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miércoles, 28 de mayo de 2014

¿SE VA EU DE SIRIA?

En este momento no hay certeza de que Estados Unidos vaya a retirarse del conflicto sirio. Aunque algún periódico español diga lo contrario y presente a Barack Obama, presidente estadounidense, como el mayor pacificista del mundo, las acciones concretas de Washington señalan otra cosa.
     En la actualidad, Estados Unidos entrena en Qatar, en una base en la frontera con Arabia Saudita, a terroristas sirios que aprenden el uso de armas modernas, emboscadas y el ataque de vehículos. El canciller ruso, Serguei Lavrov, acaba de afirmar que Moscú ve con preocupación la ayuda estadounidense a la oposición siria, que incluye el suministro de sistemas de defensa aérea portátiles. Los terroristas son reclutados vía Turquía y mandados desde ahí a Qatar para ser entrenados.
    Obama tiene previsto un nuevo programa de entrenamiento militar para terroristas sirios, bajo supervisión de la CIA, Central de Inteligencia Americana. Hace rato que el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, anunció este tipo de apoyo. Entretanto, Washington hace maniobras con jordanos e israelíes no muy lejos de la frontera sur siria, cerca de las alturas del Golán, para compensar así las derrotas de los terroristas en las ciudades de Homs y de Aleppo. Estados Unidos apuesta en este caso por los "moderados" del Ejército Libre Sirio. Hace poco, el gobierno estadounidense autorizó al opositor Consejo de Oposición Sirio a la apertura de oficinas diplomáticas en Estados Unidos, en Washington y en Nueva York. Puede que el presidente estadounidense diga que la diplomacia está por encima de la fuerza, pero ésta es vista en Estados Unidos como instrumento para "empujar" negociaciones en el sentido de una ganancia, como se hizo en Centroamérica entre los años '80 y '90 del siglo pasado. Resulta que se consigue "enforcement" de la "ley" gracias a terroristas y a mercenarios: la ley no es la de todos, sino la del país que es "el único indispensable" y que no ha dejado de ver el mundo como se ve al Salvaje Oeste, un "lugar peligroso". Una de las cosas más curiosas está en los analistas que nunca tardan en responder al llamado del "síganme los buenos", así lo haga un país que, según Russia Today, vive en una realidad paralela -donde, digamos, la ley la hacen los matones, como en Chicago, o los vaqueros, como en el Far West.
   

¿SE VA EU DE AFGANISTAN?

El presidente estadounidense, Barack Obama, acaba de hacer un anuncio ambivalente sobre Afganistán: las tropas de Washington se van, pero no tanto...
     Según Obama, los estadounidenses se irán por completo de Afganistán para el año 2016, no muy lejano. De un total de 32 mil soldados estadounidenses en suelo afgano hoy,  para enero deberían quedar 9 mil 800. Luego seguirá paulatinamente la disminución hasta el año 2016. Obama se presentará como un pacifista.
     Es sabido que al mismo tiempo, Estados Unidos ha venido negociando que permanezcan varias bases militares en territorio afgano, poco visibles, siguiendo lo hecho en Kosovo y en Iraq, donde la fórmula consiste en disfrazar con contratistas la presencia militar.
     Para después de 2014, Estados Unidos tiene en realidad planeado mantener nueve grandes bases militares, negociándolo con el nuevo gobierno afgano. Según Zamir Kabúlov, enviado especial de Rusia para Afganistán, "una red de nueve grandes bases sería capaz de ejercer una importante influencia de fuerza sobre la totalidad de la vasta región (...) y convertirse en un potente centro de operaciones en caso de alguna acción militar a gran escala". Según Kabúlov, Rusia quisiera que no sea ella la que esté en la mira, aunque lo probable es que sí.
     Afganistán ha servido para que Estados Unidos entrene terroristas, entre ellos 20 mil que combaten en Siria, y que fueron financiados directamente con droga afgana. Tampoco es que Estados Unidos esté pensando en salirse del problema sirio por completo.
    Por lo pronto, lo más probable es que muchos analistas crean lo que dice Obama, detecten un "fracaso" estadounidense en Afganistán (como si el objetivo hubiera sido el declarado por Washington) y construyan el siguiente escenario para ir a cotizar en él. Así, estábamos en el fin de la injerencia en Siria y en el reiterado "escenario chino" cuando Estados Unidos fue a tragarse Ucrania, con todo y sus riquezas y su posición geoestratégica, salvo Crimea, que casi por milagro quedó en la órbita rusa.

