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sábado, 25 de octubre de 2025

NUESTRA CIVILIZACIÓN: LUCES, CÁMARA Y ACCIÓN

 Desde hace buen tiempo, por lo menos los '80, las "teorías" se consideran que son nada más "en teoría", no forzosamente en "la realidad", y se viene demoliendo la capacidad del ser humano para tener conceptos, que ubican propiedades esenciales. Así, en vez del significado, importa más el "efecto" de una palabra. Concepto se llega a reducir a "diseño". ¿Se tiene nación? No, hace rato que se tiene "proyecto de nación", no a la manera de concepto, sino de anticipación de un "diseño". Por lo demás, "en teoría", por ejemplo, se supone que no es bueno ser corrupto, por ejemplo, pero en "la realidad", se cree que "todo el mundo lo hace" y que hay que tomarlo en cuenta. Así que no se actúa sobre lo que es "en teoría", y se presume de ser "realista". De igual modo, no se tiene concepto de mayor cosa, y lo que importa no es tenerlo, sino actuar "en la realidad".

         La Revolución rusa de Octubre fue hecha por alguien, Lenin, que actuaba y reflexionaba a la vez, y que pensaba con conceptos y con categorías (no son lo mismo), por lo que el líder ruso fijó una posición filosófica, en Materialismo y empiriocriticismo y en los Cuadernos Filosóficos. Si la teoría no está petrificada, se nutre de la realidad para cambiar y cambiarla, pero no es acción sin "cabeza", ni siquiera con uno que otro "pensamiento". Igual quien quiera puede concluir del derrumbe soviético el "fracaso de la teoría", convirtiendo a ésta en "ilusión" o "utopía": lo que es "en teoría". Puestas las cosas así, nadie se mueve por lo que existe nada más "en teoría", porque se toma por idealismo o alguna forma de romanticismo. Nadie vive de "lo abstracto" que, como se dice peyorativamente, es "abstracto". Hay que estar en lo concreto.

         La Revolución Cubana tuvo lugar tres años después del XXavo Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), en 1959. Dicha Revolución no tuvo mayor sustento teórico, sino un "sentir" a partir de 1953 en Fidel Castro y "La historia me absolverá". No cualquier "sentir", pero sin que, pese a su memoria y erudición, Fidel Castro fuera capaz de teorizar o de conceptualizar, al grado de terminar confesando, en un discurso en la universidad de La Habana, que "nadie tenía idea de qué es el socialismo". Ernesto el "Che" Guevara no tuvo tampoco teoría alguna, y es posible pensar que ninguno de los dos se adentró demasiado en el trabajo de Marx. Interesaba más "pasar a la acción" y el equivalente del "haz algo". Tampoco hay teoría en Carlos Fonseca Amador, fundador del sandinismo nicaraguense, ni en la Revolución Mexicana de principios del siglo XX. En América Latina, hubo teoría en la llamada "Teoría de la Dependencia", pero no basada en una filosofía clara; la teoría marxista fue más la de José Carlos Mariátegui y, hasta cierto punto, de Víctor Raúl Haya de la Torre, también peruano, entre los años '20 y los '30. Antes de actuar, hay que pensar, es lo que se supone. Eso era cuando "concebir" se asumía como algo con consecuencias. Asuntos del "Diamat" aparte, algo queda entre los '20 y los '30 de teoría en Stalin, en particular sobre la llamada "cuestión nacional", pero se debilita después en seguimiento (no siempre) de Lenin ("Cuestiones del leninismo"). Los años '20 y '30 son también los de la teoría autodenominada "neoliberal", por lo demás con una posición filosófica. La capacidad teórica soviética se verá luego limitada, algo proclive a formas de positivismo (con leyes ineluctables) y luego con adaptación "a la acción" empujada por el anticolonialismo y la liberación nacional. Tomar la calle. "Ir a las masas", al mítin, al baño de pueblo, al trabajo "en campo", al testimonio vivo ("yo estuve ahí, yo lo conocí, yo lo ví", etcétera). Se tomó de manera peculiar la tesis de Marx sobre Feuerbach: "los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo, y de lo que se trata es de transformarlo". A partir de la segunda posguerra, ya se trata de no parar de "cambiar".

        Lo que ocurre tiene que ver con los medios de comunicación, en parte: "en vivo y en directo". Hay que "estar ahí", por lo que, después de la radio (Hitler y Mussolini no tenían idea de mayor cosa, salvo de "movilizar a las masas", como le gustó luego decir a la extrema izquierda), fue llegando el tiempo de más medios, cine y televisión en masa. Hay que "saber transmitir", y la teoría es árida, el concepto arduo y "concebir" algo que "la técnica" puede ahorrar. El sovietismo se vuelve técnica antes que teoría desde Stalin, aunque por la fuerza de las cosas, y todavía hay una "concepción" en la industrialización y la colectivización forzada. Para las ciencias sociales, en la segunda posguerra se va eclipsando la teoría y la capacidad de conceptualizar empieza a decaer: ya es cosa "de campo", de "observación participante", de "estar ahí para Ser Ahí", "arrojado": lo demás es "libresco", "aburrido", y hay que "hacer algo", que aparece como "espontáneo" y "auténtico", porque es "en vivo" (luego será "en tiempo real"). No es necesaria tampoco alguna filosofía, ni, como parte de ésta, algún humanismo, ni "concepción" de la persona, salvo para alguna naturaleza eterna y "la vida", hecha de "momentos". El líder soviético Mijaíl Gorbachov, el que decía "la vida castiga a quienes llegan tarde", terminó en lo que se conoció como "Doctrina Sinatra", puesto que, sin teoría ni concepción de mayor cosa, fue "actuando", y "a su manera". A lo sumo, en algún momento, como el actual de exceso de influencia de las "ciencias exactas" en las "sociales", hubo "modelos"; no debe quedar más que el escandinavo. ¿Concepción?¿Creación? No: técnica, "aplicación", ejecución y creer que conocer es "estar ahí", y que no se puede desde el concepto, hasta que no lo haya. Tener teoría sería poder "explicar", pero también "observar": importa más "estar ahí", por ritual o por protagonismo, que observar bien y explicar y explicarse, para hacer consciente. Por lo demás, se acaba en que no se puede llegar a la realidad con el concepto: por ejemplo, de que el fuego es caliente. Ah no, hay que ir a quemarse la mano y hacer un informe sobre ello ("yo estuve en la estufa") con alguna glosa y alguna encuesta que dé el número de quemados al exponerse al fuego. Como gobernar "andando en territorio", para "palpar" la "realidad". Hasta que investigar sea "ir a palpar", gobernar "ir a palpar", encuestar "ir a palpar", y se viva, de tanto palpar, en lo que, a diferencia del realismo de principios del siglo XX, cuando menos es de lo más sexy. Y sin dos dedos de frente. La fase Olga Breeskin del sistema: sin duda, para "estar ahí". El medio es el mensaje.  (da click en el botón de reproducción).



viernes, 24 de octubre de 2025

CIUDAD CON ÁNGEL

 El prologuista del texto más reciente de Enrique Semo, el segundo volumen de Obras escogidas (La izquierda mexicana en su laberinto), es un poeta, con cargo en la nefasta UACM (Universidad Autónoma de la Ciudad de México), y con principios de consagración: está construyéndose su propio personaje, por lo que se cree él mismo. No parece haber problema en que el poeta, que trata de ser hijo de poeta, vaya de error en error, a partir del chistorete de Semo sobre el socialismo "realmente inexistente", sin que se pueda entonces saber más allá de "estatismo" qué diablos había en el bloque soviético. Por lo pronto, empezamos con que lo que existía no existía: el "socialismo realmente existente" era "realmente inexistente". Tiene su parte de verdad, pero no por la confusión entre institución y burocracia.

