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sábado, 29 de marzo de 2025

PIDE TU LICUADO

 El ex presidente ecuatoriano, Rafael Correa, adoptó un perfil bajo. Cabe decir también que en el Ecuador, la candidata de la Revolución Ciudadana (RC), Luisa González, ha sabido brillar  con luz propia: tiene una forma muy peculiar de inteligencia práctica y domina en concreto los asuntos de la administración pública.

        María Moreno es la presidente de ADN (Acción Democrática Nacional), el partido de derecha que postula a Daniel Noboa. Para mala suerte de éste, y aunque no sea lo que vaya a definir la elección, Moreno tiene las características clásicas de la derecha en muchos países de América Latina. Moreno no sólo encabeza ADN, sino que también está involucrada en varias empresas de Noboa, en total confusión -propia del candidato- entre política y negocios: María Moreno administra nueve empresas del grupo Noboa. Hay un problema adicional, aunque, como no existe, la Justicia ecuatoriana no parece dispuesta a mover un dedo: a través de Noboa Trading, se exporta droga en cajas de plátano. Es la Fiscalía General del Estado  que abrió la investigación, y Moreno hizo el ademán de cooperar. Como sea, es sabido que una parte de la droga que sale del Ecuador lo hace un cajas de banano, y es igualmente sabido que la especialidad del grupo Noboa es la exportación de banano. El argumento es que las bandas criminales "contaminan" los contenedores, pero que "no hay responsabilidad de las empresas". Como quiera que sea, no hay control y, de alguna manera, hay empresas del grupo Noboa que se prestan. No sería nada extraño que no se llegue más lejos, como no se quiso hacer ante las denuncias sobre "narcogenerales". Noboa no ha logrado gran cosa para frenar la violencia en el Ecuador ligada al trasiego de drogas, entre otras cosas porque no ha sido limpiado el aparato de Justicia. No hay ningún "Bukele ecuatoriano", porque Bukele empezó justamente remozando el aparato judicial. La denuncia está, aunque no se proceda, y además María Moreno, como medio mundo alrededor de Noboa, cree que el Ecuador es apenas algo así como una marca. Colocar a Bukele a la extrema derecha o algo sí es un error. No lo es tanto decir que, caso tras caso, la derecha latinoamericana, trátese de la haitiana, la guatemalteca, la hondureña, la salvadoreña de ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), la panameña, la ecuatoriana, la paraguaya, incluso la uruguaya, la peruana, la mexicana, ni se diga la del uribismo colombiano, y la boliviana, no pueden abstenerse de meter las manos en el tráfico de droga. Al mismo tiempo que lo hacen, acusan a la izquierda de ser corrupta, que es lo que se le ocurrió a Noboa. Este creyó quera era cuestión de amarrarse al presidente estadounidense Donald J. Trump, pero no parece que sea tan sencillo. ¿Está al frente del Ecuador un gobierno o una empresa "diversificada"" y que no pierde airecitos de señorito? La segunda vuelta de las elecciones en el Ecuador se acerca y es hora de saber si se puede tener patria o si importan más los millones que por lo demás los millonarios no tienen ninguna intención de distribuir (da click en el botón de reproducción).









miércoles, 26 de marzo de 2025

TENGO MIEDO, MARK, MUCHO

 Alguna gente tiene dificultad en entender: ¿es blofeo o parte del fraude para hacerle creer qué a los europeos? A pesar de que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) sabe muy bien por qué no admite a Ucrania, y no es por falta de ganas, Mark Rutte, secretario general del organismo, acaba de decir que en caso de que Polonia u otro país miembro sea atacado, "Vladimir Vladimirovich Putin" debe saber que "la respuesta será devastadora". Rusia nunca ha atacado a un país miembro de la OTAN, y contra lo que sueltan algunos, por ejemplo sobre los países del Báltico, no hay ningún plan ruso para meterse con nadie. Yugoslavia jamás atacó a la OTAN, por lo que los bombardeos de ésta en 1999 se saltaron tranquilamente los estatutos de la organización. Tal vez la OTAN tenga en mente alguna provocación, pero, de acuerdo con la actual doctrina rusa, sólo hay tres posibilidades: 1) que en un acto de idiotez como los que propone un presidente que ni lo es, Volodimir Zelenski, se le de un primer golpe a Rusia de tal modo que 2) la respuesta sea tan devastadora que se acabe el planeta o 3) que el agresor, de hecho o potencial, reciba un golpe devastador, que la OTAN no puede dar porque no tiene los medios para evitarse la superioridad nuclear rusa. "Potencial" quiere decir que la OTAN siga pensando provocar como lo ha hecho Ucrania golpeando suelo ruso, de manera convencional u otra. Suponiendo que, dada su doctrina, sea Rusia la que de el primer golpe, será lo suficientemente devastador para liquidar el planeta o para devastar a quien crea que es cosa de ver quien blofea mejor, lo que Rutte sabe muy bien al hablar de "un error de cálculo" (del tipo de los que hace uno tras otro Zelenski). En su perfecta conciencia de que alguno de la OTAN que se equivoque gravemente puede recibir una respuesta devastadora, sólo cabe pensar en la siguiente respuesta a lo que dice Rutte mientras promete "clavarse" el dinero público para seguir jugando con armas:



LOS NIÑOS HÉROES

 Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, a un medio de comunicación masiva dedicado a golpear le cayó un regalo: por casualidad o no, un piloto de la fuerza aérea universitaria, experto en grosería maliciosa y en que la cultura mexicana descanse en Paz, se encontró un supuesto plagio de la ministra Yasmín Esquivel, en ese momento candidata a la Suprema Corte. el asunto quedó mediáticamente atornillado: "la ministra que plagió". Así, el piloto y los medios de comunicación masiva ya tenían la sentencia antes del proceso, y así se puso a andar la universidad pública. Nadie iba a partir de ningún proceso, ni de ninguna presunción de inocencia, puesto que la sentencia mediática ya estaba y la condena servía ostensiblemente para fines políticos: relegar a una ministra afín a la autodenominada "Cuarta Transformación", y por lo demás casada con un empresario de los favoritos del presidente. El proceder torcido estaba en no esperar a una indagatoria seria y con tiempo, y dar la apariencia de interés académico cuando no le importan al aviador -parte de un grupo- ni al del medio de comunicación. Ahí estaba la malicia. Ante el giro que tomaron las cosas, Esquivel obtuvo una resolución para bloquear a la universidad pública. Una cosa es que se tomaran medidas antiplagio; otra, que se llevaran las cosas dando por hecho que Esquivel había plagiado y que su directora de tesis se dedicaba indebidamente a "hacer circular" los trabajos de los alumnos. El problema es que a dicha directora se le rescindió el contrato ANTES de que en la universidad se hubiera concluido el proceso de Esquivel. La malicia mediática era "eres culpable hasta prueba de lo contrario". Prueba que por lo demás apareció: a finales de 2023, Edgar Báez se declaró culpable de haber "tomado algunas partes" del trabajo de Esquivel, que por lo tanto no era culpable. Ni el piloto, ni el medio, ni la universidad se inmutaron ni consideraron prueba lo dicho por Báez. Dicho sea al pasar, lo narrado no exime a Esquivel de lo hecho en la universidad Anáhuac ni a la directora de andar paseando trabajos. El problema está en saber si es del orden de la Justicia o del orden de la suplantación de ésta por el poder mediático.

