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jueves, 21 de julio de 2011

CONDUCTAS ANTISOCIALES EN RUSIA

Una encuesta reciente realizada por la agencia de prensa rusa Ria Novosti muestra tendencias preocupantes entre las franjas más jóvenes de la población en la Federación Rusa: en particular, por debajo de los 25 años, no hay mayor preocupación por el respeto del orden. La encuesta no precisa, fuera de lo anterior, si entre los adolescentes sucede, como en Occidente, que el nivel educativo se ha ido a pique, al grado de que ni un uso correcto del lenguaje está asegurado.
Sorprende en la encuesta el conservadurismo de quienes se encuentran en la franja de edad entre 25 y 34 años, ya que su principal valor es la familia, pero en cambio no hay otros valores sociales, ni preocupación, en realidad, por el futuro de la sociedad misma. Es como si esa franja de edad estuviera viviendo la familia como refugio frente a un exterior competitivo, viviendo el "seguripapismo" del que habló alguna vez Douglas Coupland para la generación X: se cuenta con la familia para amortiguar los golpes duros de la vida, incluidos los emocionales, pero no se cuenta con ninguna institución, seguramente porque no son sólidas como antes, si lo fueron. En esa franja de edad es posible encontrar comportamientos despiadados en sociedad, ya que, fuera de la familia, no importa nada, como no sea competir y ganarse "un lugar bajo el sol", así sea a costa del prójimo. El otro elemento que destaca es la búsqueda de bienestar, entiéndase que material. En sí, lo que importa es que la familia garantice el bienestar propio y de unos pocos, sin importar en lo absoluto una sociedad que es la ley de la calle.
En la franja de edad entre 45 y 54 años de edad sobresale también la búsqueda de bienestar, aunque con la mayor estabilidad posible y cierta preocupación por los Derechos Humanos. Esta franja de edad se parece a la generación X occidental, de los nacidos entre 1961 y 1981, que son individualistas a ultranza (habría que decir egoístas), pero que conocieron el "boom" material resultado del cambio científico-tecnológico, una abundancia especial en el consumo o, para decirlo de otro modo, una prosperidad nunca antes vista, pese a la crisis. Entre esta franja y la anterior se encuentran los privilegiados en medio de la crisis, e incapaces del menor gesto con sentido social. Lo único que saben hacer es "tener derechos". Son las dos franjas de edad más antisociales.
El contraste es muy notorio porque, por arriba de 65 años, la familia no es un valor tan importante, aunque son los rusos que más sufrieron problemas familiares, a raíz de la última guerra. El valor más importante es desde luego la paz, pero también está muy llamativamente algo de lo que las franjas intermedias no quieren saber, ni tienen idea ya de que pueda existir: la justicia. En otros términos, con tal de asegurarse seguridad familiar contra cualquier golpe y bienestar, las franjas intermedias parecen dispuestas a sacrificar la justicia, pero también otros valores, como la solidaridad en sociedad. La mentalidad de esas franjas intermedias es el "sálvese quién pueda", con el agregado del "y yo primero".
Es posible pensar que, en su egoísmo, las franjas de edad intermedia abusan de las de más edad y de su anhelo de seguridad, estabilidad (muy fuerte entre 45 y 54 años, lo que se explicaría por el desmoronamiento de la Unión Soviética) y paz. O dicho de otro modo, y como lo muestra la encuesta de Ria Novosti, que a los adultos más jóvenes (en especial, en la franja entre 25 y 34 años) no les importa ser injustos con tal de obtener lo que quieren (la justicia aparece como un valor de puntajes especialmente bajos).
Llama la atención la existencia de valores más espirituales por arriba de 55 años: el valor que se le otorga al bienestar es menor, y mayor el que se le da a lo que tiene que ver con la existencia de una colectividad.
Hay diferencias con Occidente, dado que, en este último caso, quienes vivieron el jolgorio de finales de finales de los años '60, los "baby boomers", tienen valores muy distintos a los rusos (ex soviéticos), y esos "baby boomers" son los padres de quienes, con 30 años o un poco más (hasta 40), son una generación despiadada, la "Generation Me", sin idea de qué es vivir en sociedad.
En vez de "rebeldes" convertidos a tecnócratas, los rusos por arriba de 55 años y hasta 64 años quieren orden y ley, pero respetan los logros de sus mayores y valoran la paz, mucho más -a diferencia de los occidentales - que el materialismo. Hay así una ruptura generacional muy marcada, a diferencia de Occidente, donde los padres "rebeldes" compran a hijos que a su vez los chantajean, todo en asuntos de dinero. En Occidente, es alrededor de 30 años o menos que es más factible encontrar conductas decorosas y hasta encomiables, salvo entre los adolescentes. Excepcionalmente, entre 50 y 60 años o, desde luego, por arriba de 70, no todo está tan podrido por el dinero y el egoísmo.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

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