Mi lista de blogs

domingo, 31 de julio de 2022

CIERTA ESTAFA

Los argumentos del sistema capitalista, algo distinto de la "economía de mercado", para desalentar una alternativa socialista son dos: el terror y la escasez. A decir verdad, en sus guerras internas, tan sólo Colombia y Guatemala lograron la mitad de los muertos durante el periodo de Stalin en la Unión Soviética. Podrían sumarse cifras escalofriantes como los muertos de Vietnam o de la represión en Indonesia para rebasar ampliamente el periodo mencionado, pero digamos que es un conteo no muy convincente: no se trata de ver qué sistema socioeconómico ofrece menos muertos. De todos modos, el capitalismo no está particularmente autorizado para hablar del tema.

      Estos asuntos vienen del "derechohumanismo", que a juicio de algunos pone el énfasis en los derechos y libertades, que el socialismo niega. Sin embargo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, adoptada por Naciones Unidas, no se restringe nada más a derechos y libertades políticas.  El artículo 22 estipula el derecho a la satisfacción de las necesidades económicas, sociales y culturales; el artículo 23 afirma el derecho al trabajo, a una remuneración correcta y el artículo 25, a un nivel de vida adecuado, incluyendo alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y servicios sociales. El artículo 26 estipula el derecho a la educación. Nada de lo enumerado es tomado en cuenta por los adalides de "los derechos y las libertades", que no tratan más que de la dimensión político-jurídica, dejando de lado toda la dimensión social. Ni siquiera es seguro que el capitalismo garantice por completo toda la dimensión jurídica: la presunción de inocencia es algo muy relativo en algunos países, como México por ejemplo. Otra vez, no queda claro qué autoriza a los "derechohumanistas" del capitalismo a dar lecciones que no dan en sus respectivos países, limitándose todavía más, pareciera que nada más a "las libertades", así sea cierto, pero que entonces debe ser dicho como tal. En el capitalismo formalmente están garantizadas las libertades y, por diversas razones, no es así en los socialismos existentes (por ejemplo Cuba y Nicaragua), como no lo eran en los de antaño, en particular en materia de libertad de expresión (era el caso de la Unión Soviética).

     Lo enumerado se ha utilizado para decir: "el socialismo no funcionó". Con un enfoque así, el capitalismo tampoco, y no lo va a hacer de aquí al 2030. En el mundo actual hay 700 millones de personas en pobreza extrema, gente que vive con menos de dos dólares al día. Ahora bien, casi la mitad de la población mundial, unos dos mil 900 millones de personas, o tres mil 400 millones según otras cifras, vive en la pobreza, con menos de cinco dólares 50 centavos al día, y por ende sin poder satisfacer sus necesidades básicas, por lo que el capitalismo no es capaz de asegurarles Derechos Humanos elementales, al menos que se borren artículos enteros de la Declaración de 1948. Desde luego, esta gente puede ir a votar o expresarse sin limitaciones, con frecuencia, pero el capitalismo no cumple con satisfacer los Derechos Humanos de miles de millones de personas, casi la mitad de los habitantes del planeta, a unos 80 años aproximadamente de la redacción de la Declaración mencionada, y sin contar con la franja de población que, sin ser pobre, puede estar cerca de la pobreza. Desde luego que no es problema de escasez, a diferencia del mundo socialista, sino de falta de buena remuneración, pero el resultado es peor, porque incluso en la escasez en los países socialistas se cumple, en términos generales, con darle a la población los satisfactores básicos, lo que los "derechohumanistas" occidentales ignoran sistemáticamente.

    Como la Declaración Universal de los Derechos Humanos no la redactó ningún comunista, lo que cabe lamentar es que se pinte como "superior" a un sistema que, por decirlo de alguna manera, "hambrea" a la mitad del planeta y transcurrido casi un siglo no ha sido capaz de solucionar el problema. Tal vez quepa agregar que, como se dice a veces, "las letras no entran cuando se tiene hambre", por lo que son miles de millones de suscriptores menos para Letras Libres o Nexos. En verdad, el asunto de los derechos es muy limitado: con frecuencia, incluso en países desarrollados, no se tiene derecho a la seguridad en la integridad física, ni siendo policía, ni a la seguridad en la propiedad privada (en el mundo subdesarrollado mucho menos, habida cuenta de la delincuencia), ni a la cultura porque no importa mayormente y se le prefiere el entretenimiento, que no es lo mismo. Es de suponer entonces que el sainete sobre "los derechos y las libertades" está destinado a la clase media, salvo que encima no sea más que una proyección del mundo de los negocios, que se considera libre de invertir o no y de hacerlo donde más le plazca, y que ha transformado -he aquí la clave- esta libertad en un "derecho", que, dicho sea de paso, no obliga desde luego a nada. Es "la libertad como derecho": libertad de no comprometerse con nada que no sea el beneficio para sí. . Queda por saber qué libertad puede tenerse con menos de cinco dólares 50 al día, salvo la de hacerse estafar. Saludos desde Nigeria (da click en el botón de reproducción)


miércoles, 27 de julio de 2022

UNO COMO PUTIN

Después de algunos intentos a finales de los años '40 por cerrarle el paso, el burocratismo, basado en la carrera partidaria, ganó la partida en la Unión Soviética a mediados de los '50, sin perder el mando central. Se trataba no de un "capitalismo de Estado", puesto que no había mayormente propiedad privada (ni mucho menos grandes monopolios privados), sino de una "Estadocracia" que, no está de más recordarlo, no era propietaria de medios de producción, por lo que era posible hablar de socialismo de Estado, si bien debía tener un carácter transitorio.
     Se instaló una contradicción entre el "síndrome de gran potencia", que se había tratado de evitar a finales de los años '40 (evitando en particular el peso de los militares), y un país en ruinas. Una cosa era levantarlo y otra, en una adulteración, plantearse, como empezó a hacerse con el líder soviético Nikita Jrushchov, "alcanzar" al capitalismo, puesto que un régimen socioeconómico superior no tiene por qué plantearse alcanzar al inferior. Esta idea del "alcance", como la llamara el economista egipcio Samir Amin, todavía está presente en Rusia, en términos de "potencia". En la época de Stalin, "cubrir la brecha" tenía otro sentido, que se logró con la victoria sobre el nazi-fascismo: no "imitar", sino evitar ser aplastado en un cerco. Hasta los años '70 y principios de los '80, los libros de texto occidentales enseñaban sin problemas lo que se había buscado con las colectivizaciones forzadas en el campo y la industrialización, a la par de los planes quinquenales: no competir con nadie, puesto que se trataba del "socialismo en un solo país", sino ser un país lo suficientemente fuerte para resistir las embestidas externas, como efectivamente ocurrió, lo que le valió a la Unión Soviética el respeto internacional hasta 1956.
     Entre el periodo de Jrushchov y el de Leónid Brezhnev, a mediados de los años '60, se empezó a aflojar la centralización y afloraron más aún las ambiciones de "clanes" sectoriales-territoriales: en otros términos, se fue a dar en competencias entre clientelas por el poder, para lo que sirvió el aparato partidario. Líderes como Mijaíl Gorbachov o Borís Yeltsin, ambos nacidos en 1931, no pelearon en la Gran Guerra Patria, pero sí crecieron a la sombra del "deshielo" y de las competencias clientelares mencionadas: ninguno de los dos destacó en su oficio, pero ambos fueron sobresalientes en escalar en el partido oficial y único, sin méritos profesionales gubernamentales: en otros términos, eran arribistas sin aptitudes para gobernar, pero con capacidad de persuasión. Las pifias al final fueron obvias, y uno de las más llamativas es que Gorbachov haya llamado a Yeltsin a Moscú, capital soviética, para "luchar contra la corrupción", en la que el mismo Yeltsin demostraría luego ser todo un maestro.
      Así, por lo demás, ante las dificultades para decidir sobre el modo de reanimar la economía, se fue imponiendo "la política", algo propio de regímenes precapitalistas. Esta "política" de redes clientelares, de dobles caras y de ambiciones y arribismos, se fue coludiendo con la economía ilegal y con privilegios a los que no tenía acceso el conjunto de la población. Dada la idea del "alcance", mucho ya estaba preparado para el viraje al capitalismo. Se podía conjugar desde entonces lo que existe ahora: algo de sovietismo, pese al anticomunismo feroz, capitalismo y resabios feudales. El actual presidente Vladimir Putin fue curiosamente ayudado para ascender no sólo por la "red KGB" (Comité de Seguridad del Estado), en particular de la antigua Leningrado, sino por gente del partido comunista interesada en alguna forma de capitalismo de Estado "de gran potencia", como Evgueni Primakov o incluso, en algún momento, Yegor Ligachov. Incluso Yuri Andropov, por un tiempo líder soviético antes de la llegada de Gorbachov, tenía en mente una "economía mixta" y una importante liberalización de la economía.
      La red de Putin mezcla la punción sobre la economía desde el aparato político (por lo que no falta la corrupción) con el capitalismo y la creencia en valores feudales. Se entiende que deteste el comunismo hasta donde lo asocia con lo visto en la segunda posguerra: la doble cara y la ideología hueca de la llamada nomenklatura. Al mismo tiempo, habida cuenta del lugar de los estratos medios a partir de los años '60, no falta el estrecho y mezquino espíritu meschanin ("clasemediero"), que va contra el universalismo del sovietismo, y dado al moralismo. En este marco se cree poder suprimir la contradicción en sí y negar la existencia de clases para unirlo todo en alguna "Rusia eterna", que quisiera entrar así al supuesto "mundo multipolar".
     Es poco probable que 70 años de historia puedan ser desconocidos como si no hubiera ninguna lección que extraer de ellos (del periodo 1917-1987), aunque sea porque fue en ese periodo que se incubaron varias de las contradicciones actuales. No es su congelamiento que permite aprender para los tiempos actuales. La "Rusia Eterna" era en todo caso el lugar de una nobleza estatal que vivía en la inercia y de una aristocracia que no sabía a quien imitar: si a Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña o lo que cayera. Durante parte del periodo soviético, la Unión Soviética era a imitar, no imitadora. Queda hoy "uno como Putin" (da click en el botón de reproducción).