       Pasado el tiempo, la directora demandó a un par de funcionarios por daño moral y ganó. El asunto no es nada más si la directora "paseaba trabajos" o no, sino si tal daño moral existió: es de suponerse que sí, por las medidas tomadas contra la persona antes de una investigación exhaustiva y porque, al menos en el caso de Esquivel, hubo una difamación ("no quema, pero tizna"). ¿Las autoridades universitarias no conocen las leyes? Es posible demostrar que, en todo caso, se sirven de ellas a modo y saben cuando menos de discrecionalidad y chicanadas. Por lo demás, en el caso de Esquivel, era necesaria una precaución adicional, estando en el asunto de la Corte alguien que es parte de la estructura universitaria, lo cual dejaba entrever conflicto de interés. Como ya se dijo, la malicia estuvo en disfrazar de académico un asunto de calumnia, bajo el supuesto de que la academia es un lugar "sagrado"" (que no siempre es). No queda claro si se persistió por ignorancia, por miedo o por mala fe: en todo caso, debió hacerse lo que hizo a su modo Esquivel, parar para que no hubiera quien quisiera sacar ventaja política del asunto. Los asuntos políticos son de la sociedad política, no de una universidad que debía resolver un problema de saber y no lo hizo, al menos no en el arranque de la indagación, cuando incluso los títulos de las tesis -de Esquivel y de Báez- sugerían que el segundo no sabía lo que hacía. Era necesario deslindar el problema del mediático y del político. Pero el asunto académico comenzó a ser parasitado por los medios y por la búsqueda de vantajas políticas, tratándose por lo demás de medios privados. En su grosería maliciosa, el piloto universitario no defendió la autonomía de la universidad. Por algún motivo, tal vez el que hace que descanse en Paz, el mentado miembro de la fuerza aérea universitaria sabe lo que es ganarse la impunidad a cambio de hacer favores, típico asunto de clientela que no es "demócrata liberal". El mismo aviador se justificó con una productividad académica propia no de la academia, sino de una fábrica de tornillos, para disfrazarse encima de "importante", cuando en la misma universidad lo que hace el de al lado no le importa a nadie.

       Así salieron "indignados y preocupados" unos 300 académicos para volver a hacer lo mismo: disfrazarse de académicos para protestar por el dictado que obliga a la reparación del daño moral, si bien los dos funcionarios tienen cauces legales para protegerse. Los "indignados" hablaron de "asunto político" y de ""venganza personal". Los abajofirmantes, los que protestaron por el "asunto político" arropados de Niños Héroes de la academia, son muchos...gente ligada a un grupo claramente identificado que no entiende que la universidad no es de aquél, sino que repite de una u otra manera lo que critica. El mismo que sale a criticar un "asunto político" que no es, es el que dice que la universidad no es asunto de poder, sino de saber: pues que se rebata el punto, a saber, si hubo o no daño moral, y no que se pase a especular sobre Esquivel y la reforma judicial. Lo de "tomar las cosas a personal" fue lo que, ya se ha dicho que sabrá Dios por qué motivos, hicieron los que se ensañaron con Esquivel -y de refilón, la directora de tesis- sin investigación seria previa, ni mucho menos exhaustiva. Así, un grupo político -entiéndase una clientela- y algunos francamente errados actuaron políticamente para "indignarse y preocuparse" por un "asunto político" que no es, sin siquiera darse el trabajo de contestar sobre el punto judicial. Que el mundo se presente al revés y que no falten alienados -que atribuyen a los demás su propia conducta, la única que conocen o dan por válida, la clientelista- está de risa si no fuera porque algunos de los abajofirmantes dejan dudas sobre sus motivos para no percatarse de que es un asunto...político, es decir, de grupo o clientela, y con la aparente creencia de que, si acaso, uno se autoengaña, también puede tomarle el pelo a los demás, que seguramente no hurguen en más de una estafa en el listado de Niños Héroes de la academia. Hablan de "venganza política" porque es su criterio. (da click en el botón de reproducción).








viernes, 21 de marzo de 2025

YO RESPETO, TÚ RESPETA (VELIBOR MILUTINOVIC)

 Si la memoria no falla, la señora presidentA había criticado al mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, por "no respetar los Derechos Humanos". Bukele encontró una manera de criticar la política de seguridad mexicana, y la presidentA salió a pedir el respeto que ella no tuvo, porque no se guió más que mediáticamente. A pesar de que haya que enmendar el encarcelamiento de inocentes, Bukele aseguró el derecho a ganarse el sustento y salir a la calle sin correr el riesgo de perder la vida. Las maras eran de balazos, no de abrazos, y es un derecho ir a trabajar, a ver a la familia y a actividades recreativas sin ver la vida amenazada. Otros no lo entienden, como el presidente ecuatoriano Daniel Noboa o la gente de la sierra que lo vota: la que arriesga la vida vota por la Revolución Ciudadana por el derecho a vivir en una sociedad y no en una jungla. Por lo demás, en el estado mexicano noroccidental de Sinaloa no todos han estado de fiesta con "los pesados" -sin llamarlos por su nombre- y alabando al "México bronco" porque "reparte". Una parte de la población quiere paz y no fiesta buchona para hacerse de dinero fácil o de la vista gorda. La autodenominada Cuarta Transformación no ve del "pueblo" más que lo que aparece en la festividad "en territorio": el interminable agasajo en espera de retribución. Por lo pronto, si es parte de lo que interesa a México, El Salvador ya se fue para arriba como destino turístico, se esté o no de acuerdo.

        Bukele está tomando otras medidas, ahora para buscar garantizar la sostenibilidad alimentaria salvadoreña. El Salvador está pasando por problemas conocidos de otros, de México a Rusia, desde años antes de la llegada de Donald J. Trump a la presidencia: los salarios no alcanzan ante la persistente inflación, que en México, por ejemplo, ha hecho de "la cuesta de enero" la de "enero a abril". No es el "salveque": en El Salvador, Bukele ha invitado a importadores, comercializadoras, mayoristas y distribuidores de alimentos a dejar de poner sobreprecios a la canasta básica, contando con la impunidad. En México sucede lo mismo sin que el gobierno haga nada, ni siquiera a quienes provocan el problema, mientras los de la "expertís" se inventan cualquier cosa. Según lo ha dicho el portal Sin Permiso, por ejemplo, no hay más causa que la de ganarle a los aumentos de salario y llevarse ganancias muy altas. Y mientras tanto, el "salveque", desde contrabando hasta sobornos a agentes gubernamentales que ahora podrían ser sancionados. Se anunciaron agromercados y puntos de venta en 20 zonas estratégicas para vender a precios justos. La idea es eliminar los intermediarios, aunque hay productos importados de Guatemala, Honduras y Nicaragua. Falta por hacer: 48 agromercados en 44 municipios de los 262 del país, pero se está haciendo. Con organización y vigilancia.

