No se le ha dado mayor importancia al hecho de que, hace algún tiempo, la Fiscalía mexicana (FGR-Fiscalía General de la República), volviera sobre el asunto del asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional-PRI) a la presidencia, en 1994. No es algo que se le recuerde al beneficiado, el presidente Ernesto Zedillo, gracias a un "videodedazo" impulsado por José María Córdoba Montoya (a quien Zedillo dedicó su tesis) y llevado a cabo por Manlio Fabio Beltrones.
Se supone que la investigación de la FGR no es en realidad nueva. Reactivó, sin mucho efecto, la teoría del segundo tirador, Jorge Antonio Sánchez Ortega, agente del antiguo CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional). No es algo nuevo porque siempre estuvo la sospecha sobre Sánchez Ortega, es una de las líneas que una fiscal dejó abierta (Olga Islas) y que el último encargado omitió con un mar de enredos. Sánchez Ortega pudo seguir su carrera en el CISEN, en labores de espionaje político. Detenido a raíz del asesinato de Colosio, el agente del CISEN fue liberado por una orden en una llamada telefónica de Jorge Tello Peón, entonces director del mismo CISEN. Sánchez Ortega lo reconoció.
Lo nuevo que saltó desde la FGR es que a Sánchez Ortega fue a terminar de rescatarlo en Tijuana, lugar del crimen, Genaro García Luna. En un libro sobre su persona y trayectoria, García Luna dijo que entró al CISEN en 1994, pero en realidad entró en 1989. El periodista J.J. Lemus ha escrito desde hace rato (2020), en El Licenciado, que García Luna trabajaba en asuntos de inteligencia y contrainteligencia, pero además, que era alguien de confianza de la CIA (Central de Inteligencia Americana). Lemus es de los únicos que refiere este dato. De lo que se habla aquí no es de simple "pasaba yo por ahí" o de "se me escapó un tiro", sino de seguridad nacional, por si acaso se siguiera pensando en que el asesinato de Colosio fue un crimen de Estado. Si fuera el caso, los beneficiarios son conocidos, aunque los motivos no parezcan del todo claros, y lleven al dominio de la política. Una de las preguntas es: ¿por qué "rehizo" García Luna la historia del año de su entrada al CISEN y por qué casi no se habla de a qué se dedicaba en el organismo, que para el caso es lo mismo -salvo en la relación con Estados Unidos- en lo que a su modo trabajaba Sánchez Ortega? Sánchez Ortega siguió haciendo trabajo -bastante sucio, por cierto, como en Coahuila- por años en el CISEN. Hasta aquí, restan dos cosas: que efectivamente haya sido un asesino solitario, lo que hoy el mismo niega, diciendo que Sánchez Ortega fue partícipe y que el asesino fue Ernesto Rubio, a reserva de saber qué hacer con la manera de Aburto de confesar y desdecirse; o que en la "acción concertada" (cuyos videos no se muestran mucho), la primera hipótesis del fiscal Miguel Montes, Sánchez Ortega no haya tenido nada que ver.
García Luna no era el jefe de Sánchez Ortega, pero como sea estuvo involucrado en la impunidad total para éste. Hubo en el lugar del crimen otra persona vinculada a la CIA: Fernando de la Sota, aunque ya a cargo de una empresa privada. Durante mucho tiempo, De la Sota fue agente de seguridad (DFS, Dirección Federal de Seguridad). Lo que destaca, además de su presencia en el lugar del crimen y su modo violento de querer incriminar a Aburto por los DOS disparos, es la manera en que De la Sota dió falsos testimonios cambiando varias veces la versión del asesinato.. De la Sota trabajó de 1990 a 1992 en la estación de la CIA en la Ciudad de México. El comportamiento de De la Sota con Aburto fue tan violento que fue recriminado en el juzgado.
A sus 26 años, como subdirector de área (de Protección), García Luna tenía como jefe a Wilfrido Robledo. Aquél viajó con otros cuatro funcionarios a Tijuana, en toda una "cadena de mando", de cuando menos nueve funcionarios del CISEN. Robledo fue premiado por Zedillo con la nefasta PFP (1999) (Policía Federal Preventiva) y García Luna siguió ascendiendo. No es la única gente ligada a Zedillo que se movió hacia arriba: Córdoba Montoya pudo hacerlo como asesor de un antisalinista empedernido, y antiguo presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Téllez Kuenzler, funcionario de Energía de Zedillo, además de "coordinador de asesores" del mismo. Se trata en todos los casos de gente que hizo su agosto con Acción Nacional y las "puertas giratorias" transexenales. Zedillo lo debería saber, él en cuyo gobierno fueron ascendiendo todos.
El hecho de que salgan a negarlo todo de inmediato Julián Andrade Jardí (sobre quien se equivocó el que fuera jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, como se equivocó al entrevistarse con García Luna)o Raymundo Riva Palacio no sirve para nada: no se trata sino de la misma creencia en la impunidad -esta vez por unas muy supuestas alcurnias- que, tal vez, le vendieron bajo forma de creencia en la omnipotencia a un Aburto -cuya familia juega un pésimo papel- que, como los suyos o como Zedillo, no pueden tener ni una palabra...para Colosio. Ni una. Sintomático. Pareciera que más allá no se trata más que de un asunto de "pasarse la bolita" y no de comprender qué motivos pudieron llevar al crimen de Estado, si lo fué, y si de una u otra manera respondió a cuando menos la coincidencia con intereses foráneos. Acordarse de Colosio como de una marca para vender la idea de que Luis Donaldo Colosio Riojas es solución de algo tampoco sirve. No es posible saber si Colosio el candidato habría podido llegar lejos. Pero queda un resquicio para terminar de redondear lo ya dicho por Aburto -quien no es el asesino, pero iba armado al mitin de Tijuana- y su familia. La hipótesis de un defensor de Aburto, Jesús González Schmal, de que el autor intelectual fue Raúl Salinas junto con el cártel del Golfo es la misma que la del asesinato del secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu. Esa es cosecha de González Schmal, a reserva de cómo, si fue crimen de Estado, haya operado el "ala" que se benefició del crimen para sacar al PRI del poder. Información clave no está en el expediente -como la que conecta a Aburto con Sánchez Ortega-, como tampoco algunos elementos de video y documentos que están en Argentina (da click en el botón de reproducción).