A pesar de las dificultades que sigue presentando el rastreo de los archivos soviéticos, Grover Furr ha logrado establecer (en buena medida gracias al trabajo de Yuri Zhukov en Inoi Stalin, "Un Stalin diferente") cierto "origen" en el virtual putsch de Nikita Jrushev en el Informe Secreto que en 1956 destruyó al movimiento comunista internacional y colocó una especie de bomba en los cimientos del sovietismo.
Desde el año de 1936, Stalin y sus allegados en el Politburó venían trabajando para separar al partido oficial del gobierno, de tal modo que éste pudiera ser electo directamente por la población soviética, sin pasar forzosamente por el partido comunista (bolchevique). Textualmente, se trataba de evitar la degeneración del partido en una "casta de parásitos y carreristas corruptos", que hacían carrera dizque política para incrustarse desde ésta en cualquier cargo estatal y, por lo demás (hay pasajes escritos de Stalin muy duros sobre el tema) sentirse por encima del común de los mortales. Que Stalin quería frenar este proceso de burocratización está claro en una entrevista que el líder soviético le concedió al magnate de la prensa estadounidense Roy Howard en marzo de 1936, un material asequible y clarísimo: Stalin apostaba por el sufragio universal, directo y secreto y no por las nominaciones "cupulares", desde arriba y aprovechando la pertenencia al partido (por lo demás, en las elecciones de abajo se presentaban los designados por el partido). Por increíble que parezca, Stalin declaró en esta entrevista que en las elecciones debían participar diferentes fuerzas políticas, incluidos candidatos ciudadanos (que respondieran a los más diversos intereses de una sociedad que había cambiado mucho), y no solo candidatos presentados por el partido comunista. Stalin declaraba: "no son pocas las instituciones de nuestro país que funcionan mal". El sufragio universal, directo y secreto debía devolverle al pueblo un poder que podía escapársele.
Interrumpido por la guerra, el asunto volvió a plantearse en el proyecto de Programa del Partido de 1947: el soviético de a pié debía tener derecho a proponer iniciativas (reforzando los órganos legislativos y el Soviet Supremo). De paso, este cambio obligaría al partido comunista a renovarse y aceptar nuevos cuadros y nuevas formas de discusión. En el 19 Congreso del Partido, en 1952, el grupo estalinista hizo un último intento por separar al partido del Estado, aunque había fuertes resistencias desde 1936.
La pregunta que se hace Furr es: ¿cómo podía haber recibido una burocracia en ascenso, la famosa nomenklatura, las iniciativas de Stalin y su círculo más cercano? La respuesta está en las 61 faltas de distintos tipos a la verdad que pueden detectarse en el Informe de Jruschev de 1956, y en el anquilosamiento que siguió y que el disidente Alexander Zinoviev describía así: la Unión Soviética se convirtió en cierta medida en el reino donde cualquier burócrata con algo de poder -obviamente "elegido" desde arriba- o cualquiera con un cargo de lo que fuera se sentía con derecho a humillar y "tratar como insecto" al habitante de a pié. Un trato de hielo, no de deshielo.