En las conmemoraciones anuales de la victoria soviética sobre el nazismo, el gobierno ruso de Vladimir Putin, fiel a sus tendencias internas de complacer a las "capas medias", ha querido sugerir que la historia, entiéndase que de la "grandeza" de Rusia, empezó con la guerra y no antes.
El economista egipcio Samir Amin ha propuesto otra visión de lo ocurrido en la guerra, que estuvo precedida de la colectivización forzada de la agricultura y la gran industrialización de la Unión Soviética. La planificación de la economía, que comenzó en 1929-1933 (primer plan quinquenal), permitió según el autor de Octubre 1917 "(...)la aceleración prodigiosa de la industrialización, la prioridad dada a las industrias pesadas de base y a la modernización del armamento; la estrategia económica puesta en marcha a su servicio, a saber, la transferencia del excedente agrícola (y a veces incluso más allá) en beneficio de una acumulación industrial extensiva, basada en la transferencia de fracciones importantes de la población desde el campo a la ciudad para constituir una nueva clase obrera urbana, y las formas de esta planificación centralizada, gestionada autoritariamente por el Estado y solo por él". La Unión se convirtió en una potencia antes de la segunda Guerra Mundial y no a raíz de ésta, que más bien la debilitó por la sangría de gente y recursos que significó.
"Se podrá decir lo que se quiera sobre el carácter socialista o no de esta aventura, prosigue Amin. No había alternativa a la elección de sus objetivos, aunque es posible imaginar formas de su puesta en práctica que hubiesen hecho posible hacer avanzar su gestión socializada. Fue el éxito de esta opción lo que hizo de la Unión Soviética en 1941 una nueva gran potencia industrial y militar, y lo que permitió, por tanto, al Ejército Rojo derrotar -él solo- a las hordas nazis. Pues la victoria fue obra del Ejército Rojo y sólo de él. El supuesto apoyo de los occidentales se redujo a unos cuantos envíos insignificantes. Y la tardía intervención militar de Estados Unidos y de Gran Bretaña -el segundo frente a partir del desembarco de Normandía en 1944- solo tenía por objetivo impedir que la Unión Soviética liberase ella sola a toda Europa".
La grandeza no fue nada más de la Rusia soviética, sino de toda la Unión, prácticamente al unísono, al convertirse en poco más de una década en la potencia que hoy vuelve a ser, no de la nada, sino de algún antecedente, el que se ubica entre 1929 y 1941. Para Vladimir Putin, en cambio, la Revolución de Octubre -según lo declaró recientemente al inaugurar en Moscú, capital rusa, un monumento a las víctimas de la represión política- no es el origen de la potencia rusa (¿acaso el imperio zarista era una potencia en algo, salvo en arte?), sino "de la división del país en dos bandos". Una curiosidad: la mitad de la población rusa actual cree que la Revolución de Octubre sirvió a las mayorías y la otra mitad no lo cree, por lo que la Federación está dividida hoy...en dos bandos.
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lunes, 30 de octubre de 2017
viernes, 27 de octubre de 2017
OCTUBRE 1917: ¿FUE LA ECONOMIA DE LA URSS TOTALMENTE ESTATAL?
El capitalismo, en el cual cuando es necesario el Estado interviene masivamente para salvar a los ricos y los financieros en aprietos, como ocurrió en la crisis de 2008, ha logrado convencer al habitante promedio de que el Estado en el socialismo "se robaba a los niños" o de que el "populismo" les "quita los apartamentos" a la clase media. El mismo capitalismo pinta un mercado que supuestamente se "autorregula" y funciona solito, mediante las señales de precios, como si hubiera "libertad absoluta" y no una competencia obstruída por monopolios, duopolios, oligopolios, etcétera...
Samir Amin ha escrito en Octubre 1917 que "la oposición propuesta entre la 'economía de la penuria' (del socialismo) y la 'economía de la abundancia' (del capitalismo) constituye un discurso ideológico vacío. Es evidente que la penuria (las colas, etcétera) la producía la fijación (voluntaria) de los precios que permitía un acceso amplio al consumo, una concesión a las presiones igualitaristas ejercidas tanto por las clases populares como por las capas medias. Es evidente que al subir masivamente los precios ya no hay colas...pero la penuria, que aparentemente había desaparecido, sigue ahí, para quienes ya no tienen acceso al consumo. Las tiendas en México y en Egipto están llenas a rebosar de productos, y no hay colas delante de las carnicerías, aunque el consumo de carne per cápita es en estos países muy inferior al que había en la Europa del Este".
En tiempos de Stalin existía mayor propiedad privada en la Unión Soviética que después (por ejemplo, a través del artel, a medio camino entre la cooperativa y el intercambio mercantil). En el campo, los koljoses permitían la pequeña iniciativa privada (huertos para la venta en el pequeño mercado). Después de Stalin y constatados los problemas de estatizarlo todo, se intentaron diversas reformas "de mercado", para combinar la planificación con mecanismos de regulación de mercado: sucedió con las reformas de Evsei Liberman en 1962 para fortalecer la autonomía de las empresas y con la reforma de Aleksei Kosyguin en 1965, que terminaría liberalizando las relaciones de propiedad, lo que Mijaíl Gorbachov finalmente puso en práctica "siguiendo los consejos del liberal abiertamente procapitalista Aganbeyan", como lo señala Amin. El economista egipcio recuerda: "(...) tuve ocasión de escuchar a Gorbachov en Rímini poco después del derrumbamiento. La impresión que me produjo fue la de que nunca había sido marxista y que ignoraba los principios más elementales del marxismo. La conclusión que saqué fue que no se trataba más que de un 'apparatchik' que hubiera podido hacer carrera en cualquier sistema político".
Con la perestroika y luego con Boris Yeltsin se oficializó el saqueo que tenía sus antecedentes no en el "mercado" en general, sino en un mercado negro que no era de pequeñas proporciones, pero sí tolerado. "Una manifestación de la total negligencia benigna -han escrito Roger Keeran y Thomas Kenny en El socialismo traicionado- fue la casi nula persecusión de las actividades económicas evidentemente ilegales". Servían para imitar el consumo occidental y sortear la penuria, pero el costo de esta "válvula de escape" era la tolerancia al delito y la corrupción. "Dicho de manera simple, escriben esos autores, para existir y prosperar, la producción y la venta ilegal necesitaban de un nivel de corrupción en el Partido y en los funcionarios del Estado". El "mercado" que el capitalismo acabó festinando en la Unión Soviética fue el del delito elevado a rango de crimen, con tal de "no quedarse atrás" en la competencia con Occidente. Donde no llegaba a mafia, el "mercado" soviético de posguerra -el ilegal- era ya lo suficientemente corruptor en tiempos de Gorbachov como para lograr que el Partido no reaccionara positivamente, a diferencia de lo que ocurrió contra Nikita Jrushchov y antes contra Nikolai Bujárin.
Samir Amin ha escrito en Octubre 1917 que "la oposición propuesta entre la 'economía de la penuria' (del socialismo) y la 'economía de la abundancia' (del capitalismo) constituye un discurso ideológico vacío. Es evidente que la penuria (las colas, etcétera) la producía la fijación (voluntaria) de los precios que permitía un acceso amplio al consumo, una concesión a las presiones igualitaristas ejercidas tanto por las clases populares como por las capas medias. Es evidente que al subir masivamente los precios ya no hay colas...pero la penuria, que aparentemente había desaparecido, sigue ahí, para quienes ya no tienen acceso al consumo. Las tiendas en México y en Egipto están llenas a rebosar de productos, y no hay colas delante de las carnicerías, aunque el consumo de carne per cápita es en estos países muy inferior al que había en la Europa del Este".
En tiempos de Stalin existía mayor propiedad privada en la Unión Soviética que después (por ejemplo, a través del artel, a medio camino entre la cooperativa y el intercambio mercantil). En el campo, los koljoses permitían la pequeña iniciativa privada (huertos para la venta en el pequeño mercado). Después de Stalin y constatados los problemas de estatizarlo todo, se intentaron diversas reformas "de mercado", para combinar la planificación con mecanismos de regulación de mercado: sucedió con las reformas de Evsei Liberman en 1962 para fortalecer la autonomía de las empresas y con la reforma de Aleksei Kosyguin en 1965, que terminaría liberalizando las relaciones de propiedad, lo que Mijaíl Gorbachov finalmente puso en práctica "siguiendo los consejos del liberal abiertamente procapitalista Aganbeyan", como lo señala Amin. El economista egipcio recuerda: "(...) tuve ocasión de escuchar a Gorbachov en Rímini poco después del derrumbamiento. La impresión que me produjo fue la de que nunca había sido marxista y que ignoraba los principios más elementales del marxismo. La conclusión que saqué fue que no se trataba más que de un 'apparatchik' que hubiera podido hacer carrera en cualquier sistema político".
