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jueves, 22 de mayo de 2025

BRINCA LA TABLITA. YO YA LA BRINQUÉ.

 Son varios los elementos de lo que se llama el "poder blando", según lo definiera el estadounidense Joseph Nye, y que entre otras cosas se distingue notoriamente del poder militar. Las definiciones varían, pero dicho "poder blando" incluye a las empresas transnacionales, los organismos no gubernamentales, la religión y los medios de comunicación masiva, entre otros. No es difícil ver que se trata de poderes con gran influencia en  donde  se aparecen, y además, con bastante movilidad. Casi en todos los casos, dado el debilitamiento de las agencias estatales de noticias, se trata de poderes privados, y que desde lo privado tienen su manera de exigir del poder estatal, representante del espacio público, que "rinda cuentas". En algunos lugares, por elección propia, el Ejecutivo se presenta todas las mañanas ante periodistas que  se llegan a creer con derecho a exigir "rendición de cuentas"; los organismos públicos/estatales deben en principio rendir cuentas de su presupuesto; los legisladores, informar de su acción bajo tal o cual formato, etcétera.

       Los elementos del "poder blando" no son públicos, y además, son verticales, respondiendo básicamente hacia arriba. Una empresa transnacional, por ejemplo, con frecuencia da cuentas a su casa matriz: la filial de un banco español en México responde a una toma de decisiones orientada en gran medida desde España, por ejemplo para resarcirse con las filiales y sus comisiones de variaciones en la ganancia en la misma España. Es lo que se da en llamar una estrategia "global", aunque las filiales tienen países-sede y, por lo mismo, el banco español no es un banco "del globo", sino de España, que "pasa" por distintos países (llámese igual "firma multinacional" o "internacionalización del capital", para no marear el punto con "el globo"). Las empresas transnacionales se visten de inversión extranjera y si acaso rinden cuentas a "los mercados", que es otra "manera de decir": es la alta finanza que acredita si hay "confianza" o no para invertir, entiéndase ganancia suficiente. Ni dichas empresas ni "los mercados" rinden cuentas al Estado, al que más bien le piden que les rinda cuentas, de la política fiscal, por ejemplo.

        Aunque aparecen como las amigables expresiones ""de la sociedad civil", las organizaciones no gubernamentales reciben, cosa que se olvida con frecuencia, dineros de financiamiento: se suelen hacer pasar por "independientes", y lo son del Estado, pero rinden cuentas a quienes financian este tipo de organizaciones, que también suelen buscar que el Estado ""rinda cuentas", desde políticas hacia los indígenas hasta en materia de desapariciones. Algunos magnates de apariencia filantrópica son duchos en financiar este tipo de organizaciones para fines de socavar al Estado, dando la apariencia de que es "espontaneidad". Es el tipo de organizaciones que contribuyó al descalabro de Haití o que financia  diarios "independientes" contra el presidente salvadoreño Nayib Bukele, para no hablar de situaciones interminables en algunas "causas" universitarias, a costa de la función pública, o de abuso de familiares de normalistas hasta la ignominia, con tal de que el Estado "rinda cuentas" hasta el último soldado, como institución (aunque existan casos a veces de corrupción).

     La religión también se usa en política, como en Brasil o en Costa Rica, pero también, hasta hace poco, en la manera de hacer demagogia con los feligreses, a quienes no se les rinde cuenta de nada. Como la Iglesia se vuelve por momentos mediática, desde esta tribuna, desde la que no se rinden cuentas, se exigen...al Estado, para lo que basta con recibir a un "presidente" contrario a otro o meterse dizque a "mediar", sin dejar al César lo que es el César. Las cosas se deciden en el misterio que termina en el color del humo, pero de rendición de cuentas, no mucho: las del Vaticano, por ejemplo, no siempre han sido las mejores, pero no se le pide cuentas de su alianza con Mussolini o su ayuda a la escapatoria de nazis al final de la Segunda Guerra Mundial, de la asociación de Juan Pablo II con la CIA (Central de Inteligencia Americana) u otras "escapatorias célebres" (del dinero), para lo cual el muy amigable y simplemente demagogo Francisco nunca dijo nada. Porque no se rinden cuentas.

       Lo mejorcito son los medios, en los que los grandes sirven a intereses económicos poderosos. Con la pena, pero los medios se toman por algunos poderes: sentencian antes que la Justicia, por ejemplo. Recientemente, el periodista Héctor de Mauleón fue erróneamente censurado por una denuncia de las que es habitual. Sin embargo, la denuncia, válida, se acompañó de una agresión al Estado, puesto que es parte de una campaña en México que busca desvirtuar el sentido de la reforma judicial dando a entender que la Justicia puede caer en manos de delincuentes. Cierto que debe pensarse en parte en que se evite. Pero la Justicia en México ha solido encargarse de servir a quienes tienen dinero, por lo tanto a delincuentes incluidos, y sin tener que rendir cuentas, ella también en nombre de "la independencia"; tal vez el nuevo mecanismo no sea el mejor, pero cuando en buena medida el aparato Judicial es el primero en delinquir, no es tan obvio que haya el riesgo que con su habitual mala fe quiso retratar De Mauleón a partir de un caso cierto y no censurable; lo "censurable" es abonar a "este es el Poder Judicial que se nos viene". No: es el que existe desde hace muchísimo tiempo porque, como las palabras de De Mauleón, se trata de hacer negocio, no realmente de algo para el espacio público. Que De Mauleón cuente una de Silvano Aureoles, para creer que no se sirvió de un caso cierto y no censurable para dar  un golpe bajo. ¿A quién rinden cuentas los medios en los que aparece De Mauleón, con la creencia de que es "para el público", cuando en nombre de algo común  se atienden intereses personales y de poderosos? Dicho de otra manera: no importa que a "los mercados", las empresas transnacionales, las organizaciones no gubernamentales (ONGs), las Iglesias o los medios de comunicación masiva no los voten, porque no es así (y tal vez tampoco para el Poder Judicial, según algunos), pero sí importa que no USURPEN el espacio público o el interés general. Salvo que se trate  entonces de decir que lo único en común es la suma de cada interés privado. Ni "los mercados" tendrían por qué meterse en Hacienda; ni las ONGs en Ayotzinapa contra el ejército; ni  el Papa en asuntos de Estado, ni los medios a tomar el lugar de jueces y tribunales, desde que, con entrevistas para la "visibilidad", hay que rendirle cuentas  a los mismos medios. Todo el mundo tiene que "rendirles cuentas" de todo. ¿Y ellos?  Quedará impune De Mauleón -más allá de lo cierto de la denuncia sobre los problemas del Metro en la capital mexicana- por su ataque frontal de hace no mucho tiempo -unos días- contra Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México, acusada en Latinus de "pagar favores políticos" . "El costo, como siempre, no lo pagarán ellos", terminó espetando De Mauleón sobre el Movimiento de Regeneración Nacional, MoReNa. Falso: Brugada se estaba enfrentando entre otros a carteles inmobiliarios que tienen connivencias en estructuras administrativas intermedias y son un sector privilegiado de lavado, lo que le pasa de noche a De Mauleón. ¿Habría que crear problemas en una ciudad, la capital de México, en la que la oposición de la que De Mauleón forma ideológicamente  parte suele estar involucrada en negocios turbios, y después de que un importante medio televisivo desacreditara -llamando a no votar- la elección para el Poder Judicial? Gracias por fondo musical. Tal vez sea debut...y despedida (da click en el botón de reproducción).




AHÍ VIENE EL LOBO

 De vez en cuando, el presidente estadounidense se cree que Estados Unidos es great  y se lanza a hacer cosas disparatadas. Durante su prime...