martes, 27 de mayo de 2014

LA RELIGION EN RUSIA

Contra lo que suele creerse y decirse, la Unión Soviética no persiguió todo el tiempo a los religiosos, ni tampoco a las minorías con una religión distinta de la ortodoxa. En 1944, y a diferencia de lo que ocurría algunas décadas antes en el imperio zarista, las autoridades soviéticas, preocupadas por la unidad nacional (era la época de la guerra contra el invasor nazi), permitieron por ejemplo la restauración de las Asambleas Espirituales Musulmanas, que se instalaron así en Tashkent, Bakú, Majatchkala y Ufá. El acuerdo tácito fue que los religiosos respetaran a su vez las ceremonias y los documentos civiles (nacimiento, matrimonio, fallecimiento). A pesar de las dificultades en 1919 (cuando fueron cerradas las madrasas musulmanas) o de algunas persecusiones con Jrushov, sovietismo y religión coexistieron.
     Es con la caída de la Unión Soviética que llegó un "renacer" religioso que han aprovechado potencias medias extranjeras, como Turquía, Paquistán y Arabia Saudita. Así por ejemplo, de 300 mezquitas que había en territorio soviético en 1991, hoy son (en la ex Unión Soviética) 100 mil, al mismo tiempo que se abren escuelas de adoctrinamiento bajo influencia egipcia, turca, saudiárabe o paquistaní, con el regreso de las madrasas y de las peregrinaciones a La Meca. Una parte de los islamistas (el islam ruso es mayoritariamente sunita) está bajo influencia del salafismo-wahabismo, como ocurrió en el norte del Caúcaso, donde tuvo lugar entre los años '90 y principios del siglo XXI la guerra de Chechenia. La influencia radical parece ser mayor entre los jóvenes: a menor experiencia del sovietismo, mayor atracción por el extremismo islámico. Con todo, en la Federación Rusa el islam sigue pregonando una forma moderada, la de la región Volga-Urales (el islam tártaro), secularizada, con pocas fiestas religiosas, poca asistencia a las mezquitas y no muy generalizada lectura del Corán. El emblema de esta moderación es la mezquita Kul-Sharif, al lado del Kemlin de la ciudad de Kazán.
     Con la emigración de ex repúblicas soviéticas a la Federación Rusa (los uzbekos, que son mayoría en los inmigrantes, son musulmanes), algunos están interesados en crear tensiones similares a las de Europa Occidental, aunque los conflictos en Rusia son limitados (y los azeríes, con quienes a veces los hay, son chiítas). En esta línea, un "regreso" de la "Rusia eterna" con todo y religión abriría una línea de fractura, pese a que los encargados de la cultura rusa han señalado la apertura de los ortodoxos a otros mundos religiosos. ¿Conviene esta "vuelta a la religión" cuando es lo que esperan quienes enrolan -incluso en Tatarstán- a muchos jóvenes en la religión (ahora 90 % de los jóvenes tártaros se dice religioso)?
     Bajo presión incluso del partido comunista (ruso), Vladimir Putin, presidente ruso, ha insistido en que, según la Constitución de Rusia, el separatismo está penado (como lo está en muchos otros lugares del mundo, por cierto). El problema no está nada más en los que están bajo influencia extremista islámica; también los hay rusos que declaran peyorativamente a Moscú como "capital musulmana" o que empiezan a practicar el rechazo al musulmán, en un estilo no muy distinto del ruso que ve en el ucraniano o bielorruso a un "pequeño ruso", rebajándolo, o de la política ucraniana que llama -como lo hizo Yulia Timoshenko- a "matar rusos". Una política cultural equivocada -o inexistente, porque la cultura siempre es "para después" de la "gran jugada"- puede servir a quienes no parecen muy apresurados en irse del mundo islámico, de Medio Oriente hasta Afganistán -lo acaba de dejar en claro Barack Obama, presidente estadounidense, en Siria y en Afganistán.

