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sábado, 1 de enero de 2011

DE CADA CUAL Y A CADA CUAL....

En un memorable discurso pronunciado el 18 de diciembre pasado en la Asamblea Nacional cubana, Raul Castro anunció los cambios que están por venir en la isla del Caribe, mientras que Fidel Castro sigue escribiendo y dedicado a buscar el próximo apocalipsis que le garantice al comandante la eternidad y un lugar de primera fila en el otro mundo (que, como se sabe, "es posible"). Cuando estuvo George W. Bush en la Casa Blanca (primero, a raíz de un fraude electoral, por cierto), fue comparado con Hitler y no pocos intelectuales, cubanos incluidos, anunciaron que el fascismo había llegado ya. Este "fascismo etílico" duró cerca de 8 años y desembocó no en la inmortalización de nadie, ni siquiera de Condoleezza Rice (a quien Bush Jr. llamaba jocosamente "arrrooooz"...), sino en otro pronóstico intelectual errado: el regreso del keynesianismo con Obama. Ahora, Fidel Castro considera que el Tea Party tiene "ideas fascistas", en cuyo caso el siguiente sería "fascismo maternal", o Big Mother, encarnado por Sarah Palin, nacida en 1964.
Mientras Fidel se sirve para él solito la trascendencia en la Tierra, Raul Castro ha decidido sacudir a Cuba con palabras que tienen el buen sabor de la franqueza: aunque ya lo habían señalado antes otros funcionarios, el menor del dúo Castro volvió a insistir en que el paternalismo, el igualitarismo y el idealismo son hoy trabas para sacar adelante a la Mayor de las Antillas. Vistas así las cosas, el socialismo no es asunto de buenas intenciones, ni de fabricar al Hombre Nuevo de un día para otro, ni de un muy criticado voluntarismo.
Estas palabras de Raul Castro fueron impactantes: nótese bien, es preferible discrepar a "la falsa unanimidad basada en la simulación y el oportunismo", que a fin de cuentas es lo que se fabrica en Occidente a nombre del tan llevado y traido "consenso". No: Raul Castro quiere que se discrepe, siempre y cuando se haga bien y con respeto, pero que se discrepe. ¿Cuántas voces discrepan o saben qué es discrepar en Estados Unidos?
Raul Castro dijo sin tapujos que el cubano no tiene cultura económica. Quiere decir que no le importa gastar ni saber de dónde viene el gasto o de dónde sale: el Estado de Bienestar cubano, junto con garantizar lo elemental para todos, lo que es obligación de todo Estado, acostumbró al cubano a no preguntarse por el origen de los recursos y recreó la mentalidad del "asistido" siempre en busca de quién lo mantenga. Hoy, Raul Castro ha hecho un llamado a introducir ciertas relaciones de mercado no para seguir siendo un colectivo de "mantenidos" gozando del consumo, como las clases acomodadas de Occidente, sino un país en el cual la gente sepa lo que es el ahorro y la eficiencia. Buen síntoma, la productividad del trabajo ha comenzado a mejorar y lo ha hecho en relación con el salario medio.
Desde hace algún tiempo, algunos intelectuales han venido advirtiendo contra la mentalidad "neocolonial" que se ha instalado en parte de la propia intelectualidad: de hecho, por sus temas, algunas publicaciones cubanas parecen hechas en Occidente. No: lo que se pide es dejar de copiar y, como lo ha dicho la intelectual Graziella Pogolotti, tener confianza en el esfuerzo propio, lo que se debe inculcar a los jóvenes. Pogolotti hizo hace algunos meses un llamado a una apertura auténtica en la información, para ir más allá de lo oficial, de la crítica al Imperio y las loas a Hugo Chávez, y conocer lo que pasa en el mundo.
Es posible pensar que, a diferencia del pasado, no se trata de optar entre el estímulo material y el moral. Si cada cual debe recibir según sus necesidades, pero tambiémn de cada cual según su capacidad, el estímulo material bien puede acompañar una conducta moral aprobable, que no sea puro idealismo y que se pruebe en hechos. Hechos como los que muy recientemente recordara el político cubano Ricardo Alarcón: medio siglo de una Cuba capaz de ser solidaria en medio de las dificultades y el acoso, medio siglo de generosidad (que en el fondo está también en Fidel Castro)...¿Funcionará el premio al mérito? Mucho se juega -lo señaló Pogolotti en su momento- en un relevo generacional que es muy difícil, porque hay una generación de cuadros "perdida" a raíz de lo que sucedió durante el llamado "periodo especial", y seguramente no es fácil que surjan los mejor capacitados de entre oportunistas, simuladores y quienes creen que todo les es debido. ¿De dónde saldrán los cuadros? No seguramente del fidelismo que busca héroes de guerra, cuando lo que se requiere es honorabilidad y firmeza en tiempos de paz.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...