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viernes, 9 de septiembre de 2022

LA CUENTA, POR FAVOR

 Tal vez para algunos no sea un secreto que más de un vacunado con la "terapia génica" de Pfizer o Moderna se ha visto envuelto en extraños y recurrentes problemas de salud. En algunos países, se ha llegado a la creencia absurda de que hay que seguirle con los niños.

     El Perú fue buen alumno de la Organización Mundial de Salud (OMS), que acaba de poner el grito en el cielo con la viruela del mono ignorando que el 99 % de la población no puede contraerla y que el 85 % de los enfermos son homosexuales o bisexuales., Perú prohibió tratamientos precoces contra la Covid-19 y se fue recto a la pasión por la vacuna, sin que ello impidiera que se siguieran presentando casos de la enfermedad:  70 mil en una sola semana de 2022, por ejemplo, más que en picos anteriores. La vacunación había empezado desde mediados de febrero de 2021. Al 4 de julio de 2022 se llegó a 3 millones 600 mil contagiados, tres veces más que antes de la aplicación de la vacuna. Es falso que con todo la vacuna haya evitado casos mortales: desde la vacunación, la mortalidad por la Covid-19 se duplicó en el Perú, pese a que fue vacunado el 85 % de los habitantes, y el 95 % de las personas de riesgo. Perú acabó hace poco con unos 200 mil muertos, teniendo la mortalidad por la Covid 19 más alta del mundo.

     Por contraste, los países africanos o como Haití que no vacunaron a diestra y siniestra y que siguieron empleando antipalúdicos evitaron las formas graves de la Covid-19 y las muertes excesivas. Argelia, por ejemplo, país que siguió el protocolo Raoult (hidroxicloroquina), llegó a 6 mil 875 muertos por comparación con los más de 200 mil del Perú en tiempos recientes. Se trata en varios países africanos de mortalidades de 200 a 400 veces (según los casos) inferiores a la del Perú.

     No se puede decir que no hubo advertencias, pero fueron desoídas por dos motivos: tratadas como falsas noticias por los medios de comunicación masiva y desestimadas por políticas demagógicas y que prefirieron dejar la responsabilidad en la imitación de Estados Unidos y en grandes empresas farmacéuticas. Ahora tal vez deba saberse que las "terapias génicas" (vacunas de ARNm mensajero) aumentaron las muertes entre atletas, los sangrados menstruales más abundantes entre muchas mujeres y riesgos de miocarditis entre adolescentes, además de un número de muertos (para Estados Unidos y la Unión Europea) superior a los de la guerra de Vietnam (alrededor de 50 mil). Cualquiera puede consultar las cifras de Haití o de muchos países africanos y contrastar con las de países latinoamericanos: la tan llevada y traída "medicina basada en evidencias" no puede con algunas evidencias elementales, como las de Haití o de la comparación entre Perú y Argelia. Hecho significativo, son las propias cifras de la OMS las que indicaron que los contagios se aceleraron (a un ritmo de nuevos casos por millón multiplicados por tres) a partir de las vacunaciones. Son los países más vacunados los que sufrieron el mayor número de casos. Son los mismos países que limitaron los tratamientos precoces. Al igual que en el Perú, en Estados Unidos y la Unión Europea la vacunación no disminuyó la mortalidad, sino que ésta fue más alta que en países con menor vacunación.

     Tal vez sea necesario recordar que estas "terapias génicas" no hicieron los suficientes estudios requeridos en animales, mezclaron fases de experimentación (2 y 3), no incluyeron suficientes personas, trabajaron con sujetos con buena salud (no son los grupos de riesgo), de 18 a 55 años, y tuvieron un tiempo de evaluación ridículo, de algunas semanas. En suma, no se aplicó ningún principio de precaución.

     Cabe señalar, por si no lo supiera tampoco el subsecretario de salud mexicano Hugo López-Gatell, que crear una obligación (en los hechos así fue) para un medicamento experimental es contrario al código de Nuremberg, base de la ética médica desde 1946, y también a la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial. Esto quiere decir que quienes recibieron las vacunas debieron en todo caso dar su consentimiento libre e informado.

     De remate, las buenas vacunas, no experimentales, como la Sputnik V rusa, pueden seguir esperando que la OMS deje de guiarse por criterios de ganancia favorables a las grandes farmacéuticas occidentales y sobre todo estadounidenses. Rusos y chinos ya tienen también vacunas por simple vaporización nasal, pero no es la hora que se haga nada por difundir la noticia. En cambio, gobiernos como el de Costa Rica, con Rodrigo Chaves al frente, han denunciado que se compran lotes de vacunas que ya ni siquiera son necesarios.

En fin, mejor alegrarse la vida desde el Mantaro en el Perú (da click en el botón de reproducción).



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