El presidente estadounidense, Barack Obama, se había mostrado escandalizado hace algunos meses ante la posibilidad (muy remota, por lo demás) de que el gobierno sirio usara armas químicas.
Estas armas acaban de ser usadas por la oposición armada -contraria al gobierno de Damasco-, cerca de la ciudad de Aleppo, en el distrito de Khan al-Asal. Aunque existen pruebas -fotografías de heridos incluidas- del uso de estas armas, Washington no ha visto nada (al parecer, ni siquiera el portal de Russia Today que es bastante preciso sobre los hechos). Así de simple: para la Casa Blanca, no hay ninguna prueba de nada. Moscú, por su parte, condenó los hechos y expresó preocupación. No hay secreto: hace rato que la oposición siria ha dicho que, de poder hacerlo, usará armas químicas. Está en un video que justifica estos experimentos en nombre de Allah.
La política exterior de Obama no está clara. Sin embargo, hay indicios de que el hostigamiento contra Siria persiste. Podría incluir el uso de drones, según lo ha denunciado la prensa estadounidense (Los Angeles Times).
Por lo pronto, la "ayuda humanitaria" estadounidense, metida en Turquía, habría llegado ya a Jordania, otro vecino de Siria. En el este y el sur jordanos centenares de opositores al régimen de Damasco están siendo entrenados por expertos extranjeros: Washington ha reconocido que que hay un grupo de fuerzas especiales y consejeros estadounidenses, aunque, según el Pentágono, están en Jordania "para el caso en que el gobierno sirio use armas químicas". También hay instructores franceses y británicos.
La presencia de expertos estadounidenses ya rodea el territorio sirio: los hay en Jordania y Turquía, pero también en Iraq. Se trata de proteger a los civiles contra la represión: se los protege tirándoles un Scud que despide olores químicos, pero resulta que la información proveniente de Aleppo es una alucinación -Estados Unidos ve un invento. Si mañana el gobierno sirio no hace nada, igual se lo podría acusar de haber usado armas de destrucción masiva: sería otra alucinación, pero en Occidente, uno no ve lo que existe, sino lo que se ofrece.
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martes, 19 de marzo de 2013
miércoles, 13 de marzo de 2013
MEJORA EDUCATIVA: ECUADOR Y VENEZUELA
El gobierno ecuatoriano presidido por Rafael Correa ha tenido logros significativos en materia educativa. Logró romper el carácter estamental de la educación.
Se limitó la influencia de la Unión Nacional de Educadores y el ultraizquierdista Movimiento Popular Democrático, que subordinaba parte de la educación a fines "políticos" -en realidad, fines gremiales por lo demás mal entendidos. La vigilancia de la calidad educativa abre la posibilidad de que no exista un "monopolio político" de la palabra -monopolio al que pretendió con frecuencia la izquierda (monopolio de la crítica, en particular).
Al mismo tiempo, el gobierno ecuatoriano frenó la mercantilización de la educación. De 70 universidades en el Ecuador, 30 eran hasta hace poco privadas. Fueron cerradas 14 de éstas, por fraudes de todo tipo (que iban hasta titular a médicos sin que supieran siquiera de anatomía). Sin embargo, quien quiera superación la tiene, incluso en Estados Unidos (por ejemplo, en Kansas State University, en el programa "Go, teacher"), sin cortapisas con pretextos ideológicos y sí, en cambio, con becas oficiales. Así, ni el estamento político ni el lucro se imponen a la meritocracia: la educación ya no es asunto de "palanca" o de dinero. Todo lo anterior está demostrado en el documental "Ecuador del conocimiento" ("Presidente Rafael Correa: el conocimiento"), producido recientemente por la Secretaría Nacional de Comunicación, del Ecuador. Es sobre la base de una buena educación que se pueden construir ciudadanos iguales ante el conocimiento y ante la cultura, en lugar de tener a una masa de ignorantes con una "cabeza crítica" de petulantes.
Dicho sea de paso, el gobierno venezolano, con Hugo Chávez, erradicó en 2005 el analfabetismo, lo que fue reconocido por Naciones Unidas (Unesco). El número de niños escolarizados pasó de 6 millones en 1998 a 13 millones en 2011 (la tasa de escolarización es de poco más de 93 %). Al nivel secundario llega ya el 73 % de los venezolanos en edad de hacerlo. El número de estudiantes universitarios, a su vez, ha pasado -siempre según datos de Salim Lamrani, en el portal Visiones Alternativas- de 895 mil en el año 2000 a 2 millones 300 mil en el 2011.
