La reactivación de una supuesta "amenaza nuclear" iraní puede ser apenas un pretexto. En un informe reciente de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), el japonés Yukiya Amano dió a entender que esa amenaza existe, pero no aportó pruebas, ni mucho menos novedades, al basarse nada más en datos del espionaje occidental de 2009. El 29 de octubre, antes de "informar" sobre esta "amenaza", Amano fue a la Casa Blanca a que le dictara qué hacer un consejero de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Barack Obama. La AIEA perdió así credibilidad, sirviendo, como se ha vuelto de lo más común en organismos internacionales, a intereses particulares. Wikileaks había denunciado que Amano es persona al servicio de Estados Unidos, y tan pronto como dió a conocer el informe, Rusia alegó que está distorsionado con fines políticos y no aporta nada nuevo.
"Hasta un idiota se da cuenta de que es contra Rusia", dijo hace poco Guennadi Ziugánov, líder comunista ruso, refiriéndose al escudo antimisiles occidental. El problema es que un idiota o ciertos animales todavía son capaces de entender cosas o de hacer gestos que un humano occidental ni entiende, ni hace, porque no sabe qué significa ser humano y es tratado como infrahumano. Al occidental promedio, siempre muy indignado, no le importa en lo más mínimo que se gasten sus impuestos en una carrera armamentista delirante. Cuando, luego de asesinado el líder libio Kadafi, Obama advirtió a todos los que "gobiernan con puño de hierro" que se cuidaran, empezó a ser claro. Tan claro que el ex candidato republicano estadounidense, John McCain, dijo que el primer ministro ruso Vladimir Putin seguramente estaba "nervioso" luego de lo ocurrido con Kadafi. McCain no es idiota, simplemente bruto: dijo sin tapujos lo que otros traen en mente. Obama se hace el idiota. En cuanto al secretario general de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el gran danés Anders Fogh Rasmussen, si Rusia se defiende, considera que la "amenaza" es lamentable y una "vuelta al pasado". Otro idiota: no hay vuelta al pasado si Rusia se arma, porque la carrera armamentista era con la Unión Soviética, no con Rusia. Y, por lo demás, pareciera que el gran danés prefiere el riesgo de una buena guerra en el futuro a lo que, en el pasado, era aunque fuera una mala paz, porque Estados Unidos y la Unión Soviética habían llegado en algún momento a la paridad estratégica. Como se trata de ofertas navideñas, Fogh Rasmussen dice dos idioteces al precio de una, tomándole el pelo a los occidentales, no a los rusos.
Las cosas claras: la guerra puede evitarse, y de ningún modo se trata de que haya un "fuego purificador" que traiga de vuelta a la Unión Soviética o lleve a la Humanidad al socialismo. En este sentido, no es asunto de profetas en La Habana ni del apocalipsis que viene, sino de prevenir, para lamentar lo menos posible, así se quede el mundo sin profetas que por lo demás, no se necesitan. Ni "fuego purificador", ni agoreros del desastre: lo ideal sería disuadir a Occidente de meterse en camisa de once varas, aunque no le quede mal.
En claro y en resumen: para 2015-2017, muy pronto, el escudo antimisiles estadounidense pretende interceptar y abatir parte de los misiles intercontinentales rusos en trayectoria hacia Estados Unidos. Es un escudo que se acompaña de una espada, puesto que el "potencial agresor", suponiendo que lo sea, se quedaría sin defensa si es a su vez agredido desde Occidente. Es decir, es un escudo y una espada que pende sobre la única potencia con un arsenal militar capaz de impedir el monopolio estadounidense de las armas en el mundo. Se trata -viejo proyecto, desde Reagan- de destruir la paridad estratégica.
Ya hay una primera respuesta rusa. Hace unos pocos días, el huésped del Kremlin, Dmitri Medvedev, puso en servicio en Kalingrado -cerca de las fronteras de Polonia y Lituania- el radar de alerta temprana Voronezh-DM, que le permite a Rusia el control de toda Europa. Medvedev advirtió que Rusia tiene misiles estratégicos capaces de vulnerar el escudo antimisiles europeo. En Kaliningrado podrían instalarse misiles tácticos Iskander de hasta 2 mil kilómetros de alcance, con cargas convencionales, pero también con ojivas nucleares. Digamos que no es muy atractivo para la vendida Europa.
Rusia puede incrementar para el año 2015 la producción de misiles balísticos de emplazamiento móvil (en camiones) de combustible sólido y ojivas múltiples hipersónicas, tipo Topol-M o Yars, que son imbatibles para el escudo antimisiles. El RS-24 Yars es un nuevo misil balístico intercontinental que podría tocar territorio estadounidense.
Como los occidentales para haber colmado el vaso metiéndose en el Artico, el Mar del Norte, el de Barents y el Báltico, realmente muy lejos de Teherán, los rusos buscan emplazar misiles Bulavá en submarinos 955 de clase Borei, que pueden llevar ojivas múltiples y atacar desde el hielo ártico, sin ser detectados a tiempo.
Algunos jefes militares rusos no se andan por las ramas: desde el general Nikolai Makarov hasta el Dr. Serguei Kurginian, la hipótesis de un conflicto nuclear no se descarta. La OTAN ha sido designada como "enemigo sistémico" de la capacidad de Rusia para defenderse. No se trata, sin embargo, de un conflicto inevitable, en el cual Estados Unidos cree haber ganado de antemano y Rusia, supuestamente, ofrecería una respuesta asimétrica a pedido, sea para llevar, a domicilio o para degustar atómicamente "in situ".