Con la perestroika y luego con Boris Yeltsin se oficializó el saqueo que tenía sus antecedentes no en el "mercado" en general, sino en un mercado negro que no era de pequeñas proporciones, pero sí tolerado. "Una manifestación de la total negligencia benigna -han escrito Roger Keeran y Thomas Kenny en El socialismo traicionado- fue la casi nula persecusión de las actividades económicas evidentemente ilegales". Servían para imitar el consumo occidental y sortear la penuria, pero el costo de esta "válvula de escape" era la tolerancia al delito y la corrupción. "Dicho de manera simple, escriben esos autores, para existir y prosperar, la producción y la venta ilegal necesitaban de un nivel de corrupción en el Partido y en los funcionarios del Estado". El "mercado" que el capitalismo acabó festinando en la Unión Soviética fue el del delito elevado a rango de crimen, con tal de "no quedarse atrás" en la competencia con Occidente. Donde no llegaba a mafia, el "mercado" soviético de posguerra -el ilegal- era ya lo suficientemente corruptor en tiempos de Gorbachov como para lograr que el Partido no reaccionara positivamente, a diferencia de lo que ocurrió contra Nikita Jrushchov y antes contra Nikolai Bujárin.
miércoles, 25 de octubre de 2017
OCTUBRE 1917: ¿FUE LA URSS INTERNACIONALISTA?
Seguramente no lo fue tanto como Cuba, y lo fue menos que la República Democrática Alemana (RDA).
De todos modos, la Unión Soviética llegó a tener prestigio en el Tercer Mundo: "la URSS, gracias a los éxitos -y no los fracasos- de su construcción, considera Samir Amin en Octubre 1917, había conseguido elevarse al rango de superpotencia militar. Fue su ejército el que derrotó a los nazis, y después, durante la posguerra, consiguió en un tiempo récord poner fin al monopolio nuclear y balístico de Estados Unidos (...) Estos éxitos están en el origen de su presencia política en el tablero mundial de la posguerra (...)(Pero) contrariamente a las afirmaciones de la propaganda antisoviética, no se proponía ni 'exportar la revolución' ni conquistar la Europa occidental (el falso motivo invocado por Washington y por las burguesías para hacer aceptar la OTAN). Puso en marcha, sin embargo, su potencia política (y militar) para obligar al imperialismo dominante a retroceder en el tercer mundo, abriendo a las clases dominantes (y a los pueblos) de Asia y de Africa un margen de autonomía que perdieron con la caída de la URSS". Dicho sea de paso, este margen también se perdió en América Latina, aunque algunos creyeron por un tiempo ganarlo porque "ya no se los acusaría de comunistas". Se los acusó de "populistas" y la andanada siguió igual o peor, mediáticamente al menos.
Como lo recuerda el economista egipcio Amin, "en su inserción en el sistema mundial, la URSS ocupaba una posición de 'periferia', principalmente exportadora de materias primas". Desde este punto de vista, no era "imperial" en Europa del Este (con los países del Consejo de Ayuda Mutua Económica -CAME, desde donde a cambio de petróleo importaba bienes manufacturados), ni con Cuba, aunque veía con malos ojos el aventurerismo armado de los cubanos, que no condujo a gran cosa.
Siempre según Samir Amin, "la URSS y China inician la salida de su aislamiento a partir de la conferencia de Bandung (1955), cuando comprenden el beneficio que pueden obtener de un apoyo -incluso limitado- a los movimientos de liberación del tercer mundo". Este apoyo, que nunca se regateó demasiado, fue a la larga desgastante, y no nada más porque dió lugar a la creencia en un supuesto "expansionismo soviético", sino también porque supuso un gran despilfarro de recursos para un país exhausto, y que en el fondo no quería más que conservar posiciones defensivas, al menos hasta cierto momento. Quienes se beneficiaron del apoyo soviético en Asia, Africa y América Latina no expresaron la menor gratitud cuando se desplomó la Unión, sino que, habiéndole ganado la batalla a los antiguos imperios (Francia, Gran Bretaña e incluso España y Portugal), se cargaron del lado estadounidense o siguieron imperturbables jugando la carta china, en un asunto de puras "maniobras" y no de valores como el internacionalismo.
De todos modos, la Unión Soviética llegó a tener prestigio en el Tercer Mundo: "la URSS, gracias a los éxitos -y no los fracasos- de su construcción, considera Samir Amin en Octubre 1917, había conseguido elevarse al rango de superpotencia militar. Fue su ejército el que derrotó a los nazis, y después, durante la posguerra, consiguió en un tiempo récord poner fin al monopolio nuclear y balístico de Estados Unidos (...) Estos éxitos están en el origen de su presencia política en el tablero mundial de la posguerra (...)(Pero) contrariamente a las afirmaciones de la propaganda antisoviética, no se proponía ni 'exportar la revolución' ni conquistar la Europa occidental (el falso motivo invocado por Washington y por las burguesías para hacer aceptar la OTAN). Puso en marcha, sin embargo, su potencia política (y militar) para obligar al imperialismo dominante a retroceder en el tercer mundo, abriendo a las clases dominantes (y a los pueblos) de Asia y de Africa un margen de autonomía que perdieron con la caída de la URSS". Dicho sea de paso, este margen también se perdió en América Latina, aunque algunos creyeron por un tiempo ganarlo porque "ya no se los acusaría de comunistas". Se los acusó de "populistas" y la andanada siguió igual o peor, mediáticamente al menos.
Como lo recuerda el economista egipcio Amin, "en su inserción en el sistema mundial, la URSS ocupaba una posición de 'periferia', principalmente exportadora de materias primas". Desde este punto de vista, no era "imperial" en Europa del Este (con los países del Consejo de Ayuda Mutua Económica -CAME, desde donde a cambio de petróleo importaba bienes manufacturados), ni con Cuba, aunque veía con malos ojos el aventurerismo armado de los cubanos, que no condujo a gran cosa.
Siempre según Samir Amin, "la URSS y China inician la salida de su aislamiento a partir de la conferencia de Bandung (1955), cuando comprenden el beneficio que pueden obtener de un apoyo -incluso limitado- a los movimientos de liberación del tercer mundo". Este apoyo, que nunca se regateó demasiado, fue a la larga desgastante, y no nada más porque dió lugar a la creencia en un supuesto "expansionismo soviético", sino también porque supuso un gran despilfarro de recursos para un país exhausto, y que en el fondo no quería más que conservar posiciones defensivas, al menos hasta cierto momento. Quienes se beneficiaron del apoyo soviético en Asia, Africa y América Latina no expresaron la menor gratitud cuando se desplomó la Unión, sino que, habiéndole ganado la batalla a los antiguos imperios (Francia, Gran Bretaña e incluso España y Portugal), se cargaron del lado estadounidense o siguieron imperturbables jugando la carta china, en un asunto de puras "maniobras" y no de valores como el internacionalismo.
lunes, 23 de octubre de 2017
OCTUBRE 1917: ¿FUE LA URSS UN IMPERIO?
El asunto es sencillo, y otra vez de correlación en lugar de conceptualización. Rusia es grande, sus vecinos son pequeños. Lo mismo sucede con Estados Unidos al Sur. Si Estados Unidos que es grande y frío se entromete a la mala en asuntos de sus pequeños vecinos, Rusia que es grande y fría hace lo mismo en territorios de la ex Unión Soviética o en Siria. Estados Unidos es imperialista, luego Rusia también. Aquí están los ecos de la vieja tesis china sobre el "socialimperialismo" soviético. La ultraizquierda pueril coincide con quienes hubieran querido que la Federación Rusa se balcanizara como la Unión Soviética.
La Unión Soviética no era un imperio, ni una "cárcel de las nacionalidades", en primera porque no puede haber explotación entre países (no la hay en el mundo capitalista), y en segunda porque ni siquiera había intercambio desigual entre Rusia y las repúblicas "periféricas" de la Unión. Afirma Samir Amin en una publicación reciente, Octubre 1917: "Lenin, comunista internacionalista, no podía imaginar otra cosa que una unión de las naciones comprometidas en pie de igualdad en una construcción socialista común. La Unión Soviética que puso en práctica este principio sin apartarse de él ni un milímetro era, por lo tanto, un Estado plurinacional y no un Imperio constituido por una metrópoli con sus colonias. El sistema económico soviético (tanto si ha sido socialista como si ha sido otra cosa) estaba perfectamente integrado: los salarios y los precios eran rigurosamente idénticos desde Moscú a Bakú o a Tachkén (subrayado nuestro). Este no ha sido nunca el caso de los imperios del imperialismo capitalista (!el mismo salario para el obrero británico que para el obrero de Mumbai!). Por consiguiente, el flujo de los capitales en la Unión Soviética iba desde las regiones avanzadas hacia las periferias pobres, exactamente lo contrario de lo que caracteriza al mundo capitalista (...) La destrucción de la Unión no ha constituido, por tanto, de ninguna manera un progreso que haya permitido a las naciones supuestamente oprimidas liberarse del yugo colonial ruso, como repiten los medios de comunicación imperialistas".
