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miércoles, 12 de julio de 2017

EN ARAS DE LA PAZ

El fin del equilibrio bipolar creó la creencia en una paz universal (se hablaba entonces de los "dividendos de la paz"), algo así como la "paz perpetua" de Kant que Domenico Losurdo discute en Un mondo senza guerre (Un mundo sin guerra). ¿Es posible un mundo sin guerra?
       Estados Unidos ha estado inmiscuido en prácticamente todos los conflictos bélicos desde 1989-1991. Pero esta presencia no ha aparecido -ni siquiera entre la intelectualidad, la izquierdista incluida- como agresión imperial, sino como ánimo de preservar la paz, el "orden mundial" y "la seguridad" contra toda suerte de amenazas, entre las cuales no falta ahora "la amenaza rusa". Dicho de otro modo, Washington no aparece en esta serie de actos bélicos (Panamá, Iraq, Somalia, Yugoslavia, Afganistán, Libia, Siria, Ucrania...) como un atacante y un factor de desestabilización, sino como una gran potencia que tiene que -por deber- intervenir militarmente para preservar la paz, evitar todo tipo de discordias (étnicas, religiosas, etcétera) y por "razones humanitarias". En otros términos, las intervenciones y ocupaciones de Estados Unidos y sus aliados y socios parecieran destinadas a preservar la paz y evitar conflictos. ¿Cuál paz? La del vencedor de 1989-1991, desde luego. Desde este punto de vista, las acciones militares de Estados Unidos resultan ser, a los ojos de la supuesta "opinión pública", un factor de estabilización, y entiéndase que de paz. No hay imperialismo, salvo el ruso en Ucrania y Siria; y no hay un gran trouble maker (perturbador), sino "amenazas" de "parias" y "canallas" para un mundo como el de Imagine, de John Lennon, de fraternidad universal y sin fronteras. En este orden de cosas, una agresión -un primer golpe nuclear, pongamos por caso- contra la Federación Rusa o contra China sería un acto defensivo contra "el zar hackeador de la democracia" o, muy secundariamente, contra el "peligro amarillo". ¿Acaso ese "zar" no amenaza nuestra seguridad y, sobre todo, nuestra paz? La "opinión pública" está lista para creérselo, entre otras cosas gracias al modo en que los medios de comunicación masiva y las presstitutes presentan el mundo: un lugar lleno de "peligros" para la pax americana.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...