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martes, 3 de enero de 2012

EL MILAGRO CHINO: CHAN PU

La economía mundial no da signos de recuperación, y así lo admiten economistas "oficialistas". A finales de 2011, Olivier Blanchard, economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), no descartó que la economía global tenga que afrontar pronto una situación peor que la del año 2008. La directora general del FMI, Christine Lagarde, advitió por su parte que podría avecinarse una crisis como la de los años '30, durante la Gran Depresión del siglo XX. La jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, aseguró a su vez que la crisis de Europa "durará años". A fin de cuentas, la crisis lleva ya décadas y, si los pronósticos se cumplen, llegará pronto a medio siglo de duración y de promesas incumplidas, mientras se afianzan los privilegios de unos cuantos: más grave es la crisis, más juegan algunos al espejismo de que a todos les tocará tarde o temprano su parte de pastel. Es una auténtica tomadura de pelo, pero, ciertamente, "no hay alternativa", como dijera alguna vez la Sra. Thatcher. Para que hubiera un cambio en serio, habría que aceptar otras formas de ver el mundo, pero son rechazadas antes mismo de ser conocidas y no fueron legadas a las nuevas generaciones: es lo que ha ocurrido con un marxismo que fue tirado por más de uno al cesto de la basura sin siquiera ser leído. Al menos quienes lo critican hubieran hojeado al manual de Nikitin, para saber un poco en qué consisten las crisis capitalistas. Ahora quienes vendieron al marxismo para tener su cuota de mercado entran a ciegas a mundo que no es legible y al que se prefiere la fantasía. Ni siquiera hay lugar para explicaciones a medias. No hay "amenaza soviética" y Estados Unidos ha lanzado seis guerras desde el fin de la Guerra Fría. No hay "amenaza soviética" y el capitalismo no sale de sus crisis económicas.
Algunos marxistas sostienen que China no puede reorientarse al mercado interno y los visos de crisis en América Latina -sobre todo en los países que dependen más de los chinos- no están lejos. Así como el mundo desarrollado ignora el marxismo porque lo pudo ignorar en una bonanza ficticia, el tercermundismo ignora todo lo que tiene que ver con Rusia, a quien durante la Guerra Fría se veía como alguien a quien sacarle algo. ¿No hay qué sacarle? Entonces no existe.
Desafortunadamente, no queda más que huir de una realidad que tal vez diga algo incómodo: Rusia se dió a la tarea de aprender, en vez de refugiarse en la fantasía, de tal modo que es ahora un país con finanzas sanas (bajo nivel de deuda pública y buen funcionamiento bancario, no especulativo, a diferencia de 2008), capaz de mantener un crecimiento aceptable y con buenas reservas estatales de divisas y oro, que no apuntalan a ningún derrochador, a diferencia de lo que hace China con Estados Unidos.
No todo en la vida es dinero, ni asunto de ver "qué se puede sacar", como los hay que piensan que el asunto de las crisis recientes es, también, "qué sacar", por ejemplo para volver a una supuesta edad de oro keynesiana durante la cual todos tenían, o debían tener, "de dónde agarrar". Nada de ésto tiene que ver con aprender y el mercado no enseña, como tampoco un capitalismo que no caerá solito. Como país derrotado, Rusia echó mano de su sistema educativo para aprender, aunque Moscú no sea la panacea. El vencedor, en su soberbia, no es capaz de sacar ninguna lección y colocó las cosas en el terreno de la fuerza, pero olvidando que hasta en el uso de la fuerza hay leyes. En verdad, qué mala pata: Occidente ha entrado en la putrefacción mientras Rusia optó por aprender. No estaría mal hacer un balance. Con el inconveniente de que el capitalismo lo impide: luego de tomarle el pelo a quien se deje, le vende shampoo para la calvicie. !Feliz 2012!

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...