martes, 20 de mayo de 2014

LA (FANTASTICA) NUEVA HISTORIA RUSA

El punto de no retorno está en la negación de la victoria soviética -no rusa- en la Segunda Guerra Mundial.
    De hecho, algunos ya han cruzado este punto. A veces, a un profesor ruso se le ocurre decir que fue por el fracaso de Hitler en la Unión Soviética que pudo entonces Stalin seguir haciendo de las suyas, reprimiendo. Hace poco, en la ciudad costera ucraniana de Jersón, un funcionario celebró el Día de la Victoria (9 de mayo) alabando la idea de Hitler de liberar a los soviéticos de "la esclavitud". El funcionario no tenía ni siquiera idea de lo que decía (Hitler quiso esclavizar a los soviéticos, no liberarlos), y decía cualquier cosa como tributo a quienes vencieron a Hitler. Este tipo de discursos tienen como fin complacer al poder, como antes los había que complacían a Stalin, luego a Jrushov y después a quien fuera. Hay gente que busca lo suyo en cualquier sistema.
     Otros entienden que el poder les pide vender al débil o supuestamente débil. El pseudoargumento es: Hitler, al menos, no atacaba a los suyos, a diferencia de Stalin (el argumento es falso: los alemanes comunistas, por ejemplo, iban a los campos, aunque aquéllos fueran alemanes de lo más arios). Estos caminos llevan a falsificaciones y es así que Rusia ha tenido que hacer pasar recientemente una ley contra versiones probadamente falsas del papel de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial.
    El problema está en que Rusia quiere realzar su Historia: ¿puede hacerlo negando todo logro soviético, o negando que la victoria de 1945 fue soviética y no rusa? Si esta negación tiene lugar, Rusia puede creerse todo lo "potencia" que quiera: la Primera Guerra Mundial la estaba perdiendo, luego de hacer el ridículo en la guerra ruso-japonesa. Antes de la victoria soviética de 1945 hay muy poca gloria, salvo en la cabeza del ex apparatchik (ex miembro del aparato) que ahora se cree noble (¿o siempre creyó serlo?) y tal vez hasta quiera tener siervos.
     Más se pretende ser Rusia, menos se quiere ser Unión Soviética, y más se pierde la potencia de la victoria sobre el nazismo. Es lo que espera Occidente, que prefiere, a una Unión Soviética victoriosa, una Rusia imperial grandilocuente pero perdedora. ¿Puede vanagloriarse Rusia escupiéndole a todo lo soviético? Occidente lo quiere. Según algunos historiadores militares rusos, como Boris Yulin, en Rusia no se puede ser patriota odiando a la Unión Soviética. Pero más de uno lo intentará. El resultado puede ser absurdo, para empezar: tan absurdo como anotarse en el curriculum "estudiante en la ex Unión Soviética", como lo hace alguien que, habiendo estudiado en un lugar, anota que no estuvo en ningún lado, puesto que cursó sus estudios en un país inexistente (¿estudió en la Unión Soviética o es que este país -vaya cosa- ya era su"ex"?). Nadie dice: "estaba casado con mi ex esposa". Qué importa: haber estudiado "en la ex Unión Soviética" es hoy tan normal como lo será mañana tener ex hijos ("tuve un ex hijo con fulana de tal").

