El presidente salvadoreño Nayib Bukele logró recientemente 200 días sin homicidios en su país, lo que no pudo conseguir ningún gobierno anterior, y pese a que no se cuenten las muertes de pandilleros a manos de las fuerzas del orden, lo que es hasta cierto punto normal, puesto que no están delinquiendo. Puede ser que El Salvador sea el país centroamericano con mayor número de encarcelados por habitante, pero seguramente sea preferible a ser la capital mundial del crimen, si de opciones se trata. En realidad, El Salvador está en vías de convertirse en uno de los países más seguros de América Latina. Es benéfico para quienes viven de su trabajo y no se ven sujetos a robos, extorsiones, etcétera, por pandilleros que tuvieron su origen en Estados Unidos.
Aunado a lo anterior, el gobierno de Bukele ha conseguido logros no desdeñables en materia de infraestructuras, de educación y de salud. Cabe señalar que se ha luchado contra la falta de oportunidades con la creación de los llamados Centros Urbanos de Bienestar y Oportunidades (CUBO) en las comunidades con altos índices delincuenciales. Para tener un orden de magnitud, cabe señalar que el gobierno de Bukele ha capturado a más de 50 mil pandilleros. Es posible agregar que se combaten igualmente el narcotráfico, la venta de drogas y las extorsiones. El estado de excepción -transitorio- para conseguir abatir el crimen organizado no ha significado ninguna "criminalización política". Es un poco extraño que lo hecho por el gobierno de El Salvador no sea muy destacado que digamos en los medios de comunicación masiva internacionales predominantes.
En cambio, no han faltado voces para criticar la intención de Bukele, quien tiene el respaldo de 90 % de la población, de reelegirse. Si bien la Constitución salvadoreña lo prohíbe, el mandatario del país centroamericano encontró un resquicio en una interpretación de la ley aprobada por la Sala de lo Constitucional de la Suprema Corte de Justicia. No hay propiamente dicho algún "culto a la personalidad" de Bukele y debe decirse que un país, cuando puede hacerlo, tarda muchos años en enrumbarse al desarrollo, por lo que no hay consolidación posible en un plazo corto. Por lo demás, como lo ha señalado el analista político salvadoreño Dagoberto Gutiérrez, se necesita de un tiempo razonable para que el gobernante pueda demostrar su capacidad. En este sentido, se ha ampliado por ejemplo el periodo de los alcaldes, y hay otros cambios constitucionales positivos de los que se dice poco internacionalmente: desde la consolidación de la Defensoría del Consumidor hasta el cambio de la Sala de lo Constitucional por un Tribunal Constitucional y de la Corte de Cuentas por una Contraloría.
21 ex mandatarios llamaron a la Organización de Estados Americanos (OEA) a armarle un lío a Bukele por reelegirse. Entre esos mandatarios, además curiosamente del panameño (Partido Revolucionario Democrático) Ernesto Pérez Balladares, están la desastrosa panameña Mireya Moscoso; el amigo de Pablo Escobar, el colombiano César Gaviria; el ultracorrupto español José María Aznar; el pelele de Estados Unidos, el mexicano Felipe Calderón; el que "reventó" la economía ecuatoriana, Jamil Mahuad; uno de los hombres de la CIA (Central de Inteligencia Americana) en el Ecuador, Lucio Gutiérrez, etcétera. Bukele los considera con razón una partida de corruptos, además de que dijo recientemente que en Naciones Unidas no se hace más que hablar sin llegar a nada. Bukele ha dado resultados que se pueden probar. Lo demás, como siempre (da click en el botón de reproducción)...