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viernes, 27 de junio de 2025

ALBORADA

 Puede parecer extraño en medio del proceso de "des-civilización" que vive actualmente el mundo, y dadas nuevas generaciones muy enajenadas, poco o nada educadas y puestas a creer en cualquier moda que pasa, sin mayor discernimiento. En medio de este proceso, en redes sociales -para unos "benditas redes sociales", para otros un asilo de locos-, en parte con origen estadounidense (algo más bien extraño) ha surgido un nuevo tipo de mujer que, para decirlo de entrada, está lejos del feminismo y sus pretensiones de empoderamiento, con frecuencia una forma de extorsión, pero también lejos del ideal de muchas: la señora, "de tal" o "madre de 'sus' hijos", como les llama, como si los hubiera tenido sola. Como ya ha habido ocasión de decirlo, el feminismo -que adoptan muchos señoritos, tal vez a su manera "varones domados"...por señoras- no es la emancipación de la mujer AL LADO del hombre. Es más bien el recrudecimiento de los "derechos y libertades" para la conveniencia pura y simple y para ejercer dominación. No es tan nuevo. Hace rato que el mundo femenino no está exento de pretensiones de manipulación en nombre del "eterno femenino" (sin excluir el paso por el infantilismo y otras pretensiones de inocencia), anteponiendo esta "esencia" a los rasgos de trato humano. No es nuevo por lo desde hace tiempo exhibido por las revistas femeninas, por Esther Vilar justamente sobre el "varón domado", por las pláticas entre mujeres a espaldas del hombre y por el lugar de muchas mujeres en la familia (empezando por la abuela, de San José de Gracia u otros lugares). En el pasado, es parte de los problemas que, por distintos motivos, los países socialistas no consiguieron solucionar, pese a la importancia dada al Día de la Mujer (8 de marzo), antes que al de las Madres (10 de mayo) y a la incorporación de la mujer al trabajo. Tampoco fue mucho lo logrado por el "compañerismo" de izquierda (y sus "cómplices y todo, en la calle codo a codo"), a lo Mario Benedetti, para ejercicios libertarios. No lograron revertir a fondo ni el machismo...ni los hábitos de las señoras. Ricardo Arjona o Emmanuel empezaron a personificar algo temprano al señorito -sin mucho carácter- puesto a extasiarse ante la señora. De macho a gigoló, tal vez. Ofertas para cumplir deseos y fantasías no faltan, y con frecuencia para que "derechos y libertades" conviertan la conveniencia y el interés en imposición inmisericorde.

       Ahora ha surgido un tipo de mujer que, sin dejar de serlo y de querer serlo, considera al mismo tiempo estar AL LADO y ACOMPAÑAR al hombre si éste hace lo mismo con ella, lo que se termina por saber en el momento adecuado y sin necesidad de grandes palabras: se trata de reciprocidad si el hombre, aún con defectos, es leal, lo que se interpreta por lo que es, lealtad (que se expresa de muchas maneras y en el apoyo como obligación, de "responsabilidad por el otro"), y no como alguna forma de debilidad que dé licencia para imponer. Vulnerabilidad no es debilidad. Ha sido la creencia errónea del machismo, pero, como se trata de dominación interiorizada, también creencia de la señora que espera "su" momento. No hay más que un asunto: "quién a quién", con roles que pueden cambiar y alternar (hasta en los deseos y las fantasías). Es la ceguera más completa al hecho de que la vulnerabilidad es parte de la fragilidad del ser humano, no una debilidad para tomar ventaja u obtener beneficio, porque así lo dictarían "los intereses" y no existiría en el mundo quien, como se dice coloquialmente en México, sea el que dé "paso sin huarache". Si acaso, alguna revista "fem" enseña a aparentar ser "débil", sin serlo. Y, también para retomarlo según algo hasta hace algún tiempo en México, está el macho que "no se raja". Pasa el tiempo, el hombre aparece como débil y la mujer como la fortaleza ("mi casa es mi fortaleza"): Ricardo Garibay mostró alguna vez como se juega la llegada del "momento". Cuestión de saber del "momento". 

       Lo que ha asomado ahora, en Shynita, en mtcuadrado, en Loree Vaz y algunas más es que la pareja, es cosa PAREJA, pero no de "dientes para afuera", como se dice en México, ni de grandes discursos, sino de capacidad para dejar de lado los roles de género (ni se diga las mil y un transformaciones que no dejan de ser de roles) y para ir más allá, donde hay igualdad entre seres humanos, y ninguna obligación de aceptar la injusticia, lo "no parejo", que no es más que falta de reciprocidad: después de todo, el hombre también puede elegir y, como sea, aunque resulte difícil o a veces triste, la soledad puede ser humana porque no miente, no es desleal y no traiciona; puede resultar más humana que quienes, creyéndose en "el bien", el de "los derechos y las libertades" y los "roles" (los muy "empoderados"), encuentran "el momento" para llegar al sitio donde no hay compasión ninguna. Es, en lo que despunta, desde aceptar la soledad hasta la posibilidad, al gusto, de escoger un mundo privado no idílico, pero sí libre de asuntos de poder, para lo que, si a alguien interesa, está la sociedad política. Ahí sí es cosa de "quién a quién", de "intereses", del "poder", de COMBATE. Poco se puede hacer cuando alguien se equivoca de lugar y de momento, así crea que es también para la pareja, la familia y la amistad: "el momento", "el lugar" y otros asuntos de TERRITORIO muy marcado. Si no hay nada de loable en el machismo, tampoco lo hay en las señoras. A pesar de todo, algo de humano asoma cuando se sabe estar AL LADO y más allá del no conocer más que el arriba o el abajo. Tampoco es de extremar la propia estima para anteponer el Yo, ahora que la psicología no para de pregonarlo para crearle a más de uno  la ceguera del Yo ideal, o idealizado, en lugar del ideal del Yo. Si no es tiempo de tener ideales, sino intereses mal entendidos. Así no es.

PONTE A AVIONAR

 Está de moda, gracias a los medios de comunicación masiva y a Estados Unidos, ponerse a lo grande, o lo mega, híper, súper o friki. México ...