El tiempo está corriendo rápido y no es la inexistente "opinión pública" occidental que va a detener nada. El asunto está en que Estados Unidos se está metiendo a la par en un asunto armamentista en el cual puede verse disuadido de agredir, y en una crisis económica de extrema gravedad, que vuelve en verdad indignante -muy indignante- que se gaste el dinero del rey contribuyente en una escalada bélica. A diferencia de Ziugánov, hay que apostarle a que el idiota se de cuenta de que, si agrede, puede quedar convertido en queso Gruyere. Más difícil es tratar con los psicóticos que, multiplicándose como están haciéndolo en Occidente, no saben donde está ninguna realidad, ni la suya ni la del otro, y pueden desencadenar lo que sea con tal de no salir de un estado de alucinación crónico, del tipo "soy el number one" de aquí a la eternidad. Un error así llevaría a los occidentales a entender, tal vez, que ser "superiores" no significa estar cuerdos. Sería preferible, aunque sea también doloroso, que la crisis y la disuasión rusa lleven a Occidente de vuelta al raciocinio, o sentido común, como se prefiera.
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martes, 29 de noviembre de 2011
martes, 22 de noviembre de 2011
LLEGO LAURA DECISIVA
Pueden hacer ruido, pero no son muchos, y lo que les da la sensación de ser importantes son los reflectores y el apoyo de una que otra celebridad, ahora que el espectáculo también está a la izquierda. En España terminó en catástrofe, con un triunfo abrumador de la derecha agrupada en el Partido Popular. Los indignados no tienen mayor propuesta social que hacer porque, simplemente, no tienen idea de qué es una sociedad.
Lo anterior es parte de una tendencia de largo plazo, que comenzó, entre otras cosas, con los Foros Sociales Mundiales y ese lema mariguano (sic) que sostiene que "otro mundo es posible". La verdad sea dicha, parece anuncio publicitario, da igual que se haga en Porto Alegre o Mumbai. ¿Quiere vacaciones y relajarse? En el spa de la playa tal, "otro mundo es posible". Vuele con aerolíneas tal, porque "otro mundo es posible". Estos Foros, como los indignados o como los "neozapatistas" mexicanos, creen que son ellos los que recuperan el discurso capitalista, cuando los están recuperando a ellos para reducirlos, como al comandante Che Pillín, a una caricatura del 68, que de por sí no trajo mucho de glorioso. La escritora hindú Arundhati Roy fue a festejar a los Ocupa Wall Street agradeciéndoles que nos devuelvan el derecho a soñar. En verdad, en medio del mundo como está y de lo que pudiera venir, no hay nada mejor que criar fama y echarse a soñar. El grado de renuncia es tal que ni siquiera piden lo imposible, como los del 68. Se limitan a hacer "performance" y únicamente les faltan los colores del videoclip de Laura Pausini en Amsterdam, con su "Bienvenido", dedicado a "aquél que no cambiará, lo que somos hoy" (agréguese: "de aquí no me voy, porque somos hoy, lo que somos hoy", dicho sea, insistamos, por la señorita Pausini y no por el clasemediero Milanés). Nótese bien: los indignados no son solidarios con nadie. Ni con la idea comunista, ni con la socialista, ni siquiera mayormente con el mundo del trabajo. Es un simulacro de 68.
Otra izquierda es la tercermundista, la que queda, alrededor de Cuba, en particular. Hace poco, Fidel Castro festejó el triunfo de Daniel ortega en Nicaragua, siendo que Ortega es alguien carente de ideas, sin hablar de Rosario Murillo, que en vez de ideas, tiene rencillas personales. Castro no puede ir mucho más allá de ese tercermundismo de amigotes que va de Ortega a Hugo Chávez, con el bolivarianismo y los grandes ideales históricos de todos los tiempos. Hecho curioso, cuando Castro, festejando a Ortega, menciona a los gobiernos "progresistas" o "de izquierda" de América Latina, olvida a El Salvador y al Perú, aunque incluye a la Argentina de la dama a la que tantos argentinos, equivocados de película, llaman "Cristina", confundiéndose entre Evita y Madonna, y como si todos hubieran pasado, dicho sea sin risa, por la Casa Rosada. El fidelismo así es: quiere incondicionales, no leales, y por lo mismo se va quedando sin amigos. Rafael Correa, presidente de Ecuador, ha tenido que aguantarse más de una voltereta de Chávez, o un trato de menosprecio de Castro, y Humala es un desconocido: como el ecuatoriano y el peruano hacen cosas, pequeñas pero efectivas, como moralizar el Estado y volverlo verdaderamente republicano, la verdad, a los revolucionarios les tiene sin cuidado, porque no hay en lo dicho ni amigotes, ni oportunidades de trascender y ganarse la inmortalidad con una que otra pieza de oratoria. Dentro de la misma Cuba hay quien ha pedido que, !por favor!, la prensa informe de otra cosa que las victorias diarias de la isla y los pasos perdidos de Chávez. Nada, cero, una agencia de prensa cubana preferirá trascender con Joseph Stiglitz, tan alabado por Castro (a diferencia de Correa), o con los Ocupa Wall Street, que informar de medidas sí, discretas, pero no por ello menos valiosas tomadas en Quito o Lima.