Las primeras repúblicas en largarse de la Unión fueron las que eran conocidas por tener un nivel de vida más alto que la Federación Rusa, las tres del Báltico (Letonia, Estonia y Lituania), hoy ocupadas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), donde los rusos son vistos como "chusma", visión que es compartida por lo demás por un buen número de habitantes de la que fuera la acomodada Ucrania (por su grado de desarrollo industrial y agrícola). Con Georgia pasó algo un tanto similar. No se quisieron ir las repúblicas supuestamente más "oprimidas" (en Asia Central). De todos modos, así hablen casi por sí solos los hechos económicos, sociales y políticos, es poco lo que puede hacerse si algunos científicos sociales los manipulan como variables, hacen ecuaciones y establecen correlaciones al margen de la realidad, que es asunto de conceptos y no de cálculo.
La Unión Soviética no era un imperio, ni una "cárcel de las nacionalidades", en primera porque no puede haber explotación entre países (no la hay en el mundo capitalista), y en segunda porque ni siquiera había intercambio desigual entre Rusia y las repúblicas "periféricas" de la Unión. Afirma Samir Amin en una publicación reciente, Octubre 1917: "Lenin, comunista internacionalista, no podía imaginar otra cosa que una unión de las naciones comprometidas en pie de igualdad en una construcción socialista común. La Unión Soviética que puso en práctica este principio sin apartarse de él ni un milímetro era, por lo tanto, un Estado plurinacional y no un Imperio constituido por una metrópoli con sus colonias. El sistema económico soviético (tanto si ha sido socialista como si ha sido otra cosa) estaba perfectamente integrado: los salarios y los precios eran rigurosamente idénticos desde Moscú a Bakú o a Tachkén (subrayado nuestro). Este no ha sido nunca el caso de los imperios del imperialismo capitalista (!el mismo salario para el obrero británico que para el obrero de Mumbai!). Por consiguiente, el flujo de los capitales en la Unión Soviética iba desde las regiones avanzadas hacia las periferias pobres, exactamente lo contrario de lo que caracteriza al mundo capitalista (...) La destrucción de la Unión no ha constituido, por tanto, de ninguna manera un progreso que haya permitido a las naciones supuestamente oprimidas liberarse del yugo colonial ruso, como repiten los medios de comunicación imperialistas".
Las primeras repúblicas en largarse de la Unión fueron las que eran conocidas por tener un nivel de vida más alto que la Federación Rusa, las tres del Báltico (Letonia, Estonia y Lituania), hoy ocupadas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), donde los rusos son vistos como "chusma", visión que es compartida por lo demás por un buen número de habitantes de la que fuera la acomodada Ucrania (por su grado de desarrollo industrial y agrícola). Con Georgia pasó algo un tanto similar. No se quisieron ir las repúblicas supuestamente más "oprimidas" (en Asia Central). De todos modos, así hablen casi por sí solos los hechos económicos, sociales y políticos, es poco lo que puede hacerse si algunos científicos sociales los manipulan como variables, hacen ecuaciones y establecen correlaciones al margen de la realidad, que es asunto de conceptos y no de cálculo.
viernes, 20 de octubre de 2017
GENTE INCREIBLE
Hay que saber ser algo disoluto, sin escrúpulos, dilapidador, que al fin y al cabo cuando papá termine en su propio burdel vendrá al rescate de su hijo pródigo.
Srda Popovic es un serbio autor del libro Cómo hacer la revolución. Instrucciones para cambiar el mundo.Para más señas, este señor Popovic, un "rebelde", orquestó la agitación estudiantil que acabó con la supuesta "dictadura" de Slobodan Milosevic en el año 2000. Peter Gabriel celebra en la contraportada del libro: "Srdja recurrió a la imaginación, la astucia y el humor para crear un movimiento que derribó a una dictadura brutal y se convirtió en modelo para las insurgencias pacíficas de todo el mundo. !Srdja es increíble!". Es más, es la clase de tipo que seguramente "gozó en las barricadas" (entiéndase como se prefiera).
En 1998, Popovic, ex miembro de una banda de rock gótico, creó el movimiento Otpor! (!Resistencia!, en serbio), con el símbolo de un puño cerrado que luego se popularizaría en el mundo. Este grupo fue entrenado en los métodos de "cambio de régimen" de Gene Sharp, fundador del Albert Einstein Institute, en Cambridge, Massachusetts, en Estados Unidos, y por el embajador estadounidense en Belgrado, capital serbia, Richard Miles, especialista en "golpes blandos" del Departamento estadounidense de Estado.
Otpor! recibió millones de dólares de la Central de Inteligencia Americana (CIA) a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés, y una conocida tapadera), la organización no gubernamental National Endowment for Democracy (NED, otra conocida tapadera), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el infaltable Instituto George Soros (una tapadera más), organizaciones que, dicho sea de paso, también tuvieron un papel importante en el derrocamiento del gobierno legítimamente electo de Viktor Yanukovich en Ucrania. !Srdja fue increíble, en efecto!
El IRI les pagó a Popovic y dos docenas de líderes de Otpor! un seminario de entrenamiento en "resistencia" en el Hotel Hilton de Budapest (capital húngara) en octubre de 1999, aproximadamente un año antes de la caída de Milosevic. El principal conferencista fue alguien cercano a Sharp, el coronel retirado del ejército estadounidense Robert Helvey. A partir de entonces, para organizar un movimiento de "resistencia no violenta", Otpor! recibió de sus patrocinadores (organizaciones no gubernamentales) más de 41 millones de dólares. Después de tirar a Milosevic, Popovic creó CANVAS (Centre for Applied Nonviolent Action and Strategies, Centro para la Aplicación de Acciones y Estrategias No-violentas), para exportar su "revolución de color" a otros países, como los del mundo árabe. Richard Miles, por su parte, ya había probado en Azerbaidján y probaría luego en Georgia con éxito . Popovic también estableció vínculos para CANVAS con Stratfor, empresa estadounidense especializada en servicios de inteligencia, y, finalmente, con Goldman Sachs, en algo digno del mejor rock gótico.
Eso en cuanto al serbio. Por lo que toca a los ucranianos, cuando despertaron del goce en las barricadas del Maidán, Monsanto se había quedado con las tierras negras de Ucrania, las mejores de Europa, y la banca Rotschild con el sistema de transporte de gas local, a través de NJSC Naftogaz. Volvió apoteósico de su burdel papá, el avaro, luego de la revolución pródiga de Junior.
Srda Popovic es un serbio autor del libro Cómo hacer la revolución. Instrucciones para cambiar el mundo.Para más señas, este señor Popovic, un "rebelde", orquestó la agitación estudiantil que acabó con la supuesta "dictadura" de Slobodan Milosevic en el año 2000. Peter Gabriel celebra en la contraportada del libro: "Srdja recurrió a la imaginación, la astucia y el humor para crear un movimiento que derribó a una dictadura brutal y se convirtió en modelo para las insurgencias pacíficas de todo el mundo. !Srdja es increíble!". Es más, es la clase de tipo que seguramente "gozó en las barricadas" (entiéndase como se prefiera).
En 1998, Popovic, ex miembro de una banda de rock gótico, creó el movimiento Otpor! (!Resistencia!, en serbio), con el símbolo de un puño cerrado que luego se popularizaría en el mundo. Este grupo fue entrenado en los métodos de "cambio de régimen" de Gene Sharp, fundador del Albert Einstein Institute, en Cambridge, Massachusetts, en Estados Unidos, y por el embajador estadounidense en Belgrado, capital serbia, Richard Miles, especialista en "golpes blandos" del Departamento estadounidense de Estado.
Otpor! recibió millones de dólares de la Central de Inteligencia Americana (CIA) a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés, y una conocida tapadera), la organización no gubernamental National Endowment for Democracy (NED, otra conocida tapadera), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el infaltable Instituto George Soros (una tapadera más), organizaciones que, dicho sea de paso, también tuvieron un papel importante en el derrocamiento del gobierno legítimamente electo de Viktor Yanukovich en Ucrania. !Srdja fue increíble, en efecto!
