Parte del proyecto estadounidense en Ucrania consiste en provocar para "reventar" los suministros de gas rusos a Europa. Esos suministros pasan parcialmente por Ucrania. Como este país se ha negado a pagar el gas, Rusia decidió que lo mandará para Europa, no para Ucrania, así tenga que pasar este gas por territorio ucraniano.
El presidente estadounidense, Barack Obama, no ocultó durante la crisis ucraniana que Estados Unidos le ofrece a los europeos gas de esquisto, para "reducir la dependencia del gas ruso". Como parte de esta estrategia, Estados Unidos intervino para bloquear el proyecto South Stream, un gasoducto ruso que debía pasar por el sur europeo (Balcanes, hasta llegar a Italia) para llegar al centro de Europa. En un dos por tres, Bulgaria suspendió su participación en la construcción del gasoducto y una dócil Serbia no lo defendió demasiado.
Estados Unidos no le apunta nada más al debilitamiento de Rusia, sino también al de Europa. El proyecto no es nuevo y dicta lo siguiente: "los rusos afuera, los europeos abajo", para lo que es necesaria una política que no tiene mayor secreto, y que consiste en "divide para reinar".
En septiembre de 2013 se discutió el futuro de Ucrania en una conferencia estratégica en Yalta (Crimea, entonces ucraniana). Participaron el convocante, el magnate ucraniano Viktor Pintchuk, Hillary y William Clinton, Condoleezza Rice, Georges Soros, Mario Monti, José Manuel Barroso y Anthony Blair, entre otros. Decidieron promover las "transformaciones democráticas" en Ucrania y un golpe que corre el riesgo de dejar al territorio ucraniano dividido y con enfrentamientos armados que ya han provocado miles de refugiados. Parte de lo que está en juego en el Este de Ucrania es el gas de esquisto, en el que se interesa (en Kramatorsk, lugar de fuertes enfrentamientos recientes) la empresa transnacional Shell.
Pintchuk -dueño de cuatro canales de televisión, una publicación ucraniana popular y la mayor fundación filantrópica de Ucrania- está muy vinculado con la Clinton Global Iniciative, una red que le permite a Pintchuk coquetear con una eventual llegada de Hillary Clinton (la "gran amiga" de Cuba y de Dilma Rousseff, presidente brasileña) a la Casa Blanca, y cabildear para obtener contratos para negocios -en particular, del acero- en Estados Unidos. Pintchuk es la clase de tipo que accedió con relaciones personales -se casó con Olena, hija del segundo presidente de Ucrania de 1994 a 2005, Leonid Kuchma- al saqueo de bienes soviéticos. Entre Pintchuk, Yulia Timoshenko y otros, tal parece que el asunto es participar en el reparto de Ucrania sin mayor conciencia de país, y para beneficio de empresas y líderes foráneos, como Hunter Biden, hijo del vicepresidente estadounidense Joseph Biden. Hunter (sic) es el director de la mayor empresa de gas y petróleo de Ucrania, Burisma Holdings.
Lo que incomoda de gente como Putin es que impide ir desmantelando el mundo para llevárselo por pedazos. Era lo que incomodaba de la "amenaza" (!) soviética, y no se trataba de ningún comunismo "peligroso".
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