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martes, 6 de septiembre de 2022

CHILE: DARSE DE BRUCES

 A raíz de que más del 60 % de los chilenos rechazó en plebiscito un nuevo proyecto de Constitución, el presidente de Chile, Gabriel Boric, tuvo que dar un nuevo "giro al centro", lo que ya había tenido que hacer para ganar las elecciones y convertirse en la izquierda admirada de los "demócratas liberales" que, en ocasiones, se dicen "socialdemócratas". Como es sabido, Chile es otro milagro que, de no ser por la realidad, ya estaría convertido en Suecia. Boric dió un discurso en cadena nacional en el cual abogó por las mujeres, los adolescentes y los niños y niñas, haciendo un poco de ridículo y sin alcanzar al parecer a preguntarse por la desaprobación a la nueva Constitución propuesta. El flamante mandatario colombiano, Gustavo Petro, tuiteó por su parte: "revivió Pinochet", recurriendo al nuevo don de la izquierda de llamar "fascista" todo lo que no sea en beneficio propio. Boric tuvo que deshacerse de parte de su gabinete de boy scouts para llamar a socialistas "a la antigua", cercanos a la línea de la ex presidente Michelle Bachelet, aunque manteniendo en sus puestos a los encargados comunistas.

    Boric había ganado de manera apretada, lo que era una advertencia: buena parte de la sociedad chilena es conservadora y no se sale tan fácilmente de décadas de legado dictatorial, porque éste no fue nada más capricho de una persona o un grupo, sino un fenómeno social. Al mismo tiempo, no es nada más el conservadurismo el que rechazó la propuesta constitucional, pese a que incluía importantes aspectos sociales.

     Dichos aspectos fueron a mezclarse con la reivindicación de un Chile plurinacional e intercultural con una extraña cesión de autonomías políticas para los grupos indígenas; con la simpática idea de rebajar la edad para aspirar a la presidencia de 35 a 30 años; con "derechos para la naturaleza" y una "democracia paritaria" por la cual las mujeres tendrían derecho a por lo menos el 50 % de los cargos en los órganos del Estado, confundiéndose igualdad y paridad. Ha estado sucediendo en distintos países: no queda claro si la izquierda se da cuenta del efecto social que provocan algunas de sus propuestas, mal encasilladas en un supuesto "marxismo cultural", pero que en todo caso se hacen pasar por necesidades "obvias" sin que lo sean, lo que incluye bajo ciertas condiciones el aborto. No son temas que se abran a la discusión, sino que se "dan por sentado" como parte del "progreso" sin que todo el mundo lo entienda forzosamente así. Es parte de una batalla por los valores que la izquierda no puede ganar y que no razona. Como lo demostrara Pedro Castillo en el Perú, no son temas del pueblo, pero no es éste el que está al timón en Chile, sino un ala radicalizada de la clase media, es decir, algo a la vez muy moderado y excéntrico. A la que sigue (da click en el botón de reproducción).



LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

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