Hay una línea de continuidad que va de la creencia del revolucionario tercermundista en la trascendencia, lo que le hace no tolerar discrepancias (como las que en su tiempo le expresó el ya fallecido comunista salvadoreño Schafick Jorge Handal a Castro) y creer además que todo le es debido, hasta los niños bien acomodados en organismos internacionales, en causas "light" y todo lo que sea la ley del menor esfuerzo, pero, eso sí, dispuestos a ser despiadados si de ganar celebridad se trata. Es este amasijo de sesentaiocheros e hijos y de tercermundistas que, caída la Unión Soviética, no dudó en hacer leña del árbol caído para ganarse un lugar bajo el sol del capitalismo (¿no argumentaron que tiene vida para rato por su "gran desarrollo de las fuerzas productivas"?), en universidades "de prestigio" en Estados Unidos y Europa, en los organismos ya mencionados y en el "arte", incluso. Hoy, como ocurre en revistas cubanas, sus causas son los nuevos estamentos: las mujeres, los jóvenes, los LGBT (Lésbico-Gay-Bisexual-Transgénero), la ecología profunda, los negrazos y los inditos. Corearon con Obama "sí se puede", aunque no sabén "qué" se puede, porque no conocen más que el mundo de las libertades, no el de quienes pasan necesidad. En suma, el lema de estos nomenklaturistas, hijos y nietos de la Revolución Cubana, no se distinguen- en verdad, no- de "Lo mejor de mi vida eres tú", videoclip de Ricky Martin a favor de la libertad, contra la opresión, por la igualdad de colores y sabores (fresa y chocolate, por favor): "ay no digas que no/si escondes algo, dámelo/porque llegó la hora de estar conmigo/porque el destino así lo escribió".
Bien: ya no hay que hacer fila por la escasez en la Unión Soviética, y después de todo, no era "el socialismo que queremos". Es preferible tener de dónde escoger: ¿No le gusta la izquierda Pausini?Cámbiese a la izquierda Ricky. Es lo que hay, luego de corregidos los numerosísimos errores de las generaciones anteriores y su "autoritarismo", en deuda eterna con sus vástagos. Que el camarada Ziugánov -líder del partido Comunista de la Federación Rusa- siga pagándoles por adelantado las facturas a las generaciones venideras, que se merecen por herencia la vida regalada y esa inmortalidad que tanto se parece a la celebridad bajo los reflectores, o a las reflexiones siempre apocalípticas del Gran Profeta de la isla mayor, incapaz de detenerse en un mortal.
Lo anterior es parte de una tendencia de largo plazo, que comenzó, entre otras cosas, con los Foros Sociales Mundiales y ese lema mariguano (sic) que sostiene que "otro mundo es posible". La verdad sea dicha, parece anuncio publicitario, da igual que se haga en Porto Alegre o Mumbai. ¿Quiere vacaciones y relajarse? En el spa de la playa tal, "otro mundo es posible". Vuele con aerolíneas tal, porque "otro mundo es posible". Estos Foros, como los indignados o como los "neozapatistas" mexicanos, creen que son ellos los que recuperan el discurso capitalista, cuando los están recuperando a ellos para reducirlos, como al comandante Che Pillín, a una caricatura del 68, que de por sí no trajo mucho de glorioso. La escritora hindú Arundhati Roy fue a festejar a los Ocupa Wall Street agradeciéndoles que nos devuelvan el derecho a soñar. En verdad, en medio del mundo como está y de lo que pudiera venir, no hay nada mejor que criar fama y echarse a soñar. El grado de renuncia es tal que ni siquiera piden lo imposible, como los del 68. Se limitan a hacer "performance" y únicamente les faltan los colores del videoclip de Laura Pausini en Amsterdam, con su "Bienvenido", dedicado a "aquél que no cambiará, lo que somos hoy" (agréguese: "de aquí no me voy, porque somos hoy, lo que somos hoy", dicho sea, insistamos, por la señorita Pausini y no por el clasemediero Milanés). Nótese bien: los indignados no son solidarios con nadie. Ni con la idea comunista, ni con la socialista, ni siquiera mayormente con el mundo del trabajo. Es un simulacro de 68.
Otra izquierda es la tercermundista, la que queda, alrededor de Cuba, en particular. Hace poco, Fidel Castro festejó el triunfo de Daniel ortega en Nicaragua, siendo que Ortega es alguien carente de ideas, sin hablar de Rosario Murillo, que en vez de ideas, tiene rencillas personales. Castro no puede ir mucho más allá de ese tercermundismo de amigotes que va de Ortega a Hugo Chávez, con el bolivarianismo y los grandes ideales históricos de todos los tiempos. Hecho curioso, cuando Castro, festejando a Ortega, menciona a los gobiernos "progresistas" o "de izquierda" de América Latina, olvida a El Salvador y al Perú, aunque incluye a la Argentina de la dama a la que tantos argentinos, equivocados de película, llaman "Cristina", confundiéndose entre Evita y Madonna, y como si todos hubieran pasado, dicho sea sin risa, por la Casa Rosada. El fidelismo así es: quiere incondicionales, no leales, y por lo mismo se va quedando sin amigos. Rafael Correa, presidente de Ecuador, ha tenido que aguantarse más de una voltereta de Chávez, o un trato de menosprecio de Castro, y Humala es un desconocido: como el ecuatoriano y el peruano hacen cosas, pequeñas pero efectivas, como moralizar el Estado y volverlo verdaderamente republicano, la verdad, a los revolucionarios les tiene sin cuidado, porque no hay en lo dicho ni amigotes, ni oportunidades de trascender y ganarse la inmortalidad con una que otra pieza de oratoria. Dentro de la misma Cuba hay quien ha pedido que, !por favor!, la prensa informe de otra cosa que las victorias diarias de la isla y los pasos perdidos de Chávez. Nada, cero, una agencia de prensa cubana preferirá trascender con Joseph Stiglitz, tan alabado por Castro (a diferencia de Correa), o con los Ocupa Wall Street, que informar de medidas sí, discretas, pero no por ello menos valiosas tomadas en Quito o Lima.