miércoles, 14 de mayo de 2014

RUSIA REZA

En algunos temas, los encargados rusos de la cultura, como Vladimir Medinsky (ministro ruso de Cultura), están claros y rechazan la tolerancia al estilo occidental: el Estado ruso no subsidiará a quien quiera mostrar en la ópera del Príncipe Igor a Yaroslavna masturbándose alrededor de un tubo, ni dará apoyo económico a quien sugiera en una puesta en escena que en La hija del capitán, de Pushkin, los principales personajes masculinos son todos gays y rivalizan por celos (por si Pushkin no se había dado cuenta). Tampoco se tendrá "tolerancia" para el multiculturalismo tal y como es entendido en Occidente (cada quien en su ghetto).
     El presidente ruso, Vladimir Putin, habló de proteger a Rusia de "pseudo-valores" y de oponerles algo que no es tan fácil de entender: los "valores tradicionales". Ahora resulta que Rusia piensa según algunos en convertirse en bastión del conservadurismo, así, dicho sea explícitamente. Putin se ha puesto incluso milenarista: "sin los valores contenidos en el cristianismo y otras religiones del mundo, sin milenios de evolución de las normas de la moral y la ética, la gente inevitablemente pierde su dignidad humana", ha dicho el mandatario. Así que el presidente ruso busca "la defensa de los valores tradicionales". ¿Cuáles? "Los valores tradicionales de la familia, ha señalado, la verdadera vida humana, incluyendo la vida religiosa, la vida no sólo material sino también los valores espirituales de la Humanidad". Así va el Kremlin a la familia, a la religión y a la patria. Una parte es entendible, porque, la verdad sea dicha, Rusia ya no sabe ni a qué santo rezarle y de alguna manera hay que crear conciencia y unidad nacionales en un inmenso país amenazado desde el exterior.
     En todo ésto hay pésimas inspiraciones, como la del anticomunista feroz Alexander Solzhenitsyn, quien no anduvo -por necedad antisoviética- tan lejos de la extrema derecha europea y "valores" a lo Junger, Evola o van den Broek, como lo ha hecho notar el analista Maxim Kantor. Solzhenitsyn era en el mejor de los casos romántico de una comunidad rusa idílica y en el peor un pseudo-campesino al estilo de los que les gustaban a los alemanes, tipo bávaro -es preferible no decir de qué alemanes se habla aquí. La generación de Putin rechaza Occidente, pero no tiene nada claro desde el punto de vista político: entre la ignorancia soviética (que desconocía el marxismo) y más de 20 años de mass média occidentales es suficiente para aturdir a cualquiera.
     Según Putin, "en la época soviética, predominaba la ideología" (vaya: !es la tesis neoliberal, que confunde ideología y propaganda!...). Siempre según el presidente ruso, eran valores cuasi-religiosos. "El código del constructor del comunismo es una lastimosa copia de la Biblia", considera el huésped del Kremlin. Este "código" ha expirado y es tiempo de volver a los valores tradicionales...donde claro, no hay ideología, ni en la familia, ni en la religión (!), ni en la patria. ¿Por qué repetir lo mismo que el neoliberalismo, aunque en nombre del rechazo al liberalismo occidental? Simplemente porque la presión para renegar del sovietismo sigue siendo muy, muy fuerte. De otro modo no se celebraría al disidente -Solzhenitsyn- que escondió la verdad sobre el origen de su disidencia, nunca política ni literaria. En fin, que mientras Occidente se va al table por aquéllo de la tolerancia, Rusia quiere -según sus intelectuales- ponerse a rezar. Hasta Guennadi Ziuganov, líder comunista ruso (ya un poco pasado de tiempo en el puesto), quiere sus íconos.

martes, 13 de mayo de 2014

RUSIA: EDUCACION DE CALIDAD

A nivel internacional se hacen con cierta regularidad mediciones para conocer el nivel educativo de distintos países. La empresa educativa y editorial Pearson, en una reciente medición, encontró algo que no sorprende demasiado: los países del mundo con mejor nivel de educación son asiáticos.
     Este lugar de los asiáticos no solo es asunto de capacidad para competir en el mercado. En la prueba PISA (Program for International Student Assesment) quedó muy bien ubicado Vietnam, en un nivel comparable ni más ni menos que al de Alemania o al de Austria. Quienes buscaron una explicación la encontraron: los adultos vietnamitas leen mucho, el ausentismo entre los maestros es casi inexistente y los profesores están bien preparados. Para mejorar la educación, las autoridades vietnamitas buscan seguir ejemplos como el sudcoreano, el mejor del mundo según Pearson. Es posible pensar que en culturas como las asiáticas la jerarquía del profesor es respetada. En Vietnam tal vez hay algo más.
    En el ranking de Pearson, Rusia está en el lugar número 13, por encima de Estados Unidos (número 14). Tampoco parece que sea cuestión de pura "competitividad". Si nos atenemos a la educación superior, Rusia tiene la mejor del mundo, según datos de 2012: más de la mitad de los rusos entre 25 y 64 años de edad tiene un título universitario, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Rusia se encuentra así por encima de países como Canadá (en mejor posición que Rusia en el ranking Pearson) e Israel. Los rusos con educación superior se concentran en carreras de ingenieros y programadores. El sistema ruso combina por lo demás bien estudio y trabajo. Como en Vietnam, parece bastante obvio que estas cualidades no son de ayer.
     Es por lo expuesto que sorprende el desvarío al que suele llegar en los últimos tiempos Rusia cuando busca una identidad. A fuerza de rechazar "la ideología", Rusia parece haber olvidado que debe al pasado soviético algunos beneficios. La tan criticada "ideología soviética" consideraba importante la educación y la cultura general, y la gente leía bastante (a diferencia del nazismo que quemaba libros, por cierto). El gusto por la lectura, el respeto por la educación y la dedicación de los maestros son factores que cuentan tanto como la "competitividad", que ni en Sudcorea lo explica todo (Finlandia se lleva siempre buenas posiciones en Europa, a veces las mejores, y no es el país más competitivo en el mercado).