lunes, 25 de julio de 2022

RUSIA: UN VIEJO ASUNTO

 La Unión Soviética ya había salido de la Segunda Guerra Mundial en una contradicción: con un país destrozado, que no era una amenaza para nadie, pero al mismo tiempo con el "síndrome de gran potencia", a partir de la victoria sobre el nazi-fascismo. Este síndrome se hizo más fuerte en los años '70: mientras Estados Unidos se enfrascaba hasta la derrota en la guerra de Vietnam, los soviéticos llegaban al empate nuclear (la paridad estratégica) y encontraban aliados en el Tercer Mundo, de Cuba al mismo Vietnam, pasando por Africa, sin que ello significara que se tratara de un imperio: se destinaba hasta la mitad del PIB (producto interno bruto) a mantener a los "países hermanos", lo que no ocurre con ningún imperialismo.

      Esta "cumbre" del sentimiento de "gran potencia", bajo el "liderazgo" de Leónid Brezhnev, coincidió con el fin, en los años '60, del país predominantemente agrario, la urbanización y, ante las dificultades para reformar la economía (por ejemplo con las ideas de Alexei Kosiguin o Yevsei Lieberman), la aparición del mercado negro y la corrupción en altas esferas burocráticas. Se había desembocado en el llamado "estancamiento" brezhneviano y, dado que la Unión Soviética no era el Congo, en la aparición de una clase media urbana con aspiraciones pro-capitalistas y disidente.

      Desaparecida la Unión Soviética en 1991 y luego del riesgo de que empezara a desmoronarse también la Federación Rusa, Moscú había perdido el respeto del mundo en los años '90 del presidente Boris Yeltsin. Por cierto, autores occidentales reconocen sin problemas que, desde la época soviética y no después, la Central de Inteligencia Americana (CIA), según papeles desclasificados, buscaba separar a Ucrania de la Federación Rusa. Al revertir dicho desmoronamiento, el actual presidente Vladimir Putin consiguió que Rusia se sienta "una gran potencia", pero sin salir de una añeja contradicción. La Unión Soviética era por lo menos hasta 1956 un régimen socioeconómico alternativo al capitalismo, que a duras penas había salido de la Gran Depresión. "Acordonada", la Unión Soviética valía por lo que proponía de ejemplo, no por factores geopolíticos. Incluso luego del Informe Secreto del líder soviético Nikita Jrushchov, para más de uno estaba en mente que, mientras que el capitalismo había caído en la peor crisis de su historia, en los años '30 la Unión Soviética no sólo se había convertido en potencia, sino en alternativa socioeconómica, lo que luego remataría con el primer vuelo espacial del Sputnik, en 1961.

     Para Putin, la victoria de 1945 es un "hecho fundador" de la Rusia moderna, entendida como "gran potencia", y Stalin puede ser respetado por haber hecho de la Unión Soviética "la gran potencia" que se sentó junto a otras como Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, además de adquirir en 1949 la bomba atómica. Sin embargo, el pasado soviético dejó de valer como régimen socioeconómico alternativo al capitalismo y el gobierno ruso hoy se propone convertirse en "gran potencia" -la quinta del mundo, para más señas- a partir del legado zarista -el imperio zarista ruso era feudal-, de Nicolás I, Alejandro III para algunos más (como el cineasta Nikita Mikhalkov) y reformadores procapitalistas como Piotr Stolipin (ministro de Nicolás II) y el conde Serguei Witte (ministro de Alejandro III y de Nicolás II). Witte decía que "15 años de paz" le bastaban a Rusia para ser "una gran potencia". Putin y su equipo procedente de la KGB aspiran a un capitalismo de Estado: no es el Congo, de nuevo, así que con los oligarcas aparte, y sin alianza con el crimen organizado, como se cree. Los valores propuestos son los "tradicionales" frente a los llamados "neoliberales". Se hace así culturalismo sin tomar en cuenta que el imperio zarista ruso iba dando tumbos desde finales del siglo XIX por su integración subordinada al capitalismo, es decir, sin ser país central. Es difícil saber hasta dónde se puede hacer culturalismo para escamotear la cuestión del tipo de régimen socioeconómico, que por cierto también es, en buena medida, capitalismo de Estado en países como Estados Unidos.

     Un capitalismo de Estado puede ser exitoso si es central, lo que le permite succionar recursos de otros, o si se desconecta del capitalismo central, un poco como lo hizo en su momento Japón. Curiosamente, las sanciones le acaban de dar a Rusia la posibilidad de desconectarse, pero no parece claro que la oportunidad se esté viendo: se sigue en busca de la "gran potencia" -corriendo por ejemplo a Irán y Turquía-, pero hay muy poco en un interior que va dando tumbos.,Dicho sea de paso, parte de la cúpula del Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR), en especial su líder, Guennadi Ziugánov, no cree en otra cosa que en lo más parecido a un capitalismo de Estado o lo que otrora se llamaba economía mixta, y en la imitación de China. El "gran plan" KGB falló: quiso agarrar a toda Eurasia, "de Lisboa a Vladivostock", por la dependencia de los energéticos rusos, pero Estados Unidos logró frenar el plan mismo.

     Se esté o no de acuerdo con lo decidido por "la gente de Putin", llama la atención que a nadie se le ocurra ver ni denunciar lo que están intentando Estados Unidos y "socios y aliados" contra la Federación Rusa, siempre con la idea de hacerla implosionar. El presidente estadounidense no ocultó que se intenta un "cambio de régimen" en Moscú. Las sanciones, se supone, deberían debilitar lo suficiente a la economía rusa para crear descontento entre la gente. Ministro de Integración y Macroeconomía de la Unión Económica Euroasiática (UEE), Serguei Glaziev ha explicado el detalle de lo que persiguen los "socios y aliados", que es más que restarle a Rusia su estatuto de "gran potencia" y mantenerla dependiente. 1) como lo reconoció la Corporación Rand, se trata de desgastar a las fuerzas armadas rusas en su periferia, 2) utilizar a la "quinta columna" de oligarcas para que busquen un cambio de régimen en Rusia con tal de no ver confiscados sus haberes en el exterior, 3) alentar la fuga de capitales, la especulación y la "deserción de la producción" para que la Federación Rusa no tenga recursos qué movilizar, para bajar el nivel de vida, 4) tratar de hacer una "pinza" entre población y oligarcas descontentos para presionar por un cambio de régimen, con una eventual "revolución de colores"5) fortalecer el "acordonamiento" desde el flanco occidental y prolongar el conflicto en Ucrania. Todo lo enumerado está en marcha en medio del mismo silencio -debido a la indudable supremacía cognitivo-informativa occidental- que imperó ante el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia las fronteras rusas y el intento de "decapitación nuclear" con los llamados "escudos antimisiles" en Polonia y Rumanía.

     No hay claridad sobre la contradicción entre las condiciones internas de Rusia y un liderazgo que le apuesta a "la gran potencia del mundo multipolar". Por lo pronto, la desconexión no está asumida. Por si acaso hubiera disturbios en Rusia, lo     que no parece probable, la OTAN piensa hacer pasar su fuerza de despliegue rápido en las fronteras occidentales rusas de 40 mil a 300 mil efectivos. ¿Para "prevención y gestión de crisis"? No es un secreto que el Pentágono tiene los mapas del desmembramiento de Rusia. 