       Parte de los secretos mejor guardados del subdesarrollo no es "el gobierno", y en El Salvador no es ya la antigua oligarquía terrateniente. Es la fauna intermediaria que se conoce como "compradore" (compradora). Es incluso gente de pueblo enriquecida que, por ejemplo en los mercados municipales, lo primero que hace, si tiene la ocasión, es pasar sobre el de abajo. La idea en El Salvador ha sido que, bajo presión de los agromercados, los productores locales e importadores tengan que bajar precios. La importación es dramática: 90 % de las legumbres, verduras y frutas, 60 % de los derivados de la leche, 25 % del frijol y 33 % del arroz. Ahora resulta que hay que "monitorear" a Bukele, pero de lo que ha hablado es de eliminar el clásico abuso del intermediario, a reserva de saber si es posible la autosuficiencia alimentaria. No es raro que en el mundo subdesarrollado el comerciante tenga mentalidad de usurero. Para muestra, lo que sucede en Haití. Las pandillas no dejan de tener vínculos con este grupo "compradore", no ajeno a ascendencias levantinas. Si Bukele es de origen palestino, es de una fracción del empresariado local dependiente del exterior, pero contraria a la antigua oligarquía y a los "compradores". Aquí se refleja una parte menos buena, en la asociación con capital transnacional.; tampoco es tan agradable que las calles salvadoreñas se llenen de turistas estadounidenses y canadienses, aunque es lo propio de Mesoamérica. Como sea, pese a las dificultades abajo, la emigración se ha caído -como también en México, por lo demás-, y la gestión de la deuda ha mejorado, al mismo tiempo que parece haberse dejado de lado la extravagancia del bitcoin.

      La caída de la inseguridad ha ayudado a que pequeñas empresas dejen de destinar una parte de sus recursos a la extorsión. Hay en marcha buenos proyectos de infraestructura, poco mencionados, y el ánimo de impulsar la minería metálica. Está también en marcha no permitir que el gobierno extorsione "oficialmente" con un mar de papeleos. Cuando menos, el "pulgarcito de América" tiene algo que decir y merece el respeto que se le pide. No estereotipos globalistas (da click en el botón...de reproducción)



domingo, 16 de marzo de 2025

OTRA VEZ, VA DE NUEZ

 Una de las cosas que más se presumen en México es la familia. El anterior presidente, Andrés Manuel López Obrador, atribuía la capacidad de resistencia (¿o de aguante?) de México a la importancia de la familia. En un sentido similar ha llegado a pronunciarse la actual presidentA, Claudia Sheinbaum. No es nada más cosa de México, sino también del resto de América Latina, en donde las relaciones personales no familiares adquieren un aparente cariz "de familia". Para más de un caribeño, el grupo o la comunidad es "la familia", como le gustaba decir al cantante puertorriqueño Cheo Feliciano. A veces tal o cual nación es "la gran familia...". En tal o cual país sudamericano se estila saludar con un "¿cómo están, familia?". Sin duda, los lazos familiares son más EXTENSOS que los de las familias de países centrales, que por lo demás suelen pasar por fuertes problemas de baja natalidad. De la misma manera, la formas de heredar son distintas, incluso por lo que marcan las leyes. La herencia en Estados Unidos, por ejemplo, privilegia bastante al cónyuge, aunque depende de los estados. En Francia, se reparte de manera igualitaria entre hijos y cónyuges. En España, al fallecer el padre prevalecen los hijos. Las variantes son muchas.

       El peso de la familia en México y, en general, en América Latina, le debe en parte a la superposición de dos herencias históricas en las que el parentesco era importante: en las comunidades prehispánicas, y en el mundo señorial ibérico, que trajo, como parte de la familia extensa, el hábito de la "casa poblada", en la que los dependientes "son como de la familia"-al menos mientras acepten la condición de dependientes, desde la nana indígena hasta la doméstica negra. La familia puede tener, por la extensión de la parentela, algo de clan. Incluye por lo demás formas de emparentamiento indirecto como el compadrazgo y otras. Es, también, el primer lugar de aprendizaje del clientelismo. Es sólo de manera reciente que algunos lazos, no todos, se han debilitado, a través de los hijos (hijas). Pesa también la influencia religiosa y los lugares que asigna, formalmente al menos. Lugar de ayuda mutua, la familia puede serlo también de aprendizaje de alianzas y rivalidades internas, como en su tiempo lo demostraron excelentes trabajos mexicanos. La fuerza familiar es la debilidad de la sociedad y del espacio público. No faltó en una época el anuncio que dijera: "lo mejor de nuestras vidas queda en familia". Es también el lugar de aprendizaje del hacer a espaldas de la sociedad y del espacio público. En México, apenas ahora se piensa en castigar el nepotismo, azote de buena parte del aparato judicial. Destacaron por su nepotismo gobiernos como el de José López Portillo (1976-1982), o a su manera el del seductor de la patria y su hermano incómodo. En el hacer descrito, si "todo queda en familia" y de espaldas al espacio público, es también el lugar de aprendizaje de cierta endogamia, pese a la apariencia de apertura que da "lo familiar" al proyectarse amable o cortésmente hacia afuera. Como parte de esa endogamia, y a pesar de la ayuda mutua, la familia es también el lugar de sacrificio de las individualidades, como lo mostrara Carlos Fuentes en Las buenas conciencias.

     En cierta deriva, esa familia "que es familia" supone un código y garantía de dependencia y de no independencia, como la clientela: su forma extrema es la mafia, según se ha demostrado para el sur de Italia, por ejemplo. De ahí nombres como La Familia Michoacana, que no era precisamente de dueños de paleterías. Una pandilla también puede ser familia: contra "la familia fanmi Lavalás" de antaño, en Haití, las pandillas al mismo tiempo se unen y se disputan territorio en nombre del "vivir juntos" (Viv Ensanm).

       Parte de los problemas actuales está en que una fracción de la derecha, aunque se equivoque al nombrar el asunto, acusa al dizque "marxismo cultural" de atacar los valores familiares. Las teorías llamadas "conspiracionistas" piensan que es para reducir la natalidad, aunque con frecuencia se trata de vender creando "nichos de mercado". La derecha suele replicar desde un punto de vista religioso y tildado de "conservador", por ejemplo por el rechazo a la ideología de género. La izquierda no argumenta: mayoritea con hábitos de activismo y asambleísmo. El hecho es que es posible demostrar que es falso que se apegue a valores familiares, más allá de la conveniencia del respaldo. Cualquiera que se tome en serio el tema sabe que un rasgo familiar casi universalmente compartido es el llamado "tabú del incesto". No es sólo cuestión de debatir si debe o no enseñarse la ideología de género a infantes -en vez de imponerla-, los baños neutros (en lo que terminó el mandato del presidente estadounidense Barack Obama) o, si se sigue la ley rusa, por ejemplo, el derecho o no de los LGBTTTIQA+ a exhibirse en público (por asunto de presencia de infantes). Cabe saber, más allá de trayectorias como la de Daniel Cohn-Bendit, del 68 a la pedofilia, si, como sucede, la tolerancia imperante, que incluye ampliamente a la pornografía, ya que está "prohibido prohibir", debe permitir el porno-incesto, por ejemplo, fácilmente lograble en la Web: existe de manera directa, para todo público, infantes incluidos, más allá de "el que a la prima se le arrima" o la tendencia a mostrar relaciones con hermanastros (as), hijastro(as), etcétera. Que sean cosas que suceden, con una frecuencia un poco mayor de lo que se cree, no explica que sea algo que, al ser ejemplificado, sea tolerado, dizque porque si no toca "El castillo de la pureza". Quiere decir que, más allá de lo que se dice, lo que se hace en nombre de la familia es muy variable, desde el conservadurismo hasta la permisividad como último regalo familiar: eso sí, más allá de la hipocresía no ausente en la religión, es poco entendible que la izquierda, en vez de argumentar o debatir, en nombre de la "libertad" no haga nada por cuando menos limitar conductas y exhibiciones no propias, como decían antes los policías de crucero, de lo que es "comportarse como gente civilizada". Debe ser que ser de izquierda es ponerse a lo cachondo y lo que le sigue, sin la menor idea del límite: es lo que ahora muestra y hasta ostenta la familia como lugar, ante todo, de satisfacción del "deseo"...y de conocimiento apenas de cierto miedo como equivalente de ese "límite" (da click en el botón de reproducción).



jueves, 13 de marzo de 2025

CUANDO TE ALQUILAS PARA SOÑAR

 Lo llamaban algunos casi como a Corleone. Tuvo larga vida, mucho más que un rectorado que no duró casi nada, y creó instituciones de valía, aunque hoy sin la capacidad crítica y de debate de antaño. Cuano desapareció la Unión Soviética, él, hombre de izquierda y las "mejores causas de la Humanidad" (que confluían en su persona), declaró para deslindarse lo más rápido posible: "he visto a comunistas llorar". Pobrecitos. A la vuelta ya estaba la verdadera "causa" para ser abajofirmante, hacerse invitar y creer en que "otro mundo es posible". U otro submundo. Él y el padre del nayar fueron de principios y de ningún apoyo a lo que deben haber tomado por "socialdemocracia"" o algo así. Él acabó incluso de comandante, aunque al de nayar se lo conocía como "comandante Perisur". Se abría un mundo en el que cabían muchos mundos. Siendo toluqueño, él se descubrió un pasado "maya", aunque no era de peón, sino más bien de hacendado. De los que se hacen llamar "don" por un peculiar paternalismo. En ese "giro", el creador de instituciones de valía, autor de textos considerados clásicos (aunque en una mirada muy selectiva), cuando menos uno, el refugio de muchos exiliados, fue a dar en lo que se convirtió en moda y, como tal, fue pasajera, y mediática. Él gran señor tuvo tiempo de ser, también, un gran destructor.

       Fue, aunque no fuera la idea original, el creador de la maquila universitaria, que no tiene ningún "paquete de conocimiento" realmente propio, sino que ensambla con peculiar división del trabajo e interdependencia "casos", con una buena dosis de empirismo. Lo que "anda" es meterse en pleno antiintelectualismo contra los llamados "generalistas". Corleone no fue exactamente así, aunque empezó con los "casos" en compilaciones y coordinaciones que, como lo dijera alguna vez el abate Dinouart, son lo propio del medievalismo. Lo general dejó de producirse, y tampoco es muy del gusto estadounidense, para el cual se trata de ligarse a "la acción". Las cosas ya iban por temas que poco no nada tenían que ver con una teoría considerada ociosa: se tomaban los "temas" en boga, fueran obreros, campesinos u otros, y se pasaba a compilar "casos", desde lo más local hasta lo más alejado. Cada quien era, claro está, un caso, del que se sentía dueño. Es probable que se sepa poco sobre un trabajo hecho en buena medida por dependientes, los ayudantes de entonces, que contribuían a encontrar la información del "caso" para hacerse luego de "casos" propios.

       La siguiente de este Corleone fue introducir al dudoso generalista Immanuel Wallerstein, quien se fue encargando, también desde los '90, como las "subcosas", de extrapolar de las ciencias exactas a las sociales para augurar prácticamente el fin del universalismo y de las universidades como eran conocidas. Había que Abrir las ciencias sociales e Impensar las ciencias sociales, para ser "interdisciplinario", luego "multidisciplinario" o "pluridisciplinario". Nada de compartimentos estancos: las cosas se encuentran "en el caos", así que los antiguos oficios empezaron a deshacerse en nombre de ese "caos", es-que-es-muy-complejo. Generalista o universalista, era una imposición y una pretensión de "orden" y "equilibrio". Lo que no se hacía antes, patear cualquier asomo de orden en lo general, pasó a hacerse negando tal posibilidad. Ya no habían "artes y oficios", sino "hibridación" que dió en una mescolanza de casos y de subtemas de un tema. Los temas no eran los generales, sino los de lo que se pasó a llamar, muy en un lenguaje de negocios, la "agenda". Después de haber introducido la maquila, "don" Corleone coadyuvó a destruir los "artes y oficios" para que se liquidara toda dinámica endógena o propia del conocimiento, y se pasara a atender lo que fuera dictado por la coyuntura, los medios de comunicación masiva, repletos de "opinadores" y de "expertís" -temática-, y organismos internacionales. Después de todo, las "subcosas" también estaban al margen del Estado y contra él, y "don" Corleone se hacía libertario, soltándose el chongo en la Lacandona. Cuando se dice que la "agenda", de la coyuntura, los grandes medios de comunicación masiva y los organismos internacionales, que no son neutros, se entiende que la inercia de grandes poderes establecidos y grandes intereses económicos. Siempre se puede tomar una fachada libertaria y, como parte de lo mismo, dejar en libertad a los intereses más conservadores, interesados en servirse de los "grupos vulnerables" para dividir y destruir al mundo del trabajo, que incluía el de "artes y oficios": se arrumbaron desde los '90, según fue demostrado, en la universidad pública los estudios sobre los problemas nacionales, y con ellos del Estado, para pasar a extorsionar con "la vulnerabilidad" de mujeres, jóvenes "rebeldes", pueblos originarios y afros, medio ambiente en peligros reales e imaginados y ocasionalmente animalitos, y no de galleta precisamente.

