Desde los años '20 y '30 del siglo pasado, Ford y General Motors, gigantes automotrices estadounidenses, entraron al mercado alemán. Hitler le confesó alguna vez a un periodista: "considero a Henry Ford (que era antisemita, nota nuestra) como mi inspiración". Cuando estalló la segunda Guerra Mundial en 1939, entre las dos empresas estadounidenses controlaban el 70 % del mercado automotor alemán. No tuvieron inconveniente en reconvertirse a la producción militar, mientras se resistían a los pedidos de la administración de Franklin D. Roosevelt en Estados Unidos.
En Alemania, General Motors operaba con la subsidiaria Opel. General Motors produjo el camión de guerra Blitz que fue utilizado por la Legión Cóndor en la Guerra Civil Española y luego en la segunda guerra. Ese camión era idéntico al británico Bedford, otra subsidiaria de General Motors. Esta empresa también fabricó el avión de combate Junkers JU-88, componentes para tanques y motores para submarinos. Cuando los estadounidenses desembarcaron en Europa, los esperaban alemanes montados ni más ni menos que en camiones Opel.
La International Business Machines (IBM) también tuvo lo suyo. Sus tarjetas perforadas se empleaban en los censos de los campos nazis de exterminio. IBM organizó el censo alemán de 1933, permitiendo recolectar información exacta sobre los judíos. En 1937, el titular de esta empresa, Thomas J. Watson, fue agasajado en Berlín por el mariscal Hermann Goering (el segundo hombre más importante de la Alemania nazi) y condecorado por Hitler (Cruz al Mérito del Aguila).
Coca-Cola no cerró en Alemania durante la guerra. Había patrocinado las Olimpíadas de Berlín en 1936. Cuando en la guerra se acabaron los ingredientes para fabricar la bebida, se encontraron remplazos para crear Fanta, en el mercado alemán, con el anuncio: "Una Fanta, un Reich...¿juegas?".
La empresa International Telephone and Telegraph (ITT) apoyó abiertamente al régimen nacional-socialista alemán. Henry Manne, representante de la empresa, se reunió con Hitler en Alemania en 1933. El presidente de ITT, Sosthenes Behn, se asoció en 1938 con Focke-Wulf, empresa alemana constructora de aviones de guerra (en particular aviones caza monomotor). Behn contribuyó financieramente al ascenso de los nazis desde 1930 (con pagos cash al jefe de las SS-escuadrones paramilitares, Heinrich Himmler), antes de que tomaran el poder (1933). Behn era por cierto un militar estadounidense antes de fundar ITT en Puerto Rico. La ITT construyó radios y radares que fueron utilizados por el ejército alemán durante la segunda Guerra Mundial. También durante la segunda Guerra Mundial y para mantener ocultas sus actividades, ITT hizo pagos a la Gestapo, la policía secreta del Estado nazi.
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miércoles, 9 de agosto de 2017
FANÁTICAMENTE MODERADOS
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