El IRI les pagó a Popovic y dos docenas de líderes de Otpor! un seminario de entrenamiento en "resistencia" en el Hotel Hilton de Budapest (capital húngara) en octubre de 1999, aproximadamente un año antes de la caída de Milosevic. El principal conferencista fue alguien cercano a Sharp, el coronel retirado del ejército estadounidense Robert Helvey. A partir de entonces, para organizar un movimiento de "resistencia no violenta", Otpor! recibió de sus patrocinadores (organizaciones no gubernamentales) más de 41 millones de dólares. Después de tirar a Milosevic, Popovic creó CANVAS (Centre for Applied Nonviolent Action and Strategies, Centro para la Aplicación de Acciones y Estrategias No-violentas), para exportar su "revolución de color" a otros países, como los del mundo árabe. Richard Miles, por su parte, ya había probado en Azerbaidján y probaría luego en Georgia con éxito . Popovic también estableció vínculos para CANVAS con Stratfor, empresa estadounidense especializada en servicios de inteligencia, y, finalmente, con Goldman Sachs, en algo digno del mejor rock gótico.
Eso en cuanto al serbio. Por lo que toca a los ucranianos, cuando despertaron del goce en las barricadas del Maidán, Monsanto se había quedado con las tierras negras de Ucrania, las mejores de Europa, y la banca Rotschild con el sistema de transporte de gas local, a través de NJSC Naftogaz. Volvió apoteósico de su burdel papá, el avaro, luego de la revolución pródiga de Junior.
miércoles, 18 de octubre de 2017
TOTALMENTE COHN
Hace pocos años, el ex líder del movimiento del 68 francés, Daniel Cohn-Bendit, participó en el lanzamiento del movimiento European Young Leaders, en apariencia destinado a promover el "europeísmo" entre jóvenes talentos del mundo político, empresarial, sindical, artístico, universitario y mediático en Europa. En Francia, Young Leaders fue un programa importante de la French American Foundation, que premió entre otros al hasta hace poco mandatario francés Francois Hollande.
El programa dirigido por Cohn-Bendit fue respaldado por Europanova y Friends of Europe, que recibe fondos del sector privado y de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Al momento de recibir Cohn Bendit la dirección mencionada, a la cabeza de Friends of Europe estaba Pat Cox, un irlandés antiguo presidente del Parlamento Europeo y presidente para entonces del Movimiento Europeo, financiado regularmente por la Central de Inteligencia Americana (CIA), según lo denunció en su momento la prensa británica. Entre los líderes del Movimiento Europeo, al servicio de la CIA, estuvieron connotados europeístas como Robert Schuman y Paul-Henri Spaak. El financiamiento estadounidense se hacía a través de las Fundaciones Ford y Rockefeller. La iniciativa provenía del Comité Americano para una Europa Unida (ACUE, por sus siglas en inglés), que tuvo en los orígenes como vice presidente a Allen Dulles, director de la CIA en los años 50.
European Young Leaders, el programa a cargo de Cohn-Bendit, tuvo a otros patrocinadores: General Electric y el European Council of Foreign Relations (Consejo Europeo de Relaciones Internacionales), financiado entre otros por George Soros.
Cohn-Bendit, conocido alguna vez como "Dany el Rojo", fue vicepresidente del Movimiento Europeo Francia. Según documentos desclasificados el año 2000 por la administración estadounidense y retomados por Francois Asselineau (líder de la Unión Popular Republicana-Union Populaire Républicaine), el Movimiento Europeo Francia también fue regularmente financiado por los servicios secretos estadounidenses. Aunque no estuviera "en la nómina" en Mayo de 1968, Cohn-Bendit parece haber servido siempre a los mismos intereses: diciendo estar "a la izquierda del Partido Comunista", se encontraba en realidad, como lo decía el filósofo Michel Clouscard, "a la derecha de Charles De Gaulle".
El programa dirigido por Cohn-Bendit fue respaldado por Europanova y Friends of Europe, que recibe fondos del sector privado y de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Al momento de recibir Cohn Bendit la dirección mencionada, a la cabeza de Friends of Europe estaba Pat Cox, un irlandés antiguo presidente del Parlamento Europeo y presidente para entonces del Movimiento Europeo, financiado regularmente por la Central de Inteligencia Americana (CIA), según lo denunció en su momento la prensa británica. Entre los líderes del Movimiento Europeo, al servicio de la CIA, estuvieron connotados europeístas como Robert Schuman y Paul-Henri Spaak. El financiamiento estadounidense se hacía a través de las Fundaciones Ford y Rockefeller. La iniciativa provenía del Comité Americano para una Europa Unida (ACUE, por sus siglas en inglés), que tuvo en los orígenes como vice presidente a Allen Dulles, director de la CIA en los años 50.
European Young Leaders, el programa a cargo de Cohn-Bendit, tuvo a otros patrocinadores: General Electric y el European Council of Foreign Relations (Consejo Europeo de Relaciones Internacionales), financiado entre otros por George Soros.
Cohn-Bendit, conocido alguna vez como "Dany el Rojo", fue vicepresidente del Movimiento Europeo Francia. Según documentos desclasificados el año 2000 por la administración estadounidense y retomados por Francois Asselineau (líder de la Unión Popular Republicana-Union Populaire Républicaine), el Movimiento Europeo Francia también fue regularmente financiado por los servicios secretos estadounidenses. Aunque no estuviera "en la nómina" en Mayo de 1968, Cohn-Bendit parece haber servido siempre a los mismos intereses: diciendo estar "a la izquierda del Partido Comunista", se encontraba en realidad, como lo decía el filósofo Michel Clouscard, "a la derecha de Charles De Gaulle".
lunes, 16 de octubre de 2017
ES COSA SOLO DE DOS
Hay quien cree muy serio que la Europa "unida" fue apareciendo para hacerle contrapeso a Estados Unidos.
La trayectoria de los dos últimos presidentes de la Comisión Europea, la instancia más alta de la Unión Europea (UE), no dice exactamente éso.
El actual presidente de la Comisión, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, miembro del Partido Cristiano Social, ha dicho en entrevistas haberse confrontado con el "modo de vida burgués" de sus padres, algo extraño para quien tenía un padre obrero en la siderurgia en la cuenca (muy socialista) de Belvaux. La "rebelión" de Juncker contra el padre enrolado por el ejército alemán para ir al frente soviético consistió en coquetear con el trotskismo. No fue más allá del coqueteo, pero Juncker parece haber querido dejar constancia de que, como "todos", fue un "rebelde" a final de los años '60.
El predecesor de Juncker, el portugués José Manuel Durao Barroso, también tuvo sus flirts. Comenzó militando a los 18 años en un partido maoísta portugués al que se afilió "porque no encontraba nada más anticomunista". Aterrizó así en el Movimiento Reorganizativo del Partido del Proletariado (MRPP). Frank Carlucci, agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA) en Portugal en esa época en que había que desmantelar la Revolución de los Claveles, financiaba y manipulaba al MRPP, tal vez porque tampoco encontraba "nada de más anticomunista que ser pro-chino".
Barroso recaló en el Partido Social Demócrata, desde donde llevó a cabo la carrera que lo llevó a ser primer ministro de Portugal y luego a la cumbre de la UE, a partir de donde hizo negocios y remató con un alto cargo en Goldman Sachs. Barroso también puede presumir de un pasado "rebelde". Gracias a Carlucci y saliendo del grupo pro-chino, Barroso declaró: "me desperté de mi sueño o de mi pesadilla y volví a mi círculo natural, la pequeña burguesía". Ni tan natural, porque la casa Goldman Sachs no es tan "pequeña". En cuanto a Juncker, supo guardar sus discretos vínculos con la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, por sus singlas en inglés) americana en medio de turbulentos escándalos de espionaje en Luxemburgo.
La trayectoria de los dos últimos presidentes de la Comisión Europea, la instancia más alta de la Unión Europea (UE), no dice exactamente éso.
El actual presidente de la Comisión, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, miembro del Partido Cristiano Social, ha dicho en entrevistas haberse confrontado con el "modo de vida burgués" de sus padres, algo extraño para quien tenía un padre obrero en la siderurgia en la cuenca (muy socialista) de Belvaux. La "rebelión" de Juncker contra el padre enrolado por el ejército alemán para ir al frente soviético consistió en coquetear con el trotskismo. No fue más allá del coqueteo, pero Juncker parece haber querido dejar constancia de que, como "todos", fue un "rebelde" a final de los años '60.
El predecesor de Juncker, el portugués José Manuel Durao Barroso, también tuvo sus flirts. Comenzó militando a los 18 años en un partido maoísta portugués al que se afilió "porque no encontraba nada más anticomunista". Aterrizó así en el Movimiento Reorganizativo del Partido del Proletariado (MRPP). Frank Carlucci, agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA) en Portugal en esa época en que había que desmantelar la Revolución de los Claveles, financiaba y manipulaba al MRPP, tal vez porque tampoco encontraba "nada de más anticomunista que ser pro-chino".
