A últimas fechas se han producido en Moscú protestas contra irregularidades -que sin duda las hubo- en las recientes elecciones legislativas rusas, en las cuales ganó el oficialista partido Rusia Unida, pero en retroceso frente al Partido Comunista.
Lo que da pena es que tercermundistas y comunistas extraviados se hayan ido a meter en las protestas moscovitas, menos multitudinarias de lo que parecen. En las protestas hay monarquistas y neo-nazis que nadie quiere. También hay personeros de la extrema derecha "liberal", como Boris Nemtsov, antiguo gobernador de Nizhny Novgorod felicitado por la hoy ex primer ministra británica Margaret Thatcher, y luego asesor del neo-nazi gobierno ucraniano de Victor Yushchenko. Nemtsov, como Garry Kasparov, han hecho lo posible por no aparecer vinculados al magnate Boris Berezovski, quien vive en Gran Bretaña y es todo un mafioso. También estuvo en las protestas el ex primer ministro ruso Mijaíl Kasiánov, quien ocupó el cargo a principios de la era Putin (2000-2004), y se encontraba igualmente el multimillonario ruso Mijaíl Projórov, quien tiene intenciones de competir contra el hoy primer ministro Vladimir Putin, en las próximas elecciones presidenciales. En suma, en las protestas de Moscú se encontraban oligarcas desplazados del poder y que sueñan con un país en manos de tecnócratas, mientras la población se dedica al oscurantismo monarquista o de extrema derecha nacionalista. Rusia sería así un país de caricatura. Lo inexplicable es que hubieran banderas comunistas en un mitin de esta índole.
El bloguero Alexei Navalni, presente en las manifestaciones, admitió tranquilamente que había estimado "al alza" el número de participantes en las concentraciones. A su vez, la organización Golos fue sorprendida mandando correos a Estados Unidos y preguntan el monto de facturación de las denuncias por fraude. Golos ha recibido apoyo de la USAID y National Endowment for Democracy, NED. De lo que se trata es de armarle a Putin una "revolución de colores" que facilite el desarme unilateral de Rusia, a lo que estaba dispuesto el ex ministro de finanzas Alexei Kudrin, también entre los manifestantes.
Por lo pronto, los tercermundistas y comunistas que estuvieron en las manifestaciones ojalá tengan idea de lo que hacen. En cambio, Alexandre Latsa, observador de la realidad rusa, sugiere que el sistema político de la Federación Rusa podría orientarse casi hacia el bipartidismo: en el centro-derecha estaría la agrupación de Putin y, hacia el centro-izquierda, el Partido Comunista. Contra lo que muestran algunos periódicos occidentales (los viejitos nostálgicos del estalinismo solitos en la nieve con su hoz y su martillo, etcétera...), el Partido Comunista tiene muchos de sus adeptos en lo que se conoce como "naukograd", el mundo de las ciudades científicas. De nueva cuenta, a mayor cultura, mayores son las posibilidades de votar por los comunistas.
El último líder soviético, Mijaíl Gorbachov, aprovechó las manifestaciones moscovitas, las celebró y le recomendó a Putin "irse". Según declaró Gorbachov, él se fue a tiempo, para que la gente recordara lo positivo que hizo. Nadie le niega el derecho a Gorbachov de engañarse: nunca se fué del poder, ni parecía que pensara hacerlo, sino que lo expulsó con una tremenda humillación Boris Yeltsin, el último de los borrachines y un antisocial de primera. Gorbachov nunca pudo defenderse ante Yeltsin, quien lo sacó del gobierno a puntapiés, y lo único que encontró fue culpar al Comité Estatal para el Estado de Emergencia.
Así que, para variar, Occidente celebra a quien vive en una ficción, contándose lo que nunca sucedió. Y no faltan los extraviados que quieran rematar tanto progreso con el agasajo a millonarios excéntricos y a zaristas y neo-nazis de opereta. Quienes festejan este tipo de "democracia" deberían exigir, a cambio de ocultar y ocultarse evidencias, boleto para el circo y una dosis individual y legal de mariguana: porque sí, todos tienen su derecho a la felicidad y lo que es más, a vivir de ilusiones, porque otros mundos son posibles y no están de más las visiones alternativas.
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martes, 27 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
TU MALDAD ME HACE FELIZ
En más de un aspecto, Occidente está repitiendo en Siria el guión utilizado en Libia. Consiste en apoyar a terroristas, luego de haber acusado a Siria de fomentar el terrorismo. Ya se encuentra operando en Siria el Grupo Islámico Combatiente, oriundo de Libia, catalogado por Naciones Unidas como terrorista. Es decir que, en homenaje a la congruencia y en respeto a la opinión pública, en Occidente se apoyan las maniobras de un grupo que los propios occidentales han llamado "terrorista". Parte de este apoyo lo brindan los servicios secretos británicos (M16). En cuanto a Libia, Naciones Unidas avaló el accionar de un grupo, el mismo Grupo Islámico Combatiente, que aparece en las listas de Naciones Unidas como organización peligrosa.
Según declaraciones del presidente sirio Bashar al Assad a Pravda.ru, desde 2003 Siria ha sido presionada para que rompa vínculos con Rusia. De manera muy concreta, al momento del ataque contra Irak, el entonces secretario estadounidense de Estado, Colin Powell (el mismo que mintió tranquilamente sobre las supuestas "armas de destrucción masiva" iraquíes), se apersonó en Siria para amenazar al gobierno de al Assad. Powell pidió que Siria girara de "180 grados" en su alianza con Rusia y terminara los acuerdos que tiene con Moscú. Powell no dudó en amenazar con una acción armada contra Siria. Si el actual régimen de Damasco cayera, Rusia tal vez perdería la única base naval de la que dispone en el Mediterráneo, lo cual favorecería el control estadounidense de este mar.
Lo dicho explica los esfuerzos actuales de Rusia por mediar en el problema sirio. Sin embargo, la Liga Arabe no es de confiar, ya que ha caído en manos de países que son incapaces de retomar la defensa de la causa palestina, de criticar a Israel y de oponerse a la injerencia estadounidense en la región. Junto con Turquía, el papel clave en la desestabilización lo están jugando las monarquías petroleras de la península arábiga. Rusia juega las cartas que puede, pero no son las mejores.
El papel de la Liga Arabe se parece al de la Organización de Estados Americanos en América Latina, hace algún tiempo. En su momento, la mayoría de los países latinoamericanos fue incapaz de condenar la intervención armada en Panamá, en diciembre de 1989. Hoy todavía es común oir hablar del "dictador" Manuel Antonio Noriega que, dicho sea de paso, nunca fue especialmente sangriento. Quienes durante la intervención juraron en una base militar estadounidense, quienes utilizaron armas letales contra población civil indefensa en la capital panameña, quienes la saquearon y quienes se burlaron de la soberanía de Panamá, nunca fueron juzgados, ni ha pasado por la cabeza de nadie llevarlos a juicio: sería tanto como llevar a juicio a la superpotencia que, desde el fin de la muy supuesta "amenaza soviética", ha emprendido seis guerras abiertas en distintas partes del mundo (Panamá, Somalia, Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia), sin que aparezca quien diga que Washington es un peligro para la estabilidad internacional. Parece que la opinión de masas occidental perdió toda capacidad para discernir. Lo que hace el confort...
Según declaraciones del presidente sirio Bashar al Assad a Pravda.ru, desde 2003 Siria ha sido presionada para que rompa vínculos con Rusia. De manera muy concreta, al momento del ataque contra Irak, el entonces secretario estadounidense de Estado, Colin Powell (el mismo que mintió tranquilamente sobre las supuestas "armas de destrucción masiva" iraquíes), se apersonó en Siria para amenazar al gobierno de al Assad. Powell pidió que Siria girara de "180 grados" en su alianza con Rusia y terminara los acuerdos que tiene con Moscú. Powell no dudó en amenazar con una acción armada contra Siria. Si el actual régimen de Damasco cayera, Rusia tal vez perdería la única base naval de la que dispone en el Mediterráneo, lo cual favorecería el control estadounidense de este mar.
Lo dicho explica los esfuerzos actuales de Rusia por mediar en el problema sirio. Sin embargo, la Liga Arabe no es de confiar, ya que ha caído en manos de países que son incapaces de retomar la defensa de la causa palestina, de criticar a Israel y de oponerse a la injerencia estadounidense en la región. Junto con Turquía, el papel clave en la desestabilización lo están jugando las monarquías petroleras de la península arábiga. Rusia juega las cartas que puede, pero no son las mejores.
El papel de la Liga Arabe se parece al de la Organización de Estados Americanos en América Latina, hace algún tiempo. En su momento, la mayoría de los países latinoamericanos fue incapaz de condenar la intervención armada en Panamá, en diciembre de 1989. Hoy todavía es común oir hablar del "dictador" Manuel Antonio Noriega que, dicho sea de paso, nunca fue especialmente sangriento. Quienes durante la intervención juraron en una base militar estadounidense, quienes utilizaron armas letales contra población civil indefensa en la capital panameña, quienes la saquearon y quienes se burlaron de la soberanía de Panamá, nunca fueron juzgados, ni ha pasado por la cabeza de nadie llevarlos a juicio: sería tanto como llevar a juicio a la superpotencia que, desde el fin de la muy supuesta "amenaza soviética", ha emprendido seis guerras abiertas en distintas partes del mundo (Panamá, Somalia, Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia), sin que aparezca quien diga que Washington es un peligro para la estabilidad internacional. Parece que la opinión de masas occidental perdió toda capacidad para discernir. Lo que hace el confort...
martes, 13 de diciembre de 2011
LOS CHULOS DE EURODISNEY
Estados Unidos ha conseguido afianzar posiciones en el Mediterráneo, no nada más en el norte de Africa: también Washington lo ha conseguido en el sur de Europa, un continente cuya moneda, el euro, se tambalea ante la poco disimulada felicidad en el otro lado del Atlántico.
El actual presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, fue entre 1985 y 1990 director ejecutivo del Banco Mundial. Entre 2002 y 2006, no hace mucho, el economista italiano fue vicepresidente operativo del gigante especulador estadounidense Goldman Sachs. Con este gigante también estuvo relacionado Romano Prodi, dos veces primer ministro de Italia.
Mario Monti, flamante primer ministro de Italia, pareciera parte del gabinete de Barack Obama: fue director europeo de la Comisión Trilateral y de la directiva del grupo Bilderberg. Monti ha sido asesor de Goldman Sachs.
El tercero, el primer ministro griego Lukas Papadimos, ha pasado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology), Harvard y Columbia. Por cierto, Draghi ocultó la magnitud del déficit griego durante el gobierno conservador de Kostas Karamanlis.
Así las cosas, salvo en España, donde unos están con cara de indignados y otros rezando por el fin de la crisis, en el resto del sur de Europa mandan tecnócratas directamente ligados a las altas finanzas estadounidenses, sospechosas de especular contra el euro.
Es igualmente una verguenza para Europa el presidente Nicolás 1ero de Francia (sí, el esposo de la emperatriz Carlita), que en la crisis que involucró a Dominique Strauss-Kahn no hizo nada por evitar que el Fondo Monetario Internacional cayera en manos de intereses estadounidenses, así los represente la francesa Christine Lagarde.
Europa midió mal sus pasos porque Alemania desestabilizó el proceso de integración, lento, para tragarse a toda prisa a cuanto país del Este europeo quisiera dejarse engullir. Así, Europa se encuentra hoy sobrecargada de países miembros, 27, muy dispares. El Este europeo apenas disimula que es una sucursal para los intereses económicos conjuntos de Alemania y Estados Unidos.
Lo que no parecía tan cercano era la apertura de nuevas sucursales en el Mediterráneo, en manos de los culpables de la crisis. No es demasiado raro que la socialdemocracia europea no haya podido evitar lo sucedido: esa socialdemocracia suele ser corrupta y, si en algo tienen razón algunos analistas rusos de Ria Novosti, es que el mundo pagará con una larga recesión el hecho de vivir por encima de sus medios, que es lo que ha ocurrido en algunas partes del sur europeo. La gracia es que la austeridad la impondrán tecnócratas al servicio de la potencia que, viviendo por encima de sus medios, no se ajusta el cinturón, sino que deja a medio mundo en calzoncillos. Vaya manera la de presentarse de Europa por el mundo desde que es "la gran Europa".
El actual presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, fue entre 1985 y 1990 director ejecutivo del Banco Mundial. Entre 2002 y 2006, no hace mucho, el economista italiano fue vicepresidente operativo del gigante especulador estadounidense Goldman Sachs. Con este gigante también estuvo relacionado Romano Prodi, dos veces primer ministro de Italia.
Mario Monti, flamante primer ministro de Italia, pareciera parte del gabinete de Barack Obama: fue director europeo de la Comisión Trilateral y de la directiva del grupo Bilderberg. Monti ha sido asesor de Goldman Sachs.
El tercero, el primer ministro griego Lukas Papadimos, ha pasado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology), Harvard y Columbia. Por cierto, Draghi ocultó la magnitud del déficit griego durante el gobierno conservador de Kostas Karamanlis.
Así las cosas, salvo en España, donde unos están con cara de indignados y otros rezando por el fin de la crisis, en el resto del sur de Europa mandan tecnócratas directamente ligados a las altas finanzas estadounidenses, sospechosas de especular contra el euro.
Es igualmente una verguenza para Europa el presidente Nicolás 1ero de Francia (sí, el esposo de la emperatriz Carlita), que en la crisis que involucró a Dominique Strauss-Kahn no hizo nada por evitar que el Fondo Monetario Internacional cayera en manos de intereses estadounidenses, así los represente la francesa Christine Lagarde.
Europa midió mal sus pasos porque Alemania desestabilizó el proceso de integración, lento, para tragarse a toda prisa a cuanto país del Este europeo quisiera dejarse engullir. Así, Europa se encuentra hoy sobrecargada de países miembros, 27, muy dispares. El Este europeo apenas disimula que es una sucursal para los intereses económicos conjuntos de Alemania y Estados Unidos.
Lo que no parecía tan cercano era la apertura de nuevas sucursales en el Mediterráneo, en manos de los culpables de la crisis. No es demasiado raro que la socialdemocracia europea no haya podido evitar lo sucedido: esa socialdemocracia suele ser corrupta y, si en algo tienen razón algunos analistas rusos de Ria Novosti, es que el mundo pagará con una larga recesión el hecho de vivir por encima de sus medios, que es lo que ha ocurrido en algunas partes del sur europeo. La gracia es que la austeridad la impondrán tecnócratas al servicio de la potencia que, viviendo por encima de sus medios, no se ajusta el cinturón, sino que deja a medio mundo en calzoncillos. Vaya manera la de presentarse de Europa por el mundo desde que es "la gran Europa".
martes, 6 de diciembre de 2011
¿MUERTOS? LA COSA ES SENCILLA.
Lo que algunos de izquierda tomaron como una "gran liberación" en el mundo árabe muestra hoy de qué se trata. Entre otras cosas, se trata de política-ficción: según lo ha demostrado Thierry Meyssan en Red Voltaire, la lista de más de 3 500 muertos por supuesta culpa del gobierno sirio actual, se tomó de la guía telefónica, así que muchos de los muertos tienen todavía la extraña capacidad de contestar al teléfono y ponerse a hablar. Es el tipo de inventos de los Hermanos Musulmanes, a los que Naciones Unidas hace caso. Por si fuera poco, el primer ministro turco, Recep Tayyip Ergodan, le advirtió al líder sirio Bashar al Assad que puede tener un "fin trágico", como Adolfo Hitler, Kadafi y Ceaucescu, todo revuelto. Sin duda, lo mejor que puede hacer al Assad es aumentar el número de registrados en el anuario telefónico, de tal forma que Siria pueda democratizarse.
En Libia, los "revolucionarios" apoyados desde Occidente no son "islamistas moderados". Los salafistas ya han ido a liquidar mezquitas y lugares de culto no salafistas, según lo comprobó el diario argelino "Echuruk", mencionando lo ocurrido en las localidades de Aziziyah y Janzur. Los "moderados" tunecinos no están mejor: al grito de "mi velo es mi libertad", han presionado para que se instalen salones de plegaria en centros educativos, lo que desembocó en una huelga general del cuerpo docente universitario, a principios de diciembre.
En Túnez, el 23 de octubre, los islamistas de Ennahda ganaron las elecciones a la Asamblea Constituyente. No se crea que son los últimos de los retardatarios: tienen a su disposición importantes medios de masas y, al mismo tiempo, de manera muy poco transparente, se ganaron votos a cambio de alimentos, tarjetas de teléfono o directamente dinero en metálico, es decir, con una corrupción galopante y el apoyo de Obama y los saudiárabes.
Lo mismo ocurrió en Egipto. La victoria de los Hermanos Musulmanes (Partido Libertad y Justicia) e incluso los porcentajes nada desdeñables para el grupo salafista Al-Nour se consiguieron no siempre de manera limpia: los Hermanos Musulmanes fueron acusados de repartir medicamentos y comida y de usar grupos de influencia afuera de los lugares de votación. Al mismo tiempo que critica irregularidades en Rusia, la secretario estadounidense de Estado, Hillary Clinton, es incapaz de inquietarse por esta mezcla de fanatismo y corrupción que infesta ahora al norte de Africa, y que ya existe en Asia Central.
Los islamistas (Partido justicia y Desarrollo) también ganaron en las elecciones legislativas de Marruecos.
Gracias a la cobardía de la Liga Arabe, a la ineptitud de Naciones Unidas y la presión occidental, hoy se busca desestabilizar al único gobierno laico y no mayormente represivo que queda, el gobierno sirio, que por lo demás, en vez de cerrarse, ha hecho más de una reforma. ¿Muertos? Están en la sección amarilla, es decir, en la guía telefónica donde hay también se ofrecen mercenarios, agentes secretos, aviones bombarderos, velos para mujeres y túnicas para hombres, comida y otros sobornos por votos, e intelectuales demagogos o con cabeza de avestruz. Lo que no se encuentra es una izquierda que guíe en vez de limitarse a responder con reflejos condicionados de tipo estadounidense y guiados por los antojos de Washington. Tampoco hay en la guía asuntos sociales ni auténtica política. Lo que hay es una conquista efectiva de gran parte del Mediterráneo y de la península arábiga para los aviezos fines geopolíticos estadounidenses.
En Libia, los "revolucionarios" apoyados desde Occidente no son "islamistas moderados". Los salafistas ya han ido a liquidar mezquitas y lugares de culto no salafistas, según lo comprobó el diario argelino "Echuruk", mencionando lo ocurrido en las localidades de Aziziyah y Janzur. Los "moderados" tunecinos no están mejor: al grito de "mi velo es mi libertad", han presionado para que se instalen salones de plegaria en centros educativos, lo que desembocó en una huelga general del cuerpo docente universitario, a principios de diciembre.
En Túnez, el 23 de octubre, los islamistas de Ennahda ganaron las elecciones a la Asamblea Constituyente. No se crea que son los últimos de los retardatarios: tienen a su disposición importantes medios de masas y, al mismo tiempo, de manera muy poco transparente, se ganaron votos a cambio de alimentos, tarjetas de teléfono o directamente dinero en metálico, es decir, con una corrupción galopante y el apoyo de Obama y los saudiárabes.
Lo mismo ocurrió en Egipto. La victoria de los Hermanos Musulmanes (Partido Libertad y Justicia) e incluso los porcentajes nada desdeñables para el grupo salafista Al-Nour se consiguieron no siempre de manera limpia: los Hermanos Musulmanes fueron acusados de repartir medicamentos y comida y de usar grupos de influencia afuera de los lugares de votación. Al mismo tiempo que critica irregularidades en Rusia, la secretario estadounidense de Estado, Hillary Clinton, es incapaz de inquietarse por esta mezcla de fanatismo y corrupción que infesta ahora al norte de Africa, y que ya existe en Asia Central.
Los islamistas (Partido justicia y Desarrollo) también ganaron en las elecciones legislativas de Marruecos.
Gracias a la cobardía de la Liga Arabe, a la ineptitud de Naciones Unidas y la presión occidental, hoy se busca desestabilizar al único gobierno laico y no mayormente represivo que queda, el gobierno sirio, que por lo demás, en vez de cerrarse, ha hecho más de una reforma. ¿Muertos? Están en la sección amarilla, es decir, en la guía telefónica donde hay también se ofrecen mercenarios, agentes secretos, aviones bombarderos, velos para mujeres y túnicas para hombres, comida y otros sobornos por votos, e intelectuales demagogos o con cabeza de avestruz. Lo que no se encuentra es una izquierda que guíe en vez de limitarse a responder con reflejos condicionados de tipo estadounidense y guiados por los antojos de Washington. Tampoco hay en la guía asuntos sociales ni auténtica política. Lo que hay es una conquista efectiva de gran parte del Mediterráneo y de la península arábiga para los aviezos fines geopolíticos estadounidenses.
martes, 29 de noviembre de 2011
¿QUIEN SE HA LLEVADO TU QUESO?
La reactivación de una supuesta "amenaza nuclear" iraní puede ser apenas un pretexto. En un informe reciente de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), el japonés Yukiya Amano dió a entender que esa amenaza existe, pero no aportó pruebas, ni mucho menos novedades, al basarse nada más en datos del espionaje occidental de 2009. El 29 de octubre, antes de "informar" sobre esta "amenaza", Amano fue a la Casa Blanca a que le dictara qué hacer un consejero de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Barack Obama. La AIEA perdió así credibilidad, sirviendo, como se ha vuelto de lo más común en organismos internacionales, a intereses particulares. Wikileaks había denunciado que Amano es persona al servicio de Estados Unidos, y tan pronto como dió a conocer el informe, Rusia alegó que está distorsionado con fines políticos y no aporta nada nuevo.
"Hasta un idiota se da cuenta de que es contra Rusia", dijo hace poco Guennadi Ziugánov, líder comunista ruso, refiriéndose al escudo antimisiles occidental. El problema es que un idiota o ciertos animales todavía son capaces de entender cosas o de hacer gestos que un humano occidental ni entiende, ni hace, porque no sabe qué significa ser humano y es tratado como infrahumano. Al occidental promedio, siempre muy indignado, no le importa en lo más mínimo que se gasten sus impuestos en una carrera armamentista delirante. Cuando, luego de asesinado el líder libio Kadafi, Obama advirtió a todos los que "gobiernan con puño de hierro" que se cuidaran, empezó a ser claro. Tan claro que el ex candidato republicano estadounidense, John McCain, dijo que el primer ministro ruso Vladimir Putin seguramente estaba "nervioso" luego de lo ocurrido con Kadafi. McCain no es idiota, simplemente bruto: dijo sin tapujos lo que otros traen en mente. Obama se hace el idiota. En cuanto al secretario general de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el gran danés Anders Fogh Rasmussen, si Rusia se defiende, considera que la "amenaza" es lamentable y una "vuelta al pasado". Otro idiota: no hay vuelta al pasado si Rusia se arma, porque la carrera armamentista era con la Unión Soviética, no con Rusia. Y, por lo demás, pareciera que el gran danés prefiere el riesgo de una buena guerra en el futuro a lo que, en el pasado, era aunque fuera una mala paz, porque Estados Unidos y la Unión Soviética habían llegado en algún momento a la paridad estratégica. Como se trata de ofertas navideñas, Fogh Rasmussen dice dos idioteces al precio de una, tomándole el pelo a los occidentales, no a los rusos.