         El poeta agrega que eran los "países del realismo socialista", lo que es ficción, puesto que el "realismo socialista" es una corriente literaria, pero además no entrecomillada, es decir que los países del socialismo "realmente inexistente" eran los del realismo socialista que, o bien es un error propio de alguien medio simplón, o bien dice que lo que no existía pues sí existía, salvo que existiera nada más como ficción literaria. Pero luego viene la referencia a la "edificación del llamado realismo socialista", dicho de tal manera por el poeta que entonces lo que, sin proponérselo, está diciendo, es que en países de régimen realmente inexistente se edificaba literatura (si el poeta eres tú/como dijo el poeta...). Después, es "socialismo estatista": como digo una cosa, digo otra. No sabemos si existe, no existe, o si existe en la ficción literaria. Por lo demás, hay que ser bastante audaz para no tratar de los efectos terribles, realmente existentes, de la lucha contra el nazismo, en términos de devastación con secuelas de varias generaciones Y todo por "nomenclaturas 'socialistas'", ficciones literarias (del realismo socialista) y cosas inexistentes. Y de remate, eran las estructuras de esos países que estaban en la "negación de la realidad", algo difícil si eran estructuras reales, salvo que fueran literarias: ¿cómo no, si estaban en plena literatura? Al menos que lo dicho deba tomarse por poesía, y sin tomar en cuenta las contradicciones del autor, Semo, que oscila entre interpretaciones posibles. Pobre ángel; pobres alas. Por lo general, aquí no se habla de poesía, porque se procura no hablar de lo que no se sabe. Y menos con tono de candidato político.

       Sobre el "espíritu crítico del 68", el estado actual de las fuentes documentales ya permite despejar mejor cuando menos dos incógnitas: el número de francotiradores colocados en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre, por la regencia del DDF (Departamento del Distrito Federal), habría sido de 300, el mismo número citado por algunas fuentes periodísticas que señalan que aquéllos habrían dejado el lugar en la madrugada (3 de octubre), en transporte de Limpia del DDF. Se desprende un pequeño número de muertos, vuelto hace algún tiempo a contar por Jorge G. Castañeda, y como resultado de un enredo, puesto que en gran parte se estuvieron disparando entre sí varias fuerzas gubernamentales: los francotiradores del DDF, que entre otras cosas llegaron a tirarle al ejército; el ejército, que no tiró a una multitud que se dispersó muy rápido, sino hacia el edificio Chihuahua, de donde se le disparaba al ejército; el "Batallón Olimpia", el de los "hombres de guante blanco", que al ser objeto de disparos del ejército respondió, y el menor de guardias presidenciales a cargo de Luis Gutiérrez Oropeza. Sólo un estudiante disparó sin tino alguno en la Plaza, porque traía pistola (como uno que otro líder del 68).

        Los porros, más allá del grupo paramilitar del regente Alfonso Corona del Rosal, entre quienes había que decían el 2 de octubre "ahora sí cae Díaz Ordaz" (lo que, dicho sea de paso, no era intentona estudiantil), existían desde antes y, disfrazados de estudiantes, hicieron caer en 1966 al rector Ignacio Chávez, para luego iniciar provocaciones en 1968, bajo liderazgos como el de Sergio Mario Romero, (a) "El Fish", también pagado y protegido por el regente Alfonso Corona del Rosal. Luego de los sucesos del 10 de junio de 1971, la DFS (Dirección Federal de Seguridad) detuvo a ex halcones. También hubo francotiradores el 10 de junio, "Jueves de Corpus", y la forma de operar recibió asesoría extranjera. En cuanto a "El Fish", se pasó un mal rato durante el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976): fue encarcelado y no salió sino hasta 1978. en el "Jueves de Corpus", hubo francotiradores que le tiraron a los "halcones", repitiendo el guión del 2 de octubre y que es el mismo del Euromaidán ucraniano de 2014, siendo la plaza del Maidán en Kíev, capital de Ucrania, una ratonera. Es de Manual extranjero.

      "El Fish", quien negó ser "halcón", era en todo caso empleado del regente Corona del Rosal desde principios de 1967, y se dedicó, además de a provocaciones callejeras, a labores de infiltración de estudiantes. "El Fish" participó desde 1966 en la embestida contra el rector Ignacio Chávez, de la manera más vejatoria. Años después, "El Fish" participó en acciones "guerrilleras" de falsa bandera (Central de Acción Revolucionaria Armada-CARA) y ligadas a la extrema derecha, incluida la estudiantil, hasta que Echeverría lo encarceló. "El Fish" está retratado entre los instigadores del "Jueves de Corpus" en el libro de origen oficial "Jueves de Corpus sangriento". "El Fish" salió a la luz pública con el partido Convergencia durante los sexenios derechistas de Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012). "El Fish" es de origen sinaloense, nacido en 1940.

       Como era en buena medida un asunto de rivalidades entre grupos de poder dentro del aparato de Estado, no se ha terminado de aclarar lo que Cuauhtémoc Cárdenas refirió como  presencia de sinaloenses, y que pasaría por Rodolfo Sánchez Duarte, hijo del gobernador de Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis.

       ¿Qué es lo que no se olvida? El líder del 68 y del Comité 68, Félix Hernández Gamundi, miente reiteradamente. como lo hizo otro líder Raúl Álvarez Garín (autor de un libro sesgado), cooptado por el PRI a través del obispo de Copilco. No hubo ningún genocidio en 1968, ni es Echeverría figura central de la represión. Queda por determinar si en el entorno de Álvarez Garín pudo haber gente allegada a Corona del Rosal (Ecos del 68), siendo que éste tenía infiltradas organizaciones estudiantiles, y a reserva de saber el alcance de las pruebas de archivo (porque las hay, y algo dicen que no es menor) sobre las formas de relación entre el líder y el regente capitalino. Hernández Gamundi, quien no para de provocar, deslegitimó la única investigación seria y a fondo hecha sobre el 68, por Ángeles Magdaleno Cárdenas. Esto es lo que sí se olvida. No es cuestión de "conspiración", sino, en los de Punto Crítico (Hernández Gamundi y Álvarez Garín), de tontería extremista útil, al coincidir con el empresariado de Monterrey, por decir lo menos. Es, de entre los líderes del 68, sobre todo gente cercana a Álvarez Garín que tuvo contacto con Corona del Rosal, según está probado por documento de archivi. Por lo demás, Corona del Rosal habría entregado pruebas mutiladas al líder Comunista Pablo Gómez (por cierto, señor de Elvira Concheiro).

     El asunto de la formación de una fuerza paramilitar dentro del PRI llega hasta “Alconso” (Alfonso) Martínez Domínguez, regente capitalino el 10 de junio de 1971. No hay elementos para incriminar a Echeverría como principal culpable del 68, aunque también tuvo sus provocadores. Sobre el 10 de junio es más difícil delucidar, aunque “Alconso” miente. Hay en cambio una versión que encamina a Echeverría a la eliminación física de Carlos Madrazo, a reserva de lo testimoniado por Cusuhtemoc Cardenas sobre Luis Gutiérrez Oropeza. Dada la pertenencia de Madrazo al PRI, es otra pugna interna. También está claro que Echeverría se “disciplino” al régimen , por el modo de darles una “salida” a algunos culpables del 68, como Manuel Díaz Escobar, uno de los más vinculados a la inteligencia extranjera. La saña al lunchar no es más que la creencia en que el ritual del chivo expiatorio es la verdad.

       Durante la huelga del CEU (Consejo Estudiantil Universitario) de 1986, hubo conatos de provocación y, cuando menos en algunas facultades, era sorprendente ver cómo había grupos de "estudiantes" que llevaban todos exactamente el mismo portafolio para volverse identificables, y gente que presumia de andar armada, de la forma más tints, pero que no deja de recordar la actitud de algunos el 2 de octubre de 1968. La rectoría de la universidad pública tenía su propio espionaje, algo burdo, y quedaban resabios de las antiguas provocaciones, ligadas en parte a sectors del ejército y a la “guerra sucia” de Guerrero. Fue servicio de gente lumpen, cue todavía en 1986 podia recibir hasta algo de estudios a cambio de infiltrar y delatar; otros, dizque líderes, lo hacían porque creian que, ante la siempre latente,amenaza de violencia, era mejor “estar en el sistema para “cambiarlo por dentro”. Uno que otro termino como porro de la pluma.

