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lunes, 23 de julio de 2018

QUE SE MUERAN LOS FEOS

La reciente reunión del mandatario estadounidense Donald J. Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin en Helsinki, capital finlandesa, fue la ocasión para una nueva andanada de ataques contra el primero en los medios de comunicación occidentales. Como lo ha dicho Diana Johnstone en el sitio Globalresearch.ca, pareciera que Trump fue elegido por Putin y que los medios del establishment occidental han caído masivamente en la demencia. Después de todo, como lo recuerda Johnstone, el establishment europeo ha hecho carrera a la sombra de Estados Unidos y seguramente no quiera perder sus privilegios. Otras hipótesis, citadas por Johnstone, son posibles: tal vez Trump haya preferido emprenderla contra China y necesite tener a Rusia en calma. Pero el hecho es que Trump ha evitado seguir en la confrontación con Rusia, y tuiteó con cordura después del encuentro de Helsinki: "los medios de comunicación de las falsas noticias quieren muy malamente ver una confrontación mayor con Rusia, incluso una confrontación que podría conducir a una guerra. Están presionando de manera temerariamente ruda y odian el hecho de que probablemente tenga una buena relación con Putin". Trump tiene sin duda razón: los medios de comunicación occidentales se comportan de manera cada vez más temeraria y, cabría agregar, irresponsable, tratándose del riesgo de un enfrentamiento nuclear.
     En las andanadas contra Trump han coincidido la derecha conservadora que se hace llamar "liberal", sin pelear contra ningún privilegio, y la ultraizquierda que abarca un amplio espectro, salvo el comunismo, por lo que aquélla nunca oyó hablar de "contradicciones inter-imperialistas" y embiste contra Trump como lo hiciera contra George W. Bush. Enrique Krauze declaró ante CNN literalmente que Trump es un "perfecto fascista", para escribir luego en el periódico español El País: "un fascista ha llegado a la Casa Blanca; nadie sabe cuanta sangre, sudor y lágrimas acarreará su demencial ascenso". Christopher Domínguez Michael de plano pidió para México un gobierno de emergencia y coalición nacional, y seguramente en referencia a los escasos conocimientos históricos del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, reclamó: "¿alguien podría explicarle al señor presidente los resultados obtenidos con la política de apaciguamiento frente al nacionalsocialismo alemán?". Entretanto, desde la ultraizquierda, en el periódico mexicano La Jornada el "analista" Guillermo Almeyra exigió, refiriéndose a Trump: "hay que parar al nuevo Hitler". Ex asesor del extinto líder venezolano Hugo Chávez, Heinz Dieterich, el hombre del socialismo del siglo XXI, escribió en el portal Aporrea: "el Terminator arriba a la Casa Blanca...Twitter, el FBI y los plutócratas instalan al Fuehrer". Más recientemente, Dieterich comparó a Trump con el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, para pronosticar: "ambos representan las fuerzas de la anti-historia, cuyo perpetuum mobile (energía permanente) es la violencia. Terminarán, como Hitler, en la apocalipsis (sic) que ellos mismos generaron".
     Las coincidencias tal vez no debieran extrañar tanto. Al fin y al cabo, todos hubieran querido ser Demócratas estadounidenses, con el poder del "Estado profundo" y en el establishment, así hubiera que librar la peor de todas las guerras. En el reciente Foro de Sao Paulo en La Habana, capital de Cuba, los representantes de la izquierda latinoamericana sacaron una declaración final sin pies ni cabeza, al reivindicar muy firmemente la soberanía nacional y reclamar también, frente a Trump....la ciudadanía universal y un mundo sin fronteras (como el capital). !Pero qué congruencia! Seguramente Diana Johnstone tenga razón: los privilegiados de todos los establishments y sus medios no están pasando por su momento de mayor cordura.

TIEMPO DE....¿SEÑORAS?

 A reserva de lo que dé a conocer Ricardo Raphael, muy buen conocedor del caso, Isabel Miranda de Wallace es una mujer de antología que llev...