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domingo, 12 de marzo de 2023

CUANDO LLEGA A SER PENOSO

 Este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer se convirtió en algo penoso, habida cuenta del grado de "agringamiento" de las mentalidades. Muchas mujeres atribuyeron el origen de la fecha a un incendio en una fábrica estadounidense que mató a varias trabajadoras, sin que el suceso haya tenido lugar el 8 de marzo. En realidad, se trata de una idea rusa, surgida de la militante socialista alemana Clara Zetkin. Bajo esta inspiración, que venía de 1910, al triunfar la Revolución Rusa, Lenin declaró el Día Internacional de las Trabajadoras (1921) partiendo de una marcha de mujeres el 8 de marzo por la ciudad de Petrogrado (luego Leningrado, hoy San Petersburgo) para pedir "pan y paz", en 1917, marcha a la que por cierto se unieron obreros. Lenin había condenado la doble explotación de las mujeres: como trabajadoras, y en la "esclavitud doméstica", como la llamaba, aunque no se tratase propiamente de explotación (el hombre que trata a su mujer como criada no se convierte por ello en empresario). El asunto de las mujeres costureras de Nueva York no está registrado en marzo de 1857. y lo del incendio no tuvo lugar el 8 de marzo. Fue hasta los años '70, bajo el impulso de los países socialistas, que se fue internacionalizando el Día Internacional de la Mujer, pero parece que la idea es borrar la historia, condenar ciertas memorias y decretar que Estados Unidos es el origen primero de todo.

      Las mujeres que salen a celebrar, diciendo que en realidad no hay nada que celebrar, son feministas que tienen dos puntos clave de reivindicación: el derecho a disponer de sus propios cuerpos (y en particular, algo totalmente entendible: que no sea otro el que disponga de lo que no es su propiedad, incluso para matar) y, en este mismo tenor, del derecho al aborto, tema más discutible. Fuera de estos reclamos, que explican los colores verde y violeta, es penoso ver hasta qué punto las feministas actuales son incapaces de articular otras demandas, como el muy legítimo derecho a igual salario (igual trabajo, igual salario) o a una educación que excluya el machismo. De manera sorprendente, la universidad pública en un país como México llama ahora el 8 de marzo a los varones -si una cosa es ser varón, y otra ser hombre- a "guardar silencio y no opinar" (!!!), e irse a reflexionar sobre sus privilegios. Ya no hay la idea existente hasta los '70 de compañerismo entre la mujer y el hombre, sino el "separatismo" de las feministas contra el "hombre patriarcal, blanco y colonizador". Lo que se ha abandonado es la idea de humanidad, es decir, que antes de ser mujer u hombre, ambos son seres humanos, lo que implica que el varón no sea reductible a privilegios reales o supuestos. Este tipo de reivindicación pasa por el derecho de la mujer a ser, por así decirlo, "propietaria de sí misma", lo que es entendible, pero no pasa de ser una reivindicación capitalista y que, entonces, no tiene nada que ver con la idea de emancipación socialista de la mujer, evitando que, al igual que el hombre, sea explotada y encima tenga que soportar la "esclavitud doméstica". Las feministas actuales no dicen nada del tema, porque la complementariedad con el hombre ha dejado de interesarles.

      Ser propietario de su cuerpo es lo propio de todos en igualdad en el capitalismo. A partir de aquí, ya dueños de la mercancía, los propietarios son libres de decidir a quién venderla (como energía), para un contrato exclusivo que, efectivamente, no tiene por qué incluir soportar acosos, etcétera. En una época en la que por distintos motivos se generaliza la entrada de la mujer al mercado de trabajo, quiere poder vender en libertad su fuerza de trabajo, y estrictamente para lo que fue contratada. En este caso, supone autonomía y responsabilidad. Lo que no parece importar para nada es la crítica de la explotación de la mujer: tiene su ejemplificación límite en la pornografía, que nadie critica, pero también en una interminable exhibición "a la venta" de "cuerpos", sin que moleste. El asunto es que no sea gratis, sino remunerado para las propietarias, con consentimiento. Si no se dice nada del trato a la mujer como objeto, algo que abunda, quiere decir que lo que se desea es que la propietaria de la mercancía consienta en venderla como energía/fuerza de trabajo. Tal vez se deba pasar por este camino, pero no es solidario de los hombres que también son explotados. Ya no hay idea "pareja", porque las feministas ni siquiera saben quién les ha arrebatado el futuro, de cierto modo. Ser explotado no es ningún privilegio. Tampoco lo es tener encima la sospecha de que la anatomía predispone a ser "un violador". Es una lástima: muy bien, que se obtengan derechos y libertades, pero no tiene nada que ver con el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. En Estados Unidos seguramente haya otra fecha.



LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

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