     Una cosa debe ser considerada: no se trata de devaluar al movimiento estudiantil, así haya ido entrado en una trampa que interesaba entre otros a la CIA (Central de Inteligencia Americana), pero sí de tomar en cuenta el inicio de resquebrajamiento del régimen del PRI por pugnas internas que, como en el inicio postrevolucionario (en los años '20), pasaron a dirimirse en buena medida por vías extra institucionales, lo que se fue acentuando en los '80, y, como se dice coloquialmente en México, llevándose a gente "entre las patas". Es "capitalismo político realmente existente", realismo social o algo así: recítenos algo, poeta, en vez de torcerle el Brazil a Semo para "liberarlo", como con La Otra. A diferencia del mundo "realmente inexistente", de las disputas entre políticos y de la injerencia de la CIA en el 68, a costa de estudiantes sin formación política, hay pruebas "realmente existentes", como de la existencia de "tontos útiles" por cuestiones de ego (da click en el botón de reproducción).






jueves, 23 de octubre de 2025

RECADITOS NO

 Como a su manera Petróleos Mexicanos (Pemex), cuya importancia ya no es la de antes, la universidad pública es un organismo descentralizado del Estado, al que le debe rendir cuentas, y no "a la sociedad", el "país" o "la nación". Tal vez lo mejor que le pueda ocurrir a dicha universidad es que deje de ser lo que fué y lo que, además, en su gigantismo pretende ser, además de dar prestigio por antiguedad. En este sentido, todavía hay quienes creen que el solo nombre de la universidad pública es una garantía o, también, lo que se conoce como "patente de corso". El problema data cuando menos de mediados de los '60, con la caída del rector Ignacio Chávez (1966) -el rector Javier Barros Sierra sentó otras costumbres. Como universidad del Estado, parte del problema está en la antigua confusión del Estado con el partido oficial (Partido Revolucionario Institucional), cuando éste era gobierno y, por lo tanto, ser miembro del partido era tener acceso al aparato administrativo de Estado, como lo entendió el obispo de Copilco o a su modo el rector Juan Ramón de la Fuente, no exento por lo demás de amiguismos -como tampoco hoy en la cancillería.

         El Estado es "instrumento de la clase dominante", pero no es lo único, sino que, contradictoriamente, también representa el interés general, dado por contrato social, al menos en la visión de Juan Jacobo Rousseau, precursor de una Revolución, la Francesa, que instituyó los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La universidad pública tiene autonomía básicamente para justamente lo que no se hace: preservar la academia en su función específica, que incluye investigación, docencia y difusión. Esa autonomía no es extraterritorialidad. Como lo indicara un jurista que debe saber del asunto, puesto que resolvió el asesinato del candidato priísta Luis Donaldo Colosio en unos cuantos minutos ("fue un asesino solitario"), la universidad NO es asunto de la sociedad POLÍTICA, por lo que no es un lugar para dirimir asuntos de PODER. Parte del problema es que, al ser del Estado, no se entiende la universidad pública por servicio al interés general, en una deformación que viene del PRI, sino mezclada con "el gobierno" y, por ende, como "campo de fuerzas" para luchas por poder, a un grado enfermizo. 

     Primer asunto, desde luego, que, ya algo cansado el PRI, le haya dejado la universidad a un grupúsculo cercano al antiguo poder, en particular del seductor de la patria, y por ende, no para que el interés general sea supremo, sino para colocarlo como "feudo" al servicio de un grupo. Nada cambia que el grupo y sus allegados se disfracen de "interés de la comunidad", ya que siempre cabe señalar que se trata con frecuencia de un grupo no exento de privilegios y no ajeno a la sociedad política, sin importar que algunos "aterricen" en la academia contraviniendo sus reglas, otra vieja práctica, del antiguo régimen. Lo dicho no quita que otros busquen colgarse del actual gobierno, a través de relaciones personales, a modo "político" como se suele entender: para grupos y personas por encima del interés general. Dicho sea de paso, que la sra Elvira Concheiro haga tal o cual cosa no es nuevo y no se puede probar que haya política "militante" -prohibida por la legislación universitaria- fuerte. No es la sra. Concheiro que organiza grupos de encapuchados, ni amenazas de bomba, menos en un lugar tan conservar como la universidad pública. Queda para la grosería maliciosa de algunos periodistas y su modo de querer "madrugar" a la "opinión pública", sirviéndose de la verdad para mentir. Pecado de omisión. Que la Sra. Concheiro haga o deshaga -ya ha ocurrido en el pasado- ni siquiera quiere decir que actúe "por cuenta de...", lo que es más probable entre "los de negro" y los de las amenazas de bombas. La grosería maliciosa tiene de malicia no hablar de qué grupo político está al frente de la universidad pública, haciendo "política" (de clientela), y buscar insinuar que es "el gobierno" el que está "politizando" los problemas universitarios. Vaya malicia: aburre.

         Tampoco ayuda la imprudencia de un ex líder del CEU (Consejo Estudiantil Universitario), secundado por cierto por otro, considerando la antigua pertenencia de la presidentA mexicana, Claudia Sheinbaum, al mismo CEU, ya que es meterla en un problema. Es errado no quer normalizar las labores universitarias y, como ya se ha dicho, las razones de la autonomía son las mismas que impiden "democratizar" la universidad pública, porque la academia no es un asunto político ni de poder. El problema, más allá de la proliferación de instancias, no está en la estructura de gobierno, sino JUSTAMENTE en la obsesión de medio mundo por servirse de ellas con criterios de grupo y personales, y mala "política". Es lo que hace "cerrada" a dicha estructura, complicada por sus privilegios y su estilo neoporfirista (por si alguien creyera que es el PRI que inauguró esta "política"): es al grado de que, como ya se ha dicho, la academia es tabú y la politiquería tótem. Aparte está ciertamente el problema de la precarización de los profesores de asignatura. Pro es un problema localizado. Igual de grave es el otorgamiento de privilegios, más allá de la "burocracia dorada", adulterando con criterios de grupo y personales, y otra vez de "política", el sistema de recompensas que debiera hacer -como en una secretaría de Estado- que, dado que el ingreso depende del presupuesto federal y público, la renta devengada tenga un equivalente en trabajo. No sólo no es el caso, sino que se trata de recompensas frecuentemente adulteradas y que desvirtuaron su propósito original en los '80.

        Los asuntos de género, en exceso, son un despilfarro -salvo que sirvan TAMBIÉN para ir de paro en paro-, y la desigualdad de género es inexacta; la violencia no es mayor que antes, ni la inseguridad, salvo en ocasionales errores como el de ponerle a un vástago "Lex Ashton" por nombre, predisponiéndolo a honrarlo llegando a la escuela a disparar a lo loco: cosas de la americanización, incluso en la manera de disfrazarse para ir a cometer un asesinato. La falta de higiene en algunos espacios tampoco es nueva. Así que una remozadita no está de más y hacer lo que haga falta para que no regrese el narcomenudeo limitado hace no mucho tiempo. Si acaso se tratara de transformación institucional, habría que sugerir no la participación de aquéllos que están para aprender, no para enseñar, sino la reducción de instancias creadas al estilo priísta para paralizar, pues bien decía don Fernando Gutiérrez Barrios, el antiguo "policía del sistema", que no hay mejor manera de no resolver nada que formar una comisión o ir a tomarse un café. Alguien tendría que decirles a los del grupúsculo que no es tampoco la universidad de la "sociedad civil", ni del "contrapeso al gobierno", por lo que cualquier cantidad de "demandas" y "agendas" no vienen al caso por mala comprensión del Estado, como suma de sociedad política y sociedad civil: la universidad NO ES un centro de promoción de la democracia, ni para chapulines del seductor de la patria ni para activistas. No es nada más que la academia no se vota y que los "400" no tienen por qué llamar a consulta de las mayorías, porque no es ni el INE (Instituto Nacional Electoral): no es un espacio para dirimir asuntos de poder, ni por lo tanto de gobierno (no es "una dependencia de gobierno"), sino -como la afiliación- "al servicio del Estado" (trabajadores al servicio del Estado). 

