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martes, 6 de diciembre de 2011

¿MUERTOS? LA COSA ES SENCILLA.

Lo que algunos de izquierda tomaron como una "gran liberación" en el mundo árabe muestra hoy de qué se trata. Entre otras cosas, se trata de política-ficción: según lo ha demostrado Thierry Meyssan en Red Voltaire, la lista de más de 3 500 muertos por supuesta culpa del gobierno sirio actual, se tomó de la guía telefónica, así que muchos de los muertos tienen todavía la extraña capacidad de contestar al teléfono y ponerse a hablar. Es el tipo de inventos de los Hermanos Musulmanes, a los que Naciones Unidas hace caso. Por si fuera poco, el primer ministro turco, Recep Tayyip Ergodan, le advirtió al líder sirio Bashar al Assad que puede tener un "fin trágico", como Adolfo Hitler, Kadafi y Ceaucescu, todo revuelto. Sin duda, lo mejor que puede hacer al Assad es aumentar el número de registrados en el anuario telefónico, de tal forma que Siria pueda democratizarse.
En Libia, los "revolucionarios" apoyados desde Occidente no son "islamistas moderados". Los salafistas ya han ido a liquidar mezquitas y lugares de culto no salafistas, según lo comprobó el diario argelino "Echuruk", mencionando lo ocurrido en las localidades de Aziziyah y Janzur. Los "moderados" tunecinos no están mejor: al grito de "mi velo es mi libertad", han presionado para que se instalen salones de plegaria en centros educativos, lo que desembocó en una huelga general del cuerpo docente universitario, a principios de diciembre.
En Túnez, el 23 de octubre, los islamistas de Ennahda ganaron las elecciones a la Asamblea Constituyente. No se crea que son los últimos de los retardatarios: tienen a su disposición importantes medios de masas y, al mismo tiempo, de manera muy poco transparente, se ganaron votos a cambio de alimentos, tarjetas de teléfono o directamente dinero en metálico, es decir, con una corrupción galopante y el apoyo de Obama y los saudiárabes.
Lo mismo ocurrió en Egipto. La victoria de los Hermanos Musulmanes (Partido Libertad y Justicia) e incluso los porcentajes nada desdeñables para el grupo salafista Al-Nour se consiguieron no siempre de manera limpia: los Hermanos Musulmanes fueron acusados de repartir medicamentos y comida y de usar grupos de influencia afuera de los lugares de votación. Al mismo tiempo que critica irregularidades en Rusia, la secretario estadounidense de Estado, Hillary Clinton, es incapaz de inquietarse por esta mezcla de fanatismo y corrupción que infesta ahora al norte de Africa, y que ya existe en Asia Central.
Los islamistas (Partido justicia y Desarrollo) también ganaron en las elecciones legislativas de Marruecos.
Gracias a la cobardía de la Liga Arabe, a la ineptitud de Naciones Unidas y la presión occidental, hoy se busca desestabilizar al único gobierno laico y no mayormente represivo que queda, el gobierno sirio, que por lo demás, en vez de cerrarse, ha hecho más de una reforma. ¿Muertos? Están en la sección amarilla, es decir, en la guía telefónica donde hay también se ofrecen mercenarios, agentes secretos, aviones bombarderos, velos para mujeres y túnicas para hombres, comida y otros sobornos por votos, e intelectuales demagogos o con cabeza de avestruz. Lo que no se encuentra es una izquierda que guíe en vez de limitarse a responder con reflejos condicionados de tipo estadounidense y guiados por los antojos de Washington. Tampoco hay en la guía asuntos sociales ni auténtica política. Lo que hay es una conquista efectiva de gran parte del Mediterráneo y de la península arábiga para los aviezos fines geopolíticos estadounidenses.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...