Hay una línea de continuidad que va de la creencia del revolucionario tercermundista en la trascendencia, lo que le hace no tolerar discrepancias (como las que en su tiempo le expresó el ya fallecido comunista salvadoreño Schafick Jorge Handal a Castro) y creer además que todo le es debido, hasta los niños bien acomodados en organismos internacionales, en causas "light" y todo lo que sea la ley del menor esfuerzo, pero, eso sí, dispuestos a ser despiadados si de ganar celebridad se trata. Es este amasijo de sesentaiocheros e hijos y de tercermundistas que, caída la Unión Soviética, no dudó en hacer leña del árbol caído para ganarse un lugar bajo el sol del capitalismo (¿no argumentaron que tiene vida para rato por su "gran desarrollo de las fuerzas productivas"?), en universidades "de prestigio" en Estados Unidos y Europa, en los organismos ya mencionados y en el "arte", incluso. Hoy, como ocurre en revistas cubanas, sus causas son los nuevos estamentos: las mujeres, los jóvenes, los LGBT (Lésbico-Gay-Bisexual-Transgénero), la ecología profunda, los negrazos y los inditos. Corearon con Obama "sí se puede", aunque no sabén "qué" se puede, porque no conocen más que el mundo de las libertades, no el de quienes pasan necesidad. En suma, el lema de estos nomenklaturistas, hijos y nietos de la Revolución Cubana, no se distinguen- en verdad, no- de "Lo mejor de mi vida eres tú", videoclip de Ricky Martin a favor de la libertad, contra la opresión, por la igualdad de colores y sabores (fresa y chocolate, por favor): "ay no digas que no/si escondes algo, dámelo/porque llegó la hora de estar conmigo/porque el destino así lo escribió".
Bien: ya no hay que hacer fila por la escasez en la Unión Soviética, y después de todo, no era "el socialismo que queremos". Es preferible tener de dónde escoger: ¿No le gusta la izquierda Pausini?Cámbiese a la izquierda Ricky. Es lo que hay, luego de corregidos los numerosísimos errores de las generaciones anteriores y su "autoritarismo", en deuda eterna con sus vástagos. Que el camarada Ziugánov -líder del partido Comunista de la Federación Rusa- siga pagándoles por adelantado las facturas a las generaciones venideras, que se merecen por herencia la vida regalada y esa inmortalidad que tanto se parece a la celebridad bajo los reflectores, o a las reflexiones siempre apocalípticas del Gran Profeta de la isla mayor, incapaz de detenerse en un mortal.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
TU QUE CONSECUENTAS A TANTO BORRACHO, AMIGO INDIGNADO...
Los "indignados" han ido perdiendo fuerza luego de haber tratado, desde España hasta Nueva York, de hacer creer que tenían representatividad, cuando a lo sumo parecieran haber buscado remedar al 68, incluyendo en sus protestas a sus ídolos musicales, desde Yoko Ono hasta Joan Baez. El movimiento Ocupa Wall Street obtuvo simpatías extrañas: desde Warren Buffett, el hombre más rico del mundo, hasta el megaespeculador George Soros, encargado de torpedear a Europa y Asia cuando es necesario. Pese a otros apoyos, como los de Joseph Stiglitz, los "indignados" no articularon gran cosa y no se consiguió reforma alguna del sistema financiero internacional.
Los "indignados" sostuvieron ser el 99 % que se opone al 1 % de ricos y especuladores financieros. Sin embargo, a lo que se parece esta indignación es a la actitud de una clase media que no entiende que deje de ser la "niña de los ojos" del sistema. Si se encuesta en países como México o Argentina, esta "clase media", también la favorita del lulismo brasileño, cree ser mayoría (82 % en México, aunque no sea verdad, o 71 % en Argentina). Es falso que la crisis de las últimas décadas haya golpeado a todos por igual. Aunque sea porque era necesario mantener a flote el consumo para evitar que se agravara una crisis de sobreproducción, se fue creando una clase media artificial, remedo de la estadounidense: sin ninguna conciencia del interés público, majadera e insolente a más no poder en la "convivencia" social, y convencida de no tener más que derechos y ni una obligación de nada.