         Lo que quedó, demolido el sentido de institución y de universalidad, lo que ya estaba anunciado por Wallerstein, es la rivalidad no sólo por el vedettismo, dada la influencia mediática, sino por la asignación de fondos o lo que algunos conocen como fund raising, en función de grandes intereses que no son los de una universidad, pero que se justifican o encuentran su coartada con "deberse a la sociedad". Varias cosas son posibles de demostrar: para las mujeres, se regó dinero internacional, incluso de grandes magnates; para pueblos originarios y otros, se armó el negocio ONGs (organizaciones no gubernamentales) y un símil de "sociedad civil"; para el medio ambiente, fondos astronómicos de sustentabilidad, o hasta de grandes millonarios; y para los jóvenes, el consumo de "rebeldía" para sacarlos al mercado a hacer rotar el capital sin idea de nada. Parte de ésto fue anunciado como cooptación de los centros educativos por el ultraconservador Comité de Santa Fe reaganiano desde los '80, y en nombre de Gramsci, para ganar la batalla cultural e ideológica. Para el caso, da igual la apariencia de "autenticidad" con blusas bordadas y recuperaciones colectivas de la memoria: es "quedar bien" para no perderse los fondos y estar in, así haya sido a costa de tal pérdida de saberes que, aunque se crea satisfacer algún deseo, en realidad se rivaliza de lo peor para vender servicios a intereses ajenos. Si es con marca universitaria, hasta es posible esa venta con grandes aires y ambiciones desatadas. La formación, que ya no es propiamente educación, ya no es de arte u oficio, sino de persona apenas cualificada a la que, ya estando alienada creyéndose libre, todavía falta que la condicionen con inteligencia artificial. Es, a diferencia de otros espacios, restringidos, toda la parte universitaria dedicada, como lo quería Wallerstein, a "impensar", a hacer del campus un gran conversatorio y a servir a una fracción del capital para destruir el sentido de Estado y de nación: blusitas bordadas y ademanes juchitecos no para servir al público, qui ni hay, sino al conservadurismo que hace el ademán del "cambio". Así fue lo que, en el "giro", abrió el ex rector Corleone. Del clientelismo al lobby (da click en el botón de reproducción).



lunes, 10 de marzo de 2025

AH NO, NAYIB NO

 Bastó con que el presidente estadounidense, Donald J. Trump, tronara los dedos y enviara al "halcón" Marco Rubio para que Panamá se olivara de su soberanía como capacidad de decisión y empezara a molestar a los intereses chinos locales. Por las características de los Tratados Torrijos-Carter (con una Enmienda importante) y por acuerdos hechos en la primera década de los '90, además de por haber disuelto el ejército (FDP-Fuerzas de Defensa de Panamá), el país caribeño no tiene mucho qué decir sobre lo propio, que está muy limitado a algunos intereses empresariales, exiguos. Panamá era un país más soberano en tiempos del general Omar Torrijos, en los '70, y en cierto grado con Manuel Antonio Noriega. Como una parte de la izquierda panameña se volvió globalista y se asumió libertaria, consideró a Noriega lo peor, llamó "golpe de Estado" a la invasión de 1989, aprobó la disolución del ejército, como si se tratara de Costa Rica, y ni siquiera está claro que fuera por necesidad y no por conveniencia, para "quedar bien" y acomodarse a partir de 1994, como en tantos otros procesos del otrora Tercer Mundo. Ya ha habido ocasión de mencionar diplomáticos o políticos panameños que no se acomodaron al precio de omitir la verdad, como Julio Yao o, a su modo, Balbina Herrera. No parece que se recuerde mucho a Torrijos, porque del Canal, sus ingresos y las zonas aledañas no se hace el "uso más colectivo posible"", sino negocio de unos cuantos empresarios con frecuencia ligados a las finanzas y al exterior.

         Haití tiene importancia para Estados Unidos por dos motivos: la cercanía con Cuba, y la existencia de yacimientos marítimos de hidrocarburos. No se explica que algunos haitianos digan que "el crimen está en el Estado", porque entonces no es Estado, y si acaso pseudogobierno. Cuando cayó la dictadura duvalierista, la única oportunidad de cambio fue con el presidente Jean-Bertrand Aristide. Sin embargo, con apoyo de la izquierda, incluidos ex comunistas, Aristide terminó instalado con bayonetas estadounidenses y finalmente expulsado del poder. Desde entonces, no parece que la "resistencia" haga algo más que "resistir". Como en Panamá, algunos creyeron que sin Unión Soviética iba a ser más fácil ganar posiciones "sin ser confundidos". En realidad, lo que estuvo ocurriendo es la degeneración de Haití, a la par con la de los militares y sectores de las clases dominantes. Algo intentó parar el presidente asesinado Jovenel Moise al buscar denunciar las ligas de grandes intereses económicos y políticos con el narcotráfico. Este está presente desde hace varias décadas, cuando menos desde el militar Raoul Cédras, (1991-1994) como lo han estado poco a poco las pandillas, en los 2000.

       Según confesiones de los propios pandilleros, como Ti Lapli, las pandillas no son de "generación espontánea", sino que están al servicio de oligarcas que no sólo las dejan actuar, sino que las financían y les suministran armas superiores a las de la policía, metida por lo demás en corrupción. Se calcula el número de pandillas hasta en 10, que controlan entre el 80 y el 85 % de la capital, Puerto Príncipe, y lugares aledaños. Algunas pandillas, como la de Jimmy Chérizier, atacan barrios donde tiene presencia la oposición. En diciembre, un ataque de pandillas contra ancianos acusados de "brujería" dejó cerca de 180 muertos, en Cité Soleil. A un líder de pandilla se le ocurrió que le estaban haciendo vudú a un hijo enfermo. Ataques así se repiten desde 2018 (más de 70 muertos en La Saline), incluso en el interior de Haití (80 muertos a unos 96 kilómetros de la capital). El número de desplazados ha superado por lo bajo las 700 mil personas.

         No se trata de una "pacificación" al estilo de una antigua fuerza multinacional que fracasó, por decir lo menos, ni de una "asistencia humanitaria" como la de la Fundación Clinton y Sean Penn que se llenaron los bolsillos y se fueron: el dinero servía para hacer vivir las ONGs (organizaciones no gubernamentales), que solían embolsárselo sin que llegara a la gente. Tampoco se trata del "pueblo", puesto que una parte tiene que aguantarse que otra lo aplaste. Otros viven en el temor al secuestro, y el "pueblo", a la extorsión. Lo que cabe decir es que Haití va de "Estado fallido" a la barbarie como resultado final del "caos controlado" para bloquear la participación de la gente, que se abrió con el fin del duvalierismo: difícilmente se le hará caso, pero el presidente salvadoreño Nayib Bukele, contra el que el globalismo, la izquierda y algunos comunistas lanzan invectivas, no sólo se dedicó a arrestar pandilleros en la calle, sino también a bloquear a los lenguaraces farabundistas, dedicados a parlot Es difícil que entre los haitianos no se recuerde cómo fueron perseguidos, cuando hubo ocasión, los duvalieristas con "el collar" (ponerle un neumático a la cabeza al matón, rociarlo de gasolina y prenderle fuego).ear y hacer "treguas", y a perseguir...a cabecillas de la oligarquía (ARENA-Alianza Republicana Nacionalista) que sostenían a los pandilleros. Misma razón por la que el señorito Daniel Noboa en el Ecuador no logra nada serio (da click en el botón de reproducción)


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viernes, 7 de marzo de 2025

YO NO ME LLAMO JAVIER

 No es muy fácil saber qué es el "pueblo", aunque en él resida la soberanía, al decir de diversas Constituciones, la estadounidense incluida. El "pueblo bueno" es algo propio del populismo y su herencia desvirtuada en demagogia, ya que del mismo "pueblo" puede salir cualquier cosa, desde una persona honesta hasta el peor de los sicarios. Lo propio del populismo y de la demagogia de izquierda, que llega a incluir a comunistas, es hablar de un "nosotros" que es el del "pueblo" y quienes lo quieren, con frecuencia en las capas medias, aunque no todas. Marx detestaba esta vaguedad de "pueblo"", que da a entender algo así como "los de abajo", los necesitados, por oposición al "ellos", los "ricos", los que "lo tienen todo", "los de arriba"", o "los que roban", como si en el "pueblo" no se robara. No se trata de los trabajadores, porque de ellos ya casi nadie se ocupa, ni de los obreros -menos-, ni de quienes trabajan en el campo. De alguna manera, el nosotros es el "nosotros los pobres", con cierta tendencia a identificar "pueblo" con "pobreza" o "precariedad". Es tan vago que puede recordar al jefe de Televisa en México, el viejo Emilio Azcárraga, refiriéndose a "los jodidos". Algunas dicen "los que no tienen" (sin decir qué) contra "los que tienen”, según alguna moda anglosajona (have, have not). Un mar de creencias de un centímetro de profundidad. El "ellos"" se identifica a veces con "la oligarquía", como acaba de hacerlo en México el líder francés Jean-Luc Mélenchon.