Las cosas claras: la guerra puede evitarse, y de ningún modo se trata de que haya un "fuego purificador" que traiga de vuelta a la Unión Soviética o lleve a la Humanidad al socialismo. En este sentido, no es asunto de profetas en La Habana ni del apocalipsis que viene, sino de prevenir, para lamentar lo menos posible, así se quede el mundo sin profetas que por lo demás, no se necesitan. Ni "fuego purificador", ni agoreros del desastre: lo ideal sería disuadir a Occidente de meterse en camisa de once varas, aunque no le quede mal.
En claro y en resumen: para 2015-2017, muy pronto, el escudo antimisiles estadounidense pretende interceptar y abatir parte de los misiles intercontinentales rusos en trayectoria hacia Estados Unidos. Es un escudo que se acompaña de una espada, puesto que el "potencial agresor", suponiendo que lo sea, se quedaría sin defensa si es a su vez agredido desde Occidente. Es decir, es un escudo y una espada que pende sobre la única potencia con un arsenal militar capaz de impedir el monopolio estadounidense de las armas en el mundo. Se trata -viejo proyecto, desde Reagan- de destruir la paridad estratégica.
Ya hay una primera respuesta rusa. Hace unos pocos días, el huésped del Kremlin, Dmitri Medvedev, puso en servicio en Kalingrado -cerca de las fronteras de Polonia y Lituania- el radar de alerta temprana Voronezh-DM, que le permite a Rusia el control de toda Europa. Medvedev advirtió que Rusia tiene misiles estratégicos capaces de vulnerar el escudo antimisiles europeo. En Kaliningrado podrían instalarse misiles tácticos Iskander de hasta 2 mil kilómetros de alcance, con cargas convencionales, pero también con ojivas nucleares. Digamos que no es muy atractivo para la vendida Europa.
Rusia puede incrementar para el año 2015 la producción de misiles balísticos de emplazamiento móvil (en camiones) de combustible sólido y ojivas múltiples hipersónicas, tipo Topol-M o Yars, que son imbatibles para el escudo antimisiles. El RS-24 Yars es un nuevo misil balístico intercontinental que podría tocar territorio estadounidense.
Como los occidentales para haber colmado el vaso metiéndose en el Artico, el Mar del Norte, el de Barents y el Báltico, realmente muy lejos de Teherán, los rusos buscan emplazar misiles Bulavá en submarinos 955 de clase Borei, que pueden llevar ojivas múltiples y atacar desde el hielo ártico, sin ser detectados a tiempo.
Algunos jefes militares rusos no se andan por las ramas: desde el general Nikolai Makarov hasta el Dr. Serguei Kurginian, la hipótesis de un conflicto nuclear no se descarta. La OTAN ha sido designada como "enemigo sistémico" de la capacidad de Rusia para defenderse. No se trata, sin embargo, de un conflicto inevitable, en el cual Estados Unidos cree haber ganado de antemano y Rusia, supuestamente, ofrecería una respuesta asimétrica a pedido, sea para llevar, a domicilio o para degustar atómicamente "in situ".
El tiempo está corriendo rápido y no es la inexistente "opinión pública" occidental que va a detener nada. El asunto está en que Estados Unidos se está metiendo a la par en un asunto armamentista en el cual puede verse disuadido de agredir, y en una crisis económica de extrema gravedad, que vuelve en verdad indignante -muy indignante- que se gaste el dinero del rey contribuyente en una escalada bélica. A diferencia de Ziugánov, hay que apostarle a que el idiota se de cuenta de que, si agrede, puede quedar convertido en queso Gruyere. Más difícil es tratar con los psicóticos que, multiplicándose como están haciéndolo en Occidente, no saben donde está ninguna realidad, ni la suya ni la del otro, y pueden desencadenar lo que sea con tal de no salir de un estado de alucinación crónico, del tipo "soy el number one" de aquí a la eternidad. Un error así llevaría a los occidentales a entender, tal vez, que ser "superiores" no significa estar cuerdos. Sería preferible, aunque sea también doloroso, que la crisis y la disuasión rusa lleven a Occidente de vuelta al raciocinio, o sentido común, como se prefiera.
"Hasta un idiota se da cuenta de que es contra Rusia", dijo hace poco Guennadi Ziugánov, líder comunista ruso, refiriéndose al escudo antimisiles occidental. El problema es que un idiota o ciertos animales todavía son capaces de entender cosas o de hacer gestos que un humano occidental ni entiende, ni hace, porque no sabe qué significa ser humano y es tratado como infrahumano. Al occidental promedio, siempre muy indignado, no le importa en lo más mínimo que se gasten sus impuestos en una carrera armamentista delirante. Cuando, luego de asesinado el líder libio Kadafi, Obama advirtió a todos los que "gobiernan con puño de hierro" que se cuidaran, empezó a ser claro. Tan claro que el ex candidato republicano estadounidense, John McCain, dijo que el primer ministro ruso Vladimir Putin seguramente estaba "nervioso" luego de lo ocurrido con Kadafi. McCain no es idiota, simplemente bruto: dijo sin tapujos lo que otros traen en mente. Obama se hace el idiota. En cuanto al secretario general de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el gran danés Anders Fogh Rasmussen, si Rusia se defiende, considera que la "amenaza" es lamentable y una "vuelta al pasado". Otro idiota: no hay vuelta al pasado si Rusia se arma, porque la carrera armamentista era con la Unión Soviética, no con Rusia. Y, por lo demás, pareciera que el gran danés prefiere el riesgo de una buena guerra en el futuro a lo que, en el pasado, era aunque fuera una mala paz, porque Estados Unidos y la Unión Soviética habían llegado en algún momento a la paridad estratégica. Como se trata de ofertas navideñas, Fogh Rasmussen dice dos idioteces al precio de una, tomándole el pelo a los occidentales, no a los rusos.
Las cosas claras: la guerra puede evitarse, y de ningún modo se trata de que haya un "fuego purificador" que traiga de vuelta a la Unión Soviética o lleve a la Humanidad al socialismo. En este sentido, no es asunto de profetas en La Habana ni del apocalipsis que viene, sino de prevenir, para lamentar lo menos posible, así se quede el mundo sin profetas que por lo demás, no se necesitan. Ni "fuego purificador", ni agoreros del desastre: lo ideal sería disuadir a Occidente de meterse en camisa de once varas, aunque no le quede mal.
En claro y en resumen: para 2015-2017, muy pronto, el escudo antimisiles estadounidense pretende interceptar y abatir parte de los misiles intercontinentales rusos en trayectoria hacia Estados Unidos. Es un escudo que se acompaña de una espada, puesto que el "potencial agresor", suponiendo que lo sea, se quedaría sin defensa si es a su vez agredido desde Occidente. Es decir, es un escudo y una espada que pende sobre la única potencia con un arsenal militar capaz de impedir el monopolio estadounidense de las armas en el mundo. Se trata -viejo proyecto, desde Reagan- de destruir la paridad estratégica.
Ya hay una primera respuesta rusa. Hace unos pocos días, el huésped del Kremlin, Dmitri Medvedev, puso en servicio en Kalingrado -cerca de las fronteras de Polonia y Lituania- el radar de alerta temprana Voronezh-DM, que le permite a Rusia el control de toda Europa. Medvedev advirtió que Rusia tiene misiles estratégicos capaces de vulnerar el escudo antimisiles europeo. En Kaliningrado podrían instalarse misiles tácticos Iskander de hasta 2 mil kilómetros de alcance, con cargas convencionales, pero también con ojivas nucleares. Digamos que no es muy atractivo para la vendida Europa.
Rusia puede incrementar para el año 2015 la producción de misiles balísticos de emplazamiento móvil (en camiones) de combustible sólido y ojivas múltiples hipersónicas, tipo Topol-M o Yars, que son imbatibles para el escudo antimisiles. El RS-24 Yars es un nuevo misil balístico intercontinental que podría tocar territorio estadounidense.
Como los occidentales para haber colmado el vaso metiéndose en el Artico, el Mar del Norte, el de Barents y el Báltico, realmente muy lejos de Teherán, los rusos buscan emplazar misiles Bulavá en submarinos 955 de clase Borei, que pueden llevar ojivas múltiples y atacar desde el hielo ártico, sin ser detectados a tiempo.
Algunos jefes militares rusos no se andan por las ramas: desde el general Nikolai Makarov hasta el Dr. Serguei Kurginian, la hipótesis de un conflicto nuclear no se descarta. La OTAN ha sido designada como "enemigo sistémico" de la capacidad de Rusia para defenderse. No se trata, sin embargo, de un conflicto inevitable, en el cual Estados Unidos cree haber ganado de antemano y Rusia, supuestamente, ofrecería una respuesta asimétrica a pedido, sea para llevar, a domicilio o para degustar atómicamente "in situ".
El tiempo está corriendo rápido y no es la inexistente "opinión pública" occidental que va a detener nada. El asunto está en que Estados Unidos se está metiendo a la par en un asunto armamentista en el cual puede verse disuadido de agredir, y en una crisis económica de extrema gravedad, que vuelve en verdad indignante -muy indignante- que se gaste el dinero del rey contribuyente en una escalada bélica. A diferencia de Ziugánov, hay que apostarle a que el idiota se de cuenta de que, si agrede, puede quedar convertido en queso Gruyere. Más difícil es tratar con los psicóticos que, multiplicándose como están haciéndolo en Occidente, no saben donde está ninguna realidad, ni la suya ni la del otro, y pueden desencadenar lo que sea con tal de no salir de un estado de alucinación crónico, del tipo "soy el number one" de aquí a la eternidad. Un error así llevaría a los occidentales a entender, tal vez, que ser "superiores" no significa estar cuerdos. Sería preferible, aunque sea también doloroso, que la crisis y la disuasión rusa lleven a Occidente de vuelta al raciocinio, o sentido común, como se prefiera.
martes, 22 de noviembre de 2011
LLEGO LAURA DECISIVA
Pueden hacer ruido, pero no son muchos, y lo que les da la sensación de ser importantes son los reflectores y el apoyo de una que otra celebridad, ahora que el espectáculo también está a la izquierda. En España terminó en catástrofe, con un triunfo abrumador de la derecha agrupada en el Partido Popular. Los indignados no tienen mayor propuesta social que hacer porque, simplemente, no tienen idea de qué es una sociedad.
Lo anterior es parte de una tendencia de largo plazo, que comenzó, entre otras cosas, con los Foros Sociales Mundiales y ese lema mariguano (sic) que sostiene que "otro mundo es posible". La verdad sea dicha, parece anuncio publicitario, da igual que se haga en Porto Alegre o Mumbai. ¿Quiere vacaciones y relajarse? En el spa de la playa tal, "otro mundo es posible". Vuele con aerolíneas tal, porque "otro mundo es posible". Estos Foros, como los indignados o como los "neozapatistas" mexicanos, creen que son ellos los que recuperan el discurso capitalista, cuando los están recuperando a ellos para reducirlos, como al comandante Che Pillín, a una caricatura del 68, que de por sí no trajo mucho de glorioso. La escritora hindú Arundhati Roy fue a festejar a los Ocupa Wall Street agradeciéndoles que nos devuelvan el derecho a soñar. En verdad, en medio del mundo como está y de lo que pudiera venir, no hay nada mejor que criar fama y echarse a soñar. El grado de renuncia es tal que ni siquiera piden lo imposible, como los del 68. Se limitan a hacer "performance" y únicamente les faltan los colores del videoclip de Laura Pausini en Amsterdam, con su "Bienvenido", dedicado a "aquél que no cambiará, lo que somos hoy" (agréguese: "de aquí no me voy, porque somos hoy, lo que somos hoy", dicho sea, insistamos, por la señorita Pausini y no por el clasemediero Milanés). Nótese bien: los indignados no son solidarios con nadie. Ni con la idea comunista, ni con la socialista, ni siquiera mayormente con el mundo del trabajo. Es un simulacro de 68.
Otra izquierda es la tercermundista, la que queda, alrededor de Cuba, en particular. Hace poco, Fidel Castro festejó el triunfo de Daniel ortega en Nicaragua, siendo que Ortega es alguien carente de ideas, sin hablar de Rosario Murillo, que en vez de ideas, tiene rencillas personales. Castro no puede ir mucho más allá de ese tercermundismo de amigotes que va de Ortega a Hugo Chávez, con el bolivarianismo y los grandes ideales históricos de todos los tiempos. Hecho curioso, cuando Castro, festejando a Ortega, menciona a los gobiernos "progresistas" o "de izquierda" de América Latina, olvida a El Salvador y al Perú, aunque incluye a la Argentina de la dama a la que tantos argentinos, equivocados de película, llaman "Cristina", confundiéndose entre Evita y Madonna, y como si todos hubieran pasado, dicho sea sin risa, por la Casa Rosada. El fidelismo así es: quiere incondicionales, no leales, y por lo mismo se va quedando sin amigos. Rafael Correa, presidente de Ecuador, ha tenido que aguantarse más de una voltereta de Chávez, o un trato de menosprecio de Castro, y Humala es un desconocido: como el ecuatoriano y el peruano hacen cosas, pequeñas pero efectivas, como moralizar el Estado y volverlo verdaderamente republicano, la verdad, a los revolucionarios les tiene sin cuidado, porque no hay en lo dicho ni amigotes, ni oportunidades de trascender y ganarse la inmortalidad con una que otra pieza de oratoria. Dentro de la misma Cuba hay quien ha pedido que, !por favor!, la prensa informe de otra cosa que las victorias diarias de la isla y los pasos perdidos de Chávez. Nada, cero, una agencia de prensa cubana preferirá trascender con Joseph Stiglitz, tan alabado por Castro (a diferencia de Correa), o con los Ocupa Wall Street, que informar de medidas sí, discretas, pero no por ello menos valiosas tomadas en Quito o Lima.
Hay una línea de continuidad que va de la creencia del revolucionario tercermundista en la trascendencia, lo que le hace no tolerar discrepancias (como las que en su tiempo le expresó el ya fallecido comunista salvadoreño Schafick Jorge Handal a Castro) y creer además que todo le es debido, hasta los niños bien acomodados en organismos internacionales, en causas "light" y todo lo que sea la ley del menor esfuerzo, pero, eso sí, dispuestos a ser despiadados si de ganar celebridad se trata. Es este amasijo de sesentaiocheros e hijos y de tercermundistas que, caída la Unión Soviética, no dudó en hacer leña del árbol caído para ganarse un lugar bajo el sol del capitalismo (¿no argumentaron que tiene vida para rato por su "gran desarrollo de las fuerzas productivas"?), en universidades "de prestigio" en Estados Unidos y Europa, en los organismos ya mencionados y en el "arte", incluso. Hoy, como ocurre en revistas cubanas, sus causas son los nuevos estamentos: las mujeres, los jóvenes, los LGBT (Lésbico-Gay-Bisexual-Transgénero), la ecología profunda, los negrazos y los inditos. Corearon con Obama "sí se puede", aunque no sabén "qué" se puede, porque no conocen más que el mundo de las libertades, no el de quienes pasan necesidad. En suma, el lema de estos nomenklaturistas, hijos y nietos de la Revolución Cubana, no se distinguen- en verdad, no- de "Lo mejor de mi vida eres tú", videoclip de Ricky Martin a favor de la libertad, contra la opresión, por la igualdad de colores y sabores (fresa y chocolate, por favor): "ay no digas que no/si escondes algo, dámelo/porque llegó la hora de estar conmigo/porque el destino así lo escribió".
Bien: ya no hay que hacer fila por la escasez en la Unión Soviética, y después de todo, no era "el socialismo que queremos". Es preferible tener de dónde escoger: ¿No le gusta la izquierda Pausini?Cámbiese a la izquierda Ricky. Es lo que hay, luego de corregidos los numerosísimos errores de las generaciones anteriores y su "autoritarismo", en deuda eterna con sus vástagos. Que el camarada Ziugánov -líder del partido Comunista de la Federación Rusa- siga pagándoles por adelantado las facturas a las generaciones venideras, que se merecen por herencia la vida regalada y esa inmortalidad que tanto se parece a la celebridad bajo los reflectores, o a las reflexiones siempre apocalípticas del Gran Profeta de la isla mayor, incapaz de detenerse en un mortal.
Lo anterior es parte de una tendencia de largo plazo, que comenzó, entre otras cosas, con los Foros Sociales Mundiales y ese lema mariguano (sic) que sostiene que "otro mundo es posible". La verdad sea dicha, parece anuncio publicitario, da igual que se haga en Porto Alegre o Mumbai. ¿Quiere vacaciones y relajarse? En el spa de la playa tal, "otro mundo es posible". Vuele con aerolíneas tal, porque "otro mundo es posible". Estos Foros, como los indignados o como los "neozapatistas" mexicanos, creen que son ellos los que recuperan el discurso capitalista, cuando los están recuperando a ellos para reducirlos, como al comandante Che Pillín, a una caricatura del 68, que de por sí no trajo mucho de glorioso. La escritora hindú Arundhati Roy fue a festejar a los Ocupa Wall Street agradeciéndoles que nos devuelvan el derecho a soñar. En verdad, en medio del mundo como está y de lo que pudiera venir, no hay nada mejor que criar fama y echarse a soñar. El grado de renuncia es tal que ni siquiera piden lo imposible, como los del 68. Se limitan a hacer "performance" y únicamente les faltan los colores del videoclip de Laura Pausini en Amsterdam, con su "Bienvenido", dedicado a "aquél que no cambiará, lo que somos hoy" (agréguese: "de aquí no me voy, porque somos hoy, lo que somos hoy", dicho sea, insistamos, por la señorita Pausini y no por el clasemediero Milanés). Nótese bien: los indignados no son solidarios con nadie. Ni con la idea comunista, ni con la socialista, ni siquiera mayormente con el mundo del trabajo. Es un simulacro de 68.
Otra izquierda es la tercermundista, la que queda, alrededor de Cuba, en particular. Hace poco, Fidel Castro festejó el triunfo de Daniel ortega en Nicaragua, siendo que Ortega es alguien carente de ideas, sin hablar de Rosario Murillo, que en vez de ideas, tiene rencillas personales. Castro no puede ir mucho más allá de ese tercermundismo de amigotes que va de Ortega a Hugo Chávez, con el bolivarianismo y los grandes ideales históricos de todos los tiempos. Hecho curioso, cuando Castro, festejando a Ortega, menciona a los gobiernos "progresistas" o "de izquierda" de América Latina, olvida a El Salvador y al Perú, aunque incluye a la Argentina de la dama a la que tantos argentinos, equivocados de película, llaman "Cristina", confundiéndose entre Evita y Madonna, y como si todos hubieran pasado, dicho sea sin risa, por la Casa Rosada. El fidelismo así es: quiere incondicionales, no leales, y por lo mismo se va quedando sin amigos. Rafael Correa, presidente de Ecuador, ha tenido que aguantarse más de una voltereta de Chávez, o un trato de menosprecio de Castro, y Humala es un desconocido: como el ecuatoriano y el peruano hacen cosas, pequeñas pero efectivas, como moralizar el Estado y volverlo verdaderamente republicano, la verdad, a los revolucionarios les tiene sin cuidado, porque no hay en lo dicho ni amigotes, ni oportunidades de trascender y ganarse la inmortalidad con una que otra pieza de oratoria. Dentro de la misma Cuba hay quien ha pedido que, !por favor!, la prensa informe de otra cosa que las victorias diarias de la isla y los pasos perdidos de Chávez. Nada, cero, una agencia de prensa cubana preferirá trascender con Joseph Stiglitz, tan alabado por Castro (a diferencia de Correa), o con los Ocupa Wall Street, que informar de medidas sí, discretas, pero no por ello menos valiosas tomadas en Quito o Lima.
Hay una línea de continuidad que va de la creencia del revolucionario tercermundista en la trascendencia, lo que le hace no tolerar discrepancias (como las que en su tiempo le expresó el ya fallecido comunista salvadoreño Schafick Jorge Handal a Castro) y creer además que todo le es debido, hasta los niños bien acomodados en organismos internacionales, en causas "light" y todo lo que sea la ley del menor esfuerzo, pero, eso sí, dispuestos a ser despiadados si de ganar celebridad se trata. Es este amasijo de sesentaiocheros e hijos y de tercermundistas que, caída la Unión Soviética, no dudó en hacer leña del árbol caído para ganarse un lugar bajo el sol del capitalismo (¿no argumentaron que tiene vida para rato por su "gran desarrollo de las fuerzas productivas"?), en universidades "de prestigio" en Estados Unidos y Europa, en los organismos ya mencionados y en el "arte", incluso. Hoy, como ocurre en revistas cubanas, sus causas son los nuevos estamentos: las mujeres, los jóvenes, los LGBT (Lésbico-Gay-Bisexual-Transgénero), la ecología profunda, los negrazos y los inditos. Corearon con Obama "sí se puede", aunque no sabén "qué" se puede, porque no conocen más que el mundo de las libertades, no el de quienes pasan necesidad. En suma, el lema de estos nomenklaturistas, hijos y nietos de la Revolución Cubana, no se distinguen- en verdad, no- de "Lo mejor de mi vida eres tú", videoclip de Ricky Martin a favor de la libertad, contra la opresión, por la igualdad de colores y sabores (fresa y chocolate, por favor): "ay no digas que no/si escondes algo, dámelo/porque llegó la hora de estar conmigo/porque el destino así lo escribió".
Bien: ya no hay que hacer fila por la escasez en la Unión Soviética, y después de todo, no era "el socialismo que queremos". Es preferible tener de dónde escoger: ¿No le gusta la izquierda Pausini?Cámbiese a la izquierda Ricky. Es lo que hay, luego de corregidos los numerosísimos errores de las generaciones anteriores y su "autoritarismo", en deuda eterna con sus vástagos. Que el camarada Ziugánov -líder del partido Comunista de la Federación Rusa- siga pagándoles por adelantado las facturas a las generaciones venideras, que se merecen por herencia la vida regalada y esa inmortalidad que tanto se parece a la celebridad bajo los reflectores, o a las reflexiones siempre apocalípticas del Gran Profeta de la isla mayor, incapaz de detenerse en un mortal.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
TU QUE CONSECUENTAS A TANTO BORRACHO, AMIGO INDIGNADO...