Esta clase media, al igual que en Estados Unidos, ha estado viviendo a crédito, con la creencia de que nunca tendrá que pagar, lo que sucedió en España. Junto con esta creencia en la vida a crédito, esta clase media le ha impuesto al mundo la idea de que no hay más "valor" que el de la familia. Basta con ver los Facebooks y los intereses generacionales, todos ligados a negocios en familia. Los jóvenes occidentales de alrededor de 30 años para arriba creen que la familia es una mezcla de institución bancaria, misión humanitaria y organismo no gubernamental. Al final, no entienden nada y creen que una institución bancaria debe ser un organismo de beneficencia. Les parece de lo más extraña la avidez en el capitalismo, al mismo tiempo que se "indignan" cuando descubren que hay que pagar y no todo les es debido, ni que todo es gratis. Se disfrazan del 99 % en pleno victimismo, cuando tal vez no pasen de un 45 % dispuesto a que todo gire a su alrededor en nombre del "empoderamiento" y de los "ciudadanos".
Los grandes intereses privados han hecho bastante para destruir toda vida en sociedad, convirtiéndola en espectáculo. Sin embargo, la corrupción llega mucho más lejos, puesto que franjas enteras de las sociedades de "clase media" consideran, con sus derechos por delante y sus "familias", que no hay ningún "exterior" por respetar, ni autoridad, ni iguales, porque "lo mejor queda en familia". En suma, han acabado con el civismo para imponer sus humores del día y su filisteísmo, que es la reivindicación de la ignorancia. Los "indignados" son los nuevos ricos del "neoliberalismo", para los cuales no hay más que "libertades", que se representan como el derecho a hacer lo que les venga en gana. Creyeron que eran eternos y que los bancos no cobrarían, como creen en la impunidad ciudadana, por lo que han festejado la "Primavera Arabe" dirigida desde Estados Unidos, y ya formalmente criticada por ser instigada desde el exterior, según lo reconoció el primer ministro ruso Vladimir Putin.
Esta mentalidad está haciéndose presente en la antigua Unión Soviética. A falta de vida cívica, se tiende a crear "revoluciones de colores" que den una ilusión de participación donde la sociedad se vino abajo, como en Georgia, Ucrania o Moldavia. Actualmente, según informes del columnista de la agencia noticiosa Ria Novosti, Armando Pérez, Estados Unidos ha buscado invertir en Internet y redes sociales en Rusia, a través de la agencia informática Cisco y la USAID y al amparo de ciertas iniciativas de Dmitri Medvedev (actual presidente ruso), lo que se presta a una futura provocación. Al mismo tiempo, fuerzas como las de Belarús y de Putin han buscado impedir que, a falta de sociedad y de vida cívica, una horda de jóvenes sirva de "tonto útil" para quienes, por puro interés geopolítico, arman "movimientos ciudadanos" financiados no desde lo público, sino desde lo privado.
No estaría mal reconstituir la vida cívica y la participación pública para limitar los poderes de quienes, amparados en sus "tribus", "coaliciones" de amiguetes y en sus familias, creen que el mundo exterior es simplemente un lugar para sacar provecho sin pagar nunca, y para armar escándalo cuando asoman las consecuencias. En mala hora hay gobiernos y líderes que consideran que hay que mimar todavía más a este "45%", o que es intocable en las prerrogativas adquiridas y su insensibilidad. Como los ricos o uno que otro gobierno, este 45 % habla en nombre de "todos", pero ni los representa, ni los ve, ni los oye, ni tiene idea de cómo cambiar el mundo actual. Ni parece que sea su interés, salvo para mantener el peor de los egoísmos. Con papás y "celebridades" de izquierda y centro (moderadísima) como aval.
Los "indignados" sostuvieron ser el 99 % que se opone al 1 % de ricos y especuladores financieros. Sin embargo, a lo que se parece esta indignación es a la actitud de una clase media que no entiende que deje de ser la "niña de los ojos" del sistema. Si se encuesta en países como México o Argentina, esta "clase media", también la favorita del lulismo brasileño, cree ser mayoría (82 % en México, aunque no sea verdad, o 71 % en Argentina). Es falso que la crisis de las últimas décadas haya golpeado a todos por igual. Aunque sea porque era necesario mantener a flote el consumo para evitar que se agravara una crisis de sobreproducción, se fue creando una clase media artificial, remedo de la estadounidense: sin ninguna conciencia del interés público, majadera e insolente a más no poder en la "convivencia" social, y convencida de no tener más que derechos y ni una obligación de nada.
Esta clase media, al igual que en Estados Unidos, ha estado viviendo a crédito, con la creencia de que nunca tendrá que pagar, lo que sucedió en España. Junto con esta creencia en la vida a crédito, esta clase media le ha impuesto al mundo la idea de que no hay más "valor" que el de la familia. Basta con ver los Facebooks y los intereses generacionales, todos ligados a negocios en familia. Los jóvenes occidentales de alrededor de 30 años para arriba creen que la familia es una mezcla de institución bancaria, misión humanitaria y organismo no gubernamental. Al final, no entienden nada y creen que una institución bancaria debe ser un organismo de beneficencia. Les parece de lo más extraña la avidez en el capitalismo, al mismo tiempo que se "indignan" cuando descubren que hay que pagar y no todo les es debido, ni que todo es gratis. Se disfrazan del 99 % en pleno victimismo, cuando tal vez no pasen de un 45 % dispuesto a que todo gire a su alrededor en nombre del "empoderamiento" y de los "ciudadanos".