     El intento de "decapitación nuclear" falló. No parece obvio que la población rusa vaya a dividirse. Todo el asunto puede durar: no hay multipolaridad "realmente existente" y, la verdad sea dicha, no queda claro si el tema es saber quién es "la gran potencia", o si hay algún modo de proponer una alternativa a la descomposición del capitalismo de Estado, o más bien dicho: capitalismo monopolista de Estado. Hay problemas con "la potencia" hasta en los países de la UEE, salvo por la buena manera de librarlos de Belarús. La pregunta queda: si, para salir adelante, como lo requiere Rusia, basta con  "la grandeza de la cultura", sin ideología alguna (Estados Unidos sí la tiene) y sin régimen socioeconómico alternativo (Estados Unidos, como lo reconoce Gláziev, tiene a su favor una enorme ventaja cognitivo-informativa que responde al mismo tipo de régimen -capitalista- al que aspira Rusia). No es un "choque de civilizaciones", cantaleta creada en algún momento por el estadounidense Samuel Huntington sobre todo para utilizar al mundo islámico contra Europa y Rusia al mismo tiempo. Es una competencia por mercados en la cual algunos consideran inadmisible la competencia -la rusa, por ejemplo, que decidió desde la época soviética la burocracia KGB- y la Federación Rusa debe quedar bajo una u otra forma reducida a un apéndice de materias primas. Que es por cierto -gas y petróleo- lo     que "la potencia" ofrece a medio mundo. Desde la época de la Unión Soviética: petróleo era lo que mantenía a los cubanos y otros aliados (europeos) del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). El descubrimiento de grandes yacimientos en los años '60 en territorio soviético terminó "zanjando" los verdaderos problemas, del socialismo. Bueno, he aquí los "valores tradicionales rusos" (da click en el botón de reproducción).


domingo, 24 de julio de 2022

HACERLA SIEMPRE GRANDE

 A veces una buena respuesta depende de una pregunta adecuada, y ésta no siempre la tienen los medios de comunicación masiva predominantes ni los "discrepantes" tolerados para hacer ilusión.

     Hubo "tolerantes" que se preguntaron por qué la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se ampliaba si ya había terminado la Guerra Fría y con ello la "amenaza rusa". Dejemos de lado que en todo caso era "amenaza soviética". No existió: baste recordar por ejemplo cómo los bolcheviques, con muchas concesiones, se retiraron de la Primera Guerra Mundial; durante el periodo de Stalin se optó por el "socialismo en un solo país"; y a partir de Nikita Jrushchov, entre finales de los años '50 y principios de los '60, por la "coexistencia pacífica". Tal vez el momento en que hubo alguna forma de "expansionismo soviético" fue con la alianza con el tercermundismo, pero no más. El mismo creador de la "contención" contra la Unión Soviética, el diplomático estadounidense George Kennan, dijo muy pronto luego de la Segunda Guerra Mundial que los soviéticos, destrozados por los efectos de la conflagración, no estaban en condiciones de amenazar a nadie y tardarían por lo menos 15 años en levantarse. La OTAN se creó antes de que transcurriera ese tiempo, en 1949, y antes que su equivalente en el sovietismo, el Pacto de Varsovia, de 1955. Cronológicamente en su lugar las cosas, no puede crearse algo como la OTAN ante una "amenaza" inexistente y antes de que aparezca el rival. El único que cree en una gran unión de Lisboa a Vladivostock y lo repite en la televisión rusa es el ex primer ministro ruso Dmitri Medvedev, alguien cuya inteligencia no es avasalladora. 

     La segunda parte del tema está en lo siguiente: tratándose de imperialismo, es decir, de ganar mercados (puesto que se entra al mismo tiempo en la OTAN y la Unión Europea), o sea, pues, de ganar mercados para hacer ganancias, ¿por qué la organización militar de un sistema capitalista se regiría por algún criterio de suficiencia, o es que se desconoce a tal grado lo que significa "acumular"? En este mismo sentido, es de esperar que el gobierno ruso no se la haya creído demasiado en lo que planteó poco antes de entrar en Ucrania: algún tipo de tratado de seguridad "no expansionista" que además renunciara a lo que se tragó alegremente desde 1997. ¿Alguien espera que la OTAN, que definió recientemente en su Cumbre de Madrid al planeta como su esfera de influencia, diga de repente: "señores, hemos renunciado a nuestros intereses"? El fin de la Guerra Fría parece a veces un arte de creer tomarse el pelo los unos a los otros. En estas condiciones, no queda claro por qué no respondería como lo hizo apenas comenzado el conflicto en Ucrania, tragándose a Suecia y Finlandia.

     El otro tema está en saber por qué los gobiernos ruso y también chino retoman los términos planteados por la propaganda occidental, alegando que "la OTAN es una reliquia de la Guerra Fría" o que "la OTAN debiera disolverse". ¿El entendido es que encima los rusos creen que se los iba a dejar en paz luego de "autodisolverse como amenaza"?¿O es que no hacen la bellísima operación mental de conectar socialismo de Estado e imperialismo? Sucede que el primero era un obstáculo para que el segundo se expandiera (y necesita más aún expandirse en tiempos de crisis), por lo que en realidad la OTAN primero se dedicó a combatir cualquier asomo de simpatía por la Unión Soviética en Europa Occidental, incluso con operaciones terroristas de bandera falsa y las redes stay-behind, para pasar luego al imperialismo desembozado sin que nadie lo nombre como tal: ¿tal vez la OTAN era amenazante desde antes de 1989-1991, como lo prueban sus ejercicios militares en territorio europeo al grado de blofear con una guerra nuclear (Noble Archer) y de correr el riesgo de provocarla a mediados de los '80?¿Los rusos o los chinos creyeron que el capitalismo iba a dejar de expandirse justo al mismo tiempo que lo adoptaban? Es decir, ¿creen en un capitalismo amigable que no busque ampliar sus mercados? En serio, es de tomarse el pelo unos a otros, puesto que China se traga todos los mercados del mundo a su alcance y la burocracia rusa KGB (Comité de Seguridad del Estado) calculó -como lo sigue haciendo gente como la del club ruso de Izborsk- comerse toda Eurasia "de Lisboa a Vladivostock"? Puestos a competir, no queda claro por qué la OTAN saldría con que "saben, ya no juego".

      Alguien con intoxicación orwelliana se creyó que el socialismo es la guerra y el capitalismo, la paz. Cronológicamente, se trata de otra falla: la gigantesca carnicería de la Primera Guerra Mundial comenzó en 1914: la Revolución rusa de Octubre es de 1917. Y el zarismo acostumbraba ir de guerra en guerra. No queda muy claro por qué Estados Unidos, "Occidente" (otra noción de agenda propagandística), la OTAN o incluso Japón debieran tener la buenísima voluntad de un líder como el soviético Mijaíl Gorbachov. Ahora cabe preguntarse si los rusos creen que se les van encima "por rusos" y no por necesidad del capitalismo, sistema que los mismos rusos tratan de crear, claro que "a su manera", puesto que quieren "salir de la Guerra Fría" y la "obsoleta confrontación de bloques". Es decir que, por pura geopolítica en boga, ahora se puede esperar que unos capitalismos se caigan y otros se pongan de pié. No es del todo comprensible por qué se toma un choque de telecracias por la evolución real del mundo. No es de extrañar, en todo caso, que pesquen a río revuelto los "conspiracionistas" que tampoco faltan en Rusia o entre personas como Daniel Estulin, que cita todos los "pronósticos" de "expertise" rusa sin percatarse de que las tendencias reales no se confunden con las "jugadas" y "movidas" que se le ocurren a más de uno creyendo que el mundo es donde se juega Monopoly. La cosa es "hacerla en grande", al parecer. Por lo pronto, ya quedaron en el olvido las garantías de seguridad que pidió Rusia para sí, porque, como lo mostró en la Cumbre de Madrid, la OTAN no está dispuesta a dejar de expandirse. Las garantías no se las dan a Rusia y el presidente ruso Vladimir Putin se pone a su vez a leer los sucesos de Ucrania como El-Gran-Punto-de Viraje-Histórico-Mundial salido sabrá Dios de qué "expertise" convencida de la ganancia propia. Tampoco está resultando así. (Esta historia continuará...)


.

jueves, 21 de julio de 2022

¿LAS COSAS? EN VEREMOS...

 Pese a algunas iniciativas rusas, hasta ahora no hay lugar para hablar de nada parecido a un "bloque" sino-ruso comparable al verdadero bloque que integran Estados Unidos, la Unión Europea y Japón en una tríada.

      En materia de energéticos, el intercambio sino-ruso debe ser ubicado en su justa dimensión. El gas que exporta Rusia a China es mucho menos importante que el que se estaba exportando a Europa. En cuanto al petróleo, las exportaciones rusas a China sólo significan un parte no demasiado importante del total de las exportaciones petroleras rusas. Rusia no puede sustituir tan fácilmente los clientes europeos por asiáticos y, en especial, por China.

      Ambos países han buscado "desdolarizar", pero tampoco hay que ir tan de prisa: sólo Irán parece haberse acercado a la modalidad de intercambio en monedas nacionales. Si bien bajaron mucho las transacciones comerciales entre Rusia y China en dólares, fue para remplazarlas !por euros! (47 % de las liquidaciones en divisas entre ambos países, y 36,6 % en dólares). El binomio rublo-yuan representa el 16 % de las transacciones bilaterales.

     Al principio de la entrada de tropas rusas a Ucrania, Estados Unidos le advirtió a China que no volviera a tenderle la mano a Rusia como con los acuerdos gasíferos de 2014. China no ha vuelto a hacerlo. Quien haya creído que Estados Unidos es tan tonto como parar armar un lío en Taiwán se equivocó, junto a los medios de comunicación masiva predominantes ávidos de cualquier espectáculo.

