Hay en varias fuentes documentales elementos para pensar que dos facciones o grupos estaban en pugna en el PRI (Partido Revolucionario Institucional) al momento del asesinato del candidato -priísta- Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de 1994. Una de esas fuentes fue sacada de circulación intempestivamente, pero en el expediente Colosio no hace falta demasiado tiempo para darse cuenta de quiénes mienten, de entre las grandes figuras políticas. Se puede dejar parcialmente de lado la creencia, que va desde el extinto Eduardo "El búho" Valle hasta Jesús González Schmal, abogado de Mario Aburto, de que pudo haber sido "el narco" y el hermano incómodo. Si no enreda las cosas, el interés de haber capturado a Jorge Antonio "N" está en que en 1994 era agente del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), y normalmente, que se sepa, el narco no actuaba a través del CISEN. Tampoco es fácil "remontar" la pista, por probable compartimentación. Para lo que hay elementos es para tener la hipótesis de que, si hubo "acción concertada", la concertó Jorge Antonio "N", y se sabe cobijado a nivel intermedio por quién.
Las gracejadas invertidas de la oposición no funcionan mucho, y son típicas de la ideología, que entre otras cosas opera por inversión (atribuirle al otro lo propio) y desplazamiento, por lo que es la misma oposición la que ha buscado desplazar el problema de la ejecución del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, atribuyéndole al gobierno mexicano actual buscar "desplazar la atención" capturando a Jorge Antonio "N": lo que muestra esta versión es la costumbre opositora de desplazar la atención con chivos expiatorios, antigua práctica del PRI, para no hablar del "peligro para México" de Acción Nacional haciendo creer que la autodenominada Cuarta Transformación es cercana a Venezuela.
El seductor de la patria afirmó que un chivo expiatorio preferido, el hoy extinto presidente Luis Echeverría, aprovechó la muerte de Colosio para proponer un sustituto, alguien por lo demás extraño, aunque las contradicciones están en el expediente. Gracias a la grosería maliciosa de Pedro Ferriz de Con, una de las "facciones" se puede rastrear, si es de lo que se trata. Colosio aparece como todo un reformador, lo que habría molestado a los "dinos" (dinosaurios) del PRI, por no querer soltar el menor espacio político, y esto lleva a Ferriz de Con a mencionar a Echeverría, que es, él, el villano favorito de empresarios, tecnócratas y "libertarios" de extrema izquierda. Si fuera el caso, habría que saber cómo llegó la larga mano de Echeverría y esta facción hasta el CISEN, salvo que haya operado de otro modo, pero sirviéndose de los contactos de Jorge Antonio "N". Colosio iba a "abrir la política" luego de que con el seductor de la patria se "abriera la economía", aunque, según Ferriz de Con, le tocó hacerlo "paradójicamente" al presidente Ernesto Zedillo, que no es chivo expiatorio de nadie, a diferencia del seductor de la patria, a quien "la voz del pueblo" culpó del asesinato de Colosio. De las contradicciones en el expediente Colosio entre declaraciones de figuras públicas no "se" habla. Ferriz de Con es en ésto como Colosio, que amaba al seductor de la patria, y por lo tanto es el salvífico modernizador del país, aunque hubo que esperar un sexenio más para que Zedillo completara la tarea.
En estas circunstancias, como esta "modernización" dejó privilegiados, no están dispuestos a hurgarle a la otra "facción", la tecnocrática, que se molestó con el seductor de la patria por la elección de Colosio, vista como continuidad, y como apertura, sobre todo que Colosio había rescatado al PRI luego del fraude de 1988. Deshacerse de Colosio era evitar la prolongación transexenal del seductor de la patria, con todo y su campeonato de Solidaridad (en el que estuvo Colosio), y abrirse, pero manteniendo a la tecnocracia que pudo ver entonces en la elección de Colosio, además, "politiquería".
En un caso, el segundo, queda respondida la pregunta normal de un crimen: ¿quién se beneficia? En el otro, se trata de salvar al seductor de la patria, el "mustio" que, como Ferriz de Con, señala al otro "grupo", que no ganó nada con el crimen, salvo que Echeverría siguiera como villano favorito o chivo expiatorio. Si las cosas, con todo y Jorge Antonio "N", no avanzaran en una u otra dirección, o más allá de niveles intermedios, pueden terminar como las del 68: mitos, chivos expiatorios y gente impune, o, como se dice, saliendo del agua sin mojarse. Salvo que se tome en serio a Ferriz de Con, cabe agradecerle que haya dado su versión: es probable que, justamente ésa, no sea, por el hábito de desplazar, así sea saltándose más de una secuencia narrativa, y en medio de los enredos mayores de todos los beatos - o santurrones- de México "en su difícil paso a la modernidad". Tienen tales rituales primitivos que sí, para la modernidad, "les cuelga", como se dice coloquialmente en México. (da click en el botón de reproducción).