Barroso recaló en el Partido Social Demócrata, desde donde llevó a cabo la carrera que lo llevó a ser primer ministro de Portugal y luego a la cumbre de la UE, a partir de donde hizo negocios y remató con un alto cargo en Goldman Sachs. Barroso también puede presumir de un pasado "rebelde". Gracias a Carlucci y saliendo del grupo pro-chino, Barroso declaró: "me desperté de mi sueño o de mi pesadilla y volví a mi círculo natural, la pequeña burguesía". Ni tan natural, porque la casa Goldman Sachs no es tan "pequeña". En cuanto a Juncker, supo guardar sus discretos vínculos con la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, por sus singlas en inglés) americana en medio de turbulentos escándalos de espionaje en Luxemburgo.
viernes, 13 de octubre de 2017
DE LAS CHICAS TOJOLABALES A LAS CHICAS KURDAS
Hay guerrillas, como la kurda, que se ufanan de ser ecológicas, feministas y sobre todo libertarias, la palabrita que más le interesa al imperio. Después de haber sido marxistas-leninistas y haber luchado contra Estados Unidos, la dirección en la cual sopla el viento requiere para algunos kurdos de una alianza con Washington, al menos para una ala del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo), alguna vez protegido de Siria, y para las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo). Las YPG han estado operando en el norte de Siria contra el Estado Islámico, pero con ayuda de Estados Unidos (que mientras tanto facilita la huída de los líderes yihadistas). En febrero de 2016, el presidente estadounidense Barack Obama envió al "zar antiterrorista" Brett McGurk a supervisar la batalla de Ain el-Arab (Kobane), y el enviado de la Casa Blanca acabó condecorado por las YPG. Entretanto, el Kurdistán iraquí, instigado también, declaró su independencia, por lo que algunos kurdos sueñan con un territorio que vaya desde Iraq hasta Siria (por el norte, con salida al Mediterráneo). Eso sí, nada de independencia para los kurdos en Turquía, y quedan los de Irán.
Lo simpático del caso es que el nuevo liderazgo de las YPG profesa el "municipalismo libertario" en Rojava, nombre de la franja de tierra que, a través de Siria, conectaría al Kurdistán iraquí con el Mediterráneo. El principal teórico de este "municipalismo" (partidario del asambleísmo en una democracia directa) ha sido el estadounidense Murray Bookchin, uno de los pioneros del movimiento ecologista, antiguo trotskista e inspirado también del anarquismo ruso de Kropotkin. Así que es tanto el entusiasmo -en el entendido de que el territorio bajo control de las YPG quedaría fuera de Siria- que muchos extranjeros pelean desde hace pocos años al lado de las chicas kurdas en armas: la brigada Bob Crow (ingleses e irlandeses), las estadounidenses Fuerzas Internacionales Revolucionarias de Guerrilla del Pueblo, la brigada francesa Henri Krasucki, los griegos de la Unión Revolucionaria por la Solidaridad Internacional, la Unidad del Partido Marxista-Leninista (españoles), el Partido Comunista Marxista-Leninista de Turquía, y hasta brigadas LGBT. Lo único que molesta un poco a los estadounidenses es la "marca oficial" de las YPG y tal vez quisieran otra, como lo expresó hace poco el general Raymond Thomas, jefe del Comando de Operaciones Especiales, quien, palabras más, palabras menos, preguntó si no sería posible poner la palabra "democrático" en alguna parte por ahí. El PKK está catalogado como organización terrorista en Estados Unidos. No importa: las YPG han recibido una ayuda generosa en armamento por parte de Washington.
Lo simpático del caso es que el nuevo liderazgo de las YPG profesa el "municipalismo libertario" en Rojava, nombre de la franja de tierra que, a través de Siria, conectaría al Kurdistán iraquí con el Mediterráneo. El principal teórico de este "municipalismo" (partidario del asambleísmo en una democracia directa) ha sido el estadounidense Murray Bookchin, uno de los pioneros del movimiento ecologista, antiguo trotskista e inspirado también del anarquismo ruso de Kropotkin. Así que es tanto el entusiasmo -en el entendido de que el territorio bajo control de las YPG quedaría fuera de Siria- que muchos extranjeros pelean desde hace pocos años al lado de las chicas kurdas en armas: la brigada Bob Crow (ingleses e irlandeses), las estadounidenses Fuerzas Internacionales Revolucionarias de Guerrilla del Pueblo, la brigada francesa Henri Krasucki, los griegos de la Unión Revolucionaria por la Solidaridad Internacional, la Unidad del Partido Marxista-Leninista (españoles), el Partido Comunista Marxista-Leninista de Turquía, y hasta brigadas LGBT. Lo único que molesta un poco a los estadounidenses es la "marca oficial" de las YPG y tal vez quisieran otra, como lo expresó hace poco el general Raymond Thomas, jefe del Comando de Operaciones Especiales, quien, palabras más, palabras menos, preguntó si no sería posible poner la palabra "democrático" en alguna parte por ahí. El PKK está catalogado como organización terrorista en Estados Unidos. No importa: las YPG han recibido una ayuda generosa en armamento por parte de Washington.
miércoles, 11 de octubre de 2017
ANTIFA: CHICAS DE HOY
Ser antifascista hoy es chic. Tan es así que el académico Mark Bray acaba de publicar un manual para serlo, Antifa: the antifascist Handbook. Se vende bien y lo celebran The New York Times, The Washington Post, The Guardian o la NBC. Los antifascistas están tan activos que persiguen desde los supuestos signos precursores del fascismo, como el patriarcalismo (un asunto claramente pre-facista), hasta la transfobia (digamos que asunto post-fascista). Como lo ha sugerido Diana Johnstone en un artículo reciente en Counterpunch, este movimiento "antifa" parece ser más heredero de Batman que de Marx o Bakunin. Y no tiene nada que ver con el antifascismo real de la Internacional Comunista (Comintern) en otra época.
Bajo el pretexto de perseguir a los "conspiracionistas" y "roji-pardos", los Antifa, que en manifestaciones callejeras europeas sirven muy bien como provocadores, se meten con quienes están contra la guerra, en particular imperialista, o contra el todopoderío de las finanzas. Es así que Ornella Guyet, bajo el pseudónimo de Marie-Anne Boutoleau, atacó virulentamente en Francia a la Unión Popular Republicana (Union Populaire Républicaine-UPR) de Francois Asselineau, un partido que se opone a la Unión Europea y al euro, lo que no tiene nada de fascista, salvo en la calentura de las equivalencias antieuropeísta=nacionalista=fascista=genocida en potencia.
La UPR decidió seguirle la pista a Guyet y la encontró entre los conferencistas (Guyet fue la número 22) de un seminario sobre medios de comunicación masiva organizado en marzo de 2009 en París, la capital francesa, por el Center for the Study of International Communications y la School of Media and Public Affairs de la Universidad George Washington. Esta universidad, situada en Washington D.C., es conocida -al igual que Georgetown University- como lugar de reclutamiento de agentes de la Central de Inteligencia Americana (CIA). Entre los conferencistas estaban mecenas del Partido Demócrata estadounidense, de la agencia financiera Bloomberg, corresponsales de CNN y miembros de la republicana "Ripon Society" y ex asesores de Richard Nixon, entre otros. En sus ataques contra Asselineau, Guyet (la supuesta Boutoleau) se presentó como "periodista independiente". No parece serlo tanto. Participa como administradora en la red Indymedia (Indymedia Paris) financiada entre otros por George Soros y la Fundación Ford, y en programas de la American University of Paris.
Diana Johnstone ha hecho notar que movimientos como este "Antifa" han logrado sobre todo penetrar la academia, impidiendo la libertad de expresión en nombre de la "política de la identidad". "Las palabras son consideradas tan peligrosas, dice Johnstone, que deben ser creados 'espacios seguros' de ellas para la gente. La extrema vulnerabilidad a la injuria de las palabras está extrañamente ligada a la tolerancia con la violencia física real", la callejera. Los "antifa" lograron entre otras cosas liquidar la libertad de expresión en la Universidad de Berkeley. Johnstone ha hecho notar que este tipo de movimientos sirve, mediante su lucha contra fenómenos del pasado, para silenciar las luchas necesarias del presente. Es cierto que ninguno de los "antifa" se ha metido con quienes organizaron en Estados Unidos casi tres décadas de guerra en distintas latitudes.