     El territorio, los habitantes (población), la nación, el idioma,  y las leyes, por ejemplo, no se "democratizan" (por lo que tampoco cabe "democratizar" el aparato judicial, a riesgo de dar en pifias). Se vota el gobierno, pero no el territorio, la población, la nación, el idioma o la aplicación de la ley, entre los elementos de interés público. No se democratiza el ejército o la policía, pero tampoco la CIUDADANÍA ni el SERVICIO PÚBLICO. Malos antecedentes, recuperados por el PRI, pero de origen colonial y del Porfiriato, de falta de servicio público por interferencia sistemática de clientelas y personalismos hechos "política"; y de extrema izquierda libertaria que ve en cualquier organización y/o jerarquía "opresión" (más Pierre Bourdieu y Michel Foucault). Nótese que unos y otros hablan de "política" para la universidad pública: de academia se dejó de hablar en los '80. Entre otras cosas, gracias al CEU, aunque también a la "libertad" neoliberal -"cada quien" con el "derecho a lo suyo" y a que el Estado se lo pague, así no sea el equivalente ni en tiempo, ni en calidad, ni en servicio, de la parte de renta recibida. No es toda la universidad pública, y ya debiera cansar el uso político de grupos, entre otros de abajofirmantes diversos, en "política" de "recaditos", como más de un estudiante. En mala hora, además, se intenta utilizar de una u otra manera y sin respeto el origen de la presidentA, para "política", y con egoísmo, si, como es lo propio de los empresarios, ya no queda república por encima de ellos, sino competencia de intereses particulares haciéndose pasar por "comunes", a sabiendas de que "eso" común..es el supuesto derecho a brincárselo desde lo particular y para forcejear. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 22 de octubre de 2025

VOLARE

 Enrique Semo es uno de los historiadores más serios y rigurosos de México, sino el mejor, pese a caer por momentos en cierta tendencia -no mayor- a la maquila. No se trata aquí de calificar (¿desde dónde?) o descalificar, aunque la edad avanzada del autor no entra en juego. Semo es nacido en 1930. Es prácticamente el único en haber captado ciertos problemas de México que no permite hoy la falta de autorreflexividad o de distancia. Para lo que atañe a este espacio, no tiene importancia decisiva la larga militancia comunista de Semo. La tiene para quienes lo quieren “deschongar”, como se dice coloquialmente en México.

        A partir de cierto momento, en México se considera natural homenajear a tal o cual, que es lo sucedido con el historiador, y hay formas de homenajear que, al adular, "comprometen" al adulado, en lo que se conoce coloquialmente como "manita de puerco", movimiento de lucha libre destinado a paralizar. ¿Cómo negarse cuando se quiere tener "amigos"? El problema está en que, para corresponder, se llega a considerar que hay que otorgar el favor que el adulador espera, para engrandecerse a sí mismo. Y empieza lo conocido: en vez de "Platón es mi amigo, pero más amiga es la verdad", es preferible quedar bien con Platón, así sea a costa de la verdad. Como se dice, se gana un mundo, pero se pierde el alma (y Semo ha tenido un ligero aspecto seductor mundano). Y éso que pareciera que, con tanto homenaje sugiriendo "trascendencia", el alma está asegurada. Eso lo decide el tiempo. No lo decide el grupo de cuates. Pues bien, entonces hay que ver si ciertamente la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. No queda del todo clara la aparente necesidad de Semo de ir en sentido contrario de sí mismo y de no incomodarse con formas de delirio.

        Semo, como algunos otros nacidos en los 30, parece haber considerado que podía pasarse finalmente por alto sus propios atributos, los ya mencionados de rigor y seriedad, para pasar a reivindicar el "espíritu libertario" y la "memoria del 68", considerado entonces "un año memorable", pero además, "en todo el mundo", por la "revolución estudiantil y juvenil". 

    No hubo ninguna revolución de nada, porque la palabra "revolución" tiene un significado que no es el de la "rebeldía". La revolución genera en diversos órdenes cambios estructurales, y no sucedió. En ningún lado. Ni en México, ni en Mayo en París, ni en Tokio, ni en Berlín, ni en Roma, y no viene al caso mencionar la Revolución Cultural china, porque fue un desastre. Un año antes, en 1967, Ernesto "Che" Guevara fracasó estrepitosamente en Bolivia, donde encontró la muerte. Los estudiantes mexicanos cayeron en un "juego" que no era el de ellos. El mayo francés desembocó en la caída de Charles de Gaulle, único líder en Europa Occidental capaz de ponerle límites a Estados Unidos. Pese a que cabe sumar las protestas estadounidenses contra la guerra de Vietnam (y no el delicado problema de la lucha por los derechos civiles), no hubo nada "mundial", tampoco por la "Primavera de Praga" checoslovaca, envuelta en provocaciones. La "rebeldía" significa lanzarse contra la autoridad, y el mito del 68 (limitado en Alemania e Italia), en "querella o guerra", llevó a que los "libertarios" coincidieran, en nombre del "antiburocratismo", en dar rienda suelta a las fuerzas capitalistas contra el Estado. 

       El líder estudiantil alemán Rudi Dutschke, Rudy el Rojo, fue a parar en el ecologismo, y no está de más ver el belicismo actual de Los Verdes en Alemania. Hablando de supuesta "revolución en la moral sexual", el líder estudiantil del Mayo francés, Daniel Cohn-Bendit, por su parte, se convirtió en propulsor de la pedofilia, así fuera, según él, para "provocar". Hay que ver, por ejemplo, en qué pararon los maoístas: en Francia (y sus hijos, como el del "nuevo filósofo" André Glucksmann), son también ultrabelicistas. 

      Entre las personas más belicistas hoy en la Unión Europea (UE) está la alemana Verde Annalena Baerbock, la presidente de la Comisión Europea, la también alemana Ursula von Der Leyen, o la “canciller “ europea, Kaja Kallas, de Estonia, que no se justifica por haber tenido un padre soviético.

      En cuanto a las protestas estadounidenses, no llegaron muy lejos y no detuvieron la escalada en Vietnam. He ahí lo que sucede cuando se dice "!la imaginación al poder!". El capitalismo lo supo captar muy bien con el deseo e incluso la fantasía como "anzuelos" para "incluir" y empoderar para mercantilizar. Semo habla de "lucha contra la guerra", pero actualmente no la hay, salvo en organizaciones comunistas aisladas. Tampoco "contra el calentamiento global": salvo Greta Thunberg, ni quien se mueva, y Thunberg obedece a intereses de dinero. Con la pena, pero el 68 fue contra la autoridad del Estado, y el "mercado" lo entendió bien, aunque no se trate de reivindicar la represión del pasado, ni "la razón de Estado" a toda costa. No era entonces necesario perder la autoridad frente a los nuevos "lobitos" que no la tienen, pero que entendieron que sin ella y minimizado el Estado, a lo que se pasa es a la lucha sorda y sin reglas  por el poder y el protagonismo. Así, Semo estaría siendo eventualmente visto por su "corte" como alguien de "poder" y con un "protagónico". Como parte del "intercambio", dió en la demagogia, por lo simplista y emocional.

      Apenas una década media entre finales de los '60 y la reacción conservadora que se inicia con Juan Pablo II en el Vaticano y la premier Margaret Thatcher en el Reino Unido. A lo fallido se debe agregar en 1970 el fracaso del voluntarismo cubano en la zafra de los 10 millones (1970), al poco tiempo de la muerte del "Che" Guevara. No se puede, sin delirar, alabar la Revolución Cultural -destinada en China contra los "elementos burgueses"- y a China como potencia emergente, con todo su capitalismo. Delirar puede ser afirmar una cosa y su contrario sin incomodarse. Por lo demás, no parece que nadie se haya atrevido a decirle a Semo que la invasión de Irak en 2003 no fue contra China.