Los "indignados" han ido perdiendo fuerza luego de haber tratado, desde España hasta Nueva York, de hacer creer que tenían representatividad, cuando a lo sumo parecieran haber buscado remedar al 68, incluyendo en sus protestas a sus ídolos musicales, desde Yoko Ono hasta Joan Baez. El movimiento Ocupa Wall Street obtuvo simpatías extrañas: desde Warren Buffett, el hombre más rico del mundo, hasta el megaespeculador George Soros, encargado de torpedear a Europa y Asia cuando es necesario. Pese a otros apoyos, como los de Joseph Stiglitz, los "indignados" no articularon gran cosa y no se consiguió reforma alguna del sistema financiero internacional.
Los "indignados" sostuvieron ser el 99 % que se opone al 1 % de ricos y especuladores financieros. Sin embargo, a lo que se parece esta indignación es a la actitud de una clase media que no entiende que deje de ser la "niña de los ojos" del sistema. Si se encuesta en países como México o Argentina, esta "clase media", también la favorita del lulismo brasileño, cree ser mayoría (82 % en México, aunque no sea verdad, o 71 % en Argentina). Es falso que la crisis de las últimas décadas haya golpeado a todos por igual. Aunque sea porque era necesario mantener a flote el consumo para evitar que se agravara una crisis de sobreproducción, se fue creando una clase media artificial, remedo de la estadounidense: sin ninguna conciencia del interés público, majadera e insolente a más no poder en la "convivencia" social, y convencida de no tener más que derechos y ni una obligación de nada.
Esta clase media, al igual que en Estados Unidos, ha estado viviendo a crédito, con la creencia de que nunca tendrá que pagar, lo que sucedió en España. Junto con esta creencia en la vida a crédito, esta clase media le ha impuesto al mundo la idea de que no hay más "valor" que el de la familia. Basta con ver los Facebooks y los intereses generacionales, todos ligados a negocios en familia. Los jóvenes occidentales de alrededor de 30 años para arriba creen que la familia es una mezcla de institución bancaria, misión humanitaria y organismo no gubernamental. Al final, no entienden nada y creen que una institución bancaria debe ser un organismo de beneficencia. Les parece de lo más extraña la avidez en el capitalismo, al mismo tiempo que se "indignan" cuando descubren que hay que pagar y no todo les es debido, ni que todo es gratis. Se disfrazan del 99 % en pleno victimismo, cuando tal vez no pasen de un 45 % dispuesto a que todo gire a su alrededor en nombre del "empoderamiento" y de los "ciudadanos".
Los grandes intereses privados han hecho bastante para destruir toda vida en sociedad, convirtiéndola en espectáculo. Sin embargo, la corrupción llega mucho más lejos, puesto que franjas enteras de las sociedades de "clase media" consideran, con sus derechos por delante y sus "familias", que no hay ningún "exterior" por respetar, ni autoridad, ni iguales, porque "lo mejor queda en familia". En suma, han acabado con el civismo para imponer sus humores del día y su filisteísmo, que es la reivindicación de la ignorancia. Los "indignados" son los nuevos ricos del "neoliberalismo", para los cuales no hay más que "libertades", que se representan como el derecho a hacer lo que les venga en gana. Creyeron que eran eternos y que los bancos no cobrarían, como creen en la impunidad ciudadana, por lo que han festejado la "Primavera Arabe" dirigida desde Estados Unidos, y ya formalmente criticada por ser instigada desde el exterior, según lo reconoció el primer ministro ruso Vladimir Putin.
Esta mentalidad está haciéndose presente en la antigua Unión Soviética. A falta de vida cívica, se tiende a crear "revoluciones de colores" que den una ilusión de participación donde la sociedad se vino abajo, como en Georgia, Ucrania o Moldavia. Actualmente, según informes del columnista de la agencia noticiosa Ria Novosti, Armando Pérez, Estados Unidos ha buscado invertir en Internet y redes sociales en Rusia, a través de la agencia informática Cisco y la USAID y al amparo de ciertas iniciativas de Dmitri Medvedev (actual presidente ruso), lo que se presta a una futura provocación. Al mismo tiempo, fuerzas como las de Belarús y de Putin han buscado impedir que, a falta de sociedad y de vida cívica, una horda de jóvenes sirva de "tonto útil" para quienes, por puro interés geopolítico, arman "movimientos ciudadanos" financiados no desde lo público, sino desde lo privado.
No estaría mal reconstituir la vida cívica y la participación pública para limitar los poderes de quienes, amparados en sus "tribus", "coaliciones" de amiguetes y en sus familias, creen que el mundo exterior es simplemente un lugar para sacar provecho sin pagar nunca, y para armar escándalo cuando asoman las consecuencias. En mala hora hay gobiernos y líderes que consideran que hay que mimar todavía más a este "45%", o que es intocable en las prerrogativas adquiridas y su insensibilidad. Como los ricos o uno que otro gobierno, este 45 % habla en nombre de "todos", pero ni los representa, ni los ve, ni los oye, ni tiene idea de cómo cambiar el mundo actual. Ni parece que sea su interés, salvo para mantener el peor de los egoísmos. Con papás y "celebridades" de izquierda y centro (moderadísima) como aval.
Los "indignados" sostuvieron ser el 99 % que se opone al 1 % de ricos y especuladores financieros. Sin embargo, a lo que se parece esta indignación es a la actitud de una clase media que no entiende que deje de ser la "niña de los ojos" del sistema. Si se encuesta en países como México o Argentina, esta "clase media", también la favorita del lulismo brasileño, cree ser mayoría (82 % en México, aunque no sea verdad, o 71 % en Argentina). Es falso que la crisis de las últimas décadas haya golpeado a todos por igual. Aunque sea porque era necesario mantener a flote el consumo para evitar que se agravara una crisis de sobreproducción, se fue creando una clase media artificial, remedo de la estadounidense: sin ninguna conciencia del interés público, majadera e insolente a más no poder en la "convivencia" social, y convencida de no tener más que derechos y ni una obligación de nada.
Esta clase media, al igual que en Estados Unidos, ha estado viviendo a crédito, con la creencia de que nunca tendrá que pagar, lo que sucedió en España. Junto con esta creencia en la vida a crédito, esta clase media le ha impuesto al mundo la idea de que no hay más "valor" que el de la familia. Basta con ver los Facebooks y los intereses generacionales, todos ligados a negocios en familia. Los jóvenes occidentales de alrededor de 30 años para arriba creen que la familia es una mezcla de institución bancaria, misión humanitaria y organismo no gubernamental. Al final, no entienden nada y creen que una institución bancaria debe ser un organismo de beneficencia. Les parece de lo más extraña la avidez en el capitalismo, al mismo tiempo que se "indignan" cuando descubren que hay que pagar y no todo les es debido, ni que todo es gratis. Se disfrazan del 99 % en pleno victimismo, cuando tal vez no pasen de un 45 % dispuesto a que todo gire a su alrededor en nombre del "empoderamiento" y de los "ciudadanos".
Los grandes intereses privados han hecho bastante para destruir toda vida en sociedad, convirtiéndola en espectáculo. Sin embargo, la corrupción llega mucho más lejos, puesto que franjas enteras de las sociedades de "clase media" consideran, con sus derechos por delante y sus "familias", que no hay ningún "exterior" por respetar, ni autoridad, ni iguales, porque "lo mejor queda en familia". En suma, han acabado con el civismo para imponer sus humores del día y su filisteísmo, que es la reivindicación de la ignorancia. Los "indignados" son los nuevos ricos del "neoliberalismo", para los cuales no hay más que "libertades", que se representan como el derecho a hacer lo que les venga en gana. Creyeron que eran eternos y que los bancos no cobrarían, como creen en la impunidad ciudadana, por lo que han festejado la "Primavera Arabe" dirigida desde Estados Unidos, y ya formalmente criticada por ser instigada desde el exterior, según lo reconoció el primer ministro ruso Vladimir Putin.
Esta mentalidad está haciéndose presente en la antigua Unión Soviética. A falta de vida cívica, se tiende a crear "revoluciones de colores" que den una ilusión de participación donde la sociedad se vino abajo, como en Georgia, Ucrania o Moldavia. Actualmente, según informes del columnista de la agencia noticiosa Ria Novosti, Armando Pérez, Estados Unidos ha buscado invertir en Internet y redes sociales en Rusia, a través de la agencia informática Cisco y la USAID y al amparo de ciertas iniciativas de Dmitri Medvedev (actual presidente ruso), lo que se presta a una futura provocación. Al mismo tiempo, fuerzas como las de Belarús y de Putin han buscado impedir que, a falta de sociedad y de vida cívica, una horda de jóvenes sirva de "tonto útil" para quienes, por puro interés geopolítico, arman "movimientos ciudadanos" financiados no desde lo público, sino desde lo privado.
No estaría mal reconstituir la vida cívica y la participación pública para limitar los poderes de quienes, amparados en sus "tribus", "coaliciones" de amiguetes y en sus familias, creen que el mundo exterior es simplemente un lugar para sacar provecho sin pagar nunca, y para armar escándalo cuando asoman las consecuencias. En mala hora hay gobiernos y líderes que consideran que hay que mimar todavía más a este "45%", o que es intocable en las prerrogativas adquiridas y su insensibilidad. Como los ricos o uno que otro gobierno, este 45 % habla en nombre de "todos", pero ni los representa, ni los ve, ni los oye, ni tiene idea de cómo cambiar el mundo actual. Ni parece que sea su interés, salvo para mantener el peor de los egoísmos. Con papás y "celebridades" de izquierda y centro (moderadísima) como aval.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
HABLAME DE TI, BELLA SEÑORA
Ya no hay quien se acuerde del hoy ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, quien pidió disculpas por la "falta" cometida. Al asunto no se le dió seguimiento: la supuesta "violada", la guineana Nafissatou Diallo, se la había pasado mintiendo tanto y con tanta desfachatez que Strauss-Kahn fue puesto en libertad. Nadie reprobó la conducta turbia de Diallo. Resultaba más cómodo el simulacro de enojo por el abuso de un poderoso, además francés, aunque lo que estaba en juego era otra cosa. Strauss-Kahn, en efecto, había vuelto a los planes para destronar al dólar. El "caso Strauss-Kahn" se dió en medio de una embestida como pocas en la prensa estadounidense contra el euro. Sin pruebas claras, atacar al villano Strauss-Kahn fue en el momento la mejor manera de complacer al más poderoso: Estados Unidos.
En efecto, la actual directora del FMI, la señora (francesa) Christine Lagarde, está muy estrechamente ligada a la industria militar estadounidense, a Richard Cheney y, más aún, a uno de los "patrones" del presidente estadounidense, Barack Obama, el señor Zbigniew Brzezinski, a través del Center for Strategic and International Studies. La firma de abogados de Lagarde sirvió en algún momento para venderle armas a Polonia, y Lagarde, incluso por encima de la industria militar francesa, ha favorecido a Lockheed-Martin y Boeing en contratos militares. Que le pregunten al griego Papandreu, que en plena debacle se gasta el dinero de los griegos en compras de armas.
La simpática Lagarde, quien tenía sus reportes en inglés, no en francés, siendo ministra de Economía de Francia, acaba de estar en Rusia. Este país no le debe nada al FMI desde el año 2005, gracias a la política económica de Putin. Más aún, Rusia es uno de los 10 principales accionistas del FMI y, por lo mismo, Lagarde fue a pedir ayuda. Sin embargo, cuando Rusia ha pedido reformas al organismo internacional, no ha encontrado eco.
En el polo opuesto de Estados Unidos, Rusia no es un país que vive por encima de sus medios, ni a costa de otros, y según Putin, hoy primer ministro, el año ruso cerrará con finanzas públicas sanas, sin déficit. Lagarde, entrometida, fue a señalarle a Medvedev que no gaste, menos en tiempos electorales, aunque el gobierno ruso tiene planeado alzas de ingresos muy importantes para los militares, mejoras en el gasto social y en infraestructura. En suma, esta señora, beneficiaria de la caída en desgracia de Strauss-Kahn, fue a pedirle a Rusia que no garantice su defensa, siendo que la misma Lagarde está involucrada con intereses militares estadounidenses y, como en Polonia, en las narices de Moscú.
A este ritmo, poco le faltó a Lagarde para pedirle a Rusia que haga como China, mantener el dispendio estadounidense o europeo. Es decir que Rusia podría muy gentilmente financiar a quienes le están preparando un golpe bajo, incluso ahora con maniobras en el norte europeo, según denuncia Pravda.ru. Medvedev pudo haber dicho: "yo pago para que me peguen". Lo que ni Estados Unidos ni el FMI hacen, por cierto. Tampoco piensan, pero por lo menos calculan.
En efecto, la actual directora del FMI, la señora (francesa) Christine Lagarde, está muy estrechamente ligada a la industria militar estadounidense, a Richard Cheney y, más aún, a uno de los "patrones" del presidente estadounidense, Barack Obama, el señor Zbigniew Brzezinski, a través del Center for Strategic and International Studies. La firma de abogados de Lagarde sirvió en algún momento para venderle armas a Polonia, y Lagarde, incluso por encima de la industria militar francesa, ha favorecido a Lockheed-Martin y Boeing en contratos militares. Que le pregunten al griego Papandreu, que en plena debacle se gasta el dinero de los griegos en compras de armas.
La simpática Lagarde, quien tenía sus reportes en inglés, no en francés, siendo ministra de Economía de Francia, acaba de estar en Rusia. Este país no le debe nada al FMI desde el año 2005, gracias a la política económica de Putin. Más aún, Rusia es uno de los 10 principales accionistas del FMI y, por lo mismo, Lagarde fue a pedir ayuda. Sin embargo, cuando Rusia ha pedido reformas al organismo internacional, no ha encontrado eco.
En el polo opuesto de Estados Unidos, Rusia no es un país que vive por encima de sus medios, ni a costa de otros, y según Putin, hoy primer ministro, el año ruso cerrará con finanzas públicas sanas, sin déficit. Lagarde, entrometida, fue a señalarle a Medvedev que no gaste, menos en tiempos electorales, aunque el gobierno ruso tiene planeado alzas de ingresos muy importantes para los militares, mejoras en el gasto social y en infraestructura. En suma, esta señora, beneficiaria de la caída en desgracia de Strauss-Kahn, fue a pedirle a Rusia que no garantice su defensa, siendo que la misma Lagarde está involucrada con intereses militares estadounidenses y, como en Polonia, en las narices de Moscú.
A este ritmo, poco le faltó a Lagarde para pedirle a Rusia que haga como China, mantener el dispendio estadounidense o europeo. Es decir que Rusia podría muy gentilmente financiar a quienes le están preparando un golpe bajo, incluso ahora con maniobras en el norte europeo, según denuncia Pravda.ru. Medvedev pudo haber dicho: "yo pago para que me peguen". Lo que ni Estados Unidos ni el FMI hacen, por cierto. Tampoco piensan, pero por lo menos calculan.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
!CUIDADO, CHAPULIN!
Hace poco, el actual primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunció la creación de una Unión Euroasiática, que sería un "nuevo polo de la economía mundial" e incluiría a Belarús, la Federación Rusa y Kazajstán. La verdad sea dicha, Putin ha tratado una y otra vez de crear un espacio euroasiático libre de injerencia estadounidense. China y Europa no han querido ser consecuentes y han dejado a Putin solo.
Esta vez, luego del anuncio de Putin, Kazajstán hizo un anuncio escandaloso: contratará como asesor económico a Anthony Blair, ex primer ministro británico, por la suma de 12 millones de dólares anuales. Al poco tiempo, Blair anunció que se entrevistaría con el presidente estadounidense, Barack Obama.
Por las mismas fechas, la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, viajó a Uzbequistán para mejorar relaciones con el gobierno local. La hija del líder uzbeko, Gulnará Karimova, es otra de esas joyas en el estilo de algunos vástagos de Kadafi: Karimova, con un máster en Harvard, diseñadora de modas, cantante, fue embajadora ante la Unesco y tiene fama de corrupta. Los reportes de Amnistía Internacional o Human Rights Watch sobre Uzbequistán no son buenos, pero es algo que a Clinton le tiene sin el menor cuidado, como no importan los miles de presos políticos en Arabia Saudita o no importa la invasión saudiárabe a Bahrein. Después de todo, Karimova junta en sus fiestas a Elton John, Sting, algo arrepentido, Julio Iglesias, Rod Stewart, Ronaldo, Messi, Puyol...
Obama es un mentiroso completo, o un ignorante. Anunció que retirará todas las tropas de Afganistán en el año 2014, pero de inmediato comenzó a negociar con el gobierno de Kabul una "permanencia voluntaria" hasta por lo menos el año 2024. Obama anunció igualmente, y lo reiteró, el "retiro total" de tropas de Irak, aunque intentó negociar, sin éxito, que miles se quedaran con total inmunidad a las leyes iraquíes. Como Bagdad se negó, las tropas se irán, pero 23 mil se instalarán en Kuwait, según lo anunció el secretario de Defensa, León Panetta, y para cuidar la embajada de Estados Unidos en irak y otras instalaciones se quedará un "pequeño personal" de 16 mil personas, junto a unos 8 mil "contratistas de seguridad", es decir, mercenarios disfrazados. Irak entra así a un estatuto simlar al de Kosovo, como cuasi protectorado, aunque Obama le cuente cuentos al elector estadounidense, con tal de reelegirse.
Así las cosas, la idea del "anillo" en Oriente Medio sigue y, en la Primavera Arabe, nadie se había ocupado de reivindicar la causa palestina. Apenas entra Palestina a la Unesco, Estados Unidos decide retirar fondos: en vez de mandar a Estados Unidos al diablo, o tan siquiera de amonestarlos, la Unesco se puso a rogarle a Washington. La Liga Arabe no dijo nada contra este proceder de Estados Unidos, pero fue en cambio a hacerle la vida de cuadritos a Siria (que por cierto, cedió).
Si quiere, Saif el Islam, uno de los hijos sobrevivientes del asesinado líder libio, Kadafi, puede entregarse al Tribunal Internacional de La Haya para demostrar su inocencia. Como buen hijo de nomenklatura, de los que pululan en organismos internacionales y centros de enseñanza de "renombre", Saif el Islam ni siquiera parece conciente de que sería entregarse a criminales, incapaces de garantizar un juicio justo a los yugoslavos y serbios arrestados en el pasado. Estados Unidos ha hecho con el Tribunal lo mismo que con la Unesco, por lo que ha buscado inmunidad, de tal modo que ningún estadounidense pueda ser juzgado en La Haya. En fin, nadie puede culpar a la genética si ésta, en vez de neuronas, dotó al cerebro de tal o cual de barras y estrellitas.
Por lo pronto, las jugadas anglosajonas se han encargado de torpedear a Putin, que no encuentra el modo de frenar lo que es, en muchos aspectos, un notorio avance estadounidense.
Esta vez, luego del anuncio de Putin, Kazajstán hizo un anuncio escandaloso: contratará como asesor económico a Anthony Blair, ex primer ministro británico, por la suma de 12 millones de dólares anuales. Al poco tiempo, Blair anunció que se entrevistaría con el presidente estadounidense, Barack Obama.
Por las mismas fechas, la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, viajó a Uzbequistán para mejorar relaciones con el gobierno local. La hija del líder uzbeko, Gulnará Karimova, es otra de esas joyas en el estilo de algunos vástagos de Kadafi: Karimova, con un máster en Harvard, diseñadora de modas, cantante, fue embajadora ante la Unesco y tiene fama de corrupta. Los reportes de Amnistía Internacional o Human Rights Watch sobre Uzbequistán no son buenos, pero es algo que a Clinton le tiene sin el menor cuidado, como no importan los miles de presos políticos en Arabia Saudita o no importa la invasión saudiárabe a Bahrein. Después de todo, Karimova junta en sus fiestas a Elton John, Sting, algo arrepentido, Julio Iglesias, Rod Stewart, Ronaldo, Messi, Puyol...
Obama es un mentiroso completo, o un ignorante. Anunció que retirará todas las tropas de Afganistán en el año 2014, pero de inmediato comenzó a negociar con el gobierno de Kabul una "permanencia voluntaria" hasta por lo menos el año 2024. Obama anunció igualmente, y lo reiteró, el "retiro total" de tropas de Irak, aunque intentó negociar, sin éxito, que miles se quedaran con total inmunidad a las leyes iraquíes. Como Bagdad se negó, las tropas se irán, pero 23 mil se instalarán en Kuwait, según lo anunció el secretario de Defensa, León Panetta, y para cuidar la embajada de Estados Unidos en irak y otras instalaciones se quedará un "pequeño personal" de 16 mil personas, junto a unos 8 mil "contratistas de seguridad", es decir, mercenarios disfrazados. Irak entra así a un estatuto simlar al de Kosovo, como cuasi protectorado, aunque Obama le cuente cuentos al elector estadounidense, con tal de reelegirse.
Así las cosas, la idea del "anillo" en Oriente Medio sigue y, en la Primavera Arabe, nadie se había ocupado de reivindicar la causa palestina. Apenas entra Palestina a la Unesco, Estados Unidos decide retirar fondos: en vez de mandar a Estados Unidos al diablo, o tan siquiera de amonestarlos, la Unesco se puso a rogarle a Washington. La Liga Arabe no dijo nada contra este proceder de Estados Unidos, pero fue en cambio a hacerle la vida de cuadritos a Siria (que por cierto, cedió).
Si quiere, Saif el Islam, uno de los hijos sobrevivientes del asesinado líder libio, Kadafi, puede entregarse al Tribunal Internacional de La Haya para demostrar su inocencia. Como buen hijo de nomenklatura, de los que pululan en organismos internacionales y centros de enseñanza de "renombre", Saif el Islam ni siquiera parece conciente de que sería entregarse a criminales, incapaces de garantizar un juicio justo a los yugoslavos y serbios arrestados en el pasado. Estados Unidos ha hecho con el Tribunal lo mismo que con la Unesco, por lo que ha buscado inmunidad, de tal modo que ningún estadounidense pueda ser juzgado en La Haya. En fin, nadie puede culpar a la genética si ésta, en vez de neuronas, dotó al cerebro de tal o cual de barras y estrellitas.
