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jueves, 18 de septiembre de 2025

DEBUT Y DESPEDIDA

 Como ya se ha sugerido, la maldad o el actuar de una persona malvada no tiene que ver con el horror de Hollywood. Se suele relacionar más con la búsqueda de un chivo expiatorio y con intereses concretos, como el de ubicarse del lado del poder para no perderse "ocasiones" de recibir privilegios y de no ausentarse del "reparto", por codicia o ambición, más allá de los que aspiran a "quedar bien" y "no tener problemas". Sin embargo, no pueden no saber cómo los "llama" ese poder, qué les pide, desde complicidades hasta lo que se conoce en México como "hacerse el occiso".

     Lo grave puede estar en lo que ha trabajado Rusia a partir de la filosofía de Iván Ilyn, y de ciertas tendencias en los medios de comunicación masiva: el ritual del chivo expiatorio, para lo cual se prefiere creer a saber, llega a cebarse entre la mala voluntad y la ignorancia sobre gente inocente o, si se quiere decir en términos de ley, "no culpable", aunque el ritual se invente supuestas culpabilidades ("la mala mujer", la "extranjera", la supuesta "mujer falo", etcétera). Es, del mismo modo, el "autócrata" o "la amenaza". No tiene el menor sentido hablar de democracia o de buenas causas cuando no se reconoce la más elemental presunción de inocencia, y se condena o se sentencia antes de cualquier proceso que, para decirlo de otro modo, implica, con pruebas, "conocimiento de causa". Es una pena el servicio de generaciones libertarias a la verticalidad machista y conservadora, para pasarle "la cuenta" a una persona no sólo inocente, sino que ha sido fiel por casi 20 años, por ejemplo, buscado salidas decorosas, no dañar y, sobre todo, evitar las guerritas como parte del drama y la telenovela. Parte de lo feo está en no averiguar nada, porque se prefiere creer, como ya se ha dicho, para evitar a toda costa enemistarse con el poder, es decir, por conveniencia y por miedo de pagar ls consecuencias que se le cargan al chivo expiatorio: miedo al aislamiento social. ¿Como se teme el aislamiento social, se aisla al chivo expiatorio, o a lo sumo se lo utiliza para "corroborar información", no de la persona a la que se aísla, sino del último chisme o rumor captado? Se teme el sufrimiento de un eventual aislamiento, o el estigma social, y se le inflige al chivo expiatorio. Esto, además de ser propio de una persona con miedo, lo es de la que opta al mismo tiempo por la cobardía y un dejo de sadismo. Es frecuente en la clientela, como la latinoamericanista y sus ramificaciones. Apostarle al aislamiento "fatídico" de una persona, que "!debe regresarse por donde vino" o caer en el olvido, para engrandecimiento propio o para salvar el pellejo ante alguna eventual represalia del poder, o llegar a insinuar al chivo expiatorio desde el chisme o el rumor, es además la peor deslealtad y el tiro por la espalda, porque se trata al aislado o la aislada desde información o "influencia" obtenidas por la espalda. Lo que conviene entender es que quien actúa así está "roto" y, antes que verse a sí mismo, prefiere pasar a la destrucción o el aniquilamiento moral del otro. Alguien benevolente se alejará o no dirá mucho.

        Ilyn ha venido a cambiar las cosas. Una persona inocente o "no culpable", "consciente de la ley", puede ser violentada o amenazada en su seguridad por la personalidad descrita más arriba. Pero no es correcta, ni siquiera desde el punto de vista cristiano, la respuesta de Tolstoi, en el sentido de la "resistencia pacífica" al mal, más si el riesgo está en que sea tomado por el equivalente de "poner la otra mejilla". En situaciones de peligro para la integridad de la persona (para lo que basta el equilibrio psicológico), lo que cambia es que no se trata ya de alejarse, sino de usar la fuerza, "para ser justo en un mundo injusto" y como "obligación noble", así se quiera salir que historias emocionales de rencores, resentimientos o venganzas, que no vienen al caso: con variantes y "sopesamiento" debido, puede ser necesario el uso de la fuerza justamente para preservar la inocencia y defender la "no culpabilidad", así el uso mencionado, desafortunadamente, no esté exento de riesgos, sacrificios o incluso pérdidas. No es mucho secreto el de Ilyn: "por las buenas, soy muy bueno; por las malas, soy peor", diría el "Divo de Juárez". Incluso si, debiéndose hacer nada más lo mínimo, y proporcionalmente, es necesario dañar al otro si es una persona malvada. Como sea, bajeza del latinoamericanismo: xenofobia anticonstitucional en México, misoginia con colaboración de "señoras" (que no se quejen de que se hable de "pleitos de viejas"), cobardía y violencia, temor al sacrificio propio pero disposición cuando menos a ver el ajeno, como si fuera circo romano, habladurías por la espalda, aceptación de imposiciones y sumisión, y codicia o ambición. Interesa clarificar los mecanismos para saber defenderse y, si no hay opción, nótese que después de haber agotado las posibilidades, sí, usar la fuerza, a manera de protegerse. Aunque quien está a la sombra del poder se crea inmune o impune, y vocifere "qué poca" por un síntoma de proyección/inversión digno de Diván el Terrible, si acaso hubiera cura. De la gran familia narcisista mirándose en "la grandeza de...", por ejemplo de la "Patria Grande", no se sale sin ser objeto de represalia, porque independencia es no hombría, sino para la persona malvada, "testigo incómodo", por liquidar, incluso con damnatio memoriae. A jugar a otra parte con lo que el regiomontano Agustín Basave llegó a llamar "escondidillas con la consciencia". Sobre todo si se tienen cadáveres en el clóset. Enjoy (da click en el botón de reproducción).






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