       Parte de la demagogia, en lo simplista y destinado a la audiencia (las amistades, vaya confusión) por encima de la verdad, es ir a pegarse de Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela, entre otros "mensajeros del cambio en la paz" (junto a los muy poco importantes Anwar el-Sadat e Isaac Rabin), sin pasar por reconocer que se estuvo previamente, sobre todo al ser arrastrado el comunismo por la Revolución Cubana, por la lucha armada, y después por "todas las formas de lucha", por más que ya no sea algo de actualidad. Delirio es también fallas serias de la memoria: antes de que el antiguo PCM (Partido Comunista Mexicano) en el que Semo tuvo un papel importante se extinguiera en 1981, los "Festivales de Oposición" incluían stands de organizaciones armadas, de lo que era parte la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). Del mismo modo en que no es ningún análisis insinuar "Auschwitz y el Gulag", sino "quedar bien", tampoco cabe la imprudencia de celebrar el "prohibido prohibir": el 68 incluyó un buen inicio de la droga en la juventud, aunque, ciertamente, pareciera contribuir a "la imaginación al poder", el de la cabeza propia y no más allá. "Las libertades no se dan, se toman": es lo que ha venido haciendo el capitalismo, para dar rienda suelta a lo pulsional -de muerte- y por lo demás incluso a fauna y flora de izquierda de origen hippie. El 68 no tiene que ver con 1848.

       ¿Qué memoria si quienes recurren a ella pretenden reiterar en lo que no es más que la suya, a riesgo de delirar?¿Qué "reinventarse constantemente" si de las derrotas o errores no se habla sino al pasar, y apenas como gesto, salvo cuando son las derrotas y los errores ajenos? El 68 sí, "transformó al mundo", pero como parte de transformaciones más amplias, y que entre otras cosas, marcaron el inicio de una larga crisis que no ha terminado (el Fondo Monetario Internacional vuelve por estas fechas sobre "el mundo está en crisis"). No se trata, como tampoco en el caso de alguno que otro diplomático mal recompensado y un poco sobrado, de nada que sea traición, pero sí -igual, de La Otra, entre los que adulan a diestra y siniestra mientras se crean un "personaje"- de un dejo de autosatisfacción que da la gracia suficiente -aunque no sea eficaz- para acomodarse al social-darwinismo, "quedar bien" y "seguir" linealmente -fuera de toda dialéctica- demarcándose del "dogmatismo", "librándola" "de panzazo" y pasándole la estafeta a quienes son, a su vez, adulados, aunque no hayan hecho ninguna revolución, salvo en la moda. Homenajear, entonces (y además, en exceso), como moda, sin considerar el trabajo del homenajeado y, como el capitalismo, creyendo a la menor cosa "hacer Historia". Aunque sea delirando, porque es sólo ex post que se sabe por dónde pasó la Historia. Parte del problema está en ser homenajeado de tal modo que, incluso en un acto sinvergüenza, en el más reciente libro de Semo (en realidad, de Obras escogidas) se hace una contraportada para relaciones públicas y vender, que es lo del poeta de La Otra, si fue él.. Es decir que cabe saber si es del 68 que surgieron generaciones dispuestas a la deshonestidad con tal de trepar, incluyendo los servicios a la derecha que “quiere seppuku” -harakiri. Por cierto que más de un nacido en los '70 (hacia la segunda mitad, en particular), como Kjallas, Alito Moreno el condecorador, el "presidente" ucraniano Volodímir Zelenski, el presidente francés Emmanuel Macron, todos a menos de diez años del "memorable 68", son gente con patología de personalidad seria, al igual que entre los cuarentones, pese a los límites de las aproximaciones generacionales (da click en el botón de reproducción).




lunes, 20 de octubre de 2025

CON ROSTRO HUMANO

 Gracias a la publicación de las Memorias de Vasil Bilak, antiguo comunista checoslovaco (de Eslovaquia), considerado "duro", se puede saber mejor lo siguiente: los protagonistas de la "Primavera de Praga" de 1968 no querían ningún socialismo, ni siquiera con "rostro humano", sino el restablecimiento del capitalismo. No se trató de una "reforma" abortada por la intervención soviética y de algunos países del Pacto de Varsovia.

       Una parte se puede deducir de escritos de Ernesto "Che" Guevara luego del fracaso de su guerrilla en el Congo. El "Che", ya en la clandestinidad, pidió no ser instalado en Checoslovaquia porque, según él, este país era un nido de agentes de la CIA (Central de Inteligencia Americana), por lo que podía saberse el paradero del cubano-argentino. Checoslovaquia, en plena "Primavera de Praga", tenía controles estatales frágiles, de tal modo que se confirmó lo que decía Guevara, y los comunistas "duros" apenas si estaban enterados de cómo les "caían" agentes de potencias occidentales..

       Varios de los líderes del "comunismo reformista" se encontraron abiertamente del lado capitalista, como Zdenek Mylnar, secretario del Comité Central del partido comunista local en 1968: quedó considerado no como un potencial reformador, sino como "liberal" e intelectual favorable a los Derechos Humanos. Apenas pudo, y no precisamente durante el socialismo (aunque ya había estado haciendo anticomunismo en Austria, bajo los auspicios del canciller austríaco Bruno Kreisky), sino después, Mylnar se fue al extranjero (murió en Viena, capital austríaca). Es una enciclopedia anglosajona que lo catalogó como "liberal"y desde antes de 1968 el mismo Mylnar era partidario no sólo de conciliar "economía socialista y democracia liberal", sino de admitir "grupos de presión" en el partido comunista. Es Mylnar mismo quien habló de democracia liberal con entusiasmo en uno de sus libros de Memorias. Mylnar era cercano al líder más conocido de la "Primavera de Praga", Alexander Dubcek. En los '90 (1996), Mylnar se presentó como "socialista democrático" en elecciones checoslovacas, sin el menor resultado, así que mejor se fue a Innsbruck, también en Austria. Otra "estrella", Ota Sik, había logrado hacer pasar reformas de mercado desde 1967, con algo de apertura al sector privado. Estando en Yugoslavia en el momento de la intervención en 1968, se fue a Suiza, y como no tenía inconvenientes con el capitalismo, asesoró a la presidencia checa después de 1989; no se le hizo demasiado caso y adoptó la nacionalidad suiza.

      Bilak trató de evitar posturas polarizadas -a lo que empujaba también el "Manifiesto de 2000 palabras" de intelectuales detrás de Ludvik Vaculik-, y pudo darse cuenta de que la "Primavera" despertaba suspicacias entre los obreros y en provincia, y era más un asunto político-intelectual, aunque dividía al ejército y las fuerzas de seguridad. Luego de la llegada de Vaclav Havel al poder y el paso al capitalismo, se quiso acusar a Bilak de "invitar por escrito" a la intervención, pero no se encontraron pruebas, por lo que el asunto se terminó.

      La gente de Dubcek uitilizaba manuales de manipulación de masas dentro del partido comunista, para "quemar" a los rivales. Los comunistas "duros" no tenían mayor idea de estas formas de proceder. Dicho sea de paso, el 16 de julio de 1968, en un documento encontrable en la Web, The New York Times dió a conocer que Zbigniew Brzezinski andaba para el momento en Praga, capital checoslovaca, dando conferencias, por parte de la universidad de Columbia (Estados Unidos). No hubo problema en Praga (y sí aval tácito), sino malestar en la vecina RDA (República Democrática Alemana), que denunció el hecho. Brzezinski fue un hombre clave de los Demócratas para entrampar a los soviéticos en Afganistán, y para empujar a varias potencias a la frontera rusa y a tragarse a Ucrania, además de buscar dividir a Rusia en tres, lo que está plasmado en 1997 en El gran tablero mundial y coincide con la idea del presidente Demócrata estadounidense, William Clinton, de hacer con Rusia lo que con la Unión Soviética, logrando una implosión. Según el periódico estadounidense mencionado, había más "visitantes estadounidenses" en Praga al mismo tiempo que Brzezinski, "ejerciendo influencia" (?). Es la universidad de Columbia que luego publicó a Mylnar.

