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miércoles, 12 de diciembre de 2012

BISNEYLANDIA

Como ya pagó el impuesto, ya se compró al Estado. Lo idóneo es que el impuesto sea lo más bajo posible, para comprar barato. Todo el problema del Estado radica en lo que puede exigir el que paga sus impuestos. Como es una compra, da derechos: o recibe el servicio, o el comprador ladra y hasta muerde. Comprarse el Estado es disponer de él.
     Si hay "demasiado Estado", es desde estalinista hasta burocrático. Lo que significan estas palabras importa un comino. Es un "costo" y nadie compra al Estado para pagar dos veces. O el Estado queda a disposición luego de la compra, o estorba.
     Para que no estorbe, lo mejor es abaratarlo. El trabajito lo hace de maravilla la izquierda sesentaiochera, puesto que pide libertad y un derecho tras otro. Cuando se trata de rebajar a Milosevic, Hussein, Kadhafi o Assad, basta con soltar la especie de que son "dictaduras". Lo que esto significa no cuenta en lo más mínimo. De lo que se trata es de que el habitante occidental promedio no paga impuestos para que lo repriman, lo "amenacen", lo coarten, le impidan hacer "lo que le da la gana" (pues ya está pagado) y disponer del Estado, la soberanía y demás "cosas" (que se compran). Ya pagó: lo que impide la libertad de disponer de lo comprado es por definición "autoritario". Si el costo es muy alto, hasta es asunto "totalitario". La variación de la calificación sigue al precio.
     Así que cuando el imperio ha decidido el "lo compro" (como en el juego de Monopoly), el de izquierda es el primero que sale en defensa de las libertades (la de comprar, primero) y los derechos (sobre la mercancía). El imperio pone las armas. La izquierda sesentaiochera pone el humanitarismo, una religión para redimir a todas las pobres sociedades civiles inocentes víctimas de la opresión...y la falta de libertades individuales y derechos, claro está, puesto que, gracias a esta visión redentora, el planeta entero debe ser de propietarios "yo hago lo que me da la gana si ya pagué". El imperio manda. Y los esclavos sueñan con ser mandones. La izquierda sesentaiochera llega a la fiesta con el feeling. Wikileaks y Anonymous ya se prestaron a las "revelaciones sensacionales" sobre los tratos del régimen sirio con Occidente. Si no hay trato (como en Norcorea), malo. Y si lo hay (Noriega o Hussein), malo. Si lo hay pero no lo hay, peor (Putin).
     Como ayer fue el Milosevic, o luego el Hussein y después el Kadhafi, mañana podría ser el Putin. ¿Qué, no nos compramos Rusia en los años '90?¿Dónde se han visto mercancías que oponen resistencia a ser compradas?
     Vamos: casi casi se compraron 13 colonias sin mucha violencia; se compraron la Luisiana; se compraron Alaska; se quedaron tranquilamente con Oregon y medio México. Una nación hecha de compras. El estado-nación: ¿cuánto es?
     Una izquierda maravillosa, en la vanguardia de todo, hace las veces de libertad tipo Daniel Boone. Se adelanta a vender la idea de la libertad y, si no se la compran, rebaja a la víctima que no quiere su propia salvación. Entonces llega el gringo a comprar en descuento.
     "El mundo sigue siendo un lugar peligroso" quiere decir que sigue habiendo gente que no entiende que podría lograr su salvación con solo aceptar ser esclava del comprador-propietario que ya pagó. Obama sí lo entendió. Y la socialdemocracia tipo Hollande también. Por algo les dieron el Premio Nobel. Ya pagaron. Están en su derecho de hacer hasta cochinaditas.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...