Por lo pronto, las jugadas anglosajonas se han encargado de torpedear a Putin, que no encuentra el modo de frenar lo que es, en muchos aspectos, un notorio avance estadounidense.
miércoles, 26 de octubre de 2011
"LA MUÑECA" EN WASHINGTON
Hasta hace poco, algunos grupos de narcotraficantes en México habían tomado una costumbre macabra: la de arrojar cadáveres, muchas veces torturados o mutilados, a la vía pública y la vista de todos, para sembrar el terror en el "público" y contra el adversario. No era inusual que con los cadáveres hubiera una manta o un cártel con un aviso del tipo: "Sigues tú...", o "Esto les va a pasar a...".
Cuando se enteró de la muerte del líder libio Kadafi, asesinado, y mientras las imágenes de parte del homicidio se difundían una y otra vez, el presidente estadounidense, Barack Hussein "la Muñeca" Obama, declaró: "es un claro mensaje", contra, según él, quienes "mandan con puño de hierro". A los pocos días, sin lamentarse mayormente de las circunstancias en que murió dicho líder, Obama volvió a su retahíla: "este es un claro mensaje", ahora a "los dictadores de todo el planeta", lo que se acompañó de lo de siempre sobre el liderazgo estadounidense. Los medios de manipulación masiva "sembraron" la imagen hasta que escandalizara, y Obama dijo en palabras lo que otros han estilado escribir en mantas o cartulinas. El problema es que a Obama nadie le dijo nada, cuando es el "autor intelectual" de estos "mensajes" tipo "sigues tú, Bashar al-Assad".
Como a la delincuencia le gusta el espectáculo, Naciones Unidas mandó a Libia a su "embajadora de buena voluntad", Angelina Jolie, quien seguramente no se haya percatado de estar entre delincuentes. Ban Ki Moon, secretario de Naciones Unidas, no se ha percatado a su vez de que lo suyo es, supuestamente, una institución, no un antro o "table dance" para juerga de los vándalos libios.
Ya entrados a imitar en todo a Estados Unidos, hay quienes juegan a las cifras como en un casino. La ciudad sureña siria de Daraa, donde supuestamente han muerto "miles de personas", tiene 75 mil habitantes, pero las agencias occidentales le ponen 300 mil habitantes. El asunto es que, si el gobierno sirio dice que han muerto en los disturbios 1 500 personas, Naciones Unidas le sube a 3 000 muertos, sin pruebas, entre otras cosas porque los corresponsales occidentales en Siria ni se toman la molestia de ir a Siria, sino que inventan a placer desde Beirut, en Líbano. Así que hace algún tiempo, una muchacha siria de la ciudad de Homs, y de 18 años, Zeinab al-Hosni, fue, según "agencias noticiosas", asesinada y mutilada por fuerzas de seguridad de Siria. A principios de octubre, al-Hosni apareció viva y con la cabeza en su lugar en la televisión siria. En una auténtica verguenza, Human Rights Watch y Amnistía Internacional reconocieron que era un "error". En cambio, no dijeron nada de un vídeo transmitido por la agencia de noticias rusa Russia Today, en la cual se muestra a civiles sirios armados que habrían ejecutado a miembros de las fuerzas de seguridad.
Quienes se han entusiasmado por la Primavera Arabe debieran saber que estamos por entrar a la temporada Otoño-Invierno. Ello quiere decir que en Túnez las elecciones las ganaron los islamistas y en Egipto van que vuelan. En Libia, en las narices de Angelina Jolie, apenas muerto Kadafi el líder del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdeljalil, declaró el 23 de octubre la charia o ley islámica, que autoriza la poligamia. El único régimen laico que queda es el sirio, donde el islamismo radical de los Hermanos Musulmanes está prohibido desde 1980.
Hace algunos meses, Recep Tayyip Erdogan, líder turco, fue a chantajear al líder sirio al-Assad: le pidió un tercio del gobierno, o cuatro ministerios, para los islamistas Hermanos Musulmanes. Como al-Assad dijo que no, el turco, a la cabeza de un país de nuevos ricos "islamistas moderados", fue a enaltecer a los tunecinos, egipcios y "rebeldes" libios.
Por cierto: ¿de qué se ríe la "Barbie" Clinton -diciendo además !"wow"!- cuando le anuncian que Kadafi ha muerto?
Dmitri Rogozin, enviado ruso ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte, considera que todo lo ocurrido alrededor de la muerte de Kadafi es sadismo. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, condenó el papel de los medios en la obvia y reiterada exhibición de parte del homicidio de Kadafi. El que considera que es normal el sadismo para "mandar mensajes" a tal o cual ni siquiera es visto como la víbora que cada vez más parece ser.
Cuando se enteró de la muerte del líder libio Kadafi, asesinado, y mientras las imágenes de parte del homicidio se difundían una y otra vez, el presidente estadounidense, Barack Hussein "la Muñeca" Obama, declaró: "es un claro mensaje", contra, según él, quienes "mandan con puño de hierro". A los pocos días, sin lamentarse mayormente de las circunstancias en que murió dicho líder, Obama volvió a su retahíla: "este es un claro mensaje", ahora a "los dictadores de todo el planeta", lo que se acompañó de lo de siempre sobre el liderazgo estadounidense. Los medios de manipulación masiva "sembraron" la imagen hasta que escandalizara, y Obama dijo en palabras lo que otros han estilado escribir en mantas o cartulinas. El problema es que a Obama nadie le dijo nada, cuando es el "autor intelectual" de estos "mensajes" tipo "sigues tú, Bashar al-Assad".
Como a la delincuencia le gusta el espectáculo, Naciones Unidas mandó a Libia a su "embajadora de buena voluntad", Angelina Jolie, quien seguramente no se haya percatado de estar entre delincuentes. Ban Ki Moon, secretario de Naciones Unidas, no se ha percatado a su vez de que lo suyo es, supuestamente, una institución, no un antro o "table dance" para juerga de los vándalos libios.
Ya entrados a imitar en todo a Estados Unidos, hay quienes juegan a las cifras como en un casino. La ciudad sureña siria de Daraa, donde supuestamente han muerto "miles de personas", tiene 75 mil habitantes, pero las agencias occidentales le ponen 300 mil habitantes. El asunto es que, si el gobierno sirio dice que han muerto en los disturbios 1 500 personas, Naciones Unidas le sube a 3 000 muertos, sin pruebas, entre otras cosas porque los corresponsales occidentales en Siria ni se toman la molestia de ir a Siria, sino que inventan a placer desde Beirut, en Líbano. Así que hace algún tiempo, una muchacha siria de la ciudad de Homs, y de 18 años, Zeinab al-Hosni, fue, según "agencias noticiosas", asesinada y mutilada por fuerzas de seguridad de Siria. A principios de octubre, al-Hosni apareció viva y con la cabeza en su lugar en la televisión siria. En una auténtica verguenza, Human Rights Watch y Amnistía Internacional reconocieron que era un "error". En cambio, no dijeron nada de un vídeo transmitido por la agencia de noticias rusa Russia Today, en la cual se muestra a civiles sirios armados que habrían ejecutado a miembros de las fuerzas de seguridad.
Quienes se han entusiasmado por la Primavera Arabe debieran saber que estamos por entrar a la temporada Otoño-Invierno. Ello quiere decir que en Túnez las elecciones las ganaron los islamistas y en Egipto van que vuelan. En Libia, en las narices de Angelina Jolie, apenas muerto Kadafi el líder del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdeljalil, declaró el 23 de octubre la charia o ley islámica, que autoriza la poligamia. El único régimen laico que queda es el sirio, donde el islamismo radical de los Hermanos Musulmanes está prohibido desde 1980.
Hace algunos meses, Recep Tayyip Erdogan, líder turco, fue a chantajear al líder sirio al-Assad: le pidió un tercio del gobierno, o cuatro ministerios, para los islamistas Hermanos Musulmanes. Como al-Assad dijo que no, el turco, a la cabeza de un país de nuevos ricos "islamistas moderados", fue a enaltecer a los tunecinos, egipcios y "rebeldes" libios.
Por cierto: ¿de qué se ríe la "Barbie" Clinton -diciendo además !"wow"!- cuando le anuncian que Kadafi ha muerto?
Dmitri Rogozin, enviado ruso ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte, considera que todo lo ocurrido alrededor de la muerte de Kadafi es sadismo. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, condenó el papel de los medios en la obvia y reiterada exhibición de parte del homicidio de Kadafi. El que considera que es normal el sadismo para "mandar mensajes" a tal o cual ni siquiera es visto como la víbora que cada vez más parece ser.
sábado, 22 de octubre de 2011
DESDE HONOLULU VENGO...
Lástima que el presidente ruso, Dmitri Medvedev, halla mandado a callar a Vladimir Putin, primer ministro, cuando éste se refirió a la agresión contra Libia como parte de una "cruzada".
En esta cruzada se confirmó que la diplomacia no importa. Como Hussein y Milosevic, Kadafi intentó negociar, sin derecho a que su voz fuera escuchada. Kadafi pidió mediación rusa y no la encontró. Para Occidente, la diplomacia no supone negociar, porque sería como reconocerle existencia al otro. La diplomacia no pasa de ser un cálculo para ganar tiempo mientras se impone lo que decida el más fuerte.
La política no importa. Muerto Kadafi, Barack Hussein Obama, presidente estadounidense, declaró a nombre del "pueblo libio". Esto se llama psitacismo, hablar sin entender el significado de lo que uno dice. Porque al "pueblo libio" no hay foto ni vídeo que lo muestre aclamando a sus "redentores" en las calles, que lucen vacías, como si la gente hubiera huido o se hubiera recluido en casa por temor a lo que se llama "gente que merodea", con esas barbas estilo Arrolladora Banda de mi pueblo o Pasito Duranguense. En ningún momento se vió que el "pueblo libio" saliera a festejar la muerte del "tirano". Obama habla en nombre de espíritus invisibles, que es a lo que está reducida la política occidental.
Se acabó la ley. Ni siquiera la Constitución estadounidense autoriza a asesinar al líder de otro país. De todos modos, discutir como si hubiera ley y Kadafi hubiera debido ser tratado como "prisionero de guerra" es un absurdo. Nunca hubo declaración de guerra contra Libia, lo que es tanto como haberle quitado a Kadafi cualquier garantía legal: en estas circunstancias, cualquier sicario podía meterle un tiro. Suponiendo que Kadafi murió por heridas, su hijo, Mutassim Kadafi, fue capturado vivo, según lo probó la agencia de prensa rusa Russia Today. El hijo de Kadafi aparece en un video fumando y bebiendo agua, sin signos de estar al borde de la muerte. Luego, Mutassim aparece muerto. Se trata de una ejecución permitida por los vacíos legales mencionados: nunca se le declaró la guerra a Libia.
Se terminó el derecho a la información. Durante semanas se difundió la especie de que en una cárcel de Abu Salim, en la capital libia, se encontró una fosa común con restos de 1 200 asesinados, supuestamente por Kadafi. Incluso la cadena CNN comprobó que era un invento y los huesos no eran de humanos (seguramente eran de camellos disidentes...). De igual modo, nunca hubo festejo en la plaza verde de Trípoli, ya que el supuesto "festejo" fue filmado en Qatar, según lo comprobó Russia Today. No hay respeto por la opinión pública porque en Occidente no hay opinión pública.
Ni siquiera hay lógica. Muerto Kadafi, Obama declaró que "se perseveró para proteger civiles libios". En la línea siguiente, el discurso dice: "mientras tanto, el valeroso pueblo libio combatió por su propio futuro y quebró la espina del régimen". Como una línea sigue a la otra, lo que dijo Ronald Obama, o Barack Reagan, como se prefiera, es que se protegió a los sicarios que tumbaron al régimen de Kadafi.
Todo lo anterior significa que en Occidente no valen la diplomacia, la política, las palabras, la ley ni el derecho (a la información, por ejemplo). Hace algún tiempo, no faltaba el que dijera que de Rusia iba a salir quién sabe qué Weimar "revanchista". Es la atmósfera de Occidente la que está cargada de violencia, de ánimo de revancha y de delincuencia.
Lo único que cuenta, en la manera de exhibir a Kadafi muerto (exhibición en el mejor estilo de los cárteles de la droga mexicanos), es convertir todo lo enumerado en simple morbo y nota roja. Como en los periódicos de nota roja se exhiben traseros junto al cadáver de turno, Lady Gaga tuvo a bien, poco antes de que muriera Kadafi, hacerle un "show" a William Clinton, ex presidente estadounidense, "show" realizado a una altura similar a la de la señorita Lewinski. Bacanal para los ricos, nota roja para los pobres: lo demás, se está yendo al diablo.
En esta cruzada se confirmó que la diplomacia no importa. Como Hussein y Milosevic, Kadafi intentó negociar, sin derecho a que su voz fuera escuchada. Kadafi pidió mediación rusa y no la encontró. Para Occidente, la diplomacia no supone negociar, porque sería como reconocerle existencia al otro. La diplomacia no pasa de ser un cálculo para ganar tiempo mientras se impone lo que decida el más fuerte.
La política no importa. Muerto Kadafi, Barack Hussein Obama, presidente estadounidense, declaró a nombre del "pueblo libio". Esto se llama psitacismo, hablar sin entender el significado de lo que uno dice. Porque al "pueblo libio" no hay foto ni vídeo que lo muestre aclamando a sus "redentores" en las calles, que lucen vacías, como si la gente hubiera huido o se hubiera recluido en casa por temor a lo que se llama "gente que merodea", con esas barbas estilo Arrolladora Banda de mi pueblo o Pasito Duranguense. En ningún momento se vió que el "pueblo libio" saliera a festejar la muerte del "tirano". Obama habla en nombre de espíritus invisibles, que es a lo que está reducida la política occidental.
Se acabó la ley. Ni siquiera la Constitución estadounidense autoriza a asesinar al líder de otro país. De todos modos, discutir como si hubiera ley y Kadafi hubiera debido ser tratado como "prisionero de guerra" es un absurdo. Nunca hubo declaración de guerra contra Libia, lo que es tanto como haberle quitado a Kadafi cualquier garantía legal: en estas circunstancias, cualquier sicario podía meterle un tiro. Suponiendo que Kadafi murió por heridas, su hijo, Mutassim Kadafi, fue capturado vivo, según lo probó la agencia de prensa rusa Russia Today. El hijo de Kadafi aparece en un video fumando y bebiendo agua, sin signos de estar al borde de la muerte. Luego, Mutassim aparece muerto. Se trata de una ejecución permitida por los vacíos legales mencionados: nunca se le declaró la guerra a Libia.
Se terminó el derecho a la información. Durante semanas se difundió la especie de que en una cárcel de Abu Salim, en la capital libia, se encontró una fosa común con restos de 1 200 asesinados, supuestamente por Kadafi. Incluso la cadena CNN comprobó que era un invento y los huesos no eran de humanos (seguramente eran de camellos disidentes...). De igual modo, nunca hubo festejo en la plaza verde de Trípoli, ya que el supuesto "festejo" fue filmado en Qatar, según lo comprobó Russia Today. No hay respeto por la opinión pública porque en Occidente no hay opinión pública.
Ni siquiera hay lógica. Muerto Kadafi, Obama declaró que "se perseveró para proteger civiles libios". En la línea siguiente, el discurso dice: "mientras tanto, el valeroso pueblo libio combatió por su propio futuro y quebró la espina del régimen". Como una línea sigue a la otra, lo que dijo Ronald Obama, o Barack Reagan, como se prefiera, es que se protegió a los sicarios que tumbaron al régimen de Kadafi.
Todo lo anterior significa que en Occidente no valen la diplomacia, la política, las palabras, la ley ni el derecho (a la información, por ejemplo). Hace algún tiempo, no faltaba el que dijera que de Rusia iba a salir quién sabe qué Weimar "revanchista". Es la atmósfera de Occidente la que está cargada de violencia, de ánimo de revancha y de delincuencia.
Lo único que cuenta, en la manera de exhibir a Kadafi muerto (exhibición en el mejor estilo de los cárteles de la droga mexicanos), es convertir todo lo enumerado en simple morbo y nota roja. Como en los periódicos de nota roja se exhiben traseros junto al cadáver de turno, Lady Gaga tuvo a bien, poco antes de que muriera Kadafi, hacerle un "show" a William Clinton, ex presidente estadounidense, "show" realizado a una altura similar a la de la señorita Lewinski. Bacanal para los ricos, nota roja para los pobres: lo demás, se está yendo al diablo.
miércoles, 19 de octubre de 2011
EL PAPI DE LOS INDIGNADOS
Hace pocos días, un grupo de intelectuales llamó a apoyar a los indignados del mundo. Por la forma del llamado, da la impresión de que esos intelectuales no tienen interés en fungir como tales y brindar un servicio, sino en "surfear" los movimientos sociales, subiéndose a la cresta de la ola y llamando la atención. Actualmente, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), junto a sus aliados libios, está combatiendo a los leales a Kadafi en la ciudad de Sirte, y masacrando a civiles, niños incluidos. Cuando los intelectuales llaman a derrocar al "Kadafi global", están llamando a los jóvenes indignados del mundo a matar niños y, de una manera general, civiles, haciéndolo además de la manera más cobarde, desde el aire, con aviones o helicópteros artillados. Otra vez, la lógica no importa: importa "cómo suena", "quién lo dice" y no el significado. Lo mismo vale para el llamado a acabar con el "Assad global".
Hoy está probado que las revueltas de Túnez y Egipto, las de la llamada "primavera árabe", no fueron espontáneas. El autor intelectual es Gene Sharp, un octogenario estadounidense del Albert Einstein Institute, y que escribiera, entre otros, un manual -sin duda más práctico que el vil Nikitin o una Harnecker, causante de la caída de Allende, al parecer- para derrocar gobiernos por la vía no-violenta. El manual, que incluye 198 recomendaciones y es en realidad una invitación a provocar, está disponible en la Web, bajo el nombre "De la dictadura a la democracia". Sharp ya había tenido que ver en provocaciones en el Báltico y contra la extinta República Democrática Alemana.
Muy en concreto, Sharp inspiró al movimiento serbio "Otpor" (Resistencia), que derrocó a Slobodan Milosevic y lo llevó al Tribunal Internacional de La Haya. "Otpor", aunque parecía asunto espontáneo de jóvenes, recibió financiamiento de la USAID, de National Endowment for Democracy y del International Republican Institute, además de ayuda del magnate húngaro estadounidense George Soros, rey de la especulación y los golpes bajos contra Europa y Asia. A "Otpor" le llegó la ayuda vía Hungría y vía la mafiosa república de Montenegro, donde pueblos enteros dependen del crimen internacional para vivir. Logrado el golpe bajo, de "Otpor" nació el Centre for Applied Non Violent Actions and Strategies, y muy en particular Srda Popovic, líder serbio de la agrupación, con estancias reiteradas en Estados Unidos (lo prueban videos del sitio "globalresearch.ca"), decidió convertirse en mercenario de los estadounidenses para este tipo de provocaciones.
Curiosamente, el símbolo de "Otpor", un puño en alto, apareció tal cual en Egipto, en la plaza de Tahrir. Hoy se sabe que gente como el líder de la "primavera" egipcia, Mohamed Adel, recibió adiestramiento en el año 2009 en Belgrado. En cuanto a Popovic, está directamente ligado al entrenamiento de "líderes" de la "primavera tunecina". Popovic tiene actualmente financiamiento del Congreso de Estados Unidos. En suma, lo de Egipto y Túnez no fue espontáneo.
Los indignados estadounidenses de Wall Street han recibido apoyo de Soros, Popovic y otros que, al parecer, quieren algo así como un capitalismo que se guíe por el amor al prójimo y no por la ganancia. Estos indignados atraen a los hijos de la nomenklatura de izquierda, metidos a "revolucionarios de colores" y otros radicalismos "chic".
En nombre de "los ciudadanos" y "la sociedad civil", se trata de hacer creer que hay algo así como una "mano invisible" que mueve a los jóvenes y a otros a la democracia y el bienestar. El asunto no es del capitalismo, sino de quienes, por pereza mental y por falta de sentido de servicio público y social, sirven de pantalla para provocadores y, dicho sea de nuevo, mercenarios al servicio de un imperio vivito y coleando, que está ocupado en sus intereses, pero al que no le vienen mal "tontos útiles" que hagan creer que la ganancia de uno es una oportunidad "para todos". Al fin y al cabo, para éso está Obama.
Tal vez, algún día, termine la corrupción imperante en el mundo intelectual "global", y la demagogia de unos cuántos dedicados a hacerse los interesantes con lo que sea. Hace cerca de dos décadas que el Comité estadounidense de Santa Fe, encabezado por el halcón Roger Fontaine, dijo que era hora de coptar a los intelectuales cantándoles una de Gramsci. Ya está.
Hoy está probado que las revueltas de Túnez y Egipto, las de la llamada "primavera árabe", no fueron espontáneas. El autor intelectual es Gene Sharp, un octogenario estadounidense del Albert Einstein Institute, y que escribiera, entre otros, un manual -sin duda más práctico que el vil Nikitin o una Harnecker, causante de la caída de Allende, al parecer- para derrocar gobiernos por la vía no-violenta. El manual, que incluye 198 recomendaciones y es en realidad una invitación a provocar, está disponible en la Web, bajo el nombre "De la dictadura a la democracia". Sharp ya había tenido que ver en provocaciones en el Báltico y contra la extinta República Democrática Alemana.
Muy en concreto, Sharp inspiró al movimiento serbio "Otpor" (Resistencia), que derrocó a Slobodan Milosevic y lo llevó al Tribunal Internacional de La Haya. "Otpor", aunque parecía asunto espontáneo de jóvenes, recibió financiamiento de la USAID, de National Endowment for Democracy y del International Republican Institute, además de ayuda del magnate húngaro estadounidense George Soros, rey de la especulación y los golpes bajos contra Europa y Asia. A "Otpor" le llegó la ayuda vía Hungría y vía la mafiosa república de Montenegro, donde pueblos enteros dependen del crimen internacional para vivir. Logrado el golpe bajo, de "Otpor" nació el Centre for Applied Non Violent Actions and Strategies, y muy en particular Srda Popovic, líder serbio de la agrupación, con estancias reiteradas en Estados Unidos (lo prueban videos del sitio "globalresearch.ca"), decidió convertirse en mercenario de los estadounidenses para este tipo de provocaciones.
Curiosamente, el símbolo de "Otpor", un puño en alto, apareció tal cual en Egipto, en la plaza de Tahrir. Hoy se sabe que gente como el líder de la "primavera" egipcia, Mohamed Adel, recibió adiestramiento en el año 2009 en Belgrado. En cuanto a Popovic, está directamente ligado al entrenamiento de "líderes" de la "primavera tunecina". Popovic tiene actualmente financiamiento del Congreso de Estados Unidos. En suma, lo de Egipto y Túnez no fue espontáneo.