     China no aprobó la incorporación de Crimea a Rusia en 2014 y se ha mantenido ahora haciendo malabares para no enemistarse con Estados Unidos. Dicho sea de paso, China es el principal socio comercial de Ucrania. China quiere aprovechar algún acuerdo entre Ucrania y Europa para la penetración de las "rutas de la seda".

     China ha condenado el expansionismo occidental, pero ha evitado ponerse del lado ruso y ha privilegiado la defensa de la soberanía e integridad territorial. Como Rusia, China fracasó en intentar que los europeos se distanciaran de Estados Unidos ante el conflicto en Ucrania.

     En términos económicos, Occidente es mucho más importante para China que Rusia. Lo que es más, las inversiones chinas en Rusia cayeron de casi tres mil millones de dólares en 2015 a 500 millones de dólares en 2020. Con Europa, las inversiones chinas son 20 veces más. Y China sigue teniendo lo que Xulio Ríos llama una "irresistible atracción por el mercado estadounidense". Para tener un orden de magnitud, en 2021 el comercio chino con los estadounidenses llegó a 700 mil millones de dólares, mientras que con Rusia es de 140 mil millones de dólares, básicamente por importaciones chinas de gas y petróleo. China no se inclinará automáticamente por Rusia.. Lo que es más, suspendió las inversiones del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) en Rusia y Belarús

      Parte de las autoridades chinas (en las cuales hay divisiones), como el primer ministro Li Keqiang, han llamado a la "moderación" con Estados Unidos, a diferencia de las posturas de Xi Jinping desde la presidencia, más abiertas a Rusia, o de la cancillería. Los marxistas chinos consideran un "error irreversible" la entrada de Rusia en Ucrania, y buscan que la "anaconda" no apriete a China.

     Lo cierto es que ni China ni Rusia tienen mayor "modelo social" que propagar en el mundo, a diferencia de Estados Unidos, que difícilmente puede verse como país en "caída en picada", pese a una decadencia relativa. La posición de China es en más de un aspecto un error, considerando que "irían por ella" si no hubiera el dique ruso. Nunca está de más insistir en que, en medio de sus contradicciones y por motivos históricos, Rusia tiene una postura mucha más universalista que China, que al parecer ha aprendido a conjugar el "sacar ventaja" de origen feudal con la conveniencia capitalista. China prácticamente no se atreve a tocar a Occidente, a diferencia de la franqueza rusa. Lo que no ha nacido es ningún orden "bipolar" entre Occidente y Rusia y China, que no hacen bloque, ni "tripolar" (Estados Unidos-Rusia-China), dada la difícil posición rusa. Se puede esperar, mientras no faltan las predicciones, que al igual que las proyecciones no representan ningún estudio o análisis de tendencias. No se está ante "la agonía de Occidente", contra lo que sugiere por ejemplo Red Voltaire, ni ante el Gran Nacimiento de un Nuevo Orden Multipolar. No hay motivo para seguir al capitalismo en su ánimo de vender día tras día "algo histórico"., sí, con tal de vender. Entre lo que "se" dice en los medios de comunicación masiva y las tendencias de la realidad no hay correspondencia, mucho menos completa. Hay cosas tan elementales (da click en el botón de reproducción)...



martes, 19 de julio de 2022

MÉXICO: CREÍBLE, NO VERDADERO

 En México, como en otros países de América Latina, la justicia está remplazada por el linchamiento, al margen de una verdad que importa menos que la cohesión comunitaria en el ritual.

       El autor del asesinato del agente de la DEA (Agencia de Control de Drogas) estadounidense, Enrique Camarena, el cubano-estadounidense y oficial de la Central de Inteligencia Americana (CIA), Félix Ismael Rodríguez, puede estar tranquilo en la impunidad. "Se" repetirá hasta el cansancio que el autor fue el narcotraficante Rafael Caro Quintero.

      En este asunto del narcotráfico, alguien como el lópezobradorista Epigmenio Ibarra incurre en lo mismo, al igual que quiso hacerlo el abogado Netzaí Sandoval: buscar un juicio contra el hoy ex presidente Felipe Calderón (derecha, Acción Nacional) por la "guerra contra el narco", que no fue tal. En colusión con Estados Unidos, y entre otras la DEA, Calderón hizo otra cosa: quitarle al cártel de Sinaloa los rivales de encima. Sucede que Estados Unidos no está interesado en acabar con el tráfico de estupefacientes, sino en controlarlo para llevarse su parte de ganancia. Al mismo tiempo, y aunque suene extraño, seguramente Estados Unidos no quiere el caos total en México, sino apenas el "caos controlado", por lo que es preferible el monopolio del cártel de Sinaloa a una miríada de cárteles generalizando la violencia por pelearse las plazas. Es una cuestión de Estado, pero es más sencillo meterse con Calderón que con Estados Unidos y la DEA, parte del pacto. Al parecer, no se nota que la economía mexicana se mantiene a flote en parte gracias a las inyecciones de dinero del narco. Calderón no actuó como un tonto o imprudente, contra lo que pueda pensarse, aunque gente como Genaro García Luna haya querido aprovecharse de los propios estadounidenses.

     Los estadounidenses en México son prácticamente intocables. La DEA contribuyó a la captura de Caro Quintero, pero se "tapó" el problema que este procedimiento representa. Hace algún tiempo, el muy poco inocente actor estadounidense Sean Penn contribuyó de una u otra manera a la localización de Joaquín El Chapo Guzmán, al menos según declaraciones de la actriz Kate del Castillo, a quien Penn engañó. Ni quien se haya metido con Penn: fue a Del Castillo a quien le hicieron problemas en México.

      Acaba de morir el ex presidente Luis Echeverría, lo que motivó una nueva andanada de linchamiento, acusándolo de nuevo del imposible cargo de "genocida" por algo -los sucesos del 2 de octubre de 1968- que inculpaba en realidad al encargado del Departamento del Distrito Federal (DDF), Alfonso Corona del Rosal, otro que se fue impune. Los vínculos en las provocaciones del 68 llegan hasta la CIA, al igual que la formación de "Los Halcones" que actuaron el 10 de junio de 1971, pero la pista no se sigue y resulta que, muy lejos de Estados Unidos, la extrema izquierda, que en el tema le hace el juego a los empresarios, se toma por "la Historia" (¿tiene dueño?) para "condenar" a Echeverría, como lo hace otro nombramiento erróneo del presidente Andrés Manuel López Obrador: Rosario Piedra Ibarra, sin mérito suficiente, al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

      Topar con Estados Unidos es hacerlo con pared. Recientemente, la Fiscalía General de la República (FGR) decidió reabrir el caso Colosio. Es muy sencillo: el "asesino solitario", Mario Aburto, nunca paró de contradecirse y, de manera muy sorprendente, el video no editado del asesinato no fue dado a conocer sino hasta hace poco, mientras que se dejó de lado una línea de investigación señalada por investigadores y periodistas (como Laura Sánchez Ley) como importante: la de las contradicciones en las que incurrió el agente del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), Jorge Antonio Sánchez Ortega (amigo de Aburto, por cierto), sin ser molestado por nadie. El cuarto sub-procurador del caso Colosio, Luis Raúl González Pérez, prefirió la credibilidad a la verdad y cayó en el absurdo en la línea de investigación mencionada.

     Caro Quintero, El Chapo, Calderón, Echeverría o Aburto distan de ser o haber sido blancas palomas, pero queda claro que en México las formas de injerencismo de Estados Unidos son un tema tabú, ante el cual se prefiere practicar el ritual local del chivo expiatorio, entre otras cosas para satisfacción de los propios estadounidenses. Es casi como si Caro Quintero, Echeverría, Guzmán Loera o Calderón fueran "asesinos solitarios". Qué interesantes pueden ser los rituales de una comunidad para mantenerse cohesionada de un modo primitivo, arcaico en el que, a fin de cuentas, se acaba, como decía Justo Sierra, en el país "alérgico a la verdad", así esté a la vista para quien desee salirse de la comunión. El camino equivocado es "créersela" (da click en el botón de reproducción).






domingo, 17 de julio de 2022

MÉXICO: OTRA VEZ R-UNO

 A diferencia de las cubanas, las autoridades mexicanas son muy asustadizas cuando está en juego la relación con Estados Unidos. El motivo tiene que ver más con colusión que con prudencia.

       En la captura reciente del narcotraficante Rafael Caro Quintero en Choix, estado de Sinaloa, en México, participaron agentes de la la DEA (Administración de Control de Drogas) estadounidense, de manera muy poco encubierta, ya que la misma DEA fue la primera en salir a vanagloriarse del asunto. Nadie en México se indignó mayormente. Caro Quintero ya había estado 28 años en la cárcel, acusado entre otras cosas del secuestro, la tortura y el asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA, en 1985. Caro Quintero fue liberado en 2013, aunque vivía a salto de mata, probablemente sin tener siquiera mucho que ver con los desmanes de su parentela del cártel de Caborca en Sonora. Caro Quintero afirmó hace mucho haber estado en donde fue torturado y asesinado Camarena, pero sin participar en los hechos.

