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miércoles, 11 de octubre de 2017

ANTIFA: CHICAS DE HOY

Ser antifascista hoy es chic. Tan es así que el académico Mark Bray acaba de publicar un manual para serlo, Antifa: the antifascist Handbook. Se vende bien y lo celebran The New York Times, The Washington Post, The Guardian o la NBC. Los antifascistas están tan activos que persiguen desde los supuestos signos precursores del fascismo, como el patriarcalismo (un asunto claramente pre-facista), hasta la transfobia (digamos que asunto post-fascista). Como lo ha sugerido Diana Johnstone en un artículo reciente en Counterpunch, este movimiento "antifa" parece ser más heredero de Batman que de Marx o Bakunin. Y no tiene nada que ver con el antifascismo real de la Internacional Comunista (Comintern) en otra época.
     Bajo el pretexto de perseguir a los "conspiracionistas" y "roji-pardos", los Antifa, que en manifestaciones callejeras europeas sirven muy bien como provocadores, se meten con quienes están contra la guerra, en particular imperialista, o contra el todopoderío de las finanzas. Es así que Ornella Guyet, bajo el pseudónimo de Marie-Anne Boutoleau, atacó virulentamente en Francia a la Unión Popular Republicana (Union Populaire Républicaine-UPR) de Francois Asselineau, un partido que se opone a la Unión Europea y al euro, lo que no tiene nada de fascista, salvo en la calentura de las equivalencias antieuropeísta=nacionalista=fascista=genocida en potencia.
     La UPR decidió seguirle la pista a Guyet y la encontró entre los conferencistas (Guyet fue la número 22) de un seminario sobre medios de comunicación masiva organizado en marzo de 2009 en París, la capital francesa, por el Center for the Study of International Communications y la School of Media and Public Affairs de la Universidad George Washington. Esta universidad, situada en Washington D.C., es conocida -al igual que Georgetown University- como lugar de reclutamiento de agentes de la Central de Inteligencia Americana (CIA). Entre los conferencistas estaban mecenas del Partido Demócrata estadounidense, de la agencia financiera Bloomberg, corresponsales de CNN y miembros de la republicana "Ripon Society" y ex asesores de Richard Nixon, entre otros. En sus ataques contra Asselineau, Guyet (la supuesta Boutoleau) se presentó como "periodista independiente". No parece serlo tanto. Participa como administradora en la red Indymedia (Indymedia Paris) financiada entre otros por George Soros y la Fundación Ford, y en programas de la American University of Paris.
     Diana Johnstone ha hecho notar que movimientos como este "Antifa" han logrado sobre todo penetrar la academia, impidiendo la libertad de expresión en nombre de la "política de la identidad". "Las palabras son consideradas tan peligrosas, dice Johnstone, que deben ser creados 'espacios seguros' de ellas para la gente. La extrema vulnerabilidad a la injuria de las palabras está extrañamente ligada a la tolerancia con la violencia física real", la callejera. Los "antifa" lograron entre otras cosas liquidar la libertad de expresión en la Universidad de Berkeley. Johnstone ha hecho notar que este tipo de movimientos sirve, mediante su lucha contra fenómenos del pasado, para silenciar las luchas necesarias del presente. Es cierto que ninguno de los "antifa" se ha metido con quienes organizaron en Estados Unidos casi tres décadas de guerra en distintas latitudes.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...