       Como parte del pluralismo que buscaba impulsar alguien como Dubcek, aparecieron nuevas organizaciones políticas, como K 231, constituída por antiguos presos políticos. Un brote de libertad, con la salvedad de que esos presos eran antiguos nazis. Ni quien se incomodara. La CIA, Brzezinski, nazis y "demócratas liberales", además de una televisión local que, sin que tampoco nadie se lo impidiera, se puso a la propaganda anticomunista.

       Dubcek murió el 7 de noviembre de 1992, a los 70 años, luego de un accidente de tráfico, y tan en el olvido como Mylnar. No es que Checoslovaquia fuera el país de las maravillas o que no se necesitaran reformas, lo que explica por lo demás las dudas soviéticas antes de intervenir, pero lo que ocurre es que, lemas aparte, más de uno quería simple y llanamente capitalismo, por lo que no es necesario hablar de "reformistas". Después del cambio en 1989, con Vaclav Havel, la "revolución de terciopelo" y el paso al capitalismo, no sólo no hubo quien se acordara de Mylnar o Dubcek, sino que quienes, como el intelectual Karel Kosik, SÍ querían una reforma DENTRO del socialismo fueron perseguidos y arrumbados, a diferencia de la tolerancia dispensada a Dubcek y Mylnar. 

     Vasil Bilak muestra no un régimen del 68 represivo, sino sorprendido, débil y poco apto para el tipo de jolgorio que se armó y en el que se pescaba a río revuelto. No fue por dureza, sino por debilidad que el comunismo "duro" reaccionó reprimiendo. Lo que cabe solicitar es dejar el guión de "buenos" y "malos", en cualquier sentido, y en parte también la creencia en algo de "generación espontánea", porque influencia externa hubo para agitar las aguas y desestabilizar, en plena Praga, y tolerada por los dizque "reformistas", que habían aprendido de lo ocurrido en Hungría en 1956, para no presentarse como contrarios al socialismo, sino "con rostro humano". Dubcek (quien quería meter a Checoslovaquia en el camino del endeudamiento que siguieron Polonia, Hungría, Rumanía y Yugoslavia, en parte para suplir una escasez relativa cierta con bienes de consumo, que era a lo que después de todo se trataba de entrar)  no podía ser socialista -salvo social-demócrata- al no oponerse en nada a antiguos nazis, tan campantes, o a quienes iban a "influir" en Praga, al grado de hacerse de bastiones mediáticos. Tampoco hay mayor sorpresa, puesto que para muchos el "rostro humano" es el del capitalismo y el inhumano el del socialismo, en algo de caricatura (da click en el botón de reproducción).



domingo, 19 de octubre de 2025

CUANDO NO HAY DE OTRA

 La Revolución Cubana todavía le dijo algo a muchos cuando vivía el líder Fidel Castro. Pero no fue, más allá de cómo se quisiera llamar, sino una revolución en un país periférico y, por lo mismo, marcada por las taras del Sur, en particular la obnubilación por la "política" y por el "poder", lo que también se encuentra entre los demócratas-liberales de la periferia, como los de México. Esto quiere decir que, por dicha obnubilación, se llega a no saber de nada más y a pasar por encima no de la verdad, sino de los hechos, por más que Cuba tenga cosas a su favor y las contradicciones de un socialismo de Estado. Se puede llegar a situaciones delicadas, como la de servir a Cuba, cerca de la incondicionalidad, y ser premiado por el señor Alejandro Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el "Santo" Alito Moreno -como enmascarado de plata-, en nombre de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (COPPPAL) y de la Fundación Gustavo Carvajal Moreno "Mensajero de la Paz", sin ser por lo demás ni "académico ilustre", salvo para aterrizar en alguna universidad entre coyuntura y coyuntura política (tradición priísta), ni escritor. Diplomático sí, pero a riesgo del sacrificio por el imperativo de la "política" y el "poder", incluyendo en parte el sacrificio de la personalidad. Una cosa es el sentido del deber; otra la responsabilidad por la integridad propia, única e irrepetible: ¿con quién es el deber? La "política" y el "poder" seguirán, así cambien de forma, pero cada persona, como única e irrepetible, no puede dejar de responder o reflexionar sobre la responsabilidad mencionada, salvo que el deber mismo se entienda de manera militar y/o religiosa, y por ende, de obediencia absoluta, que es de lo que se trató con Cuba y con más de una familia, con obediencia a la señora. Llega el momento típico del antiguo régimen: el homenaje a modo de adulación, no muy disimulada, para servirse del deber de otros en beneficio propio y para nada que tenga que ver ni siquiera con la diplomacia. Es lo que se llama "política politiquera". Antes, era parte de cierto ritual institucional y de Estado, pero no se trata de ningún asunto de Estado, sino de parte del PRI de querer saludar con sombrero ajeno, sin que se entienda el motivo de prestarse a algo que, como parte del pasado, es un delirio: Alito con disfraz de progresista, el diplomático de estadistas -es la segunda o tercera vez que se lo hacen- creyéndose juventud rebelde y Prensa Latina sin la menor incomodidad por el "como digo una cosa, digo otra"; Alito el progre que acusa al Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) de "narcodictadura comunista" y "nazismo" y otro que se cura en salud con "las jóvenes generaciones" panameñas para un final de ficción: "esta historia continuará". Alito sirviéndose de valores que no tiene, y el otro, como algunos cubanos, llevando los principios y las convicciones al quijotismo, última figura de un Fidel Castro que se creyó profeta.

       Para atender los hechos. Las cosas ya no estaban bien en los '80, y al celebrado Grupo de Contadora no le tocó un papel nada sencillo, porque, así se le haya dado el Premio Nobel de la Paz al costarricense Óscar Arias en 1987, la negociación en Centroamérica desembocó en la neutralización política de la izquierda, y en particular de distintas guerrillas, hasta el desastre en Guatemala, el intento fallido del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) por "desempatar" con una segunda ofensiva final fallida en 1989 (luego de la de 1981), la derrota electoral del sandinista Daniel Ortega en Nicaragua y, por rehusarse a colaborar en una posible intervención militar contra la misma Nicaragua (entre otras cosas), la captura de Manuel Antonio Noriega en Panamá con la invasión de 1989, en un proceso de "reversión" (roll back, según el presidente estadounidense Ronald Reagan) que fue anunciado y le costó desde 1981 la vida al líder panameño Omar Torrijos. Fue una derrota, como lo ocurrido con la Unión Soviética, y se le debió haber llamado como tal, sobre todo que gran parte de Centroamérica fue a dar en violencias aún peores, y Panamá ya no se repuso: como el PRI, el PRD (Partido Revolucionario Democrático) panameño terminó mal, en caricatura de sí mismo y negociando el entreguismo. Estados Unidos ganó por un buen tiempo la partida. Del FMLN tampoco quedó gran cosa, y de la guerrilla guatemalteca (URNG, hoy URNG-MAIZ), menos, salvo la progresiva cooptación, a la que contribuyeron el seductor de la patria desde México y uno que otro de sus intelectuales. Como la "reversión" comenzó en 1981, la caída de la Unión Soviética está lejos de explicar muchas cosas. Algunos se encontraron después cooptados en embajadas y con familias puestas a mentir. El problema de la "política" y el "poder" de antiguo origen militar es que suspendió la independencia de criterio por "obediencia debida" (y suena pésimo). No hubo mucho "académico ilustre" ni "escritor", y sí luces y sombras de una labor diplomática que no parece entender que se puede ir "de victoria en victoria hasta la derrota final", así se haya logrado sin duda "entrar en el Canal".