      No es un secreto que, pasada la abundancia del sexenio de José López Portillo (1976-1982), el gobierno de Miguel De la Madrid pactó con el cártel de Guadalajara (del que formaba parte Caro Quintero) meter dinero en la economía mexicana en crisis, a cambio de que aquél pudiera traficar droga hacia Estados Unidos. El asunto llegó más lejos: una parte de las autoridades mexicanas pactó utilizar al cártel y a Caro Quintero para que la Central de Inteligencia Americana (CIA) pudiera entrenar a contras nicaraguenses a cambio de pasar droga desde Colombia a Estados Unidos, vía México o, para ser más concretos, vía un rancho de Caro Quintero. La administración estadounidense de Ronald Reagan tenía que actuar de esta manera dado que el Congreso de Estados Unidos prohibió legalmente ayudar a los contrarrevolucionarios nicaraguenses (enmienda Boland de 1982).

       El periodista mexicano Manuel Buendía pagó con su vida estar en la pista de la colusión descrita, aunque es probable que haya sido asesinado sólo por iniciativa de José Antonio Zorrilla, jefe de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), sin anuencia probada del entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz. Zorrilla le pasaba información a Buendía...al mismo tiempo que era cómplice del cártel de Guadalajara.

      Otro en dar con la colusión fue entonces Camarena, que iba tras el rancho de Caro Quintero donde se "triangulaba". Por lo mismo, el cártel de Guadalajara y algunos altos políticos y militares mexicanos estaban interesados en sacar a Camarena de la "jugada". Sin embargo, la orden de agarrar al agente de la DEA para torturarlo y saber hasta dónde sabía salió del agente de la CIA cubano-estadounidense Félix Ismael Rodríguez, uno de los participantes en la captura de Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967, y que podría haber estado entre quienes decidieron, contra la opinión de la misma CIA, que era lo mejor matarlo.

     Hay un problema: el actual encargado de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en México, el ya mencionado Manuel Bartlett Díaz (hoy miembro del Partido del Trabajo) ha sido mencionado como uno de los políticos presentes en la tortura a Camarena. Investigado por los hechos, hasta hoy Bartlett no puede pisar suelo estadounidense.

    A los torturadores de Camarena se les "pasó la mano", y lo que se le pidió a Caro Quintero es que encontrara un médico, pero el agente de la DEA falleció. Caro Quintero no habría mentido al decir que estuvo en el lugar, pero no tomó parte de los hechos físicos que terminaron con la muerte de Camarena, en una casa de Guadalajara. El problema aquí está en Bartlett, quien ha negado haber tenido "relación con narcotraficantes" y ha dicho no saber nada del caso Camarena. Lo cierto es que, de haber tenido alguna forma de contacto con la CIA, Bartlett no sería el único en haberlo hecho, sin que ello lo convierta en nada: los presidentes Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, además del alguna vez encargado de la DFS, Fernando Gutiérrez Barrios, tuvieron contactos con la CIA sin ser por ello agentes del espionaje estadounidense. No hay que confundirse: Díaz Ordaz y Echeverría fueron en su momento secretarios de Gobernación (como lo sería mucho más tarde Gutiérrez Barrios)..En otras palabras, salvo en los sexenios de Luis Echeverría (Mario Moya Palencia) y José López Portillo (Enrique Olivares Santana y el especialmente inteligente Jesús Reyes Heroles), la presión del espionaje estadounidense sobre funcionarios mexicanos no amainó. En este contexto, estos mismos funcionarios parecen haber encontrado de lo más natural colaborar con la CIA. Las cosas cambiaron entre 1988 y 1994, puesto que el enlace con los estadounidenses se hacía a través del jefe de la Oficina de la Presidencia, quien le rendía cuentas al Consejero estadounidense de Seguridad, Brent Scowcroft. Con la sola idea de seguir esta pista en el caso Colosio, las autoridades mexicanas vuelven a dejar de serlo.

       El actual presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pareciera como muchos otros creer que instalarse en la contradicción es resolverla: le hago al mismo tiempo a los trabajadores y los empresarios, a la América Latina y a la súper relación con Estados Unidos, etcétera...Ahora tiene un problema encima que le sembraron muy alegremente los estadounidenses. Pero no pasa nada:Félix Ismael Rodríguez quedó impune, siendo el artífice del secuestro, tortura y muerte de Enrique Camarena. No es cualquier persona. Participó en la invasión de Bahía de Cochinos, estuvo en Vietnam del Sur, protegido de John F. Kennedy, al mismo tiempo parte de la mafia anticubana, clave en la persecución contra Guevara,  y ligado al escándalo "Irán-Contra" con George Bush padre. El documental The Last Narc muestra el interrogatorio de Rodríguez a Camarena, junto a policías de la DFS (en particular Sergio Espino Verdín, entrenado para "interrogatorios" por la CIA) y probablemente escoltas del narco Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto. Rodríguez  no es cualquier agente: fue condecorado varias veces en Estados Unidos. Nadie en México lo va a culpar de nada. Las "consignas" implícitas del caso son otras. Aunque la culpa de R-UNO no se la tragaban mucho los Broncos de Reynosa (da click en el botón de reproducción).



jueves, 14 de julio de 2022

DORMIRSE EN LOS LAURELES

 Al parecer, no hay modo de que Occidente logre percatarse de ciertos cambios que algo implican para las relaciones internacionales y el futuro de la Humanidad.

     Al comenzar la invasión rusa de un parte pequeña de Ucrania, no faltó quien alertara sobre guerra nuclear y catástrofes por el estilo. De manera "interesante", algún experto barajó probabilidades de que un conflicto nuclear afectara a "alguna parte" del territorio mexicano, etcétera. Estados Unidos sabía desde el principio del costo límite: la Federación Rusa tiene la superioridad militar desde hace algunos años gracias a las armas hipersónicas, pero nadie sale a gritarlo a los cuatro vientos ni se entiende lo que ésto significa. Ocurre que, contra lo largamente acostumbrado, el capital y el imperio no están en capacidad de resolver sus contradicciones actuales mediante una guerra en gran escala. Volar el planeta no tendría sentido porque se acabaría la posibilidad de hacer ganancias: para el capital y el imperio, la vida tiene un sentido y uno que otro valor. Lo que no se ha hecho es agradecerle a Rusia el haber creado las condiciones para que una guerra en gran escala, "mundial", sea imposible. No queda claro dónde quedaron todas las alarmas sobre el próximo conflicto nuclear y la guerra mundial venidera. 

       Frente a las "sanciones del infierno", el presidente ruso Vladimir Putin de algún modo se quedó entre dos sillas: al ratificar al frente del Banco Central de Rusia a Elvira Nabiullina, se inclinó por la política económica "neoliberal" y el beneficio para oligarcas y especuladores. Al mismo tiempo, nadie puso atención en el hecho de que Putin decretara el fin de la "unipolaridad", o al menos de la creencia en un excepcionalismo que les hace a los estadounidenses y sus seguidores sentirse "como Dioses".

      Probablemente no fue una simple bravata. Al frente de la Unión Económica Euroasiática (UEE) está, como ministro de Integración y Macroeconomía, Serguei Glaziev, ex asesor por siete años de Putin. Glaziev está trabajando en la búsqueda siguiente, desde su cargo: el intercambio comercial entre los países de la misma UEE, China, los países del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los de la gigantesca Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) sin pasar por el dólar, recurriendo a monedas nacionales y "cestas" de monedas y valor de bienes como ciertas materias primas. No es un proyecto menor, puesto que marcaría el fin de la supremacía del dólar (y sin pasar por el euro, el yen o la libra). Si este proyecto avanzara, Estados Unidos habría perdido dos de las palancas claves de su intento de supremacía: la militar y la monetaria. No le quedaría más que el arma energética, en medio de notorias dificultades para meter al mundo entero a las energías renovables, y las ventajas tecnológica y sobre todo, como lo ha sugerido Glaziev, "cognitivo-informativa". El cambio que impulsa Gláziev supone la colaboración de "distintos estratos sociales interesados en el bienestar común". No es un hecho, pero como sea la UEE busca moverse y mover a otros hacia la desdolarización.

     Estados Unidos y sus "socios y aliados" sin duda no ignoran lo descrito, y darán la batalla, pero, nótese bien, hasta donde logren ganancias y los costos no sean altos. Es difícil anticiparse, pero hasta hace algún tiempo no era creible que Rusia pudiera adelantarse a Estados Unidos en la carrera armamentística. No vaya a ser que algún día Estados Unidos y sus "socios y aliados" se despierten sin ser lo que creían ser.