Los grandes intereses privados han hecho bastante para destruir toda vida en sociedad, convirtiéndola en espectáculo. Sin embargo, la corrupción llega mucho más lejos, puesto que franjas enteras de las sociedades de "clase media" consideran, con sus derechos por delante y sus "familias", que no hay ningún "exterior" por respetar, ni autoridad, ni iguales, porque "lo mejor queda en familia". En suma, han acabado con el civismo para imponer sus humores del día y su filisteísmo, que es la reivindicación de la ignorancia. Los "indignados" son los nuevos ricos del "neoliberalismo", para los cuales no hay más que "libertades", que se representan como el derecho a hacer lo que les venga en gana. Creyeron que eran eternos y que los bancos no cobrarían, como creen en la impunidad ciudadana, por lo que han festejado la "Primavera Arabe" dirigida desde Estados Unidos, y ya formalmente criticada por ser instigada desde el exterior, según lo reconoció el primer ministro ruso Vladimir Putin.
Esta mentalidad está haciéndose presente en la antigua Unión Soviética. A falta de vida cívica, se tiende a crear "revoluciones de colores" que den una ilusión de participación donde la sociedad se vino abajo, como en Georgia, Ucrania o Moldavia. Actualmente, según informes del columnista de la agencia noticiosa Ria Novosti, Armando Pérez, Estados Unidos ha buscado invertir en Internet y redes sociales en Rusia, a través de la agencia informática Cisco y la USAID y al amparo de ciertas iniciativas de Dmitri Medvedev (actual presidente ruso), lo que se presta a una futura provocación. Al mismo tiempo, fuerzas como las de Belarús y de Putin han buscado impedir que, a falta de sociedad y de vida cívica, una horda de jóvenes sirva de "tonto útil" para quienes, por puro interés geopolítico, arman "movimientos ciudadanos" financiados no desde lo público, sino desde lo privado.
No estaría mal reconstituir la vida cívica y la participación pública para limitar los poderes de quienes, amparados en sus "tribus", "coaliciones" de amiguetes y en sus familias, creen que el mundo exterior es simplemente un lugar para sacar provecho sin pagar nunca, y para armar escándalo cuando asoman las consecuencias. En mala hora hay gobiernos y líderes que consideran que hay que mimar todavía más a este "45%", o que es intocable en las prerrogativas adquiridas y su insensibilidad. Como los ricos o uno que otro gobierno, este 45 % habla en nombre de "todos", pero ni los representa, ni los ve, ni los oye, ni tiene idea de cómo cambiar el mundo actual. Ni parece que sea su interés, salvo para mantener el peor de los egoísmos. Con papás y "celebridades" de izquierda y centro (moderadísima) como aval.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
HABLAME DE TI, BELLA SEÑORA
Ya no hay quien se acuerde del hoy ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, quien pidió disculpas por la "falta" cometida. Al asunto no se le dió seguimiento: la supuesta "violada", la guineana Nafissatou Diallo, se la había pasado mintiendo tanto y con tanta desfachatez que Strauss-Kahn fue puesto en libertad. Nadie reprobó la conducta turbia de Diallo. Resultaba más cómodo el simulacro de enojo por el abuso de un poderoso, además francés, aunque lo que estaba en juego era otra cosa. Strauss-Kahn, en efecto, había vuelto a los planes para destronar al dólar. El "caso Strauss-Kahn" se dió en medio de una embestida como pocas en la prensa estadounidense contra el euro. Sin pruebas claras, atacar al villano Strauss-Kahn fue en el momento la mejor manera de complacer al más poderoso: Estados Unidos.
En efecto, la actual directora del FMI, la señora (francesa) Christine Lagarde, está muy estrechamente ligada a la industria militar estadounidense, a Richard Cheney y, más aún, a uno de los "patrones" del presidente estadounidense, Barack Obama, el señor Zbigniew Brzezinski, a través del Center for Strategic and International Studies. La firma de abogados de Lagarde sirvió en algún momento para venderle armas a Polonia, y Lagarde, incluso por encima de la industria militar francesa, ha favorecido a Lockheed-Martin y Boeing en contratos militares. Que le pregunten al griego Papandreu, que en plena debacle se gasta el dinero de los griegos en compras de armas.
La simpática Lagarde, quien tenía sus reportes en inglés, no en francés, siendo ministra de Economía de Francia, acaba de estar en Rusia. Este país no le debe nada al FMI desde el año 2005, gracias a la política económica de Putin. Más aún, Rusia es uno de los 10 principales accionistas del FMI y, por lo mismo, Lagarde fue a pedir ayuda. Sin embargo, cuando Rusia ha pedido reformas al organismo internacional, no ha encontrado eco.
En el polo opuesto de Estados Unidos, Rusia no es un país que vive por encima de sus medios, ni a costa de otros, y según Putin, hoy primer ministro, el año ruso cerrará con finanzas públicas sanas, sin déficit. Lagarde, entrometida, fue a señalarle a Medvedev que no gaste, menos en tiempos electorales, aunque el gobierno ruso tiene planeado alzas de ingresos muy importantes para los militares, mejoras en el gasto social y en infraestructura. En suma, esta señora, beneficiaria de la caída en desgracia de Strauss-Kahn, fue a pedirle a Rusia que no garantice su defensa, siendo que la misma Lagarde está involucrada con intereses militares estadounidenses y, como en Polonia, en las narices de Moscú.
