Distintos analistas en medios rusos han sugerido que Rusia sigue en retirada por no tener una ideología clara.Incluso se observa que esta falta de ideología ha creado problemas en el Donbás ucraniano: los hay partidarios de una "Rusia blanca" y otros francamente prosoviéticos, todo junto. La glorificación de la "Rusia blanca" previa a 1917 no tiene muchas posibilidades: se explica, para algunos, por el hecho de que el actual grupo gobernante en Rusia de algún modo surgió de una capitulación en 1989-1991 (e incluso de traiciones) y no está acostumbrado a vencer, ni a crear el pastel, sino a "repartirlo", sin mayor atracción por el esfuerzo y sí en cambio por una vida confortable y "light", junto al hábito -heredado incluso de tiempos soviéticos- de la sumisión. Tampoco ayuda la creencia en que los negocios son lo mejor de lo mejor, junto a la marginalidad sociocultural. Alrededor del grupo dominante no faltan, en suma, derrotistas, sin visión del mundo, ya ni se diga de la justicia social (asunto que en la Rusia actual puede desencadenar alborotadas risotadas).
La ideología del mandatario ruso, Vladimir Putin, ha buscado por otros caminos, y tres de los autores que parecieran inspirar a este mandatario y parte de su entorno son, primero, Nicolai Berdiaev (1874-1948), cristiano, anticomunista, partidario de evitar cambios bruscos ("revolucionarios") y de favorecer en cambio la evolución gradual de la mentalidad de la gente. Berdiaev solía ser anti-autoritario y anti-imperial. Otra fuente de cierta inspiración es Vladimir Soloviov (1853-1900), cristiano y anticomunista también, pero místico y partidario de unir a distintas religiones y culturas mediante un "renacimiento espiritual", lejos del materialismo. Finalmente, Iván Ilyn (1883-1954) no estuvo lejos del monarquismo, aunque fue sobre todo partidario de crear en la gente "conciencia de la ley" y partidario, también, del derecho a la legítima defensa en caso de agresión. Ilyn, aunque vivió en Alemania luego de ser expulsado de Rusia por los bolcheviques, partió a Suiza cuando se instaló en suelo germano el nazismo, que no compartió, porque el mismo Ilyn rechazaba toda búsqueda de superioridad social, nacional o religiosa. Tal vez sea por la filiación religiosa y el marcado anticomunismo que por momentos Putin se inclina ante una figura más dudosa, como la de Solzhenitsin.
Más allá de lo anterior no hay mucho, salvo rasgos de sovietismo tampoco del todo claros. Lo que salta a la vista es que no hay aquí nada de "totalitario", de "estalinista" y ni siquiera de "autoritario" (Berdiaev lo rechazaba) o de "chovinista" (Soloviov lo criticaba), salvo en un monarquismo muy tenue de Ilyn, que de cualquier forma era partidario de la ya mencionada "conciencia de la ley".. El mayor defecto de esta búsqueda de moralización y unidad es que deja en el aire el problema social y económico, que para los "liberales" es en fin de cuentas el principal, como para los occidentales, aunque no lo digan. El "eurasismo" en todo ésto no tiene mayor papel, salvo entre grupos pro-imperio ruso o paneslavistas reducidos.
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