     El proceso transforma también a una Rusia contradictoria y, de una manera general, sorprende la tendencia a moverse en una órbita capitalista desconociendo las leyes del capitalismo, creyendo por demanda (y no deseo) que siempre habrá cabida para todos, aunque ocurra porque el capitalismo da la impresión de poder "cumplir todo deseo" y permitir que cada quien sea libre de perseguir el que más le plazca. Algo debe de haber de raro que no estamos en la guerra mundial ni en la nuclear, y ni siquiera en la atención al significado de las tendencias -no proyecciones- en juego. En el gobierno de Putin se dice más de una tontería, pero también se tiene determinación frente a los desafíos de las relaciones internacionales. ¿Hay que hacer caso omiso? No son los rusos los dormidos en sus laureles. Algo sencillo...(da click en el botón de reproducción).



martes, 12 de julio de 2022

BOLIVIA: MENOS RUIDO, PERO (OJALÁ) MÁS NUECES


 Las buenas noticias se notan poco, porque nada constructivo vende cuando se trata de consumir. Pero existen.

      En la mayor parte de América Latina, la ley no existe y no hay estado de Derecho. Hay casos graves, como el de Haití, Estado fallido que importa muy poco: un presidente como Jovenel Moise puede ser asesinado sin que se finquen responsabilidades a los culpables, que más bien se amanecen al frente de un supuesto "gobierno". Desde la presidencia de Lenín Moreno, el estado de Derecho se desplomó en el Ecuador y este país es una fábrica de culpables de la que salen impunes, contra lo que marcan las leyes ecuatorianas, desde el mismo Moreno hasta el actual mandatario Guillermo Lasso. No estaría de más hacer notar el uso de la ley en el Perú: ha servido para que nadie pueda gobernar en paz y para hacerle la vida imposible al actual presidente Pedro Castillo, que no muchos en el progresismo se encargan de defender, dado que no es parte del "grupo" -y ni así, como lo demuestra en el Ecuador el caso del ex vicepresidente Jorge Glas, quien como Rafael Correa está pagando el simple hecho de hablar con franqueza. Desde luego, Brasil mostró que la ley no es la mayor de sus preocupaciones, luego de la forma en que fue destituida la presidente Dilma Rousseff, "instituido" Michel Temer y temporalmente encarcelado el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La ley contó muy poco en Colombia al fabricarle un caso al extinto líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, "Jesús Santrich". Nada de lo enumerado preocupa a los "demócratas liberales" tan atentos a los Derechos Humanos en Nicaragua y Cuba, y hasta ahí. Por lo demás, no queda claro desde dónde se habla: México es el país menos autorizado para presumir de leyes, incluso con el "juarista" mandatario Andrés Manuel López Obrador, cuando no hay estado de Derecho.

      Cuando se hace lo que corresponde, como perseguir a pandilleros y ser férreo con ellos, que son homicidas, resulta que hay "autoritarismo", acusación que ha recaído sobre el presidente Nayib Bukele, de El Salvador. Tal vez pocos hayan puesto atención a los cambios legales positivos que se han dado en Cuba, incluyendo el Código de las Familias. Pues bien, más de uno, fuera del folclore a favor o en contra del hoy ex presidente Evo Morales, debe haberse quedado en los tiempos en que Bolivia compartía con Haití y Honduras el poco honroso lugar entre los países más pobres de América Latina. El actual presidente boliviano, Luis Arce, ha tenido a bien no andarse en la gran retórica y declarar el año 2022 año de la reforma judicial, porque ha reconocido que el aparato de justicia en Bolivia no funciona, lo que le permitió por lo demás a Morales buscar indebidamente la reelección.

      Antes que reformar la Constitución, el gobierno de Arce parece haber privilegiado el afianzamiento del debido proceso. Una de las tareas es regularizar a los jueces (electos por voto popular), ya que cerca de la mitad son transitorios, lo que implica la debilidad de la carrera judicial. La idea es que para diciembre el 100 % esté institucionalizado. Más allá de ésto, la Justicia debe ser en verdad independiente: no puede un día servir a Morales permitiéndole una reelección inconstitucional y al día siguiente aplaudirle a la hoy encarcelada Jeanine Añez una autoproclamación presidencial igualmente ilegal. No es de extrañar que un sistema judicial así sea corrupto.

     Lejos del uso personal y faccioso, que se entiende como "político", Arce considera que la justicia debe ser un derecho y un servicio público. Para el mandatario boliviano, es tan importante como el acceso a la salud y la educación. Este camino a la profesionalización, a reserva de lo que resulte, es parte de una política gubernamental que reserva el gobierno a gente con mérito en el saber y capacidad de consulta y la "dirección" ideológica a los movimientos sociales, pero separando ambos campos, incluso si hay quienes no lo comprenden y creen que ser "luchador social" da derechos a cargos públicos. El luchador social, como Evo Morales, tiene un campo específico de acción y, de ser posible, de organización, para persuadir y convencer y formar política e ideológicamente, pero ésto no lo convierte en médico, economista, pedagogo, etcétera, porque los campos y formas de saber son distintos. No es cuestión de que Arce sea "moderado" ni nada por el estilo: es cuestión de que pilotear un avión no es tarea que deba dejársele a un activista o a un militante como premio a "su santidad". En este mismo orden de cosas, la justicia como servicio público implica, se entiende, saber de leyes y no ser "el compadre de...". No es sencillo de asimilar para parte de los movimientos sociales, pero el otorgamiento de recompensas a la "santurronería" en nombre de "la causa" se paga caro, y ya debiera estar claro que lo paga, en primera instancia, el pueblo. Lo anterior no impide tener buenos líderes y organizadores -sindicales, entre otras cosas- como Evo Morales, porque es desde abajo que se impulsa el cambio verdadero. Algunos países de América Latina buscan su propio camino sin mucho ruido (da click en el botón de reproducción)




domingo, 10 de julio de 2022

ECUADOR: LA MISMA GATA, PERO REVOLCADA

 No es un secreto que el actual gobierno del Ecuador, presidido por el banquero Guillermo Lasso, llegó en parte gracias al apoyo indígena. Resulta un tanto curioso que se le haya criticado al ex alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, de derecha, su idea de federalizar al país sudamericano, como si quisiera hacer de la provincia del Guayas su "hacienda". Con frecuencia, la gente de la sierra no se comporta de otro modo, y aquí se incluye a los indígenas.

      Lasso decretó medidas impopulares, como lo había hecho anteriormente el presidente Lenín Moreno, quien tuvo que echarlas para atrás. En cierta medida, Lasso también, y por los mismos motivos: la presión de los indígenas, en especial de la sierra centro-norte, a la que se agrega la Amazonía. El gran señor y sus siervos estaban en desacuerdo, pero ambos tomaron las suficientes precauciones para "hacerse de a buenas" cuando los partidarios de la Revolución Ciudadana (hoy en la UNES, Unión por la Esperanza) intentaron en la Asamblea la destitución de Lasso, para lo que lograron el voto de Pachakutik, organización indígena. No muy maltratado, el líder Leónidas Iza, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), "bajó el tono" de las protestas; Lasso hizo su parte y, después de la juerga, cada uno volvió a la necedad anticorreísta. Lasso tiene en mente un "modelo", la receta que le dan de afuera, y los indígenas se han mostrado incapaces de articular una visión de país, remitiéndose a contener lo más impopular, el alza de los precios de la gasolina. Hubo gente que supo infiltrar las protestas para que escalara la violencia y los juerguistas temieran acabar a puñetazos, sin saber siquiera por qué. El de Lasso se mostró como un gobierno fallido. Los indígenas resisten, pero no proponen más que el "no". Tampoco es seguro que el correísmo esté siempre bien orientado, pero lo cierto es que el ex mandatario Rafael Correa tiene idea de cómo encaminar al Ecuador al desarrollo. Es esta posibilidad o, cada vez más, el naufragio en el Estado fallido. No es seguro que la Revolución Ciudadana (hoy en la UNES) tenga preparación suficiente, y entretanto queda reiterada la fragmentación del país, por la orientación pro-correísta de la costa.

    A diferencia del trato más bien amigable para Iza, hace cerca de un mes el ex vicepresidente Jorge Glas fue llevado de vuelta a la cárcel, mientras Correa se había visto obligado a pedir refugio en Bélgica. Esta vez, la intentona fue contra la prefecta correísta de Pichincha, Paola Pabón, acusada de supuestamente financiar las protestas de la CONAIE.

     No es sólo que en el Ecuador no hay el menor estado de Derecho, lo que por lo demás está lumpenizando al país. Es que no hay capacidad de gobierno y el Estado está dejando de poder cumplir con servicios básicos, como el de salud. No es revirtiendo todo lo ganado en tiempos de Correa que se logrará nada, salvo evitar salir de un marasmo que es el estado habitual de miseria humana a la que se está sumando peligrosamente el narcotráfico. Ni para pensar qué está sucediendo culturalmente que está siendo utilizado por el conservadurismo habrá lugar si el país se descompone a grados como los de Haití o Paraguay. Albazos, no balazos (da click en el botón de reproducción).



viernes, 8 de julio de 2022

MÉXICO: ¿HAY ALGO QUÉ CONCRETAR?