Bajo el pretexto de perseguir a los "conspiracionistas" y "roji-pardos", los Antifa, que en manifestaciones callejeras europeas sirven muy bien como provocadores, se meten con quienes están contra la guerra, en particular imperialista, o contra el todopoderío de las finanzas. Es así que Ornella Guyet, bajo el pseudónimo de Marie-Anne Boutoleau, atacó virulentamente en Francia a la Unión Popular Republicana (Union Populaire Républicaine-UPR) de Francois Asselineau, un partido que se opone a la Unión Europea y al euro, lo que no tiene nada de fascista, salvo en la calentura de las equivalencias antieuropeísta=nacionalista=fascista=genocida en potencia.
La UPR decidió seguirle la pista a Guyet y la encontró entre los conferencistas (Guyet fue la número 22) de un seminario sobre medios de comunicación masiva organizado en marzo de 2009 en París, la capital francesa, por el Center for the Study of International Communications y la School of Media and Public Affairs de la Universidad George Washington. Esta universidad, situada en Washington D.C., es conocida -al igual que Georgetown University- como lugar de reclutamiento de agentes de la Central de Inteligencia Americana (CIA). Entre los conferencistas estaban mecenas del Partido Demócrata estadounidense, de la agencia financiera Bloomberg, corresponsales de CNN y miembros de la republicana "Ripon Society" y ex asesores de Richard Nixon, entre otros. En sus ataques contra Asselineau, Guyet (la supuesta Boutoleau) se presentó como "periodista independiente". No parece serlo tanto. Participa como administradora en la red Indymedia (Indymedia Paris) financiada entre otros por George Soros y la Fundación Ford, y en programas de la American University of Paris.
Diana Johnstone ha hecho notar que movimientos como este "Antifa" han logrado sobre todo penetrar la academia, impidiendo la libertad de expresión en nombre de la "política de la identidad". "Las palabras son consideradas tan peligrosas, dice Johnstone, que deben ser creados 'espacios seguros' de ellas para la gente. La extrema vulnerabilidad a la injuria de las palabras está extrañamente ligada a la tolerancia con la violencia física real", la callejera. Los "antifa" lograron entre otras cosas liquidar la libertad de expresión en la Universidad de Berkeley. Johnstone ha hecho notar que este tipo de movimientos sirve, mediante su lucha contra fenómenos del pasado, para silenciar las luchas necesarias del presente. Es cierto que ninguno de los "antifa" se ha metido con quienes organizaron en Estados Unidos casi tres décadas de guerra en distintas latitudes.
lunes, 9 de octubre de 2017
DE RELUMBRON
Se supone que el académico es el tipo "frío y aburrido", "un tonto que es un reprimido". Basta ver cómo lo retratan en la televisión: el supuesto es que el estudio vuelve a la gente idiota, inepta para la "vida", y apenas apta para usar lentes muy gruesos y perderse en los libros, cosas "interesantes pero inservibles", como diría un youtuber. El académico, en América Latina, es visto peor que el maestro, aunque a éste también se lo ridiculiza bajo distintas formas en la telecracia, minándole toda autoridad y llevándolo a convertirse en "animador" en medio del relajo al que tiene derecho el joven, rebelde y malcriado por naturaleza. Todavía hay quien distingue entre un más o menos cariñoso "maestro" y un agringado "profesor", pero para el académico que investiga no hay nada, salvo medallas a la antiguedad que cada vez quieren decir menos.
Otra cosa es el pulular de los intelectuales. Desde siempre, han tenido en América Latina aura sacra. No exactamente por santos, sino porque hay que suponer que ya han "trascendido". El intelectual goza de fama, el académico no, es casi anónimo; el uno brilla, el otro es gris. Al académico no lo sigue ni su secretaria, si la tiene. El intelectual tiene seguidores y hoy diríase que fans, donde ayer se decía que clientela, ganada por lo demás a fuerza de intercambio de favores e invitaciones muy, muy personales, casi selectas.
Los intelectuales mediáticos -porque ya no hay de otros- se han convertido hoy en jueces supremos, sin dejar de ser los sacerdotes que dan sermones sobre "lo que todos queremos" y expresiones por el estilo, supuestamente desde la representación de la "sociedad civil". Estos intelectuales se erigen en tribunal desde cuyas alturas se juzga todo lo que se ignora, por la sencilla razón de que ser intelectual dispensa de ser académico, y por ende de indagar. Se entiende que la "marca" es "garantizada", así que ni fecha de caducidad es necesario ponerle. Basta "tener un nombre" (y se puede incluso ser Marqués, como Vargas Llosa) y administrarlo, así haya que pasar, en las complicidades, por encima de cualquier verdad que el académico haya establecido o que busque establecer. Ser intelectual dispensa también de aprender y enseñar, puesto que de lo que hay que saber es de retórica, de sofismas y palabrería por el estilo. Hay que ostentar las letras, poco importa lo que quieran decir, y el blasón.
La universidad es cada menos menos de "grises" académicos y cada vez más de "lúcidos" y "brillantes" intelectuales -un puñado muy reducido que se repite- por el impacto de los medios de comunicación masiva, que los "amplifica". Pocos, en ciertas generaciones, resisten al reflector o al micrófono y al brillo de la moda y las "relaciones" para trepar a toda prisa. Así, mientras más brilla y más "se muestra", infaltable en cada coyuntura, menos aprende, enseña e indaga la universidad, vaciándose de sus funciones sustantivas.
Otra cosa es el pulular de los intelectuales. Desde siempre, han tenido en América Latina aura sacra. No exactamente por santos, sino porque hay que suponer que ya han "trascendido". El intelectual goza de fama, el académico no, es casi anónimo; el uno brilla, el otro es gris. Al académico no lo sigue ni su secretaria, si la tiene. El intelectual tiene seguidores y hoy diríase que fans, donde ayer se decía que clientela, ganada por lo demás a fuerza de intercambio de favores e invitaciones muy, muy personales, casi selectas.
Los intelectuales mediáticos -porque ya no hay de otros- se han convertido hoy en jueces supremos, sin dejar de ser los sacerdotes que dan sermones sobre "lo que todos queremos" y expresiones por el estilo, supuestamente desde la representación de la "sociedad civil". Estos intelectuales se erigen en tribunal desde cuyas alturas se juzga todo lo que se ignora, por la sencilla razón de que ser intelectual dispensa de ser académico, y por ende de indagar. Se entiende que la "marca" es "garantizada", así que ni fecha de caducidad es necesario ponerle. Basta "tener un nombre" (y se puede incluso ser Marqués, como Vargas Llosa) y administrarlo, así haya que pasar, en las complicidades, por encima de cualquier verdad que el académico haya establecido o que busque establecer. Ser intelectual dispensa también de aprender y enseñar, puesto que de lo que hay que saber es de retórica, de sofismas y palabrería por el estilo. Hay que ostentar las letras, poco importa lo que quieran decir, y el blasón.
La universidad es cada menos menos de "grises" académicos y cada vez más de "lúcidos" y "brillantes" intelectuales -un puñado muy reducido que se repite- por el impacto de los medios de comunicación masiva, que los "amplifica". Pocos, en ciertas generaciones, resisten al reflector o al micrófono y al brillo de la moda y las "relaciones" para trepar a toda prisa. Así, mientras más brilla y más "se muestra", infaltable en cada coyuntura, menos aprende, enseña e indaga la universidad, vaciándose de sus funciones sustantivas.
viernes, 6 de octubre de 2017
FERNANDO TINAJERO VILLAMAR VUELVE A LAS ANDADAS
"Algo" siempre queda en la sombra, que se percibe, cuando a uno lo están tratando no por lo que es, sino por lo que otros han dicho que uno es, con frecuencia para mal. Hay mucha gente que se especializa en este trato, que da la comodidad de escudarse en el "se dice". Cuando uno lo descubre o lo intuye, no debería cometer el error de tomarlo a personal. Cabe más bien la posibilidad de descubrir o intuir la bajeza de quien se rige por rumores y maledicencias o, ya en otro nivel, por el "estado de opinión". Y es el caso de Fernando Tinajero Villamar, Premio Eugenio Espejo 2015 en el Ecuador, un dizque "hombre probo" que lleva ya una buena serie de artículos en el periódico ecuatoriano El comercio pidiendo, solapadamente, la cabeza del vicepresidente de la república, Jorge Glas.
