Mi lista de blogs

jueves, 23 de febrero de 2023

CAMBALACHE

 Una de las cosas más bellas en el mundo actual es la manera en que lo que antes se llamaba imperialismo ha logrado apropiarse de las banderas de la izquierda.

      En efecto, hubo una época en que era la izquierda la que defendía la soberanía nacional de los países. Ahora es Estados Unidos que lo hace en Ucrania, frente al "imperialismo" ruso. Es inobjetable: fueron tropas rusas las que incursionaron en Ucrania. El presidente estadounidense Joseph Biden es, en estas condiciones, el campeón de la integridad territorial ucraniana. Formalmente, es suficiente para no hacerse ni una pregunta más, ni reconstituir los hechos. Poco falta para que el ejército ucraniano sea un movimiento de liberación nacional.

       Históricamente, era la izquierda la que luchaba contra las dictaduras. Hoy, lo hace valientemente Estados Unidos, como lo prueba supuestamente el caso de Nicaragua. De inmediato salen España y algunos países latinoamericanos a ofrecer la ciudadanía a los supuestos "presos políticos" privados de ella por "el autócrata", Daniel Ortega.

      !Y con la defensa de la ley! Antes, era la izquierda la que, como en Chile con Salvador Allende (1970-73), buscaba apegarse a la ley. Ahora, luego de una supuesta intentona de golpe de Estado como la de Pedro Castillo en el Perú, queda claro que Estados Unidos es el adalid del resguardo de la constitucionalidad.

     En verdad, no es poca cosa: Estados Unidos, al igual que sus "socios y aliados", defiende soberanías nacionales, lucha contra dictaduras y garantiza el respeto a la ley, por lo que se trata de una potencia revolucionaria, seguramente, a tal grado que hay que sumársele sin siquiera mayor atención, como les ocurre a muchos con la Internacional Progresista de Bernie Sanders, Demócrata. Es edificante.

     El cambio radical parece obra de Estados Unidos, por contraste con el conservadurismo de un país como Rusia o de "las autocracias": Estados Unidos es la esencia misma de la democracia.

     El asunto no termina aquí. Estados Unidos promueve por doquier las políticas inclusivas: más mujeres, más jovenes, más pueblos originarios, más afrodescendientes y más LGBTTTIQ+, para que nadie se quede atrás, ni en situación de vulnerabilidad. Así, es desde Estados Unidos que nace la lucha contra la discriminación, por si alguna vez, en algunos aspectos al menos, fue bandera de la izquierda, sobre todo en materia de emancipación femenina. Ahora, loque da el tono es el recuerdo de Franklin D. Roosevelt y de Martin Luther King, para ponerse extremistas.

     En suma: Estados Unidos es el país revolucionario de hoy, al grado que se ha renunciado a hablar de imperialismo; quienes se le oponen son la sede de la reacción, y por lo tanto es Estados Unidos que hace el cambio. Muy en particular, Rusia y sus aliados son la sede de los reaccionarios contrarios no al progreso, porque de la palabra no se habla mucho, sino a la inclusión. Si acaso alguien creía que el comunismo eran los caudalosos ríos de leche y miel, el "libre mercado" y Estados Unidos tienen éso...!y más!

       Desde el punto de vista formal, lo enumerado parece tener la fuerza de una evidencia, para lo que basta con mantenerse así y desconocer los hechos: que las potencias occidentales se hayan burlado -hoy lo reconocen cínicamente- de los Acuerdos de Minsk y que haya neonazis en el gobierno ucraniano; que el Congreso peruano sea un nido de parásitos hasta un grado increíble; que se haya intentado un golpe delictivo en Nicaragua o que la "no discriminación" con minorías -salvo en el caso de las mujeres- sirva para dividir la organización desde abajo es algo que no puede ser visto, porque desmiente "lo obvio". La izquierda en general no ha hecho más que quedar debilitada -salvo para recorrerse al "extremo centro »/ -ante "la revolución" estadounidense. El que se oponga puede desde ya ser catalogado de "fascista", sobre todo que es Estados Unidos quien encabeza la pelea contra el "fascismo", como el que supuestamente encarna el ex mandatario estadounidense Donald J. Trump. No es muy fácil saber qué banderas propias le quedan a la izquierda. Así las cosas. Música, maestro (da click en el botón de reproducción).




ES QUE NO HAY DE OTRA...

 Cuando se trata de técnica, más el día de hoy, resulta para muchos difícil no hacer de ella un fetiche, objeto de veneración: es por ello, ...