        Es raro que gente "de pueblo" acceda a cargos de dirección de asuntos "populares". Suele tratarse más bien de sectores de clases medias, de cierta apariencia radical, o libertarios, que encabezan "la causa del pueblo". En México, por ejemplo, raramente hay gente "de pueblo" -venida de abajo- en cargos de dirección o en el gabinete, aunque hay excepciones, en la autodenominada Cuarta Transformación o su "segundo piso". En América Latina, el "pueblo" es frecuentemente llevado de la mano por un extraño "nosotros", ya que se supone que éste es la suma de quienes se oponen a "ellos", los "ricos", la "oligarquía", o la "élite". En esta suma, sin embargo, suele haber en el pasado gente para la cual lo normal son las costumbres oligárquicas, incluso a la izquierda: en nombre del "pueblo", de "nosotros", se vive como rey, con estilo de hacienda, "casa poblada", dependientes, etcétera. Habría que ver el tipo de vida que se dieron muchos intelectuales latinoamericanos de la "cosa nuestra", Nuestra América: vida de oligarcas, en más de un aspecto, aunque hablaran a nombre de "nuestros pueblos". Se corrompieron esos intelectuales, en grande, desde los años '70, en México en particular con el lópezportillismo. "Nuestro pueblo" no mejoró: en realidad, pese al "nosotros", el "pueblo" siempre fue visto como algo extraño, ajeno, folclórico, de miseria, es decir, no como parte de la buena vida oligárquica de las direcciones de izquierda, sino como un "ellos", con una distancia insalvable. Y ello pese al discurso de unidad frente al extranjero, el imperialismo. Podía irse pasando del populismo a la demagogia con la guayabera y el agua de jamaica de la "compañera María Esther", e incluso a fomentar algunas instituciones populares; pero se vivía como oligarca. En ese "nosotros, el pueblo", hubo quienes se quedaron donde siempre, abajo, y quienes en nombre de los de abajo vivieron como "ellos", los de la oligarquía, y no en la honrada medianía. El atacarlos a "ellos" se hacía desde el "nosotros" oligárquico con el "pueblo" como masa de maniobra, para ser maniobrado. ¿Quiénes eran entonces "nosotros"? El "pueblo"" maniobrado y quienes, diciendo querer su bien, se daban una vida parecida a la de "ellos": en la política, fuera casa en San Jerónimo o "colina del perro", entre intelectuales y universitarios. En el ademán de ser parte de un "nosotros", eran en realidad parte de "ellos", los del modo de vida oligárquico. "Ellos" eran los del "pueblo" supuestamente "profundo" y muy digno de una mirada antropológica. Es tal la confusión que, en ocasiones, la presidentA de México, Claudia Sheinbaum, en una de sus derrapadas en vez de "el pueblo" dice "la gente".

      ¿Y "ellos"? Si eran los extranjeros, los de afuera, contra quienes se movilizaba el "nosotros", "pueblo" incluido, las cosas fueron cambiando desde los '80, al verse el nacionalismo, que hacía un "nosotros", como obstáculo para la integración "en el mundo que está cambiando". Se puede criticarles a "ellos" sus extravagancias, pero se les obedece, por ejemplo mandándoles una remesa de más de dos decenas de narcos por paquetería rápida. Hay mejor, propio de pases a la torera. La presidentA mencionada se lanza a defender la soberanía panameña cuando el presidente Donald Trump, parte de lo que son "ellos", quiere cambios en el Canal de Panamá: !está atentando contra "nosotros" y "nuestra soberanía", o contra "nuestros pueblos"!. Otra vez: "nosotros" contra "ellos". Acto seguido, el "niño héroe" presidente de Panamá, José Raúl Mulino, hace lo que le ordenan "ellos": audita a una empresa china (Panamá Ports Company), resulta que otra, la CK Hutchinson, hongkonesa, venda sus puertos de Panamá (Balboa y Cristóbal); y sale ganando el gigante estadounidense BlackRock. 

      Aparentemente, por cuestiones de dependencia, "nosotros" perdimos (?) frente a "ellos", ahora que los conservadores se disfrazan de libertarios. Después de todo, salvo algunos antiextractivistas de la última hora detrás de Maribel Gordon, más de uno de izquierda en Panamá, parte de la "cosa nuestra", dejó de denunciar la invasión de 1989, porque era "la libertad" contra "el autoritarismo": a este ritmo, como se ha recordado, Mulino, parte del "gobierno" panameño colocado en 1990 por los estadounidenses, representaba "la libertad" contra "la represión". ¿Y "nosotros"? El "pueblo" panameño está, como se dice en México, de "florero" que, para el caso, adorna la "nosotrosidad". El Canal está administrado entre otros por Elemente y Deloite; Galindo, Arias y López; Global Bank /Merryl Linch, como parte de una Junta Directiva, ayudada por el mismo Mulino, que fija los ingresos del Canal en medio de la corrupción, incluidos los contratos públicos, y la evasión fiscal. Desde 1994, como parte de un conjunto de acuerdos luego de la invasión, Panamá tiene la obligación de que el control de la administración del Canal sea por parte de gente "confiable para Estados Unidos" (título constitucional de 1994, adicionado al Acuerdo de Donación, y acuerdos de seguridad). ¿Quién es ese "nosotros" que se alza a gritar que lo que dice Trump es inadmisible, y que no se hará como "ellos" dicen? En realidad, son "ellos", los oligarcas locales, no desligados del extranjero. "Ellos" ven al "pueblo"" como se ve a un "ellos" más, que no tiene que decir gran cosa en "la cosa nuestra", que es "entre nosotros", la oligarquía local y el extranjero, a reserva de que algunos prefieran Demócrata. ¿Quién es el "nosotros" de Mélenchon si "ellos" no son Bruselas y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)?¿Quiénes somos "nosotros" en México, si se incluye una parte de "ellos", o Slim, Soros, BlackRock, Bloomberg son parte de "nosotros"?¿O "ellos" son Trump y Elon Musk? Es demagogia hacer pasar por "lo nuestro", político y empresarial, lo del "pueblo", y designar un "ellos" nada más para tener un chivo expiatorio del globalismo. Mélenchon calcula que "ellos"" son una minoría financiera frente a la cual podemos trepar "nosotros" (nosotros los politiqueros) si "el pueblo" nos echa una mano. Ahora resulta que, para LFI (La Francia Insumisa), "ellos" son los que quieren la paz en Ucrania, como Trump y Putin. Si vamos a estar a esta clase de demagogia, "ellos" son los soberanistas y "nosotros" los globalistas cobardemente atrincherados en los medios y respondiendo a los grandes intereses de "ellos", los que se hacen pasar por "nosotros" con promesas de "inclusión" o remiendos. Para "yo no me llamo Javier" (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 5 de marzo de 2025

ASÍ SE HACEN LOS CHISMES

 Hace poco se presentó en la universidad pública el líder político francés de LFS (La Francia Insumisa), de izquierda, hasta donde haya algo que entenderle a ésta: Juan Lucas (Jean-Luc) Mélenchon. En su acostumbrada demagogia, este amigo de los progresismos latinoamericanos, henchido de vanidad y al mismo tiempo con mueca de "fuchi", salió a proponer la hora del "nosotros" contra "ellos" y del "pueblo" contra la "oligarquía".

