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miércoles, 31 de octubre de 2012

MOLDOVA: ROLL BACK

Occidente ha logrado uno que otro punto más en el cerco contra Rusia. Aunque Moldova, un pequeño país fronterizo con Rumania (que albergará parte del escudo antimisiles estadounidense), es legalmente neutral, las autoridades actuales han estado pensando en acercarse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN. La idea es que esta organización ofensiva occidental pueda tener una base militar en suelo moldavo, en la localidad de Bulboaca, entre la capital Chisinau y Tiraspol (capital de la autónoma Transdnistria, habitada mayoritariamente por rusos). Moldova se ha estado fortaleciendo militarmente con ayuda de Rumania y Estados Unidos. Especialistas de estos países entrenan a fuerzas del Ministerio del Interior moldavo y a la Seguridad local. El primer ministro de Moldova, Vladimir Filat, ha insistido en que su país debe ser parte de la OTAN. Rumania es miembro de la OTAN desde hace 8 años.
     Rusia se va quedando en desventaja en el flanco occidental. Como lo prueban las recientes elecciones ucranianas, Occidente no duda ni siquiera en apoyarse en antiguos colaboradores del nazismo, reivindicados por el partido "Svoboda", de Ucrania.
     En el Caúcaso, donde Georgia se rearmó, a Rusia le queda la base de Gyumri (antigua Alexandropol y Leninabad), en Armenia. En esa base militar están oficialmente unos tres mil soldados, aunque el contingente ha aumentado. Occidente cabildea para que los europeos condicionen la ayuda a los armenios a cambio de la retirada de la base, y para acercar a Turquía y Armenia.
     Occidente ha conseguido un gigantesco proceso de "roll back" (reversión), bastante en profundidad, dentro del territorio de la ex Unión Soviética, desde el Báltico y Moldova hasta el Caúcaso y buena parte de Asia Central. Entretanto, la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, acaba de insistir en la incorporación de Kosovo y Bosnia a la OTAN, para terminar casi de apretar todas las tuercas en los Balcanes. No parece que la OTAN quiera detenerse.
     El número de dispositivos militares rusos en el cordón del territorio ruso es muy limitado. La presencia occidental ha ganado mucho jugando al nacionalismo, o más bien dicho, al chovinismo, y metiendo a Moscú en esta dinámica.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...