "patriotas blancos", aprovechando el silencio del putinismo, glorifican por ejemplo la "industrialización" que supuestamente habría iniciado con Nicolás II, siendo que en realidad comenzó en diciembre de 1925 con los bolcheviques, quienes usaron la palabra por primera vez. Antes, bajo el zarismo y con ministros de finanzas como Serguei Witte, no se "industrializaba", sino que se atraía capital extranjero de Europa (Francia, Gran Bretaña, Alemania) y Estados Unidos y se endeudaba al imperio. En vísperas de la primera Guerra Mundial, el imperio zarista era totalmente dependiente del extranjero. Cierto es que exportaba cereales (en 1913 hubo la mayor cosecha en la historia de la Rusia pre-revolucionaria), pero la masa campesina (80 % de la población) no tenía qué comer y vagaba con frecuencia fuera de las aldeas, reprimida por la tropa y los cosacos. Un campesino ruso, cuando le iba bien, consumía la mitad de carne que un danés y de siete a ocho veces menos que un francés. Bebía 2,5 menos leche que el danés y 1,3 veces menos que el francés. Un campesino ruso consumía 2,7 gr. de huevo al día, el danés 30 gr. y el francés más de 70 gr.
       Lo mejor de los "patriotas blancos" hoy es afirmar que la gente bajo el zarismo era "muy educada", tanto más cuanto que en 1908 el gobierno adoptó un programa de educación universal. En 1912, el proyecto fue rechazado por el Consejo de Estado y se fue a pique, así que en realidad nunca entró en vigor. Poco importa: hoy se dice en Rusia que incluso desde antes, bajo Alejandro III, la movilidad social era muy alta y que el que no la aprovechaba era por "pecaminoso". La educación universal y obligatoria llegó en realidad en 1928, con los bolcheviques, y en 1934 la alfabetización universal. Dicho sea de paso, la educación secundaria en el zarismo se hacía en "gimnasios" disponibles sólo para los privilegiados (hijos de nobles, funcionarios y hombres ricos), mientras que con los bolcheviques se volvió gratuita. El zar prohibió el acceso de los "plebeyos" a los "gimnasios", con el "decreto de los cocineros" -como se lo conoció -en 1887. Por lo demás, antes de la revolución, la tasa de alfabetización en países como Turkmenistán, Uzbekistán o Kirguistán no pasaba del 2 %.
       ¿Qué sucedía con los niños bajo el zarismo? Trabajaban o eran vendidos. En rublos, un trabajador de Estados Unidos ganaba 71 por unas 56 horas a la semana, un inglés, 41; un alemán, 31; un francés, 43, y un ruso, pues entre 10 y 25. Los adolescentes recibían poco más de 7 rublos y los niños, 5 rublos y 8 kopeks. !Todo para una supuesta "industrialización"!
     La mano de obra infantil se usaba, según el portal Nakanune.ru, en la elaboración de madera, productos animales, sustancias químicas y fibrosas, refinerías de petróleo, destilerías, fábricas de cerveza, fábricas de vodka, de tabaco, en el procesamiento de sustancias minerales y de fruta, uva y cerillas. No había código del trabajo y llegó con los bolcheviques en 1917.
      En estos días, en vez de conmemorar la Revolución de Octubre, la masa rusa "saciada" -desde la época de Jrushchov- se fue a meter al cine a ver Matilda, película sobre una amante del zar, y a darle rienda suelta a la añoranza por los "buenos tiempos" de los Romanov.
   

