Como lo acaba de mostrar el programa español "La Base" (de Pablo Iglesias), difícilmente se puede salir del mito cuando se trata de Cuba que, no está de más decirlo, es parte para algunos del "imaginario" libertario, incluidos el del parque John Lennon en La Habana o las aficiones musicales y otras -como la de El Mejunje- del presidente Miguel Díaz-Canel.
No fue un secreto, para quienes lo conocieron y lo vieron personalmente, que Fidel Castro era, en parte, un histrión a quien algún comunista le recomendó mejor dedicarse al teatro; como a todo cubano promedio, por lo demás, a Fidel Castro le encantaba hablar y discutir por horas. Fue cabeza de una Revolución triunfante y preclaro en La historia me absolverá, como en otras cosas: alguien que anhelaba la paz como algo básico, pero que conocía al imperialismo y que le advirtió al líder soviético Mijaíl Gorbachov que "no iba a poder" -y no pudo. Fidel Castro era de lo mejor para equivocarse, entre otras cosas porque no sabía gran cosa de marxismo; siempre fue sabido que el de la formación marxista y de la cercanía con la Unión Soviética fue Raúl Castro. Cuba nunca pudo crear "dos, tres, muchos Vietnams"; el "Che", pese a ideas interesantes sobe la industria, hizo el ridículo en el Congo, desoyó hasta a Fidel Castro y fue a ganarse una muerte estéril en Bolivia. El "foco" guerrillero fue un fiasco por doquier. ¿Por qué? Ni análisis antes, ni después. Las "explosiones sociales como volcanes" por la crisis de la deuda externa no tuvieron lugar, y esa deuda se pagó dos, tres, muchas veces.. La zafra de los 10 millones no llegó a los 10 millones y Fidel Castro, ya se ha dicho, llegó en cambio a decir que nadie sabía en Cuba de qué trataba el socialismo. Al mismo tiempo, Fidel Castro fue el promotor de un sistema de salud en más de un aspecto destacado. Fue también el tonto que presumió a sus prostitutas ("jineteras")con buenos estudios. Tampoco es que la Unión Soviética recomendara lo mejor al promover el monocultivo del azúcar. El "Che" fue el ministro de algo de lo que no tenía ni idea. Salvo excepciones por revisar (Génesis de la Revolución Cubana), la Revolución Cubana fue de principios sin mayor teoría, porque Fidel Castro no tuvo jamás teoría alguna, ni tampoco demasiado el "Che". Fue el tiempo de la acción, on se lance, et puis on voit (nos lanzamos, y luego vemos). Resultó un rato. Fidel Castro fue también quien mintió sobre la crisis de los misiles de 1962. Hay suficiente para desmitificar, porque los que "no iban a cometer los mismos errores" no estuvieron exentos de equivocaciones, ni de prepotencia, ni de negativa a escuchar. Cuba logró bastante de positivo, pero también erró. Y a costa de gente que desde abajo cree hasta hoy, aunque también dice cosas fuertes..
Lo más fuerte es salirse con que lo sucedido con la Unión Soviética era asunto de otros. Durante la alianza con la Unión Soviética, Cuba iba (!Cuba va!) con los soviéticos comprándoles a los cubanos el azúcar siete veces por encima del precio internacional, y el níquel 50 % por encima del precio internacional. Dos tercios de la ayuda soviética entre 1960 y 1990 fueron subsidios de precios. El cubano promedio es hasta hoy agradecido y trata bien al turista ruso. En cambio, los políticos del "poder por el poder" creyeron tenerlo para la eternidad, en la desmesura, y trataron bastante mal a los comunistas, colocados a remolque. Simplemente, Cuba comenzó a irse a pique cuando ya fue su "propia historia", en los '90, hasta que llegara por un tiempo el salvavidas venezolano. Por un tiempo, a principios de los 2000, las cosas parecieron repuntar, en buena medida con el gran flujo de turistas. Raúl Castro buscó flexibilizar y liberalizar la economía, más allá de la inversión en el turismo, pero no pudo llegar muy lejos, pese a ser el intento de cambio más importante y sin estridencias, ni "pragmatismo", al llamar a mejorar el trabajo del partido comunista. Hasta hoy, resulta que Raúl Castro vale no como el garante de la soberanía cubana, en particular con el ejército, sino como "el hermanito de Fidel El Magno", "Pulguita". El turismo estuvo funcionando hasta 2017, antes de la COVID 19. Pero el parón venía desde 2009 con la caída de la capacidad productiva: producción industrial a pique y caída de la producción agrícola. Entre la apertura y las reformas no ejecutadas propuestas por Raúl Castro, el cubano promedio lo dirá: no es cuestión libertaria de ir contra "el Estado" o "la burocracia", sino que una parte del gobierno empezó, en medio de vaivenes monetarios, a hacer "trucos" con impuestos a remesas y divisas del turismo y -el cubano promedio también lo dirá- a vivir de PARASITAR. En eso llegó el parón venezolano y Cuba se volvió a quedar sin ubre (la ayuda de Venezuela se frenó en 2014), con "su propia historia", la del descuido de lo interno para parasitar ingresos del exterior. Gran parte de lo enumerado aquí ha sido probado por el estudioso Carmelo Mesa-Lago.
Cuba está en una fase mixta. Los logros de antaño están en la gente, pero no hay ceguera ante quienes parasitan, como lo hacía el gobierno cubano antes de la Revolución. Lo que llama la atención no es la falta de debate, sino de escucha, que no es nueva, mientras decae el igualitarismo y no queda claro de qué agarrarse, pese a que desde adentro se dice a quien quisiera oírlo que no todo es "el bloqueo". La que no era "la propia historia" hizo que Cuba, subsidiada (también en petróleo), no tuviera que pagar dos tercios de la ayuda. A Cuba se le ha condonado deuda. Se le subsidia, se le perdona deuda externa, obtiene durante un tiempo bastantes remesas, y sin embargo...Sería de esperar que "el bloqueo" no sea la forma de aprovecharse de la dependencia del exterior, de la ayuda y, para algunos, en vez de apoyarse adentro y desde abajo, de trepar para parasitar el capitalismo, como se hizo con el turismo en tiempos de Barack Obama en la presidencia estadounidense. Que se sea a la vez líder del Estado y del partido comunista puede hacer de éste el modo de acomodarse a buscar y tener privilegios. Hay una "casta" que también hace "bloqueo": porque no se puede poner una traba tras otra a la recompensa al trabajo, con dinero y en propiedad privada, mientras arriba se asiste a tráficos opacos. El cubano promedio también lo sabe: no hay ningún motivo para que quien trabaje más y mejor no gane más y mejor, y no "intermediando". Así no se vale: ¿qué Estado puede representar qué con empleados de a 15 dólares por mes y diplomáticos y tales haciendo creer que se lo tienen merecido? También hay forma de bajar la Estadolatría sin bajar la guardia, como lo intentó Raúl Castro. Es opaco, pero ya está enquistada la "casta" intermediaria y el precapitalismo. No se va a resolver gran cosa con hojas de parra fidelistas o martianas. (da click en el botón de reproducción).