Para resumir, Glas está envuelto en el escándalo Odebrecht, pero hasta el momento no se le ha podido probar nada. Según argumentaba en una entrevista televisiva la Ministra de Justicia ecuatoriana, Rosana Alvarado, en casos como éste se deben respetar primordialmente dos cosas: 1) la presunción de inocencia, que dicta que cada persona es inocente hasta prueba de lo contrario, y 2) la contundencia de las pruebas, porque tampoco es válido sacarse de la manga cualquier cosa para inculpar (lo que corre el riesgo de hacer la justicia ecuatoriana con Glas). En la ley debe ocurrir algo muy distinto de lo que sucede con los rumores y la maledicencia, que hacen de cualquiera un culpable (a veces sin que sepa ni de qué) hasta que pruebe su inocencia, y sobre la base de "evidencias" que pueden ser completamente fabricadas. Incluso la prensa debe cuidarse de no caer en lo descrito, para lo cual existe, entre otras cosas, el derecho de réplica. Pero el hecho es que la inmensa mayoría de los medios de comunicación ecuatorianos parecen necesitar un linchamiento, que ya ha ocurrido, y al que optó por sumarse Tinajero Villamar, no desde las pruebas, sino desde una supuesta altura moral, función que muchos les atribuyen a los intelectuales, que se arriman así a los mass média como supuestos "jueces" de todo y de todos .
Muy en concreto, Fernando Tinajero escribió en "Una lección de Benjamín":"la sociedad entera está exigiendo la verdad sin dilaciones ni pretextos. Nadie debe usar las dilatorias que ciertos abogados han aprendido a practicar hasta llegar al virtuosismo: nadie debe ampararse tampoco en el debido proceso para dar largas a la revelación definitiva. La conciencia colectiva merece respeto, y nadie debe olvidarlo -menos todavía quienes han recibido en el voto la confianza ciudadana: defraudarla es también corrupción y tiene su castigo, ese castigo moral que puede dar un pueblo". Eso es: en nombre del pueblo (que nunca se equivoca, ni en la "hoguera bárbara" que linchó a Eloy Alfaro) y de la "sociedad entera" (es el tipo de lenguaje que usan los medios de comunicación masiva), bien vale la pena saltarse la ley (el debido proceso), a la torera. Después de todo, el derecho natural y el consuetudinario están por encima del derecho positivo, si se atiende a la parrafada de Tinajero Villamar.
Para resumir, Glas está envuelto en el escándalo Odebrecht, pero hasta el momento no se le ha podido probar nada. Según argumentaba en una entrevista televisiva la Ministra de Justicia ecuatoriana, Rosana Alvarado, en casos como éste se deben respetar primordialmente dos cosas: 1) la presunción de inocencia, que dicta que cada persona es inocente hasta prueba de lo contrario, y 2) la contundencia de las pruebas, porque tampoco es válido sacarse de la manga cualquier cosa para inculpar (lo que corre el riesgo de hacer la justicia ecuatoriana con Glas). En la ley debe ocurrir algo muy distinto de lo que sucede con los rumores y la maledicencia, que hacen de cualquiera un culpable (a veces sin que sepa ni de qué) hasta que pruebe su inocencia, y sobre la base de "evidencias" que pueden ser completamente fabricadas. Incluso la prensa debe cuidarse de no caer en lo descrito, para lo cual existe, entre otras cosas, el derecho de réplica. Pero el hecho es que la inmensa mayoría de los medios de comunicación ecuatorianos parecen necesitar un linchamiento, que ya ha ocurrido, y al que optó por sumarse Tinajero Villamar, no desde las pruebas, sino desde una supuesta altura moral, función que muchos les atribuyen a los intelectuales, que se arriman así a los mass média como supuestos "jueces" de todo y de todos .
Muy en concreto, Fernando Tinajero escribió en "Una lección de Benjamín":"la sociedad entera está exigiendo la verdad sin dilaciones ni pretextos. Nadie debe usar las dilatorias que ciertos abogados han aprendido a practicar hasta llegar al virtuosismo: nadie debe ampararse tampoco en el debido proceso para dar largas a la revelación definitiva. La conciencia colectiva merece respeto, y nadie debe olvidarlo -menos todavía quienes han recibido en el voto la confianza ciudadana: defraudarla es también corrupción y tiene su castigo, ese castigo moral que puede dar un pueblo". Eso es: en nombre del pueblo (que nunca se equivoca, ni en la "hoguera bárbara" que linchó a Eloy Alfaro) y de la "sociedad entera" (es el tipo de lenguaje que usan los medios de comunicación masiva), bien vale la pena saltarse la ley (el debido proceso), a la torera. Después de todo, el derecho natural y el consuetudinario están por encima del derecho positivo, si se atiende a la parrafada de Tinajero Villamar.
miércoles, 4 de octubre de 2017
LUCES DE BENGALA
Las "clases subalternas" no siempre son las "clases explotadas", aunque sí las que "están bajo el mando de...". Es por este motivo que a más de un universitario le encanta identificarse con los subalternos, "dándoles voz", y hasta sentirse que es subalterno, porque en toda institución hay (o había) autoridades, y el pobre subalterno confunde autoridad y jerarquía, así que tiene que oscilar entre sumisión y resistencia.
Cuando se le preguntó en una entrevista qué es, a fin de cuentas, un subalterno, Gayatri Chakravorty Spivak contestó: "ha habido confusiones, claro, como cuando se interpretó mi afirmación de que los subalternos no pueden hablar como que éstos están mudos. Era evidente que lo que yo quería decir es que no pueden hablar en el sentido de que no son escuchados, de que su discurso no está sancionado ni validado por la institución (...) Pero, si ahora tuviera que dar una definición sintética de la palabra subalterno, diría que se trata de una situación en la que alguien está apartado de cualquier línea de movilidad social". Lo que busca el "subalterno" universitario, que dista de ser escuchado por una tecnocracia que esquiva el diálogo y la consulta, es pasar de la sumisión y resistencia a la posibilidad de ser él quien imponga y mande, simplemente invirtiendo los papeles. A este fenómeno se le llama, claro está, "movilidad social", y ocurre donde en vez de instituciones, disciplinas y profesionales hay tecnócratas, "estudios culturales" y dizque subalternos que esperan su turno.
El fenómeno es posible porque en muchos lugares, aunque no en todos, suele haber recursos abundantes a disposición de los universitarios. A pesar de esta disposición de recursos, no hay lugar en el trabajo o estructura productiva, ni en la verdadera creación intelectual (también productiva). Como lo escribiera alguna vez Marcos Kaplan (Universidad nacional, sociedad y desarrollo), "se evidencia y se refuerza (...) la categoría del 'lumpen intelectual' y 'lumpen profesional', constituida por quienes acceden a ciertos niveles de cultura, a la educación superior, a la educación formal, a la antesala de la práctica profesional, cuyas expectativas de participación y ascenso se ven frustradas por las restricciones estructurales, la crisis, y regresiones y procesos marginalizantes". El subalterno universitario, en este caso, está en el margen creyéndose el centro de la "voz de los subalternos", convertidos en grupos de presión. Se trata el asunto universitario con "informalidad", pero cuando ésta es inmensa, hay que contenerla y codificarla: "descomposición de la economía y disolución social -escribe Kaplan- se conjuntan en la baja y mala utilización, el despilfarro y la pérdida -entre actores y tejidos sociales, fuerzas y recursos ya existentes o potencialmente disponibles- de valiosas relaciones, estructuras e interacciones sociales, de cadenas productivas. Con ello se contribuye a la inexistencia o la insuficiencia de protagonistas, bases, alianzas necesarias para la continuidad, la cohesión, el desarrollo de la economía y la sociedad, para la democratización, y para la soberanía y legitimación del Estado".
El "subalterno" está para sacarle al Estado devolviéndole lo menos posible: es la forma de la movilidad social. En el desperdicio (a costa del Estado) se hace un potlatch (fiesta ceremonial) en el cual se intercambian complicidades y "regalos" -parte de una plusvalía originada en otra parte- entre los "subalternos" y entre éstos y la tecnocracia controla-flujos, de tal modo que las expectativas de movilidad social -por las complicidades, no por el trabajo- no se vean frustradas, ni por la institución formal, ni desde lo productivo. De lo que se trata, desde el "giro decolonial" hasta los estudios subalternos, es de sacarle al Estado amenazando una y otra vez con derruírlo "desde los márgenes".
Cuando se le preguntó en una entrevista qué es, a fin de cuentas, un subalterno, Gayatri Chakravorty Spivak contestó: "ha habido confusiones, claro, como cuando se interpretó mi afirmación de que los subalternos no pueden hablar como que éstos están mudos. Era evidente que lo que yo quería decir es que no pueden hablar en el sentido de que no son escuchados, de que su discurso no está sancionado ni validado por la institución (...) Pero, si ahora tuviera que dar una definición sintética de la palabra subalterno, diría que se trata de una situación en la que alguien está apartado de cualquier línea de movilidad social". Lo que busca el "subalterno" universitario, que dista de ser escuchado por una tecnocracia que esquiva el diálogo y la consulta, es pasar de la sumisión y resistencia a la posibilidad de ser él quien imponga y mande, simplemente invirtiendo los papeles. A este fenómeno se le llama, claro está, "movilidad social", y ocurre donde en vez de instituciones, disciplinas y profesionales hay tecnócratas, "estudios culturales" y dizque subalternos que esperan su turno.
