Al parecer, la oposición mexicana ha aprendido la lección de la época y sus fuertes: lo que cuenta es la capacidad para extorsionar.
Oradora del mítin opositor del domingo pasado, Beatriz Pagés había pedido hace un par de años que el ejército se le insubordinara al presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque sin atreverse a hablar directamente de golpe de Estado. Ahora, a quienes quieren reformar el Instituto Nacional Electoral los acusó -se trata de López Obrador y los suyos- de querer darle un golpe a la Constitución y de burlarse de la legalidad. No lo dijo, pero son cosas que ameritan cárcel. Tal vez este tipo de sainetes con palabrotas deba tomarse de otro modo: el lópezobradorista Pedro Miguel ha sugerido que una candidatura de la sonorense Lilly Téllez podría ser una buena oportunidad de solaz y esparcimiento para los mexicanos, y cabe preguntarse si no es igual que debieran tomarse los gritotes de Pagés, una persona por lo visto satisfecha de su soberbia.
A Estados Unidos le cuesta abstenerse, y ni se diga al embajador en México, Ken Salazar, pero según el Departamento estadounidense de Estado, para no abrir el frente mexicano, todo debe quedar en que se está en la expresión de una "democracia vibrante". Vibra tanto que hay que festejar que quienes la ponen a vibrar digan del gobierno que atenta contra la democracia. Estados Unidos celebra que en esta gran democracia se puedan expresar quienes acusan a los democráticos de no ser democráticos.
La universidad pública pone lo suyo cuando su nuevo abogado le dice a una entrevistadora, Azucena Uresti, que no se descarta quitarle el título a la ministra Yasmín Esquivel, cuando el Comité de Etica universitaria ni siquiera tiene dictamen. De nueva cuenta, como ya se había dicho, en la universidad pública se tienen el fallo y la sentencia antes de cualquier proceso y al margen de la valoración de cualquier prueba, así haya elementos que apuntan a la inocencia de Esquivel (sin que ello la exonere del plagio en doctorado). Todo es posible: también, que un grupo de casi 200 académicos, incluyendo extranjeros sin derecho a inmiscuirse en asuntos internos de México, pida la renuncia de Esquivel, sin reparar en que la clientela de unos cuantos cansa, puesto que es siempre el mismo grupo (Narro, Woldenberg, etcétera), del que no se puede decir que sea muy representativo, aunque sí privilegiado y recompensado de décadas.
Una clave extraña dice que el "periodista" Carlos Loret de Mola y los intereses que representa hubieran querido convertir a Pío López Obrador en algo así como el "hermano incómodo" del sexenio, para terminar de restarle calidad moral al presidente. El hermano fue filmado en una entrega de cash, de "aportación al movimiento", pero el caso se cerró porque la Constitución prohibe la intercepción y el uso de comunicaciones privadas del modo en que fue hecho, sin que Loret quisiera reconocer el ilícito. Se hubiera querido llevar el caso al Instituto Nacional Electoral (INE), habiendo pasado por la inútil Fiscalía General de la República, al grado de que el mismo Pío solicitó acelerar el proceso. En abril de 2022, la presidenta de la Segunda Sala de la Corte mexicana suspendió una orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a la Fiscalía para que el expediente (carpeta de investigación) fuera entregado al INE, con lo que Loret tal vez habría logrado encontrar cómplices para otro de sus espectáculos mediáticos, a pesar de basarse -para variar- en un ilícito. La presidenta de la Segunda Sala en cuestión era Yasmín Esquivel.
Toda esta oposición que se llena la boca de palabrotas creció aprendiendo "que en el mundo hay intereses", por lo que seguramente la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) deba seguir moviéndose en función de los mismos -"es que es así"- y no por ánimo de hacer justicia o ser imparcial. No excusa a Esquivel en lo que hizo en el doctorado, pese a que también amerita revisión, porque hay cosas extrañas en la forma de plagiar. Pero tal vez quienes hacen oposición no se hayan dado cuenta de que, en todo caso, ellos también están detectados como gente que responde a intereses, lo que pone las cosas en el plano de la fuerza y no de ningún diálogo. Así es el mundo "a la estadounidense". Otra vez saludos, "doña" Beatriz: