Poco antes de que comenzara la segunda Guerra Mundial, algunos altos jerarcas militares alemanes no estaban de acuerdo con las aventuras que Hitler estaba por realizar.
Por el Pacto de Munich, en 1938, Hitler invadió Checoslovaquia, bajo pretexto de que la población alemana en los Sudetes (región checoslovaca) era objeto de hostigamiento. La fuerza del ejército checoslovaco no era menor (un millón de personas, 34 divisiones) y la geografía del país a ocupar era boscosa y montañosa. Algunos generales alemanes temieron un desastre. Y, curiosamente, lo notificaron a los británicos.
En agosto de 1938, Ewald-Heinrich von Kleist, alto jerarca militar alemán, se entrevistó en Londres con un parlamentario conservador británico, de nombre Winston Churchill. La idea era conspirar para liquidar a Hitler y su grupo. Hitler estaba en los Alpes y regresó a Berlín. ¿Algo temía?
Churchill contestó en una carta a la iniciativa de von Kleist. La carta consistió en aducir que no era necesario parar a Hitler (es una carta de dominio público). Al contrario, Churchill creía que había que alentar al Fuhrer, aunque el británico sabía muy bien de qué calibre eran las hostilidades que podían sobrevenir. ¿Cual era la intención de Churchill? Estacionar en las puertas de la Unión Soviética una fuerza de choque nazi. Checoslovaquia se convirtió así en un protectorado (Bohemia, Moravia y Eslovaquia), a pesar de que Gran Bretaña había firmado en 1935 un acuerdo para defender territorio checoslovaco en caso de agresión.. Luego de tragarse Checoslovaquia, Hitler y los británicos se dedicaron a negociar el territorio polaco: una parte de Eslovaquia para los polacos (sobre quienes Londres ejercía una enorme influencia), un corredor en Gdansk (Danzig) para los alemanes. A Polonia no le había importado en lo más mínimo que Hitler engullera a los checoslovacos, y por cierto que hubo polacos que combatieron al lado de los nazis en el frente soviético.
Despues de un buen rato de "guerra falsa", los británicos se pusieron a luchar seriamente contra Hitler en 1942, bajo presión estadounidense (Washington advirtió que si Gran Bretaña no entraba en verdad en guerra contra Alemania, las reservas de oro británicas en Estados Unidos no volverían a la isla). ¿Qué buscaba Washington? Que en la guerra Gran Bretaña también se debilitara, según lo confesó alguna vez Allen Dulles.
Von Kleist es un militar conocido. En 1944 volvió a conspirar -y falló- contra Hitler. Lo que es menos conocido -aunque la información está en la Web y ha sido igualmente actualizada por Andrei Fursov en Nakanune.ru- es el contacto con Churchill, quien, insistamos, en 1938 prefirió no parar a Hitler.
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