A este ritmo, poco le faltó a Lagarde para pedirle a Rusia que haga como China, mantener el dispendio estadounidense o europeo. Es decir que Rusia podría muy gentilmente financiar a quienes le están preparando un golpe bajo, incluso ahora con maniobras en el norte europeo, según denuncia Pravda.ru. Medvedev pudo haber dicho: "yo pago para que me peguen". Lo que ni Estados Unidos ni el FMI hacen, por cierto. Tampoco piensan, pero por lo menos calculan.
En efecto, la actual directora del FMI, la señora (francesa) Christine Lagarde, está muy estrechamente ligada a la industria militar estadounidense, a Richard Cheney y, más aún, a uno de los "patrones" del presidente estadounidense, Barack Obama, el señor Zbigniew Brzezinski, a través del Center for Strategic and International Studies. La firma de abogados de Lagarde sirvió en algún momento para venderle armas a Polonia, y Lagarde, incluso por encima de la industria militar francesa, ha favorecido a Lockheed-Martin y Boeing en contratos militares. Que le pregunten al griego Papandreu, que en plena debacle se gasta el dinero de los griegos en compras de armas.
La simpática Lagarde, quien tenía sus reportes en inglés, no en francés, siendo ministra de Economía de Francia, acaba de estar en Rusia. Este país no le debe nada al FMI desde el año 2005, gracias a la política económica de Putin. Más aún, Rusia es uno de los 10 principales accionistas del FMI y, por lo mismo, Lagarde fue a pedir ayuda. Sin embargo, cuando Rusia ha pedido reformas al organismo internacional, no ha encontrado eco.
En el polo opuesto de Estados Unidos, Rusia no es un país que vive por encima de sus medios, ni a costa de otros, y según Putin, hoy primer ministro, el año ruso cerrará con finanzas públicas sanas, sin déficit. Lagarde, entrometida, fue a señalarle a Medvedev que no gaste, menos en tiempos electorales, aunque el gobierno ruso tiene planeado alzas de ingresos muy importantes para los militares, mejoras en el gasto social y en infraestructura. En suma, esta señora, beneficiaria de la caída en desgracia de Strauss-Kahn, fue a pedirle a Rusia que no garantice su defensa, siendo que la misma Lagarde está involucrada con intereses militares estadounidenses y, como en Polonia, en las narices de Moscú.
A este ritmo, poco le faltó a Lagarde para pedirle a Rusia que haga como China, mantener el dispendio estadounidense o europeo. Es decir que Rusia podría muy gentilmente financiar a quienes le están preparando un golpe bajo, incluso ahora con maniobras en el norte europeo, según denuncia Pravda.ru. Medvedev pudo haber dicho: "yo pago para que me peguen". Lo que ni Estados Unidos ni el FMI hacen, por cierto. Tampoco piensan, pero por lo menos calculan.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
!CUIDADO, CHAPULIN!
Hace poco, el actual primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunció la creación de una Unión Euroasiática, que sería un "nuevo polo de la economía mundial" e incluiría a Belarús, la Federación Rusa y Kazajstán. La verdad sea dicha, Putin ha tratado una y otra vez de crear un espacio euroasiático libre de injerencia estadounidense. China y Europa no han querido ser consecuentes y han dejado a Putin solo.
Esta vez, luego del anuncio de Putin, Kazajstán hizo un anuncio escandaloso: contratará como asesor económico a Anthony Blair, ex primer ministro británico, por la suma de 12 millones de dólares anuales. Al poco tiempo, Blair anunció que se entrevistaría con el presidente estadounidense, Barack Obama.
Por las mismas fechas, la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, viajó a Uzbequistán para mejorar relaciones con el gobierno local. La hija del líder uzbeko, Gulnará Karimova, es otra de esas joyas en el estilo de algunos vástagos de Kadafi: Karimova, con un máster en Harvard, diseñadora de modas, cantante, fue embajadora ante la Unesco y tiene fama de corrupta. Los reportes de Amnistía Internacional o Human Rights Watch sobre Uzbequistán no son buenos, pero es algo que a Clinton le tiene sin el menor cuidado, como no importan los miles de presos políticos en Arabia Saudita o no importa la invasión saudiárabe a Bahrein. Después de todo, Karimova junta en sus fiestas a Elton John, Sting, algo arrepentido, Julio Iglesias, Rod Stewart, Ronaldo, Messi, Puyol...
Obama es un mentiroso completo, o un ignorante. Anunció que retirará todas las tropas de Afganistán en el año 2014, pero de inmediato comenzó a negociar con el gobierno de Kabul una "permanencia voluntaria" hasta por lo menos el año 2024. Obama anunció igualmente, y lo reiteró, el "retiro total" de tropas de Irak, aunque intentó negociar, sin éxito, que miles se quedaran con total inmunidad a las leyes iraquíes. Como Bagdad se negó, las tropas se irán, pero 23 mil se instalarán en Kuwait, según lo anunció el secretario de Defensa, León Panetta, y para cuidar la embajada de Estados Unidos en irak y otras instalaciones se quedará un "pequeño personal" de 16 mil personas, junto a unos 8 mil "contratistas de seguridad", es decir, mercenarios disfrazados. Irak entra así a un estatuto simlar al de Kosovo, como cuasi protectorado, aunque Obama le cuente cuentos al elector estadounidense, con tal de reelegirse.