 Otro intento, nuevas andanadas en contra: la autodenominada "Cuarta Transformación" en México cambió la idea de educación e introdujo algo nuevo, la Nueva Escuela Mexicana (NEM). Esta contiene numerosas buenas ideas en materia cívica, para formar ciudadanos, y en materia de moral, digamos que para formar lo que pudiera llamarse simplemente "hombres de bien" o "gente de bien". La NEM busca inculcar valores y admite que la escuela es un ámbito crucial de aprendizaje de la socialización, al grado que, agreguemos, debiera ser capaz de subsanar, si las hay, deficiencias familiares, a diferencia de lo que llegó a ponerse en boga: que la familia le diera órdenes al maestro, como si no fuera más que una empleada doméstica. A su manera, la NEM no está alejada de los ideales de la Cartilla moral de Alfonso Reyes ni de la Guía ética para la transformación de México. No es reprochable la atención dada a la "perspectiva de género", si es para educar en la igualdad de hombres y mujeres y erradicar el machismo, ni al medio ambiente, tema que ya abordaba Reyes.

    Si acaso puede lamentarse la mención innecesaria de la incumplible agenda 2030 de Naciones Unidas, y que, curiosamente, se postule el bien sin mención del "mal", es decir, de la necesidad de rechazar actitudes que pueden ser consideradas antisociales. Se bordea así el catálogo de buenas intenciones. El segundo problemas es el rechazo manifiesto a un individualismo mal entendido, es decir, confundido con el egoísmo, cuando en realidad un propósito de la educación puede ser el florecimiento de las individualidades, para contar con una mayor riqueza social (que no se reduce a riqueza material, y que México ha demostrado poder tener en distintos ámbitos). Lo mencionado tiene que ver con una interpretación errónea de la meritocracia, atribuida al llamado "neoliberalismo", y con ella, de la equidad, que en vez de dar a cada quien lo que le corresponde buscando nivelar las condiciones educativas de partida, se entiende como "dar a uno sin perjudicar a otro", a riesgo de que el conjunto se "nivele" para abajo o, como se dice, "bajando la escala".

     Lo que ha provocado el rechazo de los "demócratas liberales" es la idea de poner a la escuela toda, maestros y alumnado, al servicio de la "comunidad". Si se considera lo postulado en la NEM, no está reñido, contra lo que se piensa, con un carácter universal de identificación con la nación, puesto que se postula abiertamente y de manera explícita el fortalecimiento del amor a la Patria y de la identidad mexicana, como quiera que se entienda. El tema es que sí hay cierto riesgo de fragmentación o de vaguedad cuando se introducen temas de moda como la "interculturalidad", el asunto mismo de los contornos de "la comunidad", antes que la sociedad y la anulación de las individualidades para beneficio de "la comunidad", lo que sugiere que, a la antigua usanza, se está percibiendo como opuesto lo que no debería estarlo. No cabe el llamado "neoliberalismo" con sus simples individuos "sin sociedad", pero tampoco volver al idilio de la fusión comunitaria, que sabe encargarse de torpedear el florecimiento de las personalidades y los talentos individuales (el subdesarrollo sabe hacerlo muy bien para "gastar" vidas). Con el apoyo de uno que otro cambio al artículo 3o de la Constitución, la NEM refleja las contradicciones del régimen actual.

      Como quiera que sea, seguramente haya que tomar en cuenta, sin bajar la escala (ya de por sí baja), cómo hacer para evitar que la realidad social (que incluye a lo que se llama "la comunidad") desbarate planes interesantes: el problema de la deserción en la secundaria no es menor y a la preparatoria no llegan todos los que tendrían que llegar, por lo que en la práctica no se cumple la universalización de la enseñanza, incluso a nivel primaria. En estas condiciones, no es seguro que una vaga "comunidad" -si es que no está en realidad deshecha- pueda subsanar un problema de estructura socio-económica frente al cual se han propuesto en gran medida paliativos. Al parecer, no hay mucha conciencia de que el sistema socioeconómico vigente empuja en dirección contraria de lo que las buenas intenciones aspiran a lograr. La solución no debiera ser "chatarra" o "patito", de tal modo que el propósito de la NEM se pierda, como otros positivos del lópezobradorismo.

De viejos tiempos (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 6 de julio de 2022

¿CUÁL MULTIPOLARIDAD?

 La creencia en un mundo multipolar es más endeble de lo que parece, a pesar de que se han aferrado a ella países como Rusia y China. No hay que olvidar que, hasta nueva orden,  se ha mantenido la alianza sinérgica entre Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Japón, que conforman lo que el economista egipcio Samir Amin llamara el "imperialismo de la tríada", para el cual el presidente estadounidense Donald Trump era un peligro. Cabe aclarar, contra lo considerado por el presidente ruso Vladimir Putin en el reciente Foro de San Petersburgo, que "Europa" no perdió soberanía, porque desde la segunda posguerra no la tiene: la integración europea se hizo a la sombra de Estados Unidos, frente al bloque soviético, y excepciones como el líder francés Charles De Gaulle o el alemán Willy Brandt, favorables a una mayor autonomía, terminaron relegadas. Durante la Guerra Fría, por ejemplo en la negociación sobre los misiles, Europa Occidental estuvo a remolque de Estados Unidos. Los planes del Comité para la Seguridad del Estado (KGB) para integrar un enorme espacio euroasiático dividiendo a Europa Occidental de Estados Unidos no se consumaron.

       Algunos consideran al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), al que eventualmente se incorporaría Argentina, como el germen de la multipolaridad, aunque es un invento financiero de Goldman Sachs. "Polo" supondría capacidad de atracción en uno o varios terrenos.

     India no llega ni a potencia regional en el Indico o Asia Central, y está sumida en el marasmo pese a tener al muy popular primer ministro Narendra Modi. India se ha acercado muchísimo a Estados Unidos con Modi, de tal forma que integra un grupo de contención contra China, el QUAD (Asociación de Diálogo Cuadrilateral), que incluye, además de a Australia, a Estados Unidos y Japón. La orientación india no es la de antaño, con Nehru o los Gandhi, sino bastante proestadounidense.

      Sudáfrica no es polo de nada. Lo fue en tiempos del apartheid en el Africa Austral. Hoy Sudáfrica es un país que, al igual que India, no tiene modelo social que proponer, porque el país está sumido en la corrupción. En Africa juega un papel más importante Nigeria, plataforma estadounidense de entrada en ese continente, y polo de atracción cultural, dentro de ciertos límites, pero en todo caso con mayor fuerza que Sudáfrica.

     Brasil no es tampoco polo de nada, ni lo fue cuando era presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En ese entonces, era la Venezuela de Hugo Chávez, para bien o para mal, la que empujaba a la integración sudamericana y más allá. Brasil no destaca ni como potencia regional en Sudamérica, a reserva de lo que vaya a hacer Lula de ganar las próximas elecciones de octubre. es pura "teoría Viagra", es decir, la creencia de que lo que importa es el tamaño, pero ninguno de los tres casos citados alcanza para hablar realmente de nuevos "polos de atracción".

      China es la potencia regional del Asia-Pacífico y potencia económica internacional. Este sí es un factor a tomar en cuenta. Rusia no alcanza a ser potencia regional en Eurasia, salvo en una importante unión con Belarús: el Caúcaso es antirruso en buena medida (Azerbaiyán, Georgia) y hay igualmente fuertes tendencias antirrusas en Asia Central, como lo demostraron hace poco las dificultades en Kazajistán (ahora ha sido el turno de Kirguistán de prohibir películas rusas, por ejemplo).

      No tiene mayor caso recitar algo que decidió una casa financiera como Goldman Sachs, y tampoco declarar el fin de una "unipolaridad" que no es tal, por más que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tenga ambiciones planetarias. Estados Unidos, como el capitalismo, pelearán por su sobrevivencia, pese a los signos ciertos de decadencia. El problema está en que en realidad prácticamente no hay un verdadero polo alternativo desde el punto de vista social.

      Las autoridades rusas, ciertamente dispuestas a confrontar a Estados Unidos, difícilmente pueden basarse en la sola política exterior. Para ser un "polo", deberían mostrarse capaces de resolver los problemas sociales que el capitalismo no puede resolver. En este sentido, cuenta lo que se concrete de lo encargado al primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin: aumentar los ingresos de la población, cuando el 80 % de las familias tiene dificultades en llegar a fin de mes y hay pobres por millones. Deberá cumplirse con la Constitución, en el sentido de que se garantice un salario mínimo al menos igual al coste medio de la vida. No queda claro que un tecnócrata sea lo mejor para fines sociales. La otra posición, más radical, es la del encargado de relaciones euroasiáticas, Serguei Glaziev. Pese a las sanciones, la ruptura de Rusia con el capitalismo no se ha dado, y la orientación es más bien hacia lo que el economista serbio Branko Milanovic llama (como también para China) "capitalismo político".