miércoles, 8 de noviembre de 2017

UN POCO NEURAS

En los medios de comunicación masiva existen cada vez menos las noticias y su contextualización. ¿Qué intereses representa el presidente estadounidense Donald J. Trump?¿Qué programa ha tenido?¿Qué hace en Asia? Quién sabe.
     En cambio, no faltan los grandes jueces que crean el estado de opinión para que puedan actuar, si es posible, los jueces de verdad. El escritor estadounidense Paul Auster decía hace no mucho tiempo: "no culpo a Trump por ser el maníaco psicópata que es, lo que sigo sin entender después de leer mil análisis sobre el tema es que 60 millones le votasen y que un 52 % fueran mujeres".
    A finales de septiembre, unos 27 psiquiatras llegaron en un libro colectivo a la conclusión de que "Trump es el hombre más peligroso del mundo". La obra calificó a Trump de narcisista, sociópata, hedonista, impulsivo, inmaduro e incompetente. Philip Zimbardo escribió: "En el caso de Trump, tenemos un diagrama de Venn (se trata de un diagrama de conjuntos, nota nuestra) aterrador que consta de tres círculos: el primero es el hedonismo extremo presente; el segundo, el narcisismo; y el tercero, el comportamiento de la intimidación. Estos tres círculos se superponen en el centro para crear una persona impulsiva, inmadura e incompetente que, cuando está en una posición de poder supremo, se desliza fácilmente hacia el papel de tirano". "Creemos -agregó- que Trump es el hombre más peligroso del mundo, un poderoso líder de una nación poderosa que puede ordenar disparar misiles contra otra nación debido a la angustia que siente él o un miembro de su familia al ver escenas tristes de personas que han sido gaseadas hasta la muerte".
     Como el freudo-marxismo no es ajeno a esta manera de cancelar todo debate, el izquierdista Heinz Dieterich Steffan llamó a Trump "vulgar sociópata nuclear", "dominado por sus impulsos narcisistas herostráticos" y considerado "el más poderoso idiota de la Historia", al decir de Larry Flint, rey del porno (citado por Dieterich). ¿Qué mejor fuente que el rey del porno?
     A principios de noviembre, la agencia oficial norcoreana de noticias KCNA (Korean Central News Agency, por sus siglas en inglés) calificó a Trump de "desequilibrado mental incurable", agregó que "necesita absolutamente medicamentos para cuidar sus desórdenes psíquicos" y afirmó que los discursos del presidente estadounidense son "síntomas histéricos espasmódicos". En suma, de Auster a Zimbardo, pasando por Dieterich, todos coinciden con la forma de ver el mundo desde Norcorea, lo que supone que no hay nada de qué hablar. De lo que se trata es de hacer ruido.
   

lunes, 6 de noviembre de 2017

EN EL PARTIDO DE LA GUERRA

No parece que las nuevas "pruebas" contra el presidente estadounidense Donald J. Trump sean contundentes. El asunto de Paul Manafort, ex director de campaña de Trump,  ni siquiera tiene que ver con el Russia-gate. Y no parece muy de fiar George Papadopoulos, quien luego de mentirle a la Agencia Federal de Investigación (el FBI, por sus siglas en inglés) se entregó para seguir con lo que parece ser un cuento. Papadopoulos dijo haberse entrevistado con un académico de la Universidad de Stirling en Escocia, quien prometió introducirlo a círculos rusos "oficiales" y lo hizo, pero en el plano puramente académico. El profesor, Joseph Mifsud, ya negó en entrevistas a la prensa británica (Daily Telegraph) las conversaciones que le atribuye Papadopoulos, en particular sobre contactos rusos que habrían tenido emails comprometedores contra Hillary Clinton. Papadopoulos no ha logrado probar esos "contactos clave" ni su relación con la campaña de Trump. ¿Le dijo Papadopoulos a gente de Trump, y cuándo, que podía supuestamente acceder a miles de emails "sucios" contra Clinton? No se sabe. Pero ha sido suficiente para que muchos se emocionen de nuevo con la posibilidad de un impeachment contra Trump.
       Lo que no queda claro es por qué círculos de izquierda (digamos que de ultraizquierda infantil) siguen denostando con lo que sea a Trump y mostrando sus preferencias no sólo por una criminal, sino por alguien que - según acaba de salir a la luz en las revelaciones de Donna Brazile, antigua directora interina del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés)- manipuló al mismo Comité comprándolo para ganarle las elecciones internas a Bernard Bernie Sanders. Hillary Clinton simplemente se robó las primarias del Partido Demócrata.
       ¿Y qué importa? Desde Matilde Urióstegui hasta portales izquierdistas estadounidenses como Jacobin o Dissent (que tiene una pestaña especial: "la lucha contra Trump"), el asunto es caerle a un mandatario que hasta ahora no ha matado a nadie, a reserva de lo que haga en el futuro. Como lo sugiere en Consortiumnews el articulista James W. Carden, Trump provocó el enojo con solo decir que "hay que volver a hacer grande a Estados Unidos". El entonces presidente Barack Obama se apresuró a gritonear que "Estados Unidos ya es grande" y Hillary Clinton corrió a declarar que "Estados Unidos es grande porque es bueno". Simplemente Trump dejó entrever que algo no andaba bien y que sería preferible tratarlo antes que seguir en cruzadas externas. Lo que algunos conocen por establishment reaccionó con virulencia (Demócratas y Republicanos no tardaron en votar juntos el rearme anti-ruso en el Congreso) y puede que hasta con ceguera (en verdad, ¿qué hacen los izquierdistas en el "partido de la guerra"?): según Paul Craig Roberts, los Estados Unidos, empujados por Demócratas, neoconservadores, la Central de Inteligencia Americana (en particular, por gente como John Brennan, ex director de la Central), el complejo militar-industrial, progresistas e izquierdistas,  pueden terminar un buen día de éstos  enfrentándose a un enemigo incluso militarmente superior ("One Day Tomorrow Won't Arrive"). ¿Lo vislumbran? No es nada seguro.

