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miércoles, 18 de junio de 2014

OBAMA EN WEST POINT

El discurso de finales de mayo pronunciado por el presidente estadounidense, Barack Obama, en West Point, no tuvo nada que ver con la realidad, ni se lo propuso, por cierto.
      Cuando Obama dice que "el liderazgo global requiere de nosotros ver el mundo como es, con todo su peligro, su incertidumbre", la frase es para consumo interno, y muy emocional. Desde el fin de la Guerra Fría y salvo una que otra intervención con reflejos coloniales (como las de Francia en Africa), el mundo es mucho menos peligroso e incierto, salvo por una cosa: casi todas las guerras de gravedad, de 1989-1991 a la fecha, las ha creado Estados Unidos. No son pocas: Panamá, Iraq, Somalia, Yugoslavia, Afganistán, Sudán, Libia, Siria y tal vez mañana Ucrania, al menos en el Este del país. Ninguno de estos países amenazó nunca a Estados Unidos y hace rato que es sabido, para quien quiera saberlo, que el conflicto afgano fue desatado antes del 11/S e instigado por el alguna vez asesor de James Carter, el halcón Zbigniew Brzezinski. La lista no incluye países como Yemen y Paquistán, donde Washington usa drones. La frase de Obama es como para película de ficción chatarra, de esas que consume el estadounidense promedio: el mundo está lleno de villanos y cosas por el estilo, lo que justifica intervenir en Somalia para defender a un consumidor de hamburguesas y "papitas de la libertad".
     Junto a estas frases están otras de tipo jrushoviano: así, quienes creen que Estados Unidos está en decadencia están "leyendo mal la Historia" o haciendo "política partidaria" (entiéndase que responden a"ciertos intereses"). Estados Unidos no está en decadencia, su Destino Manifiesto es no estarlo y las leyes objetivas de la Historia -que son las de Dios para el de las hamburguesas y las papitas - quieren que Washington siga siendo "el número uno", exactamente como Dios quiso que sea gay (sic, lo dijo el fulano: "gracias a Dios soy gay") el nuevo novio de Ricky Martin .
    Como Dios -que es quien se encarga de la Historia- está del buen lado, Estados Unidos, según Obama, sigue siendo "la única nación indispensable", lo que ya suena a que el de las papitas y las hamburguesas cree que las suyas son las mejores del mundo: a éso se le llama sentimiento de superioridad, y cuando hay muchos de éstos tipos, un país es un Herrenvolk, un "pueblo de señores", puesto que la superioridad niega la igualdad democrática. "Creo -dijo contundente Obama- en el excepcionalismo americano con cada fibra de mi ser". Dios y la Historia lo han querido así.
     La Historia lo ha querido de tal manera que, según este orador de West Point, "desde Europa hasta Asia, somos el centro de alianzas sin rival en la Historia de las naciones". Dios y la Historia han querido que Estados Unidos sea "el mejor", pero además "el mejor de todos los tiempos".
    No basta con el tiempo. Estados Unidos considera importante extender "la paz y la seguridad alrededor del globo", por lo que, como ironizaba algún analista, el mundo entero es una "esfera de influencia de Estados Unidos" (Ucrania, por ejemplo, aunque no amenace a nadie ni esté amenazada gravemente por Rusia).
    Y junto con esta embriaguez de superioridad, está otra creencia, la de que no hay más reglas que las de la dominación: "América debe siempre dirigir en el escenario mundial, según Obama. Si no lo hace, nadie más lo hará". Cuando no hay dominación, impera el caos. Pero es cierto: ni China ni Rusia quieren hacerlo -dominar- y a duras penas se defienden de una nueva política estadounidense de disuasión/contención.
    En resumen: a este país elegido por Dios, designado como superior por la Historia (mediante la cual se manifiestan los designios de Dios), superior a todos los demás (los dispensables, más de ciento y pico), el mejor desde tiempos inmemoriales (desde el imperio mongol, según Zbigniew Brzezinski), llevado por el Destino Manifiesto a extender sus valores por el planeta entero, no es necesario hablarle de cordura ni de mesura ni de tonterías por el estilo, si "el poder es para poder" y lo demás, vaya, es idealismo o andar en las nubes.

NACIDOS DE ESTE LADO

 Parte de la libertad de los libertarios es despertar lo que cada uno es en su inalterable naturaleza: un aspirante a salvaje, un pandillero...