       Lo primero es un mal refrito de un marxismo-leninismo que alguna vez intentó inculcar conciencia de clase, siendo la "obrera" el "nosotros" contra el “ellos" de la burguesía. En algunos países europeos sí llegó a existir este sentimiento de pertenencia a una clase propia, diferenciada en muchas cosas de "ellos". En América Latina, era más difícil: el "nosotros" dirigente del "nosotros", entienda quien pueda, estaba cerca de los valores de "ellos", al mismo tiempo que veía a parte del "nosotros"" como a "ellos": es decir, estaba cerca de valores oligárquicos y veía a una parte de "lo nuestro" como un extraño "ellos", folclorizado y en pleno miserabilismo. Eran los peones de la causa que fue dando en "la cosa nuestra", Nuestra América. Esto era así también para compartir el "nosotros" oligárquico contra el "ellos" extranjero e imperialista:: servía para crear la creencia de unidad interna frente al extranjero, y para no ver nunca al que, haciéndose pasar por parte de "nosotros", prefería en realidad lo de "ellos", es decir, la clase dominante interna que, aún sirviéndose del "nosotros", se repartía el pastel con "ellos", los del extranjero, si acaso tirando migajas a una parte del "nosotros" para hacer creer en una insoportable "nosotrosidad".

       Lo anterior tiene que ver con lo  que Juan Lucas vino a recoger, "pueblo" contra "oligarquía", se supone que lo típico del populismo, aunque tenía algo de inexacto. Al menos en Brasil y en Argentina, fue en buena medida retórica, porque la oligarquía no fue molestada en sus propiedades, a diferencia de México, siendo Cuba otro asunto. Mezclado con un "nosotros" en plena era de masas, se convirtió en "nosotros los pobres" contra "ustedes los ricos". A falta de verdadera conciencia de clase, con obreros en relativa minoría y poca claridad sobre los campesinos, el asunto terminó en imposición de "ellos", pero en un "nosotros" que, al no reivindicar el trabajo, se prestó para otra cosa, aunque muy atemperada en México hasta finales de los '60 o principios de los '70: la libertad y el derecho de extorsionarlos a "ellos", y a reivindicarlo porque "éramos muy pobres". El "nosotros" del "pueblo", ya mezclado con el anonimato de la masa, se convirtió en un lugar para permitirse desde temprano el rumor, la maledicencia, la calumnia y el muy poco religioso "falso testimonio". Eso sí, compartido con una parte de las clases medias.

       Algunos ejemplos. Cuando ocurrieron los hechos de "la noche de Iguala", con la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, no podía faltar el taxista "de pueblo" que jurara y rejurara que los estudiantes habían sido llevados al Campo Militar No. 1, sin que existiera siquiera un indicio, uno solo, de que hubiera podido ser así. Cuando estuvo en la presidencia Andrés Manuel López Obrador, no faltaba el antiguo militar testigo de que, cuando tiempo atrás se negoció con López Obrador en la Chontalpa la indemnización de daños por el petróleo, se le entrego a aquél el dinero. ¿Alguna prueba o indicio de que se lo hubiera quedado? Ninguna, salvo la insinuación, la insidia, el veneno dosificado porque, decía quien lo contaba, "yo estuve ahí cuando se le entregó el dinero". "Me consta". Lo vió todo tan claro que nunca le constó qué hizo con ese dinero el futuro mandatario. Un testigo de su propia insinuación, basado en fragmentos de opinión pública sobre "de qué vive López Obrador". Yo fui testigo de lo que no fui testigo, pero "se" dice, así que aquí me impongo yo escudado en un rumor. Cuando asesinaron a José Francisco Ruiz Massieu, una secretaria de la universidad pública lo había visto en la cama con un guarura. No faltará el que diga que tiene un primo en la policía que es conocido de un militar que fue testigo presencial de cómo el seductor de la patria entró al antro "Pompeya" con Adela Noriega, ya que el cadenero de la entrada era un infiltrado del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional) y le sacó una foto que le entregó al militar en cuestión. La cosa es que, con tal de no "quedar fuera", por si algo fuera a ser repartido como botín, se vale echar montón y dar falso testimonio o no quemar, pero sí cuando menos una tiznadita, que algo queda. Para algo "somos familia", al menos hasta el momento del reparto del botín. Se vale porque somos "nosotros" y "ellos", puros ladrones (o "blancos"), con lo que tenemos licencia para la bajeza. "Nosotros" y "el pueblo" no es ni la parte bonita que asegura que vió a Emiliano pasar por Anenecuilco después de ser ejecutado en Chinameca.

       El "pueblo" no es garantía de nada, y por cierto que no deposita en él la soberanía Francia, sino en la nación. La "nosotrosidad" se ha dado con frecuencia, en el otrora Tercer Mundo, para en nombre del rechazo al "ellos" de afuera para crear la ilusión de unidad adentro, así sea con un "pueblo"" de boutique. Tampoco faltan las recuperaciones colectivas de la vista: como "nosotros" es la "evidencia", de ser necesario por encima de cualquier verdad, clarito se ve que el presidente estadounidense Donald J. Trump "se las trae" y que los globalistas, al fin y al cabo conservadores/libertarios, deben hacerse pasar por fanáticos "de la causa" de la soberanía e incluso del "antiimperialismo", puesto que es "libertad" y debe seguirse al infinito en la libertad de que los más fuertes hagan su ley, como los empresarios "nacionales". Porque no faltará quien le cuente a Juan Lucas que fue migrante allá por Mar-a-Lago y vió cuando Trump entraba a un motel con una actriz porno. Si viera usted cómo me quedé con los ojos cuadrados. Estaba de lo mejor. Ella, no el tipejo ése. Sobre todo cuando yo mismo le puse a esa señora y Trump ni en cuenta. (da click en el botón de reproducción).





domingo, 2 de marzo de 2025

EJE CENTRAL NIÑA PERDIDA

 La presidentA mexicana, Claudia Sheinbaum, encabezó hace poco un acto de conmemoración por los 500 años de la ejecución del último tlatoani mexica, Cuauhtémoc. De modo extraño, algunos titulares dijeron que era un "funeral de Estado", cuando no había ningún funeral de nada. Se puso al tal tlatoani como ejemplo de "soberanía del pueblo", se sacó un video con un Cuauhtémoc de tez blanca y se remató con la "grandeza de México". En parte, no se han perdido las costumbres de una parte del antiguo régimen: el presidente José López Portillo (1976-1982) se las dragoneaba de Dios Quetzalcoátl para darle ese tipo de circo a los mexicanos, cuando el país estaba "administrando la abundancia", el mandatario el nepotismo y el gobierno una corrupción galopante, algo de lo que no se estila recordar en la llamada "Cuarta Transformación". Lo de Cuauhtémoc es algo antiguo, por lo que hay por ejemplo un Cuauhtémoc Cárdenas (o un Cuauhtémoc Blanco). Parte de la ideología postrevolucionaria se volvió doctrina José Alfredo: según José Alfredo Jiménez, el hijo del pueblo es "descendiente de Cuauhtémoc/mexicano por fortuna". Aunque el apellido más mexicano sea Hernández, "hijo de Hernán".