viernes, 3 de noviembre de 2017

LA SUPUESTA "OPERACION TRUMP"

Dos son las fuentes originarias de lo que se ha estado tratando de convertir a como dé lugar en un escándalo Russia Gate contra el actual mandatario estadounidense, Donald J. Trump. Una fuente es CrowStrike, una compañía privada de ciberseguridad, y la otra el antiguo agente de inteligencia británico Christopher Steele.
     El Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) no permitió que la Agencia Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) examinara su servidor de computadora para verificar si había sido hackeado por los rusos. En cambio, pidió a CrowStrike que lo hiciera.
     Entre los inversionistas en CrowStrike hay gente que donó a la campaña de Hillary Clinton y está también Dmitri Alperovich, miembro del Consejo Atlántico, con sede en Washington, y en parte financiado por el multimillonario ucraniano Viktor Pinchuk, quien también donó a la campaña de Clinton. CrowStrike llegó a la conclusión "evidente" de que hubo un hackeo ruso, pero lo cierto es que el acceso del FBI al servidor Demócrata fue "bloqueado". ¿Por qué?
       Steele alegó por su parte tener "fuentes anónimas rusas" que aseguran que Moscú "visualizó" cómo ayudar a Trump !desde hace varios años, cuando Trump ni siquiera aparecía en el horizonte! Podría tratarse de lo que Joe Lauria llama en un reportaje de Consortiumnews "cash for trash", dinero a cambio de basura. Steele fue contratado por la empresa Fusion GPS. En abril de 2016, el DNC y los Clinton pagaron a su abogado Marc Elías para que comprometiera a Fusion GPS  con tal de "desenterrar" supuestos "vínculos sucios" entre Trump y Rusia. Steele ya no trabajaba para el M-16 (servicios secretos británicos) al momento de ser contactado  y no se tomó la molestia de hacer memorándums lo suficientemente buenos como para que el FBI los tomara demasiado en serio.
     Aún así, los "memos" de Steele fueron la base para arrancar una investigación de tres agencias de inteligencia estadounidense (FBI, Central de Inteligencia Americana y Agencia de Seguridad Nacional, NSA por sus siglas en inglés) que, a las órdenes del todavía presidente Barack Obama, seleccionaron a los analistas que produjeron la "evaluación" de que hubo injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses.
      El mejor matemático que haya tenido jamás la NSA, William Binney, y el antiguo analista de la CIA, Ray McGovern, publicaron un análisis técnico (reproducido en Consortiumnews, "More Holes in Russia-gate Narrative") que explica por qué es imposible un hackeo transatlántico (en todo caso, la NSA lo hubiera detectado) y que, si algo hubo, pudo provenir de alguien descontento dentro del campo Demócrata.
       De acuerdo con Joe Lauria ("The Democratic Money Behind Russia-gate"), "si uno pudiera hacer de lado por un momento el a veces justificado odio que mucha gente siente hacia Trump, sería imposible evitar la impresión de que el escándalo fue cocinado por el DNC y el campo de Clinton junto con jefes de inteligencia de Obama para servir a propósitos políticos y geopolíticos", cuyos alcances, agreguemos, podrían en cierto modo catalogarse de protofascistas o fascistoides.
       