       Podría ser preocupante ser reconocido como "político de valores" por alguien del grado de cinismo de Alito y su disposición a venderse a Estados Unidos y sus agencias de seguridad. Para atender los hechos: más con la separación de Acción Nacional, el PRI va en picada. Más allá de buscadores de huesos, como el obispo de Copilco, han salido ya o se han alejado quienes tenían mayor sentido institucional. Del PRD panameño salieron desde Martín Torrijos hasta varios torrijistas antiguos. A su vez, la COPPPAL no dice gran cosa. Contra lo dicho por medios de comunicación poderosos y algunos de la comentocracia y de los opinólogos, es el ocaso del populismo (el torrijismo lo fue a su manera). Decir que "la historia apenas empieza" es ya harina de otro costal:  desafortunadamente, no es sencillo hablar de delirio como lo hace el estudioso Dany-Robert Dufour, para quien se trata de una creencia falsa, que hace ilusión, que se resiste a toda objeción, que no hace más que reforzar la creencia inicial. La izquierda está en parte en una forma de "pleonexia" (querer siempre más): en vez de detenerse y de reconocer derrotas gravísimas, en nombre además del "antidogmatismo" sigue como de teflón en el futuro luminoso que la acompaña, como idea fija. En un sentido más "clínico", no es ninguna alucinación ni locura, sino confusión, desorientación y el no poder pensar o recordar con claridad. El problema está en el foco de atención, como en decir delante de Alito algo sobre el "empeño en la autodeterminación", mientras el otro pide para México la DEA (Agencia de Control de Drogas) o el FBI (Agencia Federal de Investigación). No queda claro si hay o no narcomenudeo en la COPPPAL, puesto que el dirigente del PRI, al comparar al actual gobierno mexicano con "el nazismo", también está delirando, en este caso bajo la forma de una "creencia extravagante e irracional". Y Cuba, a través de Prensa Latina, celebrando el delirio conjunto, que empieza por creer que Gustavo Carvajal tiene alguna importancia. No hay reporte oficial de que el homenaje se haya acompañado no de un vino de honor, sino de algún cántico del tipo "Marihuana no, marihuana no" y hierba mala para todos.

        Más allá del problema de la obediencia a costa del criterio y la persona como tal, reducida a un papel, el servicio público es loable, pero una cosa es el mérito reconocido por la medalla de la Orden Omar Torrijos, y otra cosa la Orden cubana por la Cultura Nacional y la del Águila Azteca: como en familia, parece servirse para beneficio de grupo y hasta personal al mismo tiempo de los valores y una concepción errada del deber de un ser humano. Tal vez hay aves que cruzan el pantano y no se manchan, si se trata de éso. Como sea, hay formas de "política" y "poder", en Cuba y en México, que se fueron adentrando en lo avieso. A reserva de saber por qué pocos recuerdan la carrera de porro del actual dirigente del PRI, ya que tiene antecedentes de violencia en Campeche, cuando menos dos, y no falta quien se pregunte si no llegó para enterrar al mismo PRI, en el que, para seguir en delirios, hasta pareciera que Rubén Moreira se quedó hablando solo. Enterrar al PRI, por si se fuera a armar la otra "alternancia", para completa ceguera del priísmo (da click en el botón de reproducción).



sábado, 18 de octubre de 2025

VEN CLARIDAD, LLEGA YA

 El periódico El Independiente, en particular a través del periodista Carlos Ramírez, ha estado llamando la atención sobre el problema por el que atraviesa la universidad pública, y que es necesario atender.

      Parte del origen se remonta al mito del 68 y la negativa de los líderes estudiantiles y bastantes intelectuales a reconocer lo ocurrido, muy bien documentado: el movimiento de ese año fue utilizado para dirimir un problema que no lo concernía, la sucesión presidencial y diferencias internas en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), a lo que hay que agregar que la cifra de muertos por el "fuego amigo" el 2 de octubre de ese año en Tlatelolco fue muy, muy baja -en parte, acción quirúrgica exitosa- y ni siquiera mayormente de estudiantes. Algunos de los líderes más precavidos ya no están y otros están más interesados, como se dice coloquialmente en México, en "hacerla más grande" para autoengrandecimiento y para hacer creer que el 68 fue "revolucionario", a reserva de saber qué revolución logró (ninguna, más allá de cierta apertura en el sexenio de Luis Echeverría, y sin vínculo claro de causa a efecto con la apertura política de 1977 promovida por Jesús Reyes Heroles). Cabos sueltos sobre qué fué el 68 -tampoco "mundial"- casi no quedan, salvo el asunto de saber cómo se esfumaron en la madrugada en Tlatelolco muchos francotiradores de la Regencia del Distrito Federal y el papel de algunos líderes, en caso de que hubieran tenido alguna forma de contacto con el regente capitalino, Alfonso Corona del Rosal. Simplemente, lo que quiere decir el 68 es que los estudiantes pueden verse envueltos en "política" fea a pesar de ellos mismos (y Sócrates Campos Lemus o Ayax Segura tal vez no sean los únicos provocadores).

        Después, la intelectualidad y las autoridades universitarias tienen su parte, la primera buscando también "trascender", y las segundas cooptar y al mismo tiempo reproducir así sea en escala menor prácticas del antiguo régimen, que por lo demás son "internacionales", como parte de "estrategias de tensión" que incluyen banderas falsas (por ejemplo, el Euromaidán ucraniano de 2014, en una ratonera igual a la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, siguió el mismo guión del 2 de octubre). Los "grupos de negro" no son nuevos y datan cuando menos de un sexenio antes del 2018-2024 correspondiente al presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo nuevo y, curiosamente, abruptamente detenido, fue la provocación feminista: mismo problema, cuando menos tolerancia -a costa de la ley, para variar "según el caso" y no según la norma- de intelectuales, autoridades universitarias e incluso, en su momento, del gobierno capitalino, metido a adoptar la agenda Demócrata estadounidense. No es BlackRock que gobierna, y no es tan sencillo como la "denuncia de intereses" de por ejemplo el analista Alfredo Jalife-Rahme, pero tampoco es un misterio cierto lado "libertario" de la presidentA mexicana, Claudia Sheinbaum. Aquí hay un problema: sin reprimir, se podía hacer más para sancionar a quienes delinquieron el 2 de octubre último, porque, si no, se está de otro modo en privilegios e impunidad ante la ley, lo que deslizó erróneamente la jefe de gobierno capitalina, Clara Brugada, en cierta negativa a actuar contra el "Bloque Negro". Otro asunto es que, desde 1999, las autoridades universitarias no hayan hecho nada contra un sabido mundo subterráneo que incluye la posesión de un auditorio, sin modo de proceder a un desalojo que no tendría ya mayores consecuencias, a disminución de padrinos.

       En este terreno, las pifias vienen del principio de la jefatura de gobierno capitalina de Sheinbaum, cuando decidió "pedir perdón" a la familia de Lesvy Berlín Osorio, en uso político de un crimen para nota roja: la estudiante fue ahorcada con un cable telefónico por su novio, suficiente para una sentencia, pero no queda clara la necesidad de tapar que ambos jóvenes consumían droga y ella, cuando menos, también alcohol. En vez de insistir en el feminicidio, ¿no sería más interesante recordar que, de acuerdo con lo que es accesible, un alto porcentaje de delitos en México (!un porcentaje abrumador en algunos lugares!, aunque con variaciones según las entidades federativas) tiene que ver con consumo de drogas y alcohol?¿Era más importante desmarcarse de los errores del gobierno capitalino de Miguel Ángel Mancera que hacer conciencia de lo sucedido? Por lo demás, en la universidad pública se ha tolerado, al menos hasta hace poco, el narcomenudeo y el consumo de alcohol, lo que data de hace !décadas!. Los casos de nota roja no son nuevos: ya en los 80, por ejemplo, podía darse que un viernes por la tarde (momento conocido para precauciones en ciertas partes de la universidad pública) un empleado de seguridad destrozara con picahielos a una muchacha sorprendida besuqueándose con el novio en alguna Facultad. No se hacía el uso político como del caso reciente del estudiante del CCH Sur (Colegio de Ciencias y Humanidades) que, ya mal desde el nombre (Lex Ashton, !), fue a matar a otro en pésimo remedo de college. Tampoco es un secreto que con frecuencia la justicia universitaria procede como la del antiguo régimen y no tiene inconvenientes en usar formalismos para prevaricar. Por la omnipresente "política", que es de grupos particulares y dependencias personales por encima del interés público..