Los indignados estadounidenses de Wall Street han recibido apoyo de Soros, Popovic y otros que, al parecer, quieren algo así como un capitalismo que se guíe por el amor al prójimo y no por la ganancia. Estos indignados atraen a los hijos de la nomenklatura de izquierda, metidos a "revolucionarios de colores" y otros radicalismos "chic".
En nombre de "los ciudadanos" y "la sociedad civil", se trata de hacer creer que hay algo así como una "mano invisible" que mueve a los jóvenes y a otros a la democracia y el bienestar. El asunto no es del capitalismo, sino de quienes, por pereza mental y por falta de sentido de servicio público y social, sirven de pantalla para provocadores y, dicho sea de nuevo, mercenarios al servicio de un imperio vivito y coleando, que está ocupado en sus intereses, pero al que no le vienen mal "tontos útiles" que hagan creer que la ganancia de uno es una oportunidad "para todos". Al fin y al cabo, para éso está Obama.
Tal vez, algún día, termine la corrupción imperante en el mundo intelectual "global", y la demagogia de unos cuántos dedicados a hacerse los interesantes con lo que sea. Hace cerca de dos décadas que el Comité estadounidense de Santa Fe, encabezado por el halcón Roger Fontaine, dijo que era hora de coptar a los intelectuales cantándoles una de Gramsci. Ya está.
miércoles, 12 de octubre de 2011
MIENTANOS SIN MEDIDA NI CLEMENCIA
El 22 de septiembre de 2009, la agencia rusa de noticias Ria Novosti, en su sección de Infografía, daba cuenta de que los misiles iraníes Shahab-3, desarrollados junto con Norcorea, podían llegar a la periferia de Europa, pero no mucho más allá de los Balcanes, ni siquiera a Polonia o la República Checa. El Shahab-5 (Irán tendría hasta el Sahab-4), que Irán no tiene, no llegaría ni siquiera a toda España: apenas podría tocar Cataluña. Ahora que España aceptó tener parte del escudo antimisiles en la base de Rota, Madrid respondió, a las objeciones de Moscú, que dicho escudo no está dirigido contra "nadie": es puramente defensivo, aunque España, dicho sea de paso, no está amenazada bélicamente por nadie, ni siquiera por los Shahab de los que dispone hoy Irán. Es lo mismo que con Turquía: se participa en el escudo antimisiles contra "nadie" y para defenderse de la amenaza de "nadie", es decir, es algo equivalente a jugar al golf porque no hay nada más interesante que hacer, o a ver una película en casa.
Sin embargo, Rusia no está contenta. Según el director de la revista rusa "Defensa Nacional", Igor Korótchenko, según los cálculos del Estado Mayor General de Rusia, a partir del año 2015 el escudo antimisil ya podrá impactar al territorio ruso, interceptando una parte de los misiles balísticos rusos. En el mismo sentido van las declaraciones de Dmitri Rogozin, embajador de Rusia ante la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), quien sostuvo hace poco que el escudo antimisiles estará en capacidad de controlar todo el territorio europeo ruso. La Infografía de Ria Novosti sobre el escudo antimisiles no deja lugar a dudas. En nombre de la defensa contra Irán, se prepara algo contra armas que Irán no tiene, pero Rusia sí.
Es en un plazo de unos seis años, poco más o poco menos, que las relaciones entre Occidente y Rusia pueden llegar a estar en muy mal estado. No es lo único. Tal parece que Occidente ya no es capaz de "nombrar" lo que está ocurriendo con la economía, que no "arranca". En estas condiciones, pueden coincidir el agravamiento de la crisis económica con una situación apenas veladamente prebélica. La crisis económica está golpeando a Occidente, pero es poco probable que el nuevo "arranque" se de en China o Japón. La única potencia que no está pasando por una situación económica demasiado grave es Rusia. ¿Aguantaría Estados Unidos que su antiguo rival salga adelante y no se hunda con los demás, que son sobre todo europeos y asiáticos?
Al parecer, Estados Unidos calcula de nuevo utilizar la supuesta "amenaza iraní", contando lo que sea y encontrando una mala voluntad desatada que lo repita. Los Guardias de la Revolución iraní querían "levantar" al embajador saudiárabe en Washington y, tal parece que con asesoría de narcos mexicanos, tirarlo frente a la Casa Blanca, envuelto en una bolsa de plástico amarrada con cinta canela y con una narcomanta islamista que dijera: "Barack: o te compones o te compongo. Ajmadineyad". Afortunadamente, Estados Unidos detuvo este "compló". Que a principios de octubre haya habido un atentado terrorista en Somalia que dejó a decenas de muertos es algo que a Washington, la verdad, no le importa en lo más mínimo: que los famélicos se las arreglen con Angelina Jolie, porque Obama, cuya familia de origen viene de no mucho más lejos que Somalia, está más preocupado por prestarle al complejo militar-industrial los servicios que requiere para gastarse el dinero de los indignados. Que se mueran los feos.
Sin embargo, Rusia no está contenta. Según el director de la revista rusa "Defensa Nacional", Igor Korótchenko, según los cálculos del Estado Mayor General de Rusia, a partir del año 2015 el escudo antimisil ya podrá impactar al territorio ruso, interceptando una parte de los misiles balísticos rusos. En el mismo sentido van las declaraciones de Dmitri Rogozin, embajador de Rusia ante la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), quien sostuvo hace poco que el escudo antimisiles estará en capacidad de controlar todo el territorio europeo ruso. La Infografía de Ria Novosti sobre el escudo antimisiles no deja lugar a dudas. En nombre de la defensa contra Irán, se prepara algo contra armas que Irán no tiene, pero Rusia sí.
Es en un plazo de unos seis años, poco más o poco menos, que las relaciones entre Occidente y Rusia pueden llegar a estar en muy mal estado. No es lo único. Tal parece que Occidente ya no es capaz de "nombrar" lo que está ocurriendo con la economía, que no "arranca". En estas condiciones, pueden coincidir el agravamiento de la crisis económica con una situación apenas veladamente prebélica. La crisis económica está golpeando a Occidente, pero es poco probable que el nuevo "arranque" se de en China o Japón. La única potencia que no está pasando por una situación económica demasiado grave es Rusia. ¿Aguantaría Estados Unidos que su antiguo rival salga adelante y no se hunda con los demás, que son sobre todo europeos y asiáticos?
Al parecer, Estados Unidos calcula de nuevo utilizar la supuesta "amenaza iraní", contando lo que sea y encontrando una mala voluntad desatada que lo repita. Los Guardias de la Revolución iraní querían "levantar" al embajador saudiárabe en Washington y, tal parece que con asesoría de narcos mexicanos, tirarlo frente a la Casa Blanca, envuelto en una bolsa de plástico amarrada con cinta canela y con una narcomanta islamista que dijera: "Barack: o te compones o te compongo. Ajmadineyad". Afortunadamente, Estados Unidos detuvo este "compló". Que a principios de octubre haya habido un atentado terrorista en Somalia que dejó a decenas de muertos es algo que a Washington, la verdad, no le importa en lo más mínimo: que los famélicos se las arreglen con Angelina Jolie, porque Obama, cuya familia de origen viene de no mucho más lejos que Somalia, está más preocupado por prestarle al complejo militar-industrial los servicios que requiere para gastarse el dinero de los indignados. Que se mueran los feos.
miércoles, 5 de octubre de 2011
UN MUNDO MARAVILLOSO
España acaba de anunciar que a partir del año 2013, prestará su base naval de Rota (Cádiz), al sur de Andalucía, para el escudo antimisiles de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), esto es, para buques de guerra equipados con misiles interceptores SM-3. Hay que poner mucha atención al anuncio: según la prensa española, con lo anterior la OTAN podrá tener un mejor control del Mediterráneo oriental, para patrullarlo. Cualquiera que vea un mapa se dará cuenta de que no hay relación entre Rota e Irán, pero sí entre España, el Mediterráneo, Libia y, más aún, la presión que se ejerce sobre Siria. En vez de erizar el golfo Pérsico (que es donde se encuentra Irán) de armas, el asunto va por el Mediterráneo, y además, oriental.
En el anuncio, las agencias de prensa, prácticamente todas, han señalado que Holanda se sumará al escudo antimisiles, lo que no tiene absolutamente nada que ver con Irán. Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, va muy con prisa: ha declarado que el escudo antimisiles debe estar listo muy pronto, para el año 2018, con lo que se adelanta a los plazos de Obama, sin explicación.
Los rusos siguen pidiendo su pacto germano-soviético de caricatura: es decir, una garantía jurídica de que no serán agredidos. El asunto es de años de promesas, pactos, garantías y lo que sea, pero Occidente se salta la ley como quiere y la palabra dada ya no significa nada, ni entre las naciones, ni entre los individuos.
Hace algún tiempo, el primer vice-presidente de la Academia rusa de problemas geopolíticos, Konstantin Sivkov, argumentó que Occidente quiere aprovechar lo que hay de debilidad en Rusia. La debilidad es real y el tiempo corre, si Moscú quiere construir una capacidad de respuesta asimétrica a un eventual golpe proveniente del exterior.
Lo grave, sin embargo, es que, como lo escribiera en algún momento el periodista Serguei Balmasov para Pravda.ru, Washington, a tono con lo de que "el león cree que todos son de su condición", supone que, por debilidad y por no enajenarse al mundo exterior, Rusia no osará dar un golpe. Es decir, como lo dice Balmasov, los occidentales creen que Moscú está en el bluff, pero sin capacidad de respuesta. Para colmo, hay desde luego antecedentes históricos de este tipo de creencia.
Todo este despliegue militar, aparatoso y costoso, no provoca la indignación de nadie, ni es de esperar que la haya de una izquierda que quiere, "after neoliberalism" o "the day after", un capitalismo con rostro humano, es decir, que sea con una sonrisa impecable y un "hi!" que se liquide toda alternativa. De hecho, son los restos de una extrema izquierda que, tocándose con su otro extremo gemelo y criminal, no ha dicho nada de lo que sucede hoy por hoy en Libia, ni ha sido capaz de desenmascarar los montajes en Siria (algunos, atroces, de carnicerías cometidas por opositores y mostradas por Russia Today), ni quiere entender que no por tener un rostro cualquier humano es digno de que se le llame tal. Así que, ahora, resultará que no hay relación entre Rota, Libia y Siria, ni entre el Mediterráneo oriental y el Mar Negro, y para colmo, Rusia alega que no tolerará ningún escudo antimisiles en Polonia, siendo que, según la agencia rusa Ria Novosti, para 2018 sí habrá despliegue de SM-3 en suelo polaco, donde por lo demás ya están soldados estadounidenses y Patriots en la localidad de Morag.
Nada tiene relación con nada: ocurre simplemente que en las altas esferas militares y políticas ya se ha legalizado una pequeña dosis individual de droga, y que entre risita y risotada, los tamales de Michelle y el baby de Carla, nuestros demócratas se preguntan a quién bombardear la semana que viene. Pos nomás, si me concencia me dice que me lo quebre, me lo quebro, y si no, non me lo quebro. Mi "just cause" es "just because".
En el anuncio, las agencias de prensa, prácticamente todas, han señalado que Holanda se sumará al escudo antimisiles, lo que no tiene absolutamente nada que ver con Irán. Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, va muy con prisa: ha declarado que el escudo antimisiles debe estar listo muy pronto, para el año 2018, con lo que se adelanta a los plazos de Obama, sin explicación.
Los rusos siguen pidiendo su pacto germano-soviético de caricatura: es decir, una garantía jurídica de que no serán agredidos. El asunto es de años de promesas, pactos, garantías y lo que sea, pero Occidente se salta la ley como quiere y la palabra dada ya no significa nada, ni entre las naciones, ni entre los individuos.
Hace algún tiempo, el primer vice-presidente de la Academia rusa de problemas geopolíticos, Konstantin Sivkov, argumentó que Occidente quiere aprovechar lo que hay de debilidad en Rusia. La debilidad es real y el tiempo corre, si Moscú quiere construir una capacidad de respuesta asimétrica a un eventual golpe proveniente del exterior.
Lo grave, sin embargo, es que, como lo escribiera en algún momento el periodista Serguei Balmasov para Pravda.ru, Washington, a tono con lo de que "el león cree que todos son de su condición", supone que, por debilidad y por no enajenarse al mundo exterior, Rusia no osará dar un golpe. Es decir, como lo dice Balmasov, los occidentales creen que Moscú está en el bluff, pero sin capacidad de respuesta. Para colmo, hay desde luego antecedentes históricos de este tipo de creencia.
Todo este despliegue militar, aparatoso y costoso, no provoca la indignación de nadie, ni es de esperar que la haya de una izquierda que quiere, "after neoliberalism" o "the day after", un capitalismo con rostro humano, es decir, que sea con una sonrisa impecable y un "hi!" que se liquide toda alternativa. De hecho, son los restos de una extrema izquierda que, tocándose con su otro extremo gemelo y criminal, no ha dicho nada de lo que sucede hoy por hoy en Libia, ni ha sido capaz de desenmascarar los montajes en Siria (algunos, atroces, de carnicerías cometidas por opositores y mostradas por Russia Today), ni quiere entender que no por tener un rostro cualquier humano es digno de que se le llame tal. Así que, ahora, resultará que no hay relación entre Rota, Libia y Siria, ni entre el Mediterráneo oriental y el Mar Negro, y para colmo, Rusia alega que no tolerará ningún escudo antimisiles en Polonia, siendo que, según la agencia rusa Ria Novosti, para 2018 sí habrá despliegue de SM-3 en suelo polaco, donde por lo demás ya están soldados estadounidenses y Patriots en la localidad de Morag.
Nada tiene relación con nada: ocurre simplemente que en las altas esferas militares y políticas ya se ha legalizado una pequeña dosis individual de droga, y que entre risita y risotada, los tamales de Michelle y el baby de Carla, nuestros demócratas se preguntan a quién bombardear la semana que viene. Pos nomás, si me concencia me dice que me lo quebre, me lo quebro, y si no, non me lo quebro. Mi "just cause" es "just because".
jueves, 29 de septiembre de 2011
SINFONIA PARA BATMANIOV Y ROBINIEFT
No hay de qué preocuparse, al menos que se quiera creer que en Rusia hay una democracia a toda prueba. Para empezar, no la hay en Estados Unidos, que es una plutocracia o, dicho de otro modo, un régimen donde mandan los ricos, así parezca que lo hacen los nuevos ricos tipo Obama. En Rusia no faltan quienes crean que es también hora de los nuevos ricos y la tan llevada y traída clase media, que en cierto modo representa Dmitri (Anatolievich) Medvedev. En Estados Unidos, junto a los nuevos ricos mandan los militares, que aseguran la llegada del tributo desde el resto del orbe. Bien, en Rusia, junto a los nuevos ricos, mandan los militares y los servicios de seguridad, que parecieran seguir buscando limitar el poderío estadounidense y prepararse contra un eventual golpe.
Lo delirante no es lo anterior, sino que ningún intelectual de izquierda haya salido a la palestra para embestir contra el actual capitalismo de Estado ruso, siendo que antes se acusaba a la Unión Soviética de ser un capitalismo de Estado, aunque casi no hubiera propiedad privada. Y al mismo tiempo, el Partido Comunista de la Federación Rusa acusa a los recientes mandatarios rusos de comportarse como en la época de Jrushov. A lo cual, los comunistas rusos, aunque son el gran partido de oposición y tienen adeptos entre gente culta, no responden más que con el sempiterno candidato, Guennadi Ziuganov. Así que es Ziuganov, no muy ducho en ideas, quien critica el continuismo en el Kremlin. Y es Putin, lanzado como candidato para la presidencia (de nuevo) por Dmitri (Anatolievich) Medvedev , quien, plagiando tranquilamente a los comunistas, sugiere crear en la Federación Rusa un Frente Popular. Resulta sorprendente ver a los comunistas rusos criticar a la burocracia y a los servicios de seguridad que hacen y deshacen a su antojo.
De todos modos, ocurre que los comunistas rusos en el gobierno servirían tal vez de pretexto para provocaciones occidentales. Medvedev no necesita que lo provoquen, y ha mostrado que las tonterías las puede hacer solito, lo que sin duda le valió tener que ceder el lugar para el regreso de Putin, quien se maneja por lo menos de manera clara con Occidente: si es por las buenas, por las buenas, y si es por las malas, por las malas. ¿Que da igual si es Putin o Medvedev? No, aunque Putin diga que cuidan a Rusia durmiendo por turnos. Una cosa es estar alerta cuando uno está despierto y otra es dormitar cuando se debe estar en guardia.
Así que, salvo sorpresas, lo del cerco se arreglará con Putin. A Occidente le encantan los escenarios apocalípticos, desde el calendario maya hasta los asuntos del cambio climático y el cuento de que un Dios justiciero se va a desquitar de lo que el Hombre le ha hecho a la Naturaleza, incluyendo a los animales, sean callejeros o domésticos. Siendo las cosas así, no hay más que irse a esperar el día del Juicio Final y, desde luego, no actuar ni pensar (mucho menos socialmente), que es lo que prefieren los nuevos ricos con su mentalidad de secta. Una parte de la izquierda adora estos escenarios apocalípticos: creyó que a más pobres más volcanes sociales en erupción, y asegura que el capitalismo salvaje va a destruir a la Humanidad, así sea, al parecer, al precio suicida de renunciar a tener de dónde sacar ganancias. Cuando no hay más que catástrofes por delante, lo mejor es ponerse a salvo (con riqueza, por ejemplo), disfrutar el momento hasta reventar o irse a dormir (el sueño de los justos o el que sea).
En lo que se acaba el planeta, Obama enfila a un nuevo periodo y Putin se asoma de nuevo al Kremlin. No es el mismo tipo de nuevo rico, ni de formación de origen, ni de visión de un mundo justo, ni es el mismo tipo de potencia ni de declive. Después de todo, lo último que se les ocurriría a un occidental y a un nuevo rico, en lo que se termina el mundo, es pensar que se pueden equivocar. Los únicos que cometen errores son los "totalitarios" y otros villanos de película. Medvedev iba por este mal camino, que debe ser únicamente el de quienes, aún hablando de apocalipsis, se creen Dioses e inmortales, o, si no, actúan saqueando porque después de ellos llega el Diluvio. En fin, que ya se verá quién es el bocón y quién el Alexander Lebedev que lo calle.
Lo delirante no es lo anterior, sino que ningún intelectual de izquierda haya salido a la palestra para embestir contra el actual capitalismo de Estado ruso, siendo que antes se acusaba a la Unión Soviética de ser un capitalismo de Estado, aunque casi no hubiera propiedad privada. Y al mismo tiempo, el Partido Comunista de la Federación Rusa acusa a los recientes mandatarios rusos de comportarse como en la época de Jrushov. A lo cual, los comunistas rusos, aunque son el gran partido de oposición y tienen adeptos entre gente culta, no responden más que con el sempiterno candidato, Guennadi Ziuganov. Así que es Ziuganov, no muy ducho en ideas, quien critica el continuismo en el Kremlin. Y es Putin, lanzado como candidato para la presidencia (de nuevo) por Dmitri (Anatolievich) Medvedev , quien, plagiando tranquilamente a los comunistas, sugiere crear en la Federación Rusa un Frente Popular. Resulta sorprendente ver a los comunistas rusos criticar a la burocracia y a los servicios de seguridad que hacen y deshacen a su antojo.
De todos modos, ocurre que los comunistas rusos en el gobierno servirían tal vez de pretexto para provocaciones occidentales. Medvedev no necesita que lo provoquen, y ha mostrado que las tonterías las puede hacer solito, lo que sin duda le valió tener que ceder el lugar para el regreso de Putin, quien se maneja por lo menos de manera clara con Occidente: si es por las buenas, por las buenas, y si es por las malas, por las malas. ¿Que da igual si es Putin o Medvedev? No, aunque Putin diga que cuidan a Rusia durmiendo por turnos. Una cosa es estar alerta cuando uno está despierto y otra es dormitar cuando se debe estar en guardia.
Así que, salvo sorpresas, lo del cerco se arreglará con Putin. A Occidente le encantan los escenarios apocalípticos, desde el calendario maya hasta los asuntos del cambio climático y el cuento de que un Dios justiciero se va a desquitar de lo que el Hombre le ha hecho a la Naturaleza, incluyendo a los animales, sean callejeros o domésticos. Siendo las cosas así, no hay más que irse a esperar el día del Juicio Final y, desde luego, no actuar ni pensar (mucho menos socialmente), que es lo que prefieren los nuevos ricos con su mentalidad de secta. Una parte de la izquierda adora estos escenarios apocalípticos: creyó que a más pobres más volcanes sociales en erupción, y asegura que el capitalismo salvaje va a destruir a la Humanidad, así sea, al parecer, al precio suicida de renunciar a tener de dónde sacar ganancias. Cuando no hay más que catástrofes por delante, lo mejor es ponerse a salvo (con riqueza, por ejemplo), disfrutar el momento hasta reventar o irse a dormir (el sueño de los justos o el que sea).
En lo que se acaba el planeta, Obama enfila a un nuevo periodo y Putin se asoma de nuevo al Kremlin. No es el mismo tipo de nuevo rico, ni de formación de origen, ni de visión de un mundo justo, ni es el mismo tipo de potencia ni de declive. Después de todo, lo último que se les ocurriría a un occidental y a un nuevo rico, en lo que se termina el mundo, es pensar que se pueden equivocar. Los únicos que cometen errores son los "totalitarios" y otros villanos de película. Medvedev iba por este mal camino, que debe ser únicamente el de quienes, aún hablando de apocalipsis, se creen Dioses e inmortales, o, si no, actúan saqueando porque después de ellos llega el Diluvio. En fin, que ya se verá quién es el bocón y quién el Alexander Lebedev que lo calle.
jueves, 22 de septiembre de 2011
!DIOS MIO DE MI VIDA!
No queda muy claro por qué no es posible denunciar que Estados Unidos y sus aliados se están instalando en algo peligroso no por lo agresivo, sino por lo fuera de la realidad y de toda lógica que se encuentra el discurso imperial, si se lo puede llamar así sin ofenderlo, ahora que es tan "humanitario".
