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miércoles, 9 de julio de 2025

DE CHISTE, Y SIN CHISTE

 A pesar de lo sucedido recientemente con Irán, el presidente estadounidense, Donald J. Trump sigue siendo, hasta ahora, el reacio a la guerra. Lo hecho en Irán, para satisfacción de Israel, fue, como llegó a decir el periódico mexicano El Independiente, "de chiste", y por cierto que sin víctimas, igual que, durante el primer periodo del mandatario, un breve ataque a Siria, muy similar, a un lugar vacío. Hasta ahora, Trump no ha invadido Groenlandia ni Canadá, ni colonizado Panamá, ni convertido Gaza en una "riviera estadounidense".

       Lo que está ocurriendo es otra cosa. Trump no ha tenido el carácter suficiente para mediar entre Ucrania y Rusia, que siguen en conflicto, pese a las reiteradas muestras de disposición rusa a negociar. De la misma manera en que Trump fue mal aconsejado en el asunto iraní, ha sido burlado por el "presidente" ucraniano Volodimir Zelenski y llevado a una posición errónea, por momentos contra el presidente ruso, Vladimir Putin, que se ha limitado a devolver los golpes ucranianos en territorio ruso. Lo inquietante es el rearme de la Unión europea (UE) en nombre de una "amenaza" inexistente. Rusia no está avanzando gran cosa, y más bien sigue perdiendo relaciones con países de la periferia ex soviética, como acaba de suceder en una disputa con Azerbaiyán.

        Contra lo que dice Trump, las bajas de Ucrania, propiamente civiles, son mínimas, porque por distintos motivos Rusia no tiene interés en provocarlas, a diferencia de Ucrania en Rusia. Lo dicho explica la "lentitud" rusa, no la falta de capacidad, que en el plano técnico ya ha sido demostrada. Es así desde que las tropas rusas entraron al Este ucraniano (hoy ruso): si Rusia considera a los habitantes del Donbás, rusófonos, parte del "mundo ruso", no se va a dar un tiro en el pié como "ocupante". Quien maltrata a su propia población es Ucrania. Rusia ha cuidado de no meterse con el puerto ucraniano de exportación, Odessa, y ni siquiera, hasta aquí, de tomar la ciudad de Sumi. La malhadada pero probablemente inevitable intervención rusa ha sido muy prudente. Ha cuidado de instalaciones nucleares, garantizando su seguridad, y ni siquiera el terrible "Oreshnik" lanzado cerca de Dnipró tuvo objetivos civiles. Los países -en particular unos cuantos europeos- que apoyan a Zelenski, además de prolongar la guerra, malinterpretan la "lentitud" rusa, y la toman por debilidad.

     Como ya ha habido ocasión de decirlo, con misiles y drones Ucrania no está haciendo nada por el Donbás, sino sirviendo de punta de lanza para ir llevando la guerra a territorio ruso. Algunos en países europeos dicen abiertamente cualquier cosa: que Rusia podría "amenazar" Polonia, los países Bálticos...o hasta Dinamarca (¿por qué no?). La petición netamente defensiva de Rusia sobre la seguridad europea no ha sido atendida, ni considerada por lo demás por Trump, para frenar el avance militar hacia las fronteras rusas. Si bien Rusia logró defender a los rusófonos del Donbás, se está viendo envuelta en ataques contra su territorio desde Ucrania y en más problemas en la periferia, por lo que, a su manera, sigue estando en riesgo de acorralamiento y de ser objeto de agresión. Como alguna vez aconsejara el líder polaco Lech Walesa, se ha tratado de acercarse "reptando" a Rusia, y Zelenski y su gente no dan visos de querer parar de "reptar" en territorio ruso, mientras la luz de esperanza puesta en Trump vacila. En cuanto a quienes esperaban algo en el estrecho de Taiwán o contra China, más allá de lo comercial, ese "no es tema", como se dice coloquialmente ahora, ni lo es la "Tercera Guerra Mundial". Menos con ataques "de chiste". Hasta que un buen día ya no haya "chiste", o "no se le encuentre el chiste". Mejor sí, por lo pronto, ocuparse de algo de más ternura (da click en el botón de reproducción).



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