El fenómeno es posible porque en muchos lugares, aunque no en todos, suele haber recursos abundantes a disposición de los universitarios. A pesar de esta disposición de recursos, no hay lugar en el trabajo o estructura productiva, ni en la verdadera creación intelectual (también productiva). Como lo escribiera alguna vez Marcos Kaplan (Universidad nacional, sociedad y desarrollo), "se evidencia y se refuerza (...) la categoría del 'lumpen intelectual' y 'lumpen profesional', constituida por quienes acceden a ciertos niveles de cultura, a la educación superior, a la educación formal, a la antesala de la práctica profesional, cuyas expectativas de participación y ascenso se ven frustradas por las restricciones estructurales, la crisis, y regresiones y procesos marginalizantes". El subalterno universitario, en este caso, está en el margen creyéndose el centro de la "voz de los subalternos", convertidos en grupos de presión. Se trata el asunto universitario con "informalidad", pero cuando ésta es inmensa, hay que contenerla y codificarla: "descomposición de la economía y disolución social -escribe Kaplan- se conjuntan en la baja y mala utilización, el despilfarro y la pérdida -entre actores y tejidos sociales, fuerzas y recursos ya existentes o potencialmente disponibles- de valiosas relaciones, estructuras e interacciones sociales, de cadenas productivas. Con ello se contribuye a la inexistencia o la insuficiencia de protagonistas, bases, alianzas necesarias para la continuidad, la cohesión, el desarrollo de la economía y la sociedad, para la democratización, y para la soberanía y legitimación del Estado".
El "subalterno" está para sacarle al Estado devolviéndole lo menos posible: es la forma de la movilidad social. En el desperdicio (a costa del Estado) se hace un potlatch (fiesta ceremonial) en el cual se intercambian complicidades y "regalos" -parte de una plusvalía originada en otra parte- entre los "subalternos" y entre éstos y la tecnocracia controla-flujos, de tal modo que las expectativas de movilidad social -por las complicidades, no por el trabajo- no se vean frustradas, ni por la institución formal, ni desde lo productivo. De lo que se trata, desde el "giro decolonial" hasta los estudios subalternos, es de sacarle al Estado amenazando una y otra vez con derruírlo "desde los márgenes".
lunes, 2 de octubre de 2017
CARAY, OTRA AMIGA
La empresa francesa l'Oréal fue creada en 1907 por Eugéne Schueller. A partir de los años '30, este hombre se pondrá al servicio de la extrema derecha francesa, La Cagoule, la Organización Secreta de Acción Revolucionaria Nacional (OSARN). Esta organización podrá reunirse varias veces en la sede de l'Oréal gracias a Schueller.
En esos años, la OSARN no tardó en ligarse a la Italia de Benito Mussolini y a la Alemania nazi. En septiembre de 1940, Eugéne Schueller y Eugéne Deloncle, miembro de la OSARN, crearon el Movimiento Social Revolucionario (MSR) con el apoyo del embajador alemán fascista en Francia, Otto Abetz, y del jefe de la Gestapo (policía secreta del Estado nazi), Reinhardt Heydrich. Las reuniones del MSR se llevaban a cabo, claro está, en la sede de l'Oréal en París, 14, Rue Royale.
Deloncle y Schueller crearon una Legión de Voluntarios Franceses para combatir al lado de los nazis contra la Unión Soviética. Schueller estuvo en la lista de contactos del oficial alemán de inteligencia (SS) Helmut Knochen, encargado de la deportación de judíos franceses, y el mismo Schueller colaboró en la entrega de pintura Valentine -parte del grupo l'Oréal- para la maquinaria de guerra alemana a través del grupo Drukfarben. Dicho sea de paso, entre 1940 y 1944 las ventas de l'Oréal se cuadruplicaron.
Cuando después de la batalla de Stalingrado los vientos cambiaron en contra del fascismo, algunos miembros de la extrema derecha francesa buscaron la protección de un funcionario del régimen de Vichy, Francois Mitterrand. Schueller, quien era también uno de los principales accionistas de Nestlé y buscaba "arianizar" esta empresa, entró entonces en contacto en Suiza, a través de André Bettencourt, con Allen Dulles -futuro primer director de la Central de Inteligencia Americana (CIA)- y Max Schoop, quienes en 1944 entregaron 2,5 millones de francos para financiar una red de espionaje estadounidense en Francia.
Al final de la guerra, Eugéne Schueller no fue sentenciado, gracias a sus contactos, entre otros Francois Mitterrand (en un hábil cambio de chaqueta), quien luego fue contratado como director de la revista Votre Beauté (Su belleza), dependiente del grupo l'Oréal. Mitterrand sería luego gran amigo de Francois Dalle, heredero del emporio de Schueller.
Jean Filliol, miembro de La Cagoule y quien entre otros dirigió, al frente de la división SS Das Reich, la masacre de Oradour-sur-Glane (644 muertos, incluyendo a unos 400 mujeres y niños quemados en una iglesia), se pondrá a trabajar después de la guerra en l'Oréal-España. El general Heinz Lammerding, igualmente responsable de la matanza de Oradour, se convirtió hasta su fallecimiento en 1971 en un próspero hombre de negocios en la República Federal de Alemania. Bettencourt, ex miembro de la OSARN, será secretario de Estado para la Información (1954-1955), un puesto creado por su gran amigo Francois Mitterand en 1948. André Bettencourt se casó con la hija única de Schueller, Liliane, a la postre -hasta hace unos días, cuando falleció- la mujer más rica de Francia.
En esos años, la OSARN no tardó en ligarse a la Italia de Benito Mussolini y a la Alemania nazi. En septiembre de 1940, Eugéne Schueller y Eugéne Deloncle, miembro de la OSARN, crearon el Movimiento Social Revolucionario (MSR) con el apoyo del embajador alemán fascista en Francia, Otto Abetz, y del jefe de la Gestapo (policía secreta del Estado nazi), Reinhardt Heydrich. Las reuniones del MSR se llevaban a cabo, claro está, en la sede de l'Oréal en París, 14, Rue Royale.
Deloncle y Schueller crearon una Legión de Voluntarios Franceses para combatir al lado de los nazis contra la Unión Soviética. Schueller estuvo en la lista de contactos del oficial alemán de inteligencia (SS) Helmut Knochen, encargado de la deportación de judíos franceses, y el mismo Schueller colaboró en la entrega de pintura Valentine -parte del grupo l'Oréal- para la maquinaria de guerra alemana a través del grupo Drukfarben. Dicho sea de paso, entre 1940 y 1944 las ventas de l'Oréal se cuadruplicaron.
Cuando después de la batalla de Stalingrado los vientos cambiaron en contra del fascismo, algunos miembros de la extrema derecha francesa buscaron la protección de un funcionario del régimen de Vichy, Francois Mitterrand. Schueller, quien era también uno de los principales accionistas de Nestlé y buscaba "arianizar" esta empresa, entró entonces en contacto en Suiza, a través de André Bettencourt, con Allen Dulles -futuro primer director de la Central de Inteligencia Americana (CIA)- y Max Schoop, quienes en 1944 entregaron 2,5 millones de francos para financiar una red de espionaje estadounidense en Francia.
Al final de la guerra, Eugéne Schueller no fue sentenciado, gracias a sus contactos, entre otros Francois Mitterrand (en un hábil cambio de chaqueta), quien luego fue contratado como director de la revista Votre Beauté (Su belleza), dependiente del grupo l'Oréal. Mitterrand sería luego gran amigo de Francois Dalle, heredero del emporio de Schueller.
Jean Filliol, miembro de La Cagoule y quien entre otros dirigió, al frente de la división SS Das Reich, la masacre de Oradour-sur-Glane (644 muertos, incluyendo a unos 400 mujeres y niños quemados en una iglesia), se pondrá a trabajar después de la guerra en l'Oréal-España. El general Heinz Lammerding, igualmente responsable de la matanza de Oradour, se convirtió hasta su fallecimiento en 1971 en un próspero hombre de negocios en la República Federal de Alemania. Bettencourt, ex miembro de la OSARN, será secretario de Estado para la Información (1954-1955), un puesto creado por su gran amigo Francois Mitterand en 1948. André Bettencourt se casó con la hija única de Schueller, Liliane, a la postre -hasta hace unos días, cuando falleció- la mujer más rica de Francia.
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