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miércoles, 4 de julio de 2018

YA ESTA

Cuando se trata de defender a regímenes acosados desde el exterior, y notoriamente desde Estados Unidos, en los últimos tiempos no ha faltado quien se encuentre el motivo para no hacerlo. Nicaragua está siendo objeto de una agresión externa, por lo que en este momento el tema no debiera ser el de las características de la pareja Daniel Ortega (mandatario) y Rosario Murillo (vicepresidenta).
     Ya salió en el periódico ultraizquierdista mexicano La Jornada alguien más, desde luego que desde la intelectualidad, para sugerir que la defensa de Nicaragua no vale la pena. Así, Marcos Roitman Rosenmann escribe, luego de un largo recorrido por las "traiciones" de las que fue víctima la Revolución Sandinista: "¿Demasiado tarde? La respuesta fue una movilización en la que confluyeron sectores con distintos objetivos, desde la derecha buscando la caída del gobierno, pasando por las legítimas reivindicaciones del pueblo nicaraguense, acompañadas por la represión gubernamental. No se juega una revolución, sino el mantenimiento de un gobierno corrupto, cuyo discurso antimperialista oculta sus propias verguenzas. Estados Unidos es enemigo del sandinismo, desde luego, pero éste no está en el gobierno. Antimperialismo no es sinónimo de izquierdas. Su uso indiscriminado como argumento lo desfigura. El poeta Roque Dalton fue acusado de ser agente de la CIA, asesinado en El Salvador por quienes se consideraron poseedores de la vida y la muerte. Estamos obligados a reflexionar. El pueblo de Nicaragua lo demanda, la memoria de Sandino lo exige".
     Lo primero, desde luego, está en el tono: por la pluma de Roitman "el pueblo de Nicaragua demanda" y desde el más allá "la memoria de Sandino exige". Es retórica, común en la ultraizquierda inflamada. Lo segundo es la falta de lógica, la falacia: si Roque Dalton fue asesinado acusado de ser agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA), lo que era falso (y por cierto que antes había sido acusado de ser pieza de la Inteligencia cubana) pero fue utilizado por sus compañeros de armas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), luego entonces las acusaciones de que Nicaragua está siendo desestabilizada desde el exterior no valen.
     Simplemente, Roitman no se ha tomado el tiempo de documentarse, contrastar fuentes y salir del círculo comentócrata de los amigotes. Baste un caso más: Paulo Abrao, secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se asomó a Managua, capital nicaraguense, para hacer un informe para la Organización de Estados Americanos (OEA), y apoyó, con ayuda de las redes sociales, a un grupo de pandilleros que atacaban a sandinistas -porque los hay- que se expresaban pacíficamente a favor del gobierno. Por lo visto, Roitman, parte de la ultraizquierda anticomunista, desconoce los libretos de Gene Sharp para tumbar gobiernos -y utilizados por la CIA- o las actitudes frecuentes de los vividores de las organizaciones no gubernamentales (ONGs), que desde tiempo atrás vienen provocando en Nicaragua (contra el Canal, por los "feticidios", por Indio Maíz, etc.). Nada: es el supuesto "espontaneísmo" del pueblo, así se llame muy curiosamente "Alianza Cívica" (para variar), y aunque coincida "desde abajo" con la Iglesia, el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), o las embestidas de la congresista estadounidense de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen. Mientras tanto, Félix Maradiaga, opositor al gobierno de Ortega, cabildea en Estados Unidos y se entrevista con el insultante Jaime Bayly, quien defiende también al "bravo pueblo nicaraguense" y pregunta al entrevistado "¿y cómo hay que derribar a Ortega, cuál es el mecanismo más eficaz?". ¿Son formas normales de procesar las diferencias políticas?
     La lista podría alargarse. Después de todo, no hay mayor diferencia entre un enfoque "a la Roitman" y lo que publica Yoani Sánchez en su blog, siempre contra el orteguismo nicaraguense. De lo que es bueno enterarse, porque la retórica y las falacias no son novedad, es de que "antimperialismo no es sinónimo de izquierdas". Efectivamente, no lo ha sido en Panamá, Iraq, Yugoslavia, Afganistán, Chechenia, Osetia del Sur (reconocida junto con Abjasia por Nicaragua), Somalia, Libia, Siria y Yemen. La izquierda ha estado totalmente ausente, como lo ha hecho notar el comunista italiano Domenico Losurdo en un libro que lleva justamente por título La izquierda ausente. Y el protofascismo Demócrata y dizque "liberal" parece antimperialista en su cruzada contra el actual mandatario estadounidense Donald J. Trump. "Antimperialismo no es sinónimo de izquierdas". Así queda.

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