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domingo, 2 de marzo de 2025

EJE CENTRAL NIÑA PERDIDA

 La presidentA mexicana, Claudia Sheinbaum, encabezó hace poco un acto de conmemoración por los 500 años de la ejecución del último tlatoani mexica, Cuauhtémoc. De modo extraño, algunos titulares dijeron que era un "funeral de Estado", cuando no había ningún funeral de nada. Se puso al tal tlatoani como ejemplo de "soberanía del pueblo", se sacó un video con un Cuauhtémoc de tez blanca y se remató con la "grandeza de México". En parte, no se han perdido las costumbres de una parte del antiguo régimen: el presidente José López Portillo (1976-1982) se las dragoneaba de Dios Quetzalcoátl para darle ese tipo de circo a los mexicanos, cuando el país estaba "administrando la abundancia", el mandatario el nepotismo y el gobierno una corrupción galopante, algo de lo que no se estila recordar en la llamada "Cuarta Transformación". Lo de Cuauhtémoc es algo antiguo, por lo que hay por ejemplo un Cuauhtémoc Cárdenas (o un Cuauhtémoc Blanco). Parte de la ideología postrevolucionaria se volvió doctrina José Alfredo: según José Alfredo Jiménez, el hijo del pueblo es "descendiente de Cuauhtémoc/mexicano por fortuna". Aunque el apellido más mexicano sea Hernández, "hijo de Hernán".

        Gran parte de la unidad de lo que hoy es México la cimentaron los españoles, por la unidad de idioma y religión (español y catolicismo), lo que significa por lo demás que el mismo México es más parte de América Latina que de Norteamérica, porque el predominio en Estados Unidos y Canadá -salvo en Québec- es anglosajón y protestante, pese a que el francés de izquierda Jean-Luc Mélenchon diga tonterías sin que nadie se lo haga notar: en los territorios hoy de Estados Unidos que le fueron arrebatados a México, mientras Antonio López de Santa Anna se preocupaba más por su propia grandeza (al grado de hacer enterrar su pierna mutilada con honras), NO hay ninguna mayoría hispana, ni siquiera contando los "hispanos" no mexicanos. En Nuevo México, por ejemplo, donde menos del 50 % de la población es "hispana" (pese a ser el estado más "hispano" de Estados Unidos),  la mayoría de los "hispanos" no se considera descendiente de ningún país latinoamericano. Mélenchon, un demagogo, no parece tener idea de lo que son Colorado, Utah o Wyoming. Ni siquiera hay mayoría "latina", no "hispana", en California o Texas, aunque se trate del casi 40 % de la población. Ser el grupo más grande no quiere decir que se sea mayoría, ni que todos sean mexicanos. Aún así, hay quienes creen que la grandeza de Estados Unidos la hacen los mexicanos y que, como lo deja entrever Mélenchon para "quedar bien", México está a punto de recuperar lo que perdió en el siglo XIX.  Los "latinos" son habitantes de Estados Unidos procedentes de América Latina. Los "hispanos" incluyen a población estadounidense de ascendencia española, pero no forzosamente latina ni mexicana. Es decir, gente "hispana" que no se siente para nada mexicana, por el poco tiempo que le duró el gusto en el siglo XIX. Por lo demás, México está también más cerca de América Latina por Mesoamérica y el maíz, aunque no abarca todo el territorio mexicano.

         Así, el norte mexicano es en parte (y nada más en parte) más español porque al maíz, prefiere el trigo. Antes de la llegada de los españoles, el imperio azteca estaba muy lejos de abarcar todo el actual territorio mexicano: era sobre todo el centro, y los grupos originarios eran distintos en el sur-sueste y en el Occidente y el llamado "Septentrión". No había unidad idiomática, ni de tipo de vida (sedentario o nómada), y el estado de guerra era más o menos frecuente, aunque cierta tendencia al sedentarismo hace la diferencia con los pueblos originarios de Norteamérica. Es archisabido que no nada más los tlaxcaltecas se unieron a los españoles. Y luego, hubo aztecas vencidos que también se unieron con los españoles, por ejemplo contra los purépechas o contra los chiapanecas. A muchos pueblos originarios de México les llegó de oídas lo de la caída de Tenochtitlán, y Cuauhtémoc no les incumbe en lo más mínimo, salvo que se quiera hacer algo peor: un problema racial. Para el caso, tampoco Cortés es el único Conquistador. Lo que trajeron los españoles fue la mitomanía y la pasión por el árbol genealógico. El emperador Moctezuma, dicho sea de paso, era totalmente errático. Salvo en algunas regiones del actual México, como gran parte del norte y Tabasco, los españoles unificaron el tipo de propiedad predominante y de relaciones sociales asociadas, aunque llegando a coexistir con resabios prehispánicos, que no estaban ellos unificados, puesto que existieron desde comunidades primitivas diversas hasta imperios despótico-tributarios como el azteca. En lo descrito, los españoles sentaron las bases en el idioma, la religión y con frecuencia el tipo de propiedad para el futuro México. Por lo demás, el mestizaje empezó muy pronto y, a diferencia de Guatemala, y en bastante menor medida, México es un país predominantemente mestizo, por lo que es no sólo mezcla de indio y español, sino de negros traídos de África y luego, además, de la llegada de muchas otras culturas que no se reducen al exilio republicano y al sudamericano como pretextos para hacer fund raising.

         El acto circense sobre Cuauhtémoc es un asunto racial, mezclado con la mitomanía española y para consumo de gente que tal vez haya heredado del tal Cuauhtémoc la costumbre de ser idólatra. La "grandeza" de México tiene su origen en un texto novohispano, del obispo Bernardo de Balbuena, del siglo XVII (1604), para Doña Isabel de Tobar y Guzmán, más allá de una borrachera de José José. Y es que la Nueva España era "la joya de la Corona", la capital, la "ciudad de los palacios", y la ostentación de opulencia, algo frecuente en la misma ciudad. La mitomanía de ciertos posrevolucionarios, sin excluir a José Vasconcelos, hizo el resto, aunque sucede que México es una nación joven, con grandes dificultades en el siglo XIX, megalómanos como el emperador Agustín de Iturbide o el mismo Santa Anna, y que logró lo mejor de su unidad gracias al vaivén de habitantes a través del proceso revolucionario, para el que los pueblos originarios (salvo en parte los yaquis de Obregón) no tuvieron mucho que ver. La "revolución institucionalizada" terminó en "cornucopio de abundancia orientado hacia Estados Unidos". No se puede hacer gran cosa si desde 1992, cuando  culminaron 500 años de resistencia, resulta que "estábamos a todo dar" antes de que llegaran los españoles. Si van a cantar "El hijo del pueblo", que sea completa: no nada más el "descendiente de Cuauhtémoc" para antropólogos gringos y políticas también gringas de discriminación positiva. Muy desafortunadamente, más mexicano era quien supo ver la desgracia de estar "tan lejos de Dios, y tan cerca de Estados Unidos". Porque Cuauhtémoc debió haber estado algo lejos de Dios y muy cerca de arqueólogos y antropólogos para los cuales la periferia es cosa de ruinas. Ahora se van a vender hasta las antiguedades de museo -ah, junto con el gran embarque de ex narcos, por "libres, soberanos, independientes" y extraditables en bola (da click en el botón de reproducción).



YO NO ME LLAMO JAVIER

 No es muy fácil saber qué es el "pueblo", aunque en él resida la soberanía, al decir de diversas Cons tituciones, la estadounide...