Cualquier cosa que se construya, socialismo o capitalismo más o menos decente, no puede hacerse sin buena educación y ciudadanos de verdad. Venezuela y Ecuador tomaron un camino positivo, y por cierto que muy distinto al del analfabetismo funcional imperante en potencias como Estados Unidos, o que se va instalando en países donde la educación no es un valor: lo son las "palancas" y el dinero.
Se limitó la influencia de la Unión Nacional de Educadores y el ultraizquierdista Movimiento Popular Democrático, que subordinaba parte de la educación a fines "políticos" -en realidad, fines gremiales por lo demás mal entendidos. La vigilancia de la calidad educativa abre la posibilidad de que no exista un "monopolio político" de la palabra -monopolio al que pretendió con frecuencia la izquierda (monopolio de la crítica, en particular).
Al mismo tiempo, el gobierno ecuatoriano frenó la mercantilización de la educación. De 70 universidades en el Ecuador, 30 eran hasta hace poco privadas. Fueron cerradas 14 de éstas, por fraudes de todo tipo (que iban hasta titular a médicos sin que supieran siquiera de anatomía). Sin embargo, quien quiera superación la tiene, incluso en Estados Unidos (por ejemplo, en Kansas State University, en el programa "Go, teacher"), sin cortapisas con pretextos ideológicos y sí, en cambio, con becas oficiales. Así, ni el estamento político ni el lucro se imponen a la meritocracia: la educación ya no es asunto de "palanca" o de dinero. Todo lo anterior está demostrado en el documental "Ecuador del conocimiento" ("Presidente Rafael Correa: el conocimiento"), producido recientemente por la Secretaría Nacional de Comunicación, del Ecuador. Es sobre la base de una buena educación que se pueden construir ciudadanos iguales ante el conocimiento y ante la cultura, en lugar de tener a una masa de ignorantes con una "cabeza crítica" de petulantes.
Dicho sea de paso, el gobierno venezolano, con Hugo Chávez, erradicó en 2005 el analfabetismo, lo que fue reconocido por Naciones Unidas (Unesco). El número de niños escolarizados pasó de 6 millones en 1998 a 13 millones en 2011 (la tasa de escolarización es de poco más de 93 %). Al nivel secundario llega ya el 73 % de los venezolanos en edad de hacerlo. El número de estudiantes universitarios, a su vez, ha pasado -siempre según datos de Salim Lamrani, en el portal Visiones Alternativas- de 895 mil en el año 2000 a 2 millones 300 mil en el 2011.
Cualquier cosa que se construya, socialismo o capitalismo más o menos decente, no puede hacerse sin buena educación y ciudadanos de verdad. Venezuela y Ecuador tomaron un camino positivo, y por cierto que muy distinto al del analfabetismo funcional imperante en potencias como Estados Unidos, o que se va instalando en países donde la educación no es un valor: lo son las "palancas" y el dinero.
sábado, 9 de marzo de 2013
ESTE VERANO, DIVIERTETE CON NOSOTROS EN REVOLUTION INN
Baja con cierta frecuencia a ver en qué andan los mortales.
-¿Y tú, mortal, qué has hecho para ganarte un pase al cielo?¿Cumpliste con los planes de producción?
Luego regresa a sus reflexiones, que debieran ser más bien "meditaciones". Si tuviera un programa de radio, no sería "Aló, presidente". Sería: "Cuéntaselo a Zeus".
El habla sobre la Historia, para la Historia y desde la Historia. Y no, no es historiador. Si para quedarse en la Historia y no salirse de ella es necesaria una guerra nuclear con Irán, venga. El es el Profeta.
El otro habla de "nuestros pueblos" como el patrón de "sus" peones. Si tuviera un himno, no sería la Internacional, sino "Llegó tu papi". "Nuestros" pueblos son como nuestros niños: divinos. ¿Verdad que se ven preciosos cuando están en pleno "movimiento"? Ya que están en el infantilismo, "nuestros" pueblos no se equivocan, ni tienen sabiduría, ni son responsables, nada. ¿Qué, rompieron los juguetes, el cuarto de los juguetes, y la casa donde está el cuarto de los juguetes? !Qué lindos! No es berrinche ni pataleta: es "protesta social", y legítima. Ya se les pasará.