El 11 de septiembre, un muy conmovido Obama recordó al lado de George W.Bush los atentados que conmovieron al mundo, inauguraron una nueva era, cambiaron la Historia para siempre y lo que se quiera agregar´: un mega-atentado golpeó a la hyperpotencia donde le súperduele. Bien. Obama volvió a la gritería contra el terrorismo y Al-Qaeda, y a los pocos días siguió con su guerra ilegal (desde el punto de vista del Congreso estadounidense) contra Libia: golpear es tan natural que a Obama "se le olvidó" declararle la guerra a Libia. Luego de mostrarse religiosamente conmocionado y muy indignado por lo del 11 de septiembre, Obama, con sus aliados, se fue a regalarle el gobierno libio a un terrorista, ex de Al-Qaeda, Abdelhakim Belhaj, cuya soldadesca tiene costumbres tan simpáticas como la de arrancarle un ojo al enemigo muerto o cortarle los senos a las enemigas mujeres. ¿Importa? En lo absoluto, y no hay que interrumpir un discurso sobre los "movimientos sociales" si de lo que se trata es de que los intelectuales de siempre, en la cresta de la ola, trasciendan y, ellos también, "hagan Historia".
Los rebeldes libios, en realidad terroristas, son tan ineptos que ni siquiera han ganado su guerra: Kadafi no se fue y prosiguen los combates, nada más que carecen de interés, así mueran centenares de personas. Si a usted no le gusta que su vecino y su vecina se griten entre sí, vaya y tíreles una granada, vuele media casa y asómese a tiros. Luego invite a Sarkozy (un tipo que enjuicia a todos los que no obedecen a Washington: Chirac, De Villepin, Strauss-Kahn) y Cameron a que declaren, con cara de Marlon Brando: "no nos iremos hasta terminar este trabajo". También puede llegar al lugar de los hechos el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, a declarar que afortunadamente se puso fin a la violencia. Es decir que usted, al lanzarle granadas a sus vecinos, volarles la casa y ametrallarlos, además de "hacer un buen trabajo", "terminó con la violencia".
Lo más simpática es que Fidel ya se calló, él que, como algunos intelectuales, con tal de ser héroe de algo predijo el fascismo con Bush, fascismo que nunca llegó. Más bien habría que aprender de lo que pasa cuando los hijos de alguien como Kadafi se ponen a tono con la globalización, el desarrollo sustentable y, de paso, las parrandas en Saint Tropez y los centros nocturnos europeos, especialidad de Saadi y Hannibal. En cuanto a Saif al-Islam, se graduó en London School of Economics con una tesis cuyo título parece sacado de una red social, o de alguna de esas personas que a quien lo pida le hacen una tesis sobre lo que sea en 24 horas:" El papel de la sociedad civil en la democratización de instituciones del gobierno global: del poder blando a la toma colectiva de decisiones". Saif al-Islam fue el brillante que le dió el poder a la sociedad civil, poder que en Bengasi tomaron los ex afganos, gente de Al-Qaeda y el delincuente Belhaj. Todos ellos, reconocidos ahora por numerosos países: la ley sirve para validar un acto ilegal y hasta criminal. Bien. Rusia reconoció el 1o. de septiembre al nuevo "gobierno libio". Rusia dice haberlo hecho por amor, lo que es peor, es decir, en apoyo a la Resolución de Naciones Unidas. Nada más que, cuando Naciones Unidas decidió "proteger a los civiles libios", ya había en el mismo suelo libio más de dos centenares de soldados británicos, en total ilegalidad, y nadie les dijo nada. Rusia, donde se entrenó alguna vez militarmente un hijo de Kadafi, Khamis, en un gesto amoroso avaló una inmoralidad gigantesca, y no parece que a Moscú le importe lo que hacen los "rebeldes" con sus "trabajos" en barrios pobres de Trípoli (Abu Saleem), en Sirte o Bani Walid.
En fin, unodos delinquen religiosamente y conmovidos (!padrino!), otros delinquen por amor y unos más, como Sarkozy, hacen "este tipo de trabajitos". Todo sea con tal de hacer aparecer como humano lo inhumano, trampa en la que fue a caer la izquierda y que la imposibilita ya, como han señalado intelectuales como Jean Bricmont, para ver en qué consiste este "humanitarismo" del Imperio y sus satélites.
En Libia, el antiguo rey Idris pedía a sus súbditos que, antes de dirigirle la palabra, le besaran los pies. Desde luego, es un acto de amor, lleno de emoción religiosa y, de paso, "un trabajito" de los que por humillar exigen algunos monarcas. !Dios mío de mi vida!
El 11 de septiembre, un muy conmovido Obama recordó al lado de George W.Bush los atentados que conmovieron al mundo, inauguraron una nueva era, cambiaron la Historia para siempre y lo que se quiera agregar´: un mega-atentado golpeó a la hyperpotencia donde le súperduele. Bien. Obama volvió a la gritería contra el terrorismo y Al-Qaeda, y a los pocos días siguió con su guerra ilegal (desde el punto de vista del Congreso estadounidense) contra Libia: golpear es tan natural que a Obama "se le olvidó" declararle la guerra a Libia. Luego de mostrarse religiosamente conmocionado y muy indignado por lo del 11 de septiembre, Obama, con sus aliados, se fue a regalarle el gobierno libio a un terrorista, ex de Al-Qaeda, Abdelhakim Belhaj, cuya soldadesca tiene costumbres tan simpáticas como la de arrancarle un ojo al enemigo muerto o cortarle los senos a las enemigas mujeres. ¿Importa? En lo absoluto, y no hay que interrumpir un discurso sobre los "movimientos sociales" si de lo que se trata es de que los intelectuales de siempre, en la cresta de la ola, trasciendan y, ellos también, "hagan Historia".
Los rebeldes libios, en realidad terroristas, son tan ineptos que ni siquiera han ganado su guerra: Kadafi no se fue y prosiguen los combates, nada más que carecen de interés, así mueran centenares de personas. Si a usted no le gusta que su vecino y su vecina se griten entre sí, vaya y tíreles una granada, vuele media casa y asómese a tiros. Luego invite a Sarkozy (un tipo que enjuicia a todos los que no obedecen a Washington: Chirac, De Villepin, Strauss-Kahn) y Cameron a que declaren, con cara de Marlon Brando: "no nos iremos hasta terminar este trabajo". También puede llegar al lugar de los hechos el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, a declarar que afortunadamente se puso fin a la violencia. Es decir que usted, al lanzarle granadas a sus vecinos, volarles la casa y ametrallarlos, además de "hacer un buen trabajo", "terminó con la violencia".
Lo más simpática es que Fidel ya se calló, él que, como algunos intelectuales, con tal de ser héroe de algo predijo el fascismo con Bush, fascismo que nunca llegó. Más bien habría que aprender de lo que pasa cuando los hijos de alguien como Kadafi se ponen a tono con la globalización, el desarrollo sustentable y, de paso, las parrandas en Saint Tropez y los centros nocturnos europeos, especialidad de Saadi y Hannibal. En cuanto a Saif al-Islam, se graduó en London School of Economics con una tesis cuyo título parece sacado de una red social, o de alguna de esas personas que a quien lo pida le hacen una tesis sobre lo que sea en 24 horas:" El papel de la sociedad civil en la democratización de instituciones del gobierno global: del poder blando a la toma colectiva de decisiones". Saif al-Islam fue el brillante que le dió el poder a la sociedad civil, poder que en Bengasi tomaron los ex afganos, gente de Al-Qaeda y el delincuente Belhaj. Todos ellos, reconocidos ahora por numerosos países: la ley sirve para validar un acto ilegal y hasta criminal. Bien. Rusia reconoció el 1o. de septiembre al nuevo "gobierno libio". Rusia dice haberlo hecho por amor, lo que es peor, es decir, en apoyo a la Resolución de Naciones Unidas. Nada más que, cuando Naciones Unidas decidió "proteger a los civiles libios", ya había en el mismo suelo libio más de dos centenares de soldados británicos, en total ilegalidad, y nadie les dijo nada. Rusia, donde se entrenó alguna vez militarmente un hijo de Kadafi, Khamis, en un gesto amoroso avaló una inmoralidad gigantesca, y no parece que a Moscú le importe lo que hacen los "rebeldes" con sus "trabajos" en barrios pobres de Trípoli (Abu Saleem), en Sirte o Bani Walid.
En fin, unodos delinquen religiosamente y conmovidos (!padrino!), otros delinquen por amor y unos más, como Sarkozy, hacen "este tipo de trabajitos". Todo sea con tal de hacer aparecer como humano lo inhumano, trampa en la que fue a caer la izquierda y que la imposibilita ya, como han señalado intelectuales como Jean Bricmont, para ver en qué consiste este "humanitarismo" del Imperio y sus satélites.
En Libia, el antiguo rey Idris pedía a sus súbditos que, antes de dirigirle la palabra, le besaran los pies. Desde luego, es un acto de amor, lleno de emoción religiosa y, de paso, "un trabajito" de los que por humillar exigen algunos monarcas. !Dios mío de mi vida!
jueves, 15 de septiembre de 2011
BACK TO BLACK
Uno se puede creer el cuento del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), a condición de no ver que hay algunas diferencias sustanciales entre la Federación Rusa y los demás: Rusia no es un gigante demográfico con cientos de millones de personas en la miseria (caso de China e India), y es por otra parte una potencia tecnológica y militar (no es el caso ni siquiera de China en el BRICS). Hasta ahora, no ha surgido nada multipolar, como no sea en la cabeza de algunas agendas de organismos internacionales.
Lo que viene es muy probablemente una nueva crisis económica de envergadura, sin que haya motivo para que Estados Unidos cambie de manera de proceder, pasándole la factura a otros. A la par de esta crisis, el derecho internacional se está desmoronando sin que nadie dé la cara por él, como si ya fuera normal vivir sin ley. De hecho, Estados Unidos y los ricos del mundo encontrarán perfectamente normal vivir sin ley mientras esto signifique ganar en la otra ley, la del más fuerte.
Lo ocurrido en Libia y la presión contra Siria son derrotas estratégicas para Rusia, según lo afirmó hace poco Viacheslav Titiokin, miembro del Comité Central del Partido Comunista de la Federación Rusa, en entrevista que reproduce el blog CCCP de Josafat Comín. Lo son porque Estados Unidos está incrementando su control del Mediterráneo, clave para las maniobras occidentales envolventes contra Rusia. Nadie le pidió a Moscú defender a Kadafi, pero sí era posible defender el derecho internacional, y no se hizo.
Tampoco se hace en Rumania, donde, según lo ratificado en un acuerdo del 13 de septiembre, con motivo de la visita del presidente rumano Traian Basescu a Washington, para el año 2015 debe estar desplegada en suelo rumano la parte que le corresponde del escudo antimisiles. Este despliegue incluiría buques de guerra y, de ser así, sería en abierta violación de la Convención de Montreux, que prohibe que barcos militares de países no ribereños del Mar Negro estén por más de un tiempo mínimo en ese mismo mar. Rusia, además de no protestar por el desafío a la ley, todavía sale con que puede tolerar un escudo antimisiles en Rumania, mientras no sea en Polonia. El argumento es ridículo: el escudo ya se ha puesto a andar en suelo polaco y Polonia debiera tener entonces en el año 2018 misiles balísticos.
Turquía ratificó por su parte tener un radar de alerta temprana que estará en la provincia de Malatya. Algunos funcionarios rusos sostienen, sin entender la absoluta mala leche de Barack Obama, que lo de los turcos en nada afecta a los rusos, como si no se tratara de sacar ventaja en el dominio marítimo para preparar un golpe convencional dejando al oponente sin posibilidad de respuesta nuclear.
Por si hubiera dudas, en la localidad de Varde, en Noruega, no muy lejos del territorio ruso, hay un dispositivo militar que viola el Tratado ABM, sin que Rusia proteste.
Rusia ha pedido garantías jurídicas de que no la agrederán con el escudo antimisiles, pero ni la han dejado participar en el escudo, ni le han dado garantías. La lección que el absolutismo occidental sacó del fin de la Guerra Fría es que el mundo le pertenece al que tiene el privilegio de la fuerza y se sirve dosificadamente de ella. Las normas y el derecho se acabaron y no tienen la menor validez universal. China es igualmente culpable del peor de los oportunismos. Algunos funcionarios rusos pueden seguir pidiendo garantías, lo que por cierto hizo una y otra vez Gorbachov: ni siquiera un papel garantiza que Occidente deje de lado la tentación de gozar en grande la ley del más fuerte (basta con ver lo que promueve la "cultura" de Occidente, incluyendo a su mafioso Don Omar y a las bacanales de T-Pain, Crystal, el "amante bandido" de Miguel Bosé con Alaska y otras). Obama entiende perfectamente bien esta ley del más fuerte, por cierto.
En el colmo de la insolencia, la crisis que viene puede ser tomada a fiesta -de nuevo, a seguir con las bacanales- por los ricos, no afectados sino mimados, y sus imitadores, los nuevos ricos de clase media -para lo cual se inventó el cuento del grupo BRICS- y unos cuantos extraviados de una nomenklatura de izquierda tercermundista y ex soviética que vendió en la paz y la comodidad lo que se ganó en la guerra y el esfuerzo.
Lo que viene es muy probablemente una nueva crisis económica de envergadura, sin que haya motivo para que Estados Unidos cambie de manera de proceder, pasándole la factura a otros. A la par de esta crisis, el derecho internacional se está desmoronando sin que nadie dé la cara por él, como si ya fuera normal vivir sin ley. De hecho, Estados Unidos y los ricos del mundo encontrarán perfectamente normal vivir sin ley mientras esto signifique ganar en la otra ley, la del más fuerte.
Lo ocurrido en Libia y la presión contra Siria son derrotas estratégicas para Rusia, según lo afirmó hace poco Viacheslav Titiokin, miembro del Comité Central del Partido Comunista de la Federación Rusa, en entrevista que reproduce el blog CCCP de Josafat Comín. Lo son porque Estados Unidos está incrementando su control del Mediterráneo, clave para las maniobras occidentales envolventes contra Rusia. Nadie le pidió a Moscú defender a Kadafi, pero sí era posible defender el derecho internacional, y no se hizo.
Tampoco se hace en Rumania, donde, según lo ratificado en un acuerdo del 13 de septiembre, con motivo de la visita del presidente rumano Traian Basescu a Washington, para el año 2015 debe estar desplegada en suelo rumano la parte que le corresponde del escudo antimisiles. Este despliegue incluiría buques de guerra y, de ser así, sería en abierta violación de la Convención de Montreux, que prohibe que barcos militares de países no ribereños del Mar Negro estén por más de un tiempo mínimo en ese mismo mar. Rusia, además de no protestar por el desafío a la ley, todavía sale con que puede tolerar un escudo antimisiles en Rumania, mientras no sea en Polonia. El argumento es ridículo: el escudo ya se ha puesto a andar en suelo polaco y Polonia debiera tener entonces en el año 2018 misiles balísticos.
Turquía ratificó por su parte tener un radar de alerta temprana que estará en la provincia de Malatya. Algunos funcionarios rusos sostienen, sin entender la absoluta mala leche de Barack Obama, que lo de los turcos en nada afecta a los rusos, como si no se tratara de sacar ventaja en el dominio marítimo para preparar un golpe convencional dejando al oponente sin posibilidad de respuesta nuclear.
Por si hubiera dudas, en la localidad de Varde, en Noruega, no muy lejos del territorio ruso, hay un dispositivo militar que viola el Tratado ABM, sin que Rusia proteste.
Rusia ha pedido garantías jurídicas de que no la agrederán con el escudo antimisiles, pero ni la han dejado participar en el escudo, ni le han dado garantías. La lección que el absolutismo occidental sacó del fin de la Guerra Fría es que el mundo le pertenece al que tiene el privilegio de la fuerza y se sirve dosificadamente de ella. Las normas y el derecho se acabaron y no tienen la menor validez universal. China es igualmente culpable del peor de los oportunismos. Algunos funcionarios rusos pueden seguir pidiendo garantías, lo que por cierto hizo una y otra vez Gorbachov: ni siquiera un papel garantiza que Occidente deje de lado la tentación de gozar en grande la ley del más fuerte (basta con ver lo que promueve la "cultura" de Occidente, incluyendo a su mafioso Don Omar y a las bacanales de T-Pain, Crystal, el "amante bandido" de Miguel Bosé con Alaska y otras). Obama entiende perfectamente bien esta ley del más fuerte, por cierto.
En el colmo de la insolencia, la crisis que viene puede ser tomada a fiesta -de nuevo, a seguir con las bacanales- por los ricos, no afectados sino mimados, y sus imitadores, los nuevos ricos de clase media -para lo cual se inventó el cuento del grupo BRICS- y unos cuantos extraviados de una nomenklatura de izquierda tercermundista y ex soviética que vendió en la paz y la comodidad lo que se ganó en la guerra y el esfuerzo.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
NI EN DEFENSA PROPIA...
Hay una izquierda que no piensa defender a Kadafi porque, además de guardar fotos de una ex secretaria estadounidense de Estado (la Srita. Rice), el líder libio había tenido tratos impuros con los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses. A Noriega no se lo defendió porque tenía tratos con la Central de Inteligencia Americana y porque no peleó. Al ya fallecido líder yugoslavo Slobodan Milosevic no se lo podía defender, porque la gente en los Balcanes tiene nombres raros, se mata desde tiempos ancestrales y no había quien entendiera lo que pasaba en el país de Tito, repleto de nombres impronunciables. A Saddam Hussein no había cómo defenderlo, porque lo besó el diablo, y esas cosas es mejor no recojerlas: Hussein le había dado impuramente la mano a Donald Rumsfeld. Desde luego, no se defendió a ningún gobernante afgano laico, porque eran aliados de los soviéticos y la izquierda, con burócratas no trata. En fin, lo que la izquierda puede defender es la utopía (que no está en ninguna parte) y cualquier causa que no esté contaminada.
Supongamos que a esa izquierda, que va de victoria en victoria hasta la derrota final, no se le pida defender a ninguno de los señores anteriores. Al menos pondría condenar la destrucción del derecho internacional, el recurso a la fuerza para resolver diferendos entre países, la insolencia de una potencia, pero ya no es tiempo tampoco de denuncias que por repetitivas se agotaron. Lo mejor que ha encontrado esa izquierda es dar a entender que, siempre que pasa algo grave, "ya se sabía": ¿acaso no todo es por el petróleo? !Se los dijimos! Como es por el petróleo, es natural que suceda, porque el capitalismo, decimos los buenos, pues es muy malo. Pero de ahí a condenar el capitalismo, tampoco: lo que la misma izquierda pide es un "capitalismo con rostro humano". Es decir, un capitalismo "puro" y "bueno". Esa izquierda tiene ideales y buenas intenciones: con frecuencia, palabras. Renunció a pensar y a actuar, a ambas cosas, porque la realidad está demasiado fea. Mucha de la izquierda no comunista (aunque hay más de un grupo comunista haciendo tonterías) se quedará sola cuando pasen los días de Obama. Dicho de otro modo, seguirá esa izquierda siendo siempre crítica, al grado de haber confundido de forma aberrante crítica y destructividad de todo. ¿No es fascinante? Cuando no queda nada constructivo esa izquierda puede parecer por encima de todo y de todos. Y seguir haciendo leña del árbol caído, a nombre de la cacareada crítica.
El imperio está ocupado. Turquía acaba de aceptar instalar en su territorio un radar de alerta temprana, como parte del escudo antimisiles estadounidense para Europa. Ya de manera descarada, luego del anuncio, hecho por la cancillería turca, se dijo que en menos de diez años debe estar listo todo este diseño estadounidense. Lo que se dijo es que en la última etapa, para el año 2020, el escudo antimisiles debe ser capaz de parar misiles balísticos intercontinentales dirigidos, nótese bien, contra territorio estadounidense, según lo recogieron agencias noticiosas. Irán no los tiene ni los tendrá. Unicamente Rusia los tiene.
Ah, por favor: si China es la potencia del futuro, que se explique por qué no se está llenando de bases, radares, Patriots y cosas por el estilo Indochina, las Filipinas, Taiwan y la casa del Dalai Lama. O las razones por las cuales Canadá estaría acelerando ejercicios militares en el Artico (ya el año pasado tuvo lugar la Operación Nanook), y en las regiones canadienses de Nunavut, Yukon y los territorios del Noroeste. ¿Es contra Irán o contra el gigante chino con su población explotada de la manera más despiadada mientras come un taza de arroz con cucarachas por día?
Preparémonos: para quienes, llegado el momento, pueden lanzarse contra el actual gobierno sirio porque es "autoritario" y contra Irán porque se maltrata a las mujeres.
A nombre de quienes reciben los petardos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, gracias. Los países árabes -ese Sur que también existe- merecen un premio por el modo en que se defienden entre sí de las agresiones externas.
Supongamos que a esa izquierda, que va de victoria en victoria hasta la derrota final, no se le pida defender a ninguno de los señores anteriores. Al menos pondría condenar la destrucción del derecho internacional, el recurso a la fuerza para resolver diferendos entre países, la insolencia de una potencia, pero ya no es tiempo tampoco de denuncias que por repetitivas se agotaron. Lo mejor que ha encontrado esa izquierda es dar a entender que, siempre que pasa algo grave, "ya se sabía": ¿acaso no todo es por el petróleo? !Se los dijimos! Como es por el petróleo, es natural que suceda, porque el capitalismo, decimos los buenos, pues es muy malo. Pero de ahí a condenar el capitalismo, tampoco: lo que la misma izquierda pide es un "capitalismo con rostro humano". Es decir, un capitalismo "puro" y "bueno". Esa izquierda tiene ideales y buenas intenciones: con frecuencia, palabras. Renunció a pensar y a actuar, a ambas cosas, porque la realidad está demasiado fea. Mucha de la izquierda no comunista (aunque hay más de un grupo comunista haciendo tonterías) se quedará sola cuando pasen los días de Obama. Dicho de otro modo, seguirá esa izquierda siendo siempre crítica, al grado de haber confundido de forma aberrante crítica y destructividad de todo. ¿No es fascinante? Cuando no queda nada constructivo esa izquierda puede parecer por encima de todo y de todos. Y seguir haciendo leña del árbol caído, a nombre de la cacareada crítica.
El imperio está ocupado. Turquía acaba de aceptar instalar en su territorio un radar de alerta temprana, como parte del escudo antimisiles estadounidense para Europa. Ya de manera descarada, luego del anuncio, hecho por la cancillería turca, se dijo que en menos de diez años debe estar listo todo este diseño estadounidense. Lo que se dijo es que en la última etapa, para el año 2020, el escudo antimisiles debe ser capaz de parar misiles balísticos intercontinentales dirigidos, nótese bien, contra territorio estadounidense, según lo recogieron agencias noticiosas. Irán no los tiene ni los tendrá. Unicamente Rusia los tiene.
