Georgia, país del sur del Caúcaso, en problemas desde antes de que desapareciera la Unión Soviética, vió luego desfilar a varios presidentes anticomunistas y proestadounidenses, incluyendo al ex canciller de Mijaíl Gorbachov (último líder soviético), Eduard Shevardnadze. Mercenarios georgianos participaron en el Euromaidán ucraniano de 2014, disparando al mismo tiempo a civiles y a la policía (provocación de manual estadounidense), y los hay actualmente del lado de Kíev, capital ucraniana, luchando contra los rusos. El ex presidente georgiano Mijaíl Saakashvili fue por un tiempo gobernador del puerto ucraniano de Odesa. Georgia llegó a enfrentarse con Rusia por Osetia del Sur y a tener diferendo por Abjasia.
Hace algunos años, el portal de Pravda.ru explicaba algo que puede parecer extraño: en realidad, digamos que pese a lo que escriba el presidente ruso Vladimir Putin sobre la Rus de Kíev hace siglos, los georgianos son más cercanos a los rusos que muchos ucranianos. La rusofobia de los ucranianos del centro y el oeste de Ucrania es muy fuerte. No son especialmente hospitalarios, y tratan mal a su propia población, a la gente de abajo. Los georgianos son en cambio de una hospitalidad proverbial, y al mismo tiempo comedidos y elegantes. Cierto es que hay hermandad entre muchos ucranianos -no faltan los que viven en Rusia- y los rusos. Para quien lo quiera ver, no ha habido la menor hostilidad para estos ucranianos en suelo ruso. Pero es igualmente cierto que, para un país de unos cuatro millones de habitantes, Georgia tiene a por lo menos 450 mil georgianos, si no más, viviendo en Rusia. También hay lazos religiosos históricos entre Rusia y Georgia.
Hace no muchos años, las cosas en Georgia dieron un vuelco, pese a que incluso están suspendidos los vuelos con Rusia. Ganó el parlamento la coalición de centro-izquierda Sueño Georgiano, de la que es cercano un hombre de negocios que hizo fortuna en Rusia (en Metaloinvest), Bidzina Ivanishvili. Sueño Georgiano no quiso que Georgia participara en las actuales sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania, pese a las "invitaciones" del presidente ucraniano Volodímir Zelenski. En suma: hay en Georgia gente harta de vivir culpando a Rusia de todo, más cuando abajo se tienen muy buenos lazos de amistad con los rusos.
Sueño Georgiano trató recientemente de sacar una "ley de agentes extranjeros" para limitar financiamiento extranjero a opositores, pero la medida callejera tuvo que retirarse con una llamada desde Estados Unidos y protestas callejeras. También se pronunció en contra la presidente de Georgia, Salomé Surabishvili, desde Estados Unidos. Lo que no queda claro es para qué se legisla -con representantes electos- si la ley la hace la calle, de una manera poco inocente. Sueño Georgiano se asustó porque quiere también -junto a menos problemas con Rusia- el acercamiento a la Unión Europea.
La noticia es que Georgia no está dispuesta a seguir armándole problemas a Rusia por cualquier cosa, ni a guardar la alianza con Ucrania. Sueño Georgiano invitó a Zelenski a arreglar sus propios problemas, cuando está claro que el ucraniano está en el puesto para provocar al máximo a los rusos. No se equivocaba Pravda.ru cuando escribía que, después de todo, la amistad entre georgianos y rusos es más fuerte que entre Rusia y una parte de Ucrania. Canción georgiana, favorita de Iosif Dzhughashvili (da click en el botón de reproducción).