El mejor es el "green goes", el hijo, el novel. Ya es vedette y sabe que lo mejor es no tener voz propia, sino hacer labor incesante de ventrílocuo, asunto de familias de gente de grandes principios y mejores intenciones
- ¿Con quién hablo?
-!Sí, aquí, con la sociedad civil!!Hola, Carmen!
-Queremos...
-Exigimos
-Pedimos
En plural. De a montón. Tiro la piedra y la mano somos todos.
La sociedad -como antes la Historia y ayer "nuestros" pueblos- reclama.
O me das -a mi- lo que la sociedad exige (sic), o te acuso de autoritario, rompo los juguetes, el cuarto de los juguetes, la casa con el cuarto de los juguetes y no te descuides, porque te rompo hasta la cara. !Me tienes hasta el copete!
Lo que sea, con tal de estar "in". Hasta hacerse pasar por demócrata. Al fin y al cabo, es casi lo mismo que la demagogia de ayer.
!Pero si siempre hemos sido demócratas!¿Qué, no se notaba? Tal vez por esos comunistas sin pedigrí demócrata. ¿Ya tienes tu credencial de luchador social con fotografía?¿Qué esperas?
-¿Y tú, mortal, qué has hecho para ganarte un pase al cielo?¿Cumpliste con los planes de producción?
Luego regresa a sus reflexiones, que debieran ser más bien "meditaciones". Si tuviera un programa de radio, no sería "Aló, presidente". Sería: "Cuéntaselo a Zeus".
El habla sobre la Historia, para la Historia y desde la Historia. Y no, no es historiador. Si para quedarse en la Historia y no salirse de ella es necesaria una guerra nuclear con Irán, venga. El es el Profeta.
El otro habla de "nuestros pueblos" como el patrón de "sus" peones. Si tuviera un himno, no sería la Internacional, sino "Llegó tu papi". "Nuestros" pueblos son como nuestros niños: divinos. ¿Verdad que se ven preciosos cuando están en pleno "movimiento"? Ya que están en el infantilismo, "nuestros" pueblos no se equivocan, ni tienen sabiduría, ni son responsables, nada. ¿Qué, rompieron los juguetes, el cuarto de los juguetes, y la casa donde está el cuarto de los juguetes? !Qué lindos! No es berrinche ni pataleta: es "protesta social", y legítima. Ya se les pasará.
El mejor es el "green goes", el hijo, el novel. Ya es vedette y sabe que lo mejor es no tener voz propia, sino hacer labor incesante de ventrílocuo, asunto de familias de gente de grandes principios y mejores intenciones
- ¿Con quién hablo?
-!Sí, aquí, con la sociedad civil!!Hola, Carmen!
-Queremos...
-Exigimos
-Pedimos
En plural. De a montón. Tiro la piedra y la mano somos todos.
La sociedad -como antes la Historia y ayer "nuestros" pueblos- reclama.
O me das -a mi- lo que la sociedad exige (sic), o te acuso de autoritario, rompo los juguetes, el cuarto de los juguetes, la casa con el cuarto de los juguetes y no te descuides, porque te rompo hasta la cara. !Me tienes hasta el copete!
Lo que sea, con tal de estar "in". Hasta hacerse pasar por demócrata. Al fin y al cabo, es casi lo mismo que la demagogia de ayer.
!Pero si siempre hemos sido demócratas!¿Qué, no se notaba? Tal vez por esos comunistas sin pedigrí demócrata. ¿Ya tienes tu credencial de luchador social con fotografía?¿Qué esperas?
viernes, 8 de marzo de 2013
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, CHAPULINCITO
Según información que circuló, él no quería morir. Seguramente amaba lo que hacía. Su vida familiar no fue fácil. Era un ser humano. La derecha lo diabolizó y sacó la saña: muerto, al fin se había callado. La izquierda lo convirtió en "arrollador", aunque no pasara mucho más allá de la mitad de los votos y la oposición los tuviera por millones. Es más fácil "abrumar" que hacer un mínimo análisis. O que tener un minuto de silencio.
Luego, los otros. Ya que además de petróleo, exportamos labia. La que lo comparó con el Che Guevara. El que lo comparó con el Libertador. La decisión de embalsamarlo. Los intelectuales que no tardaron ni un segundo en las loas. La adulación también es una forma de deshumanizar. Una corte de aduladores no hace cuadros políticos, ni formación, ni cultura, y él, la verdad sea dicha, no tenía mucha, aunque la buscaba.
