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domingo, 12 de febrero de 2023

Y SI NO TIENE IMPORTANCIA

 Sin negociar con nadie de por medio, el gobierno nicaraguense encabezado por Daniel Ortega tomó una decisión drástica. De cerca de 240 "presos políticos", 222 fueron sacados de la cárcel y enviados en un vuelo charter a Estados Unidos, aunque ya sin nacionalidad. Para alguien como Sergio Ramírez, el escritor, parece más importante tener libertad que patria. Algunos no quisieron tomar el vuelo, y a otros más no los quiso acoger Washington, capital estadounidense.

      Los medios de comunicación masiva dominantes no se tomaron la molestia de difundir algunas cosas, como el hecho de que la ex guerrillera Dora María Téllez admitió no haber sido maltratada en la cárcel. Nicaragua se quedó en todo caso prácticamente sin "presos políticos", y es un hecho que no hubo gente para protestar en las calles nicaraguenses por la salida de estos "héroes", acusados de haber reincidido en los intentos de desestabilización luego de lo ocurrido en 2018. Poco a poco se dan a conocer más testimonios de lo sucedido.

     En el caso del supuesto descontento en el campo, encabezado entre otros por Medardo Mairena, se trató en realidad de algo localizado, en principio opuesto a lo que debía ser un Canal interoceánico, en las fronteras de Nueva Guinea y Bluefields, en un espacio de difícil acceso y feudo somocista. El Movimiento Campesino juntó a cerca de dos mil personas, pero la Asociación Nacional de Trabajadores del Campo tiene a 47 mil afiliados y, entre las más de cinco mil cooperativas inscritas, suman 350 mil miembros. Se trató así de una minoría en un asentamiento de los años '70, bastión del Partido Liberal Constitucionalista. En los '80, se crearon colaboraciones con contrarrevolucionarios con base en Costa Rica. Mairena fue luego expulsado de territorio costarricense bajo la acusación de tráfico de personas. El foco de descontento fue alimentado por unos cuatro millones de dólares provenientes de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la organización no gubernamental (ONG) Popol Na de Mónica Baltodano y su hija Mónica López. Metidos en más de un problema legal en Costa Rica, Mairena y otros nunca dieron cuenta del uso de los fondos. A final de cuentas, Mairena y los suyos optaron por dedicarse a la extorsión de lugareños. En "controles de carretera", Mairena y compañía, con sus "peajes",  lograban hacerse de un promedio de 50 mil dólares diarios. Lo que hizo el sandinismo fue deshacerse de gente que, de una u otra manera, estaba dedicándose a delinquir en zonas remotas, y con apoyo internacional y puede que de buenas conciencias "antiextractivistas". Era el tipo de cosas que festejaba la familia Chamorro. No queda muy claro por qué el gobierno nicaraguense no debía reprimir actividades delictivas, pero en ésto consistió el "Movimiento Campesino".

     Tal vez el gobierno de Ortega y la vicepresidente Rosario Murillo no sea el ideal, pero las pruebas se juntan de que la oposición estaba delinquiendo. Habría que probar que el régimen de Ortega lo hace -y no hay suficientes pruebas-, más allá de haber encarcelado a gente que en 2019 había gozado de amnistía, contra lo que podía ser el parecer de las víctimas de la violencia opositora, sobre la que se tiene ya mayor claridad. En fin, que rara vez la derecha en América Latina consigue gobernar sin asociarse con el crimen organizado, lo que no es el caso del progresismo o el socialismo (da click en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...