martes, 6 de mayo de 2014

UNA RUSIA EXTRAVIADA

Una parte de la intelectualidad rusa, no tan alejada del Kremlin, está intoxicada con la creencia en el retorno de alguna "Rusia eterna", en muchos aspectos imperial. Lo que sea es bueno para una "gran potencia" y en esta perspectiva llega a ubicarse gente como Alexander Duguin o Alexander Projánov. En parte, este retorno tendría lugar cuando Rusia consiga alzarse con Eurasia. Esta ala de la intelectualidad rusa puede hacer las delicias de quienes, en Occidente, están esperando pasarles a sus propias gentes guiones como "El imperio contraataca", "Putin está de vuelta", "El día en que lloró Europa", "Pide a Putin que vuelva" y cualquier cosa que alimente la psicosis en el occidental de pié .
     Algunos, en Rusia, empezaron este camino alabando -y Putin lo hizo tiempo atrás- a otro rusófilo más, el famoso y hoy extinto Alexander Solzhenitsyn, un supuesto iniciado en cosas del "alma rusa". En todo ésto, Rusia se ha puesto como otros a buscarse una supuesta "identidad étnica". Rusia puede hacer así las delicias de los provocadores del periódico español de mayor venta en el mundo, quienes están a la espera de que Rusia busque comportarse como "Gran Rusia"en el espacio ex soviético , para repetir el guión balcánico.
     Putin no tiene en realidad claras las cosas, y Rusia busca a tientas una referencia propia sólida sobre sí misma, mientras la azuzan de mil maneras desde el exterior, incluso quienes creen que Putin es "Vlad el martillo", el "zar Vlady" o el campeón de ajedrez que le ganará La-Gran-Partida-del-Siglo a todos. A la Federación Rusa, por lo pronto, no le ha resultado el intento de abrirse camino en Europa para separarla de Estados Unidos, ni una potencial alianza con China (que es apenas éso, potencial).
    A la izquierda, añorando la Unión Soviética, los comunistas rusos -sobre todo los líderes- empujan donde pueden a un pleito de fascistas contra comunistas (y al revés), que tiene desde luego algo de grandioso, y que permite además ser grandilocuente y remplazar el análisis -los comunistas rusos no entienden mucho de lo que está pasando en Occidente- por palabrería rimbombante. Curiosamente, son esa ala conservadora y el ala comunista quienes más han empujado al Kremlin a inmiscuirse directamente en Ucrania, mientras que las declaraciones del primer ministro Dmitri Medvedev, del canciller Serguei Lavrov y de otros muestran -como los hechos, la no intervención fulminante de Moscú en el Este ucraniano- que Putin no tiene deseos de guerra, ni está en su personalidad dárselas de interesante y ponerle fuego al mundo con tal de "trascender" y ser recordado como Catalina la Grande. Lo único que está en pie es el anhelo de paz, tomado por desgracia en Occidente como signo de debilidad del Kremlin.