Hace rato que en su país las cosas se estancaron. Quienes en algún momento lo asesoraron, para distanciarse en los últimos años, llegan a decir que el proyecto ya no tiene que ver con socialismo ninguno: aquél es desarrollista, keynesiano, si se quiere. Pero no más.
Problemas, los sigue habiendo. Cultura política no es salir a la calle a gritar que él vive, que vivirá por siempre y que la lucha sigue (y seguirá por siempre). Que más temprano que tarde. Que la Historia ésto y que la Historia lo otro. Que nuestros pueblos y que la Patria Grande que se confunde con el Rancho Grande (lo que no hizo por cierto el presidente mexicano, que algo positivo guarda de un añejo sentido del protocolo: la forma es fondo).
Lo cierto es que, entre el año 2003 y el 2012, el desempleo en el país del difunto bajó: de 18 % a 8 %. No es poca cosa en un país que los ricachones sumieron en la marginalidad. Cierto, antes no se caía la infraestructura: pero lo que se estaba cayendo era el país, con todo y sectores populares. En el año 2003, cerca del 16 % de la población vivía en una pobreza lacerante. La cifra había caído a cerca de 8 % para el año 2009. El alcance de la políticas redistributivas fue significativo. Como lo fue la cooperación cubana.
La continuidad del proyecto, con quien sea, está por verse. Sigue añorándose un proyecto más colectivo, más de equipo, menos dependiente de un solo ser humano, o que en todo caso lo respalde con trabajo, respeto y afecto, no con zalamería y ambiciones apenas disfrazadas. Ya se verá: es difícil adelantar vísperas.
Luego, los otros. Ya que además de petróleo, exportamos labia. La que lo comparó con el Che Guevara. El que lo comparó con el Libertador. La decisión de embalsamarlo. Los intelectuales que no tardaron ni un segundo en las loas. La adulación también es una forma de deshumanizar. Una corte de aduladores no hace cuadros políticos, ni formación, ni cultura, y él, la verdad sea dicha, no tenía mucha, aunque la buscaba.
Hace rato que en su país las cosas se estancaron. Quienes en algún momento lo asesoraron, para distanciarse en los últimos años, llegan a decir que el proyecto ya no tiene que ver con socialismo ninguno: aquél es desarrollista, keynesiano, si se quiere. Pero no más.
Problemas, los sigue habiendo. Cultura política no es salir a la calle a gritar que él vive, que vivirá por siempre y que la lucha sigue (y seguirá por siempre). Que más temprano que tarde. Que la Historia ésto y que la Historia lo otro. Que nuestros pueblos y que la Patria Grande que se confunde con el Rancho Grande (lo que no hizo por cierto el presidente mexicano, que algo positivo guarda de un añejo sentido del protocolo: la forma es fondo).
Lo cierto es que, entre el año 2003 y el 2012, el desempleo en el país del difunto bajó: de 18 % a 8 %. No es poca cosa en un país que los ricachones sumieron en la marginalidad. Cierto, antes no se caía la infraestructura: pero lo que se estaba cayendo era el país, con todo y sectores populares. En el año 2003, cerca del 16 % de la población vivía en una pobreza lacerante. La cifra había caído a cerca de 8 % para el año 2009. El alcance de la políticas redistributivas fue significativo. Como lo fue la cooperación cubana.
La continuidad del proyecto, con quien sea, está por verse. Sigue añorándose un proyecto más colectivo, más de equipo, menos dependiente de un solo ser humano, o que en todo caso lo respalde con trabajo, respeto y afecto, no con zalamería y ambiciones apenas disfrazadas. Ya se verá: es difícil adelantar vísperas.
martes, 5 de marzo de 2013
¿HAY CARIBE SIN PIRATAS?
Hace poco, Raúl Castro dijo que haría un anuncio importante. Nadie hizo mayor caso. El anuncio era tal vez el de la llegada de Miguel Díaz-Canel, de 52 años, al cargo de vicepresidente primero del Consejo de Estado.
Que Díaz- Canel - con 30 años de trayectoria política- sea o no el delfìn, es lo de menos. Fidel Castro ya mostró que no se aferra al poder porque sí. Raúl Castro tampoco: no se eternizará (no puede hacerlo por ley) y ha dicho que está en su derecho a renunciar, por edad. Cuba no es una dictadura, y menos la de "los Castro".