Así las cosas, la idea del "anillo" en Oriente Medio sigue y, en la Primavera Arabe, nadie se había ocupado de reivindicar la causa palestina. Apenas entra Palestina a la Unesco, Estados Unidos decide retirar fondos: en vez de mandar a Estados Unidos al diablo, o tan siquiera de amonestarlos, la Unesco se puso a rogarle a Washington. La Liga Arabe no dijo nada contra este proceder de Estados Unidos, pero fue en cambio a hacerle la vida de cuadritos a Siria (que por cierto, cedió).
Si quiere, Saif el Islam, uno de los hijos sobrevivientes del asesinado líder libio, Kadafi, puede entregarse al Tribunal Internacional de La Haya para demostrar su inocencia. Como buen hijo de nomenklatura, de los que pululan en organismos internacionales y centros de enseñanza de "renombre", Saif el Islam ni siquiera parece conciente de que sería entregarse a criminales, incapaces de garantizar un juicio justo a los yugoslavos y serbios arrestados en el pasado. Estados Unidos ha hecho con el Tribunal lo mismo que con la Unesco, por lo que ha buscado inmunidad, de tal modo que ningún estadounidense pueda ser juzgado en La Haya. En fin, nadie puede culpar a la genética si ésta, en vez de neuronas, dotó al cerebro de tal o cual de barras y estrellitas.
Por lo pronto, las jugadas anglosajonas se han encargado de torpedear a Putin, que no encuentra el modo de frenar lo que es, en muchos aspectos, un notorio avance estadounidense.
Esta vez, luego del anuncio de Putin, Kazajstán hizo un anuncio escandaloso: contratará como asesor económico a Anthony Blair, ex primer ministro británico, por la suma de 12 millones de dólares anuales. Al poco tiempo, Blair anunció que se entrevistaría con el presidente estadounidense, Barack Obama.
Por las mismas fechas, la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, viajó a Uzbequistán para mejorar relaciones con el gobierno local. La hija del líder uzbeko, Gulnará Karimova, es otra de esas joyas en el estilo de algunos vástagos de Kadafi: Karimova, con un máster en Harvard, diseñadora de modas, cantante, fue embajadora ante la Unesco y tiene fama de corrupta. Los reportes de Amnistía Internacional o Human Rights Watch sobre Uzbequistán no son buenos, pero es algo que a Clinton le tiene sin el menor cuidado, como no importan los miles de presos políticos en Arabia Saudita o no importa la invasión saudiárabe a Bahrein. Después de todo, Karimova junta en sus fiestas a Elton John, Sting, algo arrepentido, Julio Iglesias, Rod Stewart, Ronaldo, Messi, Puyol...
Obama es un mentiroso completo, o un ignorante. Anunció que retirará todas las tropas de Afganistán en el año 2014, pero de inmediato comenzó a negociar con el gobierno de Kabul una "permanencia voluntaria" hasta por lo menos el año 2024. Obama anunció igualmente, y lo reiteró, el "retiro total" de tropas de Irak, aunque intentó negociar, sin éxito, que miles se quedaran con total inmunidad a las leyes iraquíes. Como Bagdad se negó, las tropas se irán, pero 23 mil se instalarán en Kuwait, según lo anunció el secretario de Defensa, León Panetta, y para cuidar la embajada de Estados Unidos en irak y otras instalaciones se quedará un "pequeño personal" de 16 mil personas, junto a unos 8 mil "contratistas de seguridad", es decir, mercenarios disfrazados. Irak entra así a un estatuto simlar al de Kosovo, como cuasi protectorado, aunque Obama le cuente cuentos al elector estadounidense, con tal de reelegirse.
Así las cosas, la idea del "anillo" en Oriente Medio sigue y, en la Primavera Arabe, nadie se había ocupado de reivindicar la causa palestina. Apenas entra Palestina a la Unesco, Estados Unidos decide retirar fondos: en vez de mandar a Estados Unidos al diablo, o tan siquiera de amonestarlos, la Unesco se puso a rogarle a Washington. La Liga Arabe no dijo nada contra este proceder de Estados Unidos, pero fue en cambio a hacerle la vida de cuadritos a Siria (que por cierto, cedió).
Si quiere, Saif el Islam, uno de los hijos sobrevivientes del asesinado líder libio, Kadafi, puede entregarse al Tribunal Internacional de La Haya para demostrar su inocencia. Como buen hijo de nomenklatura, de los que pululan en organismos internacionales y centros de enseñanza de "renombre", Saif el Islam ni siquiera parece conciente de que sería entregarse a criminales, incapaces de garantizar un juicio justo a los yugoslavos y serbios arrestados en el pasado. Estados Unidos ha hecho con el Tribunal lo mismo que con la Unesco, por lo que ha buscado inmunidad, de tal modo que ningún estadounidense pueda ser juzgado en La Haya. En fin, nadie puede culpar a la genética si ésta, en vez de neuronas, dotó al cerebro de tal o cual de barras y estrellitas.
Por lo pronto, las jugadas anglosajonas se han encargado de torpedear a Putin, que no encuentra el modo de frenar lo que es, en muchos aspectos, un notorio avance estadounidense.
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