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martes, 7 de marzo de 2023

POR SI ACASO

 Hasta hace poco, la creencia más difundida sobre el origen del SARS-Cov-2 era que había tenido su origen en murciélagos y pangolines del mercado de la ciudad de Wuhan, en China. Sin embargo, hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), presidida por un prochino, Tedros Adhanom Ghebreyesus, no tiene certeza sobre el hecho. La alternativa, en el sentido de que el virus podría haber salido de un laboratorio en Wuhan, podría ser considerada "conspiracionista". Que haya salido de un laboratorio no quiere decir que el suceso haya sido intencional, sino que pudo ser accidental. China no facilita las cosas con su hermetismo, que tiene un motivo: si fue desde un laboratorio, este estaba en manos estadounidenses, en gran medida. En efecto, se sabe que el Instituto de Virología de Wuhan tenía para 2018 una propuesta de investigación, coescrita por científicos chinos y estadounidenses, que describía un plano para virus similares al que causa la Covid-19. El instituto de Wuhan, en el que tenía metidas las manos Anthony Fauci, encargado de luchar contra la Covid-19 en Estados Unidos hasta hace poco, llevaba años estudiando los coronavirus. Hay un poco más: Luc Montagnier, virólogo francés ya fallecido, Premio Nobel de Medicina en 2008 y co-descubridor del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), consideraba plausible que el virus SARS-Cov-2 hubiera salido de un laboratorio, al tener secuencias de VIH.

     Seguramente en la mente de más de uno las cosas cambian cuando el Departamento de Energía de Estados Unidos concluye que el virus salió del laboratorio, mientras otras autoridades guardan silencio y la comunidad de inteligencia está dividida. Se trata de un reporte confidencial (!que también se "escapó!). Si cupiera la posibilidad, Estados Unidos, en particular, debería tener más cuidado en el trabajo con patógenos peligrosos.

     No es el caso del SARS-Cov-2, aparentemente, pero en Ucrania, el país más pobre de Europa, Estados Unidos tenía hasta hace poco casi tres decenas de laboratorios de experimentación con patógenos peligrosos. Desde 2009, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), estuvo financiando nuevos tipos de coronavirus y capturando murciélagos portadores de los mismos, a través del programa Predict. Uno de los contratistas del proyecto fue la empresa Metabiota, con actividades biológico-militares en Ucrania. El programa Predict terminó precipitadamente en 2019. El carácter experimental explicaría la variabilidad de genovariantes, que no es característica de la mayoría de los coronavirus. La empresa Labyrinth Ukraine, filial de la estadounidense Labyrinth Global Health, conocedora de los coronavirus, operaba en Ucrania y preparaba a militares ucranianos para vacunas estadounidenses. En Ucrania se experimentó con muestras de coronavirus de murciélagos. El interés chino por esta información decayó muy rápidamente. Algunas cosas son prácticamente imposibles, aunque incluso congresistas republicanos hayan tenido ya también reportes sobre el origen del SARS-Cov-2 en un laboratorio: que China o Estados Unidos reconozcan esta pista como bastante plausible.

     No hay "conspiración" porque las fuentes no están relacionadas entre sí. Pero alguien debiera señalarle a Estados Unidos que hay cosas que no se hacen. No será Ucrania, pero tampoco China, que sugieran por precaución parar con los experimentos descritos. Por si acaso. Conejillos de Indias (da click en el botón de reproducción).



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