Ah, por favor: si China es la potencia del futuro, que se explique por qué no se está llenando de bases, radares, Patriots y cosas por el estilo Indochina, las Filipinas, Taiwan y la casa del Dalai Lama. O las razones por las cuales Canadá estaría acelerando ejercicios militares en el Artico (ya el año pasado tuvo lugar la Operación Nanook), y en las regiones canadienses de Nunavut, Yukon y los territorios del Noroeste. ¿Es contra Irán o contra el gigante chino con su población explotada de la manera más despiadada mientras come un taza de arroz con cucarachas por día?
Preparémonos: para quienes, llegado el momento, pueden lanzarse contra el actual gobierno sirio porque es "autoritario" y contra Irán porque se maltrata a las mujeres.
A nombre de quienes reciben los petardos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, gracias. Los países árabes -ese Sur que también existe- merecen un premio por el modo en que se defienden entre sí de las agresiones externas.
miércoles, 31 de agosto de 2011
DE QUE CALLADA MANERA...
No queda muy claro si el presidente estadounidense, Barack Obama, no sabe gobernar, o si considera que es normal tomarle el pelo a todo el que se deje. Lo más probable es que, como no sabe gobernar, lo que hace termina en tomadura de pelo.
Obama anunció un retiro de tropas de Irak que no será, porque se quedarán en grandes bases militares unos 50 mil soldados, de manera indefinida. No es una cifra menor. Luego de lo ocurrido con Bin Laden, Obama anunció un retiro total de tropas de Afganistán, en un plazo de cerca de 4 años. Ahora resulta, sin embargo, que de aquí a diciembre Estados Unidos piensa negociar que miles de soldados estadounidenses permanezcan en suelo afgano. La negociación ya tiene el beneplácito de las "autoridades" afganas. El embajador ruso en Afganistán, Andrei Avetisián, declaró no entender para qué se están construyendo bases militares en territorio afgano. Tampoco queda claro si el servicio diplomático ruso reparte mapas a quienes lo integran.
Menos aún queda claro si algunos, como se dice, son o se hacen. China reconoció -siempre en papel de Judas o Pilatos, a escoger- al "rebelde" Consejo Nacional Libio. Allá los chinos si el derecho internacional no les importa, pero Beijing argumentó que seguirá propiciando una salida política y una solución pacífica al conflicto libio. Hay formas de hipocresía que resultan cómicas.
El Consejo Nacional Libio está integrado, entre otros, por ex miembros de Al-Qaeda: muy en concreto, entró a tiros, seguramente en busca de la salida política y la solución pacífica, a Trípoli el ex veterano de Afganistán, Al-Qaeda y los talibanes, Abdulhakim Belhaj. No nada mejor que terroristas para luchar contra el terrorismo, así que ahora la política exterior occidental se guía por los principios de la homeopatía (similar cura a similar). Es de suponer que es el tipo de cosas que por razones ecológicas no se le critican a Obama.
El presidente ruso Dmitri Medvedev no se queda atrás. Rusia anunció que participará en el grupo Amigos de Libia, para "asegurar el papel preponderante de la Organización de Naciones Unidas en el proceso de paz". Harían mejor en fundar una organización no gubernamental contra los onucidios, desde la época en que Javier Pérez de Cuéllar era tratado como trapo por Bush padre, y el mismo peruano ponía una cara de estupefacción de película. La cancillería rusa emitió un comunicado llamando a los extranjeros a no meterse en los asuntos sirios. Medvedev, sin embargo, se mete cuando quiere a darle consejos al presidente sirio al Assad, que de no encaminarse por el rumbo le señala el del Kremlin, tendrá "un destino triste". No queda claro si el servicio diplomático ruso debiera también mandar sus comunicados al Kremlin, para que Medvedev-Robin no siga metiendo la pata, en vez de atenerse a las reglas del gobierno correcto y mandar a callar a Batman-Putin.
Por cierto, la toma de Trípoli, la capital libia, fue un deleite, sobre todo con la entrada de los "rebeldes" a la Plaza Verde. Russia Today (RT) denunció oportunamente en su televisión que nunca ocurrió tal hecho. Fue filmado en Qatar (golfo Pérsico, para más señas), con actores profesionales, y retransmitido para desmoralizar a los leales a Kadafi. Un montaje excelente, probado con lujo de detalles por RT, aunque Occidente no está al tanto de lo que los mismos occidentales y sus aliados armaron.
El derecho internacional, la soberanía de las naciones, el derecho a la información fidedigna y el respeto a la opinión pública son algunas cosas que los aficionados a la defensa de las focas podrían pedir en sus asépticas redes sociales. Algo así como: "un millón de firmas por nosotros mismos, no podemos permitir que nos tomen el pelo a nosotros (mismos)". O: "Yo estoy por que me gobiernen". En el mejor de los casos.
Obama anunció un retiro de tropas de Irak que no será, porque se quedarán en grandes bases militares unos 50 mil soldados, de manera indefinida. No es una cifra menor. Luego de lo ocurrido con Bin Laden, Obama anunció un retiro total de tropas de Afganistán, en un plazo de cerca de 4 años. Ahora resulta, sin embargo, que de aquí a diciembre Estados Unidos piensa negociar que miles de soldados estadounidenses permanezcan en suelo afgano. La negociación ya tiene el beneplácito de las "autoridades" afganas. El embajador ruso en Afganistán, Andrei Avetisián, declaró no entender para qué se están construyendo bases militares en territorio afgano. Tampoco queda claro si el servicio diplomático ruso reparte mapas a quienes lo integran.
Menos aún queda claro si algunos, como se dice, son o se hacen. China reconoció -siempre en papel de Judas o Pilatos, a escoger- al "rebelde" Consejo Nacional Libio. Allá los chinos si el derecho internacional no les importa, pero Beijing argumentó que seguirá propiciando una salida política y una solución pacífica al conflicto libio. Hay formas de hipocresía que resultan cómicas.
El Consejo Nacional Libio está integrado, entre otros, por ex miembros de Al-Qaeda: muy en concreto, entró a tiros, seguramente en busca de la salida política y la solución pacífica, a Trípoli el ex veterano de Afganistán, Al-Qaeda y los talibanes, Abdulhakim Belhaj. No nada mejor que terroristas para luchar contra el terrorismo, así que ahora la política exterior occidental se guía por los principios de la homeopatía (similar cura a similar). Es de suponer que es el tipo de cosas que por razones ecológicas no se le critican a Obama.
El presidente ruso Dmitri Medvedev no se queda atrás. Rusia anunció que participará en el grupo Amigos de Libia, para "asegurar el papel preponderante de la Organización de Naciones Unidas en el proceso de paz". Harían mejor en fundar una organización no gubernamental contra los onucidios, desde la época en que Javier Pérez de Cuéllar era tratado como trapo por Bush padre, y el mismo peruano ponía una cara de estupefacción de película. La cancillería rusa emitió un comunicado llamando a los extranjeros a no meterse en los asuntos sirios. Medvedev, sin embargo, se mete cuando quiere a darle consejos al presidente sirio al Assad, que de no encaminarse por el rumbo le señala el del Kremlin, tendrá "un destino triste". No queda claro si el servicio diplomático ruso debiera también mandar sus comunicados al Kremlin, para que Medvedev-Robin no siga metiendo la pata, en vez de atenerse a las reglas del gobierno correcto y mandar a callar a Batman-Putin.
Por cierto, la toma de Trípoli, la capital libia, fue un deleite, sobre todo con la entrada de los "rebeldes" a la Plaza Verde. Russia Today (RT) denunció oportunamente en su televisión que nunca ocurrió tal hecho. Fue filmado en Qatar (golfo Pérsico, para más señas), con actores profesionales, y retransmitido para desmoralizar a los leales a Kadafi. Un montaje excelente, probado con lujo de detalles por RT, aunque Occidente no está al tanto de lo que los mismos occidentales y sus aliados armaron.
El derecho internacional, la soberanía de las naciones, el derecho a la información fidedigna y el respeto a la opinión pública son algunas cosas que los aficionados a la defensa de las focas podrían pedir en sus asépticas redes sociales. Algo así como: "un millón de firmas por nosotros mismos, no podemos permitir que nos tomen el pelo a nosotros (mismos)". O: "Yo estoy por que me gobiernen". En el mejor de los casos.
miércoles, 24 de agosto de 2011
ALGO MAS QUE SOÑAR
Pablo Milanés, nacido en 1943, por ende "baby boomer", está por cantar en la ciudad de Miami, si lo consigue. Milanés no se ha privado de hacer polémicas declaraciones, en las cuales muestra que, más allá del "feelin", hay terrenos en los cuales la vocación es la de complacer a los amigos, los de "Querido Pablo" y otros. Milanés, a fuerza de pedir "amor y paz", da la impresión de confundir el socialismo, o lo que de él haya en Cuba, con una empresa hippie o la búsqueda del nirvana (no es el único, así que Lennon tiene su momumento en la isla). Con lo cual Cuba tiene otro problema más: no puede vivir de comer discursos de Fidel Castro (por suerte, ya escasos), pero tampoco de tanto amor, porque el amor no se come. Y hasta la miel amarga... Envejece, el "querido Pablo": justifica a delincuentes que se hacen pasar por disidentes, critica los errores de quienes han cargado con la Revolución en las duras y en las maduras, y todo desde una perversión. Es la perversión de un derecho natural -consumir y viajar-convertido en privilegio. Y no por asuntos exclusivos de la Revolución, sino por la política occidental de corrupción.
En efecto, desde el periodo especial, luego de la desaparición de la Unión Soviética, hay la Cuba de quienes no tienen oportunidades suficientes, y la de quienes viajan al exterior y consumen, además de ser siempre agasajados. De los efectos perniciosos de lo anterior están concientes algunos cubanos, según quedó demostrado, en 2008, en el VII Congreso de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), en donde no se escatimaron denuncias con los efectos perniciosos del turismo, la superficialidad de la cultura de masas y la conversión de lo cubano en folklore exótico. Sin tapujos, lo que se denunció es la devaluación de los valores artísticos (el grupo musical los Van Van es un buen ejemplo, tal vez).
El "querido Pablo" le canta desde los '80, entre "feelin" y el bolero, al "no quiero saber nada del mundo exterior": con ello se convirtió en un ídolo más de la melosa clase media de América Latina y más allá. Cierto, Milanés no tuvo la vida sencilla en la Revolución. Pero los viajes y el consumo hacen lo suyo. No hay intelectual al que Cuba, muy "espiritual", no haya agasajado hasta el escándalo, antes de que a la misma Cuba el intelectual le diera la espalda. En cuanto al otro, tuvo mala suerte: le pidió "Evolución" a la "Revolución" (idea del mexicano Justo Sierra, por cierto), justo como en el estreno del planeta de los simios, que debiera ser el de los nimios.
Milanés musicalizó la espléndida (aunque ambigua) serie de TV cubana "Algo más que soñar", en 1984 (serie sobre los jóvenes y la guerra de Angola), y la letra de "No ha sido fácil" es un himno a quienes creyeron que todo era asunto de poner "espiritualidad" por delante, como sello de autenticidad. La canción "No ha sido fácil", sin embargo, tiene el "desliz" de pedir fieles no nada más para la virtud, sino, como dice Pablo, para "mi egoísmo también". Ocurre sin embargo que ni los "viejos" mayores de 70 años a los que Milanés no quiere tienen por qué aguantarle el egoísmo a la nomenklatura y sus vástagos de entre 30 y 50 años, muchos de ellos.
Desde la llegada de Raúl Castro al los máximos cargos del gobierno cubano, el comercio y el intercambio cultural con Rusia se están incrementando, sobre nuevas bases, pero incrementando de manera signiticativa. Podría ser una fuente de oportunidades para quienes, habiéndose formado en el antiguo sistema, se quedaron a pié con los cambios, mientras la nomenklatura y sus niños no cesó de viajar y consumir, apretándose el cinturón al ritmo de todos. Después de todo, además del egoísmo de los que, como reza "No ha sido fácil", quisieron hacerse de un lugar al sol, hay ingratitud por lo recibido. Milanés recibió de la Revolución mucho más de lo que le pudo haber quitado. Miami no es el lugar para expresar gratitud, ni lo es España, ni es la forma con poses de quien tiene "lo que hay que tener" entre escogidos, "sentido crítico". El cubano de a pié seguramente quiere algo más que soñar, que discursos y que "espiritualidad" y "sensibilidad artística". Lástima, el socialismo fidelista no suprimió la vida material. Aunque pareciera que algunos se lo propusieron. Con cargo al erario público, o a los amigos.
En efecto, desde el periodo especial, luego de la desaparición de la Unión Soviética, hay la Cuba de quienes no tienen oportunidades suficientes, y la de quienes viajan al exterior y consumen, además de ser siempre agasajados. De los efectos perniciosos de lo anterior están concientes algunos cubanos, según quedó demostrado, en 2008, en el VII Congreso de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), en donde no se escatimaron denuncias con los efectos perniciosos del turismo, la superficialidad de la cultura de masas y la conversión de lo cubano en folklore exótico. Sin tapujos, lo que se denunció es la devaluación de los valores artísticos (el grupo musical los Van Van es un buen ejemplo, tal vez).
El "querido Pablo" le canta desde los '80, entre "feelin" y el bolero, al "no quiero saber nada del mundo exterior": con ello se convirtió en un ídolo más de la melosa clase media de América Latina y más allá. Cierto, Milanés no tuvo la vida sencilla en la Revolución. Pero los viajes y el consumo hacen lo suyo. No hay intelectual al que Cuba, muy "espiritual", no haya agasajado hasta el escándalo, antes de que a la misma Cuba el intelectual le diera la espalda. En cuanto al otro, tuvo mala suerte: le pidió "Evolución" a la "Revolución" (idea del mexicano Justo Sierra, por cierto), justo como en el estreno del planeta de los simios, que debiera ser el de los nimios.
Milanés musicalizó la espléndida (aunque ambigua) serie de TV cubana "Algo más que soñar", en 1984 (serie sobre los jóvenes y la guerra de Angola), y la letra de "No ha sido fácil" es un himno a quienes creyeron que todo era asunto de poner "espiritualidad" por delante, como sello de autenticidad. La canción "No ha sido fácil", sin embargo, tiene el "desliz" de pedir fieles no nada más para la virtud, sino, como dice Pablo, para "mi egoísmo también". Ocurre sin embargo que ni los "viejos" mayores de 70 años a los que Milanés no quiere tienen por qué aguantarle el egoísmo a la nomenklatura y sus vástagos de entre 30 y 50 años, muchos de ellos.
Desde la llegada de Raúl Castro al los máximos cargos del gobierno cubano, el comercio y el intercambio cultural con Rusia se están incrementando, sobre nuevas bases, pero incrementando de manera signiticativa. Podría ser una fuente de oportunidades para quienes, habiéndose formado en el antiguo sistema, se quedaron a pié con los cambios, mientras la nomenklatura y sus niños no cesó de viajar y consumir, apretándose el cinturón al ritmo de todos. Después de todo, además del egoísmo de los que, como reza "No ha sido fácil", quisieron hacerse de un lugar al sol, hay ingratitud por lo recibido. Milanés recibió de la Revolución mucho más de lo que le pudo haber quitado. Miami no es el lugar para expresar gratitud, ni lo es España, ni es la forma con poses de quien tiene "lo que hay que tener" entre escogidos, "sentido crítico". El cubano de a pié seguramente quiere algo más que soñar, que discursos y que "espiritualidad" y "sensibilidad artística". Lástima, el socialismo fidelista no suprimió la vida material. Aunque pareciera que algunos se lo propusieron. Con cargo al erario público, o a los amigos.
jueves, 18 de agosto de 2011
TEN CUIDADO CON EL CORAZON...
Han pasado 20 años desde que desapareció la Unión Soviética. Antes de que sucediera el hecho, el descontento no escaseaba en Occidente, que veía con malos ojos al "Imperio del Mal", porque no era tan sencillo encontrar algunos artículos, mientras que las estanterías occidentales se llenaban. Así que muchos intelectuales de izquierda, convertidos en consumidores, empezaron a pedir, como si estuvieran en un restaurán, que les sirvieran lo que llamaron "el socialismo que queremos". Ya entrados en el menú, los eurocomunistas se imaginaron el "socialismo a la italiana", o "con los colores de Francia". Hasta hoy, trátese de Cuba o Venezuela, se discute de gustos, no de hechos o ni de problemas reales. Nada que sea "realmente existente", sino "lo que queremos" (y desde luego, lo que al rato exigimos). Todo quedó en utopía, en socialismo que no existe en ninguna parte pero, además, nunca existió: lo que había en la Unión Soviética era un proceso que se había desviado de los libros (por culpa del dogmatismo), o un capitalismo de Estado, así fuera sin mucha propiedad privada. En fin, es un tipo de celo que uno quisiera ver con el capitalismo. No: es que, se aducía, el capitalismo sí tiene todavía muchos recursos, otras tantas fuerzas productivas. Se parece al capitalismo que quisiéramos.
Salió también el asunto de la "tercera vía". Tampoco queda nada porque lo curioso es que, para poder escoger, hubo que renunciar a escoger, o es que escogieron y ni cuenta se dieron. Cosa frecuente entre los escogidos. No hay tercera vía porque no hay ni primera ni segunda.
Esta brillante labor clasemediera consistió en atenerse a la visión del mundo del patrón en la canción del malogrado Facundo Cabral, ese patrón que, como tantos hoy, se sabe el precio de todo, pero no conoce el valor de nada. Así que no se trató de valorar la experiencia soviética, sino de ponerle precio. Veamos: un comunista con convicciones reales (es decir, uno de esos verdaderos incómodos) probablemente no hubiera pensado en venderse en el mercado (a diferencia del señor Gorbachov), es decir, en ponerse un precio y ver quién "le llegaba". Así que, en resumidas cuentas, un comunista era lo más fácil de vender, puesto que había salido gratis. Durante unas décadas, cualquier acomodaticio entendió que vender comunistas era hacerse un lugar bajo el sol y cotizarse en el mercado, sin tener que pagar por ello. !Un lugar al sol, gratis! Un arribista como Gorbachov desdeñó, en agosto de 1991, a un general del ejército soviético, nacido en 1923, héroe de Stalingrado, veterano de Etiopía, Angola y Afganistán, el general Valentín Varennikov, porque hablaba "con malas palabras", aunque valiera más, en las acciones, que el muy cotizado y solvente (sic) señor Gorbachov. Incluso Putin terminó dándole un puesto honorífico a Varennikov, y Medvedev un reconocimiento. Gorbachov, el hombre del "socialismo con rostro humano", no fue capaz de nada por Varennikov, quien no quiso ser indultado luego del golpe de Estado de agosto de 1991. Henchido de vanidad, Gorbachov vendió lo que había que vender: de éso trata el mercado. Parecía un negocio redondo: uno vende comunistas, se deslinda de horrores verdaderos y otros muchos inventados, y se cotiza al alza. Queda bien con el patrón.
Bien, les salió gratis. No construyeron nada. Hasta que empezaron las dificultades donde menos se las esperaba. Una recesión fuerte entre 2007 y 2008. Tal vez venga otra. No pongamos en la cuenta las pocas guerras que quedan, todas hechas desde Washington. No, el puro funcionamiento del capitalismo. Lástima, pero el capitalismo cobra caro, cuando son sus asuntos, no regala nada, a diferencia de los equivocados comunistas, y hoy se empiezan -se empiezan- a pagar las cuentas del capitalismo. A 20 años de la caída de la Unión Soviética, sin izquierda en el horizonte, únicamente cabe citar a esa seguidora de Rosa Luxemburgo, la insigne cantante mexicana Alejandra Guzmán, para quien no quiera creerlo: "ten cuidado con el corazón, canta esta guía de la juventud, aquí abajo en este mundo material. Un descuido y te pueden desplumar, por nada". Bendiciones.
Salió también el asunto de la "tercera vía". Tampoco queda nada porque lo curioso es que, para poder escoger, hubo que renunciar a escoger, o es que escogieron y ni cuenta se dieron. Cosa frecuente entre los escogidos. No hay tercera vía porque no hay ni primera ni segunda.
Esta brillante labor clasemediera consistió en atenerse a la visión del mundo del patrón en la canción del malogrado Facundo Cabral, ese patrón que, como tantos hoy, se sabe el precio de todo, pero no conoce el valor de nada. Así que no se trató de valorar la experiencia soviética, sino de ponerle precio. Veamos: un comunista con convicciones reales (es decir, uno de esos verdaderos incómodos) probablemente no hubiera pensado en venderse en el mercado (a diferencia del señor Gorbachov), es decir, en ponerse un precio y ver quién "le llegaba". Así que, en resumidas cuentas, un comunista era lo más fácil de vender, puesto que había salido gratis. Durante unas décadas, cualquier acomodaticio entendió que vender comunistas era hacerse un lugar bajo el sol y cotizarse en el mercado, sin tener que pagar por ello. !Un lugar al sol, gratis! Un arribista como Gorbachov desdeñó, en agosto de 1991, a un general del ejército soviético, nacido en 1923, héroe de Stalingrado, veterano de Etiopía, Angola y Afganistán, el general Valentín Varennikov, porque hablaba "con malas palabras", aunque valiera más, en las acciones, que el muy cotizado y solvente (sic) señor Gorbachov. Incluso Putin terminó dándole un puesto honorífico a Varennikov, y Medvedev un reconocimiento. Gorbachov, el hombre del "socialismo con rostro humano", no fue capaz de nada por Varennikov, quien no quiso ser indultado luego del golpe de Estado de agosto de 1991. Henchido de vanidad, Gorbachov vendió lo que había que vender: de éso trata el mercado. Parecía un negocio redondo: uno vende comunistas, se deslinda de horrores verdaderos y otros muchos inventados, y se cotiza al alza. Queda bien con el patrón.
Bien, les salió gratis. No construyeron nada. Hasta que empezaron las dificultades donde menos se las esperaba. Una recesión fuerte entre 2007 y 2008. Tal vez venga otra. No pongamos en la cuenta las pocas guerras que quedan, todas hechas desde Washington. No, el puro funcionamiento del capitalismo. Lástima, pero el capitalismo cobra caro, cuando son sus asuntos, no regala nada, a diferencia de los equivocados comunistas, y hoy se empiezan -se empiezan- a pagar las cuentas del capitalismo. A 20 años de la caída de la Unión Soviética, sin izquierda en el horizonte, únicamente cabe citar a esa seguidora de Rosa Luxemburgo, la insigne cantante mexicana Alejandra Guzmán, para quien no quiera creerlo: "ten cuidado con el corazón, canta esta guía de la juventud, aquí abajo en este mundo material. Un descuido y te pueden desplumar, por nada". Bendiciones.
viernes, 12 de agosto de 2011
MI ARBOL CRECIO...
