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lunes, 25 de agosto de 2014

UCRANIA: ¿FALLARA EL GUION YUGOSLAVO?

El eurasianista ruso Alexander Duguin ha tomado la defensa de Igor Strelkov, uno de los líderes de las autodefensas en el Este ucraniano.
     Duguin argumenta que Strelkov ha decido actuar donde el ruso promedio, frente al abismo entre el pensamiento y la acción, prefiere la queja, el grupúsculo sin ningún futuro, la crítica a la élite intelectual, el vodka y la conversación vacía de sentido y vanidosa, hasta llegar al patetismo. Ciertamente, las autodefensas del Donbás se han plantado frente a una ofensiva estadounidense que se apoya en fuerzas ucranianas fascistoides.
     Sin embargo, en el extravío, Duguin describe de la siguiente manera a Strelkov: "por su parte, cumple con un deber al servicio de una idea, la idea rusa". El, prosigue Duguin "se volvió nuestro mito. Ya no se pertenece a sí mismo, ni al servicio armado ni al Estado. Pertenece únicamente a ese mito -el mito ruso sobre la manera en que éramos y en que en cada momento podemos volver a ser". ¿Hay que hacerse matar para convertirse en mito, o es más conveniente no perder batallas ni guerras?
      Este tipo de palabras de Duguin no es exactamente fascista, aunque no debe ser olvidado el gusto del fascismo -lo recogieron los populismos latinoamericanos- por el mito que sacrifica al Hombre. Poco tiene que ver esta mitomanía de la "Nueva Rusia" con la idea rusa, una idea de la que muchos rusos tienen, vaya "muy poca idea".
      Rusia no ha intervenido en un asunto interno de Ucrania, ni en apoyo a una minoría dizque "étnica" (?) que, aunque rusoparlante, es ucraniana. Por lo pronto, la balcanización de Ucrania sigue descartada. Alemania ya ha declarado que apuesta a la federalización ucraniana, un juego peligroso: de todos modos, difícilmente se puede ir más lejos cuando se tiene enfrente a gente como la estadounidense que espera cualquier ocasión -aunque sea la entrada de un convoy humanitario, algo aprobado por las propias autoridades de Kíev, capital ucraniana- para proseguir con un guión que únicamente espera a los actores que lo quieran jugar, como ocurrió en Yugoslavia hasta el desastre final.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...