   

miércoles, 1 de noviembre de 2017

OCTUBRE 1917: ¿ERA CORPORATIVISTA LA URSS?

Sí, sí lo era, al decir del economista egipcio Samir Amin en Octubre 1917. "(...) el PC (partido comunista), dice Amin, organizaba redes clientelares populares (para la distribución y el control de todas las ventajas sociales, incluso de las más pequeñas), paralizando de este modo su eventual rebelión". El economista compara este sistema al que existió en diversos países del Tercer Mundo, aunque, agreguemos, los valores soviéticos heredados del periodo Lenin-Stalin fueran otros: "en este sentido, escribe, este tipo de partido no era en absoluto diferente, en cuanto a su naturaleza, a muchos de los partidos únicos del Tercer Mundo, que cumplían las mismas funciones (con la etiqueta del nacionalismo radical, como en el caso del nasserismo, del FNL argelino y el Baaz, o incluso sin esta etiqueta). "Este tipo de ejercicio de poder, prosigue, que divide a las clases populares mediante el clientelismo, tiene un efecto despolitizador, cuyos estragos no conviene subestimar. Los hechos demuestran hoy que esta despolitización en la URSS es de una amplitud tal que las clases populares creen que el régimen del que se han desembarazado era socialista, y por ello aceptan ingenuamente que el capitalismo 'será mejor...'. Todos los partidos que siguen este modelo se hunden como un castillo de naipes cuando sus dirigentes pierden el poder del Estado: nadie está dispuesto a arriesgar su vida para defender a un aparato de este tipo. Es por ello que las luchas en la cúpula de este tipo de partidos adoptan siempre la forma de revoluciones palaciegas sin intervención de las bases que, indefectiblemente, aceptan el veredicto del que resulta vencedor".
     En efecto, nadie se movió en la Unión Soviética para defenderla cuando cayó y son muchos los que aceptaron el veredicto del nuevo vencedor, sobre todo en lo ideológico, desde Boris Yeltsin hasta la actualidad. "La paz social, considera Amin, fue 'comprada' con la moderación del ejercicio de poder -que nunca dejó de ser autocrático-, con la mejora de las condiciones materiales y con la tolerancia respecto de las desviaciones 'ilegales", como ocurre hasta ahora en la Federación Rusa. ¿Qué sucedía? "La fachada de autocracia -escribe Amín- enmascaraba la realidad: un poder asentado en la resolución 'pacífica' de los conflictos corporativistas y que sabía gestionarlos", al igual que hoy.
     ¿Quienes componían las clientelas que negociaban entre sí? Los dirigentes de empresas (podían ser varias en un combinado) con sus sindicatos, que creaban "bloques regionales" y se enfrentaban en distintos niveles: "estos 'bloques', escribe Amín, se enfrentaban unos con otros a todos los niveles: en las 'negociaciones' ('regateos') entre los ministerios y los departamentos del Gosplan (planificación estatal), en las relaciones cotidianas con las empresas de los otros combinados (...) El poder autocrático se disputaba en el seno de una clase dirigente entre los representantes de los bloques corporativistas".
      Lo señalado explica que alguien como el extinto Boris Yeltsin, desde "su" región, haya sido un producto del sistema soviético de posguerra, al igual que Mijaíl Gorbachov (cada uno con su clientela en su momento), y que también lo sea, aunque en otra dirección (sobre todo en política exterior), el actual mandatario Vladimir Putin, que no es extraño a las contradicciones del sovietismo (dicho sea de paso, las agencias rusas de noticias Russia Today en Español y Sputnik Mundo no son para nada ajenas al clientelismo). En todos los casos, la población rusa se ha mostrado apolítica mientras "le gestionan" y aseguran ventajas mínimas y movilidad, si bien Putin por sí mismo tiene más adeptos en pequeñas y medianas ciudades que en el mundo de los oligarcas y del enriquecimiento desenfrenado. En sí, el "sistema" no se ha caído.

¿QUIÉN APAGA LA LUZ?

 Como lo señalara Donald J. Trump, candidato estadounidense a la presidencia, Rusia es una formidable maquinaria de guerra: si la apuesta de...