       Finalmente, la versión podrida de lo que algún día se sembró con el llamado "porrismo" y la "política" en la que no faltó la izquierda, como en 1999, para llegar a la novela de Chesterton (El hombre que fue jueves): la policía (PFP-Policía Federal Preventiva) desalojando a agentes de Gobernación, con alias dignos de sicarios, al fin y al cabo mercenarios ("El diablo", "El gato". "La pita" y "El mosh", algunos mantenidos luego en nómina o con trayectoria de provocación en sindicatos, salvo los que se equivocaron de candidato "a la grande"). No es asunto de "conspiraciones", sino de "política de grupos" en sistemas clientelistas, y las nóminas las dió a conocer en su momento la revista Proceso. Más allá de un asunto de cuotas, en 1986, el CEU (Consejo Estudiantil Universitario), que incluía a Sheinbaum, tiró el último intento -del rector Jorge Carpizo- por tomarse la academia en serio y más allá de la "política", para un Congreso que sin "política" dejó de interesar, ¿Cómo no recordar el "Congreso académico sí, mil veces sí" y "Congreso político no, mil veces no" de Carpizo, quien acabó vencido por la "política" misma al pasar él al gobierno?).

      Hay, además de mercenarios de negro o mercenarias de violeta, y más de un joven ingenuo, mercenarios de la "agenda" Soros que se nota, como se dice, "a kilómetros", incluida la deplorable manipulación de "causas", como la palestina, además de "los Derechos Humanos", los asuntos de género (copiados totalmente de lo que acabó con el presidente estadounidense Barack Obama en el berenjenal de los "baños neutros") y la deriva que ya estaba latente (todo sea por sentirse portorro, o aunque sea negro, pero estadounidense "al final del día"), hacia las llamadas "cultura woke" y "cultura de la cancelación" (cancel): esta última acosa a la gente por comentarios considerados "inadmisibles" al margen de que sean verdaderos o falsos, y es la última ocurrencia del izquierdismo puritano y su tendencia a usar la indiferencia con un toque de fanatismo. Lo woke es "despertar" a la injusticia dizque social, aunque se centra en temas raciales (pueblos originarios, afrodescendientes...todo en lo que se ha ido a meter la universidad pública).

       La universidad no se puede democratizar, salvo en la cabeza de ex líderes del 86 cooptados, como Imanol Ordorika, porque la academia no se vota, ni se resuelve encimando instancias y más instancias a nombre de la supervisión de la "rendición de cuentas". Es el resultado de no ser la universidad del Estado, sino de creerse espacio de la "sociedad civil" (con el clarísimo toque de organizaciones no gubernamentales). Si se buscan soluciones "políticas" (como complicarle la vida a un director MC-Movimiento Ciudadano), o hacerse de la vista gorda ante los "pobrecitos jóvenes bloque negro", se puede crear un foco de inestabilidad crónico, aunque las autoridades universitarias (además de una parte del alumnado) parecen dispuestas a cooperar con las autoridades de gobierno, que en lo policíaco es eficaz; no hay mucha apuesta por "los de negro", a reserva de saber quién crea "tensión" con amenazas de bomba. No se trata de recurrir a más mecanismos "democráticos" de "consenso", "mayoriteo" ni nada "político", sino de saber a quiénes se escoge por amistades, como se ha hecho desvergonzadamente en algunos programas universitarios y en más de un cargo importante,  y como se apuesta desde que Open Society (de Soros) no para de elogiar a la presidentA. Nada más que el interés de esta gente, más allá de las histoires de cul ("historias de culo")y de "discriminación" para lograr otra, la "positiva" y sus privilegios (que es anticonstitucional por preferencial, lo que es un ataque a lo que queda de Estado), es armar "revoluciones de color" que por regla general instalan el "caos controlado". La "revolución de color" no es probable, pero sí cierto grado de caos crónico para "mandar mensajes" (entre otros la preferencia por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard). Mientras unos hacen "política" de eterna componenda, sin ver más allá de su pueblito, otros, como Tiro Loco McGraw o Sean Penn, calculan como utilizar a los demás para beneficio propio, haciéndoles creer que es el de ellos. 

      Sobre "los de negro" y ls amenazas desde redes y otras, lo deseable es simplemente la ley, en cooperación entre la universidad pública y las autoridades de gobierno, que deben ser resueltas y no "a medias", como lo fuera Martí Batres (otro del 86) en la alcaldía Benito Juárez. El otro problema es más delicado, ya que supondría reacomodar el aparato universitario y, además, que se anteponga la nación al interés extranjero, Demócrata, que busca colarse en el oficialismo: el mismo Batres está señalado (Frente Joven por la Vivienda), para no hablar por ejemplo de Vidulfo Rosales (más de una década "pastoreando" a los padres de Ayotzinapa desde el onegeísmo pro-Soros) en el aparato de la SCJN (Suprema Corte de Justicia de la Nación). Como se dice, sería de "cortarles los víveres", en la universidad pública y en el aparato gubernamental, y terminar de entender para qué alguna vez se decidió que la universidad pública fuera autónoma: para separar lo público de lo "político", es decir, para no servirse de la universidad para dirimir cuestiones de poder. No es la autonomía ninguna fórmula  para tener derechos territoriales por encima de la potestad del Estado, y lo que se presentan como paros (ni siquiera huelgas) son en realidad tomas. No es un Estado dentro del Estado mexicano.

      Como ya se dijo, en el origen está la equivocación a varias bandas del 68 y un mito. Más cerca, cuando ya había signos de vuelta a la instrumentalización con el armenio, está la utilización del mito para justificar volver a servirse de la universidad, lo que supo hacer muy bien el obispo de Copilco, y el brete en que están metidos los Woldies, porque lo suyo es también "política" (aunque les "dejaron el paquete" por la decadencia del antiguo régimen), mientras hay gente lo suficientemente perversa para crearle un foco de inestabilidad estudiantil a la Dra. Sheinbaum. Para cálculos, hay gente más hábil que la de la maniobra pueblerina golpeadora ("dale donde más le duele") del Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD), de bastante gente con privilegios por "política". La Dra. no puede intervenir -aunque está facultada-, y no queda claro cómo las autoridades universitarias puedan desanudarse la soga que ellas mismas se fueron poniendo al cuello  creyendo cooptar a la izquierda. A lo sumo, aflojar: no soltarse del gobierno, para evitar problemas presupuestales, y no soltarse de alianzas internacionales, ni de la extraña libertad de golpear insistentemente al Estado, en lo que coinciden con "la sociedad abierta" Mientras, de remate, algunos abajofirmantes toman sus privilegios de grupo por "la comunidad", siendo que, con la pena, ellos también no representan más que un grupúsculo de amiguis de toda la vida que, más allá de su habitual refinada mala fe  (aludiendo al pasado como si el actual gobierno fuera clave en el problema, o como si se tratara en los estudiantes de emular al CEU), no representa el sentir de quienes no quieren política en la universidad pública. De ninguna, ni siquiera de "grupos de presión" que en más de una Facultad no interesan. Esos tiempos de servirse clientelarmente de la universidad pública o de "tomar el cielo por asalto" no les dicen nada a los más jóvenes. Menuda provocación y notorio estilo y tufo gringo en las peticiones. Si es universidad de la nación, sería de interés precisar de cuál. Los "mapaches" (del antiguo MAP, Movimiento de Acción Popular-en lo fundamental, privilegiados por el seductor de la patria- no tienen enfrente más que lo que sembraron, por lo de vientos y tempestades, y en Puelto Lico. Porca miseria.(da click en el botón de reproducción)



NUESTRA CIVILIZACIÓN: LUCES, CÁMARA Y ACCIÓN

 Desde hace buen tiempo, por lo menos los '80, las "teorías" se consideran que son nada más "en teoría", no forzosam...