El problema es otro. Salió a la luz cuando algunos años atrás Carlos Lage y Felipe Pérez Roque fueron destituidos. Los habían encontrado "conspirando" al estilo "perestroika". Fidel Castro consideró que estos "delfines" habían jugado un papel "indigno": en concreto, "la miel del poder, dijo, por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones". El discurso reciente de Raúl Castro parece un eco: Díaz Canel es descrito como alguien que no es ni "improvisado" ni "advenedizo". Asoma la posibilidad del relevo generacional sin ruptura.
Hoy, el promedio de edad de los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular es de 48 años. 70 por ciento de los integrantes nació después de la Revolución.
Cuba no fue ajena -y la perestroika tuvo algo que ver- a un fenómeno que existe en otros países de América Latina. En medio de una crisis de varias décadas (que llevó a los cubanos a pasar por un duro periodo especial), los hay que se encumbraron, medraron y se hicieron de privilegios. Estaban listos para la apertura. Cuba sabe de ésto del privilegio: la isla fue refugio de quienes hicieron su agosto en la larga crisis mexicana.
El actual presidente ruso, Vladimir Putin, nació en 1952. Alexander Lukashenko, que tiene a Bielorrusia en bastante buena situación, nació en 1954. Ninguno es de los '60s. El "arte" está en haber evitado un sesentaiocho de mecha retardada. Algo similar podría estar sucediendo en Cuba, que podría preservar, estabilizar y modernizar un Estado de Bienestar exitoso, con las garantías mínimas a las que tiene derecho cualquier población . Son garantías sociales de base (alimentación, salud, vivienda, educación, deporte), no el derecho a ser gay, negro, indio o mujer. Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. Toca a los nuevos crear -sin improvisar, y con cultura política- y no hacer caso omiso de lo sensato en la dirigencia histórica cubana. La "perestroika" o la revolución de colores las puede seguir intentando Yoani Sánchez, otro producto de la Revolución, y no el mejor.
Que Díaz- Canel - con 30 años de trayectoria política- sea o no el delfìn, es lo de menos. Fidel Castro ya mostró que no se aferra al poder porque sí. Raúl Castro tampoco: no se eternizará (no puede hacerlo por ley) y ha dicho que está en su derecho a renunciar, por edad. Cuba no es una dictadura, y menos la de "los Castro".
El problema es otro. Salió a la luz cuando algunos años atrás Carlos Lage y Felipe Pérez Roque fueron destituidos. Los habían encontrado "conspirando" al estilo "perestroika". Fidel Castro consideró que estos "delfines" habían jugado un papel "indigno": en concreto, "la miel del poder, dijo, por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones". El discurso reciente de Raúl Castro parece un eco: Díaz Canel es descrito como alguien que no es ni "improvisado" ni "advenedizo". Asoma la posibilidad del relevo generacional sin ruptura.
Hoy, el promedio de edad de los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular es de 48 años. 70 por ciento de los integrantes nació después de la Revolución.
Cuba no fue ajena -y la perestroika tuvo algo que ver- a un fenómeno que existe en otros países de América Latina. En medio de una crisis de varias décadas (que llevó a los cubanos a pasar por un duro periodo especial), los hay que se encumbraron, medraron y se hicieron de privilegios. Estaban listos para la apertura. Cuba sabe de ésto del privilegio: la isla fue refugio de quienes hicieron su agosto en la larga crisis mexicana.
El actual presidente ruso, Vladimir Putin, nació en 1952. Alexander Lukashenko, que tiene a Bielorrusia en bastante buena situación, nació en 1954. Ninguno es de los '60s. El "arte" está en haber evitado un sesentaiocho de mecha retardada. Algo similar podría estar sucediendo en Cuba, que podría preservar, estabilizar y modernizar un Estado de Bienestar exitoso, con las garantías mínimas a las que tiene derecho cualquier población . Son garantías sociales de base (alimentación, salud, vivienda, educación, deporte), no el derecho a ser gay, negro, indio o mujer. Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. Toca a los nuevos crear -sin improvisar, y con cultura política- y no hacer caso omiso de lo sensato en la dirigencia histórica cubana. La "perestroika" o la revolución de colores las puede seguir intentando Yoani Sánchez, otro producto de la Revolución, y no el mejor.
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