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jueves, 18 de septiembre de 2025

NO TE CONVIERTAS EN ESTADÍSTICA

 En Estados Unidos, cuando un académico muere no es motivo de mayor cosa. En algunos países de Europa, como el Reino Unido o Francia, hay dedicatorias discretas, un poco según la trayectoria de la persona: se escriben libros, entre varios, que tienen como dedicatoria "Essays in honour to" ("Ensayos en honor a"), o "Mélanges offerts á" ("Miscelánea ofrecida a"). Los alemanes tienen algo equivalente, Festsrichft. Se puede decir, para simplificar, que se trata de pequeñas y discretas dedicatorias, centradas en el trabajo (de ahí la contribución de colegas), y no más. Dicho de otro modo, no se hacen grandes rituales y se es más bien austero, lo que es una antigua tradición burguesa, además de que la muerte cae en la esfera privada. Fuera de lo anterior, en algunos países centrales a veces se hacen trucos con las herencias materiales para detrimento de "la que se fué", pero no es legal: la ley francesa, por ejemplo, obliga simple y llanamente a repartir a partes iguales entre hijos, para evitar rivalidades.

        En parte de América Latina y México, en cambio, la muerte de quien es considerado POLÍTICAMENTE alguien, es decir, de alguien DE PODER, se convierte en el equivalente del mexicano Guadalupe-Reyes (del 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, al 6 de enero, día de los Reyes Magos). El ritual comienza antes de la muerte, por "derecho de antiguedad", si hay utilidad política, por ejemplo en un lugar de la universidad pública para conciliar entre dos "grupos", para lo que es utiliada la señora, ex directora, que nunca ha tenido inconveniente en tragar sapos. Para algunos, es el olvido y la omisión, al grado de no salir ni en el lugar correspondiente del sitio web oficial. Para otros, los cubiertos del poder y la gloria, es el infaltable homenaje al fallecer y, después, conmemoración tras conmemoración para que, desde el otro mundo, el difunto permita seguir el tráfico de favores e influencias: que el aniversario de su partida, el de su nacimiento, el de su libro, lo que sea con tal de, como se dice a veces, "Sacar raja". A lo anterior se suma la tendencia más reciente al vedettismo, por lo que en el ritual se acentúa la dimensión de espectáculo, y ocurre entonces otra cosa: la persona y su vida privada se colocan bajo los reflectores, mientras allegados y colegas se dedican a lo que se conoce coloquialmente como "quemar incienso". Ya lo había predicho el estudioso Serge Gruzinski: no queda clara la parte "moderna" y la de pura idolatría, en un país que en su centro es fácilmente idólatra. En suma, a star is born (nace una estrella), aunque al mismo tiempo la persona deja de ser tal y es santificada para comulgar, ser pretexto para la comunión, y asegurar la unidad entre dos grupos, el de los tapatíos y el de la Obrera. La comunidad, que se la vive en pugnas intestinas o fratricidas, parece confirmarse en su monolitismo. No queda claro si la señora es Barbra Streisand o la santa de Cabora que le puso "mística" a la academia.

         Asegurado el propósito político, en el sentido de conjurar la fisura, se incorpora algo de lo más incomprensible, en apariencia: la ex directora se refiere a su propia familia como un clan, sin ruborizarse, afirma además que es la visión familiar (entiéndase entonces que "clánica") la que la ha guiado en la academia, por lo que ha propiciado el trabajo colectivo (entiéndase la formación de "clanes académicos", llamados "redes", para relacionarse desaforadamente). Ahora, la esfera privada invade el dominio público, como la empresa que no para de hablar de confianza, para burla de Alexa Zuarth en redes: a la ceremonia del retiro asisten los familiares y en pantalla, por video, habla un hermano, así tenga un pésimo aire; el esposo, parte del club de sudacas, arrogante e inútil, y un par de infantas de la supuesta realeza debidamente colocadas en el extranjero. Luego de buscar comulgar para evitar la fisura de la comunidad, pese a ciertos ademanes "progre", es el esplendor liberal-oligárquico: que viva lo extranjero si es para que se beneficie mi "clan". La impunidad está asegurada, así se hayan hecho cosas no muy "delicadas" contra quienes se valen por cuenta propia y no por un "clan" y el tráfico de influencias y favores, que no duda en ser discrecional, llegado el momento. Para el caso, el trabajo o el aporte académico son lo de menos, salvo para tener título de impune (un académico es algo sacrosanto ajeno a los negocios turbios): cuenta como "mérito" haber asegurado la unidad del "grupo" y haber reproducido el clientelismo "modernizándolo" con "redes". Si a la señora se le dice que contribuyó a la destrucción de las disciplinas, se pone...a llorar. Es un buen ejemplo de la utilización de mujeres por el poder, para salir de la institucionalidad por dos vías, ambas con señoras, a la vez sumisas y dizque empoderadas, entre de estilo latino y de estilo estadounidense, para reproducir un estado de cosas y la inercia: el "clan" -origen de la práctica clientelista- mercantilizado. Pese a la puesta en escena familiar, no es la persona la que cuenta, como raramente en caso de muerte, cuando se puede incluso desaparecer de los portales institucionales: es el ROL ANTES QUE LA PERSONA, llegado el caso sacrificándola al poder. Señoras, o la versión universitaria de la Miss del colegio, pero nunca una dama, a falta de distinción individual The show must go on. Hemos terminado, y volvemos próximamente a asuntos menos particulares (da click en el botón de reproducción)




NO TE CONVIERTAS EN ESTADÍSTICA

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