lunes, 5 de mayo de 2014

EU: DEMOCRACIA SIN REPUBLICA

En un país como Estados Unidos, al igual que en sectores enteros de la población en otros paises, la democracia tiene mucho de un acto de compra-venta. Hace rato que la ciudadanía no es tal, sino que es la que compra (la demanda), cuando paga impuestos (y muchas veces, aún sin pagarlos). Esta dizque ciudadanía tiene todos los derechos del mundo, los del cliente que "siempre tiene la razón" o que se rige por "el que paga manda". Esta sociedad civil tiene a portavoces que lo único que saben expresar son los "exigimos", "pedimos", "reivindicamos", "queremos", etcétera. No hay ninguna obligación.
     Esta sociedad civil, a quien en lo sucesivo se denominará EL COMPRADOR, paga para que la sirvan y la protejan, resguardando sus bienes, que para éso están la administración y la policía, las dos cosas que funcionan bien en Estados Unidos, incluso con aspectos envidiables. Paga también para desentenderse de todo aquéllo por lo que no pagó. Lo que no compró, esta sociedad civil ni siquiera lo ve, ni quiere saber de ello. La libertad es lo que hay cuando se han pagado impuestos: se paga para tener libertad y para que la administración la asegure, como al bien comprado (con gastos y tributos de la transacción).
     La administración se presenta previamente a la contienda política a ofrecerse, por lo que ahora los partidos políticos tienen una "oferta a la ciudadanía" y los políticos andan "ofertando". La administración, a quien en lo sucesivo se denominará EL VENDEDOR, conserva una prerrogativa, la de fijar el precio a pagar para el comprador, aunque haya negociación. El precio está en la transacción: El comprador, al desentenderse de todo lo que no haya pagado con sus impuestos, deja en libertad al vendedor de hacer con el dinero -deducidas la administración y la policía- de la compra-venta lo que mejor le plazca, por lo que, cumplidos ciertos servicios, la administración bien puede disponer del monto para, por ejemplo, hacer algún negocio privado. Celebrado el acto de compra-venta y finiquitadas las negociaciones, el vendedor no tiene por qué rendir cuentas, por lo que todos son iguales, libres: libre el que pagó y libre el que tiene el dinero, aunque no sea la misma libertad. Fuera de estar molestando sin parar con sus derechos mercantilizados, la sociedad civil no se interesa en nada por la cosa pública. Y la administración, pagado el comprador, decide con el dinero lo que mejor le plazca, sin considerar la cosa pública. La generalización de este modo mercantil de entender el mundo implica que no haya "cosa pública" (res-pública o república).
     La administración no da cuenta a nadie de lo que hace con el dinero de la venta, luego de servir al comprador: aquélla queda libre de emprender una guerra o varias, o de beneficiar a las finanzas y a las grandes corporaciones, por ejemplo. Además de no rendir cuentas, nadie se las pide, ni tiene por qué pedírselas. Si Washington -capital de un país cuyo territorio se hizo con una compra-venta tras otra- decide una guerra o un gran negocio para saquear, es libre de hacerlo. A cambio, el miembro de la sociedad civil es libre de hacer con él, con su mente, con su cuerpo y con todas las propiedades adquiridas  lo que mejor le parezca, desde volverte "trans" hasta asegurar que no es un Hombre, sino una jirafa o un platillo volador, e ir a luchar por los derechos de las jirafas o de los extraterrestres. Así como el comprador es libre de hacer un "club de amigos de las jirafas" sin que nadie lo moleste, el vendedor es libre de fabricar bombas atómicas para lanzar en Japón (¿hubo alguna vez una protesta multitudinaria estadounidense contra ésto?): el estadounidense promedio puede luchar hasta la locura por su mascota, pero no moverá ni un dedo por los desmanes del Pentágono en el planeta (lo hará por Vietnam si el afectado es propiedad de a quien en lo sucesivo se denominará EL COMPRADOR, un hijo suyo, por ejemplo). El negocio de la libertad es redondo y, éso sí, debe quedar claro que por la "cosa pública" no responde nadie, ni en Estados Unidos (que nunca ha sido república), ni en ningún lugar que se le asemeje o que quiera asemejarse. Así que es la libertad de comerciar y de no responder de nada.

sábado, 3 de mayo de 2014

TOTALITARISMO: ¿DONDE ESTA EL ERROR EN LA ECUACION?