Los estudiantes chilenos acaban de dar, como en el pasado durante la "revuelta de los pinguinos", una muestra de madurez y organización, además de haber hecho peticiones concretas, y de haber buscado sortear a los provocadores. Algunas respuestas del presidente de Chile dan cuenta de agotamiento mental: "nada es gratis es esta vida", dijo el mandatario como si le pidieran el caldo de la abuela o la letra de una mala canción salsera. Chile es un país que en el siglo XX, hasta antes de la caída de Allende, se preocupó en especial por el nivel educativo, en buena medida gracias al Partido Radical.
Otra cosa son los disturbios en los suburbios londinenses. Hace algunos años, de muy mala manera, parte de la izquierda se equivocó y tomó como algo "progresista" los desmanes en los suburbios de grandes ciudades francesas, queriendo alegar además que eran respuestas a la discriminación contra los inmigrantes y sus hijos. No. Esta vez, en Londres, ocurren disturbios en barrios de inmigrantes, pero también en lugares en los cuales la mayor parte de la población es blanca y británica (en los disturbios franceses de hace algunos años tampoco faltaban blancos, por cierto). Lo que están pidiendo estos jóvenes, mentalmente integrados y no excluidos, es entrar como sea al mundo del consumo, que tan bien saben aprovechar con sus aparatos tipo BlackBerry. Si les preguntan a esos jóvenes que hacen, no saben. Son lo más cercano a una generación de adolescentes hijos de los hijos de los rebeldes del 68. "Padres obedientes, hijos tiranos", son adolescentes que tiran la puerta si no se las abren de inmediato, y además, analfabetas funcionales muy cercanos al idiotismo, que tampoco escasea en clases altas. Los padres y los abuelitos de estos supuestos "ni-nis" les han metido en la cabeza que el mundo está en deuda con ellos, que por el solo hecho de ser jóvenes tiene toda suerte de derechos y ninguna obligación, mucho menos cívica (tampoco las conocen sus padres). Prueba de que desconocen lo más elemental del civismo es elmuy "revolucionario" comportamiento en los suburbios franceses: consistió en destruir, además de automóviles, hospitales y escuelas. La generación del 68 compró a sus hijos; los hijos, a su vez, están en deuda perpetua con los tiranos que engendraron.
La explicación aparece por un camino extraño. Hoy, a los jóvenes de la ex Unión Soviética no se les explica nada que tenga que ver con valores del pasado, que los hubo. Se les dice que en el pasado había "muchas carencias", desde luego materiales, y se multiplican las incitaciones al consumo al estilo occidental. Es la confusión de socialismo y Estado de Bienestar: con el segundo, la idea era que a las generaciones jóvenes no debía faltarles nada, por lo que, faltándoles poco, paradójicamente exigen más y más, sin que sea nunca suficiente y sin tener idea del esfuerzo que supone adquirir. En suma, es la idea de que todo les es debido o, como decía la broma de Argentina: "no sé lo que quiero, pero lo quiero ya", que es el lema de los jóvenes londinenses amotinados.
Lo dicho sobre las carencias en la antigua Unión Soviética ni siquiera es del todo cierto, aunque hubiera filas (y las hay por cierto en Occidente, para quien las quiera ver). Según Konstantin Chemisov, en un artículo reproducido por Josafat Comín en Internet, según la FAO -por ende, no según una autoridad comunista-, el consumo de alimentos en los años '80 en la Unión Soviética estaba entre los 10 más altos del mundo. De lo básico, no faltaba gran cosa. En el capitalismo, para muchos escasea lo básico y para otros abunda lo superfluo, porque no es un sistema inteligente, sino guiado por la ganancia (en vez de las necesidades humanas). El Estado de Bienestar parece haber malcriado a los jóvenes ex soviéticos, en cierto modo sin quererlo. En Occidente, el asunto de la gratuidad se mezcla con la idea de que los padres deben comprar a sus hijos. La manera de mimar a los jóvenes es escandalosa (o de comprarlos en medio de rivalidades familiares), e insistir una y otra vez en los derechos de estos jóvenes es convertirlos en "nicho de mercado", no llamarlos a que hagan algo por la sociedad en la que viven. Así sea al precio del idiotismo que viene, no sin violencia.Bien se dice que el asunto no es "qué mundo se deja a los hijos", sino "qué hijos se deja al mundo". Y por cierto, lo saben mejor los sectores populares y trabajadores (por la brecha vivida entre lo necesario y lo superfluo) que los extraviados ricos y acomodados.
Otra cosa son los disturbios en los suburbios londinenses. Hace algunos años, de muy mala manera, parte de la izquierda se equivocó y tomó como algo "progresista" los desmanes en los suburbios de grandes ciudades francesas, queriendo alegar además que eran respuestas a la discriminación contra los inmigrantes y sus hijos. No. Esta vez, en Londres, ocurren disturbios en barrios de inmigrantes, pero también en lugares en los cuales la mayor parte de la población es blanca y británica (en los disturbios franceses de hace algunos años tampoco faltaban blancos, por cierto). Lo que están pidiendo estos jóvenes, mentalmente integrados y no excluidos, es entrar como sea al mundo del consumo, que tan bien saben aprovechar con sus aparatos tipo BlackBerry. Si les preguntan a esos jóvenes que hacen, no saben. Son lo más cercano a una generación de adolescentes hijos de los hijos de los rebeldes del 68. "Padres obedientes, hijos tiranos", son adolescentes que tiran la puerta si no se las abren de inmediato, y además, analfabetas funcionales muy cercanos al idiotismo, que tampoco escasea en clases altas. Los padres y los abuelitos de estos supuestos "ni-nis" les han metido en la cabeza que el mundo está en deuda con ellos, que por el solo hecho de ser jóvenes tiene toda suerte de derechos y ninguna obligación, mucho menos cívica (tampoco las conocen sus padres). Prueba de que desconocen lo más elemental del civismo es elmuy "revolucionario" comportamiento en los suburbios franceses: consistió en destruir, además de automóviles, hospitales y escuelas. La generación del 68 compró a sus hijos; los hijos, a su vez, están en deuda perpetua con los tiranos que engendraron.
La explicación aparece por un camino extraño. Hoy, a los jóvenes de la ex Unión Soviética no se les explica nada que tenga que ver con valores del pasado, que los hubo. Se les dice que en el pasado había "muchas carencias", desde luego materiales, y se multiplican las incitaciones al consumo al estilo occidental. Es la confusión de socialismo y Estado de Bienestar: con el segundo, la idea era que a las generaciones jóvenes no debía faltarles nada, por lo que, faltándoles poco, paradójicamente exigen más y más, sin que sea nunca suficiente y sin tener idea del esfuerzo que supone adquirir. En suma, es la idea de que todo les es debido o, como decía la broma de Argentina: "no sé lo que quiero, pero lo quiero ya", que es el lema de los jóvenes londinenses amotinados.
Lo dicho sobre las carencias en la antigua Unión Soviética ni siquiera es del todo cierto, aunque hubiera filas (y las hay por cierto en Occidente, para quien las quiera ver). Según Konstantin Chemisov, en un artículo reproducido por Josafat Comín en Internet, según la FAO -por ende, no según una autoridad comunista-, el consumo de alimentos en los años '80 en la Unión Soviética estaba entre los 10 más altos del mundo. De lo básico, no faltaba gran cosa. En el capitalismo, para muchos escasea lo básico y para otros abunda lo superfluo, porque no es un sistema inteligente, sino guiado por la ganancia (en vez de las necesidades humanas). El Estado de Bienestar parece haber malcriado a los jóvenes ex soviéticos, en cierto modo sin quererlo. En Occidente, el asunto de la gratuidad se mezcla con la idea de que los padres deben comprar a sus hijos. La manera de mimar a los jóvenes es escandalosa (o de comprarlos en medio de rivalidades familiares), e insistir una y otra vez en los derechos de estos jóvenes es convertirlos en "nicho de mercado", no llamarlos a que hagan algo por la sociedad en la que viven. Así sea al precio del idiotismo que viene, no sin violencia.Bien se dice que el asunto no es "qué mundo se deja a los hijos", sino "qué hijos se deja al mundo". Y por cierto, lo saben mejor los sectores populares y trabajadores (por la brecha vivida entre lo necesario y lo superfluo) que los extraviados ricos y acomodados.
jueves, 4 de agosto de 2011
VESTIDOS DE AZUCAR
Son un encanto. Están convencidos de que la democracia requiere que los ciudadanos no paren de reclamar sus derechos, en el entendido de que ellos son los ciudadanos. Les gustan muchas causas, aunque prefieren pocos efectos. Como parte de sus derechos, obligan a presidentes a pedir perdón hasta de lo que no han hecho, arrodillan a legisladores y lo mejor, dan órdenes a los ejércitos. Tienen a representantes impolutos, por lo general son víctimas y veneran lo "light".
A estos ciudadanos, convencidos de que todo el secreto está en la clase media, no les gusta mucho que haya pobres, pero jamás condenarán el descaro de cierta riqueza, ni las orgías de los ricos (que lo digan videos de Enrique Iglesias, Cristina Aguilera, Britney Spears, Ha Ash, etcétera), ni su insolencia, ni ninguna de sus desmesuras. Los ciudadanos quieren paz, pero no condenan en concreto ninguna guerra. En cierto modo, esta clase media ciudadana, aséptica, se comporta como la mujer que del hombre quiere nada más que la provea, quedándose él calladito y bonito el resto del tiempo. Si no, le arman una de esas griterías a las que acostumbran Gloria Trevi o Paulina Rubio, versiones "light" de una señora del barrio.
El modelo es Estados Unidos, donde Barack Obama, el presidente, admirador confeso del difunto ex mandatario Ronald Reagan, acaba de pactar elevar el techo de endeudamiento: no hay modo de aumentar los impuestos a los ricos, intocables en su insolencia y degeneración, pero en cambio se argumenta una y otra vez que todo es que la seguridad social sale cara, lo que es falso (es superavitaria desde hace mucho). En realidad, sucede que les pagan a los ricos y le subsidian al Estado asuntos como sus guerras. Pero no hay causa del efecto: a los ricos no se les toca porque ellos son los que "detonan" la economía y provocan "la derrama" (así de prosaico).
Ningún país ni líder del mundo se atreve a tocar a Estados Unidos, menos ahora que hay un presidente "a la izquierda" o en el centro. Más de un país sabe que está amarrado al mercado estadounidense y, mucho más grave aún, el asunto de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), u otros como el del "modelo turco", consisten en que la clase media "haga metástasis", proliferando por doquier, así sea chatarra y a crédito. Desde hace cerca de dos décadas, junto a los ricos hay "nuevos ricos", en todo caso privilegiados, a los que nadie mueve y que lo único que tienen son exigencias. Estados Unidos, en quiebra, no para de exigirle al mundo. Lo mismo hacen estas encantadoras clases medias.
El único que se atrevió a una crítica fuerte, llamando las cosas por su nombre, fue el actual primer ministro ruso, Vladimir Putin, quien afirmó que Estados Unidos, parásito de la economía mundial, vive por encima de sus medios, sin querer encarar el menor ajuste. Según Putin, elevar el endeudamiento no resuelve nada: permite que Estados Unidos viva a crédito pasándole la factura a otros. Encima, a juicio de Putin, Estados Unidos no hace sino aprovechar el monopolio del dólar.
En suma, salvo para una clase media demográficamente extendida y políticamente incapaz, la suerte de Estados Unidos es la desgracia de una economía internacional que Washington desde luego no quiere reformar. Así, de nuevo hay signos de estancamiento o de que la crisis seguirá. Nada "light", por cierto. La proliferación de segmentos clasemedieros por doquier bloquea cualquier cambio, así sea una reforma, y abona en el sentido de un conservadurismo de décadas. No queda más que leer las Obras Completas de Paulina Rubio, incluyendo su "Ley de Causa y Efecto", donde la cantante, en un desliz marxista casi imperdonable, explica que de todos modos cada error se paga. Suponiendo que los "light" tengan alguna conciencia de estarse equivocando, en vez de creer que todo es acomodarse a los tiempos y las pequeñas conveniencias.
A estos ciudadanos, convencidos de que todo el secreto está en la clase media, no les gusta mucho que haya pobres, pero jamás condenarán el descaro de cierta riqueza, ni las orgías de los ricos (que lo digan videos de Enrique Iglesias, Cristina Aguilera, Britney Spears, Ha Ash, etcétera), ni su insolencia, ni ninguna de sus desmesuras. Los ciudadanos quieren paz, pero no condenan en concreto ninguna guerra. En cierto modo, esta clase media ciudadana, aséptica, se comporta como la mujer que del hombre quiere nada más que la provea, quedándose él calladito y bonito el resto del tiempo. Si no, le arman una de esas griterías a las que acostumbran Gloria Trevi o Paulina Rubio, versiones "light" de una señora del barrio.
El modelo es Estados Unidos, donde Barack Obama, el presidente, admirador confeso del difunto ex mandatario Ronald Reagan, acaba de pactar elevar el techo de endeudamiento: no hay modo de aumentar los impuestos a los ricos, intocables en su insolencia y degeneración, pero en cambio se argumenta una y otra vez que todo es que la seguridad social sale cara, lo que es falso (es superavitaria desde hace mucho). En realidad, sucede que les pagan a los ricos y le subsidian al Estado asuntos como sus guerras. Pero no hay causa del efecto: a los ricos no se les toca porque ellos son los que "detonan" la economía y provocan "la derrama" (así de prosaico).
Ningún país ni líder del mundo se atreve a tocar a Estados Unidos, menos ahora que hay un presidente "a la izquierda" o en el centro. Más de un país sabe que está amarrado al mercado estadounidense y, mucho más grave aún, el asunto de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), u otros como el del "modelo turco", consisten en que la clase media "haga metástasis", proliferando por doquier, así sea chatarra y a crédito. Desde hace cerca de dos décadas, junto a los ricos hay "nuevos ricos", en todo caso privilegiados, a los que nadie mueve y que lo único que tienen son exigencias. Estados Unidos, en quiebra, no para de exigirle al mundo. Lo mismo hacen estas encantadoras clases medias.
El único que se atrevió a una crítica fuerte, llamando las cosas por su nombre, fue el actual primer ministro ruso, Vladimir Putin, quien afirmó que Estados Unidos, parásito de la economía mundial, vive por encima de sus medios, sin querer encarar el menor ajuste. Según Putin, elevar el endeudamiento no resuelve nada: permite que Estados Unidos viva a crédito pasándole la factura a otros. Encima, a juicio de Putin, Estados Unidos no hace sino aprovechar el monopolio del dólar.
En suma, salvo para una clase media demográficamente extendida y políticamente incapaz, la suerte de Estados Unidos es la desgracia de una economía internacional que Washington desde luego no quiere reformar. Así, de nuevo hay signos de estancamiento o de que la crisis seguirá. Nada "light", por cierto. La proliferación de segmentos clasemedieros por doquier bloquea cualquier cambio, así sea una reforma, y abona en el sentido de un conservadurismo de décadas. No queda más que leer las Obras Completas de Paulina Rubio, incluyendo su "Ley de Causa y Efecto", donde la cantante, en un desliz marxista casi imperdonable, explica que de todos modos cada error se paga. Suponiendo que los "light" tengan alguna conciencia de estarse equivocando, en vez de creer que todo es acomodarse a los tiempos y las pequeñas conveniencias.
jueves, 28 de julio de 2011
Que se desayuna y que se indigna...
Los noruegos dicen no entender qué pudo pasar en su país, tan pacífico, para que alguien como el joven Anders Behring Breivik perpetrara los atentados recientes en Oslo, capital noruega, y la no muy lejana isla de Utoya. Primer asunto: ser escandinavo no es llevar pacifismo en la sangre, ya que Noruega es miembro fundador de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (cuyo líder actual es un danés), desde 1949, y el país del norte de Europa estaba participando con varios cazas en los ataques contra el gobierno de Kadafi en Libia, aunque Oslo señaló recientemente que reduciría el número de aviones en combate y se retiraría de las misiones, porque se extienden demasiado. Segundo asunto: hace poco más de un par de años, un joven de 22 años se metió a una escuela en Finlandia, disparó y mató a 10 personas, en lo que fue el segundo atentado de este tipo en el otro país nórdico.
El abogado del "terrorista" noruego sostiene que su cliente está "loco": tanto que, parece, esperaba ser capturado de inmediato. Además, Anders Behring está tan de atar que dice que no está loco, que se defenderá y que Europa le agradecerá lo hecho dentro de unos años. La verdad, el noruego asesino se comportó como quien lee columnistas occidentales, suplementos dominicales, revistas mensuales y otros medios en los cuales se dice exactamente lo mismo que alegó el loquito. Por ejemplo, que el marxismo es culpable de 100 millones de muertes. ¿El noruego se leyó a Robert Conquest, la historia de la China comunista de Chang y Halliday, algún texto de Solzhenitsyn y artículos de quienes repiten por doquier sin verificar nada, con tal de complacer y no asumir ninguna postura propia? El discurso contra el Islam parece sacado de Samuel Huntington, ya fallecido, que metió a medio mundo en el cuento del "choque de civilizaciones". Y lo del multiculturalismo, está a debate. Más que un lobo solitario, Behring Brievik pareciera haber cursado relaciones internacionales en una Facultad cualquiera de ciencias políticas en Occidente. Si está loco, no hizo más que expresar lo sicóticos que se encuentran los intelectuales occidentales, convertidos en "think tanks" y no en buscadores de alguna verdad. A Fidel Castro, Behring lo trató de "terrorista y asesino de masa", antes de ir disparar a Utoya y causar sus destrozos en Oslo. Por favor: entiéndase que el noruego Anders "Bacalao" Behring mató a otros noruegos por su bien, que es lo mismo que hace la OTAN en Afganistán o Libia. Porque salmón que se duerme...Anders prefirió ponerse muy, muy indignado.
Europa se traga a los islamistas que Estados Unidos quiera. En cuanto a Barack Obama, presidente estadounidense, apenas ocurrió lo de Noruega, insinuó que el islamismo estaba detrás de los hechos. Nadie lo ha acusado de nada ni se le ha asignado abogado defensor, ni siquiera por haber declarado casi que Al-Qaeda se metió a la isla de Utoya, aunque oficialmente los servicios de "inteligencia" estadounidense hayan dicho a las pocas horas lo que ya se sabe: no queda gran cosa de Al-Qaeda.
Resulta que Behring Brievik parece haber hecho con algunas lecturas lo que la señorita Amy Winehouse con drogas y alcohol.
Ni siquiera los islamistas sensatos se creen las conspiraciones por doquier. Geidar Jemal, jefe del Comité Islámico de Rusia, sostuvo recientemente para Pravda que no cree en ninguna conspiración sionista, así sea importante el lobby judío en Washington. Lo que Jemal cree es que Estados Unidos, con tal de no aceptar las consecuencias de que reviente la burbuja financiera y de no perder nivel de vida, es capaz de lanzar una tercera guerra mundial. Nada más que Jemal no piensa en un apocalipsis, sino en una guerra "dosificada", que Estados Unidos iría sembrando un poco por aquí y por allá mientras crea no perder el control. "Guerritas controladas": es lo que hace Estados Unidos, efectivamente, desde Libia hasta Afganistán. Los locos que actúan solos quedan a cuenta de sociedades escandinavas -como la noruega, o la danesa y la finlandesa- que podrían ser menos fariseas, léase hipócritas.
El abogado del "terrorista" noruego sostiene que su cliente está "loco": tanto que, parece, esperaba ser capturado de inmediato. Además, Anders Behring está tan de atar que dice que no está loco, que se defenderá y que Europa le agradecerá lo hecho dentro de unos años. La verdad, el noruego asesino se comportó como quien lee columnistas occidentales, suplementos dominicales, revistas mensuales y otros medios en los cuales se dice exactamente lo mismo que alegó el loquito. Por ejemplo, que el marxismo es culpable de 100 millones de muertes. ¿El noruego se leyó a Robert Conquest, la historia de la China comunista de Chang y Halliday, algún texto de Solzhenitsyn y artículos de quienes repiten por doquier sin verificar nada, con tal de complacer y no asumir ninguna postura propia? El discurso contra el Islam parece sacado de Samuel Huntington, ya fallecido, que metió a medio mundo en el cuento del "choque de civilizaciones". Y lo del multiculturalismo, está a debate. Más que un lobo solitario, Behring Brievik pareciera haber cursado relaciones internacionales en una Facultad cualquiera de ciencias políticas en Occidente. Si está loco, no hizo más que expresar lo sicóticos que se encuentran los intelectuales occidentales, convertidos en "think tanks" y no en buscadores de alguna verdad. A Fidel Castro, Behring lo trató de "terrorista y asesino de masa", antes de ir disparar a Utoya y causar sus destrozos en Oslo. Por favor: entiéndase que el noruego Anders "Bacalao" Behring mató a otros noruegos por su bien, que es lo mismo que hace la OTAN en Afganistán o Libia. Porque salmón que se duerme...Anders prefirió ponerse muy, muy indignado.
Europa se traga a los islamistas que Estados Unidos quiera. En cuanto a Barack Obama, presidente estadounidense, apenas ocurrió lo de Noruega, insinuó que el islamismo estaba detrás de los hechos. Nadie lo ha acusado de nada ni se le ha asignado abogado defensor, ni siquiera por haber declarado casi que Al-Qaeda se metió a la isla de Utoya, aunque oficialmente los servicios de "inteligencia" estadounidense hayan dicho a las pocas horas lo que ya se sabe: no queda gran cosa de Al-Qaeda.
Resulta que Behring Brievik parece haber hecho con algunas lecturas lo que la señorita Amy Winehouse con drogas y alcohol.
Ni siquiera los islamistas sensatos se creen las conspiraciones por doquier. Geidar Jemal, jefe del Comité Islámico de Rusia, sostuvo recientemente para Pravda que no cree en ninguna conspiración sionista, así sea importante el lobby judío en Washington. Lo que Jemal cree es que Estados Unidos, con tal de no aceptar las consecuencias de que reviente la burbuja financiera y de no perder nivel de vida, es capaz de lanzar una tercera guerra mundial. Nada más que Jemal no piensa en un apocalipsis, sino en una guerra "dosificada", que Estados Unidos iría sembrando un poco por aquí y por allá mientras crea no perder el control. "Guerritas controladas": es lo que hace Estados Unidos, efectivamente, desde Libia hasta Afganistán. Los locos que actúan solos quedan a cuenta de sociedades escandinavas -como la noruega, o la danesa y la finlandesa- que podrían ser menos fariseas, léase hipócritas.
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