     Lo que espera mucha gente, probablemente más de lo que se cree, es otra forma de vivir, realmente alternativa, que por lo demás China no tiene de dónde presumir. No se trata, contra lo que cree Putin, según lo expresó en el Foro mencionado, de que la riqueza cultural del mundo no cabe en "un solo patrón", si bien sería adecuado no desdeñar el "poder blando" estadounidense (en lo ideológico). Se trata más bien de un asunto de valores y de capacidad para universalizarlos, en vez de hacer proliferar los culturalismos particularistas de las "almas bellas" (la "Rusia eterna" o sabrá Dios qué): sigue siendo Estados Unidos quien tiene la batuta en este terreno, aunque haya topado en Rusia con restos universalizantes del sovietismo.

      Hay tendencias en juego. Otra cosa son las proyecciones, que no pasan de ser ejercicios. Hablar de multipolaridad no es justamente sino un ejercicio que, por ahora, no corresponde a la realidad. Incorporar a Argentina no haría más que darle al asunto aires de grandeza, sin resolver gran cosa. Mucha gente no nada más quiere vivir mejor en términos materiales, contra lo que creen muchos gobernantes: también espera valores distintos, y en todo caso, no obscenamente antisociales...como la riqueza del señor Mishustin, por cierto, o la de los millonarios adueñados del partido oficial en China.

Dos brasileños se ponen a la felicidad en español (da click en el botón de reproducción)



lunes, 4 de julio de 2022

NICARAGUA: EL PROGRESISMO NO SE INFORMA

 Una de las cosas sin duda más bonitas -o habría que decir tal vez obscenas- de quienes se consideran "demócratas liberales" es su recuperación del lenguaje de izquierda. Resulta que hoy Ucrania es víctima del "imperialismo" ruso, aunque la palabra "imperialismo", que en principio remite a un concepto, no se usa para describir la acción de Estados Unidos en ninguna parte. Así, resulta que el "imperialismo ruso" se está empantanando en Ucrania debido a la "resistencia", porque ahora son los mismos "demócratas liberales" quienes ven cómo elogiar hasta lo que no existe. No existe tal "resistencia", más allá de los bolsones de neonazis -que no abundan en Rusia- que todavía no han terminado de perderse en el Donbás. Si la operación militar rusa transcurre despacio, es porque esos neonazis se escudan en la población civil, tomada de rehén, y porque las tropas rusas buscan desalojar a las ucranianas afectando lo menos posible a los civiles.

     El asunto se extiende cuando, para variar, coinciden "demócratas liberales" y progresistas como los presidentes de Argentina y de Chile, Alberto Fernández y Gabriel Boric, respectivamente, que acaban de solidarizarse automáticamente con lo que les pareció causa justa, el mandatario ucraniano Volodímir Zelenski, apto para recibir ayuda de estos conosureños que no parecen tener siquiera un sistema de información que les permita detectar a qué clase de gente ayudan, al menos que, como otros, estén simplemente aplicando un esquema o modelo al margen de la realidad.

      Es llamativa la manera en que los "demócratas liberales" son incapaces de reconstituir hechos y dar buenas pruebas: tal vez sea lo propio de países con la idea de justicia algo torcida. En el sistema capitalista todo es posible, y en particular reconocer al otro, la alteridad, el derecho a la diferencia o temas por el estilo, pero la verdadera diferencia, en el derecho a la contradicción, es imposible. Así las cosas, se puede pasar por alto que gobiernos agredidos por Estados Unidos son víctimas del imperialismo: desde la Federación Rusa, que es el país más sancionado del mundo, hasta pequeños como Cuba, pese al repudio internacional generalizado contra el bloqueo, o como Nicaragua. Decirlo no es manejarse con simplismo binario y de caricaturas de "buenos" y "malos": Cuba tiene problemas endógenos que no se pueden atribuir todos al acoso del imperialismo, y en Nicaragua tal vez no sea de lo más formidable la personalización del poder en Daniel Ortega y la vicepresidente extravagante Rosario Murillo.

     A pesar de las sanciones, estos países suelen tan mal que bien salir adelante. Después del "golpe blando" fallido de 2018, Nicaragua se ha recuperado.. Hubo en ese momento participación de los mayores capitales nicaraguenses para financiar los "tranques" (bloqueos de carreteras).  El Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) le apostó al derrumbe de la economía, retirando de la banca privada todo el dinero posible, contribuyendo a la quiebra de tres mil micro y pequeñas/medianas  empresas y a pedir la cancelación de préstamos internacionales. Se acosó a los trabajadores del Estado y se contribuyó al despido de 200 mil de ellos. Pese a estas y otras medidas de hostigamiento, otro sector de la empresa privada (Asociación de la Promoción y la Sostenibilidad de Nicaragua, Aprodesni), que integra a 520 empresas privadas, prefirió no comulgar en el hostigamiento al sandinismo y contribuyó a que, para el año 2022, en enero Nicaragua estuviera teniendo un crecimiento económico de más del 10 %, para los fetichistas de este indicador.. Entre otras cosas, la economía nicaraguense volvió a caracterizarse por su estabilidad.

     Es desde el apoyo a Nicaragua por sus logros que quienes le dan la mano han podido denunciar a una izquierda "a la medida de Estados Unidos", lo que incluye a la mexicana presurosa de distanciarse del sandinismo actual. Ya que la llamada "izquierda democrática" pertrechada en Antonio Gramsci ama tanto a la sociedad civil, cabe destacar que, para 2020, estaban registradas en Nicaragua más de seis mil organizaciones sin fines de lucro (lo que no es exactamente lo mismo que organizaciones no gubernamentales); la Asamblea Nacional canceló la personalidad jurídica de 460, apenas el 6.8 % de las inscritas. En actos delictivos fueron detectadas 40 organizaciones. Para delinquir recibieron 20 millones de dólares del extranjero, en particular de Estados Unidos y la Unión Europea. Parte de las leyes que permitieron sancionar a un muy reducido grupo de organizaciones data de 1992 (no estaba al frente del gobierno Daniel Ortega) y otra parte de 2020, con la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros: ¿por qué hay organizaciones que no quisieron registrarse? Cabe señalar que es un tipo de regulación que existe en Estados Unidos, Australia, Israel, El Salvador, Rusia y Hungría, por lo que habría que explicar por qué Nicaragua no puede hacer lo mismo que Estados Unidos y encima hay que solidarizarse a morir con quienes desconocen leyes similares a las estadounidenses. Un tercio de las organizaciones suspendidas estaba por lo demás sin funcionar, por lo que nadie la emprendió "contra la sociedad civil".Otras organizaciones no habían hecho más que violar sus propios estatutos. Si fuera por la familia Chamorro, Nicaragua debería operar con arreglos informales al margen de la ley y de un mínimo de patriotismo, es decir, a gusto oligárquico.

     Las universidades privadas intervenidas por el Estado no rendían cuentas de nada, como sucede impunemente en muchos países, y la Academia local de la Lengua (las Letras) estaba en el total desorden administrativo, pese a recibir 62 mil dólares anuales del gobierno. En materia de salud, las organizaciones no gubernamentales fueron respetadas y por lo demás se revelaron falsos los alarmismos sobre una supuesta incapacidad nicaraguense para hacer frente a la Covid 19.

     Las noticias de persecusión contra la Iglesia resultaron igualmente falsas. Lo que sucedió fue sobre todo que prosiguió la tendencia ya existente al cambio de congregación.

     Hay algo de los "demócratas liberales" que no está muy claro que digamos. Nicaragua no ha hecho más que endurecer medidas para proteger su soberanía nacional. Al parecer, sería algo más bien obsoleto en tiempos de globalización y de propagación de los Derechos Humanos, lo que daría pie para meterse en asuntos internos nicaraguenses. En este caso, Rusia se metió no desde luego a toda Ucrania, sino al Donbás, para proteger los Derechos Humanos de los ucranianos rusohablantes, lo que no tiene nada que ver con imperialismo y sí con algo así como la "responsabilidad de proteger". No puede estarse de acuerdo con algunos argumentos legales débiles de Rusia para entrar en territorio ucraniano, aunque lo descubierto da cuenta de que desde Ucrania se estaban preparando ataques de distinta índole contra la soberanía rusa, por lo que los rusos simplemente se adelantaron. Pero resulta que aquí sí es válido pegar reiteradamente de gritos por la "soberanía violada", lo que no cuenta para Nicaragua. Más allá de ésto, de algún modo le hacen los "demócratas liberales" para encontrarse, qué curioso, siempre del lado estadounidense y de paso de más de uno de baja ralea. Lo mejor es que el aderezo libertario lo ponga la "izquierda democrática".Todo ocurre por lo demás en "modo fraude" automático, es decir, sin considerar las pruebas -como si la ley no hubiera descubierto nunca la indagatoria- porque se llama a tomar lo dicho !por evidencia! De remate, es la clase de gente opuesta a las "ideologizaciones" y que se precia de tener algún criterio, confundido en realidad con una "firma" que se toma por marca. Que gobernantes se traguen esta oferta da cuenta de que no tienen tallas de estadistas. Desde tierras nicas (da click en el botón de reproducción).









TIEMPO DE....¿SEÑORAS?

 A reserva de lo que dé a conocer Ricardo Raphael, muy buen conocedor del caso, Isabel Miranda de Wallace es una mujer de antología que llev...