        Gran parte de la unidad de lo que hoy es México la cimentaron los españoles, por la unidad de idioma y religión (español y catolicismo), lo que significa por lo demás que el mismo México es más parte de América Latina que de Norteamérica, porque el predominio en Estados Unidos y Canadá -salvo en Québec- es anglosajón y protestante, pese a que el francés de izquierda Jean-Luc Mélenchon diga tonterías sin que nadie se lo haga notar: en los territorios hoy de Estados Unidos que le fueron arrebatados a México, mientras Antonio López de Santa Anna se preocupaba más por su propia grandeza (al grado de hacer enterrar su pierna mutilada con honras), NO hay ninguna mayoría hispana, ni siquiera contando los "hispanos" no mexicanos. En Nuevo México, por ejemplo, donde menos del 50 % de la población es "hispana" (pese a ser el estado más "hispano" de Estados Unidos),  la mayoría de los "hispanos" no se considera descendiente de ningún país latinoamericano. Mélenchon, un demagogo, no parece tener idea de lo que son Colorado, Utah o Wyoming. Ni siquiera hay mayoría "latina", no "hispana", en California o Texas, aunque se trate del casi 40 % de la población. Ser el grupo más grande no quiere decir que se sea mayoría, ni que todos sean mexicanos. Aún así, hay quienes creen que la grandeza de Estados Unidos la hacen los mexicanos y que, como lo deja entrever Mélenchon para "quedar bien", México está a punto de recuperar lo que perdió en el siglo XIX.  Los "latinos" son habitantes de Estados Unidos procedentes de América Latina. Los "hispanos" incluyen a población estadounidense de ascendencia española, pero no forzosamente latina ni mexicana. Es decir, gente "hispana" que no se siente para nada mexicana, por el poco tiempo que le duró el gusto en el siglo XIX. Por lo demás, México está también más cerca de América Latina por Mesoamérica y el maíz, aunque no abarca todo el territorio mexicano.

         Así, el norte mexicano es en parte (y nada más en parte) más español porque al maíz, prefiere el trigo. Antes de la llegada de los españoles, el imperio azteca estaba muy lejos de abarcar todo el actual territorio mexicano: era sobre todo el centro, y los grupos originarios eran distintos en el sur-sueste y en el Occidente y el llamado "Septentrión". No había unidad idiomática, ni de tipo de vida (sedentario o nómada), y el estado de guerra era más o menos frecuente, aunque cierta tendencia al sedentarismo hace la diferencia con los pueblos originarios de Norteamérica. Es archisabido que no nada más los tlaxcaltecas se unieron a los españoles. Y luego, hubo aztecas vencidos que también se unieron con los españoles, por ejemplo contra los purépechas o contra los chiapanecas. A muchos pueblos originarios de México les llegó de oídas lo de la caída de Tenochtitlán, y Cuauhtémoc no les incumbe en lo más mínimo, salvo que se quiera hacer algo peor: un problema racial. Para el caso, tampoco Cortés es el único Conquistador. Lo que trajeron los españoles fue la mitomanía y la pasión por el árbol genealógico. El emperador Moctezuma, dicho sea de paso, era totalmente errático. Salvo en algunas regiones del actual México, como gran parte del norte y Tabasco, los españoles unificaron el tipo de propiedad predominante y de relaciones sociales asociadas, aunque llegando a coexistir con resabios prehispánicos, que no estaban ellos unificados, puesto que existieron desde comunidades primitivas diversas hasta imperios despótico-tributarios como el azteca. En lo descrito, los españoles sentaron las bases en el idioma, la religión y con frecuencia el tipo de propiedad para el futuro México. Por lo demás, el mestizaje empezó muy pronto y, a diferencia de Guatemala, y en bastante menor medida, México es un país predominantemente mestizo, por lo que es no sólo mezcla de indio y español, sino de negros traídos de África y luego, además, de la llegada de muchas otras culturas que no se reducen al exilio republicano y al sudamericano como pretextos para hacer fund raising.

         El acto circense sobre Cuauhtémoc es un asunto racial, mezclado con la mitomanía española y para consumo de gente que tal vez haya heredado del tal Cuauhtémoc la costumbre de ser idólatra. La "grandeza" de México tiene su origen en un texto novohispano, del obispo Bernardo de Balbuena, del siglo XVII (1604), para Doña Isabel de Tobar y Guzmán, más allá de una borrachera de José José. Y es que la Nueva España era "la joya de la Corona", la capital, la "ciudad de los palacios", y la ostentación de opulencia, algo frecuente en la misma ciudad. La mitomanía de ciertos posrevolucionarios, sin excluir a José Vasconcelos, hizo el resto, aunque sucede que México es una nación joven, con grandes dificultades en el siglo XIX, megalómanos como el emperador Agustín de Iturbide o el mismo Santa Anna, y que logró lo mejor de su unidad gracias al vaivén de habitantes a través del proceso revolucionario, para el que los pueblos originarios (salvo en parte los yaquis de Obregón) no tuvieron mucho que ver. La "revolución institucionalizada" terminó en "cornucopio de abundancia orientado hacia Estados Unidos". No se puede hacer gran cosa si desde 1992, cuando  culminaron 500 años de resistencia, resulta que "estábamos a todo dar" antes de que llegaran los españoles. Si van a cantar "El hijo del pueblo", que sea completa: no nada más el "descendiente de Cuauhtémoc" para antropólogos gringos y políticas también gringas de discriminación positiva. Muy desafortunadamente, más mexicano era quien supo ver la desgracia de estar "tan lejos de Dios, y tan cerca de Estados Unidos". Porque Cuauhtémoc debió haber estado algo lejos de Dios y muy cerca de arqueólogos y antropólogos para los cuales la periferia es cosa de ruinas. Ahora se van a vender hasta las antiguedades de museo -ah, junto con el gran embarque de ex narcos, por "libres, soberanos, independientes" y extraditables en bola (da click en el botón de reproducción).



AHÍ VIENE EL LOBO

 De vez en cuando, el presidente estadounidense se cree que Estados Unidos es great  y se lanza a hacer cosas disparatadas. Durante su prime...