En Ucrania existe un partido comunista. Esta organización no ha realizado ningún acto violento contra el actual gobierno ucraniano, a pesar de que éste quedó integrado en parte por grupos que hacen propaganda abierta por el nazismo. No puede ser probado ningún acto ilegal de los comunistas ucranianos, por lo demás muy, muy minoritarios, salvo en Lugansk, en el extremo oriente ucraniano (las grandes agrupaciones políticas ucranianas son otras). Y no puede ser probado ningún acto de esa índole incluso a pesar de que Ucrania está convertida en un país sin ley.
     Este día 2 de mayo, miles de integrantes del grupo neonazi ucraniano Praviy Sector (Sector Derecha), luego de perseguir a un grupo mucho menor de izquierdistas (unas 250 personas) en la ciudad de Odessa (costa del Mar Negro, sur de Ucrania), los acorralaron en un edificio sindical y le prendieron fuego a éste: murieron 36 personas (en el cálculo por lo bajo). Las víctimas eran comunistas, miembros de la organización izquierdista Borotba y algunos más. Cabe hacer notar que a quienes salieron vivos, las fuerzas ucranianas del orden- llegaron tarde al lugar de los hechos- los arrestaron acusándolos de "terrorismo". Quienes quemaron el edificio -con la gente adentro, algo que practicaban los nazis en la Segunda Guerra Mundial- no fueron incomodados. Protestar pacíficamente es terrorismo, pero quemar un edificio con personas adentro no lo es.
    Es suficiente para probar que la ex Unión Soviética no dio a luz a ninguna alianza "roji-parda", y que es falso que se fueran a encontrar "los dos totalitarismos". Todo este asunto parte del invento de la palabra "totalitarismo" y del modo en que fue usado por Estados Unidos. Claro, si comunistas y fascistas resultaban supuestamente iguales, lo más probable era que terminaran aliándose. Solo que no sucedió. Compartiendo el poder actual en Ucrania occidental están los neonazis, no los comunistas, y los agresores en Odessa fueron neonazis (armados, a diferencia de los de izquierda). Las pruebas están en Youtube.
     El mito genial de los totalitarismos menciona el Pacto Molotov-Ribbentrop de 1939 (el pacto germano-soviético), criticándole a Stalin un acuerdo transitorio con Hitler. Nunca, lo que se llama nunca, es mencionado el Pacto de Munich, donde Francia y Gran Bretaña, las dos democracias liberales, le entregaron Checoslovaquia en bandeja de plata a Hitler. Occidente pactó calculando que no pagaría nada por una agresión hitleriana que se encaminaba hacia el Este. Occidente tampoco defendió a Polonia cuando Hitler la atacó.
    Sobre lo ocurrido este 2 de mayo, las agencias noticiosas occidentales lo presentaron como "enfrentamientos" o "choques" entre radicales o extremistas, estableciendo una semejanza que no hay. Esta semejanza toma la apariencia de rivalidad entre "proucranianos" y "prorrusos", bajo el supuesto de que los segundos son peones de Rusia -lo que oculta de quiénes son peones los primeros, que además no son proucranianos, puesto que matan a población ucraniana, no a la rusa (salvo que los medios de prensa occidentales quieran demostrar que ser proucraniano es matar ucranianos). En todo caso, esos medios deberían tener la lógica de escribir que hubo choques entre "proestadounidenses"/ "proeuropeos" y "prorrusos". En realidad, el desliz muestra como "víctima propiciatoria" a la víctima.
      Este tipo de presentaciones no es para beneficio ni siquiera de los grupúsculos neonazis, manipulados por una fuerza mayor. Es una presentación del tipo "quédate en tu casa mientras nosotros arreglamos el problema. Di no a la violencia" (nosotros nos encargamos...). Todo está en establecer una semejanza que oculta quién es el agresor y quién el agredido, como lo ocultó el invento de la palabra "totalitarismo" y su pésima utilización por Hannah Arendt (convertida en película, claro está). Veamos: la fórmula "fascismo=comunismo" NO EXISTE; en realidad esta ecuación no se usa nunca, y es la otra la que se utiliza siempre, "comunismo=fascismo", lo que NO es lo mismo: es una invitación a cazar comunistas identificándolos con el fascismo -con el cuento de que "ahí viene el coco". Ningún contrario al totalitarismo -de ésos que distan de ser científicos locos, aunque la ecuación es de locura- ha escrito jamás: "fascismo=comunismo". Nadie dice: el fascismo es un comunismo, el fascismo es como el comunismo, o el fascismo se parece al comunismo. La tal semejanza no existe ni en la cabeza de quienes la sugieren. Vaya.
     La Duma rusa (Cámara Baja del parlamento) ha penado recientemente la rehabilitación del nazismo. Ucrania occidental, en cambio, puso a sus neonazis manos a la obra y a quemar impunemente a unos cuantos opositores. Entre miles y contra centenares, que es además lo que suelen hacer las hordas.
   

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...